Día 1. Au's (Gótico y Nerd)
—Y tienen que hacerlo en parejas. Sentenció el profesor, los quejidos de dolor no se hicieron esperar, pronto a unos cuantos minutos de la salida tan esperada, el tumulto inició, la paz anterior se esfumo y Leone se estiró con pereza. No tenía ni idea de que iba a hacer, no era un tipo por completo antisocial, pero su pinta de gótico, con un ceño fruncido permanente le dificulta la tarea de ser apreciado con rapidez y para su suerte, esta era en una de las pocas clases donde estaba solo, ni Fugo ni Mista se habían interesado en las leyes constitucionales y tampoco le interesaba demasiado conseguirse nuevos amigos.
Mientras recogía sus cosas para salir junto con los demás, considero acercarse a una chica de cabello rosado, con una actitud pomposa, a la que le había hablado unas cuantas veces sobre asuntos importantes. (¿Dónde rayos había comprado ese labial azul fuerte?) Y entonces sus planes se destruyeron por completo cuando un chico de aspecto amigable, con gafas redondas, un suéter demasiado largo y un peinado Bob, le preguntó a fuera del salón si le gustaría realizar dicha tarea con él. Leone se sintió extrañado pero acepto con desinterés, el mencionado sonrió, agradeció y colocó una mano cerca de su pecho, decidido a presentarse. — Mi nombre es Bruno. Sucedió así en ese instante, sin saberlo Leone conocería a la razón de sus suspiros y noches en vela.
Desde aquel momento, todo en la vida de Leone dio un gran cambio, principalmente porque Bruno resultó ser la persona, más linda, carismatica, comprensiva, tierna, inteligente que se pudo cruzar en su camino. Era el clásico "nerd", siempre tan atento a las clases, con los apuntes perfectos y dedicado hasta el cansancio con lo que hacía, de aspecto sencillo, casi sin nada especial o particular, del tipo que pasa desapercibido siempre, pero para Leone, era todo menos que alguien que se pudiera ignorar con sencillez.
El mundo había planeado esa afortunada coincidencia, pues el de cabellera oscura, de forma irónica tampoco era un gran conversador con los extraños, no les intimidaba como a veces le sucedía al propio Leone y de hecho la mayoría le tenía cierta estima o les agradaba pero todo ello era superficial, sin ninguna conexión profunda y Leone se pregunta cada tarde, cada caminata a su lado, ¿cómo el mundo podía no ver lo que él veía?
Mista les encontró en la cafetería en una ocasión y aunque se reservó ante la presencia del "nuevo amigo" de Abbacchio, tan pronto este se despidió de ellos bombardeo a su entrañable conocido, fue allí cuando Leone se dio cuenta del efecto que Bruno tenía en su persona. —Parecías una colegiala enamorada. Dijo, con una gran sonrisa en su rostro, se desprendió de sus labios una risa algo ruidosa. —Suspirando y con esa sonrisa taaaan boba. Imitó de forma exagerada lo que según él era el rostro de Abba, juntando sus manos y abriendo los ojos muy grande.
— ¡Ohh Bruno, podrías cas-, ¡auch!, Mista sobo su cabeza, afortunadamente Fugo apareció y al ver a Mista actuar como un completo idiota, no pudo resistirse a golpearlo con un libro, — Gracias. Fue lo único que alcanzó a decir Leone, quien desvió su mirada, algo avergonzado de su nuevo descubrimiento, es así que se fijó en alguien más pequeño que comenzó a reír, era un chico muy delgado que estaba oculto tras Fugo, — Por suerte no hay tenedores a la vista. Pronunció a la vez que trataba de contener una sonora y ridícula risa, Fugo le respondió con gran gentileza, —Y tú deberías callarte.
