OJOS BIEN GATADOS
I
Cammy White es un clon. Un producto de la ciencia genética al servicio de un Imperio Malvado. Cammy White fue concebida en una probeta, alimentada con un cordón umbilical sintético en una incubadora Heise, con un crecimiento acelerado de años en tan solo meses, hasta obtener el cuerpo de una mujer de 25. Cammy White es un recipiente dotado con una consciencia básica, habilidad marcial, capacidad táctica y disciplina; todo a la espera de contener a su líder y cumplir así la misión para la cual fue creado. Cammy White es tan solo un envase artificial.
Por ello, Cammy White no tiene alma.
Dicen que los ojos son el espejo del alma. Pero incluso a través de sus enormes ojos azulinos, profundos como dos estanques, misteriosos como los de un felino, no es posible detectar un trozo misericordioso de alma.
A Cammy White le desagradan muchas cosas: Los días lluviosos, las novelas sentimentales, los conductores de noticiarios mal peinados, las bolsas de comida para gato sin abre-fácil, despertarse con el sol en la cara, las sopas como a cierta niña latinoamericana, y, por supuesto, una misión aburrida. A Cammy White no le importa que le miren las piernas al andar por las calles. A Cammy White le gustan un par de cosas: Sentarse en una tarde de cielo despejado frente al rio Charles, buscándole coherencia a la formación de las nubes, y los gatos. Se puede decir que tiene una afición curiosa a los gatos, casi malsana.
No aguanta la más mínima oportunidad de adoptarlos.
Los gatos son criaturas elegantes, de profeso abolengo mitológico, y sobre todo sumamente traicioneras. Sin importar qué tanto se les mime y acicale, un gato es una criatura solitaria, asocial, apática al dolor ajeno, y no rinde su lealtad por alimentos. Lo que para un gato es importante un día, al siguiente puede convertirse en un pedazo de basura. No se encariñan con nada. Por eso, Cammy White y los gatos se entienden muy bien.
A Cammy White le gusta verse reflejada en sus enormes ojos y, tal parece, a ellos también en los suyos. En esa infinita refracción convexa no se avizora atisbo de alma.
Ninguno tiene familia tampoco.
Cammy White comprende que un lobo no hace una manada así como una nube no hace al cielo.
Por cierto, Cammy White y los gatos acarrean al año docenas de asesinatos.
Hemos dicho que Cammy White tiene el cuerpo de una mujer de 25; sin embargo, es erróneo afirmar que sea una mujer de 25. Ni conoce el mundo que se conoce a los 25, ni es una mujer biológicamente hablando. Un crecimiento artificial produce una personalidad artificiosa, pero no necesariamente una aburrida. Aun así, o más bien por ello mismo, Cammy White no comprende el sentido del desarrollo. Para Cammy White es un misterio el cómo los niños y niñas de la entrada de la calle se van convirtiendo en los hombres y mujeres que la transitan y posteriormente, en los ancianos que la abandonan. Para Cammy White, hasta no hace mucho, la pequeña Li-Fen era una especie de escisión de Chun Li, surgida por gemación, que crecería como crece la levadura hasta convertirse en el vivo retrato de su progenitora. Luego descubriría que la niña no está emparentada con Chun Li (por mucho que se parezca), sino que se trata de una adopción.
Igual que los gatos.
Siguiendo con el tema. Cammy White no posee las funciones orgánicas básicas de un sujeto femenino, aunque sí sus cualidades fenotípicas, externas. Esto es: Cammy White tiene senos erguidos, unas esculpidas nalgas, una silueta estilizada y unas piernas fornidas que, como ya dijimos, roban miradas allá por donde van. Por supuesto, tiene una vagina, pero no sangra cada mes, no ovula ni puede quedar embarazada de ningún modo. De esa forma, Cammy White no puede iniciar una familia, aun si quisiera. Por supuesto, la adopción es una opción viable, pero Cammy White la ha trucado por la adopción de gatos por montones. Pero por ahora Cammy White no tiene interés alguno en reproducirse, aunque ya conoce el método tradicional y alguna que otra vez lo ha practicado. No se puede decir que le desagrade del todo.
A Cammy White le encanta el Punk Rock y ya muchas veces los vecinos de arriba y los de abajo, en colérica solidaridad, se han quejado del escándalo.
Cammy White tiene una cicatriz en la mejilla izquierda, una cicatriz larga que campa a sus anchas en la suave e impoluta piel. Recuerda difusamente cómo llegó allí. Aun así, le da un toque mucho más amenazador, como debiera ser para un miembro honorario del Delta Red con su mortal CQC y una agente especial del MI-6, excelente en el espionaje, colaboradora constante de la Interpol y de su agente obsesionada con liquidar células terroristas, Chun-Li. De lo contrario, sin esa cicatriz, ningún criminal, mercenario, sicario o asesino profesional sería capaz de sentirse intimidado por ese rostro humano que fuerza lo gatuno. Nadie tampoco la tomaría enserio si aquella cicatriz hubiese estado ausente durante su periodo como parte del Escuadrón de Dolls al servicio de Shadawloo y de su indiscutible líder M. Bison.
Ya hemos dicho que no se ve alma a través de sus ojos, ¿habrá que agregar que por ellos no pasa el amor o el odio?
¿Qué más podemos decir de Cammy White y su condición de clon desalmado?
Ah, claro. De todo esto, y un poco más, Cammy White es ignorante al completo.
Y lo era, hasta que Cammy White tuvo un sueño.
