Capítulo 1: Nuevo Comienzo…
Era el momento… había que despertar del horror de los estragos causados por la gran batalla de la Cuarta Gran Guerra Mundial Shinobi, no había nadie que no estuviese marcado de alguna manera… todos perdieron algo en mayor o menor cuantía y allí estaba él, el héroe de la Guerra, Naruto Uzumaki, en cuidados especiales. Era un costo altísimo el que pagó, pero no lo lamentaba, al final, logró rescatar a su amigo de su propio infierno, de una soledad profunda y un malestar con los sucesos de la historia que por poco ocasionan una tragedia irreparable en su alma, pero su alegría no era completa, rescató a uno, pero perdió a muchos y entre ellos, alguien a quién él admiraba como un genio.
Neji Hyuuga, único Jounin de su generación, había perdido la vida en combate contra el Jubi. Él había decidido valientemente, enfrentó a su destino y su resultado fue la libertad. Todas estas cosas divagaban por su pensamiento constantemente, sentía un dolor intenso, casi comparable con el dolor de cierta kunoichi a la que Naruto acompañó en el funeral de los caídos en la guerra. Hinata estaba desdibujada, Naruto sabía que en el fondo una parte de ella había muerto con Neji, se sentía impotente por verla sufrir y no poder hacer nada para remediarlo; la guerra había cambiado la óptica con la cual Naruto veía a Hinata, siempre había sido su amiga, un poco tímida o un bicho raro -como le dijo en aquella ocasión- antes de los exámenes Chuunin, pero a fin de cuentas su amiga y la apreciaba, la admiraba porque ella era muy parecida a él en varios aspectos y agradecía su compañía permanente, se sentía afortunado por tener amigos que lo estimaban y ahora eran sus más grandes camaradas, pero él, aún un joven de 17 años, no comprendía mucho porque ella estaba siempre ahí…
Habían pasado unos pocos meses después de la guerra y la reconstrucción de Konoha avanzaba bien. Tsunade-Sama había pedido al Señor Feudal la designación de un nuevo Hokage que pudiera estar al frente de la aldea, ella sentía la imperiosa necesidad de hacer algo por el chico que compartía el mismo sueño de Dan y Nawaki sus grandes amores, pero si seguía al frente de sus obligaciones como Hokage, no podría encontrar una alternativa para curar los brazos de ambos jóvenes en quienes ella estaba segura, serían los protectores de la aldea en un futuro no muy lejano. El Rokudaime Hokage era entonces Kakashi Hatake y trabajaba de la mano con Tsunade, no sólo en la creación de ambos brazos, sino en todos los aspectos concernientes a la aldea; Tsunade era feliz, incluso más que cuando fue Hokage, hoy apostaba con más fuerza a la vida, a seguir viva y hacer algo por su gente, el ninjutsu médico la había revitalizado, incluso Shizune y Sakura no podían creer lo activa que era, lo entregada y lo estudiosa que ella ahora estaba, esto la había vuelto más exigente y el hospital de Konoha marchaba con singular perfección.
Tanto esfuerzo y dedicación habían dado resultados… el equipo médico de Konoha había logrado construir las prótesis y querían comenzar los ensayos lo antes posible con sus pacientes, sin embargo, Sakura, con lágrimas en los ojos, abrió la puerta de la oficina de su maestra y le dijo:
- "Tsunade-Sama, Sasuke ha decidido no usar el implante que usted le ha construido…" Tsunade comprendía cuanto sufría su discípula, esos mismos ojos ya los había visto antes en ella misma, quiso consolarla, pero sabía que era un paso que sólo Sakura podía dar, era parte de la madurez, incluso sabía, que no sólo era la negativa de Sasuke de usar la prótesis, que era una decisión de vida ya tomada y que no la incluía a ella…
Sasuke sentía que era el momento de partir de la aldea, allí en las puertas Aun, estaban el Rokudaime Hokage y Sakura; él no quería ver a nadie allí, sentía que no lo merecía, ¿Cómo podría merecer esa enternecedora despedida y tan tradicional de su aldea, sabiendo de antemano lo que había hecho?
- "Comprendo que estás pensando Sasuke, no sólo soy el Hokage sino también tu maestro..."
Sasuke seguía con su mirada seria pero ya no era tan impasible como antes.
_" llévame contigo, déjame ayudarte, no te castigues con tanta severidad, tan sólo yo… bueno…" y con un fuerte rubor en los ojos, Sakura imploraba que Sasuke accediera a su pedido, pero sabía que no lo conseguiría, este viaje era la redención de un hombre poderoso, pero triste y desorientado que necesitaba un aliciente para vivir.
- "Perdóname" Contestó Sasuke y añadió: "esto no tiene que ver contigo, debo estar solo, reflexionar cual será mi camino ninja de ahora en adelante y esto debo hacerlo por mí mismo. Tal vez, más adelante… quien sabe…" y acercándose a quien siempre le había profesado su amor incondicional, le dio aquel toque de dos dedos en la frente y le dirigió algunas palabras en el oído que sólo eran comprensibles para ella, sin embargo, esta acción tenía un gran significado para Sakura y ella lo sabía, pero con los ojos abarrotados de lágrimas tuvo que dejarlo ir.
Naruto continuaba en la cama del hospital sin su brazo derecho aún; siempre soñaba con un ángel que custodiaba su intranquilo sueño, a veces no le era posible dormir bien, pero, siempre había una mano suave y tersa que se apoyaba sobre su pecho cada que se sobresaltaba, ese día, el ángel le habló en sueños y le decía que debía despertar, despedirse de su amigo ya que hoy ambos tomarían un receso en su camino compartido y que llegaría tarde a su cita.
Sobresaltado, Naruto, brincó de su cama de hospital y sintiendo que no había nadie que lo vigilara, salió en dirección a las montañas, las cuales, eran un paso obligado para salir de la aldea, Sasuke fijó sus ojos en el tronco de un árbol y allí estaba una figura familiar.
- "Por fin has llegado, hermano" esto sobresaltó a Sasuke y le alegró profundamente su corazón, ya no eran amigos, eran hermanos y lo sabían desde que Hagoromo Otsutsuki -El Rikkudo Sennin- les contó sobre las reencarnaciones de Indra y Ashura, es decir, ellos dos.
- "Espero que no pienses detenerme, Narutarado…" ante semejante insulto, Naruto solo pudo sonreír como hacía tiempo no lo hacía.
–"No te detendré, es algo que sé que debes hacer, tan solo te pido, que no olvides, que tu hogar sigue siendo éste y que tienes a alguien que siempre te estará esperando con los brazos abiertos sin juzgarte por lo que hayas hecho".
Sasuke sonrío y por primera vez en su vida se sonrojó, ya había un asomo de madurez en ambos, comprendían sus responsabilidades Shinobi y entendían que su sufrimiento les había hecho salir del cascarón de ser unos chiquillos.
- "Cuídala por favor y no la fastidies" y dándose la vuelta con el protector frontal en la mano izquierda, Sasuke tomó el camino que lo alejó de la aldea…
