Autor Original: Amariys
ID: 1313554
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A Tobio le gusta pensar que tiene suficiente conocimiento sobre el desierto. Después de todo, siempre es el primero en correr junto a cualquier viajero que llega a su reino, listo para compartir historias aterradoras sobre el desierto que deben vencer antes de entrar a la seguridad del reino de Karasuno. Nunca comete el error de subestimarlo como algunos aventureros idiotas y arrogantes; respeta el desafío que la vasta tierra seca sin duda dará y se asegura de racionar sus provisiones para que duren por lo menos una semana. Después de todo, sabe mejor que nadie que encontrar señales de los dragones que se refugian en las colinas del volcán más allá del desierto no será una tarea fácil.
La verdad sea dicha, no se va a meter en esta aventura de manera voluntaria. Es cierto que siempre se ha enorgullecido de ser un guerrero capaz, pero a diferencia de la mayoría de los que quieren conquistar la gloria matando dragones, Tobio prefiere dejar en paz a las majestuosas criaturas. Nunca se lo ha dicho a nadie más, pero en el fondo siempre se ha sentido encantado por los dragones y si un día se encuentra con uno de ellos, lo único que quiere hacer es observarlo de cerca.
Por supuesto, la pesadilla de su vida que es también, por desgracia, el rey del reino de Karasuno, Oikawa Tooru, de repente decidió que Tobio tenía que probar su fuerza y lealtad al darle la escama del dragón plateado más raro. Recordar eso todavía hace que la sangre de Tobio hierva. No hay razón alguna por la que tenga que probarle algo al rey – Oikawa solamente da órdenes por capricho y tal vez porque no quiere ver el rostro de Tobio en este momento.
(En retrospectiva, solo tuvieron una de las peleas más grandes de la historia, así que a Tobio no le sorprendió la orden, pero aun así)
Tragándose la maldición que estaba en la punta de su lengua, le hizo darse cuenta de que tenía la garganta seca. La mandíbula de Tobio se tensa mientras da otro paso hacia adelante por el desierto y siente las arenas deslizándose en sus sandalias, irritando sus pies heridos por el largo viaje. Más adelante, el sol es despiadado, aunque no debía de haber pasado mucho tiempo desde que se alzó. El calor parecía quemar su pie; medio esperaba ver trazos de él junto con el sudor. No es que la noche en el desierto fuese mejor. A pesar de la inconfundible tortura que tiene que soportar ahora, Tobio sigue prefiriendo el calor que el frío de la noche. Puede sobrevivir al calor – tiene suficiente agua para aguantar unos días más) – pero la fina manta que trajo no ayuda mucho. Todavía lo considera un milagro el lograr sobrevivir anoche.
Además, no debería pasar mucho tiempo antes de que alcanzase el oasis. Había estado caminando todo un día y una noche; debería de haber cubierto la mitad de su distancia prevista y los viajeros habían dicho que el oasis estaba justo en mitad del desierto. Con toda seguridad podía usar un poco de agua fresca en ese momento. El sudor hacia que su delgada túnica de lino se adhiriese a su piel y, aunque no es realmente estricto con la auto higiene, se ha empezado a sentir asqueado.
"De todos modos, ¿dónde narices está el oasis?" gruñe. Secándose la frente sudada, Tobio saca el mapa que uno de los viajeros hizo para él y lo estudia. Está bastante seguro de que no está perdido, pero es mejor asegurarse de ello "Veamos esto" murmurando para sí, Tobio mira el punto rojo que está dibujado en el mapa en donde se encuentra. Justo como espera, todavía está en el camino correcto y el oasis no debería estar a más de medio día caminando desde ahí. Inclina un poco la cabeza, los labios se curvan en una sonrisa antes de guardar el mapa y comienza a caminar de nuevo.
El oasis es un refugio al que llegan básicamente todos los que cruzan el desierto. Sin embargo, la mayoría de las veces los ladrones la usan como base por la noche y Tobio no quiere llamar la atención de manera equivocada. Necesita seguir adelante; no tiene tiempo que perder aquí.
Por suerte, el sol aún permanece en el cielo cuando Tobio finalmente llega al oasis. Es una caminata agotadora, aun más porque ha caminado más rápido al ir contrarreloj, pero una vez que ve el ancho lago resplandeciente rodeado de árboles verdes exuberantes y vibrantes, todo su cansancio parece filtrarse por sus poros. Durante un segundo, solo puede mirar con asombro el paisaje. Después de ver un espacio infinito cubierto solo de arena dorada y piedras grises, los colores del oasis son casi deslumbrantes.
Se las arregla para superar su asombro cuando traga reflexivamente y de inmediato hace una mueca ante la sensación en su garganta, como si estuviese siendo destrozada. Ahora el lago no solo se ve hermoso, sino también tentador. Casi reverentemente se acerca al lago. Coloca sus pertenencias detrás de unos arbustos cercanos en una distintiva roca con la esperanza de esconderlos de personas no deseadas. Tobio se arrodilla en el borde del lago, lo suficientemente cerca como para sentir la frescura del agua en su piel sin tocarla. Su reflejo le devuelve la mirada con ojos ampliamente abiertos antes de que una onda lo emborrone mientras mete sus manos en el agua.
Un suspiro escapa de él mientras el agua calma su garganta reseca. Ese sabor despierta codicia en él y pronto está metiendo la cabeza entera bajo el agua sin reserva alguna. La frialdad inmediata es una bendición para su cabeza sobrecalentada y piensa que se quedaría así para siempre si no fuese por el repentino reconocimiento de una presencia cercana.
Saca la cabeza con la cautela de un cazador y detiene cualquier movimiento. Sus orejas están entrenadas para captar cualquier ruido y sus ojos se estrechan mientras observa el lago. Allí, la presencia se hace más fuerte. Tobio inclina la cabeza con cautela cuando escucha el sonido del agua al ondularse, casi como si alguien estuviese caminando o tal vez nadando en ella. Picado por la curiosidad, se levanta en silencio y se acerca más a la fuente del ruido. Se asegura de detenerse bajo las sombras mientras observa una figura distancia nadar hacia la orilla del lago.
Al principio, solamente puede ver el brillante pelo anaranjado de la figura (y casi no puede creer a sus ojos porque, en serio, ¡¿quién tiene el pelo naranja?!) antes de alcanzar el borde y salir lentamente del agua. Los ojos de Tobio son saludados por una pequeña pero fuerte espalda. La piel de color oliva aun brilla por las gotas de agua y los músculos se flexionan con cada paso que da su dueño. Mientras sigue observando, Tobio no puede evitar mover su mirada hacia abajo solo para sonrojarse después.
