Hace días que me fijo

No sé que guardas ahí dentro

A juzgar por lo que veo

Nada bueno, nada bueno

Una semana.

Una semana no significó nada cuando comenzó a vivir con Orochimaru y mucho menos cuando empezó a recorrer el mundo redimiendo sus acciones.

Sin embargo, el tiempo que pasaba junto a Sakura viajando era preciado para él. Sentía que los minutos se le escurrían como arena de diamantes.

Por eso se atemorizó cuando hace una semana Sakura perdió su alegre tono de voz y su típica frescura al conversar. Incluso llegó a notar como sus ojos iban perdiendo brillo a través de estos días.

Estaba inquieto.

Y odiaba no saber expresar lo que sentía.

¿Cómo llegaba hasta ella?

Se acababa de dar cuenta que era ella quien siempre lograba llegar hasta él y no al revés. No importaba lo doloroso que fuera, o lo muy hundido que él haya estado, Sakura lograba dejar rastros brillantes en el fangoso camino que tenía que recorrer.

Siempre encontraba un pequeño orificio por donde alcanzarlo.

Le frustraba no saber cómo se sentía, pues normalmente era muy fácil de leer para él. Sakura era honesta, clara, tan deslumbrante que a veces tenía miedo de manchar su fulgor.

Ahora su animosa charla se había reducido a solicitar descansos para comer y dormir.

No aguantaba más esto. Necesitaba de su preocupación por los extraños, de sus cálidas sonrisas y de sus asquerosas pero entretenidas anécdotas de prácticas médicas.

Necesitaba a Sakura.

—Sakura.

La aludida detuvo su paso en la rama de un árbol. Sasuke recién noto lo fuerte que el sol estaba quemando, sus manos sudaban, el cuello le escocía y la enorme capa lo estaba ahogando.

O tal vez era su inexperiencia para entablar conversaciones manifestándose en su cuerpo.

—Dime.

Era el momento, sabía lo que debía hacer, pero su cerebro no se dignaba a transmitirle la información a su boca. Un simple: "Sakura no te noto bien, ¿algo sucede?" solucionaría todo. Allí estaba él, uno de los ninjas más poderosos de la época actual, sin poder enfrentarse a unos bonitos ojos esmeralda juzgándolo.

Todo era más fácil cuando tenía que negar lo que sentía.

Todo era más fácil cuando solo soportaba el dolor de no estar a su lado.

Ahora que había descubierto que aún podía ser feliz. Era más difícil renunciar a todo eso. Y era más difícil aún, dañar a quien había logrado eso.

—N-no, no te veo bien.

Duró un instante, pero siempre se sorprendía cuando el cuerpo de Sakura lograba expresar todo su sentir en un movimiento. Pareciera como si el viento hubiese hecho flotar sus recién cortados cabellos, sus ojos brillaron en conjunto con la luz del sol y ese par de labios rosados se abrieran formando un pequeño y fascinante espacio.

Saltó colocándose frente a él y desesperada lo tomó del rostro.

—¡¿Por qué no me dijiste nada antes?! —Los esmeralda de la pelirosa empezaron a tornarse acuosos —. Sé que te da vergüenza, pero tienes que decirme si hay algún cambio en tu visión. Pensé que mi tratamiento estaba dando resultado. ¡Sasuke lo siento, pero debo evaluarte de inmediato!

"¿Qué?"

El Uchiha empezó a sudar mas del nerviosismo. Si había algo peor que hacerle una pregunta sobre su ánimo a Sakura, eso era definitivamente corregir su compresión. Además, él adoraba que ella se preocupara por él. Era un pensamiento caprichoso y egoísta, pero siempre estaba anhelando que ella lo tocara.

Sus finos dedos se sentían como pétalos en su rostro.

—¿Sasuke? —dijo la pelirosa preocupada.

No, no podía hacerle esto.

Esto se trataba de ella, no de él obteniendo algo.

—Sakura puedo ver bien.

—¿Entonces...? —dijo confusa.

