Aclaraciones:
1.- Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Reiji Miyajima.
2.- Habrá lemon, pero en futuros capítulos.
3.- Habrá spoilers sobre el manga.
4.- Perdonen por las posibles faltas de ortografía.
¿Casualidad?
-Demonios, ya es tarde.- Se quejó Kibe una vez verifico la hora en su celular. Volteó a ver a su amigo que se encontraba sentado a un lado suyo. -Oye, Kazuya, ya es hora de irnos.-.
-¿Ehhh...? ¿Por qué tan pronto? ¿No sé supone que ibas a acompañarme en mi dolor~?- Dijo el joven peli-castaño, que a pesar de haber tomado más que su amigo, hablaba con bastante claridad.
-Solo iba hacerlo por un rato, no toda la noche. Tengo que ir a trabajar mañana.- Contestó mientras se levantaba de su asiento y se ponía la sudadera que se encontraba en el respaldo de la misma. -Además, tarde o temprano la vas a tener que superar.-.
-Ya lo sé...- Kazuya dejó caer su cabeza sobre la barra de madera que tenía enfrente, para después levantar nuevamente la cabeza con algunas lágrimas en los ojos. -Pero aún no puedo borrar la imagen de Mami-chan engañándome con otro chico.-.
-Lo sé, idiota. Es por eso que tienes que hablar con ella y ponerle fin a su relación. ¿Quién te asegura que ella no volverá a engañarte con ese chico o que ella no está meditando la idea de terminar contigo? Lo mejor para ti en estos momentos es terminar con Mami antes que ella lo haga, así conservaras un poco de la poca dignidad que te queda.- El peli-negro posó su mano en el hombro de su amigo en señal de apoyo. -Créeme, es lo mejor. Ya con el tiempo lograras salir adelante. Incluso puede que encuentres a alguien mejor que ella, ¿Quién sabe? A veces las personas que cambian por completo tu vida llegan cuando menos te lo esperas.-.
Kazuya volteo a ver a su amigo, sintiéndose un poco mejor ante las palabras de apoyo de su mejor amigo de toda la vida.
-Aunque, considerando tu vida amorosa, lo más probable es que eso nunca pase.- Kibe hizo que su mejor amigo volviera a su estado depresivo de antes.
-Gracias por levantarme el animo.- Habló el peli-castaño, obviamente de forma sarcástica.
-No hay de qué. Para eso están los amigos. Cuídate.- Dicho eso, Kibe se fue del bar.
Kinoshita solo se quedó en el establecimiento, bebiendo cada vez más y esperando que de esa forma pudiera olvidar el horrible y doloroso recuerdo de su novia siéndole infiel con otro hombre. Y lo peor de todo es que ese chico era 1000 veces más atractivo que él. Verla tomada de la mano con aquel chico para después besarse fue algo que le hirió el corazón, pero lo que definitivamente termino por hacerlo trizas fue ver como ambos se dirigían a un hotel para después entrar... y ya no volver a salir por un largo rato.
-¡Ahhh! ¡¿Por qué tenía que terminar así?!- Tomó de nuevo su jarra de cerveza y le dio un profundo trago, casi acabándose su amarga bebida. Dejó la jarra y una vez más volvió a estrellar su cabeza contra la barra. -¿Por qué..., Mami-chan?-.
Siguió lamentándose por un rato más, desahogando sus penas con aquel líquido ámbar, que a pesar del sabor le era difícil de dejar. Fue entonces que logró escuchar algo que le llamó la atención.
-Maldito seas, Umi... ¿Por qué t-tenías que...?- Era la voz de una chica, que claramente se notaba molesta.
Volteo su mirada para verla y se encontró con una joven de hermosa cabellera peli-marrón, atado en un par de trenzas; sus ojos eran del mismo color que su pelo, acompañados por unos anteojos de color negro; y a simple vista se notaba lo suave y tersa que era su piel. En pocas palabras, era hermosa, muy hermosa. Ella se encontraba sentada un poco alejada de él, pero lo suficiente como para poder escuchar las palabras poco audibles de la peli-marrón. Ella apretaba con fuerzas la jarra de cerveza que tenía en sus manos, con una clara expresión de enojo y tristeza mientras contenía las pequeñas lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos. De pronto, se llevó la jarra a la boca y le dio un gran trago, terminando con su bebida en cuestión de segundos.
