Notas previas:

(!) Advertencia: spoilers del anime Shingeki No Kyojin/Attack On Titan

(!) Advertencia: Más adelante se tocarán temas de salud mental/ansiedad generalizada, se advierte en caso de que pueda ser un tema sensible para el lector.


En su mano tenía el pequeño papel con el digito #3.80. Levi sabía dónde estaba la sección de ciencias sociales, por lo que no anticipó que sería un problema encontrar el deseado libro de historia. Entre los espaciosos pasillos y libreros llenos, buscó por cerca de veinte minutos.

El condenado libro no estaba donde debería estar.

Frunció el ceño, algo enfadado por el contratiempo. Podía ver claramente la fila de libros del estante ubicado a la altura sobre su frente, que iba desde el cifrado 3.00-4.00, sin embargo, justamente entre el 3.75 y el libro 3.81, había un espacio. Odiaba y maldecía si era su mala suerte, pensando que podría ser un caso aleatorio en que justamente otro alumno lo tomó y lo pidió prestado, o bien lo habían leído por el día y no lo devolvieron en el lugar que correspondía. La última opción lo volvía algo loco: la biblioteca era de sus lugares favoritos para estar, debido al orden y la limpieza que había cada día. Su universidad tenía de orgullo su amplia biblioteca, por lo que cuidaban mucho el espacio.

Consultó brevemente a la bibliotecaria, quien introduciendo rápidamente los dígitos en la computadora que tenía en frente, le contestó que el libro no había sido pedido para llevar, por lo que lo más seguro era que alguien lo estuviera leyendo en ese momento o que estuviera en otro lugar.

En definitiva.

"Vuelve mañana", soltó la mujer, sin mucho ánimo. "Todos los días se ordenan los libros, mañana debería estar en su lugar correspondiente", afirmó y cayó el silencio entre ambos.

Levi agradeció suavemente y se alejó. Pasó por las mesas de estudio, solo mirando. Si alguien lo estaba usando en ese momento, podría estar ahí. Las mesas de estudio por lo general estaban llenas, pero ese día por ser jueves y próximo a un feriado, al parecer quedaban pocos estudiantes en el campus. En las mesas solo podía observar a dos muchachas y un muchacho, todos concentrados en sus propias lecturas y avanzando por su cuenta.

Suspiró. ¿De qué le servía estar acosando a los que estuvieran en la sala? No es como que pudiera acercarse a cada uno para preguntarle qué estaban leyendo, y, si fuera el caso de encontrarse con el libro que necesitaba, nada le aseguraba que iban a dejárselo.

Levi se dio por vencido. Su reporte tendrá que esperar hasta mañana, lo cual le molestaba un poco, porque quería aprovechar los días feriados para no preocuparse por asuntos de la universidad. Estaba la opción de buscar información en internet –es lo que la mayoría de sus compañeros hacía-, pero él necesitaba una buena nota, y aunque fuera un reporte simplemente, sabía que los profesores notaban cuando existía una búsqueda bibliográfica más extensa.

Su solución: volver mañana temprano y pasar el día completo terminando el reporte. Este día no iba a contar en sus planes.


"Eldia y sus armas de mitología", era el nombre del libro que necesitaba. Escrito por E. Kruger. El reporte era para una clase de economía, y aunque aparentemente no existía relación entre la historia de Eldia y el dinero, Levi pensó en enfocarse en los hechos históricos de los Titanes, y como se configuró el mercado debido a los contextos sociales que se presentaban en esos tiempos.

Solo necesitaba recoger algunos hechos históricos, no leer todo el libro, ya que complementaría con materia que ya había sido entregada en la signatura, por lo que en teoría sería una actividad corta.

A las 10 de la mañana, ya estaba en el mismo pasillo del día anterior. Tardó un poco en reconocer qué estante era el que estaba buscando, pero al ubicarse, recordó de inmediato a qué altura se supone que debía estar el dichoso libro.

Levi se sorprendió un poco cuando vio que, efectivamente, ¡el libro estaba ahí! Pero, antes que pudiera cantar victoria y que sus dedos llegaran a tomar el lomo del libro por sobre su cabeza, desde el otro lado del estante alguien lo tomó.

