No poseo los derechos de autor. Los personajes pertenecen a la asombrosa Stephenie Meyer y J. K. Rowlin. La historia es de la genial Hermione Katniss Cullen, en la historia se muestran fragmentos de la Saga Crepúsculo y Harry Potter. Yo solo me divierto traduciendo (Leer nota al final).
I do not own the copyright. The characters belong to the amazing Stephenie Meyer and J. K. Rowlin. The story is from the great Hermione Katniss Cullen, in the story fragments of the Twilight Saga and Harry Potter are shown. I just have fun translating.
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POV BELLA
— No, no… guarda silencio, Edward, esta es la mejor parte. — le murmuré empujando mis manos hasta sus labios para silenciarlo, mis ojos se mantuvieron pegados a la pantalla.
Edward se rió, su cuerpo tembló contra mis palmas antes de que dejara un suave beso en ellas, entonces, con una mirada divertida en sus ojos, me jaló hasta sentarme en su regazo. Una risa escapó de mis labios, su travieso humor era contagioso, y me removí entre sus brazos. La película había pasado a segundo plano para este momento. En lugar de soltarme, mis palabras parecieron acrecentar sus ánimos, apretándome suavemente en su abrazo, me jaló más cerca de su pecho.
Con mis días totalmente libres ahora que la graduación había pasado, empezaba a pasar cada vez más tiempo en la casa Cullen, para sorpresa de nadie realmente, aunque algo de disgusto por parte de Charlie; no me creía capaz de acostumbrarme al monumental tamaño y elegancia de este lugar, sin importar cuanto tiempo pasara en la casa (que era una palabra bastante pobre para describirla, 'mansión' se acercaba más). Después de todo, era muy diferente del lugar en donde me había criado….
Llevando mis rodillas hasta debajo de mi mentón, intenté acercarme más al sólido pecho de Edward cubierto por la tela de su camisa, mi atención regresó a la pantalla para ver a un lloroso Romeo descubrir a Julieta sobre la tumba. Por muy superficial que pueda ser, esta era mi parte favorita. Dos amantes separados por una predestinada tragedia.
Si Edward pudiera leer mi mente, sabía que estaría rodando los ojos ante mi línea de pensamiento. Sabía que él no estaba de acuerdo.
No pude evitar pensar en los recientes meses, en los eventos que le siguieron a mi horrible fiesta de cumpleaños. Ese día habíamos visto esta misma película en clase de inglés, cuando Edward me había descrito su envidia hacia Romeo. Un escalofrío involuntario me recorrió al recordar cómo Edward describía su deseo de morir al creerme muerta a manos de James y, más adelante, el desastre que le había llevado hasta Italia…
Los Vulturi.
El vampiro de cabello largo, azabache, Aro. De pie frente a todos, tan radiante como un niño en un patio de juegos. Cayo, tal vez más siniestro que su hermano, vigilante a su lado. Marco, aunque era aparentemente el más calmado que sus hermanos, su silencio dejaba mucho misterio en el aire y no podía evitar intentar llenar los espacios en blanco con mi conocimiento, resultando en imágenes escalofriantes de los tres hermanos.
Entonces estaba Jane, sus ojos habían brillado con un flameante rojo mientras me miraba, deseando mi sufrimiento, la expresión casi demente de sus facciones al darse cuenta que era inmune a sus poderes. Pero Edward no lo era.
La expresión atormentada de su rostro mientras sufría a manos de Jane era algo que se había aferrado a mi mente, sobre todo en las horas nocturnas, produciendo horribles pesadillas que incluían a toda la guardia Vulturi.
Todos ellos me esperaban en mis pesadillas, casi tanto como el resto de las figuras traumáticas de mi infancia.
Sin embargo, Carlisle continuaba asegurandome que ellos nos dejarían en paz una vez que me hubieran convertido, tal y como fue el trato en Italia. Mi conversión se había programado de forma tediosa para algún momento de los siguientes meses…
La vibración de mi celular en el bolsillo de mi chaqueta me alertó de una llamada, desviando mi atención de la película, me volví para leer el identificador de llamadas. El nombre que apareció ante mis ojos hizo que se me atorara el aliento por unos momentos.
