Hola, bueno me presento mi nombre es Gabriela Cordón, y pues quería compartir con ustedes algo que me surgió en medio de mi nostalgia por el final de SNK, estoy feliz por el EreMika, aun así no me deja de dolor y siento un vacío enorme que no encontré mejor manera de sacar mi angustia que de esta manera.
Aclaro no soy escritora, pero esto lo hice con todo mi amor y con el alma en la mano en honor a una historia que se me quedo tatuada en lo más profundo del corazón.
Hoy estoy aquí, contigo. Te he traído flores y estoy junto a tu tumba, bajo este árbol que muchas veces te vio dormir y ahora te acompaña en tu sueño eterno. Acaricio tu lápida y no puedo evitar recordar todos los momentos que compartimos juntos. Sabes, hay muchas cosas que hubiera querido vivir contigo, muchas cosas que hubiera querido decirte.
Pero ahora, solo tu recuerdo me acompaña…
Vienen a mi memoria todos los momentos que pasamos juntos. Recuerdo el día que nos conocimos. Tú me salvaste la vida. Tuve que ver cómo mis padres morían en manos de esos maleantes. Pensé que iba a morir, ya no tenía esperanza y, de pronto, llegaste. Sin esperarte, entraste por esa puerta y me salvaste de esas personas que solo querían dañarme. Tú fuiste el motivo por el cual descubrí que debía pelear. Ahí, en este momento, cuando ese hombre quería matarte, me dijiste «pelea, pelea» y algo dentro de mí cambió. Fue como una corriente eléctrica que me impulsaba a luchar y todo eso fue por ti. Muchas gracias.
Esa noche, al ser rescatados, sentía frio, me sentí sola, pero tú una vez más me rescataste. Te acercaste y me pusiste tu bufanda. Era tan cálida… se sentía tan bien, tan reconfortante… Ahí, en medio de todo, me tomaste la manga de mi vestido para que fuéramos a casa, a nuestra casa.
Tuvimos que vivir muchos momentos de dolor, ver morir a tantas personas que queríamos. Tuvimos que hacernos fuertes. Yo juré protegerte y seguirte a donde fueras. No importaba qué decisión tomaras, yo siempre te seguiría. Sentía que si estabas a mi lado, era capaz de lograr lo que fuera. Pero, ese día, mientras ayudaba a los eldianos a cruzar la muralla, tú luchabas contra los titanes. Tu instinto de protección salvó a Armin de morir sacrificándote tú. En ese momento, sentí una opresión en el corazón y luego… descubro la verdad. Me sentí morir. No quería seguir si no estabas conmigo y simplemente me deje llevar por mi dolor.
Quería morir…
Sí. En ese momento, quería morir porque no podía asimilar un mundo en el que tú no estuvieras. Me dejé llevar por mi sufrimiento y quería que algún titán me comiera en esos instantes. Y luego, algo dentro de mí me lo impidió. Había algo que no me permitía dejarme morir. Sentía tus palabras diciéndome «pelea, pelea» y te pedí perdón. Debía seguir. Y ahí, en ese instante, llegaste. Me protegiste. Claro, no sabía que eras tú, pero algo dentro de mí hizo que no tuviera miedo, y pues así comenzó a crecer esta aventura que afrontamos juntos.
Sabes, Eren, si tuviera que vivir todo esto, lo viviría una y otra vez solo con saber que estarás nuevamente a mi lado. Son muchos momentos que conservo contigo. Cada uno me llena el corazón, esa conexión inexplicable que teníamos, momentos tan mágicos que pasamos como cuando te agradecí por todo lo que habías hecho por mí, por estar a mi lado y, sobre todo, por ponerme esta bufanda. Tengo tatuadas tus palabras…
«Te la podré las veces que quieras, cuantas veces sea necesario»
«De aquí en adelante»
Muchas gracias.
