Saluditos humanitos.
Si se que debería estar actualizando Arcana y lo estoy haciendo, pero quería dejar a la deriva una de las pequeñas razones del por que me tardé tanto en actualizar.
Y aquí esta!
Esta idea literalmente surgió de las estrellas! Frente a mi patio se ve cierta estrella y muchas constelaciones y digamos que la inspiración fue potente y claramente fue inevitable el no plasmar eso aquí!
Aparte, recibí el monumental Spoiler de la 4ta Temporada! Y claramente eso es material de mucho uso 7u7
Lamento si este inicio no es lo que esperaban, pero algo es algo ;)
Disclaimer: Miraculous: Tales of Ladybug and Chat Noir es propiedad de Thomas Astruc y Jeremy Zag. La idea y personajes adicionales son de mi total y absoluta autoria.
Inspiración: Astronomía. Constelaciones. Yu-Gi-Oh! Master Guide DT.
Comencemos.
Prólogo
Si hubiera una sola palabra para describir su vida actual, sin duda esa sería: Difícil.
Podía contar con sus dedos todas y cada una de las razones que hacían su vida un tanto complicada. Comenzando por el simple y llano hecho de ser la Guardiana de la Caja de los Miraculous. Cumplir sus labores como Ladybug. Procurar mantener a los Kwamis ocultos de ojos curiosos. Cumplir con la expectativas de Su-Han. Proteger a París. Intentar tener una vida relativamente normal. Lidiar con Shadow Moth. Mantener a Chloe a raya. Evitar las ponzoñas de Lila...
Era demasiado para una sola persona...
Suspiró con gesto derrotado y se acomodó lo mejor que pudo en la banca del patio de su escuela mientras aferraba entre su regazo el bolso con sus pertenencias para su excursión.
A petición de la señorita Mendeleiev, el director Damocles había organizado una expedición hacia el Observatorio Nacional de París en Meudon con la intención de apreciar más de cerca uno de los fenómenos espaciales más ansiados de cada año.
Las Perseidas.
Una de las lluvias de estrellas más fenomenales e impresionantes de la historia. Y ella asistiría con toda su clase y la de la señorita Mendeleiev para apreciar ese fenómeno más de cerca.
Pero eso no era todo, ya que el mismo día que sucederían las Perseidas también sería la Noche más Oscura del año.
Apenas y los Kwamis supieron la noticia, estos animaron a la chica a que fuera a ese viaje en aras de poder relajarse y olvidar el estrés que recientemente había ingresado a su vida, claro, con la debida promesa de que ninguno de ellos intentaría nada raro en su ausencia y que no saldrían de su habitación bajo ninguna circunstancia.
‒Al menos tendré un momento para mi...‒ Suspiro ella a Tikki quien mostraba su cabecita por su bolso
‒Se que vas a disfrutarlo, Marinette. Las lluvias de estrellas son algo hermoso‒ Habló la Kwami
‒Pues ya es mi momento de presenciarla por mi cuenta.
Tal vez mirar a las estrellas le daría la inspiración que tanto necesitaba para diseñar, aquella montaña de responsabilidades sin duda consumía sus ideas y extrañaba con creces dibujar.
‒Marinette!
El tren de sus ideas fue detenido por el llamado del rubio a su dirección; Adrien no vaciló segundo alguno y se acercó a ella tomando asiento a su lado al notarla tan sola
‒Hola Adrien- Saludó ella
‒Hola Marinette. Como estas?
Quería responder que bien, pero aquello claramente no era cierto
‒Estoy normal...‒ Respondió queda ‒ Como está Kagami?
‒Ella esta bien. No podrá venir al viaje con nosotros‒ Suspiró desanimado ‒Dice que tiene que practicar
‒Oh...
‒Y como esta Luka?‒ Preguntó el de regreso
‒El está bien‒ Respondió esta de forma seca
Para muchos se había notado el evidente cambio de la franco-china notándola más pálida, ojerosa y algo demacrada. Claramente aquello preocupaba a sus compañeros de clase -Excepto a Chloe y Lila- quienes en mas de una ocasión intentaron acercarse para ver que tal mal estaba solo para fallar de forma estrepitosa.
La relación con sus amigas estaba un tanto fragmentada y lo sabía por las miradas melancólicas que todas le dirigían.
Adrien no supo que más preguntar, ambos se sumieron en un incómodo silencio que duró muy poco puesto que este fue roto por los suspiros asombrados de su clase, claramente maravillados por otro relato, ambos fruncieron el ceño al ver como Lila engatusaba a su clase nuevamente con otro cuento ficticio suyo.
