Jujutsu Kaisen & sus personajes son propiedad de Gege Akutami.

Y aquí estoy de nuevo yo con una historia nueva, nuevo fandom y nuevo ship (?)

Este OneShot como tal no tiene ninguna cronología con algún arco actual o pasados de dicha obra/manga, más solo quise ubicarla en su mismo OU. Así que espero que les guste uwu

Sin más los dejo con la lectura.

Enjoy!

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Y aquella noche sería una como de muchas anteriores. El trabajo como profesor solía ser mucho más pesado que ser el hechicero más poderoso. Ignorando las órdenes de los peces gordos, decidió tomarse ese fin de semana libre. Definitivamente iba a desestresarse.

A su modo, claro está.

Al cruzar la puerta de aquel lugar lleno de personas amontonadas, la música a un volumen demasiado alto mientras las masas se movían al ritmo de la música. Era un lugar de perdición, drogas, alcohol y sexo. Si bien las dos primeras opciones no estaban en su lista por esa noche, él iba más por la tercera. Y es que siempre supo sacar provecho de su bien parecida imagen. Apenas había entrado y como ya era costumbre tenía muchas miradas sobre él. En su mayoría mujeres, y alguno que otro hombre. No discriminaba a nadie, pero esa noche particularmente necesitaba estar en medio de un par de buenas piernas para sacar el estrés acumulado. Ya había echo contacto visual con algunas que otras mujeres, claro que eran hermosas pero ninguna le había incitado de tal forma que no fuese solo un guiño. Llegó a la barra y ordenó un sun summer. En cuanto llegó aquella copa la movió un poco y bebió de esta.

Esa noche se dejaría guiar por su intuición.

Al terminar su bebida abandonó la barra. Empezó a mezclarse entre la muchedumbre, dejándose guiar por el ritmo de aquella música estruendosa. Veía a las personas acercarse más no podían tocarlo. Buscó por el lugar hasta que su vista se posó en uno de esos VIP y sonrió. Sería bastante entretenido pasar la noche con una idol. No es que anteriormente no lo hubiera echo, pero le encantaba ser el centro de atención hasta en esos momentos. Para Gojo era divertido ver cómo otros tipos que eran famosos o iban ascendiendo eran rechazados por la idol del momento y luego estaba él, que no tenía que esforzase, pues solamente era Gojo Satoru. Como pudo se abrió paso entre la muchedumbre y se mezcló entre la gente que estaba cerca del VIP, tampoco es que fuera ir directo a ella, más bien la chica iría a él. Y sabía que eso sería en cuestión de poco tiempo. Y así fue como se dejó llevar por la música, era como si se hubiera echo uno solo con esta. Y tal cual lo predijo, en cuestión de casi nada había un sujeto igual de alto que él susurrándole que entrara al VIP. Gojo al inicio rechazó la oferta haciéndose el desentendido. La segunda vez que el guarura fue de nuevo fingió indignación.

"Por supuesto que no soy esa clase de persona, ¿por quien me toma?"

Le había dicho con su mejor actuación al guarura aquel. Además, no sería él quien fuese a dar el brazo a torcer primero. La tercera vez ni siquiera se inmutó y siguió en lo suyo divirtiéndose de tal situación. Quería ver hasta donde iba llegar ese juego de tira y saca. Supo que ya había llegado el final de la diversión cuando vio a la idol asomándose por el VIP mientras sentía la mirada de esta atravesándole. Ella le hizo una señal discreta con la mirada y este solo la siguió por la parte trasera de los VIP.

Al entrar al piso de aquella chica se dejó hacer y deshacer. Esta lo empujó sobre el sofá de la sala mientras se posaba sobre él a ahorcajadas mientras le proporcionaba caricias toscas al momento de ir desbotonando su camisa.

—Sabía que solo te hacías el interesante. —ronroneo ella sobre su oído mientras se restregaba sobre su pelvis.