Un poco confundido y molesto por esto (¿A caso me están tomando el pelo?), Levi caminó hacia el fin del estante para poder bordearlo y encarar al presunto ladrón.

En frente de la posición exacta donde estaba él, pero del otro lado, había un muchacho. Tenía cabello rubio y lentes. Con una mano sostenía el libro y con la otra se notaba que buscaba una hoja. Iba vestido con una chaqueta verde y se notaba muy concentrado en lo hacía.

Levi consideró olvidarlo e irse. Sin embargo, esperó ser notado por el otro, para poder intentar recuperar su libro. Se había levantado y venido a la biblioteca solo por esto: algo tenía que hacer. Sintió como su ansiedad no le permitió a buenas primeras decir algo, por lo que optó por solo soltar lo que pensaba.

"Necesito ese libro", dijo en voz fuerte. Temía no ser escuchado por el otro en su concentración.

Para su fortuna, el otro muchacho sí le escuchó, interrumpiendo su lectura. Sus ojos ahora estaban en él, y solo entonces Levi notó la diferencia de altura entre los dos, ya que debía mirarlo un poco hacia abajo.

El presunto roba-libros pareció pensar, parpadeó y señaló el libro que estaba leyendo.

"¿Lo ibas a sacar?", preguntó.

Levi asintió con la cabeza, no confiando en sus palabras. No le gustaba hablar con extraños.

Ante eso, el otro muchacho pareció comprender. Se acercó un poco a Levi y le entregó el libro en sus manos.

"Disculpa, no te vi buscándolo. ¿Te molestaría si lo compartimos? Estoy por terminar mi trabajo", explicó.

Algo no hacía sentido. ¿Por qué se lo entregaba y después preguntaba si podían compartir?, ¿no era más natural solo preguntar antes de entregarlo? A demás, ¿por qué le sonreía tanto ese extraño? Si no fuera porque estaban en la seguridad de la biblioteca, Levi tendría un rechazo enorme hacia esa sonrisa.

Quizás era del tipo de persona que siempre le sonríe a los extraños. Lo opuesto a él.

No notó que se había quedado pensando. El otro muchacho esperaba una respuesta, y al sentirse presionado por responder, su estúpida respuesta fue:

"Bueno".

Al decir eso, Levi se golpeó mentalmente. Debería haber hecho lo que usualmente hace cuando está nervioso y escapar de esa situación. No tenía razón para compartir nada con otro extraño. Y él tenía que terminar su reporte sí o sí.

El muchacho asintió.

"Estoy en esa mesa, trae tus cosas", dijo, y se dio la media vuelta para caminar hacia la mesa señalada.

Levi quedó ahí parado unos instantes. ¿Era una orden, acaso? No estaba acostumbrado a que lo mandaran, así que eso no le gustó. Sin embargo, y contrario a lo que sus pensamientos le decían, siguió al susodicho. Depositó el libro en el centro de la mesa (que no era tan amplia) y puso una silla para sentarse sobre ella.

De su mochila sacó su computadora portátil y la encendió. Mientras se iniciaba, buscó una pequeña libreta, para poder revisar los puntos con los que debía contar su reporte.

A penas su computadora inició, abrió su programa para escribir y tomó el libro para buscar en el índice el punto en que estaba la información que necesitaba. De reojo miró al otro muchacho en frente de él, quien estaba literalmente leyendo apuntes o algo escrito en hojas de papel. Tenía una lapicera en su otra mano, e iba haciendo anotaciones sobre lo que contenía la hoja.

Levi no le dedicó más miradas. Se concentró en terminar su reporte. En un momento dejó de usar el libro, ya que estaba complementando con su clase, y el otro pidió permiso para usarlo por mientras. No respondió, continuó su trabajo. Escribió casi cinco hojas, por lo que debió acortar algunas cosas. En general, la sociedad de Después de Ymir, vivía en el miedo de guerra entre Eldia y Marley, por lo que la economía iba variando según el gobierno. Levi escogió el reinado del último Rey Frizz y el período que le siguió, donde se vivía una falsa prosperidad ante la felicidad del pueblo marleyense por haber conseguido quedarse con el continente y ser un mayor número para poder oprimir a los eldianos que quedaban en el territorio. La gran mayoría de impuestos iban a armamentos de guerra y a mantener la milicia. Y, por sobre todo a mantener a los guerreros titanes de Marley.