Nunca antes había sentido tanto pavor por formular una oración, pero en el fondo él sabía que si ella respondía con un: "Ya no quiero viajar contigo", lo destruiría por completo.

—Te he visto algo... taciturna estos días.

—Oh...

Sakura agachó su mirada, dejando de tocar el rostro del pelinegro lentamente. Él sufrió cada segundo de eso, pero no lo demostró.

—Sasuke... ¿No te molesta el largo de tu cabello?

La tan esperada revelación de lo que atormentaba a la pelirosa. Sasuke reaccionó automáticamente tocando las hebras de su cabello, dándose cuenta que estaba bastante largo. Incluso mas de lo que su hermano lo tuvo alguna vez. Observó las ligeras ropas de la kunoichi, recordando que estaban cerca de la zona costera. El calor era más fuerte de lo normal.

—No me molesta en absoluto.

Su compañera levantó la mirada con una fiereza típica del enojo. Lo había hecho todo mal, claro que el cabello le molestaba, pero no quería decírselo. Había ciertas cosas que había guardado para si mismo durante tantos años, que simplemente ya no sabía cómo expresárselas a otros. Sus costumbres estaban muy arraigadas.

—Cubres tu ropa con la capa en vez de decirme que vayamos por ropa nueva. Veo que siempre estás luchando con la tapa del frasco de medicina para tus ojos y he notado que no estás comprando tomates porque no puedes contar las monedas con una sola mano. ¿En serio prefieres todo eso a no pedirme ayuda?

—Yo...

Que rápido lo había descubierto. De niño tuvo que aprender a hacer muchas cosas por su cuenta, negándose a lucir desdichado ante los demás. Incluso ahora que se le había tornado complicado vivir sin una de sus extremidades, pedir ayuda era algo inconcebible para él.

—Hace dos semanas cuando nos detuvimos en un pueblo pensé que lo ibas a hacer. ¡Y no fue así! — exclamó la pelirosa frustrada —Me corté el cabello hace unos días frente a ti para ver si me lo pedías, pero prefieres seguir este viaje incómodo. ¡Ya no sabía que hacer! ¡Estoy aquí porque quiero! ¡Entiende que ya no estás solo Sasuke!

Sakura nunca le había hablado de esa manera.

Era increíble lo fuerte que se había vuelto, o tal vez ella lo había sido siempre. Al igual que él, tenía miedo. Estar juntos de esa manera era algo totalmente nuevo para ambos y debido a eso era aterrador. Aun así, ella logró armarse de valor para sacar lo que atormentaba su corazón.

Fue entonces que Sasuke se dio cuenta de lo mucho que la admiraba. A pesar de todo lo que sucedió entre ellos, la pelirosa nunca renunció a su capacidad de amar y allí estaba otra vez luchando para alcanzarlo.

No podía dejarla sola nuevamente, debía ser tan valiente como ella.

—¿Podrías cortarme el cabello, Sakura?

Y cuando sus ojos brillaron entusiasmados, su corazón volvió a latir.

—¡Claro que sí!

Fue una experiencia extraña, pero agradable para él. La delicadeza de la pelirosa en el acto le hizo pensar que ella era la única bienvenida en formar nuevas costumbres con él.

—Sakura, gracias.

—No tienes por qué agradecerme por esto, tonto Sasuke.

Y aunque ella nunca comprendiera que esos "gracias" no eran por temas específicos, Sasuke nunca se atrevería a decírselo.

Porque había costumbres que no cambiaría.

De qué tienes miedo a reír y a llorar luego

A romper el hielo

Que recubre tu silencio


Este one-shot pertenece al Reto fortuna musical del SasuSaku Éternice Moi. Super feliz de al fin terminar algo para mi OTP xD. Todo lo dejo en hiatus ay. Además tenía unas ganas de escribir un fic de Sasuke con el pelo corto desde que vi un fanart de mi S0ske con el cabello corto ay.

Agradecer a este hermoso fandom que ha hecho parte de mi vida tan feliz :'3! Los amo muchísimo i3i.

¡Espero les haya gustado :'3!

Clowie