Día 912
Hace un buen clima, se siente el frescor del viento y pronto comenzara el tiempo de las cosechas en el pueblo, han pasado tres años desde que él se fue, aquellos tres chicos como sombra siguiéndola a todos lados habían crecido y cada uno comenzaba a dirigirse a sus respectivos sueños.
…Le extrañaba tanto…
Aun podía recordar las tardes enteras en que se sentaba al pie de su ventana para contarle sus increíbles aventuras. Que aun sabiendo que eran mentira, eran un deleite escucharlas. Hacía ya 8 meses que había leído en el periódico que aquella banda se había sumergido en una guerra tan grande con el gobierno y la marina, junto con varios piratas aliados cerca de la isla Raftel. Pues tras llegar a la isla esto por automático convertía al capitán de esa banda en el nuevo rey de los piratas y después de eso nada. Habían hecho un silencio sepulcral como si se los hubiera tragado la tierra, de una cosa estaba segura no estaban muertos, pues si así fuera no dudarían dos veces en pavonearse los del gobierno colocándolo en los periódicos a diestra y siniestra su deceso, como aquella vez hace casi 3 años en donde mostraban la desaparición y posible muerte de la banda "Los sombrero de paja".
Fueron días muy obscuros y tristes para ella, rezando cada día para que se encontrara a salvo en aquel basto mar, pero todo aquello había quedado en el pasado y ella tenía sus esperanzas renovadas de que pronto vería a su querido amigo de regreso en su pueblo. ¡No había duda de eso!
Bebía una taza de té caliente mientras escribía en un pequeño diario viejo, sobre un escritorio rodeada de grandes libros de medicina, iba a dar otro pequeño sorbo, pero se percató que su té se había terminado
—¿Desea más té Señorita?
—Sí, gracias Merry. — el mayordomo amablemente se acercó para llenar nuevamente la fina taza
—¿Cómo van los estudios? No debe sobre esforzarse, últimamente pasa estudiando más de lo normal.
—Siento mucho el preocuparte Merry. — dijo dándole una sonrisa, bebiendo el té, levanto su vista a la ventana, afuera hacia un día precioso y vio a lo lejos al pequeño (ya no tan pequeño) Tamanegi correr por las calles dando gritos
—¡Vienen los piratas! ¡Que vienen los piratas! —Kaya comienzo a reír mesuradamente, era increíble que aun a su edad continuaran haciendo ese jaleo para honrar la memoria de su capitán, era encantador, aunque no tanto para la gente del pueblo.
Se habían comportado tan obtusos desde que él se fue del pueblo, primero asegurando que en tres días el chico mentiroso estaría de regreso en el pueblo, paso el tiempo y ante la negativa de su regreso, aseguraron que había fallecido, cuando salió su primera recompensa nadie le reconoció además les era imposible creer que dieran tanta recompensa por él y por ultimo cuando ya nadie le recordaba habiendo pasando 2 años reapareció con otra recompensa tan alta que parecía irreal esta vez mostrando su rostro bien definido y con su nombre real, o lo más cercano a su nombre pues al mismo tiempo le daban el adjetivo de una deidad, los pueblerinos estaban tan asustados pues creían que si él llegaba a regresar era sin duda para darles una cruel venganza por el trato hacia él en el pasado.
— ¿Cómo crees que esta Merry? —dijo suspirando, dejando la taza sobre el escritorio
— ¿Habla del joven Usopp? —ella asintió. — estoy seguro de que está muy herido y viene camino a casa para que usted le cure y pueda escuchar todas las aventuras que tuvo durante todos estos años. — Kaya comenzó a reír.
— Pero él ni siquiera sabe que soy doctora
—Ahh… pero lo intuye. —dijo guiñándole el ojo, Kaya río un poco más fuerte
—Gracias por ser bueno conmigo Merry. —Se acercó a la ventana viendo como todos los aldeanos intentaban golpear al pobre de Tamanegi, y sonriendo melancólicamente dijo. —Yo solo espero que al menos se acuerde de mi…
—No muy lejos de ahí un adolescente de trece años se esconde entre algunos arbustos cerca de la mansión del pueblo
— ¿Qué se supone que haces tarado? —pregunto Piiman encontrando a su amigo miedica temblando dentro del arbusto
—¿Acaso eres ciego? ¿Qué no ves? ¡Me escondo! casi me alcanzan esta vez. —dijo Tamanegi malhumorado
—Te lo tienes bien merecido, se supone que cada mañana salimos a gritar los 3 juntos, ¿Qué mosca te ha picado? Ya casi es medio día
—¿Qué rayos pasa contigo Tamanegi? ¿Los libros que lees están acabando con tus neuronas? —dijo llegando Ninjin molesto
—Dejen de hablar par de tontos, ¡los he visto! ¡PIRATAS! vienen hacia acá. —anunció con voz quebrada por el llanto. —son ellos. —Piiman y Ninjin se quedaron sin aliento. —¡Son ellos! es la tripulación del rey de los piratas, ¡El capitán ha vuelto!