-Te odio...- Dijo la joven, una vez termino con su cerveza.
Kazuya solo continuó observándola por un rato más. Y debió de haber sido bastante obvió, ya que la joven lo notó mirándola fijamente y en respuesta ella también volteo para verlo. Fue ese preciso momento en el que sus ojos hicieron contacto por primera vez. Por alguna extraña razón, él no podía dejar de mirar los bellos ojos de la joven. Tal vez era debido a los efectos del alcohol y de tener un corazón destrozado, pero comenzó a sentir una extraña calidez en su interior al mirar los brillantes e hipnotizantes ojos de la peli-marrón. O al menos así fue hasta que ella volvió a hablar.
-Oye, ¿qué me miras...?- Preguntó, un tanto grosera y molesta por la mirada del peli-marrón. Él solo mostró una expresión confusa en su cara como respuesta. -¿Es que acaso una chica no puede desahogar sus penas bebiendo cerveza en paz?-.
Su tono de voz amargo y su agresividad al momento de hablar hizo molestar un poco a Kazuya, quien decidió contestarle de la misma manera.
-Claro que puede. Pero si quieres hacerlo en paz, entonces deja de estar murmurando cosas en voz alta. También hay otros que desean aliviar sus penas en silencio. Pero tu molesta voz no lo permite.- Dijo Kazuya con el ceño fruncido y un tono de voz poco amigable. No hace falta decir que la peli-marrón no se tomó para nada bien aquellas palabras.
Al principio ella lo miro sorprendida de sus palabras, luego volvió a su expresión malhumorada, pero esta vez con el ceño más fruncido.
-Ugh, lo siento por haber arruinado tu "lindo momento" de depresión con mis quejas sin sentido. Y a todo eso, ¿Por qué estabas escuchándome?- Volvió a preguntar mientras cambiaba su expresión de enojo a una de miedo y asqueada. -¿Acaso eres un acosador? Si es así, me das asco y llamaré a la policía.-.
-¡No soy ningún acosador, idiota! ¡Así que deja eso!- Gritó el peli-marrón, justo a tiempo antes de que la joven a su lado comenzara a marcarle a la policía desde su celular. -Además, te escuche porque estabas hablando un poco fuerte y a pesar de la distancia se escuchaba que estabas maldiciendo a alguien.-.
Después de decir eso, la oji-marrón aparto la mirada rápidamente. En eso, Kazuya pudo notar como temblaban levemente sus labios, lo cual lo preocupo un poco.
-Oye, ¿e-estas bien?- No sabía si lo mejor era acercarse o quedarse sentado en su asiento.
-Eso no es de tu incumbencia.- Fue lo único que salió de la boca de la joven, manteniendo su mirada fija en su jarra vacía.
A pesar de su respuesta, Kazuya sabía que algo andaba mal con aquella chica. Tenía la sospecha de que ella debía de estar pasando por algo muy malo, lo sabía con tan solo verla: Su postura, con la espalda un poco curveada y los hombros caídos; sus manos, temblando un poco mientras sujetaba su bebida; y sus labios, los cuales apretaba y parecía que estaba tratando de contener las lágrimas que se iban acumulando poco a poco en sus ojos.
Después de pensarlo un poco, el peli-marrón soltó un suspiro.
-Sé que no es de mi incumbencia y que no es algo que me interese. Es más, podría importarme un bledo tus problemas.- Ahora él estaba hablando con una expresión seria, al igual que su voz, viendo el líquido amargo que aún quedaba en su jarra.
De cierta forma, sus palabras tuvieron cierto impacto en la joven. Ahora estaba más molesta y apretaba con más fuerza sus labios, parecía como si en cualquier momento se partiría el labio y haría brotar de ellos un pequeño hilo de sangre.
