El era un Omega, uno como cualquier otro.

Tenía celos, tenía belleza, un olor atrayente, fertilidad, salud, ilusiones, esperanzas y sueños.

Pero el tiempo corría, el cumplió quince y nadie pidió su mano, por supuesto que se cuchicheo la noticia en toda la aldea pero tampoco era para alarmarse demasiado, al menos uno o dos omegas quinceañeros al año solían tener que esperar un poco más al matrimonio.

Llegaron sus tiernos dieciséis y algo dentro de sí le advirtió algo que esperaba no se cumpliera.

A sus dulces diecisiete toda la aldea festejo a lo grande, pero termino en una terrible deshonra cuando al final de la fiesta cuando se hizo la gran pregunta de quién quería desposarlo nadie hablo... Ni siquiera los alfas que aún eran infantes.

La vergüenza lo hizo ocultarse por meses en el nido de su madre, donde aún eran bien recibido aunque su futuro próximo pronosticaba que se quedaría soltero de por vida.

Era bien sabido por todos que mientras más pronto un alfa tomará a un omega mejor sería su relación, los omegas se hechaban a perder con el tiempo y nadie quería a un omega veinteañero sin desposar, todos sabían que eran rebeldes, groseros y gruñones por no tener alguien que los dominé y eduque como es debido.

El mayor miedo del rubio omega se hizo realidad un par de años más tarde, cumplió veinte años y ningún alfa lo había desposado, algo muy malo debía tener ese omega en el interior.

El pánico se apoderó de la aldea, debían hechar al omega lo más pronto posible o alguna maldición podría caerles encima por salvaguardar a una abominación de la naturaleza.

El lloro e imploro pero incluso su madre le dió la espalda temerosa, el decido irse tranquilamente una vez que entendió que su vida como omega había fracasado.

El llevo la cuenta exacta de cada día lejos de aquella aldea que lo vio nacer y también partir. Sufrió hambre, sufrió sed y soledad, el sabía que aún podía conseguir algún alfa que lo tomara por lástima y volver a la aldea pero viendolo sucio y desalineado como estaba ahora ni siquiera lo dejaban entrar a las aldeas por temor a que tuviera alguna enfermedad y desatará una plaga.

La noche de su cumpleaños número veintiuno mientras se lavaba el rostro en el lago del bosque en que vivía observó un chico en la luna.

La Luna era menguante y el estaba ahí recostado en ella con su piel más blanca que la propia Luna y el cabello más negro que la misma noche.

El Omega nunca había visto tal belleza ni siquiera en otros omegas así que simplemente se sentó a observar aquel milagro que sus ojos azules como el mar nocturno estaban contemplando.

Horas después la figura se movió recostadose hacía su costado y entonces unos negros y profundos ojos se abrieron haciendole ver cuan diminuto era desde ahí.

"–Que tanto me vez pequeño omega."

Su boca se abrió grande y sus manos tomaron su cabeza con asombro, una voz llena de gracia había retumbado en su cabeza, y algo muy dentro de él se había llenado de gozo ante la melodía.

"–¿Acaso eres tonto? Te he hecho una cuestión."

El aún en su asombro respondió lo que aquel ser místico le preguntaba.

–Yo no...

"–No es necesario que uses tu voz física, tu voz interna es más clara para mí."

El Omega aún dudoso comenzó a hablar sin emitir verdadero sonido, toda la conversación fue llevada a cabo a un nivel más importante que el físico, en el espiritual.

"–Ya veo así que te hecharon, no es para menos."

El Omega seguía limpiando las lágrimas que no había podido evitar a lo largo de su historia. Mientras el chico ahora sentado en la punta de la luna lo observaba con sus fríos y negros ojos.

"–Soy el espíritu astral de la luna, e recibido el nombre de Sasuke por tu gente y soy venerado por más civilizaciones de las que puedes contar, si mueres al menos sabrás que no viviste en balde gracias a mi."

"–¿Eres en verdad Sasuke? Pero siempre has sido representado como una diosa de larga cabellera blanca.""–Hace mucho tiempo existía en esa forma, pero hasta nosotros nos aburrimos, ese antiguo espíritu era llamado Kaguya en realidad pero de tanto ver a los humanos se contagio de su curiosidad, ahora es feliz como una estrella fugaz mientras yo tomé su lugar aquí en la Luna, esperando."

Al horizonte el primer rayo del dorado astro se irguio orgulloso de su luz comenzando a opacar la oscuridad de la noche.

"–¿Es verdad que tienes el don de cumplir los deseos que vienen del corazón?""–No, en realidad hago tratos con los mortales cumplir su anhelo es mi parte del trato nada más."

La luna se iba ocultando y desapareciendo, al igual que el chico sobre ella quien cada vez era más translúcido.

"–Entonces quiero un trato.""–No estoy de humor Omega""Por favor, te daré lo que desees, mi vida, mi belleza, mi alma pero a cambio haz que un alfa me tomé te lo ruego.""–¿Me darías cualquier cosa, incluso un hijo?""–Todos los que desees, son todos tuyos para que hagas con ellos lo que quieras."