—Que sea una mentira Tamanegi y te muelo a golpes. —gritó llorando Piiman de la emoción
—¡Que no lo es! Los he visto encallando su barco en el muelle, vine corriendo a avisar, pero… nadie me ha creído. —los tres soltaron una carcajada limpia
—Bueno eso es obvio hemos estado diciéndoles la misma mentira por 4 años. —dijo Piiman
—Ahora sabemos lo que sintió el capitán cuando nos aviso acerca de los piratas aquella vez. —los tres guardaron un pequeño silencio tras recordar ese día hasta que uno de ellos lo rompió.
—¡Corran! Debemos avisarle a la señorita Kaya
—Cielos, se pondrá realmente contenta al saberlo. —los tres chicos salieron corriendo con dirección a la gran mansión.
—Usopp respiró profundo, y contemplo con una gran sonrisa la villa Syrup, había vuelto a casa.
—Cielos este lugar esta idéntico, no ha cambiado nada. —dijo con una ligera risilla, de repente las piernas comenzaron a fallarle, comenzó a ponerse nervioso, le sudaban las manos. ¿Qué demonios le pasaba? ¿No se suponía que ya era un fuerte y valiente guerrero de mar? Se daba lástima así mismo
—¿Todo bien? —la navegante hablo detrás de él tocando su hombro
—Tengo miedo —dijo suspirando
—¿Tú? Qué raro. —dijo dándole una sarcástica sonrisilla
—No estás ayudando Nami. —ella rio ligeramente
—¡Oh vamos! No te asustes, recuerda que eres el "dios Usopp". —dijo sonriéndole. —y tienes 8,000 mil hombres a tu mando
—Bueno dudo mucho que los Tonttas y los chicos en el Elbaf puedan ayudarme en la situación que tengo ahora. —dijo con aura depresiva, Nami esta vez río más fuerte
—No seas ridículo, te has enfrentado a reyes marinos ¿Y le temes reencontrarte con una chica? —Usopp encogió de hombros
—Creo que… esta vez me quedo con los reyes marinos. —la navegante soltó carcajada limpia
—¿A caso te estas escuchando? —dijo limpiándose las lágrimas del llanto provocado por la risa
—Y… ¿Si ya ni siquiera me recuerda? —Nami dejo de reír para ver la expresión de angustia en su amigo
—Escucha Usopp. —dijo de manera seria mirándolo a los ojos. —yo no puedo asegurarte de que la chica te recuerda y te estará esperando con un gran abrazo para darte la bienvenida, porque no lo sé. —Usopp la escuchaba atentamente. —solo se algo, que pase lo que pase estaremos ahí apoyándote, porque somos camaradas. —Usopp se secó las pequeñas lagrimas que traicioneramente salieron de sus ojos, por muy valiente guerrero de mar que fuera, tendría siempre ese lado sensible tan suyo.
—Gracias Nami.
—De nada. —dijo dándole una sonrisa. — ahora déjate de hacerte el maricón y ve y róbale un beso a tu chica. —dijo guiñándole un ojo. Usopp enrojeció de pies a cabeza por vergüenza o enojo, tal vez ambas.
—¡Maldición Nami!, es que tienes que cagar el momento! —Nami lo golpeo fuerte en la cabeza.
—No me hables de esa manera ingrato
—¡Usopppp! —grito el capitán de la nave y el nuevo rey de los piratas. —¡Rápido! ¡Rápido! Quiero bajar a comer. —lloriqueo infantilmente el capitán
—Deja lo en paz Luffy, nuestro Usopp en este momento está cruzando por una crisis emocional
—¡Mantén la boca cerrada Nami! —le grito Usopp avergonzado
—Oh el pequeño Usopp está nervioso porque vera nuevamente a su novia. —se acercó el carpintero pervertido riendo a carcajadas, Usopp se le subieron los colores de nuevo
—¡Ella ni si quiera es mi…!
—No me imagino quien estuvo esperando al narigón todo este tiempo, seguro que no la imaginaste o algo por el estilo. —dijo burlándose el cocinero dándole una fuerte calada al cigarro
—Vete al diablo Sanji, —grito el tirador
—Ya quiero conocer a la novia de Usopp. —dijo entusiasmado el pequeño reno ilusionado. —me pregunto cómo será. —dijo imaginándose a una chica idéntica a Usopp con una nariz igual de larga
—¡No pienses tonterías Chopper! —dijo golpeándole la cabeza al imaginarse lo que su amigo se imaginaba.
—Este es un día conmovedor, siempre es tierno cuando el amor juvenil se reencuentra. —dijo el músico del grupo. —tocare una de mis canciones mientras corren para darse un abrazo en su reencuentro y entonces: "Señorita sería tan amable de mostrarme sus barg…."
—¡Que ni se te ocurra cabrón! —dijo gritándole fuertemente Usopp después de haberle dado un fuerte golpe en el cráneo
—Respira fuerte chico, eso ayuda
—Gracias Jimbe. —Usopp dio un fuerte suspiro
—Chicos este es un momento importante para Usopp, para que lo sepan Kaya es una linda chica, con dinero y amable, además es gracias a ella que obtuvimos a Merry, así que por favor —dijo con una sonrisa la navegante —no lo estropeen y nos avergüencen, quiero que se comporten —ordenó en un grito, todos asintieron con miedo
—Vamos Usopp. —alentó la navegante
—Creo que tengo la enfermedad-si-entro-a-esta-isla-me-muero —la navegante le sonrió con complicidad
—Y yo tengo la cura para ello, vamos por un trago
Todos los tripulantes bajaron dirigiéndose al pequeño restaurante en que alguna vez llegaron a estar ahí 4 de sus miembros. El lugar estaba vació, al parecer el dueño no se localizaba en su acostumbrada barra, así que escogieron una mesa y tomando asiento ordenaron al pequeño mozo una ronda.
