La flecha de Artemisa

Artemisa: Así que, cuando nos volvamos a encontrar, compartamos 10 000 años de amor, Bell... *mostrando una sonrisa*

Esas palabras que escuchaba, esa belleza que Bell presenciaba, esa sonrisa que le mostraba. Él quería que todo eso durara por mucho tiempo, pero fue cruel el destino que lo obligó a clavar en el pecho de la diosa la daga Hestia para destruir a Antares.

La misión para muchos fue un éxito, pero para Hestia, Lili, Welf, Ryuu, Asfi y Hermes, en vez de pasar un momento de alegría pasó todo lo contrario, especialmente a Bell, quien lloró desconsoladamente por la ida de la diosa en rumbo al cielo.

Bell regresó a la Iglesia donde se quedó ahí por dos semanas sin interactuar con nadie a excepción que sea por comida ya que sabe que debe comer para no enfermarse o pasar hambre.

Durante ese tiempo, lo visitaban sus amigos presentes en la misión de Artemisa. Intentaron consolar al peliblanco aunque también se sienten mal por la partida de la diosa.

También recibió visitas de las chicas de la Anfitriona de la Fertilidad, Naaza, Miach, la familia Takemikazuchi y Hephaestus. Poco a poco se recuperaba del dolor que le había afectado causando alivio sus amigos.

Después de las dos semanas, fue al calabozo con Lili, Welf y la familia Takemikazuchi después del tiempo amargo. Fueron piso por piso hasta llegar al piso 18 para descansar y luego regresar a la superficie.

Por unos días, ellos mantuvieron esa rutina y gracias a ellos, ganaban más valis de lo que anteriormente recaudaban. Gracias a ello, un día, decidieron ir a la Anfitriona de la Fertilidad con sus respectivos dioses en la noche.

El grupo ha subido a la superficie más temprano de lo habitual y fueron a avisar a Hestia y Takemikazuchi sobre ello, Hestia por parte de Bell, Lili y Welf y Takemikazuchi por parte de sus niños, ambos aceptaron inmediatamente la invitación. Luego de eso, Bell se dirigió a la Farmacia Azul donde se encontraban Miach y Naaza atendiendo a un cliente.

Bell esperó a que terminaran de atender para invitarlos esta noche junto con los demás. Pero mientras observa la ventana, observa a una mujer peliazul caminando por la calle. El peliblanco se sentía confundido al ver que el tono de azul de ese cabello es el mismo de la diosa que la vio desaparecer.

Ese pensamiento acabó cuando fue llamado por Naaza y Bell invitó tanto a ella como Miach a la Anfitriona de la Fertilidad por lo cual aceptaron sin duda alguna.

Welf personalmente fue hacia Hephaestus a invitarla esa noche, a pesar que al inicio dudaba, terminó accediendo ya que es para estar con todos.

Lili fue a la Anfitriona para reservar una mesa para la noche donde acudiría mucha gente. Mia aceptó pero con la condición que gasten mucho en la comida. Para ella no fue un problema aceptar dichos términos.

Hasta que llegue la hora de la cena, todos hicieron los preparativos para las siguientes jornadas en el calabozo preparando armas, armaduras, pociones, entre otros.

Ya era la hora de la cena y todos se reunieron en la Anfitriona de la Fertilidad. Entre ellos hubo bromas y risas con lo cual conformaban un ambiente muy alegre a comparación de hace semanas.

Welf: Esto es gracias al trabajo en equipo entre nosotros y la familia Takemikazuchi.

Bell: No hay que olvidar las pociones de la familia Miach.

Lili: Los ingresos desde que nos juntamos aumentaron drásticamente.

Ouka: Y todos los lados salen beneficiados.

Bell: Eso es verdad.

Hestia: ¡Entonces hay que celebrar a lo grande!

Todos: ¡SÍ!

Comieron, bebieron, se rieron, narraron historias y algunas veces mostraron lados vergonzosos.

Al parecer la diversión no podría parar hasta que Bell observó a una mujer con cabellera azul pasando por la puerta y era la misma mujer que observó cuando estaba en la Farmacia Azul. Sin pensarlo dos veces, salió del bar para confirmar sus dudas mientras que los demás se preguntaban el motivo de su salida.

Bell fue a buscar a la mujer por la cual le hace recordar de Artemisa.

Bell: (¿Artemisa-sama?)

Bell la persigue por varios minutos hasta que la mujer se detuvo cerca a la Iglesia Abandonada y luego, el peliblanco se detuvo también.

Bell: ¿Artemisa-sama?

La mujer voltea a ver de dónde proviene la voz y al mostrar su cara, la sospecha de Bell fue cierta y empezaron a salir lágrimas de sus ojos.

Bell: ¡Lo sabía, era usted, Artemisa-sama!

Bell se acercó a la diosa, pero se detuvo al escuchar tales palabras de la diosa.

Artemisa: ¿Quién eres tú? *confundida*

Bell: ¿Eh? ¿Artemisa-sama?

Artemisa: ¿Cómo sabes mi nombre...?

Bell quedó paralizado al ver que no lo recuerda, mientras estaba de esa forma, Hestia y los demás se acercaron corriendo.

Hestia: ¡Bell-kun! ¿Por qué saliste así de la- *ve a Artemisa* nada...

Artemisa: ¡Hestia!

Hestia: ¡Artemisa!

Artemisa corre hacia Hestia para abrazarla ignorando que al frente de ella está Bell.

Bell: *triste* Kami-sama, ¿pasa algo con Artemisa-sama?

Hestia: No lo sé, Bell-kun. También me pregunto por qué no te recuerda.

Artemisa: ¿Pasa algo, Hestia?

Hestia: ¿Desde cuándo estás en este mundo?

Artemisa: Supongo que ayer...

Nadie esperaba tal respuesta. Todos quedaban atónitos, especialmente el peliblanco que no tiene palabra alguna, solo estaría en shock para luego entrar a la iglesia.

Bell: Ya veo... Si me disculpan...

Hestia: ¡Espera, Bell-kun!

Bell ya está dentro de la iglesia y fue al sofa para echarse y derramar unas cuantas lágrimas.

Artemisa: ¿Hice algo malo, Hestia?

Hestia: Es una larga historia...

Artemisa: ¿Me lo podrías contar?

Hestia: Te contaré en privado...

Hestia y Artemisa fueron a la iglesia para que la pelinegra narre todo lo que ocurrió, pero primero, Hestia observaba el lugar donde se encuentra el peliblanco actualmente y de ahí alejarse un poco para guiar a su amiga para contar lo ocurrido.

Ella empezó desde el evento de la "lanza" donde la persona cuya alma es pura puede romper el hielo por lo cual Bell fue elegido y la diosa peliazul lo llamó Orion. El viaje a las ruinas de Elsus y la cooperación con la familia Hermes para acabar con el monstruo llamado Antares y que Artemisa se ha sacrificado para que mataran a dicho monstruo, aunque lo que más resaltó fueron los momentos de Bell y Artemisa y que en el momento donde supuestamente ella fue llamada al cielo, el peliblanco lloró y estuvo desconsolado.

Artemisa quedó sorprendida por el hecho de tener un romance con un hombre y los hechos acontecidos últimamente.

Artemisa: Así que todo eso pasó, ¿no?

Hestia: Sí. Es normal que no tengas memoria alguna.

Artemisa: Ahora entiendo por qué él está triste.

Hestia: Ya se le pasará, Bell-kun es muy alegre. *sonríe*

Ellas no sabían que Bell estaba escuchando todo lo que habían hablado para luego ir de nuevo al sofá para reflexionar y luego dormir.

Al día siguiente, Bell se despierta temprano y avisa a su diosa que iba a salir con sus amigos al calabozo.

Bell: Kami-sama, iré al calabozo con los demás. No volveré hasta más tarde.

Aunque también irá a entrenar con una persona antes de ir

Hestia: Mmmmm... *soñolienta* Buenña suerthe... Bell-kyun...

Bell: (Dormilona como siempre... Bueno, me tendré que ir...)

Cuando Bell está a punto de salir de la iglesia, ve que Artemisa se encuentra sentada reflexionando. El peliblanco camina en puntillas hacia la puerta y la abre para salir pero fue detenido por una voz del cual quiso evitar todo el día.

Artemisa: ¡Espera!