-Entonces, solo deja...-.
-Sin embargo...- Antes de que ella terminara de hablar, Kazuya la interrumpió. Sin cambiar la seriedad plasmada en su rostro. -También sé que cuando una persona no está bien, a veces, el escuchar sus problemas y demostrarle apoyo... suele ayudar mucho.-.
Los 2 jóvenes volvieron a dirigirse la mirada, casi de manera simultánea. Ambos con un leve sonrojo debido a los efectos de la cerveza. Pero la diferencia era que ella tenía una mirada de sorprendida y confundida, por su lado, él tenía una mirada seria y comprensible.
-Así que, lo preguntare una última vez.- Su semblante se suavizo al igual que su voz, solo un poco. -¿Estas bien?-.
El silencio se hizo presente entre ellos durante un par de segundos antes de que ella volviera a apartar la mirada. Kazuya interpreto esto como un rechazo de su parte, por lo cual solo se limitó a dar un suspiro y así ignorar lo sucedido. Decidió seguir con sus asuntos y dejarla en paz. Pero antes de que pudiera darle un último tragó a su bebida, una voz lo detuvo en seco.
-Mi n-novio... me engaño...- Fue la respuesta de la peli-marrón.
Sinceramente, él estaba bastante sorprendido de su respuesta. Pensó que ella no le diría la verdad y simplemente seguiría en lo suyo. Vaya que se equivocó. Ahora, al saber la causa de su dolor, no pudo evitar sentir algo de empatía por ella. Se podría decir que ambos compartían el mismo dolor.
-Bueno, parece ser que los 2 estamos aquí por la misma razón.- Sus labios formaron una pequeña y amarga sonrisa.
-¿Acaso tu novio también te dejó?-.
-No soy gay.- Respondió un poco de enojado por la suposición de la chica, pero al instante se le paso. -Y me refiero a que mi pareja también me fue infiel con otra persona.-.
Decir esas palabras no eran fáciles para él, pues su corazón todavía sufría por los recuerdos de hace unas horas atrás.
-Ya veo.- Dijo la joven, su voz también se había suavizado. -Que amarga coincidencia, ¿no crees?-.
Kazuya soltó una pequeña risita por el comentario de la joven peli-marrón. Y es que sus palabras eran completamente ciertas.
-Demasiada...-.
Ambos jóvenes soltaron un suspiro al mismo tiempo, antes de que ella tomara la palabra.
-Entonces, dime.- Volteó a ver a Kazuya, quien la miro algo confundido. -¿Con quién te engaño tu maldita novia? ¿Con un chico más sociable que tú? ¿Más inteligente? ¿Con más dinero? ¿O mucho más atractivo que tú? Aunque eso último no creo que sea difícil de superar.-.
-Ahh, con que vas burlarte ahora de mi sufrimiento. Eso duele, ¿sabes?- Kazuya sentía como si le echaran sal en la herida que tenía en su corazón. Sin embargo, al ver que ella se encontraba de un mejor humor, le provocó cierta felicidad y alivio... O tal vez eran solo los efectos del alcohol (Sí, era lo más probable). Por lo cual decidió seguirle la corriente. -Si vamos a comenzar a hablar sobre nuestro dolor, ¿por qué no comienzas tu primero? Al fin y al cabo, las damas van primero, ¿no?-.
-Eres un bastardo, ¿lo sabías?- Preguntó la oji-marrón, intentando sonar molesta, pero la pequeña sonrisa de su cara decía que le había causado un poco de risa. Kazuya solo asintió con la cabeza como respuesta. -Pues mi nov... mi EX novio, al parecer le encantan más las chicas peli-rubias, de cabello corto, ojos azules, que la mayor parte del tiempo están con una sonrisa "angelical" y que les gusta estar siempre a la moda... que cliché, ¿no?-.
