Año 847

El sol brillaba, lo cálido se volvía caluroso entre todas las hileras de reclutas. A su izquierda podía escuchar al instructor gritar y haciendo sufrir a los demás, Elio se mantenía distraído mientras tarareaba la vieja canción de su madre

Cerró sus ojos y recordó el rostro de su hermana, siempre sonriente y decidida. Recordaba verla lanzarse al cielo cuando el titán colosal apareció, cierta molestia punzante se presentó en su pecho, Elio sabía que era normal pues lo sentía cada que pensaba sobre aquello

Suspiró tratando de calmarse y hacer de lado sus emociones, abrió sus ojos, el sol brillaba y le resultó algo molesto, sin embargo, su cuerpo se tensó al darse cuenta de que el sombrío rostro del instructor Shadis estaba a unos pasos del suyo

Durmiendo señorita? Acaso ocupa su descanso de belleza?!- Elio sintió como se hacía chiquito ante la situación, quiso retroceder y disculparse, pero el recuerdo y rostro de Anissele dieron valor para hacerle frente a la arremetida del instructor

Me había entrado tierra en las ojos- Contestó dudoso de su mentira, casi tiembla al ver el rostro del instructor condenarlo, pero continuó hablando

Disculpe la coincidencia señor, pero no estaba durmiendo y no soy chica!- Dedicó sus últimos alientos de valor en finalizar su mentira. Pudo ver al instructor sorprenderse y voltearse directamente hacia el

¡¿Con que eso es… Dime quien eres y que haces aquí?!- Antes los gritos de Shadis solamente pudo contestar sobresaltado y nervioso

Soy Elio Webber! Nací en Shinganshina y busco unirme a la milicia para honrar a mi hermana, vengar a mi padre y despellejar al titán acorazado- Explicó dudoso e incierto de que le esperaba ante el instructor

Dígame Webber, no temes que el acorazado te tome del cabello y seas tu él despellejado- Shadis agregó mientras lo rodeaba

El chico de cabello platinado suspiró, desde aquél día, la idea de morir no era una que lo aterrara tanto… Temía desaparecer entre sangre y huesos, pero dentro de sí ansiaba lograr que su hermana logró aquél día

No pienso cortar mi cabello hasta cumplir alguna de esas tres metas- Contestó sincero y con algo que creyó ser orgullo, nuevamente tuvo el rostro de Shadis frente al suyo, severo y sombrío

Esperemos que tu cabello distraiga al acorazado mientras tu príncipe azul llega a salvarte- Molesto ante el insulto de Shadis pudo retener sus palabras, pero sus ojos rodaron sobre sí, bufando el insulto.

Inmediatamente se arrepintió al ver el rostro del instructor sonreía con malicia y con cada fibra de su rostro lo condenaba, sus piernas perdieron equilibrio y se le escapó una risita nerviosa

Quiero que corras y que tu cabello no deje de ondear hasta que anochezca!- Sentenció a la vez que se pasaba al siguiente recluta, por unos momentos hubo un breve silencio mientras se mantuvo frente al recluta a su lado

A qué horas piensas iniciar!?- Gritó con tal fuerza que Elio chilló un poco mientras se lanzaba a correr lejos de los otros reclutas

Elio pasó el resto de la tarde corriendo, tras poco se le uniría una chica de cabello caoba y cola que comía una patata hervida, se presentó como Sasha y correrían hasta que Shadis les dio la orden de detenerse

Ya atardecía cuando el instructor los llevaba a los dormitorios, durante toda la caminata hubo un silencio sepulcral que ni ella ni el quisieron irrumpir. Finalmente respiraron cuando los dejó en los dormitorios

Webber, si te molesta estar en el dormitorio de mujeres espero que halles el camino al dormitorio de los hombres- Tras esto los dejó y Sasha le dio una palmadita en el hombro

Suerte- Le dijo mientras se metía al dormitorio. Por unos momentos se quedó parado bajo el atardecer, estaba frustrado pues no esperaba que su primer día de entrenamiento fuera así

Murmullos y luz salían a través de la puerta abierta del dormitorio de chicas, una brisa fresca sopló y tras él se escucharon pasos sobre madera

Toma- Una voz dijo mientras le extendía un listón rojo

Oh- Elio titubeó mientras la tomaba, reconoció a la chica pues fue de las primeras en presentarse, con dos coletas negras sobre sus hombros, Mina le sonreía amable

Gracias Mina- Contestó sonriente mientras recogía su cabello en un chongo, tras esto caminó hasta encontrar los dormitorios

