Nota: Totalmente random, pero entretenido de alguna manera.
- No vayas a hacer nada – le advierte Shouko, con tono serio. Pues lo único que quería en esos momentos era disfrutar de estar en la bañera para despejar el cansancio y el estrés del trabajo.
Y pese a que su plan inicial era disfrutar del baño sola, Satoru se había colado ahí; pero si lo pensaba bien, decirle que no hiciera nada, era pedir mucho.
Porque todo podía suceder en la hora del baño, más si Satoru Gojō estaba involucrado.
Gojō hizo un puchero.
- ¿Por qué?
- Tal vez porque la bañera es para bañarse y relajarse.
Nuevamente hizo un puchero.
- Shouko…
- No te escucho, no te escucho, no te escucho – sumergió la cabeza, conteniendo la respiración mientras cerraba los ojos. Dejando únicamente sus piernas flexionadas fuera.
…Algo que tal vez no debió hacer.
Sobresaltada, sacó la cabeza del agua, mirando con Satoru mordía juguetón su rodilla. Ieiri frunció el ceño.
- Satoru, no.
- Satoru sí.
- Satoru te dije que no.
-… Satoru tal vez.
- Te voy a correr del baño si sigues.
-… Bueno, está bien – respondió resignado, recostándose en la bañera. Mirando al techo a la vez que fruncía el ceño como un niño regañado.
Pasando un rato, Shouko salió de la bañera. Y antes de salir, lo miró y le dijo:
- ¿Vienes o te vas a quedar ahí?
Gojō la miró, frunciendo ligeramente el ceño.
- ¿Te puedo bañar de dulce?
Ieiri lo pensó un segundo.
- Si lo quitas todo, entonces está bien.
Fue una tarde bastante animada.
