Parte | Una
Afueras del centro de la ciudad de Dominó, Japón
12: 00 AM
"Voy a matar a Kaiba." Atem maldijo en voz baja mientras apretaba el volante con sus manos.
Una risa escapó de la mujer de cabello rubio, que estaba bajo un poste de luz, mientras un grupo de hombres trataban de llevarla con ellos.
Atem gruñó en voz baja, sus ojos rojos brillando rojo de rabia. Todo dentro de él quería ir allí y darle una paliza a esos hombres. ¡Cómo se atreven a suponer que Mana era alguien que dormiría por dinero!
Los hombres recibieron una sonrisa sensual de Mana antes de que ella se inclinara y susurrara algo a sus oídos. Atem no pudo evitar suspirar aliviado cuando los hombres regresaron rápidamente a su camioneta negra.
Dentro de su coche encubierto, Atem gruñó de nuevo. No podía creer que esto estuviera pasando en primer lugar. Nunca había imaginado a Kaiba asignándole un socio para este caso. Especialmente alguien por quien tenía sentimientos.
"¿Estás hablando en serio Kaiba?" Atem exigió.
El Director Ejecutivo solo podía mirar a su mejor agente.
"Asumo que una compañera sería genial para esta misión, ya que no te verías bien disfrazada de la Chica del Mago Oscuro, ¿no?"
"Corta la mierda. De cada agente que podrías haber elegido, ¿por qué ella? ¿Cómo se supone que me quede ahí parado mientras me veo obligado a ver a Maná disfrazada como un personaje de cartas de duelo para un club nocturno y alardear ante cualquier inmundo animal que la vea?"
"Ese es tu problema, ocúpate de él o asignare a otra persona la misión con ella."
Atem suspiró viendo a los hombres tratar de convencer a Maná que se acueste con ellos. Le enfermó el estómago cuando algunos hombres lo llevaron tan lejos como para masturbarse en frente de ella. Estos patéticos pedazos de basura no merecían nada más que ir al Reino de las Sombras.
¿Cómo podrían ver el Maná como una fuente de placer físico que podrían tomar y tirar?
Era mucho más que eso. Era feroz, amable, leal, humilde, divertida y absolutamente hermosa.
En lugar de pararse fuera de un club nocturno en la peor parte de Domino, desfilando para ayudar a Kaiba y a él con este caso de asesinato, debería estar disfrutando de su noche haciendo lo que le plazca.
No venir a trabajar en su día libre.
Atem maldijo a Kaiba de nuevo, el volante agrietaba bajo la intensa presión que se coloca sobre ellos.
¿Qué estaba haciendo?
¿Qué estaba haciendo en realidad?
Debería haberle contado sus sentimientos hace mucho tiempo.
No empujarla más lejos de él.
"Nos vamos en diez minutos. No me hagas perder el tiempo." él habló, negándose a mirarla a los ojos.
Ella se offeindo.
"Si vamos a trabajar juntos esta noche por favor abstenerse de hablarme a su manera ignorante." ella respondió fríamente mientras recogía el traje de la Chica del Mago Oscuro y caminaba hacia el baño de damas.
Se detuvo a mitad de camino y se dio la vuelta. "Algunos de nosotros, a diferencia de otros, tenemos una vida fuera del trabajo."
Atem le levantó una ceja.
"Podría haber ignorado la llamada de Kaiba y seguir con mi cita de esta noche. Deberías agradecerme por venir a tu rescate en lugar de actuar como un machista."
Mana fingió empolvarse mientras hablaba con él a través de su pequeño pendiente commlink, "¿Estás listo para disculparte?" preguntó fríamente.
"Deja de jugar con todo los hombres. Esta alerta por nuestro asesino." Atem respondió bruscamente.
Mana gruñó enojada mientras continuaba arreglándose.
"Desgraciado." ella le maldijo.
"Y quítate algo de ese maquillaje. Llevas demasiado."
"¿Disculpe? ¿Estás diciendo que no te gusta mi aspecto?"
Atem gimió. Si supiera cómo se sentía y cómo pensaba de ella.
"Yo no dije eso." Atem logró decir.
"Me siento halagada por tan altos elogios," murmuró secamente, pero Atem vio el dolor revoloteante que pasó por su cara.
Por mucho que su corazón anhelaba decirle cómo estaba locamente profundamente enamorado de ella, sabía que era demasiado peligroso que ella estuviera cerca de él.
Como el mejor detective y espía de la incorporación, su vida estaba constantemente en peligro.
No se perdonaría si algo le pasara a ella.
Ella no se lo merecía. Se merecía mucho más.
Él nunca podría ser feliz. El no se lo merecía.
Después de otra hora de estar sentado en el coche, Atem suspiró.
Negándose a verla de pie más tiempo bajo ese poste de luz decidió que era tiempo de retirarse.
"No hemos capturado a nuestro asesino", señaló con exasperación absoluta con él. "Kaiba no estará muy feliz."
"No me importa. Vamos, " él respondió, ambos enojados con el otro, pero ninguno dispuesto a retroceder.
"¡Ahora Mana!"
"¡No!"
No fue una gran sorpresa que ambos estuvieran enojados el uno con el otro. Tuvieron una pelea bastante desagradable durante el viaje hasta aquí. Trató de convencerla de que se fuera a casa y que estaría mejor solo. Incluso había amenazado con salir sola sin él.
"Ya me canse contigo," Mana furiosamente siseó, cortando el enlace de comunicación.
Si solo tuviera el valor de decírselo.
"No tienes que sentarte aquí conmigo si te aburres. Puedo yo sola." Mana susurró suavemente mientras se detenían cerca del club nocturno.
"No" contestó con los dientes apretados. "No te voy a dejar aquí sola."
"¡Puedo cuidarme sola!" respondió ella.
"¡Sé que puedes, pero estamos juntos en este caso!"
En ese momento, un Rolls Royce oscuro se detuvo frente a Mana, causando que Atem se separara de sus pensamientos.
Bingo.
Mana sonrió mientras se aseguraba de mostrar sus largas piernas y rastrillar sus dedos a través de su largo cabello rubio, sacudiendo los mechones mientras inclinaba su cabeza hacia atrás. Usando esto como su oportunidad de encender su enlace de comunicación.
La ventana trasera del coche se bajó. Ella se inclinó para hablar con el hombre, su sonriente risa llenando la oreja de Atem.
Destrozando su corazón.
Nota:
La portada de la obra no es mía.