En cuanto entró pudo notar como lo miraban raro mientras buscaban la habitación que compartiría. A medida que caminaba escuchaba murmullos

La mayoría eran sobre su cabello, otros sobre su padre y como había perdido la pierna contra el titán y otros tantos mencionaban a su hermana

El ángel de Shinganshina era un apodo que le habían dado a aquella exploradora que gastó su gas sacando a cuanto civil o militar pudiera de la zona tomada

Aunque no parecían ser maliciosos, Elio se sentía nervioso rodeado de tantos chicos pues casi siempre la había pasado sola, finalmente llegaba a la habitación que compartiría. Se escucha algo de plática tras la puerta y entró, fue recibido por la imagen de sus compañeros de cuarto cambiándose sin pudor alguno, inmediatamente cerró la puerta y se llevó las manos al rostro

Brevemente pudo ver pechos, piernas, y espadas descubiertas. Su rostro se sentía tibio, su cuerpo flaqueaba y lo invadía una enorme vergüenza, pues a Elio le gustaban los chicos

Nuevamente se abrió la puerta, ahora desde adentro, del interior se extendió le cabeza de un chico rubio, que se le quedó viendo

Pasa algo?- Preguntó mientras terminaba de abrir la puerta, dudaba de contestar pero sintió comodidad y calma al ver que todos ya estaban vestidos

Oh… No…- Habló torpemente mientras pasaba sus manos por su cabello, despeinándolo en lugar de acomodarlo

Es que interrumpí mientras se estaban cambiando… No quería ser descortés- Elio mintió mientras Armin se quitaba de la puerta

No te preocupes, pasa!- Exclamó amable mientras le indicaba que pasara al dormitorio

Nervioso, Elio entró cuando sintió como miradas desde el pasillo se le fijaban. Su caminata era torpe y calculada, los chicos del dormitorio lo vieron brevemente y continuaron vistiéndose

Le tocó estar en la litera de arriba, debajo de él dormiría Reiner. Solamente pudo sentirse intimidado ante tal hombre, robusto, rubio y con un ceño que siempre parecía seria, lo poco que estuvo en la habitación con él pudo notar como evadía su mirada

Por llegar tarde, se quedó solo, aquello fue un alivio pues significaba que podía cambiarse en paz. Salió con una camisa mangacorta de algodón blanco, pantalones negros de lana y unos zapatos cómodos

Llegó tarde a los comedores pues mientras que al apenas le habían servido, notó como otros tantos ya habían terminado y habían escuchado curiosos lo que Eren contaba

Apenas se sentó Reiner lo apuntó con el dedo

Tú también dijiste ser de Shinganshina, no? - Cuestionó volteándose sobre la banca, Elio tuvo que bajar su cuchara hacia el plato mientras sentía las miradas fijarse en él

Nervioso asintió y se enderezó

Porqué preguntas?- Elio respondió serio mientras partía su pan

Pues ya sabemos que pasó aquél día gracias a Eren, pero por ahí dicen que el ángel de Shinganshina llevaba el apellido Webber- Tras esto se dieron murmullos al respecto

Elio sabía claramente que la fama de su familia lo precedía, sin embargo, y a pesar de haber dicho sus tres motivaciones con tanta confianza, la verdad era que por dentro culpa y miedo lo hacían dudar de sí mismo y su lugar aquí

Anisse Webber, el ángel de Shinganshina fue mi hermana- Confesó con los ojos humedecidos y tibios

Culpable y melancólico recordaba las últimas palabras que le dirigió a su hermana

"Vas a morir…" Ahora más que nunca sentía el verdadero peso aquello, le dolía pensar el peso que hubiera tenido en su hermana aquél día y le carcomía saber que el destino usar

Suspiró, pues narrar los hechos sobre su padre y hermana en el distrito caído era como asomarse a un callejón oscuro, tal vez sepas que está ahí, sin embargo, sigues temiendo sobre lo que no estás seguro

Mi madre y yo esperábamos en el río…- Elio comenzó a narrar los sucesos que conocía, sintió su voz debilitarse y al agachar su mirada vio con disgusto su cena y la hizo de lado

Bajo la sombra de un árbol, Elio descansaba, en alguna de las ramas un cuervo graznaba y sacudía las hojas

Varias hojas cayeron sobre Elio y cuando las removió de su rostro, Anisse estaba viéndolo desde arriba. Sobre su rostro descansaba varias cicatrices, mechones platinados caían al lado de sus ojos, Elio solamente pudo sentir alegría al ver los cálidos ojos marrones de su hermana