La figura, al parecer, no tiene reparos sobre la modestia pues no lleva nada puesto durante su baño. Debería ser vergonzoso; Tobio sabe que debería haber desviado su mirada de la figura, pero por razones inexplicables, descubre que su mirada está fija en el desconocido. Sin parpadear, observa cómo la figura sacude la cabeza y el cuerpo como un perro se secaría, antes de girarse perezosamente en la dirección en la que se encuentra Tobio, haciendo que le reconozca como a un chico.
El chillido que escapa de Tobio tras eso es involuntario. Se apresura a tapar su boca con ambas manos, pero el daño ya está hecho. El pequeño ruido hace que el extraño chico gire la cabeza tan rápido que Tobio no tiene tiempo suficiente para hacer nada antes de que un par de intensos ojos bronce lo atrapen en su lugar. No hay hostilidad en esos ojos, pero aun así la intensidad es suficiente para hacer que Tobio se quede sin aire.
El extraño mantiene el contacto visual por lo que parece ser una eternidad antes de que sus labios se muevan para susurrar palabras demasiado bajas como para que Tobio las escuche. Entonces la conexión se rompe cuando el extraño parpadea. La intensidad se desvanece cuando una sonrisa brillante alza los labios del extraño.
"¡OOII! Eres una persona, ¿verdad? ¿Verdad? ¡He estado esperando para conocer a alguien aquí! ¡Aahhh estoy tan feliz! ¿Cómo te llamas? ¡Soy Hinata! ¡Vamos a ser amigos!"
El extraño, ahora conocido como Hinata, gritó exuberante. La sonrisa parecía lista para partirle el rostro a la mitad e incluso saltaba ligeramente, como si no pudiese contener la emoción de ninguna manera. Esto solo sirve para hacer que Tobio se muestre más cauteloso. Entrecierra los ojos con sospecha y decide seguir mirando a Hinata en lugar de responder.
Lamentablemente, no es suficiente para desalentar al otro.
"¿Puedes escucharme? ¡Quizás deberías acercarte más! ¡O quizás debería hacerlo yo! Sí, me voy a acercar así que no te muevas, ¿vale? ¡De verdad quiero hablar!"
Los ojos de Tobio se abrieron de par en par una vez más. Seguramente el extraño estaba de broma. Pero entonces, ante su miedo, Hinata realmente da pasos grandes hacia él, aun con esa amplia sonrisa en el rostro, confundiéndole. En respuesta, Tobio saca su cuchillo de caza y lo sostiene de manera protectora frente a él. La visión del arma es suficiente como para detener a Hinata. La sonrisa finalmente se desvanece en una línea confusa.
"¡No te acerques, extraño pervertido! ¡No tengo ninguna intención de hablar con un nudista como tú! ¡Deberías avergonzarte!"
Inmediatamente, el rostro de Hinata se tornó de un rojo brillante. Chilló algo que podría sonar a una disculpa una vez que se da cuenta de su desnudez. Afortunadamente, parece entender la insinuación y no espera ninguna respuesta antes de cubrir sus partes y correr hacia un montón de ropa.
Es una oportunidad para que Tobio se dé la vuelta y deje al extraño, pero no puede decir que no esté intrigado. A pesar de la intensidad de que una vez mostró, Hinata no parece una persona peligrosa. Contra su buen juicio, Tobio se encuentra con ganas de saber la razón por la que está aquí. Así que guarda su cuchillo y camina hacia los arbustos en donde ha dejado caer su bolsa. Al menos podrá proteger sus pertenencias si el extraño decide de repente que no solo quiere hablar.
Hinata apenas puede evitar saltar de la emoción. ¡Una persona! ¡Finalmente se encuentra con otra persona aquí después de días de simplemente esperar! ¡Ooooh, no puede esperar para contarle a los demás sobre esto! Pero, por supuesto, primero tiene que saber más sobre este extraño y no puede hacer eso si sigue jugando.
Con determinación en cada paso, Hinata se acerca al extraño. Mientras se acerca, es recibido por una mirada fría pero eso no le detuvo antes. En lugar de ser disuadido, solo hace que Hinata tenga más curiosidad por su compañero, que ahora está sentado sobre una roca bastante grande con su cuchillo en la mano.
No importa lo denso que sea Hinata, al menos puede ver eso como una advertencia.
Sabiamente cambia de idea sobre sentarse al lado del extraño y opta por pararse cerca de él. Sonríe cuando se da cuenta de que el extraño no se aleja. Es una buena señal, la verdad.
"¡Hola de nuevo! Lo siento por lo de antes. Yo, eh, solo estaba demasiado emocionado por verte" empezó tímidamente antes de extender su mano "Lo he dicho antes pero soy Hinata. ¡Encantado de conocerte!"
El silencio se abre paso entre ellos antes de que el extraño finalmente suspire y coja la mano de Hinata "…Kageyama Tobio"
"¿Kage-yama To-bio? ¿Puedo llamarte Kageyama entonces?" la sonrisa en el rostro de Hinata se amplió más cuando Tobio asintió, mostrando su acuerdo. Esta vez, no duda en sentarse junto a Tobio, cruzar las piernas y mirar a su nuevo amigo con una alegría sin ocultar "¡Entonces, Kageyama! ¿Qué te trae por aquí?"
"Estoy aquí para descansar. Tengo una misión en el volcán de más allá del desierto" gruñe Tobio. La expresión en el rostro de Hinata es tan abierta que cuesta creer que tenga motivos ocultos. Aunque eso todavía no es suficiente para que guarde su arma.
"¿El volcán?" los grandes ojos bronce parpadearon antes de que Hinata inclinase la cabeza como un perrito curioso "¿Por qué irías allí? No es un lugar seguro para los humanos"
"Lo sé" Tobio rodó los ojos porque ni siquiera él es tan estúpido "Estaré bien, a pesar de todo. No soy tan débil"
"No puedo creerlo" Hinata sonríe con ironía. Ha visto el modo en que Tobio maneja el cuchillo que tiene en la mano y no es algo que un aficionado pueda hacer "Sin embargo, no me respondiste. ¿Por qué irías allí? Por lo que sé, no hay nada de interés en ese volcán… excepto si estás buscando dragones"
"¿Y que si lo hago?"
Las cejas de Hinata se alzaron hasta su pelo porque no esperaba el tono defensivo que usa Tobio "Wooo, ¡no quise ofenderte!" alza sus manos de manera apaciguadora. Este Tobio puede ser bastante aterrador cuando está enfadado "pero…bueno, no creo que eso sea sabio. Es solo que… los dragones no aparecerán simplemente porque irrumpas en su hogar. No hay garantía de que los encuentres e incluso si lo haces, son peligrosos. No creo que valga lo suficiente la pena como para arriesgar tu vida"
La mirada que Tobio le daba no había desaparecido ni un poco. Hinata intenta no inmutarse bajo esa mirada y sostiene la mirada de Tobio obstinadamente. Después de un rato, Tobio finalmente resopla y gira la cabeza. No es exactamente un acuerdo, pero Hinata todavía se siente insatisfecho.
