¿Mi parte preferida del día? Seguramente la noche.

No sé por qué, nunca me lo había planteado, hasta ahora.

Quizás es por el tenue brillo de las estrellas y la Luna que transmite tranquilidad.

O quizás es por el fresco viento que corre y me eriza las plumas de la nuca.

O quizás… bah, qué más dará. Tan solo intento no aburrirme.

Sin haber pasado siquiera cinco minutos desde que aterricé en la atalaya, me aburrí y fui a dar una vuelta.

Otra más.

Desciendo mi mirada a las eternas luces de los edificios y las casas mientras viajo sin rumbo por toda la ciudad. "Nunca me canso" Pienso instantáneamente.

Nunca he sido un ave nocturna, al menos no desde que llegué a Rio de Janeiro. Pero desde entonces, cada noche, sin falta, salgo.

¿Por qué?

No lo sé, quizás es porque me gusta la noche.

Noto un poco la fatiga de pasar minutos volando, me paro a descansar en un pequeño árbol pegado a un risco que deja pie a ver toda la ciudad.

Todo el mundo duerme a estas horas. Si los humanos no son noctámbulos en absoluto, entonces los animales de la selva tampoco.

Entonces ¿por qué yo sí?

No es la primera noche que estoy pensativo de esta forma, pero sí es la primera que me hago esta pregunta que llevo repitiendo desde hace dos horas, como una canción que se te pega en la cabeza.

Quizás… es que me gusta la tranquilidad.

¿O quizás me gusta estar solo?

No tendría sentido, esto que estoy viviendo ahora mismo es lo que siempre he querido.

Entonces ¿por qué tengo la sensación de que es eso?

Detengo mis pensamientos cuando noto humedad en el pico.

Ha empezado a llover.

Me resguardo bajo las hojas que cubrían una rama más elevada a la que me encontraba.

Esta vez me había cansado de mirar a la civilización. Me doy la vuelta y admiro la densa vegetación y el escaso movimiento bajo el manto estrellado.

Por algún motivo, cuando miro semejante paisaje siento algo. Algo que no sé explicar qué es.

La lluvia comienza a caer con mayor intensidad. Es otoño, después de todo. Es normal.

No sé explicar lo que experimento, sólo sé a qué se debe.

¿Y qué es en cuestión?

No necesito responder, únicamente mirar todo Rio.

Sin duda venir a este lugar me cambió la vida.

Es mi refugio personal. Mi razón de vivir y mi cerradura a los malos recuerdos.

Así se siente por dentro, un cúmulo de sentimientos.

Agradecimiento, amor, ¿nostalgia?

No creo que la nostalgia sea positiva, pero… ¿Por qué nostalgia?

Desde hace un rato me siento con sueño, pero no ese tipo que tienes cuando quieres dormir. Es otro, muy diferente…

Es esa sensación de que estás teniendo un sueño muy largo. Esa incapacidad de ver las cosas como son. Como justamente el instante antes de abandonar un sueño. Como acurrucarte junto al fuego con la única compañía de tus pensamientos en un día de nieve.

Como ver mi mundo desde un árbol en un acantilado.

Quizás ese es el motivo por el que me gusta la noche.

Porque solo estás tú, y nadie más.

La nostalgia no es necesariamente mala, pero tampoco es buena. Simplemente está ahí. Y es parte del motivo por el que a veces, o siempre, experimento esa sensación.

La lluvia cesa.

Decido no abandonar el acantilado y me quedo un poco más.

Ahora que ha parado de llover, ya no se escucha nada. Solo el ruido de las olas del mar chocar con las rocas.

Eso me gusta. Puede que disfrute la noche por su silencio.

Eso no significa que no disfrute la compañía. Todo lo contrario, es mi razón de vivir aquí.

A lo mejor me gusta estar solo un rato.

Las nubes se disipan y vuelvo a ver la Luna. Ha cambiado de sitio, ahora se encuentra justo encima de mí.