La joven solo podía sentirse cada vez más molesta al recordar el rostro de la chica con la que se acostó el maldito de su, ahora, ex pareja. Por otro lado, Kazuya no había escuchado esas 3 últimas palabras, ya que estaba completamente perdido en sus pensamientos. Y es que esa descripción le recordaba a alguien en especial. Alguien que alguna vez había hecho latir su corazón de felicidad, pero que ahora lo hacía latir de dolor. Pronto, los nervios y el miedo se apoderaron de él. ¿Sería acaso posible que... esa peli-rubia fuera...?
No. Eso era imposible... ¿o no?
-D-De casualidad...- Esta vez tomó la palabra el peli-marrón, tratando de lidiar con los nervios que lo carcomían por dentro por comprobar su teoría. -T-Tú novio... ¿tiene el cabello un poco largo, color blanco, también tiene ojos azules y traía puesta una camisa... blanca?-.
Los ojos de la joven comenzaron a abrirse cada vez más con cada palabra que salía de la boca del peli-marrón, y con eso Kazuya supo que, tal vez, sus suposiciones podrían ser una desagradable verdad.
Rápidamente, los 2 jóvenes comenzaron a checar su celular en busca de algo en específico, completamente nerviosos y temerosos de lo que pudiera pasar. Una vez que encontraron lo que buscaban, ambos levantaron el celular y se miraron directamente.
-¡¿Acaso viste a esta... per... so... na...?- Preguntaron al mismo tiempo, pero cuando vieron el celular del otro, su voz se iba apagando poco a poco y la falta de aliento se hacía presenté.
En el celular de cada uno mostraba una foto de ellos con sus respectivas parejas: Kazuya mostrando una foto de él junto a aquella chica peli-rubia y la joven desconocida mostraba una foto de ella junto a aquel chico peli-blanco.
-¡Esto debe ser una puta broma!-.
…
-Entonces, tu nombre es Chizuru-chan y ese sujeto se llama Umi-kun, él mismo que tanto maldecías, ¿o me equivoco?- Dijo Kazuya, sin muchos ánimos después de lo ocurrido.
-Sí... Y tú te llamas Kazuya-kun y el nombre de esa chica es Mami-chan.- Dijo Chizuru que, a diferencia de él, se mostraba muy molesta por los hechos. -De verdad que esto tiene que ser una broma de muy mal gusto.-.
Los 2 soltaron un largo y pesado suspiro para después mirar fijamente sus respectivas bebidas, sumergidos en sus propios pensamientos. Sus cabezas estaban hechas un caos en esos momentos, pero trataban de disimularlo lo mejor que podían. No podían evitar preguntarse qué clase que cruel coincidencia era la que estaban viviendo. No estaban muy seguros sobre lo que debían de hacer ahora, excepto el oji-marrón, ya que una pequeña idea vino a su mente.
-Por cierto, Chizuru-chan.- Dijo, con la voz un poco decaída. -Quería pedirte una disculpa.-.
Ella lo miro bastante confundida por sus palabras.
-¿Ehh...? ¿Por qué te estas disculpando?- Chizuru trataba de entender y recordar el posible motivo por el cual se disculpaba.
-Bueno, tal vez yo fui el causante de que todo esto sucediera.- Contestó Kazuya, cuya mirada se notaba decaída. -Tal vez hice algo que molesto a Mami-chan, tal vez no le dediqué el tiempo suficiente a nuestra relación, tal vez no les demostré muy bien lo mucho que la amo o tal vez no la ame lo suficiente como ella hubiera querido... No lo sé, pudieron ser miles de cosas en las cuales yo me equivoque. Por eso yo lo sien...-.
No le dio tiempo de terminar cuando sintió un dolor punzante en una de sus mejillas, seguido de un terrible ardor que casi lo hizo soltar unas pequeñas lágrimas de dolor. Pero pudo contenerlas lo mejor que pudo.
Al parecer, su acompañante le había dado una muy dolorosa bofetada que de milagro no le arrancó la cabeza. Giro la cabeza para poder mirarla a los ojos y reclamarle por lo sucedido, sin embargo, las palabras no pudieron salir de su boca cuando vio su rostro enfurecido. Verla con esa expresión le provocaba escalofríos, e incluso temía un poco por su vida. Estaba a punto de preguntarle qué era lo que le pasaba, pero ella habló antes que él.
