Hola de nuevo mis lectores. Acá regreso de nuevo con un nuevo proyecto de long fic.
¡Sí! Lo sé. Lo sé. Ya tengo varios en proceso y le sigo agregando. ¡Perdón, soy jodidamente incorregible! Solo puedo alegar en mi defensa que he estado avanzando y trascribiendo los fics en progreso durante estos días y seguiré así hasta que el tiempo ya no alcance y deba enfrascarme de lleno en la universidad. ¡Keep calm and write Fanfiction!
En fin, no me aguanté las ganas de estrenar este long fic, ya que es la introducción oficial de mi más reciente OC, Crystal Hashimoto. Espero que les guste.
01 – Prólogo: El día de la Petrificación
Crystal Hashimoto, una de las chicas más deseadas en secreto por el conjunto masculino de preparatoria y uno de los miembros más destacados del Club de Arte y Club de Teatro, avanzaba con paso lento hacia su objetivo; el aula del Club de Ciencias. Cualquier estudiante de haberla visto, hubiese reaccionado con confusión al notar que su trayecto se dirigía a un club totalmente ajeno a su mundo creativo. Su blanquecina mano giró la perilla de la puerta del aula en cuestión e ingresó en esta sin perder la gracia natural e inconsciente del movimiento coqueto de su cuerpo. A pesar de ser reconocida como una amante de las humanistas pisando un terreno completamente nuevo, nadie del Club científico se inmutó cuando ella avanzó con total parsimonia entre los estudiantes, agitando su cabello de tonalidad rojo oscuro e ignorándolos por completo hasta llegar a un pupitre en específico, en donde toda el aura femenina elegante que la rodeaba se esfumó en menos de un chasquido de dedos y en su lugar le reemplazó un carácter infantil que se evidenció al sostener un bento con su mano derecha y con la base de la caja golpeó la cabeza de uno de los jóvenes prodigios.
- Hey, vegetal mutante – lo llamó con sorna apoyando su mano libre en su contornada cadera – La sinapsis de neuronas funciona mejor si comes y duermes lo suficiente. Y apuesto mi futura beca universitaria a que llevas más de 5 horas sin alimentarte.
- No hace falta tu obvia aclaración, ratón de biblioteca – respondió el contrario con mala cara – Pero con gusto acepto tu comida diez billones por ciento aprobada por su calidad.
- ¡No me digas ratón de biblioteca!
- Y tú no me compares con una verdura viviente.
Era una costumbre para casi todos los estudiantes de esa escuela ver esa clase de interacciones entre Senku Ishigami y Crystal Hashimoto, amigos de la infancia y un par de prodigios imposibles de ignorar en sus respectivos campos de estudio. Si bien, nunca faltaba el típico rumor de hormonas alborotadas acerca de que ambos adolescentes podían ser algo más que amigos a escondidas de los demás, bastaba con observar su forma de interactuar para realizar un descarte de cualquier idea romántica. Eran dos camaradas que recreaban a la perfección la interacción genuina entre dos polos opuestos. Eran de gustos y mundos muy distintos y aun así llevaban siendo inseparables desde los 6 años.
Mientras Senku perseguía sus objetivos usando el complejo trayecto en constante cambio y desarrollo de la ciencia, Crystal volaba entre los misterios de la Humanidad plasmados con sangre, sudor y talento a través del arte y la literatura. A tan corta edad, ambos adolescentes eran un prodigio y sus nombres ya resonaban en las ferias de ciencia y los concursos creativos de letras y pintura respectivamente. Pese a que la ciencia solía considerarse por encima de las humanidades, la fémina veía esto desde una perspectiva más codiciosa de convertirse en una representante valiosa y el pilar de un cambio permanente respecto a la visión pobre que se tenía del arte.
Aquel era otro aspecto notable que compartía con Senku: sus ambiciones de escalar tan alto que la cima les obsequiara la mejor vista panorámica de todas. Ser inalcanzables para crear un antes y un después en sus monótonas vidas estudiantiles.
- El bento que me trajiste es tu excusa del día para esconderte aquí ¿Verdad, Crystal? – la interrogó el joven científico una vez hubiese comido la mitad de la comida y renovando parcialmente su energía.
- ¿Qué comes que adivinas? – se mofó ella en respuesta antes de estirar sus brazos hacia arriba para relajar su cuerpo y posteriormente tomar asiento al lado de su amigo – Así es, genio. Se va a extender el ensayo de la banda de música de primer grado. Todo ese ruido solo arruinará mi concentración en mi proyecto.