Y así solía ser entre aquellas situaciones. Gojo solía dejarse hacer lo que sus amantes quisieran sin tener que hacer el mínimo esfuerzo más que solo encargarse de recibir. La fémina al sentir que solo ella hacía el trabajo, se deshizo de la parte superior de su vestido y tomó las manos masculinas dirigiéndolas a sus pechos, incitándolo a deleitarse de ellos. Basándose en su propia experiencia con las mujeres, Gojo reconocía que los pechos de aquella mujer estaban un poquito por encima de la medida y sus manos lograban abarcarlos bien. Mientras aquella chica seguía deleitándose al seguir restregándose, haciendo que sus intimidades tuvieran un choque de fricción. Cansado un poco de aquello, Gojo intercambió lugares, quedando el por encima de ella. No es que no le gustara aquello que la chica hacía, pero de verdad necesitaba ya algo de acción. Subió la parte inferior del vestido hasta sus caderas y sin miramientos se dedicó a estimular la entrepierna de la chica con su misma rodilla. Aquella joven solo se dedicaba arquearse ante aquel acto. Desde que lo había visto entre las personas bailar, supo que sería una noche excepcional. Alejó su rodilla y se dedicó a jugar con los pliegues de sus bragas hasta enrollarlos y hacer fricción entre sus labios internos.

La chica jadeó y Gojo sonrió.

Ella sin aguantarse más se incorporó y comenzó a desabrochar su pantalón, topándose con unos bóxers negros y aquello abultado que ella ansiaba por tener. Acarició por encima de la tela aquel bulto y Gojo echó su cabeza hacia atrás. Se dejaría llevar por aquellas sensaciones por las caricias que aquella chica le estaba brindando. La sintió meter sus manos entre los bóxers mientras abarcaba su masculinidad y comenzaba a masturbarlo.

—Ya estás listo…—murmuró extasiada al sentir el líquido preseminal de aquel joven.

—No creas que pienso ser gentil. —comentó mientras sacaba un preservativo del bolsillo trasero de su pantalón para colocárselo.

—No espero que lo seas. —comentó al sentirlo posicionarse entre sus piernas.

Lo sintió rosar sobre su entrada y jadeó encajando sus uñas en el colchón del sofá. Pero nunca lo sintió entrar. Se incorporó para toparse al albino muy concentrado en su celular y alejándose abruptamente de ella.

—¿Qué demonios crees qué haces? —cuestionó incrédula al verlo colocarse sus ropas nuevamente.

—Bueno, es obvio que me visto. —comentó mientras acomodaba sus pantalones.

—¿Es enserio? —no sabía si aquel sujeto era estupido o tonto, tal vez ambas.

Gojo la miró con una ceja alzada.

—Tienes frente a ti, semi desnuda y caliente a la idol del momento.

—Sí…bueno, recibí una mejor oferta. —respondió como si nada.

—¿Disculpa?

Gojo podía sentir la indignación ante aquellas palabras mientras terminaba de fajarse la camisa.

—Todo un gusto, idol del momento.

Fue su modo de despedirse y se apresuró a salir de aquel piso antes de que aquella chica se le fuera encima. Salió del edificio y se transportó de manera rápida al edificio donde vivía. Subió hasta su piso y entró a su casa dirigiéndose directamente al baño despojándose de su ropa sucia en el cesto, miró nuevamente su teléfono y lo dejó sobre el tocador, definitivamente no podía estar en tales condiciones con esa persona. Nada que una rápida y helada ducha no pudiera arreglar. Al salir se dirigió a su ropero y buscó algo de lo más cómodo, unos pants gris claro en compañía de una sudadera oscura. Se colocó sus pantunflas y siguió secando su cabello con otra toalla. Tan pronto como volvió a salir de su cuarto el timbre sonó y se aproximó a la puerta.

—Vaya sorpresa. —canturreó al abrir la puerta.

Fue empujado levemente a un lado por aquella persona que se iba adentrando en su hogar. Cerró la puerta tras de sí y suspiró.

—Eso es tan poco típico de ti, Utahime.

La joven solo se giró a verlo con su expresión de siempre, Te odio Gojo. Podía leerse claramente en su cara mientras se quitaba sus botas y las dejaba a un lado. Satoru suspiró y se quedó recargado en la puerta mientras observaba cómo Utahime dejaba unas cosas en el sofá, por lo que Gojo podía ver traía consigo un bolso mediano y por el estado de cansancio que mostraba, más lo desarreglado de sus ropas, deducía que vendría de al menos exorcizar varias maldiciones.

—Te vez horrible. —dijo sonriendo mientras miraba una de las plantas que estaban al fondo.

—Cierra la boca.