A Bell se le salieron varias gotas por la cabeza y lentamente, con algo de miedo, volteaba su cabeza dirigiendo su mirada a la diosa de pelo azul y ojos verdes.

Bell: ¿S-Sí, Artemisa-sama?

Artemisa: Quiero hablar contigo.

Bell: Está bien.

Bell cierra la puerta y se acerca a Artemisa para sentarse a su costado.

Bell: Dígame Artemisa-sama, ¿de qué tema desea hablar?

Artemisa: *seria* Quiero que me digas la verdad para confirmar lo que dijo Hestia.

Bell: ¿Sobre qué?

Artemisa: ¿Es verdad que tuve alguna relación conmigo hace más de dos semanas supuestamente?

Bell empezó a sentirse incómodo y no tenía palabras para responder con un sí o un no, pero intentó responderle todo lo ocurrido.

Bell: *algo nervioso* No sé cómo decirlo si teníamos una relación o no, pero le diré todo lo que ocurrió desde que nos conocimos.

Y así, el peliblanco procedió a contar a la diosa del evento donde el fue elegido en el evento de la "lanza", donde los dos fueron juntos en dirección a las ruinas de Elsus, cuando él mató a los monstruos que iban por ella durante el camino, cuando ellos bailaron en un lago, el trágico momento en que él tuvo que clavar su daga en su cuerpo que estaba encerrado en el cristal para acabar con Antares y lo que más resaltó fue la promesa de los 10 000 años de romance en caso en que se vuelvan a ver.

Artemisa simplemente quedó atónita por lo que el peliblanco le había narrado, más por la promesa del romance que habían jurado.

Artemisa: *en shock* ¿Hice ese tipo de promesa... con un hombre?

Bell: *asiente* Pero no sé...

Artemisa: *seria* En qué?

Bell: En que si tuviéramos ese tipo de relación si viendo tu estado actual, no deseas tener un romance con un hombre...

Artemisa: ¿Cómo sabes eso?

Bell: Kami-sama explicó que usted es una diosa quien prohíbe las relaciones, en otras palabras, una enemiga del romance.

Artemisa vio que Bell tenía razón, ella solía prohibir dichas relaciones por considerarlas impuras, al parecer, ya no tenía dudas al respecto, si hablara con otras personas, es posible que le cuenten lo mismo, aunque en menor detalle ya que Hestia y Bell fueron los que más estuvieron involucrados con la diosa.

Artemisa: Ya veo...

Bell: ¿Pasa algo, Artemisa-sama?

Artemisa: Te diré algo, este... ¿cuál era tu nombre?

Bell: Bell Cranel.

Artemisa: Bien, Bell. *seria* Te diré algo. No haremos esa promesa, no puedo permitirme ese tipo de relación, lo siento.

Bell: *algo triste* No se preocupe, Artemisa-sama, no insistiré. Me voy.

Bell se fue de la iglesia para reunirse con sus compañeros para iniciar otra jornada en el calabozo. Al ver que se ha ido, Artemisa suspira para luego taparse la cara con sus manos.

Artemisa: (No puede ser... ¡No puede ser! ¿Qué me tuvo que pasar para tener una relación con un hombre?)

La diosa no lograba encajar de tener el amor con un hombre, pero inesperadamente recuerda unas palabras que había escuchado una vez.

Recuerdos de Artemisa

Artemisa: ¿Crees que pueda cambiar por el amor?

?: Sí, el amor puede hacer cambiar a todos.

Fin de los recuerdos

Artemisa: (Amor... cambiar...)

Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando fue llamada por Hestia.

Hestia: ¿Qué haces ahí, Artemisa?

Artemisa: No lo sé...

Hestia: Yo me voy a trabajar, en la mesa hay algo de comida, nos vemos.

Así Hestia se fue a su lugar de trabajo mientras que Artemisa sigue metida con el tema.

Artemisa: (Amor... ¿no?)

Han pasado horas para que Bell y Hestia regresen a la iglesia para que los tres fueran a cenar.

Desde ese día empezó la rutina de quedarse sola en la iglesia donde aprovechaba para pasear en la ciudad viendo a cualquier habitante de la misma. Hay algunos casos donde observa a Bell y sus compañeros salir del calabozo donde todos toman diferentes rumbos siendo el caso del peliblanco en regresar a la Iglesia Abandonada.

Artemisa se adelantó en regresar a la iglesia para que Bell no se preocupara buscándola cuando él entre a dicha iglesia.

En una de sus jornadas en el calabozo, cuando el grupo está en descanso, los dos primeros compañeros de Bell, Liliruca Arde y Welf Crozzo, se acercan hacia al mismo mencionado.

Liliruca: Bell-sama, ¿se encuentra bien?

Welf: ¿Es algo referente a Artemisa-sama?

Liliruca: ¿A qué quieres llegar con eso, Welf-sama? *lo pregunta con molestia*

Los dos no se dieron cuenta que Bell empezó a sentirse triste después que Welf haya preguntado de tal situación. El herrero tuvo que mirar a Bell para que se diera cuenta y callar a Liliruca para que mire a Bell.

Welf: Es ella, ¿verdad?

Bell: Sí.

Liliruca: ¿Qué pasó exactamente, Bell-sama?

Bell: Ella no se acuerda absolutamente nada... Ni siquiera la promesa que hemos jurado...

Welf se acerca a Bell y lo calma diciendo que tendrá que ser paciente para que ella lo vuelva a amar o tendrá que dar un paso al costado.

Bell: Gracias por el consejo, Welf.

Welf: De nada, somos amigos después de todo. Bueno, creo que ha terminado nuestro descanso. A seguir matando monstruos, Bell, Lili-cuajo.

A Liliruca no le agrada la manera en la que Welf la llamaba, pero junto con Bell estuvieron de acuerdo acerca del descanso y fueron con los miembros de la familia Takemikazuchi a seguir matando monstruos en el calabozo.

Mientras tanto, Artemisa está en la iglesia observando todos los objetos que están en dicho lugar hasta que vio la chaqueta de Bell.

Artemisa: (Dudo que se use eso en el calabozo...)

La diosa se acerca y agarra la chaqueta mirándola por todos lados, pero se detiene ya que algo inesperado tocó su mente.

Recuerdos de Artemisa

Artemisa corrió ignorando a Hestia quien quería abrazarla y luego saltó para abrazar a Bell.

Artemisa: ¡Te encontré, mi Orion!

Fin de los recuerdos

Artemisa, en estado de shock, soltó inmediatamente la chaqueta mientras que tocaba su cabeza con una de sus manos.

Artemisa: ¿M-Mi O-Orion...? ¿Có-Cómo es posible...?

La diosa, después de unos minutos de su sorpresa, levantó la chaqueta y la puso en su lugar para luego ir a tomar una siesta.

Artemisa: (Orion...)

En realidad, ella durmió hasta el día siguiente ya que Bell y Hestia estuvieron en la Anfitriona de la Fertilidad y al ver a Artemisa durmiendo le dejaron comida para que no tuviera hambre durante el resto de la noche.

Con el pasar del tiempo, Artemisa y Bell realizaban conversaciones amistosas a menudo cuando Bell tenía el día libre, aunque al inicio ella dijo que lo hicieran para que Hestia no se sienta mal ya que ella valora a Artemisa como una gran amiga y a Bell como el único miembro de su familia y aparte de un amor obsesivo hacia él.

Artemisa también tuvo conversaciones con Liliruca y Welf cuando ellos venían a la iglesia para visitar a Bell o cuando esperaban al mismo peliblanco para ir al calabozo.

Bell ya dejó la tristeza a un lado y aceptó el hecho de no tener una relación con Artemisa por la cancelación de la promesa de los 10 000 años de amor entre los dos y porque ella es una diosa, algo que uno no tiene claro que, si lo sabe o no, cuando él fue elegido por la "lanza".

Actualmente, el único miembro de la familia Hestia se encuentra entrenando con la persona que tanto anhela en alcanzar. Poco a poco va mejorando sus habilidades de combate algo que nota la rubia de ojos dorados y felicita a Bell.

Bell: ¿Cómo me fue, Ais-san?

Ais: Has mejorado comparando con las sesiones anteriores.

Bell: Gracias. *mostrando una sonrisa*

Ais: Oye...

Bell: ¿Sí?