- ¿Cuál de todos? – el contrario arqueó una ceja en señal de interrogante.
- El de retrato personalizado, Senku. Tengo dos semanas para presentarlo en el Club de Artes y siquiera me he hecho una idea de lo que busco hacer esta vez.
- Y por eso llegaste a mi territorio silencioso para pensar mejor. Debí suponerlo.
- ¡Bingo! – la fémina chasqueó los dedos, ignorando por completo a su amigo cuando una idea clara se incrustó en su cabeza. Sacó una croquera con hojas blancas de su mochila y un lápiz de mina suave H10. Se apoyó sobre la mesa y empezó a trazar algunas líneas de bosquejo de poca visibilidad a los ojos de los demás. Senku solo se encogió de hombros y se concentró en terminar rápido el almuerzo preparado por las talentosas manos de su amiga de infancia. No se ofendía por la aparente actitud de Crystal de haber ignorado sus últimas palabras. Ya estaba acostumbrado desde que era un mocoso a esos brotes de ideas creativas espontaneas de la chica que la llevaban a sacar una libreta o un cuaderno de dibujo y empezar a plasmar con prisa antes que la idea abandonara su cabeza por completo, lo que incluía ignorar a su entorno por completo para centrarse absolutamente en su tarea autoimpuesta.
- Oye, Hashimoto-san – la llamó con gesto de pésima coquetería uno de los chicos del club – ¿Acaso harás un retrato de alguno de nosotros?
- Dije retrato personalizado, no vanguardia de mala muerte – respondió Crystal con la boca torcida, hastiada de esos chiquillos desesperados y hormonales que solo buscaban ser un imán de atracción para las mujeres.
- Mejor tú y el resto de los mirones la dejan trabajar en paz y vuelvan a lo suyo, tontos – los regañó Senku cruzado de brazos y con una expresión fría como el hielo, causando que al resto de los muchachos se les crispara hasta la médula y volviesen obligados de mala gana a proseguir con sus propias tareas.
Crystal le guiñó el ojo a su amigo en señal de darle las gracias y prosiguió con su labor, comenzando a usar un grafito más oscuro para darle forma definitiva a algunos rasgos ya terminados. A ratos sostenía el lápiz con sus dientes para sujetar el cuaderno con más facilidad y difuminar los espacios sombreados. Totalmente centrada en su talentoso trabajo e ignorando todo ruido o posible alboroto ajeno.
O bueno… casi todo.
Incluso para ella fue imposible no dar un respingo cuando la puerta del aula se abrió con brusquedad, dándole paso a la enorme figura de Taiju Oki, vociferando un anuncio exagerado.
- ¡Escúchame, Senku! ¡Tomé una decisión! ¡Voy a declararle a Yuzuriha lo que he sentido por ella durante cinco años!
Por supuesto, la mayoría se alteró fácilmente con la entrada y el volumen de voz del estudiante. Crystal solo se descubrió el oído derecho en cuanto su amigo dejó de vociferar a la faz del mundo y soltó un suspiro calmado cuando comprobó que su sobresalto no había arruinado su bosquejo apenas iniciado. Con eso en estado de calma, desvió la mirada y atención hacia Taiju en cuanto tomó el verdadero peso de lo que había dicho.
¿Acaso por fin él iba a…?
- ¡Ya era hora, Taiju-kun! – canturreó entusiasmada, ignorando que se había manchado la mejilla con grafito en polvo que había caído de sus lápices – ¡Ustedes son como una novela de amor fastidiosa que está a punto de llegar al clímax de una maldita vez!
A diferencia del exaltante entusiasmo de Crystal, Senku permanecía igual de imperturbable que siempre y con una mueca de nulo interés en la situación de su amigo.
- ¿Ah sí? Eso sí que es interesante – habló en un tono flojo de emoción por lo que estaba pasando y lo remató con su ácido sarcasmo – Te animaré hasta destrozarme las cuerdas vocales desde este laboratorio.
- ¿De verdad? ¡Muchas gracias, Senku! – agradeció el chico sin percatarse en lo más mínimo que se trataba de una broma sarcástica a modo de exhibir desagrado por parte de Senku.
- Ya cállate. No haré nada de eso por ti, grandulón.
- ¡¿Qué?! ¡Ya decídete!