Puntualizó a la par que iba colocando sus brazos alrededor del cuello masculino. Gojo soltó de forma impredecible un suspiro contra su boca al sentirla tan cerca, no era que no supiera a que había ido Utahime a su piso, no era algo que pasara con tanta frecuencia pero sus encuentros eran algo casual y solo en ciertas ocasiones. Gojo la tomó del rostro con algo de brusquedad y terminaron por fundirse en un beso desesperado, de aquellos que se sienten como se te va el alma. Y a pesar del tiempo que pasase, no podía tener realmente el control que quisiera sobre sus reacciones ante el mínimo tacto íntimo que su antigua superior le proporcionaba en esos encuentros. Utahime cortó el beso mientras soltaba entrecortadas bocanadas de aire, para darse cuenta que ambos seguían unidos por un visible hilo de saliva.

—Baño, iré a tomar un baño. —comentó ya con su respiración un poco regular al darse cuenta de su estado y de que Gojo ya había tomado uno, así que se giró para aproximarse al sofá y tomar su bolso mediano—. Pero…¿Qué mierdas?...¡Gojo!

—Tu baño puede esperar. —susurro cerca de su oído para luego lamer su lóbulo mientras de un ágil movimiento la colocó sobre su hombro.

Sin más preámbulos se dirigió a su habitación. Donde dejó caer sobre la cama a Utahime y esta soltó un grito que a Gojo le parecio gracioso —por no decir adorable—. La joven quiso incorporarse para protestar, pero aquel hombre yacía encima de ella devorando sus labios. Ella jadeó al sentir como este pasaba de sus labios a su cuello, dejando rastro de aquellos besos húmedos hasta que se posó sobre su hombro y comenzó a succionar suavemente, deleitándose con los suspiros de la fémina y sin más dio una mordida en la humedecida piel. Utahime gimió y aquello fue el detonante para que ambos perdiesen el control. Y a la mierda su idea de tomar un baño. La joven cambió de posiciones, dejando a Gojo sobre la cama, mientras ella comenzaba despojarse de sus ropajes, todo bajo la atenta mirada masculina. Y claro que Gojo no iba quedarse atrás, se despojó de la sudadera y antes de siquiera quitarse el pants, decidió hacerla un poco de emoción, debido al color claro de este el bulto entre sus piernas era bastante notorio. Algo que no pasó por desapercibido era como Utahime lo observaba y mordía su labio inferior al mismo tiempo. Gojo ahogó un jadeo al ver el conjunto de lencería que la fémina llevaba, y aunque no hubieran acordado encontrarse ese día, de algún modo ambos tenían en mente el mismo concepto de liberar el estrés. Iba a tomar la iniciativa nuevamente pero ver a Utahime yendo a gatas hacía él lo dejó descolocado. Gojo solo la visualizó como un depredador que iba directo a su presa.

Y él era la presa.

Sus movimientos eran sutiles y elegantes. Y aunque quisiera seguir a paso lento ahora no podía, realmente lo necesitaba, y sin miramientos se colocó a horcajadas. Desde que la había visto despojarse de su ropa, Gojo se sintió húmedo. Echó su cabeza hacia atrás al sentirla encima suyo y soltó un sonoro jadeo al instante en que Utahime comenzó a restregarse sobre su miembro. La joven lo sujetó del rostro y lo atrajo hacía ella. Satoru gruñó, sabía que Utahime iba con todo, así que la sujetó por las caderas y comenzó a marcar un ritmo más rápido y profundo. Ella jadeó sobre sus labios, quería fundirse de nuevo a ellos, pero la mirada de la joven decía otra cosa —si te atreves a besarme me voy—, era lo que su mirada callaba, y la verdad es que disfrutaba de ser dominado —solamente por ella—, así que tendría que contenerse.

—Buen chico. —susurró sobre sus labios—. Ahh…—miró al reloj de mesa y volvió a suspirar, eran las 2:30AM—. Aún quedan cuatro horas…¡aaahh! —gimió al sentir como Gojo sujetaba entre sus dientes uno de sus pezones por encima de su sostén.

Utahime sabía cuánto le molestaba a Gojo que se pusiera a contar el tiempo durante sus encuentros, pues eso significaba que tendrían que volver a su rutina habitual de molestar y odiar. En un instante Gojo la despegó un poco y bajo su pants junto a su bóxer, removió un poco las panties de la joven, la cual gimió al sentirlo tan duro y rozarse entre sus pliegues íntimos. Deshecho la idea de introducirse en ella, pues aunque ya estuviera suficientemente húmeda, iba a divertirse un rato. La miró de una forma traviesa y llevó sus dedos a los labios de Utahime.