—Por Usopp, porque no se orine en los pantalones cuando vea a su amorcito. —todos soltaron una carcajada y Usopp maldecía a cada uno de ellos.
—¡Por Usopp!
En ese instante el encargado del restaurante salía de la parte posterior de su bodega, se le resbaló de las manos el tarro de cerveza que limpiaba, rompiéndose en pedazos tras escuchar el nombre por quien brindaban
—¿Usopp? ¿Eres…. eres el dios Usopp? —dijo viendo a cada uno de los que se encontraban sentados en aquella mesa. Miró sus caras y las identificó en un segundo, era la banda más peligrosa que existían, eran los mugiwaras la tripulación de nuevo rey de los piratas y estaban ahí en su restaurante. No sabía si sentirse alagado o con mucho miedo.
—Buenas tardes señor Yuki, ha pasado tiempo. —dijo sonriendo el tirador, el hombre asustado cayó al suelo de sentón. Todos miraron al hombre confundidos ¿Que le pasaba de repente?
—¿Se encuentra bien viejo? —pregunto el espadachín que aún conservaba la botella en la mano
—¿Qué haces aquí? ¿Qué hacen aquí? Después de tantos años de paz en esta aldea, y tú has venido a perturbarla
—¿Eh? —el tirador se levantó de la mesa preocupado —¿De qué está hablando? —dijo con una sonrisa intentando aminorar la tensión
—¡No te acerques! —Usopp dejó de sonreír. —Aléjate, no quiero problemas
—Señor Yuki, soy yo, soy Usopp ¿Acaso no me recuerda? —le dijo intentando acercarse al hombre para que le viera la cara
—Se perfectamente quién eres, y te recuerdo bastante bien, eres el chiquillo mentiroso del pueblo.
—Entonces ¿Por qué…?
—¡Lo siento entiendes! -grito fuertemente llamando la atención de algunas personas que en ese momento entraban en el restaurante. —siento como te trataban como lo hicieron antes, pero quiero que se larguen de mi local, si no lo hacen, se quedan bajo su propio riesgo —dijo apuntando con una pequeña pistola que guardaba entre sus ropas —todos los muguiwaras se levantaron molestos de la mesa, pero el tirador con un brazo señalo que no interfirieran.
—¡Señor Yuki, soy Usopp, ¿no lo recuerda?, usted era la única persona que me fiaba y me permitía comer aquí, ¿¡QUE NO LO RECUERDA?! —esta vez gritando con mayor ímpetu, asustando aun más al restaurantero. La gente se comenzó a amotinar atrayéndolos el fuerte ruido provocado, asombrados por ver al chico mentiroso de regreso en el pueblo.
Usoop sentía que una enorme grieta se abría bajos sus pies, ¿Por qué sucedía esto? Sabia que no era un personaje entrañable para su pueblo, pero nunca imaginó tal recibimiento. De repente un hombrecillo de edad avanzada se le acercó por la espalda
—Joven Usopp.
—¡alcalde! —exclamó con sorpresa al reconocer al pequeño hombre viejo de anteojos, se veía realmente anciano, ¿Tanto había tardado en regresar a su aldea?
—Escucha, hablo de parte te todos los aldeanos que viven aquí, realmente sentimos el trato que te dimos hace tiempo, yo imaginé que algún día regresarías aquí, así que he hablado con anticipación con cada familia del pueblo. Te daremos una buena porción de nuestros ahorros, sabemos que no es mucho pero como sabes no es un pueblo con mucho dinero…
—¡PERO DE DONDE A SACADO SEMEJANTE!
—¡SIN EMBARGO! —levantó la voz el alcalde tragándose el pánico que sentía, sin permitir que se le interrumpiera. —te pido a ti y tus compañeros que se retiren inmediatamente de esta aldea
—¿Qué les pasa chicos? yo jamás les haría daño —dijo con gran pesar Usopp
—Joven Usopp, váyase de aquí, no queremos problemas, la marina puede venir y arrestarnos a todos por refugiar a un criminal, no es bienvenido a este lugar ¡Largo de aquí!
Un fuerte estruendo se escuchó por parte de los piratas, una mesa rota más precisamente, y la navegante del grupo fue la causante de esto.