- Sí que eres una ternurita, ~Senku-kun~ ¿No lo crees? – se mofó Crystal de la desubicada actitud del joven científico mientras jugueteaba con su lápiz entre sus finos dedos blanquecinos, tiznados de grafito.
- Si quieres fastidiarme, espera a salir de aquí Crystal. No empieces ahora – pidió el chico que poseía rubíes por ojos, casi en son de piedad disimulada antes de mirar otra vez a Taiju – ¿Y no has dicho nada en cinco años? Que ilógico puedes ser, tonto.
- El amor no tiene racionalidad ni lógica, Senku – le reprochó la fémina presente mientras lo veía rebuscar algo entre unos frascos guardados bajo el mesón.
- Por lo mismo me repugna – la atacó el chico antes de que insistiera en sus argumentos del valor del sentimentalismo, a la vez que se ponía de pie con un contenedor de vidrio que tenía un líquido extraño en su interior – En cuanto a ti grandulón, te daré algo de lo más lógico.
Por supuesto, nadie confiaría en un científico loco de sonrisa torcida ofreciéndote alguna sustancia sospechosa. Creerle era como confiar en el lobo del cuento de Caperucita.
- Es una droga que activará tu secreción de feromonas al extremo. Podemos llamarlo "Poción de amor" – su sonrisa de loco se ensanchó más, ganándose una expresión de pánico por parte de la joven de cabello lacio bermellón – Bebe esto y estarás seguro al diez billones por ciento.
Crystal pudo jurar que sus ojos explotarían en ese momento debido al pánico de que a Taiju se le ocurriese beber de esa cosa. Sabía lo que contenía; lo había olisqueado en el aire. Por suerte, la "victima" de la jugarreta de Senku no cayó en la trampa y solo vertió el contenido del frasco de vidrio en el desagüe, causando que el corazón de su amiga volviese a latir normalmente.
- Gracias Senku, pero lo siento. No dependeré de ningún truco.
- ¡Así se habla Taiju! – lo alentó Crystal con una mirada optimista y dulce – ¡Ahora ve por tu damisela!
El chico asintió con eufemismo a las palabras de su cercana y salió del laboratorio, dejando un ambiente de silencio que solo perduró unos segundos para la comodidad de la mayoría.
- ¿Es verdad, Senku? – inquirió uno de los compañeros de laboratorio – ¿Es una pócima de amor?
- ¡Pff! Si fuera verdad deberían saber que esos trucos siempre terminan mal – se burló Crystal mientras toqueteaba su propia mejilla con la punta de su lápiz en un gesto desinteresado – Incluso en Harry Potter eso termina siendo un dolor de cabeza.
- Y como si fuera posible que eso existiera – concluyó Senku antes de arrojar un cerillo encendido en el lavabo donde había sido vaciado el líquido y creó una llama voraz – Es gasolina. La refiné de botellas de plástico…
Sabiendo de antemano que ahora vendría otra explicación científica y nerd que nunca terminaría de comprender, Crystal solo rodó los ojos y volvió a su concentración impenetrable para continuar con su proyecto de arte. Poco le importó mancharse la cara y parte de la blusa escolar con residuos negros de grafito. Al final, si el resultado valía el esfuerzo, no le importaría el problema de haberse ensuciado.
Perdió por completo la noción del tiempo y solo cuando consiguió que el boceto que su mente había creado se plasmara perfectamente y de igual manera en el papel, fue que por voluntad propia reventó su burbuja de aislamiento y se reconectó con su entorno. Soltó un suspiro de leve agotamiento y estiró los músculos de su espalda tensa.
- Volviste a tiempo, ratoncito – le habló Senku con burla amistosa – La mayoría ya fue a apostar por la confesión del grandulón.
- ¡¿Qué?! ¡Y yo aquí sentada perdiendo tiempo! – se quejó la adolescente mientras abría su mochila y guardaba allí su cuaderno y sus utensilios de arte. Una vez hecho, corrió hacia las ventanas del pasillo que daban al patio trasero donde se hallaba el hermoso árbol donde sucedían las confesiones. Tres mirones del Club de ciencias ya estaban allí y comenzando a apuntar un resultado fatal de la confesión de Taiju. La chica se asomó a la ventana aún sin espectadores y comenzó a presenciar esa instancia entre sus amigos tan queridos como si se tratase del fin de un acto en una obra dramática; con la ansiedad y entusiasmo corriendo por sus venas.