Ais: ¿Por qué en ese tiempo parecías desanimado?

Bell no podía decir que fue por Artemisa fue el motivo de ese hecho, por tal motivo tuvo que mentir para ocultar tal verdad.

Bell: Una amiga mía ha fallecido durante el viaje cuando me fui a las ruinas de Elsus.

Ais: ¿Una amiga?

Bell: Sí. Era una amiga muy cercana cuando era niño y me trataba como a una hermana mayor.

Ais: ¿Hermana mayor?

Bell: Sí. Bueno, me tengo que reunir con mis amigos, nos vemos. Gracias por el entrenamiento, Ais-san.

Ais: Sí... *ve que Bell se va* (Lo pasaste mal, ¿verdad?)

La jornada de ese día fue normal como cualquier otra consiguiendo buena cantidad de valis por matar monstruos.

En la Iglesia Abandonada

Artemisa aún está en duda del motivo por la cual ella había llamado al peliblanco Orion.

Artemisa: (¿Cómo? ¿Cómo pudo él en ser elegido por la flecha? Espera... ¿Flecha...?)

Flashback

Artemisa observaba a cada participante en intentar sacar la flecha que fue incrustada por un bloque de hielo, pero fallan en el acto. Entre todos ellos salió un peliblanco de ojos rojos quien se ofreció a sacar la flecha y notó que él, a diferencia de los demás concursantes, tenía un alma totalmente pura y eso fue el factor por la que Bell logró romper el hielo y sacar la flecha sin problemas.

Artemisa: (Te encontré...)

Fin del Flashback

Artemisa: Así que fue por eso... su alma noble y pura... *empieza a entristecerse* Si me hubiera dado cuenta antes... *suspira* Pero aún no estoy segura del todo, algo más debió pasar cuando estuve con él... pero qué cosa...?

Bell llegó a la iglesia y después Hestia para cenar y hablar de ciertos asuntos para luego ir a dormir para el día siguiente.

En la noche del día siguiente aparece un dios de pelo rubio en la Iglesia Abandonada y toca la puerta de la misma.

?: *toc* *toc* *toc* Hestia? ¿Estás ahí?

Se oyeron unos pasos acercándose para abrir la puerta de la iglesia.

Hestia: Sí sí, ¿ Qué se te ofrece? Recuerda que es de noche, así que- *ve al visitante* Hermes?!

Hermes: ¡Hola, Hestia! ¿Puedo pasar?

Hestia inmediatamente cerró la puerta de la iglesia, pero no completamente ya que Hermes puso uno de sus pies para que no se cierre dicha puerta, aunque por la fuerza de Hestia, sí dolió su pie.

Hermes: *siente el dolor de su pie* Vamos Hestia, no seas mala. Tengo algo importante que pedirles.

Hestia: ¡Es mejor no oír de un sucio pervertido!

Esas palabras hicieron doler al dios mensajero, pero aún insiste en que le dejen pasar.

Hermes: Pero Hestia, es sobre el monstruo de Elsus, Antares.

Hestia dejó de empujar la puerta por mencionar a dicho monstruo de forma de escorpión.

Hestia: ¿Cómo que Antares?

Hermes: Por eso quiero que me dejes pasar para explicártelo, Hestia.

Hestia: *suspira* Está bien...

La diosa pelinegra dejó pasar al dios mensajero y lo invita a sentarse en el sofá para que explicara acerca del monstruo mencionado.

Hestia: ¿Y bien, Hermes? ¿Qué tienes que decir de ese Antares?

Hermes: Ese Antares que mató Bell-kun era solo una réplica.

La diosa de Bell quedó atónita por la información que Hermes había señalado.

Hestia: *en shock* Eh? ¿Cómo?

Hermes: Así es, era solo una réplica. Fuimos a explorar las ruinas de Elsus debido a que he detectado algo extraño semanas después de retornar a Orario y nos topamos con ese monstruo que no varía en su poder con su réplica, pero si es más ágil y más resistente al recibir ataques mágicos, similar a un monstruo que se había escuchado hace años.

Hestia no tenía palabra alguna en responder y dentro de unos segundos apareció la diosa peliazul dirigiéndose a Hestia.

Artemisa: Hestia, ¿sabes por dónde se- *mira al dios rubia y lo mira con molestia* Tú...

Hermes: Vaya. Calma, calma, Artemisa.

Artemisa: ¿Cómo quieres que me calme con tu presencia, pervertido?

Hestia: Artemisa, al parecer, él vino aquí por un tema serio. Continúa, Hermes.

Hermes: Gracias. Para ello requerimos a todos los que estuvieron involucrados con la réplica de Antares.

Artemisa: *sorprendida* Has dicho Antares?

Hermes: Sí.

Un recuerdo inesperadamente apareció en la mente de Artemisa.

Flashback

En las ruinas de Elsus, se encontraban Artemisa y varias chicas quienes conformaban la familia Artemisa, sin embargo, la situación no era muy favorable ya que cada una cae muerta en una batalla con monstruos en forma de escorpiones. Artemisa solo se limitó a observar y con lágrimas la muerte de cada una de sus niñas.

Fin del Flashback

Artemisa: *con una mano en la frente* No... No... NOOOOOOOOOOO!

Hestia y Hermes se acercaron a la peliazul totalmente preocupados.

Hestia: ¡Artemisa! ¡¿Qué te sucede?!

Hermes: ¿Qué te está pasando, Artemisa?

Artemisa: *empieza a derramar lágrimas* M-Mi f-familia... m-mis c-chicas...

Ambos dioses entendieron inmediatamente que ella se refiere a los miembros de su familia quienes fueron derrotados en ese momento.

Hestia: Ya, ya, ellas dieron lo mejor posible para proteger a tu familia. No tienes la culpa de ello. *tratando de consolarla*

Artemisa: *en sollozos* Es que... No pude hacer nada... ¡Nada!

Hermes: Ten calma, Artemisa. Además, no eres la única en perder miembros. Muchos dioses pasan por lo mismo.

Ambos dioses logran calmar la tristeza de su compañera para que Hermes continúe de contar lo que sucede en las ruinas.

Hestia: Así que se necesitan a todos los que estuvieron involucrados, ¿no?

Hermes: Claro. Mi familia está ahí incluyendo Ryuu-chan.

Hestia: ¿Mesera-kun?

Hermes: Claro. Solo faltan Artemisa que por suerte la tenemos aquí.

Artemisa: Un momento, ¿por qué yo? ¿Y cómo es eso que por suerte?

Hermes: Por la flecha que podría ser de ayuda.

Artemisa: Entiendo.

Hermes: También faltan Welf-kun, Lili-chan y el aventurero estrella, Bell-kun.

Hestia: ¡ALTO!

Artemisa: ¿Por qué él, Hermes?

Hermes: ¿Ya te olvidaste quién fue elegido por la flecha, Artemisa?

Artemisa recuerda que Bell fue elegido por su alma llena de pureza.

Hestia: ¡No quiero poner a Bell-kun en peligro!

Hermes: Lo siento, Hestia, pero es necesario que él vaya, él es pieza clave para derrotae a Antares. Y, por cierto, ¿dónde está él?

Hestia: Él debe estar descansando. *suspira ahora con molestia* ¿Quieres que lo llame?

Hermes: Por favor.

Y así Hestia, con molestia, fue a ver a Bell para traerlo a la reunión. Pasó un minuto y se encuentran a los dos acercándose a Hermes y Artemisa.

Hermes: ¡Hola, Bell-kun! *alzando una mano*

Bell: ¡Hermes-sama! ¿Qué le trae por aquí?

Hermes: Necesito que vengas conmigo a las ruinas de Elsus.

Bell: *confundido* ¿Por qué? ¿Qué pasó?

Hermes procede a contar de la situación de su familia y sobre la réplica de Antares que el peliblanco había matado. Ante tal información, Bell ha quedado totalmente atónito.

Bell: ¿D-De verdad?

Hermes: *asiente* Por eso debemos ir mañana en la mañana. ¿Está bien?

Bell ve a Hestia quien decía un "No" con la cara, luego ve a Artemisa quien miraba hacia otro lado.

Bell: *mostrando un rostro serio* Una pregunta, ¿De verdad estarán todos ahí?

Hermes: Así es, Bell-kun.

Bell: Está bien, iré.