Corrió tan deprisa como sus delgadas y débiles piernas se lo permitieron, no era que aun fuera enfermiza solo que ella nunca fue muy dada a las actividades físicas desde pequeña. Fue directamente hacia la costa pero no había nadie allí, tan solo un imponente y precioso barco con la insignia de la tripulación, podía reconocer esa marca a kilómetros, pues llevaba el gracioso sombrero del capitán en la calavera. Sin duda eran ellos. Pero ese no era la pequeña carabela que ella les había obsequiado, eso era algo totalmente comprensible, era obvio que el pequeño barco no les serviría de mucho tras enfrascarse en tal aventura, pero aun así una pequeña esperanza continuaba en ella latente para que aún lo conservaran, pero no era así. Corrió nuevamente de regreso para buscar en algún otro lado, más vio y escuchó el gran alboroto del restaurante "Meshi" del Señor Yuki
Y allí estaban, un grupo de 10 personas bastante extravagante. Podía reconocer a 4 de ellos perfectamente a los demás no los conocía, era un grupo bastante peculiar. Un chico rubio, alto bien parecido y unas cejas que llamaban mucho la atención, a su lado una enorme persona con partes metálicas en su cuerpo ¿Eso era un robot? Justo enfrente un pequeño animal que caminaba erguido no podía identificar si aquello era un pequeño mapache o un reno, también podía ver ¡¿Un esqueleto?! Solo Dios sabría donde se habían metido aquella banda para encontrar compañeros así.
Justo a un lado había una mujer madura, pero sin lugar a duda muy hermosa con grandes proporciones en todo su cuerpo, aparentaba unos 30 años a lo mucho y por último un gran hombre gordo que parecía ser algo así como un hombre pez, ¡Intimidaban! ¡Intimidaban mucho! a todos ellos los había visto en los periódicos afirmando que ellos eran parte de la banda "Sombrero de Paja". Se sentía con miedo, pero a la vez con mucha excitación, fijó su vista en las únicas 4 personas que podía reconocer a la perfección. El espadachín de cabello verde, nada lo recordaba cómo alguien serio y con gran fuerza, ahora le parecía alguien totalmente impresionante con esa altura y esa aura tan avasalladora pero aún conservaba ese porte que te brindaba confianza; el capitán el chico de goma, desde el momento que le vio sabía que ese chico llegaría muy alto, portaba una seguridad única, aunque su torpeza también era algo bastante evidente en él, eso y su enorme sentido del humor. Ahora se veía alguien con muchísimo poder, se veía bien dotado de su cuerpo y más alto.
De repente vio una escena que no le agrado en nada, él, su amigo, a quien estuvo esperando tantos años estaba tomando la cintura con fuerza de la chica a quien recordaba como la navegante, Nami era su nombre, a ella la recordaba como una chica guapa, de cabello corto, una linda figura y ropa sencilla. ¿Cómo había cambiado tanto? Ya no era guapa, era simplemente hermosa en toda la extensión de la palabra, tenía el cabello tan largo que le llegaba a su cintura, y su cuerpo era tan bien definido y voluptuoso que un mismísimo Santo caria en pecado, la ropa sencilla había quedado completamente atrás. Llevaba un hermoso vestido (bastante corto) color rojo y un lindo sombrero de ala ancha, con algunas joyas como un lindo collar y un par de pendientes de oro, un atuendo digno de una reina pirata y junto a ella él, se veía más alto y con un cambio físico extraordinario e irradiaba una confianza en sí mismo asombrosa, no cabía duda que se había convertido en un valiente guerrero de mar.
Entró al restaurante lentamente al gran bullicio y abriéndose paso los miró a todos e hicieron un silencio absoluto
—¡Kaya!-dijo asombrado Usopp al ver a la hermosa chica entrar, había cambiado mucho
—J-Joven Usopp. —hubo un intenso y pesado silencio
—S-señorita Kaya
—Dígame Señor alcalde ¿Que está pasando aquí?
—Veras querida Kaya, intento hablar civilizadamente con el alcalde de tu pueblo, pero él…
—¡¿Civilizadamente?! Has destrozado casi todo el lugar maldita pirata "Gata ladrona"
—Lava tu boca antes de hablar con nuestra preciosa navegante, jodido alcalde de mierda. —dijo amenazadoramente Sanji
—No interfieras Sanji. —dijo mostrando su arma apuntando al cuello del alcalde para intimidarlo. —yo misma hare que me respete este viejo
—Te he dicho que te calmes Nami —dijo molesto Usopp sosteniendo nuevamente su cintura para impedir que atacara
—Pero Usopp, esto es injusto, después de todo lo que has hecho por ellos, ¡Casi perdemos nuestras vidas por esta miserable aldea y ellos te tratan de esta vil forma! ¡¿Luffy que no dirás nada?! —gritó molesta observando al capitán quien este se había mantenido a raya
—Usopp ha dicho que no quiere hacer nada al respecto, respeto su decisión, nos vamos de aquí, Usopp te esperaremos en el Sunny, has lo que tengas que hacer. —dijo con autoridad ejerciendo su derecho y obligación como en pocas ocasiones. Nami con resentimiento de que el capitán no interviniese se mordió firmemente la lengua pues no podía contradecirlo.