"Es una orden de mi rey. No es que pueda desobecerlo"
"¿Tu rey? ¿Qué eres un caballero? No pareces uno – quiero decir, eh, no llevas puesta una armadura o algo así que…sí" añade rápidamente Hinata cuando Tobio vuelve a clavar su devastadora mirada en él "Además, tu rey no parece una buena persona si ordena a sus caballeros cazar dragones sin una buena causa"
"No me ordenó cazarlos. Solo quiere que le lleve algunas escalas del dragón plateado para demostrarle mi lealtad y mi fuerza"
"El dragón plateado… eh. Estás apuntando a lo imposible"
"Nada es imposible a menos que nunca lo intentes" Tobio se encoge de hombros negligentemente "¿Qué hay de ti? ¿Por qué estás aquí? Pareces demasiado débil para viajar solo por el desierto. ¿Estás perdido?"
"¿Disculpa? ¡Te dejaré saber que puedo cuidarme solo bastante bien" esta vez, es el turno de Hinata de endurecer su mirada. Es cierto que la suya no es tan impresionante como la de Tobio, pero al menos puede transmitir su irritación "Vengo de la zona del volcán, la verdad, y me dijeron que visitase el reino para aprender sobre la gente allí"
Eso ciertamente le llama la atención a Tobio "Espera, ¿vienes del área del volcán? Entonces sabes el camino más corto para llegar allí, ¿verdad?"
"Claro, pero voy hacia el reino, ¿recuerdas? Reino, volcán, están en direcciones opuestas"
"¿Tienes a alguien que conozcas en el reino? Necesitarás una recomendación si quieres pasar a los guardias de la frontera"
"Espera, ¿qué? ¡No sabía eso!"
"Es una regla nueva. No es de extrañar que todavía no lo sepas" la sonrisa de Tobio era demasiado engreída, pero no le importaba ni un poco "Puedo darte una recomendación, si quieres. Aun mejor, soy un caballero real. Podrás entrar al castillo si estás conmigo"
Hinata entornó los ojos "A cambio, quieres que te lleve a la zona del volcán"
"Bueno saber que no eres tan estúpido como aparentas"
"¿Alguna vez has visto a un dragón antes, Kageyama?"
"…Una vez. Aunque solo vi su silueta volando sobre mí"
"¿De verdad?" Hinata sonaba intrigado. Se da la vuelta para quedar de frente a Tobio, caminando fácilmente hacia atrás en el desierto como si hubiese memorizado cada piedra y cada pendiente. La agilidad y familiaridad que muestra al moverse por el desierto hace que Tobio lo reconozca a regañadientes no es algo que habría esperado de alguien que se ve tan pequeño y débil "Entonces estás bendecido. Me han dicho que a los dragones no les gusta mostrarse a los humanos"
"Cierto. Aunque solo era un niño en ese momento, así que tal vez al dragón no le preocupaba. Nunca he visto ningún dragón tras eso"
"Jaja, parece que te has quedado sin suerte. Entonces, ¿qué piensas de ellos? Son increíbles, ¿verdad?"
"…Sí, lo son" Tobio suspira suavemente. Sin darse cuenta, una pequeña sonrisa ya se ha formado en su rostro mientras recuerda al único dragón que ha visto. Puede estar equivocado, pero Tobio está casi seguro de que era el dragón plateado "Son hermosos, la verdad, y siempre es fascinante aprender sobre sus poderes. Estoy especialmente intrigado por los dragones de Bronce – el que vigila – y el plateado, por supuesto"
"A todo el mundo le intriga el plateado" concuerda Hinata con una sonrisa "Sin embargo, es de esperar. Es, después de todo, el único dragón que no encaja en ninguna clase. Sin embargo, me sorprende escuchar tu interés en los dragones de Bronce. Casi seguro que estarías más interesado en los dragones Rojos – el que guarda la vida y las cosas vivas"
"Para ser sincero, estoy intrigado por todas las clases. Es solo que los dragones Bronce parecen ser más… no lo sé, más fascinantes" murmura Tobio como respuesta. Está demasiado perdido en sus pensamientos para notar la amplia sonrisa o el sonrojo entusiasta en el rostro de Hinata. Para cuando finalmente se gira a mirarle, el color ya ha desaparecido "También sabes mucho sobre ellos. Me sorprende"
"Hey, vengo del área del volcán. Por supuesto que sé mucho acerca de los dragones"
Tobio lo ha sospechado, pero entonces se da cuenta de ello. De repente, se detiene en el camino y mira a Hinata con lo que solo puede ser descrita como envidia "Has conocido a los dragones"
"Lo he hecho" Hinata asiente, aunque las palabras de Tobio son una declaración, no una preguntar "He conocido a muchos de ellos y tal vez incluso te lleve a ver a algunos. Solo tengo una condición"
"¿Cuál es?" Tobio intenta no sonar demasiado molesto, pero es difícil. No le gusta estar condicionado a hacer nada, pero Hinata puede ser la única persona que puede llevarle a ver a los dragones y, para eso, no le importa abandonar su orgullo demasiado grande. Sin embargo, aún no puede dejar de ver la forma en que Hinata sonríe, a sabiendas.
"No es nada difícil, no te preocupes" las esquinas de los labios de Hinata se curvan nuevamente antes de que, de repente, se reemplace con una sonrisa bien marcada. Una vez más, Tobio se enfrenta a intensos orbes bronce que parecen penetrar en su alma. Cuando Hinata habla, su voz es profunda y grave, tan diferente a la alegre a la que se ha acostumbrado Tobio, y sabe que habla en serio "Prométeme que no amenazarás a los dragones de ninguna manera. No sacarás tu arma y solo cogerás lo que se te dé. Si no puedes prometerme eso, entonces será mejor para nosotros que nos separemos ahora"
"…Lo prometo" de todos modos, Tobio nunca tuvo intención de matar a ningún dragón y si no puede conseguir la escama del dragón plateado… bueno, todavía podría arreglárselas con Oikawa de un modo u otro.
Hinata todavía está mirándole con intensidad, como si buscase algo. Tobio necesita de toda su fuerza para no inmutarse bajo esos ojos que no parpadean, pero luego la sonrisa despreocupada de Hinata regresa a su rostro y el momento pasa así "¡Bien! ¡Confiaré en ti, Kageyama! ¡Ahora vamos a encontrar a algunos dragones!"