‒En serio hay una estrella con tu nombre?‒ Fue Mylene quien preguntó de forma ingenua
‒Claro, un reconocido astrólogo griego la nombró en mi honor después de haberlo ayudado a encontrar a su hijo‒ Respondió ella con su tan característica falsa modestia
‒No cabe duda de que eres alguien impresionante, Lila‒ La alabó Nathaniel
‒Totalmente ‒ Añadió Alix
Marinette respiró profundamente buscando serenarse, tenía tantas ganas de ir allá y desmentirla como siempre hacía pero no quería volver a caer en otro ridículo argumento con sus compañeros y mucho menos cuando Lila relataba un cuento sacado de una Opera épica de Caliope.
‒Hasta cuándo va a seguir con eso?‒ Pensó para sí misma decepcionándose de a poco de su clase
Chloe por su lado oía lo que Lila recitaba y sin poderse contener más, estalló.
‒Ugh! Es ridículo, totalmente ridículo!‒ Chilló la rubia ‒Nadie en su más sano juicio llamaría una estrella con tu nombre! Es patético!
‒Hmp! Solo estás celosa por Lila tiene una estrella y tú no!‒ Refutó Kim
‒Por favor! Mi papi puede comprarme cuantas estrellas yo quiera!‒ Rezongó ella ‒Nadie en esta época le pondría un nombre a una estrella solo por ayudar al hijo de un anciano! Es tan del siglo pasado!
‒Pues para que veas que la gratitud aún existe en algunas personas! No como tú!‒ Señaló Alya ‒Aquella que decidió traicionar a Ladybug y aliarse con Shadow Moth!
‒Cierra la boca, Cesaire! Ladybug me quitó mi Miraculous! Ella es la culpable!
‒Eso no es cierto!
‒Alya, descuida…‒ Saltó Lila pacíficamente‒ Ya es su problema el no querer aceptar que es aliada del mayor supervillano de toda París por un berrinche. Es obvio que aún no lo supera.
Los demás se rieron ante el comentario de la italiana y Chloe simplemente dio una fuerte pisada y se marchó junto con Sabrina, quien había permanecido callada todo el tiempo.
‒Chicos! Alistense, ya nos vamos!‒ Llamo la señorita Bustier
Suspiraron para sus adentros aliviados por el llamado, no soportaban aquel desagradable despliegue de palabras. Siguiendo a su maestra ambos se formaron con su respectiva clase para subir al autobús; en su mente rogó a todos los cielos el que no le tocara compartir asiento con la italiana pero habló muy pronto para aquello.
‒Escúchenme chicos!‒ Llamó su maestrea‒ Compartiremos el viaje con la clase del profesor Galius del Lycée Henry IV, ellos nos acompañaran a nuestra excursión a Meudon‒ Se escucharon algunos comentarios de fondo pero la maestra siguió‒ Descuiden, es una clase pequeña. No abarcaran todo el autobús.
Las puertas del auto bus se abrieron dejando ver la figura de un hombre alto de cabello agrisado casi plateado, ojos grises cubiertos por unos finos lentes con cristales claros y vestido con un traje negro claro con una camisa de vestir color azul niebla debajo de este y zapatos negros pulidos.
‒Muy buenos días, jóvenes‒ Saludó el con un leve acento italiano, siendo correspondido al instante por los demás ‒Espero no incomodarlos con mi presencia y la de mis pocos alumnos en su viaje.
Galius Galinte era un reconocido profesor, astrónomo e historiador de origen toscano muy afamado en los círculos de la educación francesa por sus métodos prácticos de enseñanza y su exacta forma de explicar fenómenos que a simple vista se ven inexplicables y un maestro especializado en las áreas de la matemática, física, ingeniería y la filosofía.
Algunos a modo de broma le decían, Galileo Francés por su similitudes entre sus nombres.
‒Muy bien, todos suban al auto bus para partir
De forma ordenada todos subieron al auto bus y notaron la escasa cantidad de alumnos dentro del mismo, los cuales no pasaban de más de diez personas que ocupaban los asientos del frente. La clase de la señorita Bustier prosiguió por el pasillo y tomaron asiento no más atrás de ellos. Marinette intentó bajo todos lo medios poder sentarse junto a una de sus amigas, pero estos ya habían sido ocupados por otras personas... Optó por sentarse en los asientos al fondo del auto bus.
Adrien vio eso e intentó ir con ella para acompañarla pero una mota de cabello bien peinada muy parecida a la suya llamó su atención.