Es tan inexplicable todo lo que mi corazón siente. No creo que nadie más me entienda, solo tú. Sé que desde donde estás, me escuchas, y por eso me atrevo a decir todo esto. Pienso en esa noche, esa pregunta que me hiciste, y es ahí, en ese instante en el que quisiera regresar el tiempo y contestarte lo que realmente sentía. Fui tan insegura pensando que tú no sentías lo mismo, que solo pude decirte que te veía como mi familia cuando tú no eras solo eso…
Eres mi hogar, lo que necesito para seguir, la fuerza que me hace luchar y… el amor de mi vida.
Luego, todo cambió. Tus palabras, que me dolieron… En ese momento, no entendía por qué. Por qué me habías lastimado de esa manera. Por qué habías golpeado a Armin y por qué nos mirabas como lo peor que te hubiera pasado. Me dolió tanto, que guardé la bufanda… Aquella que juré no quitarme nunca, la guardé, pero sin dejarla a un lado. Y la razón… fácil. Tú no ibas a dejar de ser lo que más me importaba, pasara lo que pasara. Me sentí tan sola, tan vacía. No entendía tus razones. Tuve que verte convertido en un monstruo, preguntándome a cada momento el por qué de tus actos, tratando de entenderte. Pero todo era tan confuso para mí. Quería que todo ese dolor terminara, ya no era capaz de ver a mis amigos y a gente inocente morir. Ya no más.
Y es ahí, en ese momento, donde creí que todo estaba perdido, en el que vi Armin enfrentarte, en el que vi a todos mis amigos convertidos en titanes, escuchando a Levi decirme que solo nosotros podríamos acabar con esto. Vienen esos recuerdos a mi mente. Y es acá cuando le diste respuesta a mi propia pregunta. Si mi respuesta hubiera sido otra. Me mostraste una vida juntos, en una pequeña cabaña viviendo los dos solos, disfrutando del amor que nos tenemos. Esos cuatro años que te quedaban de vida, que habrían estado tan llenos de amor y paz, así fuera un instante. Ahí, en medio de ese maravilloso lugar en el que solo estábamos tú y yo, me hiciste prometerte que seguiría mi vida cuando tú ya no estuvieras, que tendría una larga vida y que buscara ser feliz, olvidándote. Entonces desperté, me di cuenta que no fue un sueño, habías sido tú devolviéndome mis memorias, esas que no podían ser manipuladas tan fácilmente pero que tú, con tus acciones, hacías que no me fuera posible recordar.
Entendí todo, cada una de tus actitudes y la razón por la cual te sacrificaste. Dándole la libertad a todos tus amigos y a mí. Entendí que esta historia que iniciaba una y otra vez debía terminar, que no podíamos seguir pasando lo mismo y que por eso, ese día, en este mismo árbol, cuando todo comenzó, despertaste llorando. Ahora, entiendo que fue porque entendiste que era la última vez que vivíamos esa vida juntos, siendo felices y eso te dolió. Cómo me hubiera gustado compartir contigo esa angustia y esa agonía, pero sé que no era posible y que hasta tu último aliento me protegiste.
Ahora estamos aquí… Tres años han pasado desde que la lucha terminó, pero la guerra aún no acaba. No sé qué deparará todo, pero sí puedo decirte que deseo que pudieras ver este paisaje sin las murallas, ver este atardecer conmigo, siendo libres.
Nunca podré olvidarte, tu recuerdo y tu amor siempre vivirán en mí.
Eren, quisiera verte una vez más…
Esperen…
¿Y este pájaro?
¿Qué haces?
¿Me puso la bufanda en su lugar?
¿Eres tú?
Gracias, por ponerme esta bufanda, EREN…
Mikasa Ackerman
Bueno muchísimas gracias por leer, este pequeño pensamiento, fue mi manera de desahogar todo lo que siento y el amor tan profundo que siento por estos dos personajes a los que amo con la vida.
Quiero agradecer con corazón a las dos personas que inspiran mi alma y me dieron el impulso para publicar esto y compartirlo. DAIKRA, ISEUL ustedes son los ángeles que Dios me mandó para alegrarme la vida, LAS AMO y tenerlas es lo mejor que me pudo pasar. Mil gracias por todo su apoyo y amor. LAS AMO MUCHÍSIMO.