La multitud alegre por que habían logrado su cometido, comenzaron a festejar eufóricos la retirada de los piratas, comenzando a dar gritos de abucheo y que de que se largasen del pueblo, pero fueron detenidos por el alcalde sobresaliendo su voz de todos ellos
—Un momento por favor, ¿Ah que se refiere con salvar nuestras vidas? Este jovencito en toda su mentirosa vida no ha movido un solo dedo por nosotros. —Nami a pesar de la orden impuesta por el capitán no pudo controlarse y exploto en ira
—¡QUE NO! ¡QUE NO! ¿Acaso son idiotas? ¿O perdieron la memoria?, hace 4 años casi matan a todos en esta aldea y fue gracias a él que están a salvo
—¡Nami tranquilízate ya! Di una orden —dijo con fuerza el capitán, pero siendo ignorado por la navegante
—¡Porque si no fuera por él, nosotros realmente no hubiéramos movido un solo dedo para salvarlos a ustedes! —seguía gritando
—Mujer, ya basta. —intervino con mucha firmeza el vice-capitán tomando la empuñadora de su espada, pero tampoco dio resultado
—¿De qué estás hablando pirata? —pregunto molesto el alcalde al no tener idea de lo que hablaba la navegante
—Hablo de cuando casi os matan a todos ustedes un asqueroso pirata llamado Kurahadol. —todos respigaron tras escuchar ese nombre, sin duda lo conocían, pero la Señorita Kaya les había dicho que el buen hombre había abandonado la mansión sin razón aparente —O mejor dicho Kuro. —dijo de manera cortante
—Nami-chan déjalo ya. —intentó esta vez el timonel queriendo finalizar el asunto, pero aun nada
—Oh ¿Ya lo recuerdan? —dijo con una sonrisa sarcástica —el querido mayordomo de la princesa, ese cabrón quería matarlos a todos con uno de sus retorcidos planes involucrándola a ella, ¡Rayos Kaya! Porque demonios no les has contado, ¡abre la boca de una vez y diles que fue lo que pasó!
—¡NAMI YA FUE SUFICIENTE! —dijo el tirador con enfado —no te permito que le hables así, además yo les pedí que no dijeran nada aquella vez, por eso fue por lo que ella ¡no dijo nada!
—¡Maldición Usopp! Te juro que a veces no hay quien jodidos te entienda, de todas las mentiras que dices y justo de las cosas más increíbles que has hecho lo quieres ocultar
—¡¿Y para qué iba contarles algo que ya habíamos solucionado?!, solo para que no me creyeran o peor aún entraran todos en pánico
—S-Señorita eso… eso es…
—Así es alcalde. —dijo con mirada cabizbaja reprimiendo las ganas de llorar —yo… el joven Usopp me pidió que no dijera nada y yo…
—Ves lo que has hecho. —le miró con dureza el tirador
—Bien, haz lo que te dé la gana. —dijo con el orgullo herido la navegante. -
—Nami… —dijo con irritación
—No te me acerques Usopp
—Joven… Joven Usopp nosotros, realmente no teníamos idea…
—Ahora no alcalde, ¡Nami espera! —dijo pasando de largo a todos, ¿acaso era imbécil? Conocía lo suficiente a Nami para saber que ella no era de defender de esa manera a los chicos, ¡Dios! Prácticamente había desafiado a Luffy al no acatar la orden que se le dio, solo hacia eso con él, él y Chopper, porque los unía un lazo de hermandad, la hermandad de la debilidad y la humanidad del equipo, eran ellos los tres más "normales" a comparación de los monstros que tenían por nakamas, y metía no solo una, si no las cuatro patas hablándole de esa manera y por una tontería que había pasado ya hace mucho.
—Nami espera. —dijo alcanzándola sujetándole el brazo, justo en la puerta de salida del restaurant
—Te dije que no te acercaras.
—Yo… lo siento dijo recargando su cabeza en su hombro. —yo realmente lo siento, no fue mi intención hablarte de esa manera, pero Nami por tan poca cosa como eso, yo realmente no le di importancia al asunto aquella vez, me importaba poco lo que los aldeanos pensaran de mí, yo no esperaba una bienvenida por parte de ellos, claro que tampoco esperaba esa reacción, pero yo no esperaba nada… yo solo he venido por verla a ella. —dijo señalando a Kaya que se encontraba escuchando entre la gente, provocando que al señalarla la nombrada enrojeciera por completo. —Yo quiero decir… este. —dijo tartamudeando por los nervios por tal declaración tan abierta, Nami comenzó a reír
—Déjalo ya narigón. —dijo sonriéndole
La tripulación se hizo paso entre la gente, dirigiéndose a sus dos nakamas,
—¿Ya te has calmado? —pregunto con una modesta sonrisa la arqueóloga
—Si, lo lamento en verdad. —contesto devolviéndole la sonrisa
—¿Crees que con pedir disculpas se solucionaran las cosas mujer? Esa fue una falta de total respeto a tu capitán. —dijo con seriedad
—Déjala en paz maldito marimo de mierda, la hermosa Nami-san ya ha pedido disculpas. —dijo empujando con fuerza el cocinero a Zoro con su hombro.
—Nadie te pidió que hablaras estúpido cocinero pervertido. —dijo contratacado el empuje con igual potente haciendo una lucha de poder a ver quién tiraba primero a quien
—Lo sé, y de verdad lo siento, asumiré el castigo correspondiente. —dijo con seriedad la navegante mirando fijamente al capitán, este la miró por unos segundos y dijo:
—Hablaremos más tarde. —dijo bajando su sombrero ensombreciendo la expresión de su rostro, Nami asintió.
Zoro resopló con fuerza, esa mujer siempre se salía con la suya, siempre lo hacía, desde que se les unió o estaba loco o siempre sintió un trato distinto de su capitán hacia ella. O tal vez solo era su imaginación, sus pensamientos fueron interrumpidos por un ligero murmullo de una voz cantarina y suave.