—Estas muy mojada. —mustió junto a una de sus características sonrisas socarronas—. Me pregunto, ¿Te pusiste así en cuanto llegaste aquí o cuando enviaste ese mensaje?

Utahime no iba darle el gusto de molestarse y lo dejaría en duda. Así que para sorpresa de Gojo, ella lamió sus dedos y llevó su mano a la nuca masculina para terminar de atraerlo y rozar escasamente sus labios —debido a los dedos de Gojo aún de por medio—, Utahime apartó su mano y terminó por unir sus labios. Por otra parte Gojo quería continuar con aquel juego de ver quien aguantaba más conteniéndose, pero su entrepierna ya comenzaba a doler. Del cajón de la mesita de noche intentó sacar un preservativo, pero Utahime se lo impidió, normalmente —y como debe ser siempre— ellos se cuidaban en cada acto sexual, empero por la mirada que ella le brindó entendió que ya iba preparada para la ocasión o que simplemente ella se haría cargo —muy probablemente con Shoko—. Ella elevó un poco su trasero, con su mano abarcó el miembro masculino y comenzó a masturbarlo. Gojo soltó algo parecido a un gemido en mezcla con un gruñido, Utahime sonrió mientras se relamía los labios. Y sin previo aviso se introdujo de lleno. Ambos soltaron suspiros y alguna que otra maldición al sentirse dentro del otro. Se quedaron viéndo durante unos cuantos segundos perdiéndose en la mirada del otro, hasta que Utahime comenzó a moverse lentamente, hasta que Gojo volvió a sujetarla por las caderas y fue marcando un ritmo más rápido.

Lo que restó de la madrugada siguieron así, entregándose uno al otro, robando pequeños respiros y alguno que otro juego hasta que cayeron rendidos.

Tras sentir la tenue luz de la mañana colándose un poco entre las cortinas, Gojo se permitió contemplar a la mujer que se encontraba durmiendo a su lado. Ciertamente él era un hombre que no podía mantenerse fiel solo a una mujer. Pero sus acciones —como la de anoche— decían un poco lo contrario, pues cuando estaba por liarse con aquella idol y recibió aquel mensaje de Utahime echó todo por la borda y acudió a su encuentro. De algún modo era fiel a sus encuentros. Si eso no era ser lo más cercano un hombre fiel entonces no sabía que era. Al inicio de todo aquello pensó que era solo por lo bueno y descontrolado que era el sexo entre ellos.

"Es mera calentura."

Se dijo así mismo la quinta vez que se acostaron. Llevaban años haciendo aquello, y aunque quisiera no podía olvidar algo así. Aún recordaba la primera vez de cuando ese juego comenzó, semanas después de que Utahime había quedado con aquella cicatriz en su rostro, Gojo se sentía frustrado consigo mismo, pues no había podido acudir a ayudar —a su modo—, debido a que se encontraba haciendo otras misiones. Aún podía recordar la sensación de Utahime robándole el aire con un beso, algo que lo había desconcertado por completo, pues ella siempre —y hasta actualmente— había dejado en claro su desagrado y odio hacia él. Tiempo después y como no queriendo la cosa, yendo a buscar a Shoko para saludarla, antes de entrar a su área de trabajo había escuchado a su antigua compañera teniendo una llamada con Utahime en alta voz.

"¿Nunca has pensado en que podrían ser una pareja?"

"¿Bromeas? Es algo mero casual. Además, tu sabes cómo es Gojo, no puede mantenerse fiel a una sola mujer. Y sabes que yo tampoco tengo en mente algo como mantener una relación sentimental…"

