Escrito para la Hispanic Week 2021 de twitter.

Prompt: conejos


Esponjosos conejitos

Jin Ling estaba enfurruñado y dolido.

Cuando había llegado la invitación para ir a estudiar a Receso de las Nubes se emocionó más de lo que estaba dispuesto a reconocer, aunque sabe que se le escapó una sonrisa por la manera en la que su tío lo miró. No le dijo a nadie, ni lo aceptaría si se lo preguntaran, pero le hacía mucha ilusión volver a estar con chicos de su edad. Y los adolescentes de Lanling no contaban porque, aunque ahora lo trataban con fingido respeto, no eran sus amigos. Anhelaba con toda su alma ir de cacería nocturna en compañía de ellos, las discusiones amistosas con Lan Jingyi y, sobre todo, estar cerca de Lan Sizhui.

Pero apenas llegó, Lan Xichen le comunicó que todos se habían ido con Hanguang-Jun y Wei Wuxian de cacería nocturna y que no volverían sino hasta dentro de uno o dos días.

—¿No sabían que vendría?

—Las lecciones no empiezan sino hasta la semana que entra, así que no esperábamos a nadie tan pronto —le explicó Zewu-jun.

—Como sea —contestó Jin Ling tratando de enmascarar su desilusión.

Luego de intercambiar unas cuantas formalidades más y de que se le mostrara cuál sería su habitación decidió que entonces aprovecharía el tiempo para conocer. Nunca había estado ahí propiamente, fuera de visitas formales en las que se le prohibía alejarse de sus tíos, y quería conocerlo. Zewu-Jun le había dicho que se sintiera como en casa.

Receso de las Nubes era un lugar bonito, pero solitario y demasiado solemne. Además, ahora que estaba dispuesto a encontrarle todos los defectos en su mal humor, ¿por qué no podía llevar a Hadita? Al menos así no se sentiría tan solo, pero las estúpidas reglas prohibían mascotas, sobre todo perros. Pateó una piedrita del suelo, furioso y se abrazó a si mismo haciendo un puchero y aprovechando que nadie lo miraba incluso dio un golpe en el piso con el pie, como haciendo un berrinche.

Bajando por las escaleras entre los altísimos bambú casi tropieza con algo que se atravesó corriendo. Dio un brinco hacia atrás asustado de que fuera alguna criatura y lamentando no cargar su arco para defenderse. Pero entonces se percató que aquello que lo había sorprendido era un conejo blanco con manchas café. Jin Ling y el animalillo se miraron con curiosidad, el conejo movió la nariz y siguió saltando hacia adentro de la vegetación. Se le salió una risa de alivio y luego pensó que qué tonto había sido al pensar que habría una criatura en esas partes; el clan Lan se habría deshecho de ella desde antes.

Siguió su camino, pero otra cosa lo hizo detenerse en seco y por reflejo se ocultó detrás de los árboles. La escena ante él lo hizo sonreír y sentir cómo un calor agradable lo recorría y se instalaba en su corazón, inflándolo. En medio de los árboles, rodeado de una multitud de esponjosos conejitos estaba sentado Lan Sizhui.

Jin Ling soltó un suspiro y miró embelesado al joven acariciar al conejo que sostenía en brazos y luego dejarlo y tomar a otro, los animalitos se le subían al regazo y trataban de llamar su atención. La visión lo llenó de ternura e hizo que se enamorara un poco más. Algo lo rozó en la pierna y miró abajo para descubrir al conejito pinto que lo había asustado minutos antes. Se agachó para recogerlo y decidió que no podía ocultarse ahí para siempre, aunque deseaba seguir admirando al dueño de su corazón.

Lan Sizhui lo vio acercarse y la sonrisa que le lanzó provocó que su corazón latiera más rápido.

—Pensé que las mascotas estaban prohibidas en el Receso de las Nubes.