‒Félix!‒ Se sorprendió de ver a su primo ahí leyendo sus típicas novelas de misterio y sentado al lado de un chico que se parecía mucho a Nino con sus audífonos puestos‒ Que sorpresa verte aquí!
‒Digo lo mismo de ti, primo‒ Respondió este con absoluta serenidad.
Desde su asiento pudo ver como Adrien entablaba una conversación con su primo y como el chico sentado a su lado se levantaba para que el modelo ocupara ese lugar. El chico muy parecido a Nino de forma desinteresada fue a sentarse a uno de los asientos de atrás específicamente al que estaba en diagonal al suyo.
‒Estamos todos?‒ La mayoría asintió ante la pregunta de la señorita Bustier ‒Entonces ya podemos irnos.
La misma fue a tomar su asiento junto a la señorita Mendeleiev y el profesor Galius estuvo listo para tomar su asiento al frente pero la vista de una solitaria Marinette lo detuvo. Con toda la normalidad posible del mundo caminó hasta el fondo y se acercó a la franco-china.
‒Esta este asiento ocupado, señorita?‒ Marinette negó y el mayor se sentó junto a ella ‒ Muchas gracias.
Marinette asintió no sabiendo como hablarle debidamente al señor.
‒Me llamó Galius Galinte‒ Se presentó el extendiéndole su mano para estrecharla, cosa que ella aceptó sin vacilación alguna‒ Cual es su nombre, señorita?
‒Marinette. Marinette Dupain-Cheng‒ Respondió esta
‒Duapin-Cheng? Eres la hija de los mejores panaderos de París?‒ Sonaba asombrado y eso le sacó una pequeña sonrisa
‒Si, precisamente
‒Que honor el mío! Debo admitir que sus delicias son simplemente una delicia!‒ Alabó este y Marinette sonrió complacida. El viaje no sería tan aburrido con el como compañero de asiento.
El trayecto a Meudon no era significativamente largo, solos unos escasos 45 minutos en auto si se iba por la ruta correcta para evitar el tráfico y los embotellamientos. En el camino Marinette mantuvo entretenidas conversaciones con el señor Galius, el cual parecía ser una persona sumamente carismática y verdaderamente gracioso. A mitad del camino sacó algunos dulces que su padre le había dado para el camino y para compartir con sus amigos, y cabía destacar que su compañero de asiento se mostró más que feliz de probarlos.
Pero el no fue el único...
El chico parecido a Nino pareció haber captado el olor de los Croissants, Bollos Dulces y Galletas de Chispas de Chocolate y le fue imposible no preguntar si podía probar uno de ellos, cosa que Marinette no le negó en lo absoluto. De a poco otros cuatro chicos se le acercaron preguntando lo mismo y ella como buena niña que era no se los negó tampoco.
Aquello fue lo bueno de aquel trayecto, el entablar una amena conversación con alguno de los estudiantes del profesor Galius,los cuales eran verdaderamente simpáticos .
Lo malo fue soportar los cuentos de Lila sobre otra inexplicable hazaña suya relacionada a sus extravagantes viajes y sobre como descubrieron una galaxia y casualmente le pusieron su nombre…
‒Me gustaría saber cuándo sucedió eso…‒ Murmuró el profesor para sí, pero este logró ser escuchado por Marinette, quien lo miraba interesada ‒Si es cierto que existen galaxias de colores, pero ninguna con su nombre‒ Finalizó ajustando sus gafas.
‒Usted dirá eso, pero ella siempre logra hacer que sus mentiras parezcan verdades‒ Sopesó esta algo cabizbaja, notando su asiento vacío puesto que Alya se había movido a otro puesto para escuchar mejor a Lila al igual que los chicos con quien había logrado amistarse‒ Incluso las más irreales.
‒Mhm… Sabes… Solo existen dos cosa infinitas en este mundo‒ Comentó este ‒El Universo y la estupidez humana… Y de lo primero no estoy muy seguro…‒ Citó señalando a todos en el autobús que escuchaban a Lila ‒ Si es así como seguimos, no llegaremos a ningún lado.
Aquel chiste de doble sentido logró hacerla reír y eso alegró al mayor.
= 0 =
El autobús se detuvo en su respectiva parada frente al imponente palacio de Meudon, un precioso palacio golpeado por mil y un calamidades que logró levantarse gracias a las debidas remodelaciones y adaptaciones tomando uno de sus pabellones como las instalaciones del Observatorio. Todos los pasajeros descendieron del auto bus cargando sus respectivos equipajes propios, bueno casi todos.
‒Apresúrate Sabrina!‒ Chilló Chloe a la pelinaranja quien arrastraba su gigantesca maleta azul y cargaba en su hombro su pequeño equipaje.
