Si me pueden prestar atención un momento antes de empezar a leer, es importante.
Esta historia tiene escrita unos meses y me costó sudor y sangre :), pero Violette Moore quería una historia con este plot y yo soy incapaz de negarme.
Aun así, la historia tiene algunas cosas que pueden hacer incómodos a algunos, referencias eclesiásticas, un iglesia, menciones al celibato, curas y cosas por el estilo, referencias al uso y abuso de drogas, además de hombres entrando en acción, si alguna de estas cosas te hacen sentir incómodo, mejor no leas, eres bienvenidx en cualquiera de mis otras historias.
Además tengan en consideración que todo lo que aquí cuento salió de mi imaginación, no tengo grandes conocimientos con los que hacer frente a los temas de los que hablo, es solo uno historia para divertilxs.
Disclamer.- Todo pertenece a Sir Arthur Conan Doyle, a la BBC, a Moffat a Gattis y a un montón de personas de las cuales ninguna soy yo. Mía solo es la historia y escribo sin ánimo de lucro.
Para Violette Moore, porque ella lo pidió!
La Ecuación De Dirac
por
Adrel Black
I
La lluvia no deja de golpear los cristales, es el final del verano y los días comienzan a volverse cortos, han pasado el día completo en Baker Street, John ha estado actualizando su blog con el caso del Sabueso de Baskerville. Ahora ha llegado la hora del té y la Señora Hudson, que es una santa, les ha dejado un platón con algunas pastas, John prepara dos tazas y acerca una a Sherlock.
El detective está sentado en su sillón moviendo las piernas de forma desesperada, han pasado dos semanas desde que volvieron de Baskerville y no tienen ningún caso en el tintero.
Baskerville fue bueno, mantuvo a Sherlock en tranquilidad por un tiempo, pero el efecto, tal como pasan los efectos de las drogas, está pasando; el detective ahora se pasea por el departamento con el cabello como si fuera un nido de pájaros, en pijama, sin bañar y discutiendo con John cada vez que intenta que coma algo.
John lleva su té hacia la mesa de centro, donde tiene el montón de diarios que han llegado esa mañana. Sherlock, sin haber tocado la taza de té, le mira con interés.
—¿John? —pregunta sin necesidad, el Doctor suspira con resignación y comienza a decir conforme lee encabezados.
—Asesinato en Regents Park...
—Aburrido —Sherlock le interrumpe al momento.
—Asaltan otra sucursal…
—Aburrido.
John resopla con desesperación, Sherlock puede ser obtuso cuando quiere, y el asunto, es que él quiere ser obtuso de manera habitual.
—Nuevo ataque del IRA en Dublín...
—Aburrido, aburrido, aburrido.
—Caray Sherlock —John se desespera y cierra el diario de un golpe —¿ya llamaste a Lestrade?
—Está volviéndose loco con el asesinato en Regents Park —Sherlock le quita importancia con la mano a ese asunto.
—Si está tan perdido ¿por qué no lo ayudas?
—Es un hecho aislado, un asalto que salió mal, el que lo hizo es un asaltante de poca monta que atraparán con el paso de los días, hasta Lestrade puede resolverlo. Necesito algo que haga mi cabeza trabajar.
John respira profundo una vez más, intenta mantener la calma, Sherlock aburrido es como tener una bomba de tiempo en casa. Abre los diarios y se olvida de buscar casos, el detective se ha encogido en su sillón, John nunca podrá entender cómo es capaz de doblar su larguirucho cuerpo a modo de encajar.
Lee algo sobre política, lo de siempre, un político culpa a otro sobre cosas que no pueden probar, luego pasa a las finanzas para enterarse que el mundo está al borde de una crisis económica peor que la del dos mil uno. En los espectáculos una actriz que John no conoce está retratada casándose con un cantante que John jamás ha escuchado. Ese desconocimiento retrata exactamente la forma en la que su vida se ha convertido en una extensión de Sherlock, ha ido desechando, cada vez más, todo lo inocuo y centrándose en datos útiles y en las historias que escribe; en su vida al lado de Sherlock.
John sigue hojeando y bebiendo té, lee un par de artículos de interés; Sherlock sigue abrazándose las piernas contra el pecho, ha dejado caer la cabeza en sus rodillas y tiene la vista perdida en el fuego. Intenta imaginar la mente del detective como un auto de carreras desbocado, avanzando a campo traviesa, piensa en los casos como una pista en la que ese auto puede correr sobre terreno llano y en condiciones más o menos seguras, en lugar de ir saltando sobre piedras y matojos.
El último diario que le queda por leer es su menos favorito, aunque Sherlock se empeña en que lo sigan recibiendo, suele ser el tipo de publicación plagada de notas rojas, fotografías explícitas y artículos amarillistas en los que pie grande se pasea por las calles de Londres y Mothman ha sido visto sobrevolando el puente de Waterloo.
De cualquier manera, lo hojea sin prestar demasiada atención hasta que da vuelta a la hoja y un pequeño recuadro atrae su curiosidad, por un momento cree que es un obituario, pero no, es una pequeña nota. Está en medio de un montón de publicidad, John la lee rápidamente y frunce el ceño.
—Escucha. —Sherlock gira la cabeza, vuelve a recargarla sobre sus rodillas, los dedos de sus pies descalzos se aferran al borde del sillón como si se tratara de una gigantesca ave de presa de color azul. John enuncia en voz alta.
ASESINATO EN NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD
Por Kitty Riley
La noche pasada fue encontrado el cuerpo de un hombre joven asesinado en los terrenos de la Iglesia.