Los días pasarían y esa tarde en la que Mista se burló de él, se volvería inolvidable, pues comenzó a suceder con mayor frecuencia, su compañero no hacía nada más que soltar bromas relacionadas a ello, cosa que solo se intensificó cuando Abba chío se vio obligado a presentarlos, el asunto fue de mal en peor cuando Fugo, el más razonable de ellos (Al menos cuando no quería asesinar a los demás por su estupidez) hizo notar esa actitud de enamorado que aparecía en Leone cada que cruzaba palabras con Bruno, ¡vamos!, hasta el chico de secundaria al que Fugo ayudaba en matemáticas, le preguntó si acaso era su novio...
Abba se carcomía la cabeza con esos pensamientos, "Imposible" se decía a sí mismo,"totalmente imposible" pero cuando veía ello como una idea lejana y tonta aparecía Bruno, dándole calor y aliviando sus pesares con unas cuantas palabras, Leone podría haber permanecido en negación toda la eternidad si tan solo no hubiera visto su propio reflejo al despedir a Bucellati en una salida, era el vidrio de un auto, ni siquiera son tan claros pero estaba ¡allí!, innegable, su propio rostro, sonrojado y con una sonrisa tan boba y ridícula como había dicho Mista. ¡No podía negarlo más! y probablemente esa fue la peor parte.
Las clases de leyes, de pronto dejaron de ser las más anheladas por Leone, con gran terror ingresaba al salón, donde Bruno siempre le recibía, todo entre ellos parecía normal pero Abbacchio por dentro podía sentir como su corazón trataba de escapar, incluso se volvió una especie de egocéntrico para el resto del mundo, temeroso de ser descubierto, solía tratar de ver su reflejo, para evitar que un gran sonrojo decorara su rostro, estaba abrumado, siempre alerta, impaciente, porque sentía que cada que veía a Bruno a los ojos, se escaparía de su interior un "te amo" que claramente no sería correspondido, tan solo pensarlo era tonto ¿Cómo alguien brillante como era Bruno se fijaría en él?, eso era improbable.
Bucellati no era tonto y desde hace tiempo ya había notado la actitud algo extraña en Leone pero la había dejado pasar, paciente pero lo sabía, sabía que algo le sucedida, ya había pasado en una que otra ocasión en los meses pasados, Leone era del tipo que se guardaba las cosas para sí, queriendo permanecer fuerte por si solo y Bruno se había visto obligado a tener que insistir hasta el cansancio e incluso manipularlo un poco para que Abba accediera a contarle lo que sucedía en su interior y lo notaba, lo leía con mucha claridad, Leone le ocultaba algo, algo que deseaba con tanta fuerza que no supiera que se empeñaba más de lo normal en ocultarlo.
Perturbador fue lo único que considero Leone cuando Bruno le dijo que su molesto viejo amigo que vino de visita y pasaría el día entero con él, para mostrarle la ciudad, la noticia por sí sola no le provoco mucho más que desilusión la primera vez pero cuando Brubru noto el gesto algo triste en él, decidió ofrecerle que le acompañara a recogerlo, Leone acepto con gusto, porque a pesar de todo, la compañía de Bruno mejoraba su día siempre y pasar un rato extra, era glorioso, aun con todo los líos en su interior, sin embargo no puede negar el Abbacchio del presente que tal vez fue lo más estúpido que pudo hacer.
Mucha gente no le agradaba, eso no era un secreto pero a pesar de ser algo irascible, Abba siempre dijo que jamás entendería el constante odio y desprecio que Fugo solía mostrar con las idioteces más simples, o eso creía hasta que conoció a Giorno Giovanna. Aquella tarde charlo un rato con Bruno, mientras esperaban conversaban, reían, cuando Bucellati volteó, perdió sus palabras y vio con cierto brillo en su mirar algo que se aproximaba y ese algo era el dichoso Giorno.
De cabellera rubia, larga y abundante, bien peinada en un extravagante estilo, con mucha clase y elegancia en su porte, ropa limpia y formal, resultaba tedioso solo verlo, especialmente para alguien como Abba cuyo armario estaba lleno de negro y sus variantes, tan pronto le vio algo en Leone le dijo que nada bueno saldría de esa visita inesperada.