Y no muy lejos de ellas algo similar parecía llevarse a cabo.
‒Tengan mucho cuidado con mis maletas! Son Louis Vuitton y cuestan más que sus propias vidas!
A quien pertenecía esa voz no era nada más y nada menos que la hermana –pérdida- de Chloe…
Claudia Bourgeois.
‒Apresúrense ustedes dos! Me están haciendo perder mi tiempo!‒ Demando ella a la dos gemelas, las cuales batallaban para no arrastrar las costosas maletas de diseñador en el suelo.
Todo el salón de la señorita Bustier sintió un peso caerles en el estómago al ver al dueto Bourgeois presente… Y en el mismo lugar.
‒Diablos amigo… Ahora debemos soportar a dos versiones de Chloe‒ Lamentó Nino junto con Adrien apreciando al dueto marginal reclamarle a sus debidas acompañantes por cosas insignificantes
‒Oh… En eso te equivocas, chico…‒ Habló uno de los estudiantes del Lycéé hablando con un peculiar acento tropical
Junto a ellos llegó la clase del profesor Galius luciendo igual de decaído que ellos.
‒Ese pitillito de por allá… Es 100 veces peor‒ Señaló este a Claudia ‒Te succiona la sangre como una garrapata.
‒Lo cual es‒ Le siguió otra chica de cabello rubio y piel bronceada
‒Y para nuestra desgracia, está en nuestra clase…
El decreto de Félix solo terminó por ahogar las esperanzas de un viaje escolar normal en ambas clases.
‒Muy bien, todos! Agrúpense, por favor!‒ Llamó la señorita Bustier a todos los estudiantes.
Los estudiantes se agruparon en frente de sus respectivos profesores, quienes permanecían al lado de una dama de cabello corto y rojizo usando gafas de montura negra y vestida con una camisa gris, pantalones sueltos negros y un cardigan suelto del mismo color.
‒Ella es la señora Fabienne Casoli, es la encargada del observatorio‒ Habló la señorita Mendeleiev señalando a la mencionada quien movió su mano a modo de saludo
‒Espero y disfruten mucho su estadía en el observatorio. El equipo y yo hemos organizado diversas actividades en nuestras instalaciones para que su estadía sea de lo más placentera‒ Habló esta ‒Incluso hemos habilitado nuestro telescopio de último modelo para que puedan ver más de cerca las estrellas.
Todo lo que decía sonaba como algo único y particular, estaba claro que la mayoría de los alumnos estaban más que emocionados por todo lo que decía.
‒También hemos despejado todo la extensión del patio norte del observatorio para que puedan instalarse cómodamente…
‒Que!?
La señora detuvo su entusiasta explicación por la repentina exclamación de Lila y de ambas hermanas Bourgeois.
‒Yo no pienso dormir en la tierra como los plebeyos!‒ Chilló Claudia asqueada ante la idea
‒Se me pegaran los insectos y la suciedad encima! Qué asco!‒ Le siguió Chloe
‒Teniendo un palacio de frente y nos van hacer dormir en la mugre!‒ Chilloneó Claudia ‒Me rehúso!
‒Es ridículo, totalmente ridículo!
‒Yo no puedo dormir afuera! El sereno de la noche puede hacerle daño a mis pulmones y causarme ataques de asma! O peor, Hipotermia!‒ Exageró Lila cual doncella pesarosa obteniendo la mirada y preocupación lastimera de la mayoría de los de su clase.
Ella tampoco quería dormir en el suelo como los demás, claramente ella deseaba codearse con los lujos del palacio de Meudon.
Los adultos se miraron entre si contrariados por dichos decretos, el de ambas hermanas no les preocupaba mucho pero aquello dicho por Lila sí.
Marinette estaba a punto de abrir la boca para refutar aquello último dicho por la italiana, pero alguien más se le adelantó.
‒Entonces para que vinieron?‒ Dijo Félix, tan certero como siempre mirando al trío ‒Claramente se dijo días previos a la expedición que todos, sin excepción, dormiríamos AL AIRE LIBRE para apreciar la lluvia de estrellas‒ Enfatizó duramente aferrando la mirada en Claudia ‒ Esto no es más que ustedes siendo estresantes sin razón alguna.
‒Son las Bourgeois. Era algo de esperarse‒ Soltó Marinette para sorpresa de todos, obteniendo miradas furiosas de ambas hermanas ‒Aunque me es extraño de ti, Lila. Justamente dijiste días antes que no tenías inconveniente alguno en asistir y que adorabas acampar en la naturaleza como lo hiciste en el Amazonas y ahora nos sales con esto?