-¡¿Acaso eres imbécil?!- Preguntó, o más bien, dio un gritó que logró atraer la atención de algunos pocos clientes que había en el local. -¿Por qué tienes que disculparte por algo que hizo esa tipa? ¿Acaso tú la obligaste a hacerlo? Tú dices que no la amaste tanto como ella lo hubiese deseado, pero ¿acaso no estás haciendo eso justo ahora? Estas echándote toda la culpa a ti de sus acciones y la dejas a ella como la dulce e inocente mariposa de esta historia. ¡Déjame decirte que eso es algo completamente estúpido! Además, si las cosas no funcionaran, ¿no crees que sería mejor hablarlo con tu pareja y arreglar las cosas, en lugar de ir y acostarte con la primera persona atractiva que se te cruce?-.
Era muy evidente el enojo que la invadía. Si antes le parecía aterradora, ahora temía por su vida. Pensaba que su integridad física estaba en peligro, en un grande y terrible peligro. Para su suerte, Chizuru se dio cuenta de que todos en el lugar los estaban viendo, así que trató de calmarse lo más que pudo. De todas formas, todavía se sentía muy molesta con lo antes dicho por el peli-marrón.
-Mira, lo siento mucho por lo que acabo de decirte... y también por golpearte.- A decir verdad, ella se sentía un poco avergonzada por eso último.
-Oh, no te preocupes por eso. No me dolió tanto...- Dijo Kazuya con una sonrisa, tratando de que la peli-marrón no se sintiese mal por haberlo abofeteado. Sin embargo, la clara marca roja de la mano de la joven sobre su mejilla decía todo lo contrario.
-Pero, aun así, no puedo evitar sentirme molesta. Porque, a pesar de que ella te traiciono y destrozo tu corazón... tú aún la sigues amándola con todas tus fuerzas. Eso se nota a simple vista, ya que no muchos se atreverían a defender a una persona que claramente traiciono su confianza y asumir toda la culpa por ello... No sé si eso es amor o una gran estupidez de tu parte.- En su rostro serio se dibujo una pequeña sonrisa y su mirada se suavizo. -Supongo que ambas.-.
Por su parte, Kazuya se quedó sin palabras. A decir verdad, estaba sorprendido por las palabras de la joven sentada a su lado y al meditar cada una de ellas, una pequeña parte de él se sentía... feliz. Bastante feliz.
-Gracias...- Dijo el oji-marrón, con un tono de voz bajo, pero suave.
-Sí, de nada...- Fue lo que respondió Chizuru, antes de que el ambiente entre ambos volviera a un profundo silencio. Pero la diferencia en esta ocasión era que aquel ya no era un silencio incomodo, sino todo lo contrario: Era un silencio cómodo y algo reconfortante para los 2. Sin embargo, no duraron así por mucho tiempo, ya que ella volvió a tomar la palabra. -Bueno, ya que estamos aquí. Vamos a hacer las cosas bien.-.
-¿Eh...?-.
-Disculpe, señor.- Chizuru trató de llamar la atención de uno de los empleados del bar, logrando su cometido, mientras ignoraba por completo la expresión de confusión en el rostro del peli-marrón.
-¿Qué se le ofrece señorita?- Preguntó el empleado de forma amable.
-¿Podría traerme otros 2 tarros de cerveza, por favor?-.
-Por supuesto señorita, en un momento se los traigo.- Dijo el hombre antes de irse del lugar.
Una vez termino de hacer su orden, ella volteo a ver a su acompañante, el cual aún mantenía su expresión confundida.
-¿Por qué pediste 2 cervezas más?- Preguntó el peli-marrón.
-¿No es bastante obvió? Es para los 2.- Explicó. -¿Es que acaso nunca prestas atención a lo que sucede a tu alrededor? Cielos, tonto.-.
-Espera... Entonces, ¿quieres que beba contigo?- Aun no podía procesar del todo bien las palabras dichas por la joven oji-marrón, ya que le resultaba algo difícil de creer que ella quisiera compartir una cerveza con él.
