Disclaimer applied.

Este fic participa en el reto semanal #FortunaMusical del grupo de la página SasuSaku Eternice Moi.

Día nueve: The heart wants what it wants.

By

Rumiko No Haru.

La última vez que vi tu rostro, imaginé como se sentiría si ese fuera nuestro último adiós (lo fue). Llevabas el cabello casi al hombro y las emociones que llenaban el brillo de tu cara me hacían sentir que las cosas estás no tienen final.

No cuando se ama profundamente. No cuando las cosas parecen tener la conexión mágica que buscamos toda la vida, no es mitad o gemelos, es conexión. Química.

No era común que cada vez que tus ojos me miraban, los míos se encontrarán en el camino con los tuyos. Ni que tus labios encajarán como rompecabezas con mi boca cada vez que la sed ajena nos poseía, que tus manos supieran dónde y cómo tocarme, tal crucigrama hecho sólo para ti. Una eternidad parecía segundos a tu lado. Quería quedarme ahí para siempre. Sólo tú me hacías encontrar sentido en este mundo tan perdido, que me hacía querer desaparecer.

Al final te convertí en mi todo, siendo parte fundamental en mi vida, perteneciéndote casi como la oscuridad a la noche.

Dormirme en tu pecho, besarte, el dulce olor de tu perfume, hacían de mí una sumisa. Que se dejaba ir por el suave oleaje de tus palabras. Confesiones forzadas con sabor a dolor.

Porque, aunque mi rostro se llenará de lágrimas y me ahogará en la traición, tú nunca viste dentro de mí lo que tanto anhelaba. No puede conocer por cuenta propia lo que el amor recíproco significaba. Que el llanto y la soledad no deberían ir en esa fórmula, por más sentimientos puros existiesen. Las mañanas bajo el efecto de mi poca cordura siempre me hacían querer huir, pero eras tú.

El corazón quiere lo que quiere. Y yo te quería a ti.

Con ese cabello azabache, precioso.

Recuerdo haber besado tu frente una y otra vez mientras dormías, besar tus dedos y la punta de tu nariz, eras tan bello para mí. Un poema que fue muy complicado de leer para mí.

La despedida tenía un pequeño toque a destellos, propios de mi alma que conocían la verdad absoluta sobre el amor.

Porque perderte a ti, no fue lo más difícil.

Fue perderme a mí

nota de autor: no es mucho, pero es trabajo honesto.