—Disculpen… perdón por interrumpir, pero yo, quisiera poder recibirlos en casa, darles la bienvenida que merecen, y hacer una fiesta en su honor por su llegada.
Pero en ese instante justo detrás de Kaya salió por detrás el pequeño de anteojos que respondía a al puesto de alcalde y dijo:
—Permítame Señorita Kaya, todos nosotros queremos ofrecerles una disculpa, realmente jamás creímos algo así de aquel hombre
—Olvídelo alcalde, no es necesario que haga algo así, después de todo solo soy un pirata mentiroso que está de paso. —respondió el tirador con desinterés
—¡Por favor joven Usopp!, permítanos expiar tal falta de nuestra parte. —dijo afligido, haciendo una dogeza siendo imitado por los pueblerinos presentes. —¿Nos harían el honor de aceptar un banquete por parte de los aldeanos de este humilde pueblo? —Usopp al no saber que responder por tal impresión, la autoridad del rey de los piratas se hizo presente, pues no pensaba pasar la oportunidad de un banquete, esta vez con una sonrisa.
—¡Aceptamos! y que haya mucha carne por favor. —dijo ensanchando su sonrisa, todos dieron un grito de triunfo e inmediatamente se pusieron a actuar, las mujeres de la aldea fueron a sus casas para preparar el alimento mientras los hombres y los niños se dispusieron a acomodar mesas y sillas en la plaza principal para el gran banquete
Usopp discretamente se acercó a Kaya y le tomo la mano, ella enrojeció
—Siento aquel alboroto, todos son bastante idiotas —dijo a modo de disculpa el tirador, Kaya negó con la cabeza
—No debes preocuparte, yo soy la que debería disculparse, la Señorita Nami tiene razón, si yo no hubiera callado no hubieran tenido porque…
—Basta con eso, no has sido tu culpa, yo te había pedido el favor a ti y a los chicos, además ya se ha arreglado el problema. —le dio una sonrisa ladina, la chica se le corto la respiración, ¿Acaso él había tenido esa sonrisa siempre?
—¿Quieres conocerlos? —la chica dudo un segundo
—Vamos, son brutos, pero no hacen nada. —le dijo dándole una sonrisa, y ella la devolvió, había cambiado mucho.
—Claro —lentamente se acercaron al pequeño grupo
—Buenas tardes a todos, cuánto tiempo sin verlos —saludó respetuosamente Kaya haciendo una pequeña sonrisa junto con una reverencia
—¡Kaya! Te has vuelto muy guapa, ¿Dónde están los mocosos y tu sirviente cabeza de borrego? —Preguntó la navegante, y todos soltaron una carcajada exceptuando a uno de ellos
—¡Oye Nami! Deja de ser tan mal hablada estas enfrente de una chica de clase, ¡Por el amor de Dios!
—Oh el pequeño Usopp esta avergonzado porque hablo mal enfrente de su chica —dijo jalándole el cachete de manera espontánea para provocarle más, la carcajada aumento y el mentiroso se puso rojo hasta la medula, él se lo había buscado, había sido grosera con ella.
—¡Quieres callarte de una vez!
Punzada, otra fuerte punzada recorrió todo su cuerpo, ¿Acaso eran aquellos dos tan cercanos? Ella apenas recordaba al muchacho cuando se sentaba frente a su ventana y hablaba con ella por horas, nunca se habían atrevido a tocarse ni un solo pelo, exceptuando la vez que el intento salvarla de aquel pirata traicionero de Kurahadol y ella tontamente lo golpeo, pero aquellos dos eran la viva imagen de dos chicos enamorados que habían pasado por tantas cosas juntos
—En realidad a todos ellos les he dicho que aguardaran en la mansión, pensaba traerlos junto con ustedes para tener una fiesta privada, pero como han visto la cosas no salieron como planee. —dijo con una sonrisa un poco forzada
—Oh siento eso, no sabía que…
—Oh descuida, con toda la gente será sin duda más divertido. —le dijo regalándole una sonrisa, y él se la dio devuelta
—Como decía. —dijo con un fuerte tic en el ojo a causa de enojo y del bochorno de hace un momento. —chicos, ella es Kaya es…-guardo silencio por un segundo. - una amiga…
—Un gusto
—Un placer
—Buenas tardes mon chéri
—Hola
—Que tal pequeña
—Yo ya la conocía
—Tiempo sin vernos Kaya
—Es un gusto volver a verte
Afectuosos y alegres saludos le eran proporcionados a su persona hasta que escuchó uno muy singular
—Señorita, ¿Me permitiría ver sus bragas? —la chica enrojeció, mientras que un fuerte golpe por parte de Usopp se hizo sonar
—¡Idiota! ¡¿Qué no ya había hablado contigo?!, ¡esta vez controla tu lívido! —Kaya comenzó a reír
—Tienes unos amigos muy interesantes y divertidos
—No, no lo son —dijo con cierto desdén
Todos reían y comían por montones la noche comenzaba a enfriar y el ambiente se sentía muy agradable, ella le observaba de lejos viendo como esos tres muchachos estaban fascinados por como su capitán les hacía demostraciones de su increíble y mejorada puntería. En la mesa de aun lado veía como los compañeros de él, comían por montones y tomaban sin piedad, todos y cada uno de ellos con una radiante sonrisa.
