Disclaimer: Nada me pertenece
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Beso de buenos días
Diego y Lila
Ambientado después de la segunda temporada
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Diego acaba de quedarse dormido. Está abrazado a ella como si Lila fuera un peluche y tiene la cabeza apoyada en su pecho. Podría matarlo sin esfuerzo. Sería tan fácil como romperle el cuello o alargar la mano y coger uno de los cuchillos que hay en el cajón de la mesita de noche. No es que Lila tenga intención de matarlo, pero no deja de exasperarla que a él ni se le pase por la cabeza protegerse un poco más. Ella es una asesina profesional, al fin y al cabo. No obstante, Diego confía en ella. Le parecería estúpido si no le pareciera tan tierno.
La propia Lila está empezando a quedarse dormida. Normalmente ese sería el momento de marcharse a su casa. Nunca se queda a dormir con Diego. Sabe que a él le gustaría que lo hiciera, pero siente que eso sería dar un paso más en su relación y no está segura de estar lista para eso.
Diego y ella son muy diferentes en ese aspecto. Él está acostumbrado a actuar de forma impulsiva, a improvisarlo todo y nunca pensar en las consecuencias. Se ha entregado a ella por completo, sin dudas ni medias tintas. Le ha dicho que la quiere y se lo demuestra siempre que tiene ocasión.
Ella es más cautelosa. Desde siempre le han inculcado la importancia de calcular sus pasos y en los últimos tiempos ha descubierto cómo se puede derrumbar su mundo por confiar en la persona equivocada. Así que va poco a poco. Se deja querer, pero no termina de permitirse corresponder ese cariño. Todavía no le ha dicho a Diego que lo ama, a pesar de que sabe que es cierto. Está intentando posponer el tener que darle un nombre a su relación porque tiene miedo de acabar dando demasiado y quedarse sin nada como le pasó con su madre.
Si no le dice que lo quiere, él no podrá aprovecharse de ese amor; si no se queda a dormir con él, aún tendrá la opción de marcharse y no volver. Es una estupidez porque sabe que siempre volverá a su casa y que si las cosas salen mal sufrirá igualmente, pero así siente que tiene el control.
Sin embargo, esa noche no le apetece nada marcharse. Fuera hace frío y allí se está bien. Le gusta sentir el cuerpo de Diego contra el suyo y se permite fantasear unos segundos sobre cómo sería despertarse juntos. Es una fantasía que le gusta, bastante más que la imagen de ella despertando sola en su apartamento en el complejo de la comisión.
Se queda. Cierra los ojos y se dice que seguramente se despertará antes que él y podrá marcharse sin que sepa que han pasado juntos la noche. En efecto así es. Diego todavía está dormido cuando ella abre los ojos a la mañana siguiente.
Se siente bien despertar con él. Sigue en la misma postura en la que se durmió, completamente abrazado a ella, y a Lila se le olvida su plan de irse antes de que se despierte. Quiere quedarse allí, en esa cama, en esa relación.
La cara de Diego se ilumina cuando abre los ojos y la mira. Lila sonríe y le acaricia la mejilla. Quiere decirle muchas cosas: que lo ama y ahora sí está lista para decírselo, que va a quedarse allí, que está harta de andar con cautela. No obstante decide empezar por algo más sencillo y que tampoco le ha dicho nunca:
–Buenos días
En lugar de contestarle, Diego la besa. Es un beso suave y dulce y Lila tiene la sensación de que su novio ha entendido que esa frase es más que un saludo, que sabe lo que significa que al fin haya decidido quedarse.
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Este es un reto de Tumbr que me pasó Alphabetta. Consiste en escribir 50 besos basados en distintos prompts. Yo he decidido que voy a hacerlos de varias parejas de esta serie y empiezo con Diego y Lila, que son mis favoritos. Aún no tengo demasiado planeado, así que acepto sugerencias de parejas o de situaciones, ya que los prompts del reto son muy amplios.