La confirmación para ir a las ruinas dejó atónitas a las dos diosas presentes quienes mostraron enojo al oír su respuesta.

Hestia: ¡Te dije que no lo hicieras, Bell-kun!

Artemisa: ¿Por qué lo aceptaste?

Bell: Sé que es tonto el haber aceptado esto, pero sé que traerá problemas para un futuro. He oído de varios aventureros que mientras estuvimos enfrentando a la réplica de Antares según Hermes-sama, los monstruos del calabozo se comportaron de una manera extraña.

Hestia: ¿Cómo?

Hermes: Es verdad, además, se ha requerido la presencia de los aventureros de clase alta en el calabozo, todos unidos y la réplica, junto con los poderes divinos de Artemisa, fue el causante de todo ello. Por eso debemos ir a matarlo lo más rápido posible.

Artemisa: ¿Mis poderes...?

Flashback

Todas las chicas de su familia, muertas, Artemisa se encontraba sola frente a Antares y varios monstruos, ella se tuvo que rendir y ser absorbida en su interior y con ese hecho, Antares haría uso de sus poderes.

Fin del Flashback

Hestia: Oye... Oye, Artemisa, ¿te ocurre algo?

Artemisa: No... nada...

Bell: ¿Qué hay de Lili y Welf, Hermes-sama?

Hermes: Antes de venir aquí ya he avisado a los dos y tuvieron que acudir. Ya con todo acordado, nos vemos en la mañana.

Hermes se retira de la iglesia dejando a Bell y las dos diosas quedando en un silencio algo incómodo hasta que el único miembro de la familia Hestia decide romperlo.

Bell: Kami-sama, me iré a dormir, buenas noches. Y también buenas noches, Artemisa-sama.

Bell fue al sofá para dormir al igual que Hestia hizo lo mismo, pero en su cama despidiéndose de Artemisa.

Artemisa se encontraba sola en la sala principal observando a su alrededor mientras pensaba en una sola cosa o en una sola persona.

Artemisa: Bell...

Artemisa fue hacia el sótano donde se encontraban los dos durmiendo y se dirige hacia la cama, pero antes va hacia el sofá por donde ve al peliblanco y pone una de sus manos casi tocando la mejilla del mencionado.

Artemisa: (Mi Orion...) *con un tono de tristeza*

Artemisa fue a dormir al costado de Hestia en la cama hasta el día siguiente.

Ya era la mañana en sí donde los tres despertaron al mismo tiempo y se alistaron para reunirse con Hermes quien los esperaba con Welf, Lili y Ganesha con los mismos dragones con los que han viajado la vez pasada.

Hermes: Según recuerdo la vez pasada, yo me subí con Hestia, Welf estuvo con Lili-chan y Bell-kun fue con Artemisa. Ya están hechas las parejas, ¿tú que opinas, Ganesha?

Ganesha: ¡YO SOY GANESHA!

Hestia: ¡Espera, Hermes! ¡Yo quiero subirme con MI Bell-kun!

Hermes: Lo siento, Hestia, pero así fue la anterior.

Y así se formaron las parejas y cada una monta un dragón otorgado por Ganesha, aunque cierta pelinegra estuvo totalmente disconforme a tal decisión.

Hestia: Kuuughhh... ¡ME LAS PAGARÁS, HERMES!

Ha pasado cerca de una hora, los tres dragones se encuentran volando en dirección a las ruinas de Elsus. Artemisa se encuentra con Bell quien se encarga de montar el dragón asignado. La diosa se encuentra mirando hacia el frente totalmente en silencio. Bell mira a Artemisa y decide conversar un poco con la diosa.

Bell: Artemisa-sama, Artemisa-sama.

Artemisa al oír a Bell llamándola y mueve su cabeza con la mira hacia el peliblanco.

Artemisa: ¿Qué pasa?

Bell: ¿Se encuentra bien?

Artemisa: ¿A qué te refieres?

Bell: Es que la veo totalmente seria y parece que solo mira a una sola dirección.

Artemisa: ¿De verdad?

Bell: Sí. Quisiera saber si le ocurre algo.

De repente, Artemisa recuerda un momento similar y en la misma posición.

Recuerdos de Artemisa

Bell: ¿No tiene miedo, Artemisa-sama?

Artemisa: ¿Miedo?

Bell: Sí. Viajar en las alturas... El hecho que te asuste estar en un dragón... Sinceramente, esos sucesos hacen que mi corazón palpite.

De repente Bell sintió que la cabeza de la diosa toca su pecho y ella escucha los latidos de su corazón, haciéndole sonrojar y poniéndolo un poco nervioso.

Artemisa: ¿Así que eso es "palpitar"? *preguntando felizmente*

Fin de los recuerdos

Artemisa: Oye, Bell... ¿Tienes miedo?

Bell: Eh? ¿Miedo?

Artemisa: A que estemos volando por las alturas o en estar montando un dragón...

Bell recuerda esas palabras que una vez él había preguntado a la diosa cierto día, el peliblanco entiende a lo que se refería.

Bell: Bueno, en realidad, aún estoy nervioso, pero ya no es de mayor intensidad, incluso hay veces en que mi corazón palpita.

De repente siente en su pecho la cabeza de Artemisa y dicha cabeza gira hacia la izquierda para que con su oído escuche sus latidos.

Bell: *algo nervioso* Artemisa-sama?

Artemisa: No estabas mintiendo, de verdad tu corazón está palpitando...

La diosa peliazul encuentra los latidos de Bell relajantes, pero dicha satisfacción fue interrumpida ya que Hestia, como era de esperarse, reclama a cualquiera por estar cerca de Bell, en este caso resulta ser Artemisa. Hermes inmediatamente fue a calmar a Hestia ya que ella dificultaba con el control del dragón.

Bell y Artemisa tienen varias conversaciones durante el viaje, la peliazul poco a poco cambia su expresión seria a una sonriente mientras habla con el peliblanco e incluso durante la interacción Artemisa recuerda más cosas en el viaje que hicieron hace tiempo.

Recuerdos de Artemisa

Artemisa encontró a una señora y su hija siendo acorraladas por un grupo grande de monstruos de forma de alacrán por lo cual fue a salvarlas, pero fue rodeada por lo cual Bell fue a su ayuda y al ver que eran muchos utilizó la flecha que para acabar con todos ellos.

Una vez que exterminó a todos, se acercó hacia Artemisa totalmente preocupado.

Bell: Artemisa-sama, ¿está bien?

Artemisa: Sí, estoy bien.

Bell observa a una mujer con su niña que hizo una reverencia de agradecimiento, el peliblanco dirigió su mirada hacia la diosa.

Bell: Por favor no haga nada arriesgado, Artemisa-sama.

Artemisa: ¿Eh? *en tono de confundido* ¿Por qué?

Bell se puso nervioso al oír la pregunta e intentó responder sin miedo.

Bell: Es que, usted es una chica.

Artemisa: ¿Eh?

Bell: Mi abuelo me dijo que salve a las chicas que están en problemas y-

El peliblanco fue interrumpido debido a unas risas que soltó la diosa peliazul.

Artemisa: Pfft! JAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!

Bell: *algo confundido* Pasa algo, Artemisa-sama?

Artemisa: Es que es la primera vez que alguien me dijo eso.

Fin de los recuerdos

Artemisa solo sonríe a lo que había recordado al ver a una mujer con su hija siendo atacados por monstruos de apariencia de escorpiones y que Bell la ayudara. No obstante, había algo que le decía que ella no se merece al peliblanco sin saber motivo alguno.

Los seis tomaron varios puntos de descanso para el viaje de los 10 días donde comieron y se contaron acerca de lo que normalmente hacían en la noche causando risas en algunos de ellos.

Hestia, como siempre, anda muy apegada a Bell por el hecho que viaje por Artemisa por lo cual estando de esa forma sería recuperar su valioso tiempo, aunque al parecer solo era ella quien soportaba esa idea.

Hermes: Bien, solo un día más y nos reuniremos con Asfi-chan y la demás. Por cierto, ¿cuánto de comida nos queda? Es que esta vez la cantidad fue menor a comparación con el viaje anterior. Espero que Artemisa no ande regalando comida a cualquiera con quien se le cruce. *en un tono sarcástico*

Lili: No quiero acordarme de eso... Esa vez Artemisa-sama dejó que nuestros estómagos gruñeran por un tiempo.