Otro día entero, finalmente salieron del desierto. Todavía les lleva medio día antes de, finalmente, los cambios se produzcan a un bosque espeso. Hinata dice que es el comienzo del área del volcán. Tobio ha perdido la cuenta de la cantidad de miradas inciertas que lanza a Hinata, pero en cada ocasión el otro solo sonríe y asiente, como si le dijese que confíe en él. Contra su mejor juicio, Tobio se encuentra haciendo precisamente eso.
El bosque está lleno de árboles viejos que parecen alcanzar el cielo infinito. El follaje verde crea un techo natural sobre su cabeza, impidiendo que incluso la luz del sol se filtre, y en la oscuridad casi total, Tobio solo puede seguir el cabello brillante de Hinata mientras se mete por el bosque con seguridad.
Una vez más, esa sensación de asombro al ver a Hinata comportarse de manera tan calmada y natural en un entorno peligroso como este, hace presencia en el pecho de Tobio. Cualquier duda anterior que haya tenido sobre Hinata ha desaparecido y, en su lugar, hay algo parecido a una curiosa admiración por el chico más pequeño que es más de lo que aparenta. Por supuesto, Tobio no dirá nada de esto, ni siquiera bajo tortura, pero a veces Hinata lo mira y sonríe de manera consciente, como si pudiese leer la mente de Tobio, de todos modos.
(A Tobio le resulta aun más extraño que no le importe esa posibilidad en lo más mínimo. No le importa tener a Hinata en la cabeza y, en cierto modo, esa es la cosa más aterradora que jamás haya experimentado)
"¿Cuánto queda hasta que lleguemos al área del volcán?" pregunta Tobio mientras corta otra rama que dificulta el paso. Maldice por lo bajo por las molestias y mira hacia la espalda de Hinata. Es tan injusto cómo el bosque parece abrirle camino voluntariamente al más bajo.
"En caso de que no te hayas dado cuenta por el calor – el cual no ha disminuido para nada desde el desierto – hemos llegado a la zona del volcán. Solo que todavía no estamos en la parte de las colinas" la respuesta viene con una risa demasiado alegre. Hinata, obviamente, se ha perdido las miradas a sus espaldas "Llegaremos a esa parte pronto, no te preocupes mucho. Aunque tengo curiosidad por lo que harás una vez que lleguemos allí"
"¿Por qué?"
"Porque las colinas no son fáciles de escalar. Especialmente no por humanos como tú" Hinata lo mira una vez, dándole otra de sus sonrisas y continua caminando.
Tobio no se molesta en callar las maldiciones esta vez "¡No me subestimes! ¡Si puedes subir esas colinas para bajas al desierto, entonces yo también puedo subir! ¡No perderé ante alguien como tú!"
"Bueno, eres libre de intentarlo. Sin embargo, no te avergüences si fallas. Muy pocas personas logran escalar en su primer intento. Si estás tan seguro de tus habilidades…" Hinata obviamente hace una pausa para darle efecto dramático cuando mientras se detiene y se gira hacia Tobio. Alza la cabeza ligeramente y cuando Tobio sigue su mirada, no puede evitar que se le afloje la mandíbula. Otra de esas sonrisas aparecen en el rostro de Hinata "Adelante, Kageyama"
Las descaradas palabras de Hinata ya ni siquiera pasan por los oídos de Tobio. Todavía está mirando, boquiabierto, las colinas enormemente altas que de repente se ciernen frente a ellos. sus pies avanzan casi inconscientemente y se acerca para sentir la piedra sólida con sus propias palmas, asegurándose de que no está soñando. Mientras tanto, Hinata observa en silencio, aunque su emoción aún puede sentirse, a pesar de todo. Tobio ni siquiera tiene la mente como para decírselo ahora.
"Guau" no puede evitar dejar salir el sonido. No importa lo mucho que intente estirar el cuello, Tobio no puedo ver siquiera la cima de las colinas. Retrocede unos pasos, con la esperanza de poder ver mejor, y aunque la cima todavía no está a la vista, ahora puede ver lo que parece ser una cueva alrededor de la mitad de las colinas "¿Es eso una cueva?"
"¡Sí! En realidad, esa es mi casa. Hay muchas otras cuevas como esa en las colinas. Algunas están aún más escondidas que otras. A los dragones les gusta usarlas como nidos"
"¿En serio? ¿Hay realmente un nido de dragón cerca de aquí?" Tobio gira la cabeza para mirar a Hinata tan rápida que casi le da un latigazo. Toda la expresión en su rostro gritando de emoción y tal vez sea la primera vez que Hinata ve algo más que un ceño fruncido o una mueca en su rostro.
"Conozco al menos dos nidos de dragón por aquí cerca, la verdad" la emoción en el rostro de Tobio está influenciando a Hinata, haciendo que quiera responder con sinceridad a la pregunta. Sabe que los dragones no se lo agradecerán por eso, pero… bueno, es difícil decirle que no a Tobio cuando está así.
"¡Llévame allí entonces! Podemos visitar tu casa después, ¡pero primero vamos al nido de dragón, por favor!"
"Wooo, ¡cálmate, Kageyama! ¡Los dragones no se van a ir a ningún lado!" se rio Hinata antes de colocar una mano en el hombro de Tobio. Todavía sonriendo mientras Tobio se sonroja por la vergüenza de su propia exigencia "No podemos ir en busca de los nidos de dragones ahora, ya que pronto oscurecerá y los dos estamos cansados. No hay nada de malo en descansar un día. Además, mi casa no es aburrida, ¿sabes?"
Tobio frunce los labios, pero puede ver la lógica en las palabras de Hinata "Cierto… lo siento"
"¡No pasa nada! Puedo entender tu entusiasmo. Es bastante halagador, de hecho" se ríe Hinata. Ignora la mirada interrogante que Tobio le lanza y solo suelta al otro "Ahora, vamos a ver si puedes encontrar un modo de subir a mi casa"
El repentino desafío hace que Tobio arquee las cejas. Es inesperado, pero Tobio nunca retrocede ante un desafío. Con los labios torcidos en una sonrisa arrogante, se acerca a las colinas una vez más y esta vez busca por salientes en la ropa que pueda usar como lugar en los que apoyar los pies. Encuentra algunos, pero no los suficientes como para llegar a la cueva que Hinata ha llamado hogar. De hecho, toda la colina parece no estar perturbada por los humanos –le resulta difícil de creer que Hinata realmente haya escalado esta colina diariamente.