-¿Acaso eres sordo? Ya te dije que sí.- Chizuru comenzó a molestarse un poco por la actitud de Kazuya.
-Pero... ¿Por qué?- Esa era la pregunta que rondaba por su cabeza en ese momento, ya que momentos atrás lo estaba llamando acosador y ahora le invitaba un trago. Raro, ¿verdad?
Ante su pregunta, Chizuru guardo silencio. Parecía como si estuviese pensando que explicación darle para que aceptara tomar un trago con ella. Finalmente, volvió a retomar la palabra.
-No sé, exactamente, por qué... Pero, la idea de platicar con una persona que pasa por el mismo dolor que tú y que pueda comprenderte... para mi es algo tranquilizante y algo lindo.- Un pequeño brillo se podía notar en sus ojos cuando decía cada palabra, algo que él pudo notar. Después de decir eso, el mesero llego con las bebidas que había ordenad y se las entrego antes de marcharse. Ella tomó un tarro y luego le acerco el otro a Kazuya. -Entonces, ¿aceptas o qué?-.
Después de estar pensando durante un tiempo la idea de aceptar o rechazar, Kazuya termino aceptando la cerveza. Tomó la cerveza, ambos chocaron sus tarros, con poca fuerza, y dieron el primer trago al mismo tiempo, para después soltar un suspiro de satisfacción.
-Vaya... y-ya lo necesitaba...- Comentó la joven con lentes, cuyo sonrojo se marcó un poco más en sus mejillas.
-Oye, ¿ya has bebido antes, …verdad?- Preguntó Kazuya, un poco dudoso y temeroso. Él sabía perfectamente que si una persona comenzaba a beber grandes cantidades de cerveza y jamás había tomado una gota de alcohol antes... pues las cosas no solían acabar bien. Lo sabía por experiencia.
-E-Eto... No... Pero soy consciente de que debo beber con moderación~.- Respondió Chizuru, pero esta vez se podía notar un ligero cambió en su voz. Como si ahora estuviera un poco más relajada. -Así que~... tú tranquilo, yo nerviosa. Además, ¿qué es lo peor que podría pasar?-.
La peli-marrón pudo notar que Kazuya no estaba del todo convencido de su respuesta. Por lo cual trato, otra vez, de convencer a su acompañante de que todo estaría bien.
-¡Vamos! No seas aguafiestas ahora. Solo relájate y desahoguemos nuestras penas y nuestro dolor lo más que podamos.-.
Kazuya no dijo nada, solo la vio tomar otro sorbo de su amarga bebida con total tranquilidad. Después de unos pocos segundos, él se resignó y decidió seguirle la corriente, confiando en su palabra.
-Bueno... hace unos momentos ella parecía estar bien, tal vez el alcohol le haga efecto de a poco.- Pensó, recordando como, momentos atrás, ella mostraba una actitud seria y enojona. Así que probablemente no tendría muchos problemas con la cerveza si bebían con moderación. -Mmmm... ¡Ahhh, al diablo todo! Vine aquí para desahogarme y eso haré... ¡Responsablemente, claro! Y como ella dijo: ¿Qué es lo peor que podría pasar?-.
…
-Ahh... Mi cabeza...- Fue lo primero que dijo una vez despertó.
No sabía en qué momento se había quedado dormido o cuanto tiempo llevaba así. De todas formas, en lo que más se preocupaba en esos momentos era en su dolor de cabeza. Aunque, por alguna razón, también se sentía un poco agotado. Cosa extraña, ya que no recordaba haber hecho algún esfuerzo extra antes de irse a dormir... A decir verdad, no recordaba nada antes de irse a dormir.
Lo único que recordaba fue el haber tomado un par de cervezas con aquella chica peli-marrón que conoció en el bar.
Después de eso... Ya no recordaba mucho, por no decir nada.
Decidió no darle muchas vueltas al asunto si no quería empeorar su dolor de cabeza. Pero al ajustar un poco su vista se dio cuenta de que el techo era algo diferente al de su departamento, algo que le parecía muy extraño ya que estaba en su habitación... ¿cierto?