— Perdón, tengo que contestar. — salté sobre mis pies, mi pulgar se deslizó tentativamente sobre el botón para aceptar la llamada, esperaba no sonar tan ansiosa como me sentía. Él me sonrió cálidamente, sus ojos me pedían apresurarme para volver junto a él.
Le di lo que esperaba que fuera una sonrisa tranquila antes de caminar a la cocina, haciendo mi mayor esfuerzo por no tropezarme a causa de la adrenalina en mis venas. En el momento en que estuve fuera de la vista, presioné mi dedo para aceptar la llamada, llevando el celular contra mi oreja, esperando impacientemente por una respuesta al otro lado de la línea.
— ¿Bella? — la voz familiar disparó recuerdos que habían tenido lugar a lo largo de mi vida.
— ¡Harry! — hasta ese punto noté que había estado conteniendo la respiración. — ¡Harry! Es genial poder escuchar tu voz, te he extrañado mucho…
— Es tiempo, Bella. — él me interrumpió.
— ¿Tiempo? ¿Tiempo para…? — la sangre abandonó mi rostro cuando finamente el peso de esas palabras se asentó al fondo de mi estómago, me sentí estúpida por el tiempo que me tomó.
— Los Dursley se fueron y en unos días el Ministerio ya no será capaz de rastrear nuestra magia. Necesito que te encuentres conmigo en casa de los Dursley. — mientras él hablaba mis pensamientos por fin decidieron aclararse para que yo pudiera pensar con facilidad, pero con esta petición, otra duda surgió a la superficie.
— ¿Y cómo se supone que llegaré allá? No puedo desaparecer a Inglaterra justo ahora o subirme a un avión y estar allí en un par de horas. — susurré. Para mi fortuna, los demás Cullen habían ido de cacería, pero eso no quitaba que en la habitación de al lado se encontrara un vampiro con excelente capacidad auditiva. Sé que Edward nunca invadiría mi privacidad a propósito, pero, aun así, no era un riesgo que estuviera dispuesta a correr.
— No te preocupes por eso, Hagrid irá a buscarte. Él estará en tu casa dentro de unas horas, así que asegúrate de empacar todo lo que necesites. — Me enderecé instintivamente, mis músculos se tensaron a la defensiva al saber que pronto estaría lejos de la cómoda vida que había construido para mí en Forks… y con la posibilidad de nunca regresar. — Te veo pronto, mantente a salvo. — fue lo último que murmuró antes de que la línea muriera y me encontrara a mí misma en medio de la cocina sin saber qué hacer realmente.
Después de un momento me obligué a sacudirme de encima el shock, regresando mi atención al tiempo presente. Tenía muchas cosas en las que pensar para desperdiciar mi tiempo entrando en pánico.
Forzando una falsa sonrisa en mi cara, caminé de regreso a la sala de estar. Llegué hasta Edward con una mirada de desinterés mientras él veía con aburrición las escenas que se desarrollaban en la pantalla de la tv. Me esforcé por parecer relajada, y al ver la mirada tranquila mirada en el rostro de mi novio, aparentemente lo logré. Era mejor actriz de lo que él había imaginado, después de todo ¿no había estado mintiendo la mayor parte de mi vida?
Sin saber qué hacer conmigo misma, me senté en el brazo del sofá.
— Ese era Charlie. Quiere que llegue a casa temprano. ¿Me llevas?
— Claro. — me besó suavemente en la mejilla antes de caminar por sus llaves. Me sonrojé ante el gesto e intenté esconder mi rostro detrás de mi cabello; de alguna forma, incluso ahora, él lograba deslumbrarme.