Su instinto no fallo, Giorno era tan impasible que le asusto un poco, la indiferencia cortes con la que le hablo, le movió los nervios, el gesto de arriba y abajo que a veces le dedicaba y el ser bastante cariñoso con Bruno, fueron unas de las tantas razones que hicieron que Leone excluyera a Giovanna de su lista de personas que le agradaran pero aun así intento pasar un rato agradable porque era Bruno y su sonría valía más que cualquier molestia en el camino, Abba odia admitir que incluso hasta ese punto Giorno le resultaba tolerable pero tan pronto tuvieron que separar sus caminos, Bruno aprovecho para comprar unos bocadillos y sucedió el terrible evento.
Giorno abrió la boca y le pregunto con su falsa modestia si podía hacerle una pregunta personal. Lo pensó, desconcertado ante tal pregunta pero accedió. — ¿Desde cuándo estás enamorado de Bruno?, escucharlo en voz alta era escucharlo en voz alta era distinto y era más terrible oírlo de Giorno, un desconocido, que apenas sabía algo de él y era en extremo cercano a Bruno. Todo en Giovanna era peligroso, una señal roja. Intento persuadirlo, — ¿De qué estás hablando?, pero la mirada de Giorno parecía leer su interior, viéndolo igual que el plástico, como si fuera transparente, hizo un mohín. —No tienes por qué mentir, puedo verlo muy bien, eres muy obvio
Por alguna razón la voz del extraño de Giovanna era terriblemente provocadora, sonaba a un desplante, lo que le hirió y algo en él se molestó un poco al ver que no tenía replicas que dar. Sin respuestas, Giorno continuó su monólogo, —Creo que si sigues así... Provocador, pensó una vez más Leone. — Sin duda Bucellati se olvidara de ti con facilidad al primer problema, especialmente si decides no hablar. Esa fue la gota que colmó el vaso.
No malinterpretemos, Giorno no era en realidad grosero, algo presuntuoso tal vez pero él dijo estas palabras porque se vio reflejado en Abbachio y no quería que le sucediera lo mismo que a él, al dejar ir a su amor de la infancia, un chico tan divertido llamado Mista que se mudó lejos, sin posibilidad a confesarse. Aunque para Leone, Giovanna se había ganado un puñetazo en el rostro, que no le dio por la cercana presencia de Brubru, ni siquiera se despidió con decencia, por querer huir con rapidez.
Mientras Bruno permaneciera acompañado de Giorno, Abba se forzó a sí mismo a evitarle, más que nada para no ver al susodicho de Gio, las palabras que dijo rondaron su cabeza muchas noches, tratando de entenderlas, (¡Maldito Giorno, sus palabras no eran claras!), lo único que pudo comprender es que según el bastardo rubio, Bruno se alejaría y lo perdería si no decía nada, lo que no tenía sentido en absoluto, Leone estaba seguro que de decir algo, sucedería exactamente eso y le temía tanto a la idea de que se alejara.
Más porque entendía que Bruno no estaba obligado a corresponderle y no podría hacer nada si él quisiera irse, porque era una mierda ser amigo de alguien pero este sintiera algo más, lo sabía a la perfección, mejor que nadie tal vez...
Contrario a los pensamientos de Leone, el mundo a veces es gentil y suele planear todo para que las piezas de domino caigan y a cambio te den una maravillosa imagen, si tan solo supiera que Bruno Bucellati, tenía un crush con él y fue el mismo Giorno quien le presiono a hablarle, si tan solo imaginara que ese trabajo en parejas fue un milagro silencioso, pero también el mundo rara vez lo pone fácil.
Bruno se dio cuenta de que Leone le evitaba y eso dolía, más porque había hecho tanto avance en trabar una amistad con él que se sentía extraño de ver que de un día para el otro el otro ya no deseaba verle, lo evitaba, desapareció con excusas baratas y parecía tan incómodo. Pero se determinó y recordó de cómo podía ser Leone, así que ideo un pequeño plan para que Abbacchio tuviera que confrontarle y contarle el por qué se alejaba.