—Jin Ling —lo saludó con un movimiento de la cabeza—, espero que tu viaje hasta acá fuera agradable.

—Lo fue, gracias. ¿No te habías ido de cacería nocturna?

Lan Sizhui agitó la cabeza, dejó al conejo en turno en el suelo y se levantó; se sacudió la túnica y caminó hacia él.

—Pensé que podrías llegar antes, así que regresé.

Jin Ling no pudo controlar la enorme sonrisa que se pintó en su rostro al escuchar que Lan Sizhui había regresado por él.

—Debo ir a reportarme con Zewu-Jun, pero antes, ¿quieres jugar un rato con ellos? Se ponen tristes cuando Huanguang-Jun está fuera, porque él suele alimentarlos, yo soy lo segundo mejor para ellos.

—Así que Huanguang-Jun y Lan Sizhui pueden tener conejos, pero yo no puedo traer a Hadita.

Lan Sizhui se mordió el labio para no sonreír.

—Los conejos fueron un regalo del Senior Wei —explicó—, ni siquiera Lan Qiren pudo deshacerse de ellos.

Dicho eso volvió a donde estaba y se sentó. Los conejos se apresuraron a volver a demandar su atención.

—Ven —le indicó con una mano.

Jin Ling se acercó y tratando de hacer espacio entre los conejos se sentó. Se percató que el que tenía en brazos se había dormido y le dio un par de caricias. Cuando levantó la mirada se dio cuenta que estaba siendo observado con atención.

Jin Ling se sonrojó y volvió a mirar al conejo, era más seguro que perderse en los ojos grises de Lan Sizhui.

—Ah… hum… ¿tienen nombre?

—Algunos. El que tienes en brazos se llama Rábano.

Jin Ling soltó una risita.

—¿Rábano?

—Es que el nombre se lo puse yo cuando tenía 6 años. —Se rio y Jin Ling deseó poder embotellar esa risa para escucharla cada minuto de su vida—. Por ahí están Zanahoria, Calabaza, Puerro, Loto y Cebollín.

Lan Sizhui se inclinó para tomar al conejo de los brazos de Jin Ling y al hacerlo rozó sus manos, se quedó ahí unos segundos las manos de Lan Sizhui dentro de las suyas rodeando al conejo. Entonces pasó lo que Jin Ling temía, se perdió en sus ojos. Por un segundo fue como si todo se detuviera, sin poder dejarlo de ver. Lan Sizhui comenzó a inclinarse más y a acercar su rostro, estaba a penas a unos centímetros de su rostro, demasiado cerca. Si Jin Ling se inclinaba un poco los labios de ambos se juntarían y entonces…

Jin Ling entró en pánico y dio un respingo. El conejo que estaba entre ambos se asustó y brincó, rompiendo el momento. La Sizhui carraspeó y regresó a su posición como si nada hubiera pasado. Un leve rubor rosado cubría sus mejillas.

Jin Ling tomó un conejo gris del piso y lo colocó en sus piernas, el conejito se movió un poco pero luego se quedó quieto, aceptando las caricias.

—¿Este cómo se llama? ¿Brócoli? —dijo tratando de romper la tensión.

Lan Sizhui se rio de nuevo, sonaba una risa ahogada, ligeramente forzada.

—Ese se llama He, Armonía. Se lo puso Huanguang-jun.

—Ah.

Se quedaron en silencio los dos, cada uno acariciando a su conejo. Jin Ling repasaba en su mente lo que había ocurrido, la manera en la que las pestañas de Lan Sizhui habían temblado al cerrar los ojos, cómo sus labios se habían abierto ligeramente y su aliento acariciado los suyos. Sabía que estaba rojo, no podía controlarlo. La sensación de las manos cálidas del joven cultivador en las suyas había dejado un rastro, como un hormigueo agradable.

(Si hubiera mirado con atención, sabría que Lan Sizhui pasaba por algo parecido a él, mejillas encendidas y corazón acelerado, deseando haber sido lo suficientemente valiente para cerrar la distancia y besarlo).