Aun así, si es verdad, entonces Tobio no puede perder para nada. La determinación endurece su mirada, comienza a trepar. Es difícil encontrar un sitio estable en donde poner el pie, pero se las arregla al principio. La piedra es resbaladiza por la humedad del bosque; Tobio maldice cada vez que se resbala. Sin embargo, eso no le detiene. Es terco más allá de cualquier cosa y si quiere subir una colina, entonces la escala.
"… ¿En serio vas a hacer esto, Kageyama?"
"¡Cállate! ¡¿Te parece que esté de broma?!" gruñe Tobio porque la pregunta de Hinata le está desconcentrando. Además, ¡¿qué tipo de pregunta es esa?! ¿Por qué tiene que escucharse tan preocupado? Está haciendo a diario, así que debe de haber una manera de subir por algún lado "Solo quédate ahí y mira. ¡Derrotaré esta colina con total seguridad!" ¡Ya está a mitad de camino!
"¡¿Eres idiota?! ¡No puedes vencer a la fuerza de la naturaleza de esta manera! ¡Morirás si te caes, Kageyama! ¡Para!" ahora Hinata parece haber entrado en pánico del todo.
"¡No puede ser!" ¡No perderé ante ti, Hinata!"
Hinata retrocede como si le abofeteasen cuando Tobio finalmente dice su nombre. Sus ojos se abren de par en par cuando ve a su primer amigo tentar a la muerte con su estúpido orgullo. Rechinando los dientes con una mezcla de irritación y culpa, finalmente grita " ¡MALDITO IDIOTA, TE MENTÍ, ¿DE ACUERDO?! ¡TE MENTÍ ASÍ QUE PARA!"
Con eso, Tobio de repente se congela. Todavía está colgado precariamente de la colina, pero las palabras de Hinata hacen que se quede quieto. Muy lentamente mira a Hinata. Su voz es terriblemente calmada cuando le pregunta "¿Qué?"
"M-Mentí, ¿de acuerdo? Nunca… nunca he escalado esa colina. No me gusta lo que haces ahora. Nadie ha hecho eso antes y ha salido con vida. Lo siento por mentir, pero por favor…" la respiración de Hinata se agita "Por favor, baja antes de que mueras"
"Entonces la cueva… ¿no es tu casa?"
"Lo es" el suspiro que escapa de Hinata es suave "No mentí sobre eso"
Eso no tenía ningún sentido y Tobio dice "¿Cómo entras a tu casa si nunca has subido la cima?"
"Dije que nunca he escalado la colina del modo en que lo haces. No quiero decir que nunca lo haya hecho" corrige Hinata, pero Tobio no está impresionado. Otro suspiro se escapa de Hinata. Alza la vista para ver a Tobio tranquilamente mirándole y parece decidir algo "Verás, cuando quiero ir a casa… nunca lo haga en esta forma"
Tobio abre la boca para preguntar lo que quiere decir, pero entonces la cierra con un chasquido audible. Sus ojos se abren ampliamente cuando ve la extraña luz bronce que rodea a Hinata antes de que, finalmente, incluso esa luz se vuelva demasiado brillante para que pueda ver algo. En un acto reflejo, mueve una mano para cubrirse los ojos y jadea cuando se da cuenta de dónde está en ese momento. Ese movimiento le hace perder el agarre. Ni siquiera puede gritar cuando su cuerpo cae rápidamente al suelo. Cierra los ojos con fuerza, esperando irracionalmente que si no puede verlo, entonces su muerte no será demasiado dolorosa.
"¡¿Ves?! ¡Esto es exactamente lo que me temía!"
De repente, se escucha un ruido sordo similar a la voz de Hinata. Tobio se queda sin respiración cuando siente que algo se cierra suavemente alrededor de su cuerpo, acunándolo protectoramente y deteniendo su caída. Cuidadosamente abre los ojos, solo para desear no haberlo hecho cuando la visión que lo saluda es la del suelo que está muy por debajo de él. un sonido similar a un chillido aterrorizado se escapa de él de forma espontánea, lo que provoca lo que solo puede describirse como una risita de una voz misteriosa.
"Puedes relajarte, Kageyama. No te soltaré"
Asegura la voz. Tobio se gira para poder mirar a la criatura que lo tiene cogido y una vez más su aliento queda atrapado en su garganta. Lo que ve es un dragón de bronce que vuela suavemente hacia la cueva en la cima de la colina. La garra del dragón envuelve cuidadosamente su cuerpo, asegurándose de que ninguno de los extremos afilados le toque. Observa boquiabierto como el dragón retuerce el cuello de serpiente para mirarle. Tobio jjura que está sonriendo cuando sus ojos de reptil bronce lo miran.
"¿Estás cómodo ahí?" pregunta el dragón, claramente burlón, y el conocido tono burlón es el que finalmente saca a Tobio de su estado atontado.
"Tú - ¿Hinata? ¡¿Eres un dragón?!"
El puro asombro en la voz de Tobio es suficiente para hacer que el dragón incline su cabeza y deje salir una carcajada. Tobio intenta ocultar su estremecimiento cuando una pequeña bola de fuego sale accidentalmente de la boca de Hinata y explota en un lugar vacío de la colina, pero incluso mientras mira, el derretimiento de la piedra parece detenerse antes de volver a endurecerse lentamente hasta finalmente retomar su forma original; casi como si el tiempo hubiese vuelto atrás.
"Upss, lo siento por eso" el dragón – Hinata – al menos es lo suficientemente decente como para sonar tímido "Los accidentes ocurren a veces. Simplemente no se lo digas a nadie, ¿vale?"
Para ser honestos, Tobio no está seguro de poder decir nada de esto a nadie, pero eso no esl o que está pensando en este momento "Realmente eres un dragón. Un dragón de bronce que - el Guardián del Tiempo. Oh, dios, no puedo creerlo"
"Será mejor que te acostumbres a saberlo. Esta no es la única sorpresa que tengo para ti" resopla Hinata, soltando humo al aire "Solo disfruta la vista. No todos los días un humano puede volar con un dragón"
Bueno, ahora que Hinata lo mencionaba… Tobio cierra los ojos con un suspiro resignado. Ha habido cosas mucho más extrañas en su vida, supone. Además, de algún modo disfruta de sentir el viento en su rostro mientras vuelan más y más alto. Ahora que su mente está acostumbrada a la idea de Hinata siendo un dragón, es fácil permitirse una pequeña sonrisas. A pesar de ser torpe en su forma humana, Hinata parece bastante capaz en su forma de dragón. Tobio también puede disfrutar del paseo mientras pueda.
"Creo que para un dragón… no eres tan malo"
"Me alegra que lo apruebes" responde Hinata y no es difícil imaginar la sonrisa dentada en el rostro del dragón cuando dijo eso.