La mañana pasó rápida estando ocupado, ojeó dos veces más el libro y continuó escribiendo. Resumiendo, agregando y borrando algunas cosas. A demás de necesitar una buena nota, el tema era bastante interesante. Era casi un cuento de hadas que en el pasado se vivieron cosas como ataque de titanes.

"Este libro es interesante, ¿no te parece?"

Levi levantó la mirada. El muchacho rubio no le miraba, ya que su mirada estaba en el libro ahora apoyado sobre la mesa.

"¿Leíste la parte sobre los bandos de Paradis?", le preguntó.

El aludido frunció un poco el ceño. Algo le sonaba ese concepto de clases de historia de cuando iba a la escuela elemental, pero no sabía algo más concreto al respecto.

"No, solo me concentro en el período de Eldia y Marley", explicó.

Una risa suave salió de los labios del otro.

"¿Es un trabajo que abarca más de 2.000 años?", inquirió.

Levi volvió a mirar la pantalla de computadora portátil. No había notado que había dicho algo que pudiera ser considerado como tonto.

"El período del último rey Frizz", aclaró Levi.

"Bueno, el rey Frizz termina escapando con muchos eldianos hasta Paradis. Y es ahí donde luego Marley envía titanes para poder acabar con ellos. Tal como si fueran ratas atrapadas, porque además crearon tres muros para defenderse contra los titanes puros que les enviaban. El pueblo de Paradis no se extinguió debido a que la gente de Eldia no se doblegó frente al enemigo. Lo interesante, también, es que por muchos milenios no supieron de donde provenían los titanes. La mayoría asumía que eran creaciones de la naturaleza y que debían luchar contra ella", contó.

Levi parpadeó. No recordaba nada de eso de sus clases de Historia y, francamente, le parecía interesante. Sabía los conceptos básicos, por lo que podía seguir la idea del otro muchacho, pero la mayoría era información nueva. Nunca se cuestionó realmente cómo debieron sentirse las personas de la Isla Paradis.

Así que, ya picada su curiosidad, preguntó, "¿y por qué no sabían que eran otros humanos los que enviaban los titanes?, ¿no tenían clases de historia o escolaridad en general?"

El aludido por fin dejó de mirar el libro y clavó sus ojos –azules, notó Levi- en él. Apartó el libro y sacó una hoja limpia. Tomó un lápiz e hizo varios trazos. Levi se inclinó un poco más en la mesa para poder observar lo que estaba dibujando.

"Eso fue debido a que la Diosa Ymir, La Creadora de Eldia, tenía una habilidad para cambiar genéticamente a su pueblo. Podía hacer literalmente lo que ella quisiera, incluso darles alas o vida eterna, pero ese poder quedó dentro del Titan Fundador, que si es poseído por un eldiano de sangre real, es decir, un descendiente de Ymir, es capaz de lo mismo. Por lo que el Rey Frizz modificó el material genético de todos los eldianos de Paradis, para que no pudieran recordar nada de lo sucedido. Todo empezó de cero, habiendo olvidado todo lo ocurrido por sus antepasados", dijo el muchacho. Levi observaba los trazos que hacía y a la vez escuchaba su relato, comprendiendo todo a la perfección. "Debido a esa carencia de recuerdos, por supuesto que la humanidad empezaría a buscarle un sentido a las cosas que pasaban. Algunos Eldianos que descubrían la verdadera razón, eran matados, sin embargo, otros se unían a cultos religiosos que intentaban dar explicaciones menos lógicas a todo."

Levi asintió.

"¿Y tú sabes todo esto por…?" inquirió.

El aludido sonrió.

"Estudio pedagogía en Historia", dijo, aun sonriendo.

El otro comprendió. Y también comprendió cómo no le fue difícil para el muchacho explicar algo que sonaba bastante complicado. El dibujo ayudó, ciertamente.