—¡Hey! Kaya ¿Qué haces ahí sentada tu sola? Ven a sentarte con nosotros. —escuchó como le gritaba la navegante, ella suspiró, dolía, aun le dolía mucho, y le dolería más el tener que pasar tiempo con aquella hermosa mujer en donde seguramente le contaría de él, del tiempo en que pasó junto con él en sus aventuras, tiempo en donde ella no estuvo y solo se sentó a esperar por él, pero no quería ser grosera; le dio una de sus mejores sonrisas, se acercó aquel grupo y se sentó con ellos justo al lado del capitán.
—Buenas noches Joven Luffy. —dijo sonriendo por ver como el capitán se atragantaba con la pieza de carne que tenía en la mano
—¡Buenas! —respondió entrecortadamente y apenas entendible por el gran bocado en su boca — Yo quería decirte —dijo pasándose toda la carne de un solo tirón, era sorprendente ver su forma de comer —Perdón —dijo medio inclinando la cabeza, la chica se sorprendió ante eso
—¿De qué habla?
—El barco, nuestro barco Merry, no le pude salvar. —la chica enmudeció. —le intentamos arreglar, pero… nos dijeron que eso no era posible, Usopp se molestó mucho y también entristeció bastante, tuvimos que dejarlo, a todos nos dolió —dijo con voz melancólica, no tenía ni idea que alguien como él pudiera hablar de esa manera. Estaba completamente conmovida, pequeñas lagrimas escaparon de sus ojos, cualquier persona no hubiera dudado en cambiar el barco en cualquier oportunidad que tuviese, pero ellos habían intentado arreglarle y al saber que no podían hacerlo les dolió dejar el barco, y además le pedía perdón, aquel chico tenía un corazón de oro
—No tiene por qué disculparse capitán, y yo le agradezco tanto el que me lo haya contado —le dijo con una gran sonrisa y como pago le obsequio una sonrisa aún más encantadora por parte de él.
—¡Vamos Capitán! Muéstrenoslo, ¡el ataque! ese increíble ataque que se ve que hace en el periódico cuando atacaron a la isla de Mariejois. —se escuchó gritar a uno de los tres chicos pidiendo que les mostrara aquel destructivo ataque
—Oye, oye, eso es peligroso, además ya les eh dicho que ese ataque no lo hago yo solo, necesito a Nami —la nombrada se puso de pie
—Está bien, ya eh terminado de comer, puedo ayudarte —dijo acercándose al pequeño grupo los chicos saltaron de emoción
—Oye Nami, no creo que sea…
—No exageres solo no usare demasiada potencia —dijo giñando traviesamente su ojo, el tirador suspiró
—Bien. —los adolescentes de trece años que en ese instante parecían un puñado de críos de seis, sonrieron y emocionados miraron fijamente a aquellos dos piratas esperando ver un ataque sin igual.
—¿Objetivo? —preguntó Usopp acomodándose las gafas de francotirador
—La fea casa vieja abandonada de la pequeña colina —Usopp enfocó el lente para saber a cuál casa se refería
—¡Hey! Esa casa es la mía —dijo frunciendo el ceño
—¿En serio? ¡Vaya que es fea! —varios mugiwaras soltaron una pequeña risa mientras que Kaya escuchaba atentamente la conversación
—¡Tu maldita arpía!
—Oh vamos, no es como si fueras a volver a vivir allí. —otro fuerte golpe en el pecho de Kaya resonó en todo su cuerpo, era obvio que el chico no se quedaría eso lo sabía, para los piratas su vida era el mar, pero ¡Vamos! ¿Es que ella tenía que restregárselo en la cara? Comenzaba a actuar de manera egoísta, estaba fuera de sí, respiró hondo, debía mantener la compostura
—Bien, solo el techo. —todos hicieron silencio queriendo ver tal ataque
—Sal de ahí mi pequeño Zeus, una pequeña nube salió del total prefect clima tact de Nami
—¿Por Dios que es eso? —preguntó anonadada Kaya, ¿una nube con vida propia?
—¿Me llamaste?
—Solo un pequeño ataque mi querido Zeus. —en ese instante la nube comenzó a crecer considerablemente dejando a toda la aldea con la boca abierta.
—Hi no Tori Boshi.—una enrome bola de fuego en forma de halcón salió en forma de proyectil hacia la vieja casa
—¡Increíble! —dijeron los tres adolescentes al unísono
—Sigue el disparo Zeus —ordenó la navegante, haciendo que este acatara la orden de inmediato, alcanzando en un segundo el disparo yendo ambos a la par.
—Ultimatum attac. —todos los aldeanos dejaron de respirar por segundos con gran expectación del resultado del ataque
—¡Tempo! —un inmenso rayo cayó junto con el tiro de fuego en forma de halcón hacia la pequeña casa reduciendo el techo a cenizas y carbonizando por completo la casa, todos quedaron boquiabiertos incluso en tirador
—¡Bruja! —dijeron los 3 adolescentes asustados al observar tal magnificencia de aquel ataque que solo podían considerar que era una cosa, brujería.