Welf: *revisando el saco* Será suficiente para ese día, no hay que preocuparse.

Artemisa: *toca con un dedo a Hestia* Hestia, ¿a qué se refiere ella que dejé que sus estómagos gruñeran?

Hestia: Lo que pasa es que tú regalaste casi toda nuestra comida a la señora mientras que nos dejaste con hambre, a las justas había solamente pan.

Artemisa: ¿Cómo- *le vino otro recuerdo*

Recuerdos de Artemisa

Todos se despiden de la mujer y su hija quienes se fueron por su propio camino con una mochila absolutamente llena. Mientras se van, estaban Bell y los demás estaban despidiendo con la mano y mostrando una sonrisa que duró por unos segundos hasta que cierta hobbit rompió ese silencio.

Liliruca: *algo molesta* Ayudar a la gente es muy lindo y todo...

Artemisa: ¿Eh?

Liliruca: ... pero ¿había que darles toda la comida?

Welf: *mirando el saco* Solo nos queda pan.

Artemisa: Yo no necesito comer.

Liliruca: *alterada* ¡Quizá tú no, pero los demás tenemos mucha hambre!

Artemisa: ¿Eh?

La diosa dirige la mirada hacia el resto con tal de buscar la confirmación de la castaña, todos confirmaron asintiendo con la cabeza a excepción de Bell quien solo quedó mirandola.

Artemisa: *haciendo un dogeza* ¡Lo siento tanto!

Liliruca: *sigue molesta* ¿Qué le pasa a esta tonta?

Welf: Oye, sigue siendo una diosa. *agarra a Liliruca de la capucha para que se calme*

Liliruca: *pataleando para que la suelten* ¡Diosa o no, una tonta es una tonta! ¡Una diosa tonta de los tontos!

Hestia: *suspirando* ¿Cómo fue que ella terminó asi?

Fin de los recuerdos

Artemisa: *suspira mientras se tapa la cara con una mano* ¿Qué habré hecho...?

Hestia: No estoy segura, lo que sé es que no eras así.

Artemisa: ¿De verdad?

Hestia: Claro, aunque admito que estás cambiando.

Artemisa: ¿De qué forma?

Hestia: Para empezar, desde hace poco, hablas con Bell-kun frecuentemente cuando antes hablaban muy poco.

Artemisa: Ya veo, pero... ¿es algo malo?

Hestia: No es malo absolutamente, mi Bell-kun es muy confiable, así como hay varias personas así.

Artemisa: Entiendo, gracias, Hestia.

Hestia: No hay de qué. *mira al cielo* Bueno, ya está anocheciendo. Vamos a dormir, Artemisa.

Artemisa: Sí.

Las dos diosas fueron a dormir juntas en una tienda de campamento mientras que Bell, Liliruca y Welf duermen en otra y Hermes, acompañado de la soledad, en una tercera.

Al día siguiente ellos se encuentran viajando normalmente sin la presencia de algún monstruo.

Artemisa: Oye, Bell. ¿Cuántos días vamos desde que hemos viajado de Orario?

Bell: Supongo que este día debe ser el décimo.

Artemisa: ¿Seguro?

Bell: *mira a Hermes* Hermes-sama! ¿Este es el décimo día?

Hermes: Claro. Ya nos falta poco para reunirnos con los demás. No se preocupen.

Gracias a Hermes, Bell pudo confirmar su respuesta a la diosa para continuar con lo que queda del transcurso del viaje.

Finalmente, llegaron donde está el campamento donde se encuentran los miembros de la familia Hermes y, junto a todos ellos, la elfa mesera.

Asfi: Finalmente llegaron. *suspira* Tenemos que hacer esto de nuevo. Espero que ustedes contribuyan en esto. *hace una reverencia*

Bell: Igualmente. *también hace una reverencia*

Hermes: Bueno, vamos a descansar por hoy para mañana ir a enfrentar al verdadero Antares.

Familia Hermes: ¡Sí!

Todos fueron a sus respectivos campamentos a descansar. Bell, Lili y Welf se alistan para dormir, pero se aproxima una mujer hacia ellos.

Liliruca: ¡Artemisa-sama! *generando la atención de sus compañeros*

Artemisa: Bell, quiero hablar contigo por unos momentos, ¿no te molestaría?

Bell: Por supuesto que no, ya voy. Lili, Welf, ya vuelvo.

Welf: Descuida, Bell.

Liliruca: Vuelva lo más rápido posible, Bell-sama.

Bell salió del campamento para acompañar a Artemisa. Ambos van caminando hasta un punto del área por donde se pueden ver al cielo sin obstáculo sean árboles o alguna colina.

Bell: ¿De qué tema desea hablar, Artemisa-sama?

Artemisa: Sabes, estuve pensando en todo lo que ocurrió desde que, según ustedes, he regresado a Orario y no sé qué decir al respecto.

Bell: ¿A qué se refiere, Artemisa-sama?

Artemisa: Sabes bien que se me vienen a la mente algunas memorias de lo que ocurrió antes, ¿es eso normal?

Bell: No estoy seguro,,, No sé si pueda responderle a ello. *rascando su nuca*

Artemisa se quedó un poco decepcionada por la respuesta del peliblanco y notaba la duda que tenía al responderle. No obstante, decidió no darle vueltas al asunto y siguió hablando.

Artemisa: ¿Cómo se siente estar en una familia?

Era una pregunta totalmente interesante para la perspectiva de Bell, nadie le había preguntado de esa forma, ni siquiera su propia diosa. Entonces, Bell procedió a responder dicha pregunta.

Bell: Estar una familia... Siento como si fuera parte de ella, como si mi vida dependiera de ella, como si ella dependiera de mí. Pensar en la familia me da motivos en seguir creciendo y dar todo de mí para conseguirlo.

Artemisa ve que Bell, a diferencia de hace poco, se mostraba serio y determinado. Es la primera vez, durante su "regreso" que ve al peliblanco de esa manera. Ella empezó a verlo con otra cara, queriendo conocer más de él, se ha quedado muy satisfecha con la respuesta recibida por parte de Bell quien después de responder se queda mirando al cielo. Ambos se dan cuenta que ya era muy tarde y luego se fueron a sus respectivas tiendas.

En Orario

Mientras Bell y los demás ya están muy cerca de su destino, en esta ciudad están en situaciones diversas.

En el gremio

Una semi elfa de pelo castaño no sabe absolutamente nada de cierto aventurero hace más de 1 semana.

?: ¿Dónde estás Bell-kun? ¡Hace 10 días que no se nada acerca de ti! *preguntaba y reclamaba muy preocupada*

?: Cálmate, Eina. De seguro estará muy ocupado. *trataba de calmar su compañera*

Eina: ¿Cómo quieres que me calme, Misha? Si no puede verme, debió de avisar.

Misha no tenía nada que decir para tranquilizar a Eina.

Eina: Bien, si Bell-kun viene aquí, tendrá que responderme acerca de todo.

La semi elfa no se encuentra paea nada contenta por lo acontecido con Bell, pero algo le vino a la mente de su compañera debido a que escuchó algo hace días.

Misha: Ahora que me acuerdo, la familia Hermes salió de Orario antes que tu hermanito. Eso lo oí con los demás colegas.

Eina: Espera, ¿Dijiste la familia Hermes?

Misha asiente para confirmat tal afirmación. Gracias a ello, Eina pensó si algo similar había ocurrido hace tiempo. Pero al recordar un evento donde ellos se fueron de Orario hace meses sin que fuera avisada, pudo comprender en parte tal situación.

Eina recuerda en el momento donde Bell volvió sano y salvo, pero mostrando tristeza y no supo nada de él por alrededor de dos semanas hasta que volvió al gremio después de una jornada en el calabozo.

La recepcionista queda un poco más aliviada, no obstante, aún cree que algo malo iba a pasar.

En la Anfitriona de la Fertilidad

Durante la jornada diaria, una chica llamada Syr Flover se encuentra alistando las mesas para atender a los clientes que están por venir. Sin embargo, todavía se pregunta acerca de una situación reciente.

Syr: (¿En dónde se habrá metido Bell-san?)

La chica peliplateada lleva días pensando desde que preparó el almuerzo al muchacho mas este no apareció, era una cosa extraña o, más bien, algo fuera de la rutina.