Y aquello había sido lo único que se permitió escuchar ese día. De cierto modo entendía la situación, él mismo se había ganado a pulso su reputación y sobre todo aquella imagen que Utahime tenía sobre él. No iba a mentirse, ese día tras escuchar tales palabras sintió algo tan extraño en su interior. Lo más cercano a describirlo era como cuando estás desprevenido y te echan un balde de agua helada. Durante todos sus encuentros jamás se había atrevido a mencionar algo referente a esa conversación que escuchó con Shoko, pues ambos tenían claro que mientras no fuese durante aquellos actos no habría algo de lo que hablar más que lo esencial como maestros, hechiceros y mero compañerismo. Gojo soltó un suspiro mientras la observaba aún dormir, acomodó detrás de su oreja unos cuantos mechones de su cabellos para tener mejor vista de su rostro y acarició con bastante delicadeza aquella cicatriz. Dentro de unas horas más acabaría ese momento y sabrá cuanto tiempo más tendría que pasar para volver a repetir. Depositó un beso en su frente y la sintió acurrucarse entre su pecho mientras solo se dedicó a abrazarla. De cierto modo, aquello le gustaba y estaba conforme con eso. Pasarían a ser solo recuerdos, que si bien podían volver a repetirse y aunque ellos no lo dijeran, sabían que cada uno de aquellos encuentros carnales tenían el mismo valor pero también un significado diferente. Normalmente eran rudos y burlones entre ellos, pero de un momento a otro siempre terminaban con algo suave. Si bien Gojo no podía mantener comunmente una atmosfera de color rosa con ella, en esos momentos si. En algun punto de aquello ella mencionó que ya no estaba lista para seguir con aquello, muchas palabras a la vez pero siempre volvía. Y en cada toque, cada caricia, cada unión ella siempre…

"Eres muy especial Satoru…"

Murmuró dormida.

Gojo se acomodó en la curvatura de su cuello, aspirando el aroma que su piel desprendía, suspiró y contuvo aquella sensación de alegría en su pecho y es que le encantaba escucharla decir su nombre. Perdió la noción del tiempo cuando cayó profundamente dormido.

Cuando estaba ya por despertar pudo sentirse acogida en un cálido abrazo y al abrir sus ojos se encontró con la imagen de Gojo durmiendo placidamente. Se quedó contemplándolo, ese hombre era una obra de arte hasta durmiendo. Debía admitir que su parte favorita de aquello era presisamente esa, donde él era lo primero que miraba al abrir sus ojos. Le gustaba ver como su respiración se acompasaba con su pecho, como sus blancos cabellos estaban desordenados. Y sobre todas las cosas, el como la abrazaba. Soltó un leve suspiro, pues sabía que ese momento no duraría para siempre. Acarició su cabello y luego depositó un suave beso sobre sus labios. Con suma delicadeza se fue apartando de Gojo, sintiendo la frialdad escurrirse sobre su cuerpo. Y antes de salir de la cama lo miró de reojo para después darle la espalda y marcharse de aquella habitación. Procuró no hacer tanto ruido al salir y fue directo a la sala por sus cosas para después ir al baño y darse una ducha muy rápida, fue tal su velocidad que ni siquiera le importó el tener que sujetar su cabello escurriendo de agua. Preparó sus cosas y antes de salir observó la pequeña bolsa de papel que traía consigo anoche. Pensó en dejarla en aquel sofá y marcharse sin más, empero y rodó sus ojos mientras su subconsciente le repetía constantemente que iba arrepentirse de eso en un futuro. Suspiró algo molesta consigo misma, luego miró satisfecha la mesa de estar y ahora sí tomo sus cosas y abandonó el piso de Gojo.

Despertó en cuanto sintió a Utahime separarse de él, con los ojos entrecerrados la vio cuando abandonó la habitación, era una hermosa vista de la desnudez de su espalda. No fue hasta que escuchó la puerta de su casa cerrarse que se levantó y encaminó a la sala. Aún podía sentir su aroma. Suspiró y algo sobre la mesita de la sala llamo su atención, sus ojos brillaron. Estaban acomodados en perfecto orden sobre uno de sus platos de porcelana e inmediatamente fue por su celular para regresar corriendo y tomar una foto sobre aquel delicioso postre. No era cualquier postre, era uno que solo se preparaba cada cierto tiempo en una de sus cafeterías favoritas. Tomó la notita que se encontraba doblada sobre el plato y la leyó para terminar con una media sonrisa.

Tal vez, solamente tal vez, aquello podría significar algo positivo a futuro.

"Trata de comerlos despacio y sin atragantarte, idiota."

-Utahime.

Recitaba aquella notita adhesiva.

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Según se sabe Gojo no bebe alcohol, por lo que en mi experiencia con bebidas con y sin alcohol, el sun summer no contiene nada-nadita de alcohol (?)

Si llegaron hasta aquí espero que les haya gustado este intento de historia puerca, sad y medio final no tan triste (?)

Me disculpo si hay algún error, lo revise varias veces -hasta con la nota de voz de word xD- así que si se me fue algún dedazo pues perdón:(

Sin mas comentarios de por medio, paso a despedirme (?)

~ChachosBane~