Entrelazando sus dedos con los míos, caminamos uno al lado del otro hacia el automóvil plateado, Edward se adelantó para poder abrirme la puerta como era usual. Su mano quedó sosteniendo la mía mientras conducía, con la otra sostenía el volante. Un pensamiento me invadió cuando el Volvo avanzó por el camino de tierra hasta la carretera… esta podría ser la última vez. En un desesperado intento, me esforcé en recordar lo más posible de la casa a la que había empezado a llamar hogar. Quería… necesitaba recordarla por siempre.
Me enfoqué en el rápido incremento de los numero en el tablero del auto, señalando nuestra velocidad, de 25 a 40, después a 69 y 75. Me apretujé contra el asiento de cuero, pasando mi atención a los árboles a través de la ventana que pasaban zumbando a nuestros costados, los ricos tonos de verde y marrón se desdibujaban, entremezclándose. Calidez familiar.
Oh, Dios. Extrañaría este lugar.
— Entonces, ¿por qué Charlie quería que llegaras temprano? — preguntó Edward, manteniendo su vista sobre el camino para complacerme. Fingí una expresión insegura.
— No estoy muy segura, sabes que Charlie no se caracteriza por dar muchos detalles. — las palabras se aglomeraron en mi garganta. — He estado pasando mucho tiempo en tu casa últimamente, casi no lo he visto esta semana. Tal vez solo quiera pasar tiempo juntos antes de la universidad.
Edward asintió en respuesta sabiendo el inevitable futuro que nos esperaba una vez que yo me hubiera convertido, era muy poco probable que pudiera volver a ver a Charlie, a pesar de la información que le estaba escondiendo en ese momento. La conversación se volvió silenciosa, por lo cual estaba agradecida, no tenía idea de cuánto tiempo más podría seguir escupiendo mentiras entre dientes, especialmente cuando mis ojos empezaban a llenarse de lágrimas. Por el resto del viaje nos sentamos en silencio, no era tan extraño como otras personas pensarían, más que nada, disfrutábamos la prescencia del otro con comodidad.
Aproveché estos momentos para relajarme lo más que pudiera, después de hoy estaría cazando Horrocruxes, lo que me llevaría a dios-sabe-donde, recorriendo el país.
En ese momento no pude evitar pensar en la situación del aeropuerto de Arizona, cuando había planeado escapar de Jasper y Alice para encontrarme con James en el estudio de ballet. Al igual que ese día, volví a engañar, ahora a Edward, para escapar de su atención y correr para enfrentar un inmenso peligro.
Fui sacada de mis pensamientos y, de regreso a la realidad, cuando el coche finalmente se detuvo frente a la casa de Charlie. Jugueteé nerviosamente con el dobladillo de mi jersey antes de reunir el valor para mirar a Edward sabiendo que sería la última vez que lo vería en meses... y, por mucho que odiara pensar en eso, podría ser la última vez que lo vería si las cosas no terminaban bien para nosotros. Mi boca se abrió un par de veces luchando por encontrar las palabras correctas para decir.
— ¿Sabes que te amo verdad? — finalmente me decidí.
— Por supuesto, y yo también te amo, niña tonta, eres todo para mí. Pero, ¿está todo bien? Has estado actuando un poco extraño desde que Charlie llamó. — Sus cejas se arquearon con preocupación cuando una mano fría se acercó a acariciar mi mejilla.
— Todo está bien, me estoy sintiendo un poco emocional de repente. Ya sabes… mis sensibles hormonas adolescentes. — Me incliné para besarlo, quitando su preocupación con mis bromas y saboreando cada momento de mis labios en los suyos; luego moviéndome para envolver mis brazos alrededor de su cuello en un fuerte abrazo, el dulce y familiar aroma de miel y vainilla llenó mi nariz mientras empujaba mi cara contra su hombro, como sosteniéndome en tierra. Iba a extrañar mucho esto.
— Sí, tus hormonas adolescentes de hecho. Estoy muy familiarizado con ellas. — Bromeó. Me obligué a separarme y me recliné en mi asiento una vez más.