El espíritu lo pensó por largos minutos, el Omega juraría que el amanecer entero se detuvo mientras se tomaba una decisión.

"–Hace mucho tiempo, cuando habitaba en el mundo que ahora tu pisas, conocí a mi alma gemela aquella que encontraras una y otra vez en cada vida y reencarnación. Al morir no renací, llegué a este astro porque mi madre había hecho un trato con el antiguo espíritu de la luna, al morir yo la reemplazaría por la eternidad.Desde entonces e visto el alma de mi pareja nacer, crecer y suicidarse por décadas y siglos enteros ante el terrible vacío que conlleva que tu alma gemela no exista ya en la Tierra, mi condición es que uno de tus hijos nacerá con el alma de ella puede ser el primero, el intermedio o el último no lo sabrás hasta que nazca."

El Omega de piel atigrada no dudo en aceptar el trato, sellando su destino.

"–Humano de piel ahumada por el sol y dañada por la brutalidad del bosque esposaras a un alfa renegado de su clan por su agresividad, a cambio uno de tus hijos me pertenecerá por la eternidad."

La Luna desapareció completamente del cielo cuando el sol brillo alto y claro en el centro del firmamento diurno, el Omega se sentía agotado y sin evitarlo sus ojos se cerraron mientras su cuerpo se sumergía en aquel cuerpo de agua cristalina, lo último que vio antes de la infinita oscuridad fue el rosa acercarse a él.

Cuando despertó, un alfa femenino de un cabello rosa inusual estaba cuidandolo, lo había visto caer al lago así que lo salvó con la esperanza que lo dejara marcarlo, el Omega en agradecimiento acepto.

Volvieron a la aldea donde el Omega había nacido siendo bien recibidos ahora que el Omega ya no era un peligro latente para el poblado.

Dos años después el primer hijo de la joven alfa y el Omega, nació.

En una madrugada llena de truenos, rayos, relámpagos, tormentas y huracanes.

Había sido una niña, de cabello negro y sedoso, piel blanca como la misma leche y ojos tan claros que parecían lilas.

El alfa olfateó al bebé lleno de irá al ver que no tenía ningún parecido con el, ella era un alfa bronceada por el sol, de cabellos delgados y rosados, ojos esmeraldas y la fuerza de diez omegas juntos. El Omega era igual o más bronceado que ella, de rubios y claros cabellos y oscuros ojos de un tono azul, lo que estaba frente a ella debía ser un error o tal vez... El resultado de una infidelidad.

En la aldea había muchos alfas de cabellos negros y pocos de ojos claros pero todo era posible.

Comenzó a gritarle al omega exigiendole la verdad, el Omega corrió asustado a otro extremo de la casa llorando y murmurando que había hecho un trato con la Luna mientras gritaba a la luna oculta por las nubes que demostrará que no mentía pero las nubes nunca se abrieron.

El alfa femenino completamente furioso ante la mentira empujó al omega con toda la fuerza que el coraje le estaba dando contra una mesa la cual no aguanto el impacto y se quebró ante el peso del Omega quien para su mala suerte había dejado varios cuchillos en la superficie de esa mesa. Todos y cada uno de ellos le atravesaron como si algo los manipulará para dar en cada uno de sus puntos vitales.

El alfa tomo al bebé, no era tan ruin como para arrebarle la vida así que guiado por alguna extraña fuerza lo llevo hasta el lugar donde conoció al rubio omega y ahí lo dejo en medio del pasto húmedo, del frío nocturno y la oscuridad del bosque.

Luego se fue a vagar por el mundo, a buscar el perdón que tal vez no merecía.

El agua del lago subió hasta llegar a la canasta de la bebé, las olas la llevaron al centro del lago donde la luna se reflejaba con armonía, un muchacho apareció sobre el agua tomando al bebé en brazos para criarlo y amarlo como había querido hacer desde hace décadas.

Al día siguiente la canasta amaneció vacía y la leyenda de que en ese lago se ahogo una pareja se comenzó a popularizar en todas las aldeas cercanas pues decían que si ibas en la madrugada y eras paciente verías a la pareja aparecer sentados en el reflejo de la Luna sin saber que no era solo un reflejo en el agua.

The end.


Hi, de nuevo yo.La trama de esta historia puede que les suene de algún lado, eso es porque está basada en la canción "hijo de la Luna" de Mecano.Obviamente tiene algunos cambios y diferencias pero trate de que se siguiera pareciendo lo más posible pero sin usar los mismos párrafos de la canción.Aunque la canción habla de una etnia en específico (los gitanos) yo lo cambie por la etnia de los indígenas, pueden ser los de cualquier continente y recordando que también la historia se ubica en años dónde estás civilizaciones están en su apogeo.Y solo por si no quedo claro:El Omega era Naruto.El alfa que lo marco Sakura.Sasuke el espíritu de la luna por obligación.Su alma gemela era Hinata.Admito que está historia no me convence, no lo sé siento que sonaba mejor en mi cabeza pero ñe.Cualquier duda o pregunta puedes hacerla con confianza, nos leemos pronto.

Muchas gracias por leer.