Hola, hola, hola. :D
Un pequeño relato que se me ocurrió mientras escribía el final de la otra historia y comenzaba a pensar en que sería lo siguiente en mis historias.
Espero les guste.
Tranquilidad. No saben cuánto tiempo podrían gozar de eso antes de que el emperador hiciera su primera jugada, pero aprovecharían esos pequeños momentos al máximo. Harían todo lo que pudieran estando bajo el radar. Jugar, entrenar, comer, dormir, incluso, una que otra actividad no considerada... como caer enfermar.
Lilith, quien decidió traicionar al emperador para hacer lo correcto y salvar a su hermana, ahora se encontraba recostada en el sofá de Eda, vistiendo una bata de dormir que era imposible de ver dada la gruesa manta que la cubría mientras temblaba constantemente, y a su lado, ella, quien, a pesar de todo, tuvo la compasión que a Lilith le faltó para recibirla en su hogar, y, más allá de eso...
—No entiendo porque no me arrojas a la calle a morir —dijo, tosiendo un par de veces al finalizar.
—Hay un par de problemas con eso, hermana —contestó Eda, continuando elaborando una especie de brebaje y procediendo a tomarle la temperatura.
—No te deberías tomar estas molestias por mí —continuaba LIlith, con la voz débil y sin dejar de toser—. Merezco que me arrojes a la calle a… morir.
Eda rodó los ojos ante la actitud de su hermana. Su actitud estaba empezando a cansarla. Ya tenía suficiente con tener que cuidarla para estar escuchando sus disparates.
—Muy bien, basta ya de eso —mencionó Eda molesta—. En primer lugar, no morirás por gripa humana; en segundo lugar, a pesar de todo, sigues... siendo mi hermana —finalizó sonriendo.
Esas palabras retumbaron fuertemente en el interior de Lilith. En tan poco tiempo, su hermana y la niña humana demostraron que eran capaces de perdonar aún las acciones más aberrantes.
Recordó que no solo fue la principal perseguidora de su hermana, también fue la causante directa de todos, o de casi todos sus problemas en la vida, y no conforme con eso, fue capaz de intentar hacerle daño a Luz, una parte importante de Eda.
No pudo resistirlo más y poco a poco, sus ojos se iban humedeciendo, cosa que Eda no tardó en notar.
—Oh, vaya. Debo darme prisa con esta cosa —dijo, alterándose un poco al creer que las lágrimas de su hermana eran causa del dolor que le provocaba esa enfermedad.
Eda estaba equivocada. Sí era por dolor, pero no por un dolor causado por la enfermedad.
—Lo... lamento —tosió más mientras decía aquello—...
Las palabras de Lilith hicieron que Eda detuviera en seco lo que hacía. No había habido un solo momento de un solo día en el que su hermana no les pidiera disculpas a todos, siendo Luz la primera en aceptar a Lilith como una nueva amiga, pero en ninguna de esas ocasiones la vio quebrarse como en ese momento.
—Lo sé, hermana —habló Eda, dando un gran suspiro antes de decirlo—. Lo sé... Escucha, yo puedo perdonarte lo que me hiciste, pero el herir a Luz... eso llevará tiempo.
Lilith sonrió un poco al escuchar esas palabras. No todo estaba perdido. Al menos había recuperado a su hermana parcialmente, y eso, eso ya era el mejor de los inicios.
—Bien, esta basura esta lista —agregó Eda, mostrando el elíxir que acababa de preparar. Un líquido acuoso de color rojo oscuro que no olía mal, a diferencia de algunos platillos en la casa Búho—. Bien, bébelo.
Con esfuerzo, Lilith se sentó y tomo la botella para, sin dudarlo un solo instante, beber todo su contenido.
—Vaya, no dudaste nada —dijo Eda, sonriendo—. ¿Sabes? Bien pudo ser algo para maldecirte —finalizó riendo.
Lilith no se inmutó ante la broma de su hermana, incluso se podía verla sonreír.
—No importaría —agregó con calma, pero sin dejar de toser—. Aún si lo fuera, sería un buen castigo, lo merecería...
—Ah, ya cierra la boca, Lily —interrumpió Eda, molesta, pero feliz de ver como su hermana confiaba ciegamente en ella.
Ambas se sonrieron mutuamente después de eso. Su relación se comenzaba a reparar, pero ambas deberían trabajar duro para poder unir esos lazos y hacerlos más fuertes que en el pasado. Afortunadamente no estaban solas.
—La sopa de... lo más parecido a un pollo que encontré aquí esta lista —alegó Luz felizmente, saliendo de la cocina con un plato de sopa caliente.
—No olviden las bebidas —dijo King, saliendo detrás de Luz cargando sobre su cabeza una bandeja con cuatro tazas.
—Come esto, tía Lilith. Te sentirás mejor —mencionó Luz, dándole el alimento a Lilith, quien no pudo evitar que su corazón se estremeciera al escucharla decir eso.
Por otro lado, Eda apenas podía contener la risa al escuchar a su hermana ser llamada de esa forma, sin embargo, su diversión se tendría que posponer.
—Me gusta... que me llames así... Luz —respondió Lilith, atreviéndose a llamarla por su nombre por primera vez—, pero tal vez «tía Lily» suena mejor, ¿no crees?
Luz no pudo evitar mostrar su emoción ante la propuesta de la hermana de Eda, abrazando rápidamente a su nueva tía Lily, con la felicidad de tener, no solo una amiga más, sino también de hacer más grande su familia en las Islas Hirvientes.