Sonrió sabionda notando como Lila se tensaba en su lugar bajo la mirada de todos y tartamudeaba palabras inteligibles bajo su aliento.
‒De ser así el asunto, lo más recomendable sería que la niña regrese a París‒ Propuso el señor Galius ‒No queremos ver como se hiperventila o se asfixia mientras se pone azul… Sería horrible de ver.
‒Creo que es lo más recomendable‒ Accedió la señorita Bustier junto a los demás maestros para sorpresa de Lila ‒Lila, sube al autobús, te acompañaré de regreso a París y le avisaré a tus padres.
‒E-Espere! No es necesario!‒ Intervino nerviosa al ver su estrategia fallar ‒Puedo usar mi suéter especial para evitar el frió y traigo mi inhalador!
‒Esta usted segura, señorita? Un ataque de asma no es algo que deba tomarse a la ligera y menos un posible ataque hipotérmico‒ La chica le daba un muy mal presentimiento al señor Galius, sobre todo por la forma en la que buscaba llamar la atención de una forma un tanto desesperante.
‒S-Si… Descuide, puedo hacerme cargo…
‒Bien! Entonces prosigamos! Hay mucho que mostrarles en el observatorio!‒ Soltó la señora Casoli como si nada hubiera sucedido.
Todos comenzaron a caminar con rumbo al observatorio escuchando de fondo las quejas de Chloe y Claudia por verse totalmente ignoradas ante sus berrinches pero estas afortunadamente fueron calladas por la una severa mirada por parte del profesor Galius.
No muy atrás, Marinette respiró aliviada de haber detenido una de las mentiras de Lila, le sirvió de mucho usar su previa mentira como señuelo y hacerla retroceder.
‒Lidias con eso todos los días?‒ La acentuada voz de Félix llegó a sus oídos, haciendo que se le erizaran los cabellos de la nuca al verlo caminar junto a ella de una forma muy relajada
‒T-Te refieres a Lila?‒ Este soltó un ruido de afirmación ‒Pues si… Todos los días es una nueva mentira con la cual lidiar.
Conocía muy bien la reputación del primo de Adrien desde su previo encuentro como Ladybug y sabía que debía tener cierto cuidado con él y más desde que supo que su estadía en París sería permanente pero justamente ahora, no se veía tan irascible como siempre, hasta se veía más aproximable a simple vista.
‒Ya veo… Debes soportar a una mitómana y a la hermana menor de Claudia‒ Se sorprendió por lo dicho por el, tanto que no pudo evitar soltar un suspiro ‒Que? Me crees tan incrédulo como para creer en lo que esa niña dice? Por favor. No existe una galaxia con su nombre y una persona con sentido de razón lo pensaría más de una vez antes de acampar en el Amazonas.
Parpadeó sin poder dar idea a lo que oía… El primo de Adrien estaba de acuerdo con ella!? Aquello parecía ser una extraña señal de los cielos o algo parecido.
‒Cielos, es extraño oír a alguien estar de acuerdo conmigo por una vez desde que Lila llegó‒ Reveló ella comenzando a sentirse un poco más amena con el… Solo un poco! Aún era el frío, inaccesible y raro primo de Adrien.
‒Mhm… Y Adrien no está a favor tuyo?‒ Vio cómo su semblante decaía ‒Oh?
‒Adrien cree que Lila hace todo eso para tener amigos y así llamar la atención, pero no se da cuenta de lo lejos que ella puede llegar‒ Miró como delante de ella Adrien hablaba amenamente con Nino y otros tres chicos de la clase de Félix‒ En ocasiones puede llegar a ser muy ingenuo.
‒Es un ingenuo y más si piensa que esa Lola es tan inofensiva como él dice‒ Rió al escucharlo pronunciar mal el nombre de Lila‒ Que?
‒Es Lila… No Lola!
‒A nadie le importa!
Rio un poco más fuerte siendo acompañada por la leve sonrisa del mismo. Si, puede que Marinette le pareciera patética por su efusivo enamoramiento hacia su ingenuo primo (El cual besaba el piso por el cual caminaba Ladybug) pero no veía nada mal el tomar en cuenta su compañía.
Más adelante, Adrien alcanzó escuchar la risa de Marinette junto a la voz de Félix y por alguna extraña –MUY extraña- razón, aquello le molestó.
‒Ohhh! Mira eso, viejo! ‒ Habló Ernest, el chico con acento tropical ‒A Félix le gustan menores!