"Explicas muy bien, vas por buen camino", soltó Levi sin pensarlo mucho. Volvió a mirar su pantalla del computador y suspiró. Era hora de almorzar, y ya había avanzado mucho. Faltaban detalles, pero los podría terminar por su cuenta, sin necesidad del libro.

Decidió irse a su hogar. Tomó sus cosas y comenzó a guardar, bajo la mirada del otro muchacho. Levi sintió su mirada y asumió que quizás era rudo de su parte solo irse sin decir nada, sobre todo después de la conversación que habían tenido. O, más bien, la energía que gastó el muchacho para explicarle todo eso.

"Puedes quedarte con el libro, no lo necesito más", le dijo, cerrando y guardando su computadora portátil.

"¿Está bien así?, ¿ya has acabado?", preguntó el otro.

Levi suspiró algo agobiado. No le gustaba en demasía la interacción social que estaba teniendo con el chico rubio en frente de él. Demasiadas preguntas.

"Si, solo es un reporte superficial, por lo que puedes quedártelo", dijo.

Justo antes que se pudiera levantar, sintió al otro hacer lo mismo. Levi no pudo evitar mirarlo con algo de extrañeza debido al movimiento.

"¿Cómo te llamas?", preguntó el muchacho directamente.

Levi consideró enterrarse vivo ante la vergüenza que estaba sintiendo. Era una pregunta demasiado directa, lo odiaba.

Su cerebro dejó de funcionar bien, y su cuerpo tampoco quiso cooperar mucho, porque sentía que no podía escapar de esa intensa mirada.

"Levi Ackerman", respondió. (¡¿Qué acaso no podía darle un nombre falso?!)

El muchacho tomó una hoja y un lápiz. Se los entregó a Levi.

"¿Me darías tu número?"

Nuevamente. Otra pregunta directa. Pero ahora sí, en lugar de actuar por instinto, el aludido pudo responder de otra manera.

"¿Para qué?", preguntó cortante. Realmente no sabía por qué le preguntaba eso, y francamente cualquier persona que te pida algún dato de manera tan directa cuando es un completo extraño (conversaron casi diez minutos, eso no cuenta) da miedo totalmente.

El otro muchacho le sonrió suavemente.

"Eres interesante", le dijo.

Levi quedó algo confundido. Pudo sentir cómo sus mejillas se calentaron levemente y se avergonzó con enojo frente a lo que estaba escuchando. Reaccionó bajando la mirada. De manera robótica tomó el lápiz y el papel, escribió su número y dio la media vuelta para irse, sin mirar un segundo más al otro muchacho. Dios, cuál era su maldito problema. Todos saben que no pueden ser tan directos, es simplemente raro.

"Te llamaré", soltó el muchacho tras él. Levi no respondió, siguió caminando derecho hacia las escaleras para poder escapar de ahí.

Ya un poco más calmado y a salvo de camino a casa (tuvo que ir caminando un poco, se sentía algo ansioso como para usar el bus por ahora), se dio cuenta de dos errores. O más que errores, se dio cuenta de dos cosas relativamente importantes.

La primera, es que se cuestionó por qué no escribió un número falso. Lo atribuyó luego a que estaba nervioso y aunque actuara normal por fuera, no pudo realmente pensar en algo así.

Y, la segunda, en lo incómodo que fue todo eso. Es decir, ni siquiera le preguntó de vuelta el nombre al muchacho, ni por simple etiqueta de conversación.

Estaba en una desventaja enorme. El chico sabía demasiado sobre él, y él solo sabía que era estudiante de pedagogía.

En historia.


Espacio autora: Necesito más de esta pareja. Básicamente la historia va a seguir más o menos la historia de cómo Erwin y Levi logran concretar una relación, intentando mantener los personajes lo más apegados a su canon (intento).

En este AU! la historia de la serie sucedió, en el pasado, este es un mundo actual luego de miles de años en el futuro, por eso se hablará de la historia, por lo que advierto que habrán spoilers si no estás al día con el anime y/o manga (pero tampoco entraré taaaan a detalle).

Por último, en esta historia Levi tiene un diagnóstico de ansiedad generalizada, por lo que se verá un poco de salud mental. Para mí es imposible concebir a Levi sin su ansiedad post traumática -3- igual hay advertencia en eso.