Su compañera y su mejor amiga, Ryuu Lion, también ha desaparecido de Orario, por lo tanto, se sentía algo sola en unos momentos.

Sin la presencia de su amiga, la peliplateada realiza más trabajo de lo normal a pesar que sus compañeras le den una mano.

?: Demonios... ¿Dónde está Ryuu-nya?

?: Es inútil que preguntes eso, Chloe. Nadie sabe en dónde se ha metido.

?: ¡No es justo-nya! Se saltó otra vez de...

No pudo terminar de hablar debido a un gran golpe en la mesa se ha producido con la intención de interrumpir la discusión actual.

?: ¡YA CÁLLENSE DE UNA VEZ! ¡En vez de discutir sigan trabajando!

Chloe: ¡Pero, Mama Mia! ¡No se da cuenta qu-

Mia: *con un tono furioso* ¡¿Que no me doy cuenta de qué?! ¡Dime!

El terror inundó en Chloe, una chica gato pelinegra que tuvo que retirar lo dicho.

Chloe: *muy asustada* Nada, Mama Mia.

La muchacha siguió con su trabajo, aunque se encuentre atemorizada por su dueña. En tanto, Syr se acerca a la mujer de raza enano.

Syr: Disculpe, Mama Mia...

Mia: ¿Qué pasa?

Syr: ¿Sabe a dónde se fue Ryuu?

Mia solo suspira antes de dar la respuesta a su empleada.

Mia: El dios Hermes se la ha llevado...

Syr: ¿Eh? ¿Hace cuánto?

Mia: Más de diez días. Ahora que me acuerdo, ese muchacho tampoco vino en ese tiempo. Ni siquiera sus amigos.

Tanto Bell y Ryuu se fueron de Orario entre 10 días a más, eso aclaró un poco de sus dudas. No obstante, ella se pregunta si ambos están bien. No desea que les ocurra algo malo.

En la Mansión Crepúsculo

Una rubia cuyos ojos poseen un color semejante al oro, se encuentra esperando al resto de su familia para dirigirse a la Anfitriona de la Fertilidad.

Mientras tanto, la chica se pregunta sobre el paradero del conejo. A pesar de no muestra expresión alguna, ella estaba un poco preocupada desde de que no vio a Bell desde la jornada en el calabozo dos días antes que Bell y sus amigos se fueran de Orario por el mismo método en que se fueron meses antes.

Sin darse cuenta por sumergirse en sus pensamientos, una elfa de pelo cuyo color logra asimilar a una esmeralda, se acerca a la aventurera que la había criado como si fuera su propia hija.

?: Ais, ¿Ocurre algo?

Ais: (¿Por qué no aparece...?)

?: ¡Ais!

La elfa alzó su voz debido a que Ais no respondía a su llamado. Debido al tono de voz, la rubia se asustó pensando que hizo algo malo a pesar que no había hecho nada. Acto siguiente, fue a voltear hacia donde fue dirigida la voz para encontrarse a la persona que la había criado desde que fue miembro de la familia Loki.

Ais: Riveria... Lo siento...

Riveria: ¿En qué estás pensando?

Ais pensaba en una respuesta mientras que Riveria se acerca hasta estar a su costado.

Ais: No aparece...

Riveria: ¿Quién? ¿Little Rookie?

Ais: ¿Eh?

Riveria: Te pregunto que si es por ese chico, Bell Cranel.

Ais simplemente voltea su cabeza enrojeciendo un poco su cara. Inmediatamente, la elfa se dio cuenta de la reacción de la rubia y no dudó en lanzar una pequeña carcajada. La espadachina, al notar del actuar de Riveria, se molestó un poco y, mostrando un puchero en su cara, golpeaba suavemente a la persona que la había criado.

Mientras tal situación sucedía, una elfa de pelo rubio y ojos cuyo color se compara a la de un zafiro y dos gemelas amazonas miraban confundidas la escena de las dos féminas.

?: Tiona-san, Tione-san, ¿Saben qué sucede con Ais-san y Riveria-sama?

Tione: Ni idea.

Tiona: Tampoco.

Tione: Bueno, tampoco es que fuera algo nuevo, hay algunas veces que fuimos testigos de la misma situación. Hasta ahora no sabemos el porqué de su actuar.

Las otras dos asienten a las palabras dirigidas por la amazona mayor para luego las cinco ser llamadas por su capitán para salir de la mansión.

Al día siguiente

En camino a las ruinas de Elsus

Bell, Hestia, Artemisa, sus amigos y los miembros de la familia Hermes siguieron su camino, tomando en cuenta la ruta que realizaron en la previa ocasión.

Hermes: Supongo que llegaremos mañana debido a que fue un error de cálculo sobre el lugar de reunión.

Hermes se mostraba un poco decepcionado por dicho error, Bell notaba esa expresión del dios y se acercó para animarlo.

Bell: Descuide, Hermes-sama. No hay de qué preocuparse. A diferencia de aquella vez, no hay mucha amenaza.

Hermes, al escuchar lo que le habló el peliblanco, analizó ambas situaciones comparando la vez donde Artemisa había sido absorbida por Antares y, gracias a ello, utilizar sus poderes siendo así un situación grave con la que ocurrirá, puede ser que el monstruo, sin contar los poderes de Artemisa, sea más difícil en ser derrotado como aquella vez, pero se puede mantener bajo control dicha situación.

Hermes: *un poco más animado* Bueno, tienes razón Bell-kun. Espero que todo salga bien.

Bell: Por cierto, ¿Sabe un lugar donde descansar esta noche?

Hermes: Bueno, pensaba en el mismo lugar donde... *muestra una sonrisa un poco maliciosa* realizamos nuestra gran y legendaria operación.

Bell, con lo último escuchado, no muestra una cara de felicidad, sino una de desánimo. Él recuerda que había sido obligado en participar en ello, pero él fue el único en no ser recriminado por alguna chica cuando los demás fallaron estrepitosamente su "misión".

Flashback

Todo había comenzado desde que las mujeres de la familia Hermes, Liliruca, Ryuu y Artemisa fueron a tomar un baño en las aguas por donde se encontraban acampando en ese momento. Artemisa lo hizo en una zona separada de las demás. Hestia solo se quedó en su tienda con una tristeza que le quitó las ganas de tomarse un baño.

Mientras todo eso ocurría con tranquilidad, en otro lado, se encontraban todos los hombres prestando mucha atención al discurso realizado por el dios mensajero.

Hermes: ¡Hoy se convertirán en leyendas!

Los hombres se encontraban muy atentos a las palabras del dios.

Hermes: ¡Escuchen bien! ¡Un poco más allá, hay un paraíso de señoritas!

Mientras Hermes hablaba, las chicas solo se divertían y jugaban con el agua.

Hermes: ¡Lili-chan, Asfi y las demás están bañándose desnudas! ¡Y Artemisa...! ¡Una de las tres diosas vírgenes! ¡Nadie la vio desnuda! ¡Ni siquiera un dios!

Hermes muestra un poco de tristeza por lo último que ha hablado y sigue con su discurso.

Hermes: Una vez, mi sueño se hizo añicos. Pero mi corazón todavía me guía. Me dice: "¡No te des por vencido!" ¡Y ahora los tengo a ustedes! ¡Mis aliados por una causa común!

Algunos de los participantes derramaron unas lágrimas por la determinación de Hermes.

Hermes: ¡Nos enfrentamos a un desafío difícil! ¡Pero, cuando los superemos, sus nombres quedarán grabados en la historia! *mostrando una determinación* ¡Levántense, jóvenes! ¡Conviértanse en héroes de verdad!

Miembros de la familia Hermes: ¡SÍÍÍÍ!

Welf: ¡SÍ!

Bell: *con desánimo* ¿Me puedo ir a casa?

Bell era el único a que no le gustó el propósito de la convocatoria del dios.

Hermes: ¡Cielo, protégenos! ¡Conduce a estos héroes a la victoria! !SÍGANME!

Todos, a excepción del peliblanco, se lanzaron al "ataque" hacia el paraíso al que Hermes mencionaba, ellos desean disfrutar la vista de las chicas bañándose. No obstante, si al inicio fue una gran motivación, al final resultó un desánimo completo debido a que fueron amarrados por las chicas y regañándolos por pervertidos.