—¡Váyanse a la mierda mocosos! —dijo molesta la navegante
—¡Dijiste que no usarías tanta potencia Nami! —dijo Usopp acercándose a ella bastante mosqueado por la recién perdida
—Lo siento, se me ha ido la mano —dijo sacando la lengua
—¡Descarada! —dijo haciendo una humorística cara de enfado —todos comenzaron a reír, y Kaya estaba a punto de llorar, ¡Que Dios la amparara! Inclusive tenían ese tipo de ataques juntos, tal vez estaba exagerando, pero ¿Cómo no hacerlo? Aun le dolía —¡Ese era el lugar en donde se suponía que nos quedaríamos esta noche!
—Espera… ¿Hablas en serio? ¿Planeabas que 10 personas incluida Luffy y sus ronquidos entráramos en esa pequeña, vieja y casi destruida casa, en donde no le han pasado la escoba en más de 4 años?
—Oh vamos como si la hubiéramos pasado de lujo en la diminuta casa de tu hermana
—¡Repite eso ingrato!
—No seas bribón Usopp. —interrumpió bruscamente el cocinero rizado —no te permito que hables de la encantadora hermana de Nami y su hospitalidad al dejarnos quedarnos en su casa
—Ha hablado el cabrón, que se molestó por tener que dormir a un lado de Luffy y aguantarle sus pedos por la noche —en ese instante se mordió la lengua, había olvidado por completo donde se encontraba, su forma de ser había cambiado, y su forma de expresarse era mucho más relajada y sin pensar, miró a Kaya por un momento, lo estaba mirando con sorpresa, era un idiota por hablar así frente a ella —Yo quiero decir…
—Usopp. —Luffy se levantó de golpe y bajo su sombrero escondió el semblante de su cara, tomo su barril vacío de cerveza y se lo arrojo cómicamente a Usopp —Como si tu olieras a rosas, cabrón —todos en la mesa comenzaron a reír incluida Kaya, para ella le era muy graciosa toda esa situación y a la vez fascinante, nunca había visto a su Usopp de esa manera, era mucho más abierto y portaba una seguridad irreconocible aun hablando así, pero todo lo que subía tenía que bajar; y ella aparecía de nuevo y arruinó el momento
—Los dos son un par de marranos, yo he tenido que dormir con ambos y ambos apestan. —esta vez las risas sonaron por toda la plaza, mientras que la risa de Kaya enmudeció, quería llorar, desmayarse o irse de allí, tal vez la tres cosas en ese orden ¿Es que acaso la navegante era consciente de su dolor y lo hacía apropósito? ¡Había dormido a su lado! Tal vez no de ese modo, pero había dormido junto a él, y mientras eso pasaba ella estuvo en aquella isla estudiando todos los días incansablemente, noches y noches de desvelo estudiando mientras pensaba en él ¿Y para qué?
—Bueno y ahora que, ¿Nos regresamos al barco a dormir?
—¿Desde cuándo te fijas donde carajos dormir? Si hemos dormido un millón de veces en el suelo. —le dijo el espadachín levantando la ceja
—Pues disculpa por querer dormir en una cama decente de vez en cuando. —le reto molesto, no es que le importara realmente dormir en el suelo, pero no tenía nada malo sentir la estabilidad de que la cama no le daría vueltas por la alta marea o sentir la frialdad del suelo.
—¿No crees que últimamente se te ha subido un poco lo mariquita? —dijo Sanji con afán de molestar a su amigo
—Sabes Sanji hablando de mariquitas, tengo una guardada y dice que te quiere saludar. —le dijo con burla sabiendo la fobia de su amigo a los insectos
—¡Que te parta un rayo jodido narigón! —La arqueóloga reía discretamente junto con Franky justo con Chopper en brazos
—¿A qué se refiere con mariquita Robin?
—Se refiere que es maricón, mi reno amigo. —contesto el ciborg con gran sonrisa, Robin le miro de mala manera al ciborg por hablar de esa manera ante el pequeño reno.
—¿Usopp eres maricón? ¡Pero creía que tenías novia!
—¡Que no soy maricón! —dijo haciendo una cara cómica pero aun molesta
—Te dije que dejaras de pasar tanto tiempo con ese cocinero amanerado Usopp, pero no me hiciste caso. —dijo con burla el espadachín con cerveza en mano, haciendo que este le plantara pelea justo a centímetros de su cara
—Ven y repite eso en mi cara maldito cabello de musgo
—Cuando quieras jodido cocinero de cuarta
—Repitan nuevamente lo de maricón y me los jodo a ambos. —intervino el tirador, que ni por fuerte que fuera se atrevía a meterse en una de las peleas de esos dos, pero estaba tan avergonzado que toda esa discusión pasara justo a varios metros de distancia de Kaya le quemaba el orgullo
—Oh el niño se quiere meter en las peleas de los grandes, bien los cortare a los dos. —dijo con soberbia el espadachín
En eso la nube Zeus soltó una pequeña descarga a los integrantes de la pelea para justo después refugiarse nuevamente en el bastón de su portadora.
—¡Basta ya todo el mundo, que me van a provocar migraña!, Usopp tiene un punto yo también quiero dormir en una cama decente una noche. Pero si no hay más, ¡Al barco se ha dicho! —a Kaya se le encogió el corazón, no quería que se marchara tan pronto
—Yo tengo un lugar