— Adiós, Edward. — Murmuré saliendo del coche conteniendo las lágrimas.
— Te veré más tarde. — Hizo una mueca de despedida.
Por tercera vez ese día, forcé otra sonrisa falsa el tiempo suficiente para que Edward diera marcha atrás desde el camino de entrada, pero me volví lo más rápido que pude. No quería que viera la solitaria lágrima que se derramaba por mi mejilla o las lágrimas relucientes que amenazaban con caer en cualquier momento.
Caminé a grandes zancadas hacia la casa a pesar de lo mucho que mi corazón me decía que hiciera todo lo contrario, pero tenía un compromiso y no estaba dispuesta a dar marcha atrás ahora. La puerta de entrada dejó escapar un chirrido y, para evitar que el silencio de la casa vacía alimentara mis pensamientos negativos, subí corriendo las escaleras, empezando a empacar rápidamente mis cosas en una maleta, buscando ocupar mi dispersa mente con cualquier cosa. Empaqué solo lo esencial, dándole a mi teléfono una mirada concentrada antes de tirarlo sobre mi cama. No tenía sentido, de todos modos, nunca había buena recepción en Hogwarts.
Corriendo para no dejar que el tiempo me alcanzara, agarré mi bolso y lo arrastré por las escaleras antes de apoyarlo contra la pared del porche. Corriendo hacia la cocina, saqué tres trozos de papel del dibujo y comencé a escribir; el primero fue para Charlie.
Gracias, Charlie, por cuidarme todo este tiempo y dejarme vivir aquí contigo.
Es hora de que me vaya. Cuando todo esto termine, espero volver a verte. Aprecio todo lo que has hecho por mí.
Con amor, Bella.
La segunda estaba dirigida a los Cullen:
Queridos Cullen.
Lamento haberlos abandonado así, sin ninguna explicación, merecen una después de todo lo que han hecho por mí, pero justo ahora no puedo decirles nada.
No era mi deseo dejarles, pero necesito terminar algo que empecé. Prometo explicarles todo cuando regrese.
Espero que cuando llegue ese día, puedan perdonarme.
Son mi familia y los amo, manténganse a salvo.
Bella.
Miré fijamente la última página en blanco, tratando de averiguar qué decir. ¿Qué le dices al hombre que amas cuando te vas sin ninguna explicación? Sabiendo que existe la posibilidad de no volverlo a ver nunca. ¿Cómo colocar cada pensamiento y sentimiento en palabras?
Si aún no estaba claro, no era Bella Swan. O más bien, ella no existía... no realmente. Yo era Bella, Isabella Lillian Marie Potter; la hermana gemela de Harry Potter, hija de Lilly y James Potter. Bruja, estudiante de Gryffindor y sobre todo… una elegida.
Hace dieciséis años, Tom Riddle se propuso matarme a mí y a mi hermano y, en el proceso, mató a nuestros padres dejándonos huérfanos. Cuando regresó para matarnos, el hechizo rebotó y, en su lugar, lo destruyó. Esa noche nos dejó a mi hermano y a mí con una cicatriz en forma de rayo en la frente y un futuro lleno de traumas, sin mencionar que todo el mundo mágico parecía conocer perfectamente nuestros nombres antes que nosotros.
Y el resto… bueno, el resto es historia.
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¡Gran estreno!
Estoy muy contenta, ya saben que amo los crossovers, y esta historia está súper buena jaja no pude despegarme de la pantalla cuando empecé a leerla. La original si está terminada, así que podemos irnos con todo jajaja
Si quieren saber un poco más de detalles, pueden pasarse por nuestro grupo de Facebook 'Twilight Over The Moon', ahí publico todas las noticias de mis historias, sobre todo en los en vivos, así que tienen alguna duda, ahí pueden hacérmelas llegar.
No olviden dejar un lindo comentario, saben que me encanta saber sus opiniones. ¿Alguna de ustedes es Potterhead? Porque yo empecé los libros este año jaja
¡Nos leemos pronto!