Fin del Flashback

Bell: *suspiro* (Menos mal que no estaba con ellos, sino ya sería hombre muerto...)

Todos siguieron caminando hasta el anochecer. Una vez que llegaron al lugar donde se produjo la "épica misión" de los hombres a excepción de Bell, tomaron un descanso. Durante ese tiempo, Bell recorría el lugar, especialmente por la laguna donde Artemisa estaba bañándose en ese entonces. Observaba dicha laguna que aún seguía igual de hermosa.

Bell recuerda ese momento donde Artemisa, después de vestirse, le incitó a bailar con ella en el medio de ella, ambos mostraban una sonrisa durante el baile. Aparte de la pareja que baila, el ambiente estaba embellecido por una gran cantidad de luciérnagas que brillaban al alrededor. Fue una memoria de las que no pueden ser olvidadas de un día para otro, desde que la diosa regresó al cielo, Bell mantenía como recuerdo la escena del baile, incluso en sus días de encierro, aún recordaba como un momento de felicidad antes de la tragedia.

Bell: (Extraño ese momento...)

Mientras Bell estaba recordando, la diosa que estuvo involucrada en la escena se acerca al muchacho.

Artemisa: ¿Bell?

Bell voltea a ver a la diosa peliazul que lo estaba buscando.

Artemisa: La cena ya está lista. Todos ya están comiendo.

Bell: Entiendo. Ya voy.

El peliblanco está dispuesto a regresar al campamento y emprendió su marcha, no obstante, fue detenido por una mano que agarraba su brazo. Esa mano no era de nadie más que Artemisa.

Bell: ¿Artemisa-sama?

El joven preguntaba confundido por el accionar de la diosa, en tanto, ella mantenía su mirada a la laguna.

Artemisa: (Es hermosa...)

Bell: ¿Artemisa-sama?

Al escuchar la voz del peliblanco, la diosa volteó su cabeza para ver que ella estaba agarrando su brazo. Rápidamente, retiró su mano con un rubor muy notable.

Artemisa: Lo siento.

Bell: No se preocupe, es solo que me sorprendió. No hay de qué disculparse.

Artemisa: Por el otro lado, ¿Has estado por aquí antes?

Bell: Sí. Me trae recuerdos...

Ante lo dicho por parte de Bell, Artemisa sigue observando la laguna donde ambos habían realizado un baile durante la misión encomendada de la diosa. Ella no recordaba que ella lo invitó a bailar una pieza con él mientras que los demás estaban enfocados en sus asuntos. No obstante, desde que llegó al área de la laguna, sintió como si le entrara una nostalgia con respecto con lo que pasó hace meses.

Artemisa: (Sé que es hermoso, pero... ¿Por qué lo siento familiar...?)

De pronto, sus pensamientos fueron interrumpidos por la llamada del peliblanco.

Bell: Artemisa-sama. Artemisa-sama.

Artemisa: *interrumpió sus pensamientos para prestar atención a Bell* ¿Sí?

Bell: Mire... *señalando un poco más allá de la laguna*

Artemisa hizo caso a la indicación que le había señalado y miró que un gran número de luciérnagas se aproximaban a la laguna para luego rodear casi todo el borde de la misma.

La parte que no habían llenado resultó ser, no se sabe si fue por coincidencia, la zona donde se encontraban los dos parados. El primero quien abre su boca para hablar es Bell.

Bell: Creo que nos han hecho como una entrada, ¿Verdad?

Artemisa: Así parece...

Bell: ¿Entramos?

Artemisa: ¿Por qué no?

Los dos se acercaron y al llegar casi al borde de la laguna, Bell daría el pase a Artemisa para que luego ingrese él para ubicarse en el centro.

Cuando Bell ingresó al área de la laguna, las luciérnagas cerraron el espacio que dejaron abierto para que los dos entraran en ese momento. Ambos dejaron de caminar cuando se encontraban en el medio de la laguna, ambos sienten situaciones distintas. En el caso de Artemisa, no tiene idea qué hacer mientras que Bell tenía su mente el recuerdo acerca del baile entre los dos en medio del entorno.

Artemisa: Dime, Bell... ¿Qué se supone que haremos ahora...?

Bell: Me acuerdo lo que sucedió, pero, ¿Estará bien si le cuento, Artemisa-sama?

Artemisa asiente para que Bell le narre lo sucedido aquí. Al inicio se había enojado porque Bell la encontró desnuda bañándose. Totalmente avergonzado, intentó irse del lugar inmediatamente, pero, la diosa lo detuvo. Artemisa se sorprendió al escuchar que no le había hecho nada y le había dicho mientras Bell aún se quedaba detenido por ella: "Tienes suerte. Antes, te hubiera clavado una flecha ahí donde estás".

Lo siguiente narrado fue acerca de la misión de Antares y el hecho que Hestia quiere mucho al muchacho. Con lo primero la diosa se sintió un poco mal por involucrarlo en dicha misión, pero luego empezó a sonreír con lo segundo, y bueno, soltó unas pequeñas carcajadas cuando hablaba del comportamiento de la diosa pelinegra.

Pero, mientras Bell narraba lo que habían conversado en ese lugar, Artemisa empieza a recordar dicha situación, ambos sentados en una orilla para luego ocurrir una escena más.

Artemisa/Bell: (El baile...)/ Los dos hemos bailado en medio de la laguna.

Los dos tenían en mente la misma escena donde los dos, agarrados de las manos, danzaban con una sonrisa en medio de la laguna que los hacía sentir bien y acompañados de la luna que iluminaba desde el cielo. Mientras bailaban, Bell le había hecho una promesa que implicaba salvarla. Lastimosamente, no la salvó de la manera que él quería hacerlo, sino que la salvó clavando su daga en el cristal donde se encontraba la diosa, y al atravesarla al igual del cristal, tuvo que irse al cielo. Actualmente, ambos no están dirigiéndose la palabra el uno a otro, más bien no saben si decidir cada uno si invitar al otro o esperar que el otro lo invite.

Al ver que ni él ni la diosa decían nada, Bell se acercó a ella para darle una mano y peguntar lo siguiente:

Bell: ¿No desea bailar esta pieza conmigo, Artemisa-sama?

A pesar que no se escuche una pieza musical por medio de la laguna, las luciérnagas realizaban una sincronización para crear un ambiente hermoso que inciten a ambos a bailar. Artemisa, al ver la mano ofrecida y el accionar de las luciérnagas, tomó la mano aceptando el baile. La diosa, sujetando la mano de Bell, se puso de pie para caminar junto con él hacia el centro de la laguna. Una vez ya en el centro, ambos empiezan a bailar como si fueran una pareja con el ritmo que hacían las luciérnagas en sincronización.

Fueron unos suaves pasos que ambos realizaban, moviéndose por toda la laguna la pareja de baile, en algunos casos, Bell hace que la diosa gire su cuerpo una vuelta completa para luego seguir con la danza.

Ambos, cuando bailan, están siendo observados por la luna llena que ilumina la pista de baile. Según la memoria de Bell, era un gran momento que habían pasado los dos, ahora se está repitiendo el mismo escenario; no podría estar más agradecido con la situación actual que está ocurriendo, pero no dirá palabra alguna ni para hacer una promesa por lo que ocurrió en el enfrentamiento, solo planea disfrutar de la compañía de la diosa para evitar preocupaciones.

Han pasado un tiempo y las luciérnagas se fueron en direcciones variadas cuando la pareja dejó de bailar, ambos separaron sus manos del otro para luego hacer una reverencia.

Artemisa: Creo que este baile fue hermoso, ¿No lo crees?

Bell: Por supuesto, Artemisa-sama.

A pesar de estar agradecidos el uno con el otro, Bell no era el único al que la nostalgia se impuso en su mente, a la diosa también le ocurrió de manera similar. Pero, a diferencia de los recuerdos que se vino a su mente, este último fue muy agradable con lo que pudo disfrutar hasta el último segundo.

Sin embargo, ambos se dieron cuenta que debieron reunirse con los demás hace varios minutos atrás. Fueron rápidamente a reunirse con ellos para cenar y, como se suponía, algunos se molestaron por la tardanza, especialmente una hobbit de pelo castaño, pero cierto pelirrojo fue a silenciarla para evitar escándalos.

