"Y el castigara a los malvados y los condenara al fuego infernal. -Frollo."


Confiteor Deo Omnipotenti

Beatae Mariae Semper Virgini

Beato Michaeli archangelo

Sanctis apostolis omnibus

Las nubes y los relámpagos estaban arremolinándose con fuerza, en la catedral llegaba una mujer con un velo blanco quitándoselo mostro a una mujer de cabello blanco, piel pálida y ojos grises, sus labios estaban pintados de negro solo resaltando su palidez. Caminando con tranquilidad se acerco a una estatua de piedra perteneciente a una mujer con una capucha sobre su cabello que tenía los ojos cerrados y una sonrisa maternal, debajo de ella una chimenea con fuego quemando la madera y que era la única fuente de luz de aquel lugar.

Beata María

Tú sabes qué mujer recta soy.

Que orgullosa lucho

contra el mal

White suspiro de forma silenciosa viendo aquella estatua, la lluvia había comenzado ya, pero en aquellos ojos grises estaban en el fuego de la chimenea su expresión sombría veían las llamas bailar, llevaba un tiempo desde que algo había dejado de estar bien con ella y lo odiaba.

Beata María

Tu sabes que muy pura soy,

No como el vulgo débil y banal

El fuego ilumino su rostro, pero sus ojos vieron en las llamas una figura, y no cualquier figura era la de una mujer, esa figura empezó a tener curvas y cabello largo que sabia era rizado y llegaba a su cintura mientras bailaba de forma tan hipnótica que tenia su mirada fija en ella. Lo hacia justamente como lo hacía esa gitana aquel día que la vio, cuando todo su compromiso del celibato se fue abajo luego de tantos años.

Entonces, María,

Dí por qué su danza veo

Y sus ojos como llamas son

Aquella sensación que siempre se dijo por la que nunca caería estaba allí, demasiado tentadora para negarse y eso lo odiaba, los años de preparación que ella misma paso con otras que siempre tenían que luchar con aquellos deseos, recordar su regocijo al ver como ella no era doblegada ante aquella sensación tan banal y pecaminosa ahora la hacia querer gritar de rabia.

Nadie la había hecho sentir así, ningún hombre jamás pudo siquiera provocar algo parecido en ella ¡y ahora debía de saber que aquella gitana lo hizo!, sus ojos veían la figura hecha de fuego bailar y las llamas ardientes le recordaron sus pecados por haber caído por esa hermosa, pero miserable bruja.

La veo, la siento

Su pelo rosa como como llama son,

Me quema y así pierdo la razón

Apretando los puños sentía que cada gota de cordura o rectitud se iba, esa sensación la estaba enfermando de la necesidad de tener a la chica cerca, tenerla para ella, y lo odiaba, le producía asco saber que aquella chiquilla despertó aquel sentimiento banal que todos decían debía de tener con un hombre.

Cuanto más miraba las llamas, más veía el rostro sonriente de aquella niña. Podía sentirla riéndose y burlándose de ella por caer así, era tan injusto. No debería sentirse así, se estaba quemando por dentro y por fuera, y le repugnaba saber que necesitaba tanto de la chiquilla ahora. ¡La necesitaba tanto, ahora! ¡Pero quería hacerle tanto daño por hacerla sentir así! La muerte era un castigo benevolente para esa tentadora.

Sus manos fueron a uno de los bolsillos de su túnica sacando el pañuelo que uso al bailar, lo único que tenia de ella, lo único que tenia de Pink cerca. Sus dedos sintieron la suavidad de la prenda, tan suave como la piel de esa gitana. Su hermosa piel.

Cual fuego de infierno,

Me quema el corazón

Impuro deseo,

Maldita tentación

A su alrededor estaban personas vestidos de túnicas rojas listas para juzgarla, apretando el pañuelo vio el suelo sabiendo que la culpable de eso era aquella niña de apariencia pecaminosa, todo era su culpa, ¿Cómo era posible que pasara de ser una de las que juzgaban a los gitanos, la más pura de la iglesia, a esto? Una monja necesitada, obsesionada solo por ella.

Mi culpa no es, si me embrujó

Fue la gitana quien la llama encendió

Mi culpa no es, si he actuado mal

Pues es más fuerte el demonio que el mortal

Esta necesidad, esta lujuria, estaban quemándola desde adentro hacia afuera era lo que la hacia desear, a Pink debajo de ella, gritando su nombre, implorándole amor, que con aquellos ojos negros gritaban su necesidad hacia ella. Pero esos pensamientos solo hicieron avivar más su ira, esto estaba mal, mal, mal, muy mal,

pero se sentía tan bien

.

No era su culpa, todo empezó a ir mal desde que la conoció a ella, si ella no la hubiera tentado ese fatídico día no estaría en esta situación, esta era una prueba hecha por Dios para ver cuan fuerte era, y no le fallaría, no iba caer ante esa bruja.

Protégeme, María

De éste, su hechizo cruel,

Sino su fuego a matarme va

Destruye a Pink, que pruebe el fuego de Luzbel

O deja que sea mía y mía será

Si cerraba los ojos podría verla de nuevo bailar, hacer aquellos movimientos tan seductores, esos que la habían ensuciado tanto. Quería que aquella tortura se detuviera ya, quería a la chiquilla lejos de ella, pero, también la quería debajo rogando por ella mostrándole que ella estaba ardiendo por las llamas del infierno como ella.

Sus pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de la puerta abierta abruptamente, dándose la vuelta vio a Yellow, su mano derecha quien tenía una expresión preocupada.

-Señora Diamond, la gitana se ha escapado. –

Sus ojos se agrandaron al escuchar eso, ¿escapó? ¿Qué quiso decir con eso? ¿Millares de guardias custodiando su celda y pudo escapar? No era cierto, no podía serlo.

-¿Qué?-

La mirada de la rubia estaba nerviosa, pero manteniendo la compostura hablo de nuevo.

-No esta en ninguna parte de la Catedral… se fue.-

Un dolor sordo se instaló en su pecho al escuchar esas palabras, ¿se fue? Eso no podía ser cierto.

-Pero… ¿Cómo… Cuándo?... No importa, ¡Sal de aquí, idiota!

Cuando estuvo segura de estar sola apretujo el pañuelo sintiéndose muy débil de pronto.

-La encontraré… la encontraré, ¡Aunque tenga que quemar toda París!-

Viendo el fuego vio con furia a Pink en las llamas, la traería de vuelta. La tomaría para ella, si ella estaba sucia y contaminada por esa gitana. Le haría sentir de la misma forma, la haría sentir humillada, la haría sollozar de dolor y desesperación, pero más importante la obligaría a quererla.

Sentiría su dolor, sentiría su ira, la haría pagar por lo que le había causado con dolor y lágrimas, y eventualmente ese dolor se convertiría en amor por parte de la gitana, sabia que seria así. Debía de serlo.

Ten piedad de ella

Tirando la tela al fuego la vio consumirse y arder contra el fuego, se quemo rápido, como lo haría la niña si no la escogía a ella. La muerte era una misericordia para Pink.

Y ten piedad de mí

Cayo de rodillas llorando y temblando de ira, la encontraría y la haría suya, aunque fuera lo ultimo que haga. La gitana solo tenía dos opciones, ser suya o arder en la hoguera. Obtendría su amor y dolor, serian una o enloquecería por completo. Levantándose fue por Yellow tenía que encontrarla ahora.

Ella mía será

O a arder va…

-¡Serás mía, Starlight! ¡En esta vida y en las que siguen!-