‒Viejo! No!‒ El otro chico, el cual tenía ciertas características allegadas a Nino miró hacia donde se hallaban ambos alejando sus audífonos de sus orejas para oír el chisme ‒Mis ojos no pueden creer esto!
‒Los míos sí!‒ El otro chico, Claude, sacó su teléfono y lo enfocó en Félix y Marinette capturándolos en una foto ‒Para una futura extorsión!
‒Los amigos de tu primo son geniales, amigo! ‒ Alabó Nino a Adrien
‒Si, lo son…
Le alegraba que su primo lograra hacerse de tan buenos amigos, pero aún seguía incomodo por aquella sensación de ver a Marinette junto a Félix.
= 0 =
Ya llegada la noche todos los estudiantes tenían sus respectivas carpas armadas en el amplio patio norte del observatorio, una vista sin ningún tipo de obstáculos al extenso firmamento el cual, dentro de algunos minutos sería el epicentro de las Perseidas.
Todo el personal del observatorio se había encargado de disponer algunas mesas y diversos aperitivos para disfrutar en plena lluvia junto algunas sillas y demás.
La clase de la señorita Bustier se alistaba para la entrada de la noche usando suéteres y chaquetas gruesas dado al descenso de la temperatura y entreteniéndose con aquello que habían traído.
En una de esas Marinette logró juntarse con las chicas de su salón, las cuales se hallaban recostadas en el suelo admirando las constelaciones visibles en el cielo con la compañía de algunas chicas de la clase del señor Galius, específicamente las que Marinette había hecho amistad en el auto bus gracias a sus dulces.
‒Esa dé por allá es Libra ‒ Señaló Juliet a las chicas, quienes soltaron suspiros de asombro al ver la formación de estrellas ser totalmente idéntica a una balanza
‒Y la que está por allá es la Lira‒ Siguió Allegra señalando un minúsculo pero visible cuadro de cuatro estrellas a la distancia.
‒Eso no parece una lira para mí‒ Se quejó Juleka por lo bajo seguida por las demás
‒Porque no lo es
No muy lejos de ellas Chloe y Claudia las miraban desde sus elegantes divanes de cojines violetas finamente ordenados bajo una exagerada carpa blanca con detalles dorados. A su lado Sabrina le limaba las uñas a Chloe mientras que las gemelas batían dos abanicos largos frente a Claudia.
‒No son más que puntitos sin forma‒ Habló Chloe de forma desinteresada mirando sus uñas
‒Que infantil de ustedes en ver figuritas en el cielo… Patético!‒ Se burló Claudia riendo estruendosamente junto a Chloe
‒Lo dice aquella que no puede ver más allá de su espejo ‒ Contraatacó Allegra callando a las hermanas ‒Esas figuritas en el cielo como les dicen ustedes se llaman constelaciones.
‒Y solo pueden ser vistas por la gente inteligente ‒ Ambas se ofendieron ante el comentario de Juliet‒ Claramente ustedes no entran en ese cuadro.
‒Retráctate, Decroix!
‒O qué? La acusarás con tu papi?‒ La molestó Allegra ‒Que no se les olvide que el alcalde Bourgeois no tiene jurisdicción sobre la comuna de Meudon, la cual tiene su propio alcalde.
A nadie se le olvidarían los reclamos y berrinches que ambas dieron horas antes, amenazando a la encargada de arruinar su vida laborar si no les permitía acomodarse en el palacio con todas las atenciones supuestamente merecidas... Claro, no contaban con que el hijo del Alcalde de la comuna de Meudon -El cual trabajaba como voluntario en el Observatorio- Les cerrara la boca de una amenazándolas con una posible demanda a su padre por invasión a un monumento histórico y por amenazar públicamente a una trabajadora en un territorio ajeno a París.
Claramente ambas tuvieron que tragarse aquello.
Claudia gruñó de forma sonora al recordar eso y chasqueó sus dedos, indicándole a una de las gemelas que cerrara la carpa para así no verlas.
‒Pobre de ustedes. Deben lidiar con la hermana de Claudia‒ Habló Alix a las dos presentes
‒Si, pero uno le conoce sus jugadas‒ Respondió Allegra ‒Es solo una nota mal afinada.
‒Y que lo digas.