Trato de levantarse, pero en fue en ese momento que pudo sentir un peso extra en su brazo izquierdo y una calidez a un costado de su cuerpo. Al girar un poco la cabeza para ver lo que se encontraba apoyado sobre su pecho, sintió como el aire se escapaba de sus pulmones y su corazón se saltaba unos cuantos latidos. Simplemente no podía creer lo que veían sus ojos.
Aquella hermosa chica de largo cabello y ojos marrones estaba acostada a su lado, pegando su cuerpo con el suyo, casi abrazándolo, recostando su cabeza en su brazo y apoyando su mano sobre su pecho.
Pero eso no fue lo que más lo sorprendió y altero... Lo que de verdad hizo que tuviera la cara tan pálida fue notar que ambos estaban completamente... desnudos.
Claro, estaban tapados por una sabana, ¡pero solo de la cintura para abajo! Y no tenía que ser un genio para saber que la parte inferior de su cuerpo estaba igual de expuesta que su parte superior.
Kazuya no sabía como podría salir de esa situación sin ganarse una buena paliza por parte de la joven a su lado, o al menos una buena (y tal vez merecida) cachetada. Trato de pensar en una posible ruta de escape, pero todas terminaban en un posible caos, haciendo que su dolor de cabeza empeorará. Trató de calmarse un poco y volteó a mirarla una vez más, encontrándose con una expresión relajada plasmada en su rostro... Ahora que veía su rostro más de cerca… admitía que era bastante hermosa, mucho más que cuándo estaban en el bar, y con esa tranquilidad reflejada en su cara parecía ser una ángel… una bella y encantadora ángel.
De pronto, sintió como su corazón comenzaba a latir muy rápido, demasiado rápido.
Sentir la suavidad de su piel y la delicadeza de sus manos fue algo que le era difícil de describir, era una sensación que no había sentido antes. Y debía de admitir que se sentía… muy bien. Tanto que la idea de escapar de esa situación se había esfumado por unos segundos. Siguió contemplándola en completo silencio, como si una especie de fuerza imaginaria le impidiese apartar sus ojos de aquella delicada y sensual figura que descansaba a su lado.
Pero todos sus miedos volvieron cuando la vio revolverse un poco antes de abrir los ojos, lentamente. Al principio ella parecía estar igual de confundida que él, pero cuando sus ojos se encontraron con los del peli-marrón, algo dentro de ella hizo "click". Ella rápidamente se dio cuenta de la situación en la que se encontraba y se alejó lo más que pudo de él, tapando su desnudez y sentándose encima la cama. Kazuya hizo lo mismo que ella, solo que él se tapo únicamente sus partes nobles.
Los 2 se quedaron callados por un largo rato mientras el calor de sus mejillas aumentaba a niveles críticos. Kazuya volvió a intentar pensar en una forma de salir ileso de esa situación (algo que ahora parecía poco probable), tenía el presentimiento de que cualquier movimiento en falso lo haría acabar en un hospital, muy malherido. Aun así, pensó que hacer el primer movimiento podría darle algo de ventaja.
-B-B-Buenos días…- Trató de hablar lo menos nervioso posible, pensando que, de esa forma, la situación podría resolverse mejor.
Sin embargo, él no contó con que ella no se lo tomaría de la mejor manera.
-Tú…- Dijo Chizuru, evidentemente enojada, mientras apretaba su mano en forma de puño con todas sus fuerzas. Y cuando Kazuya notó eso, comenzó a sudar frío. -¡MALDITO IDIOTA!-.
Lo último que vio el peli-marrón antes de que todo se oscureciera fue el puño de la joven dirigirse a su cara a toda velocidad.
…
-¡Auch! Duele, duele...- Se quejó el joven de cabellera marrón mientras apretaba, con un poco más de fuerza, la bolsa con hielos sobre su ojo morado, esperando que de esa forma se redujera un poco la inflamación y el dolor. -¿Por qué tuve que ser yo el único que salió mal de esa situación?-.