Hinata aterriza en la cueva sin demasiada suavidad, casi tirando a Tobio de su garra en el proceso, y simplemente esconde la cabeza con vergüenza cuando recibe una mirada por ello. Afortunadamente, la ira de Tobio no está dirigida a él durante demasiado tiempo, ya que su atención es inmediatamente atraída hacia el interior de la cueva. Por un lado, es mucho más grande de lo que originalmente piensa. El techo de la cueva es alto; incluso el Hinata dragón puede ponerse en pie con toda su altura sin problemas en la cueva. La cueva es profunda y Tobio está seguro de que encontrará más espacio si se aventura más adentro.
"Bienvenido a mi casa" exclama orgullosamente Hinata. Sus alas parecidas al cuero se extienden grandiosamente. No se molesta en volver a su forma humana aquí.
"Tienes un buen hogar" admite Tobio suavemente. Se siente extraño el elogiar a un dragón por su nido, pero no sabe qué más hacer "¿Vives aquí solo?"
"Mm, no exactamente. Ven, ¡te enseñaré los alrededores!" definitivamente hay un temblor en cada uno de los pasos de Hinata y es demasiado irreal para Tobio el ver a un dragón saltando de la emoción, sin poder hacer nada más que seguirle de cerca "La primera habitación es solo la entrada. No la usamos para nada más que para vaguear los días soleados. La segunda habitación a la derecha es la sala del tesoro" inclina su esbelto cuello hacia otra habitación espaciosa llena de montañas de monedas de oro y otras preciosas baratijas "Sin embargo, no pienses en robar nada. Nosotros los dragones somos muy protectores nuestros tesoros"
Tobio rueda los ojos pero no considera que valga la pena una respuesta. No tiene ningún interés en el oro de todos modos.
Caminan aún más hondo en la cueva sin pasar por ninguna otra habitación notable. Se está oscureciendo a medida que avanzan y la humedad también parece aumentar. Tobio inclina la cabeza cuando escucha un débil sonido de agua que gotea en alguna parte de la cueva y se gira para mirar a Hinata en busca de una explicación.
"Ah, allí abajo hay un lago. Ahí es donde solemos bañarnos – cuando queremos. Te lo enseñaré la próxima vez"
"¿La próxima vez?" Tobio hace eco, esperanzado.
"¡Sip, la próxima vez! ¡Eres mis primer amigo humano así que por supuesto que te traeré aquí otra vez! ahora vamos, ¡de verdad quiero que veas algo!" si es posible, Hinata parece incluso más emocionado. Casi corre mientras guía a Tobio a la última habitación de la cueva; una habitación muy espaciosa justo al final de la cueva que está llena de pilas de paja y hierbas. La habitación huele a lavanda y una investigación más a fondo muestra que proviene de un montón de lavanda fresca en el lado derecho de la habitación.
A pesar de que ya es de noche, la sala aún está bien iluminada por varias antorchas colocadas estratégicamente en las paredes. Tobio lo toma todo con una sensación de asombro; finalmente dándose cuenta de la magnitud de todo esto.
Hinata no ha dejado de sonreír desde que dejó entrar a Tobio en su casa. Esta es la primera vez que un humano entra en su nido y la reacción que muestra Tobio es muy divertida. Por supuesto, Tobio aún no se ha dado cuenta de la verdadera sorpresa que Hinata ha preparado para él, todavía demasiado absorto en su nuevo entorno, pero eso está bien. Hinata está seguro de que en algún momento se mostrará la sorpresa.
Casi como en respuesta a su pensamiento, de repente un zumbido bajo resonó por la habitación. No es un sonido amenazador, pero aun así logra que Tobio se tense. Hinata observa mientras su amigo humano escanea la habitación con nuevo reconocimiento en sus ojos y capta el momento exacto en que Tobio se da cuenta de que no están exactamente solos en la habitación.
"¿Shoumu? ¿Eres tú?" el susurró se hace más fuerte, suave y dulce como la miel. Un momento después, un trozo plateado que puede ser confundido con una piedra de repente se mueve antes de un esbelto y serpenteante cuello se extienda perezosamente por debajo de un ala plateada. Una cola puntiaguda se agita cuando el dragón se levanta completamente, seguido de la lenta extensión de dos grandes alas en lo que puede considerarse como estirarse para los dragones. Entonces el dragón abre los ojos, mostrando las pupilas alargadas rodeadas por un anillo de color gris y que están mirando directamente a Tobio.
En ese momento, la sangre de Tobio se hiela en sus venas. Está atrapado entre el miedo y la incredulidad mientras devuelve la mirada al Dragón de Plata.
El tiempo parece alargarse hasta que finalmente el dragón plateado parpadea y rompe el hechizo paralizante que tiene sobre Tobio. Gira su cabeza hacia Hinata y la siguiente vez que habla, suena bastante desconcertado "Shoumu, ¿qué hace un humano en nuestra casa?"
"¡Le conocí en el oasis, Koushi! ¡Como tu dijiste!" Quiero coger tus escamas para su rey pero te aseguro de que es un buen tipo. No te hará daño, ¿verdad, Kageyama?" Hinata sonríe al humano, totalmente ajeno a la reacción de su tan llamado amigo.
El Dragón Plata – Koushi – suspira con exasperado cariño "No es que no quiera que traigas humanos aquí, pero creo que no es el momento adecuado. Daion se pondrá furioso si encuentra a un humano aquí"
"Eeehh, ¡¿pero por qué?! Daion por lo general –" protesta Hinata, interrumpiéndose cuando Koushi le dedica una mirada muy aguda y enrolla su cola con pinchos de manera protectora a su alrededor. La compresión nace en el dragón bronce "Cierto"
"En efecto" la nota irónica en la voz de Koushi hace que Hinata se arrastre avergonzado. Sin embargo, el dragón plateado solo sacude la cabeza con cariño antes de volver su atención hacia Tobio "Bueno, pequeño humano. Puedes coger las escalas que he mudado si quieres, pero realmente deberías volver a casa pronto. Shoumu se asegurará de que regreses al reino a salvo"
Koushi en realidad suena bastante arrepentido de decir eso. Tobio sabe que debería aceptar la amable oferta y marcharse en cuanto pueda, pero su cerebro está atascado en una cosa. Cuando abre la boca, lo que sale es un asombrado "Estás incubando huevos… ¿verdad?"