Se abrazaron y la militar recién graduada lo hizo girar, cuando las risas y los giros acabaron. Elio trató de resistir el mareo y lo logró, pues ver el símbolo del cuerpo de exploradores sobre su hombro había acabado con su alegría de niño

Tras esto no recordaba claramente que pasó entre ellos, sin embargo, no olvidaba lo último que pudo decirle a su hermana

Vas a morir!...- Y como una burla divina, la condena de Elio parecía haberse vuelto cierta

Del cielo cayeron escombros, arrasando casas y levantando las aguas del río. Gritos comenzaron a sonar, una nube de polvo se alzó sobre el lugar y finalmente, Elio pudo ver el rostro rojo de la muerte asomarse sobre las murallas

Y tras esto, solamente recordaba ver como Anisse y su padre se lanzaron al peligro

Desconociendo de su presente y su pasado, Elio volteó violentamente hacia al lado, persiguiendo una sombra, se sintió como un tonto al darse cuenta que solo era el parpadear del fuego de una antorcha y se sintió aún más tonto al darse cuenta que por un momento pensó que aquello sería el rastro de su hermana

No se dignó en ver las reacciones de los demás, pues no esperaba mucho más que ser visto como el bicho raro. Su respiración era lenta y torpe, con la mirada agachada vio como sus manos se sacudían incontrolables

Quiso disculparse, pero no quería hacer las cosas más incómodas, solamente se abrió paso entre los demás y salió del comedor

Camino con prisa e incomodidad, cuando finalmente notó su soledad alzó su mirada y salió al exterior. El aire era fresco y limpio, Elio sintió como si un terrible agarre liberara su cuerpo

"Tonto" Pensó mientras soltaba su cabello, la sacudió brevemente y suspiró

Tras su nueva vida en Trost, nada volvió a ser como antes. Solamente su padre volvió tras el ataque de los titanes y sin una pierna, a pesar de poder mantener una vida buena no resultaba grata

Por mucho tiempo Elio pensó en crecer lo suficiente para enlistarse a la milicia y esperar morir, el vacío que su hermana le había dejado fue fatal y aun lo atormentaba, sin embargo, hubo algo entre ese abismo que nuevamente le dio esperanzas, como una antorcha débil entre oscuridad, Elio quería ir por aquello, incluso si cuando llegara solo hubiera ascuas

Elio llevó su mano a su bolsillo y tomó un pedazo de tela, lo sacó y miró ansioso el emblema de las alas de la libertad. Este era particular, pues estaba bordado de manera casera, sus colores eran opacos y estaba algo dañado

A.W Las iniciales de su hermana estaban bordadas en una de las esquinas, chuecas y de mala calidad, podía reconocer las similitudes entre este parche casero y las técnicas de hilado de su madre, sabía que era de Anisse pues nunca se le dio del todo

Sin embargo, no sabía que había sido de Anisse, solo podía perder el sueño imaginando como este parche llegó al bosque de árboles gigantes, solo podía esperar que el destino le hubiera permitido encontrar esta pista aquella vez que su padre lo llevó a una base cercana

Lo apretó entre sus manos, aun se debatía si pensaba entrar al cuerpo de exploradores para morir o si o haría para encontrar la verdad sobre su hermana, le era conflictivo, pero de lo que estaba seguro era que estaba dispuesto a morir tratando de hallar esa verdad

Llevó el parche hacia su corazón y se le escaparon unas lágrimas, por reflejo se las limpió con el parche al escuchar pasos que se aproximaban hacia él. Guardó el parche y se volteó hacia la puerta

De ella salieron Eren y Reiner, detrás de ellos asomándose pudo ver a los demás: Armin, Mikasa, Sasha, Connie, Christa, Ymir, Jean, Marco, Bertholdt y Mina

Estás bien?- Eren preguntó dando un paso hacia el frente

Elio, se sentía incierto. No solía convivir con tantas personas y no terminaba de imaginar porque vinieron tras de el

Si…- Contestó sin saber porque, no quería mostrarse sensible, pero con sus miradas puestas sobre el tampoco deseaba desanimarlos

Vas a terminar tu historia?- Reiner preguntó mientras cruzaba su brazos y se recargaba en una bisagra

Apretando su puño, asintió, todos sonrieron y comenzaron a avanzar hacia el interior. Recordando cuando Anisse y él dormían en el patio, volteó hacia atrás, a la lejanía podía ver el fulgor amarillento de una fogata

Sonrió pues sus noches de acampadas caseras siempre iban con una fogata

Vengan!- Elio indicó mientras corría a la hoguera. Su sonrisa creció al escuchar los pasos y murmullos darse detrás de él y luego junto a el