‒Y como lidian ustedes con su hermana?‒ Preguntó Juliet
‒Con ignorarla tenemos‒ Respondió Marinette sintiéndose amena de estar nuevamente con sus amigas ‒Aunque ahora está más irritante que de costumbre
‒Bueno, ahora que es aliada de Shodow Moth, era de esperarse‒ Respondió Alya
Desde que se dio a conocer la alianza de Chloe con Hawk Moth ahora Shadow Moth, todo París tenía una nueva concepción sobre la hija menor del Alcalde; a raíz del mismo Chloe había empezado a comportarse de una forma verdaderamente estresante, exigiendo a todo momento como si de una reina se tratara solo para amenazar a todos bajo la excusa de dejarse akumatizar en caso de que sus caprichos no llegaran a cumplirse y aquello generaba ciertos problemas para el Alcalde, el cual se rehusaba a creer que su pequeña princesa consentida podría hacer tales bajezas con el villano #1 de París y como era de esperarse, Claudia también usaba aquella misma estrategia para tener lo que ella quisiera a expensas de sus padres.
‒Ugh. No es por juzgar el juicio de Ladybug pero, creo que cometió un grave error al darle un Miraculous a Chloe‒ Propinó Allegra no notando como Marinette se encogía en su lugar ante aquello
‒Si bien Queen Bee fue útil al principio pero ahora parece una piedra en el hígado, literalmente
Las demás asintieron estando de acuerdo con todo lo dicho, Marinette por su parte no pudo evitar pensar en todo eso. No negaba que Chloe al principio fue un aditamento sumamente efectivo al equipo pese a las circunstancias en la que recibió su Miraculous y tuvo aquella fe en que ella pudiera cambiar para bien.
Que ingenua fue.
Al final solo se decepcionó de forma brutal, pero debía admitir que ella también tenía cierta culpa al no permitirle mostrar su posible potencial como superheroína y permitir que Hawk Moth la influenciara de tal forma cuando Miracle Queen.
‒Oye? Te pasa algo?
Juliet la sacó de sus pensamientos y la tuvo totalmente de frente junto con las demás, quienes la miraban con preocupación.
‒Ah… No! Yo solo…‒ La pelimiel notó como esta se aferraba a su libreta de dibujos mientras seguía tartamudeando
‒Puedo? ‒ Señaló su diario y esta se lo extendió dejando a la vista el dibujo de un estilizado vestido hasta los tobillos de mangas largas abultadas y escote en 'V' con estampados de estrellas ‒Wow… Es hermoso!
Las demás se acercaron y apreciaron el dibujo de Marinette obteniendo la misma reacción que la pelimiel.
‒Tienes talento, chica‒ Le alabó Allegra ‒Yo en definitiva usaría eso
Si, bueno… Como nos pusimos a hablar de estrellas y constelaciones pensé en algunos bocetos‒ Se encogió de hombros tratando de restarle importancia al asunto ‒Hay más hechos.
Una sensación cálida reposó en su pecho al verse nuevamente incluida, después de tanto estrés sufrido por fin sentía esa chispa de normalidad que pensó perdida.
Cerró los ojos y soltó un suspiro algo complacido, para cuando los volvió a abrir notó una estrella fugaz… Luego otra… Y otra…
Hasta que todas esas estrellas comenzaron a descender como una poderosa lluvia.
‒Está pasando! Finalmente está pasando!‒ Exclamó alguien en el fondo
El cielo se veía más oscuro que la boca de un lobo y las estrellas que caían desde el cielo le daban un aspecto casi etéreo resplandeciendo un pulcro color nácar platinado seguidas de una estela gaseosa que permanecía en el cielo como vestigio de su paso por el mismo en un precioso despliegue descomunal.
Maravillados por el espectáculo algunos sacaron sus teléfonos y aprovecharon de sacar cuantas fotos fueran posibles, otros con el permiso de la señora Casoli se les permitió usar algunos telescopios para mirar más de cerca a los meteoritos que caían y a las estrellas circundantes y los demás… Bueno, simplemente miraban el espectáculo.
Los presentes soltaron expresiones de emoción pura y sorpresa al verse embelesados en medio de tan brillante espectáculo.
Ajena a las reacciones de los demás, Marinette estaba disfrutando abiertamente del espectáculo de luces gaseosas que tenía ante ella junto a Tikki, quien permanecía oculta dentro de la espesura de su suéter mirando el espectáculo.
‒¡Chicos, rápido! ¡Pidan sus deseos!
Fue Rose quien propuso la idea y en menos de lo esperado, su pequeño grupo de amigos estaban con los ojos cerrados y anhelando milagros.
‒Todavía creen en eso? ‒ Habló Félix desinteresadamente a su reducido grupo de amigos‒ Que tontería.
‒No se pierde nada con intentarlo, verdad? ‒ Habló Allan siguiendo al pequeño grupo de Rose, siendo seguido por Claude, Ernest y el resto de su clase
‒Bueno, ya que insisten
Félix no le encontró ninguna falta, por lo que decidió unirse también.