- Cien yenes a que lo rechaza.
- Trescientos yenes a que lo rechaza y feo.
- Quinientos a que lo rechaza con todas las ganas.
- ¡Dios! Ni Shakespeare le hubiese dado vida a un personaje con ese nivel de envidia – comentó Crystal rodando los ojos.
- Diez mil yenes a que no lo rechazan – apostó Senku en contra de sus compañeros huecos sin borrar su arrogante sonrisa. Se posicionó como espectador junto a su amiga y le tendió a esta una cajita de jugo de uvas y una caja de dulces pocky. Era la debilidad de la mujercita.
- Gracias – dijo ella con suavidad. Se llevó una varita dulce a la boca a la vez que le colocaba la pajilla a su caja de jugo – ¿Otra vez bebida energética, Senku?
- Necesito mantenerme despierto, ratoncita de biblioteca – le contestó este mientras abría la lata, causando un esperable chasquido – Por cierto, otra vez te manchaste la cara con grafito.
- Luego me lo quito… ¡Este momento es para la posteridad de nuestras vidas! ¡Es oro puro! – contestó Crystal con euforia mientras regresaba su vista atenta al posible comienzo de la pareja entre Taiju y Yuzuriha. Sus ojitos de chispeante color verde oscuro parecían brillar como nunca mientras comía sus dulces.
¡Si llegaba a tener hijos, tendría que contarles de este maravilloso suceso ocurrido en preparatoria cuando solo era una jovencilla!
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La vida a veces puede ser en verdad odiosa.
Pues justo cuando llegaba el momento de la verdad, tanto la atención del joven científico como la de la artista en crecimiento se desvió hacia el horizonte ante un extraño suceso que estaba surgiendo aparentemente de la nada.
- Senku – se asustó Crystal dando un par de pasos hacia atrás, apretando con fuerza la caja de jugo ya vacía – ¿Qué… es esa luz?
La duda se disipó por completo y en su lugar solo hubo cavidad para el pánico absoluto cuando presenció con estupor como el resplandor verde se acercaba de forma inevitable a ellos y al alcanzar primero a los chicos del aula de ciencias… ¡Estos se convirtieron en estatuas de piedra en solo cosa de segundos!
- ¡SENKU!
No pudo acercarse ni un solo milímetro hacia su amigo. El destello los atrapó a ambos al mismo tiempo, dejando sus cuerpos petrificados e inmóviles y sus mentes cayendo en la desesperante oscuridad.
Porque ese día… toda la humanidad cesó su progreso y se vieron aprisionados por el fenómeno más fantasiosos a los ojos comunes.
La Petrificación.
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¿Un regalo o un castigo? Imposible escoger blanco o negro.
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¿Estaba muerta?
¡No! ¡No lo estaba! Si no, su mente no estaría dando giros interminables cual vórtice debido a la ansiedad provocada por su incapacidad de moverse o hacer algo más al respecto de lo que estaba pasando.
No entendía para nada la situación. Solo estaba segura de que seguía viva de alguna manera y que a pesar de su inmovilidad física, su cerebro ocupaba cada segundo y cada neurona para evitar apagarse.
¿Cuánto tiempo se quedaría así? ¿Los demás estarían bien? ¿También estarían despiertos?
¡Mierda! ¡Puta vida!
Llevaba años esperando a que el grandulón de Taiju se le confesara a Yuzuriha. Había fantaseado con ese momento como si estuviese leyendo una novela de Rainbow Rowell. Y ahora… por causa de un fenómeno que siquiera lograba entender o hallarle pies ni cabeza, el momento de ensueño se había arruinado.
Senku…
¡Ah! ¡Allí estaba otro momento jodido por el destino maldito!
Sin importar lo que él hubiese opinado o cómo hubiese reaccionado… desearía haberle mostrado el bosquejo de su proyecto.
Después de todo… lo había escogido a él como su modelo a retratar y este siquiera se había percatado de ello.
Y por el momento ese fue el primer capítulo, mis corazones.
Con esto doy inicio al primer fic largo donde profundizaré en la relación entre Senku y Crystal para que se hagan una idea cuando los vean interactuar en otros fanfics. En este long fic seguiré el hilo canon del manga desde el comienzo, así que tal vez a futuro haya spoilers. De darse el caso, avisaré antes para que no enloquezcan XD
Nos veremos en una próxima actualización.