12:07 p.m.
Esta escena permanece siempre en las noches dulces y reconfortantes que vive Abbachio con su amado, una escena que a veces le avergüenza pero que sin duda puede recordar con dulzura y jamás podrá borrar de su memoria esa hora tan especial. Y fue así que sucedió, al término de su clase, Bruno robo un pequeño objeto de Leone, lo que le obligo a permanecer en el salón, buscándolo, hasta que todos salieran, incluidos el profesor y Bucellati siempre ha sido inteligente, pues tomo el preciado collar de cruz negra que Leone traía consigo en su bolsillo.
Algo desesperado Leone revolvió su cabello hasta que escucho un pequeño click en la puerta, Bruno estaba algo nervioso con su plan pero estaba determinado, a veces podía ser algo inocente para los demás pero algo que siempre destaco en su persona era lo determinado que era. Leone se vio acorralado y sabía que vendría la conversación que temía, maldijo en voz baja, casi seguro de que Giorno abrió la boca y dijo algo que no debía, pero tan pronto pasara se aseguraría de hacerlo pagar. Bruno noto las muecas en su rostro, creciendo algo la inseguridad que sentía en ese pequeño instante.
—Necesitamos hablar. El clásico anunciador de la catástrofe. — Lo sé. Expreso resignado, casi seguro de lo que escucharía pero hubo una voz, que le pedía hablar, sacarlo todo, tal vez porque "decirlo no cambiaría nada pero puede quitarte un peso de encima y te sentirás libre", era la voz de Bruno, que le aconsejo en una de las pocas veces que fue sincero y le relato sus miedos, vio en su mente la mirada compasiva y preciada de él, jamás le juzgo y siempre trataba de guiarle.
"Al diablo".
— Sé bien lo que dirás y no te digo esto porque espero me correspondas, no necesitas hacerlo y si es esta la última vez de verdad quiero decírtelo. Leone mantuvo su mirada en el suelo y Bruno se sorprendió bastante. — Hemos estado juntos poco tiempo pero te has vuelto demasiado importante, demasiado y me has apoyado mejor que muchos otros que conozco. Daba vueltas en sus palabras porque resultaba difícil decirlo. — Lo que en verdad quiero decir es que... Bruno Bucellati, te amo, estoy enamorado de ti.
Y salió de sus labios tan sencillo, tan ligero, que parecía destinado, similar a un sueño. Bruno no podía creer lo que escuchaba, con el corazón a mil, mareado, feliz, hecho un tumulto de emociones.
La única voz que sonaba en el salón era la de Abbachio, que pedía disculpas y murmuraba por una razón groserías hacía Giorno, Bruno apenas si le prestaba atención, como un reflejo natural, se acercó a Leone, tomo su rostro y le obligo a verle, con suavidad froto su nariz con la del más alto, Leone se sonrojo, se sonrojo como nunca en la vida y comenzó a preguntar.
—¿Qué estas ha-, Le interrumpió Bruno, — ¿Sabes porque te hable?, ¿Sabes cuánto tiempo soñé con poder hablar contigo?, ¿Con escuchar tu voz? Y Leone se moría se moría allí mismo, su mente dudaba pero las palabras de Bruno parecían tan claras como el brillo en sus ojos, eran dos corazones unidos y…
—Disculpen por interrumpir su previo jugueteo antes de coger en el maldito salón pero les recomendaría buscar algún otro lugar, son las 12:07 de las tarde, hace 10 minutos que empezó mi clase. Anunció un profesor rubio, que usaba un traje bastante formal y un extraño peinado. Ambos chicos se sonrojaron bastante, más que por la ternura que sentían, por la pena que pasaban, tomaron sus cosas con torpeza y salieron rápido del salón, los alumnos que llegaban rieron, Leone por el deseo de sostener su mano y el desesperado anhelo de escapar con mayor velocidad tomo la mano de Bruno y corrieron, juntos.