Disfruto de la luz natural un rato. Al poco tiempo decido dar otra vuelta.

Así que decido irme del acantilado, y me adentro un poco en la selva.

No mucho, intento evitar la frondosidad de los árboles.

El viento rozando las hojas me reconforta.

Decido subir por encima de los árboles y aterrizo en una rama cercana a la copa de uno.

Este lugar también daba unas vistas fantásticas a todo.

Sopla un fuerte viento. No me da frío.

Al contrario, siento calor. Siento a mi hogar.

Sí, es una combinación. No es únicamente nostalgia, ni amor, ni calidez. Son muchos sentimientos juntos.

Quizás es por esto por lo que salgo de noche.

Abandono mis pensamientos un momento y miro a la ciudad desde arriba. Puedo verlo todo, puedo ver el aura que rodea a mi hogar. Puedo ver mi razón de vivir por todas partes.

Se me humedecen los ojos de repente.

Quizás esta sensación solo la puedo experimentar solo. O quizás únicamente de noche.

Mientras admiro mi ciudad, automáticamente pienso en mi familia. En Rafael, en Nico y Pedro, en Linda, en mis amigos…

Y en Perla.

Me pasé doce años de mi vida sin saber realmente nada. Sin saber qué hacer con mi vida. Y de repente, llegó un científico torpe por la puerta de casa.

Sin nunca haberlo sabido, en el momento en el que puse un pie en este lugar supe que estaba vinculado. Supe que esto era algo que quería más que a nada en el mundo.

Entonces me doy cuenta, y voy volando lo más rápido que puedo de vuelta al acantilado.

Mientras vuelo, esa dulce y cálida sensación inunda todo mi cuerpo, de la misma forma que lo hacía el primer día que llegué.

Y en cuanto aterricé, todo fluyó.

Y mientras amanecía en Rio, supe por qué salía por la noche.


¡Hola!

Ha pasado un tiempo, ¿eh?

No quería acabar esta historia sin hablar un poco. Ya sabéis, es un día muy especial.

Hoy, 8 de abril de 2021, Rio cumple 10 años desde su salida. (Al menos en España)

Me faltan palabras para decir lo que significa Rio para mí, y lo mucho que ha cambiado mi vida. Supongo que para muchos de vosotros será así también.

El caso es que quería escribir algo para el décimo aniversario. No es muy largo, de hecho, es bastante corto, pero simplemente quería tratar de plasmar mis sentimientos por Rio, y nada más.

Es una historia bastante especial en ese sentido, creo que es la única en la que simplemente he dejado que fluya todo, sin cambiar ni un ápice revisando la historia. Al principio, hace unos meses, pretendía escribir algo súper largo con más trasfondo en todo lo que estos diez años han significado, pero al final opté por hacer algo más sencillito de lo que me acordara siempre.

Todavía recuerdo esta comunidad hace casi diez años. Yo, por desgracia, no estuve desde el principio, pero sí que vi el ascenso y hundimiento de esta comunidad a lo largo de los años.

Pero una de las cosas que guardo con más orgullo, es cómo esta comunidad sigue viva, aunque sea pequeña. Es importante. No debemos dejar morir todos los recuerdos y auténticas maravillas que se guardan en este lugar, en Fanfiction. De nada sirve que se almacenen aquí si nadie se acuerda de ellas.

Y tened por seguro que yo me acuerdo, por supuesto que lo hago.

No me quiero extender mucho más. Espero que estéis bien, y deseo otros diez años de momentos felices extraídos de esta saga.

Quiero aprovechar para pedir perdón por ausentarme de forma tan brusca de esta comunidad. Ya sabéis como soy, sobran las explicaciones. Puede que en algún punto vuelva, pero prefiero no decir nada.

Hasta aquí mi aportación, nos vemos.

¡Feliz aniversario, Rio! ¡Por otros diez años!