Es bien sabido que Nuestra Señora de la Soledad es la Iglesia adjunta al Colegio del mismo nombre y en el que, los hijos de las familias más ricas de Reino Unido cursan estudios sobre negocios, teología y otras materias difícilmente disponibles en el sistema educativo público.
Ahora mismo los alumnos no se encuentran en el colegio debido a las vacaciones de verano y aunque no han trascendido detalles sobre la víctima y la causa de la muerte, debido al hermetismo con el que se está llevando el caso, han trascendido los rumores sobre un supuesto asesinato ritual.
—Interesante —dice entonces Sherlock. —¿Qué más?
—Es todo —responde John, —es extraño, no vi esta noticia en ningún otro diario.
—¿Cómo que es todo? —pregunta el detective —en ese diario —señala con la barbilla las hojas que John aún tiene en las manos —no lo dejarían pasar.
—Una Iglesia y gente con dinero involucrada —John le suelta un bufido —pueden silenciar mucho.
—¿Y Lestrade? ¿Por qué está ocupándose del asunto en Regents Park en lugar de esto?
—No es su jurisdicción. —Responde el Doctor Watson, —no hay ninguna Iglesia en Londres que se llame Nuestra Señora de la Soledad.
Sherlock entorna los ojos mirando a la nada, John sabe que está buscando en su mapa mental de Londres esa Iglesia, él por su parte hace algo mucho más mundano. Se pone de pie, se acerca a la portátil y teclea en el buscador: "Nuestra Señora de la Soledad + Inglaterra".
—Tienes razón —dice Sherlock luego de un rato, mientras John sigue leyendo lo que ha encontrado en la red. La forma en que Sherlock dice que tiene razón lo desconcentra por un momento.
—No lo digas con tanta sorpresa —responde de mala gana y luego continúa —Nuestra Señora de la Soledad está en el condado de Somerset es una Iglesia más o menos pequeña de tipo medieval, al parecer el colegio se construyó alrededor de la Iglesia hace algo más de un siglo. Es un colegio muy exclusivo, —John da click aquí y allá a otros links que le llevan a más información, antiguos estudiantes, terrenos, jardines, el interior de la iglesia, cuotas semestrales para poder ingresar, el plan de estudios —no hay muchas personas que puedan pagar esta cantidad de libras para estar ahí. Además que, al parecer el alumnado es bastante poco, —Sherlock se levanta del sillón por fin y con los ojos más despejados de lo que John lo ha visto últimamente se sienta en el escritorio frente a él y le mira con atención —no hay muchas personas que puedan pagar estas colegiaturas, solo aceptan a un puñado de estudiantes cada año.
—¿Es una universidad?
—No exactamente, —John hace una mueca antes de continuar, —los alumnos están en edad universitaria, pero, es más bien como una especie de escuela de etiqueta o algo así, —John abre otra pestaña con el currículo de materias —cultura general, teología, negocios, oratoria, nuevas características de la moralidad, caza —frunce el ceño y mira a su amigo —¿Qué clase de materias son estas?
—Las que ocupas para mezclarte en la alta sociedad. —Luego de una pausa Sherlock dice: —¿Qué hay del asesinato?
John se mueve por las pestañas que ha ido abriendo, nada. Luego directamente a la sección de noticias del buscador, nada. Piensa en otra forma de buscarlo, teclea varias palabras sin tener mucha suerte: Iglesia. Asesinato en Iglesia. Asesinato en Somerset. Colegio Nuestra Señora de la Soledad. Asesinato Ritual. Entonces una pequeña noticia tomada de una gaceta local de Somerset aparece, es tan pequeña como la que vio en el diario.
ASESINATO RITUAL
Sin que haya trascendido información del posible asesinato acaecido la noche pasada en una conocida Iglesia de la localidad, la Autoridad se ha negado a dar a conocer los detalles.
Este informativo ha intentado acercarse al Consejo Directivo del Colegio adjunto a dicha Iglesia sin que se haya tenido mayor información de su parte, salvo que todo se ha tratado de un desafortunado accidente.
—Es todo —dice John sin que Sherlock le pregunte.
John verifica de nuevo todas las pestañas que abrió en su búsqueda de información y las va cerrando conforme revisa que no ha pasado nada por alto.
Sherlock tiene la vista perdida en el fuego de la chimenea de nuevo, John por su parte se pone de pie y enciende las luces, el día está terminando y al ser un día nublado se ha vuelto más y más gris el interior del Salón de Baker Street.
—¿Quieres que investiguemos un poco sobre esto? —pregunta a Sherlock mientras lo observa con atención, su cabello está enredado en la coronilla, pero ahora sus ojos brillan, no hay nada en el mundo que John no haría solo para que Sherlock mantuviera sus ojos brillando de esa manera.
—Tú lo dijiste, Lestrade no sabrá nada al respecto.
—¿Mycroft? —pregunta John.
—Si seguramente sea el más indicado. —Sherlock saca el móvil del bolsillo de su bata azul y con sus largos dedos presiona la tecla de marcación rápida. —Hola querido hermano…
John se pone de pie y se aleja a la cocina, seguramente habrá algo comestible a lo que puedan llamar cena en algún lugar.
Bueno, hasta aquí.
Estaré subiendo los capítulos aproximadamente uno por semana, aunque soy un poco vaga y no será exacto.
¿Hay alguien por aquí? ¿Acaso estoy hablando sola?
En mi no sería raro.
Adrel Black