Tanto Hinata como Koushi parecen sorprendidos por eso. Comparten una mirada antes de que Koushi finalmente suspire con una pequeña sonrisa "Tienes ojos afilados. Sí, estoy incubando huevos" desenrolla su cola, mostrando dos huevos de dragón de blanco hueso, previamente ocultados debajo del apéndice "Por lo tanto, tu presencia aquí no será bienvenida por mi compañero. Será mejor que te vayas antes de que regrese a casa, pequeño humano"
"Sí, Koushi tiene razón. Daoin normalmente es bastante amable con los humanos, pero con el estado actual de Koushi, no dejará que nadie extraño se acerque a Koushi – mucho menos un humano. Lo siento, Kageyama. Debería haberlo pensado mejor"
"No, está bien. Es… un placer conocer al Dragón Plata. Gracias, Hinata"
La sincera gratitud consigue hacer que Hinata se sonroje. Está eternamente agradecido de que sus escalas sean oscuras, ya que cubren el color rojo al completo para ocultárselo al humano. Por supuesto, no es suficiente para engañar a Koushi, que le sonríe abiertamente.
"Bueno… eh, creo que será mejor coger las escamas ahora, ¿si está bien?" Tobio se frota la nuca con incertidumbre. Ahora que está cara a cara con el legendario dragón plateado, se siente que… ha conseguido algo. Verdaderamente se arrepiente de no poder quedarse un poco más, pero al menos Hinata ha prometido una próxima vez y Tobio tiene la intención de asegurarse de cumplir esa promesa.
"Absolutamente. Puedes acercarte. Está un poco desordenado, pero realmente no tengo tiempo de ordenar últimamente"
Eso provoca una risita por parte de Tobio. La imagen de un dragón que se revuelve por el desorden que crean sus escamas rotas es demasiado divertida. Sintiendo que su tensión se desvanece por completo, Tobio finamente camina hacia el dragón plateado. Desde cerca, finalmente puede ver las escamas verdaderamente dispersas alrededor del dragón y coge dos de las más pequeñas en las manos. No quiere sea un inconveniente por las escamas, a pesar de lo bonitas y útiles que parecen ser.
"Gracias por esto" dice educadamente al dragón, que baja el cuello para que estén más o menos al mismo nivel visual "De verdad espero poder reencontrarme contigo alguna otra vez. Por supuesto, con Hinata también"
"Por supuesto. Shoumu te ha considero su amigo; por lo tanto siempre serás bienvenido aquí, pequeño humano. Vuelve dentro de dos meses y quizás incluso puedas jugar con nuestros pequeños"
Una sonrisa infantil dividió el rostro de Tobio "¡Lo haré! ¡Será la primera vez que vea dragones pequeños! Y, uh, t-tengo otra petición… si puedo"
"Mientras esté en mi poder hacerlo" asintió Koushi. Sus grises ojos de reptil se habían suavizado y reflejaban la figura de Tobio.
"Entonces quiero tocarte, para asegurarme de que eres real" en un gesto tan poco característico de él, Tobio alzó la vista con timidez desde debajo de su flequillo "¿Puedo?"
Un silencio confuso prosigue tras la petición de Tobio. Ambos dragones se quedan sin palabras ante la pura sinceridad en la voz del humano. Tobio soporta el silencio con valentía, ignorando la forma en que sus oídos comienzan a ponerse rojos.
"Awww, Kageyama, ¡no sabía que podías ser tan adorable!" dio de repente Hinata con una fuerte risa. El dragón de bronce se alza sobre sus patas traseras y agita las alas con pura diversión.
"¡C-Cállate! ¡No soy adorable, idiota!"
"¡¿Qué?! ¡Tú eres el idiota aquí, idiota!"
"¡Entonces eres el mayor idiota entre los idiotas!"
"¡No lo soy!"
"¡Yo tampoco!"
Tanto el dragón Hinata como Tobio se fulminaban el uno al otro con la mirada. Es un espectáculo bastante cómico considerando que Tobio es mucho más pequeño que Hinata, pero por alguna razón, su mirada parece mucho más intimidante. Su lucha sin sentido solo aumentaría más si no fuese por una risa estrepitosa que de repente retumbó en la sala. El sonido es suficiente para hacer que los dos niños (porque Hinata todavía es un niño, incluso en estándares humanos) salgan de su pelea para girarse hacia Koushi.
El dragón plateado está inclinando su cabeza hacia atrás y riendo desde lo profundo de su ser "Ohhh, los dos sois realmente interesantes. Hinata, no molestes al pequeño Tobio de esa manera. Tobio, por supuesto que puedes tocarme. Sin embargo, debo advertirte que no será un momento sobrecogedor"
El permiso es todo lo que Tobio necesita para convertir su expresión de ceño fruncido en una de felicidad inimaginable. Por un momento, la sonrisa en su rostro puede rivalizar con una de las de Hinata "¡Muchas gracias!" grita porque, ¿a quién le importa que sea un momento sobrecogedor? Ya tuvo ese momento cuando vio a Hinata transformarse en dragón.
Cuando se acerca a Koushi esta vez, es con menos duda. Incluso habiendo pasado tan poco tiempo con el dragón, Tobio ya se siente seguro y protegido cerca de él. Es un hecho, piensa, ya que no hay nada más que gentileza en cada gesto que hace el dragón. Es increíble cómo los humanos pueden inventarse historias de terror de una criatura tan amable como esta. Mientras se acerca, puede sentir el calor que irradia el cuerpo de Koushi y eso lo sorprende. Durante un segundo, Tobio duda. Si la escala del dragón está tan caliente como su llama, puede que no sea buena idea tocarlo con las manos descubiertas.
Sin embargo, no tiene tiempo de alejarse. Quizás sintiendo su vacilación, Koushi se mueve de repente, inclinando el cuello hacia adelante hasta que un lado se frota contra la mejilla de Tobio. La sensación hace que Tobio jadee; las escalas son mucho más suaves de lo que parecen y están realmente frías al tacto. Con su valentía restaurada, Tobio se acerca para acariciar el cuello de Koushi y deja escapar otro jadeo cuando escucha lo que solo puede describir como un ronroneo procedente del dragón.
La sonrisa en el rostro de Tobio no puede hacerse más grande, pero no por no intentarlo. De hecho, se siente como si tuviese toda esa felicidad en la punta de sus dedos y encantado se quedaría así tanto tiempo como pudiese, si no fuese por un repentino rugido que sacude la habitación completa.
Los tres ocupantes de esta se ponen en guardia. Tobio se gira hacia la fuente del ruido, pero no puede ver nada a excepción de un destello plateado y luego grita cuando el calor lo envuelve por completo. Si no fuese por el ala de Koushi que lo protegía, se habría quemado hasta quedar hecho cenizas. El calor abrasador es suficiente para hacer que su piel se ampolle y parece durar una eternidad antes de que finalmente se apague, dejando atrás el olor característico a tierra quemada.