Se preguntaba Kazuya mientras caminaba por las calles de la ciudad, en dirección a su hogar. Al mismo tiempo, volvió a recordar todos los acontecimientos de la noche anterior que lo hicieron terminar en la misma cama con Chizuru.
Ciertamente, no recordaba nada al despertar, pero fue gracias al puñetazo que le proporciono la oji-marrón que pudo recordar todo lo que paso anoche, o al menos la mayor parte. A decir verdad, muchos de sus recuerdos aún seguían borrosos, pero sí recordaba el momento cuando salieron del bar, luego cuándo se dirigieron al hotel y, finalmente, cuando ambos se encontraban en la cama... teniendo...
-¡Ahhhh! ¡¿Cómo pudo pasar eso?!- Obviamente, su cabeza estaba hecha un caos, y eso no hacía más que empeorar el dolor que estaba sintiendo. Pero también hacía que cierta parte de su anatomía comenzara a reaccionar. Cuando se dio cuenta de ese detalle, llevó su otra mano a esa parte baja de su cuerpo lo más rápido y disimulado que pudo (todo esto sin soltar la pequeña bolsa de compras que traía). -¡Después de todo lo que hiciste anoche! ¡¿No puedes quedarte quieto, al menos por hoy?!-.
Logró tranquilizarse después de unos minutos y continuó su camino.
Después de lo sucedido anoche, ambos habían tomado caminos distintos, y la verdad era mejor así. No lo malentiendan, él se hubiera ofrecido a llevarla hasta su casa, pero con todo lo que había pasado y tomando en cuenta que el viaje sería algo incomodo... Pues lo mejor era irse cada uno por su lado.
Kazuya aprovecho para ponerse en contacto con Kibe y decirle que estaba bien, ya que su mejor amigo le había mandado un montón de mensajes desde la mañana preguntándole cómo estaba. También aprovecho para comprar unas bebidas energizantes y algo para aliviar sus dolores. Se sentía demasiado agotado y muy adolorido, pero, si era honesto consigo mismo, el haberse acostado con alguien como Chizuru... fue una de las experiencias más maravillosas de toda su vida (aunque no la recordara del todo bien). Una experiencia que jamás volvería a ocurrir.
Soltó un suspiro de alivio cuando pudo visualizar el pequeño complejo de departamentos en el que vivía. Con un poco más de ánimo, camino hacía su puerta y a pocos pasos de tocar la perilla de la misma, notó que la puerta del departamento de al lado se estaba abriendo.
Ahora que lo pensaba, no había tenido oportunidad de saludar a su nuevo vecino. Así que pensó que esta podría ser una buena oportunidad para presentarse. Después de todo, ¿Qué podría salir mal?
-Hola vecino, es un placer cono... cer... te...- Su cara volvió a tomar un tonó pálido mientras sentía que el aire se escapaba de sus pulmones.
Frente a él se encontraba la chica con la que había tomado un par de cervezas anoche, con la que había compartido su dolor y con la que había tenido sexo: la inconfundible y hermosa Chizuru.
Ambos se quedaron estáticos en sus lugares, procesando lo que sus ojos veían. Y una vez que salieron de su parálisis, ambos compartieron un mismo grito.
-¡¿EHHHHHHH?!-.
Continuara...
¡Hola queridos lectores!
He vuelto con una nueva historia :D... a pesar de que ya tengo otras historias pendientes, pero bueno. Así soy yo y no puedo evitarlo. XD
Cada vez que tengo una idea para un nuevo fanfic, o un nuevo capítulo de los fanfics que ya tengo, no puedo dejar de pensar en ello hasta tenerlo listo jeje.
Y bueno, la verdad espero que les guste esta nueva historia, que los haga pasar un rato agradable y entretenido.
Y para los que se pregunte qué es lo que pasara con mis otras historias que tengo pendientes, tranquilos que ya las voy a retomar, poco a poco.
Sin más que decir, nos leemos pronto. Hasta la próxima. ;)