—Tengo que avisar que volví, ¿me acompañas?

Jin Ling asintió y se puso de pie, dejando antes al conejito en el suelo, este se fue brincando por ahí. Caminaron en silencio, uno a lado del otro, las escaleras eran un poco estrechas y lo ideal hubiera sido que uno fuera adelante, pero ninguno de los rebasó al otro, o se quedó atrás. Sus manos se rozaban y era como si quemara, Jin Ling quería quitarla o tomar completamente la otra mano o irse corriendo, todas parecían opciones aceptables. Cuando se dio cuenta ya estaban entrando a la sala donde se encontraba Lan Xichen.

—Sizhui—dijo mirándolos sorprendido—, ¿tan pronto volvieron? ¿Cómo estuvo?

—Zewu-jun —el chico hizo una reverencia—, los demás siguen fuera, volverán en uno o dos días, sólo volví yo, venía a avisarte.

La expresión del hombre se suavizó y sonrió un poco, como si supiera algo que ellos no.

—Ya veo. —Miró a Jin Ling—. Es algo bueno, pues el joven Jin llegó con anticipación, así no se aburrirá.

Lan Sizhui se sonrojó un poco y asintió. Con una reverencia ambos chicos salieron del recinto.

—¿Quieres comer algo? ¿O prefieres que te dé un tour por Receso de las Nubes?, supongo que eso hacías cuando me encontraste.

Jin Ling se percató de que tenía hambre, así que optó por la primera opción. Cuando les sirvieron puras verduras, además del arroz, no pudo evitar reírse ante un pensamiento que lo atacó.

Lan Sizhui lo miró confundido.

—¿Ocurre algo?

—No, no perdón. Es que pensé que era comida para conejos y se me hizo gracioso.

Lan Sizhui sonrió también.

—El senior Wei dice lo mismo.

Jin Ling por dentro se sintió orgulloso de haber dicho algo parecido a Wei Wuxian. Sus sentimientos respecto a esa persona seguían siendo conflictivos, por un lado, seguía odiándolo, había crecido haciéndolo; pero por otro lo admiraba y ahora que sabía un poco más de lo que ocurrió en realidad, lo había perdonado.

—Ir con él y Huanguang-Jun de cacería nocturna debe ser muy interesante, seguro aprenden mucho. Siento haber sido el causante de que te pierdas algo así.

—Sí es… —Lan Sizhui se quedó pensando en búsqueda de la palabra adecuada—, instructivo. Pero he ido muchas veces con ellos y habrá muchas otras ocasiones. No lamento perdérmela, mucho menos si es para hacerte compañía.

Jin Ling sintió que su corazón iba a estallar de tan fuerte que latía y la sonrisa en su rostro tenía voluntad propia y por más que le ordenaba que se quitara no podía controlarla.

Comieron en silencio después de eso, un silencio agradable y cálido. La comida estaba un poco insípida en opinión de Jin Ling, pero aún así la disfrutó como si fuera el manjar más delicioso del mundo.

Luego de comer pasearon un rato, Lan Sizhui le contaba algunas anécdotas graciosas de cosas que habían ocurrido en ese lugar. Nunca en su vida Jin Ling se había sentido tan en paz y feliz, no quería que acabara el día, aunque tuvieran todavía más días por venir pasándolo juntos. Se sentaron debajo de un árbol a descansar.

Los dos se recargaron en él y nuevamente Jin Ling fue consciente de la cercanía. Si se giraba e inclinaba un poco, podría posar sus labios en la mejilla de Lan Sizhui; si doblaba un poco su mano hacia atrás podría acariciarla. Se sobresaltó cuando sintió la mano de Lan Sizhui posarse sobre la suya. Sin mirarlo giró su mano para poder entrelazar sus dedos. Podía escuchar sus propios latidos en los oídos, de tan fuertes que eran. Después de unos segundos así se dio cuenta que estaban los dos callados y sintió que debía decir algo, lo que fuera, pero su cerebro estaba en blanco, borrado, lo único que podía pensar era «¡LAN YUAN ME ESTÁ TOMANDO LA MANO! ¿Qué significa esto? ¿Le gusto? Seguro sólo está siendo amable, él siempre es amable».