Solo cuando el fuego se ha apagado del todo, Koushi alza su ala de encima de Tobio. Una vez su visión no está bloqueada por el apéndice, el humano puede ver un enfurecido Dragón Negro a solo unos pasos de distancia frente a él. El humo aún se enrosca en las fosas nasales de dicho dragón, negro y peligroso al igual que los ojos que estaban clavados en él. A diferencia de Hinata y Koushi, este dragón negro es enorme. Sus alas negras se extienden a su máxima longitud, casi tocando el techo de la habitación. Sus escamas son tan negras como el cielo de medianoche, brillando con azul en algunas lugares, dejando a la vista el fuego dentro de él, listo para ser escupido en cualquier momento.
No hay nada amistoso en este dragón. Tobio agradece a las deidades que hay arriba, que Koushi haya logrado protegerlo a tiempo.
"¡HUMANO! ¡COMO TE ATREVES A INVADIR MI CASA! ¡TE QUEMARÉ HASTA QUE NO QUEDES NADA! ¡NI SIQUIERA CENIZAS!"
El Dragón Negro ruge una vez más cuando sus miradas se encuentran. Se echa hacia atrás, las alas crean un fuerte viento cuando se agitan a su alrededor y abre su boca. Tobio solo mira fijamente, paralizado, mientras la luz azul empieza a acumularse en lo profundo de la garganta del dragón. Se hace más y más brillante, incrementando el calor con cada segundo que pasa y, de repente, sabe con bastante claridad que morirá hoy. Bueno, al menos he conseguido completar mi sueño. Ser asesinado por un dragón parece apropiado, piensa con irónica resignación mientras cierra los ojos.
Pero entonces se produce otro rugido tras él. Tobio siente que Koushi se endereza por completo. Poco después, su voz se escucha fuerte y clara, el tono autoritario que contiene es un poco sorprendente.
"¡Detén esta estupidez, Daion! ¡No le harás daño a este humano, porque no ha hecho nada para dañarme! ¡Empezarás a usar tu cerebro en lugar del músculo o no te lo perdonaré!"
La reprimenda es suficiente para sorprender a Daion, el Dragón Negro, haciendo que cierre la boca. Más humo negro se propaga por el aire cuando la llama azul es de repente extinguida (durante un loco momento, Tobio se pregunta si el estómago del dragón no se habrá dañado al tragar su propia llama). Daion inclina la cabeza con confusión mientras se dirige a Koushi "¡Pero este pequeño humano te estaba tocando! ¿Y si quiere hacerte daño? ¡No puedo dejar que haga daño a mi pareja, Koushi!"
"Lo sé, pero Tobio no me hará daño" suspira Koushi "Shoumu le trajo aquí. Son amigos ahora así que no puedes asustarle. De hecho, creo que ya has asustado a Shoumu suficiente"
Ahora que Koushi lo ha mencionado… Tobio mira a Hinata, que los está mirando con recelo. El pobre Dragón de Bronce parece no estar seguro de si intervenir o no. No es que Tobio pueda culparlo. Por lo que puede suponer, Daion y Koushi son algo similar a los padres de Hinata, y los niños nunca deben meterse en las peleas de sus padres.
"Ah, lo siento, Shoumu" Daion realmente parece arrepentido. Los ojos obsidiana se suavizan un poco mientras miran al dragón más pequeño, aunque inmediatamente se endurecen una vez más cuando regresan a Tobio "Aunque me sigue sin gustar que haya un humano aquí"
"Lo sabemos. Tobio estaba a punto de irse cuando llegaste. Has vuelto antes de lo habitual"
"No hay nada habitual cuando hago mi ronda y no me siento bien dejándote solo durante mucho tiempo" replica Daion a modo de respuesta. Se acerca a Koushi, ignorando a Tobio que estaba todavía atrapado entre los dos dragones, antes de rozar su hocico contra el de Koushi "¿No estás feliz de verme?"
"Sabes que siempre estoy feliz de verte" responde Koushi en voz baja. Devuelve el afecto, frotando sus mejillas escamadas antes de descansar su cabeza (e, inevitablemente, pequeños cuernos) bajo el hocico de Daion. Tobio no necesita ser un dragón para entender la expresión llena de amor y le hace sentir incómodo.
Ser un pequeño humano atrapado entre dos dragones amorosos no suena bien.
Afortunadamente, no es el único que se siente fuera de lugar.
"¡Oi, Kageyama! Vamos a salir de aquí. No quiero ver otro de sus rituales de apareamiento. ¡Una vez es suficiente!" susurra Hinata furiosamente desde detrás de Daion, quien no presta ya atención a nada más que no sea su amado Koushi, mientras arruga el rostro ante el recuerdo.
Tobio nunca ha estado más agradecido con Hinata que en ese momento. Sabe que su alivio debe mostrarse en su rostro, pero descubre que no le importa en lo más mínimo. Por suerte, alejarse de Daion y Koushi no es algo difícil de hacer, ya que solo tienen ojos el uno para el otro, y cuando llega a Hinata, el dragón de bronce se arrodilla para poder trepar sobre su espalda. Tobio se desplaza hasta que se acomoda, con las manos agarrando una de las espinas de la columna de Hinata como si fuese un salvavidas una vez que el dragón alza el vuelo.
"Lo siento por eso. Tienden a olvidarse de todo una vez que están juntos" dice Hinata mientras salen volando de la cueva.
"Puedo verlo" responde irónicamente Tobio aunque no suena demasiado molesto por ello. ¿Cómo puede estarlo? Las escamas plateadas que Koushi le dio son una sólida presencia en sus brazos y el hecho de que se las arreglase para conseguirlas supera todo lo demás. Excepto, tal vez, por la aceptación que Koushi y Hinata habían mostrado con claridad hacia él. Suspira suavemente y, por capricho, descansa la cabeza en la espina de Hinata "Prometes que le llevarás allí de nuevo, ¿verdad?"
"¡Por supuesto! ¡Ahora somos amigos! ¡Te llevaré de nuevo cuando los huevos hayan salido del cascarón! Daion no siempre da tanto miedo" la voz de Hinata es alegre. Si eso no es suficiente, incluso estira el cuello para dedicarle una sonrisa dentada a Tobio.
A pesar de todo, Tobio devuelve la sonrisa "Difícil de creer, pero te tomaré la palabra con eso. Sin embargo, Koushi está bien"
"¡Oh, siiiiii! Koushi es madre. Las madres siempre son amables"
Tobio no puede recordar exactamente a su madre, pero la convicción en la voz de Hinata es cálida y quiere creerle "Me alegro de haberte conocido, Hinata"
"¡Ah! ¡Yo también me alegro de haberte conocido, Kageyama!"