Los otros no podían darle sentido a esta dinámica, ya eran un poco mayores para esa gracia, pero Allan tenía razón, no perdían nada al intentarlo.
Entre todos sus deseos eran inaudibles, pero más allá del cielo, las estrellas escuchaban cada uno de sus ruegos, deseos y anhelos...
"Quiero ser el mejor DJ de la historia"
"Quiero poder pasar más tiempo con mis padres"
"Deseo llevar el trofeo a casa"
"Deseo ser el mejor estudiante el año que viene"
"Quiero poder hacer feliz a mi madre"
"Deseo ser el mejor deportista de todos
"Deseo conocerte, Ladybug"
"Quisiera poder contar con alguien"
Esos y más deseos fueron los que se elevaron silenciosamente hacia esa gigantesca bóveda celeste.
= 0 =
Una estrella en específico, la más brillante del cielo nocturno, cuyo brillo era comparable o mayor al del sol, observaba desde su paraíso astral como aquellos y más humanos enviaban a sus deseos hacia ellos que anhelaban ser cumplidos aun desde su poderosa distancia.
Sirio era su nombre, la estrella primordial de Canis Maior o comúnmente conocida como Can Mayor.
La luz más brillante del cielo nocturno.
Desde la distancia vio como una de sus hermanas mayores, la estrella primordial de la poderosa constelación de Perseo enviaba a la tierra todas esas voluntades que en tiempos pasados deseaban cumplirse mientras ella, guiaba su rumbo por el cielo nocturno.
Para Sirio, su trabajo eterno era una bendición. Guiar por el amplio y extenso cielo nocturno a todas esas hermosas estrellas a las que llamaba hermanas con tanto amor, era algo que disfrutaba y más si era con su compañía.
Observar a las Ursas bailar en el gran Erídano acompañadas de las hermosas melodías interpretadas por la Lira y las canciones de Delphinus y Cetus. Sentir la calidez que desprendía el Fénix. Retozar en los Jardines de Apodis junto con Alpheratz y Cassiopeae. Apreciar como su hermano mayor, Orión competía amistosamente con el poderoso Hércules, mientras que ella y su hermano Procyon solo se reían de su peculiar competitividad.
Más allá de su órbita las estrellas de las constelaciones del Zodiaco defendían la misma de cuerpos extraños que pudieran ser perjudiciales para ellos, mientras que dentro de la misma, los Satélites hacían fuerte de guardia mientras convivían con las demás Estrellas, las cuales parecían estar de fiesta por la lluvia de Perseo.
En otras palabras, Sirio tenía todo lo que podría considerarse perfecto... Pero se sentía infeliz en cierta forma.
A veces fantaseaba con la vida de un humano o si quiera conocer a uno en persona. Algunos humanos e incluso animales lograron llegar hasta el espacio incluso la luna pero ninguno logró alcanzar su órbita la cual estaba a más de 8,7 años luz ósea, MUY lejos.
Pero a pesar de eso ella consideraba a los humanos algo impresionante, eran efímeros pero se tomaban cada segundo para hacer su vida algo maravilloso, como esos jóvenes que enviaban sus deseos al cielo esperando ser cumplidos -algunos en su mayoría-
En toda su entera y extensa existencia las estrellas solamente habían logrado entablar "contacto" con una muy minúscula casi escasa cantidad de humanos; aquellos que a pesar de ser denominados como Locos fueron destacados seres quienes buscaban conocer las expensas del universo, las cuales ellas, las constelaciones, estrellas, satélites y demás le ofrecían aquella debía información.
Pero con todo y eso… Se sentía inconforme…
‒Qué se sentiría conocer a un humano de frente?‒ Suspiró la estrella mirando hacia la tierra desde su magna distancia.
Tan ensimismada estaba en sus pensamientos que no notó como de a poco se deslizaba del pedestal en donde siempre se ubicaba soñando con la posibilidad de conocer a un humano de cerca.
Pobre y distraída estrella...
La cual no notó como de a poco descendía hacia la tierra…
Continuará...
Que tal? Muy simple? Algo sad? Insípido? Muy poco Feligette?
Les seré sincera, no soy muy partidaria de ese Ship lo siento algo irreal y un tanto chliché, pero gustos son gustos y yo no juzgo y le puedo asegurar que puede que haya algo -no meramente romántico- entre estos dos.
Y así mismo me retiro.
Hay una gran lucha que actualizar y ciertas cositas que adelantar ;)
Nos leemos en otro capítulo
Bye!
P.D. Acepto reviews, recomendaciones, ideas y demás pero tomatazos y ni cositas feas ;P