—Jin Ling.

Miró a Lan Sizhui, que también estaba sonrojado, le brillaban los ojos haciéndolos aún más hermosos, pero sus labios estaban en una línea y su tono denotaba seriedad.

—¿Qué piensas de que Wei Wuxian y Huanguang-Jun sean compañeros de cultivo?

Jin Ling frunció el ceño.

—¿Crees que está mal? Siendo ambos hombres y todo eso.

Jin Ling lo meditó un momento. En otra época sin dudar hubiera contestado que estaba mal, que era asqueroso, desagradable, una aberración. Era lo que se le había enseñado. Pero ya no lo creía. Cuando Wei Wuxian le confesó sus sentimientos a Lan Wangji en el templo y el otro correspondió fue como si algo que oprimía su pecho se levantara; algo que llevaba oprimiéndole desde el momento en el que se cruzó con los jóvenes de la secta Lan en la Montaña Dafán. Sentirse así por alguien de tu mismo género no era malo. Además, era más que evidente lo mucho que se adoraban ellos dos. Agitó la cabeza negando.

—No —susurró—, no está mal.

Lan Sizhui suspiró aliviado y sonrío. Apretó con más fuerza la mano de Jin Ling.

—¿Por qué lo preguntas?

—Porque me gustas —dijo en una voz tan baja que Jin Ling no estaba seguro de haber escuchado bien.

—¿Te gusto?

Lan Sizhui retiró la mano y la sostuvo con la otra sobre su pecho.

—Mn —asintió.

Jin Ling estaba tan feliz que no sabía qué decir. Su corazón había dejado de tener un ritmo constante desde hacía rato, pero en ese momento era como mil caballos corriendo en estampida hacia direcciones distintas. La alegría subió como burbujas por su garganta y empezó a reírse. Sin pensarlo mucho se lanzó contra Lan Sizhui, que lo cachó por reflejo y rodeando su cuello con sus brazos lo abrazó con fuerza.

—¿Estás llorando? —preguntó Lan Sizhui, que acariciaba su cabeza con una mano, con la otra se apoyaba en el piso para no caer.

—Cállate. No te burles.

Lan Sizhui lo estrechó contra sí, sin dejar de acariciarlo. Pasaron varios minutos así, hasta que Jin Ling dejó de llorar. Se separaron y se miraron sonrientes.

—Eso significa que…

—Lan Yuan. ¿Puedo llamarte así? —Lan Sizhui asintió—. Sí me gustas.

Lan Sizhui colocó una mano en la mejilla de Jin Ling y la recorrió hacia atrás su oreja y luego su nuca. En ese momento algo saltó entre ellos, haciéndolo retroceder, era el conejito pinto.

—¡Rábano! —lo reprendió Lan Sizhui entre risas, contagiando la carcajada a Jin Ling, que empezó a reír también.

El conejito movió su nariz, agitó sus orejas y luego saltó para alejarse y bajar la colina.

—¿En qué estábamos? —dijo Lan Sizhui—. Ah, sí.

Se inclinó y esta vez con ambas manos tomó el rostro de Jin Ling y se inclinó para, finalmente, besarlo.


Notas:

Es mi primer fic de este fandom y me emociona mucho porque el cariño que le tengo a los juniors es enorme. En cuanto vi el prompt de conejos pensé en los conejitos de Lan Zhan, pero como tenía ganas de escribir de Jin Ling enamoriscado pues surgió esto.

Espero lo hayan disfrutado :3