Todos deleitaron la comida que se les había ofrecido para luego cada uno a dormir en sus tiendas ya que el día siguiente no será nada fácil. Artemisa y Hestia fueron a sus futones ya listas para dormir, pero cuando Hestia estaba a punto de apagar la vela, notaba a su amiga muy pensativa mirando fijamente hacia arriba.

Hestia: ¿Sucede algo, Artemisa?

Artemisa: ¿Qué cosa?

Hestia: Estás mirando fijamente hacia arriba y...

Artemisa: Ah, perdón. Solo estaba recordando algo...

Hestia: ¿A qué recuerdos te refieres? ¿A los de hace meses?

Artemisa: Supongo...

Hestia: Vamos, cuenta.

Artemisa estaba pensando en negar, pero si lo haría, su amiga no parará en insistir, por lo que accedió a contar el baile que hizo con Bell en la laguna. Hestia, sorprendentemente, no hizo escándalo ni se molestó por eso, más bien, escucha lo ocurrido con tranquilidad, pero, mientras escuchaba la historia, poco a poco tenía ganas de dormir hasta que se quedó dormida.

Artemisa: ... Y así fue lo que pasó... *mira a Hestia en los brazos de Morfeo* Vaya chica... por eso no quería contarte nada... Bueno, qué más da, a dormir.

La diosa se posicionó en su cama para descansar por toda la noche.

A la mañana siguiente, todos alistaron sus armaduras y armas con el fin de encontrar al monstruo y derrotarlo. El grupo fue por el mismo camino hacia su destino por donde se encuentra el otro Antares actualmente y terminar con la misión.

No todos entraron a las ruinas debido a que se requiere vigilancia por la parte exterior y que cuide el camino por donde los aventureros entrarán y por donde deberán salir una vez completada la tarea.

Cuando el grupo principal, conformado por los miembros más fuertes de la familia Hermes incluido su propio dios, Ryuu, Welf, Liliruca, Hestia, Bell y Artemisa, se adentraron a las ruinas, notaron que no había ninguna señal de monstruo alguno, ni siquiera lugares donde se creaban los monstruos a los que se enfrentaban en la previa ocasión. Muchos de ellos se mostraban confundidos por el panorama actual, se suponía que ya iban a haber, por lo menos, cerca de trescientos o más de ellos, pero no hubo absolutamente nada.

Bell: Disculpa, Hermes-sama.

Hermes: ¿Qué cosa, Bell-kun?

Bell: ¿No se supone que el área debería de estar infectada?

Hermes: Así debería ser, pero...

El dios no tiene una forma de continuar por lo que decidió dejarlo de lado mientras continúan en la investigación.

Han pasado cerca de media hora, no encontraron ningun rastro de algún monstruo o algo similar, pero debían de explorar absolutamente todo el lugar a pesar que el resultado pueda ser nulo.

El grupo fue cada vez dirigiéndose a los lugares más profundos de las ruinas sin ver algún monstruo. Poco a poco, se pierden los ánimos, la moral disminuye y varios de los aventureros piensan que está expedición sería una pérdida de tiempo y recursos.

Esos pensamientos aumentaban un poco de las últimas áreas donde supuestamente deberían estar los monstruos a pesar de lo desanimados que están actualmente por no encontrar algo durante una larga búsqueda.

Cuando ya creían todos que solo se trataba una pérdida de tiempo, la elfa rubia detuvo su caminar repentinamente debido a que sintió alguna presencia. Bell, quien se dio cuenta de la detenida inmediata de su amigo procedió a preguntar a su compañera.

Bell: Este... ¿Ryuu-san?

Ryuu: Sí.

Bell: ¿Qué ocurre?

Ryuu: Sentí una presencia, exactamente abajo de donde estamos.

Al escuchar la declaración de Ryuu, todos se han detenido. Los dioses fueron a la posición de la rubia para comprobar si era cierto.

Hermes: *después de analizar* Es verdad...

Hestia: ¿Cómo es posible eso? Me pregunto porque no sentíamos su presencia arriba.

Ryuu: *estando pensativa* Al parecer está esperando, no estoy segura.

Ya confirmado acerca de la presencia, el grupo tomó ya tenía un camino fijo estando mucho más animados comparando con la condición de ellos hace unos minutos.

Varios aventureros se dieron cuenta que Ryuu estaba caminando un poco lejos de ello, es como si no deseara socializarse, pero cuando se trata de una expedición, avisa de los posibles peligros existentes con sus compañeros a pesar que no sean conocidos de ella.

El grupo se dirige en la dirección acordada, a pesar que no hay señal viva, los dioses aún presienten al monstruo y mientras avanzan, aumenta la intensidad de lo que perciben anteriormente.

Siguieron con su camino hasta encontrarse con un monstruo del cual se dieron cuenta que era el objetivo a destruir, Antares. Actualmente, parece que está durmiendo debido a su nulo movimiento. En tanto, los aventureros planean una estrategia en voz baja.

Hermes: Lamentablemente tenemos que despertarlo, por lo tanto debemos posicionarnos para cuando empiece su ataque.

Welf: Entonces, ¿Quién va a ser el que hará los honores?

Hermes: Eso es más que obvio, será Bell-kun.

Hestia: YO M- *Liliruca le tapó la boca*

Liliruca: Silencio, Hestia-sama. No podemos despertarlo aún. *mira a Hermes* Aún así, estoy en contra en que Bell-sama sea el que lo despierte.

Hermes: Él es muy ágil, una vez que lo despierte, correrá rápidamente a su posición mientras que los demás ataquen. No hay otro más rápido que él. Es más, si otro aventurero iría, la rapidez de ese monstruo lo perjudica.

Ninguno podía refutar el argumento que hizo el dios rubio, especialmente Artemisa del cual no dijo nada al respecto para analizar hacia dónde quiere llegar.

Hermes: Mientras Bell corre, los magos darán fuego de soporte, pero eso sí, deben apuntar hacia donde el monstruo estará, no por donde está, recuerden que con su agilidad, es complicado disparar hacia donde está. En tanto, cuando Bell llega con los aventureros dedicados al combate cuerpo a cuerpo atacarán juntos y en grupos con el fin de detener su avance a pesar que sea mucho más resistente.

Todos se posicionan sigilosamente para realizar el plan concordado. Bell está junto con Artemisa y Asfi, quien será la encargada de indicar a Bell el inicio de la ejecución del plan.

Asfi: ¿Estás listo, Little Rookie?

A pesar de hacer la pregunta, la capitana de la familia Hermes notaba el miedo y nerviosismo en el peliblanco, pero esperaba su respuesta y requería poco tiempo para contestar.

Bell: Sí.

Asfi: Bien, a mi señal irás a despertar y luego correr a tu lugar. ¿Listo?

Bell: *respira profundamente* Sí.

Asfi: Bien...

Asfi empieza a contar en forma regresiva desde 3 para iniciar el plan.

Asfi: 3... 2... 1... Ya.

Bell corre sigilosamente hacia el monstruo durmiente sacando la Daga Hestia y atinarle un golpe lo suficientemente fuerte para despertarlo y que el monstruo rugiera, lo fijara y fuera hacia él muy furioso despertándose raudamente y desplazarse a gran velocidad.

Bell corre enfocándose en su posición acordada donde debería de estar mientras es perseguido.

Como era planeado, el monstruo fue atacado con magia por parte de los aventureros, pero no fue detenido a pesar que le habían dado en el blanco.

Aun así, Bell logró llegar a su posición para que un grupo ataque al instante al conocido Antares y atinar el golpe de cada uno, el daño no fue muy corto, pero no han conseguido bajarle la velocidad. En tanto, Antares contraatacó mandando a volar a varios aventureros al mismo tiempo. Una sorpresa para los demás incluyendo el propio Hermes. El dios mandó a llamar a sus informantes y abrió su boca para preguntar.

Hermes: ¿Por qué no dijeron que era mucho más fuerte?

Aventurero1: *nervioso* Solo hemos visto desplazarse.

Aventurero2: *igual que su compañero* No hemos visto destrozar algo.

Hermes: *frustrado* (Diablos... Tenemos que idear otra forma...)

En tanto, los aventueros combaten con Antares, pero poco a poco algunos de ellos ya están siendo debilitados por el golpe ocasionado.

Hermes: Así no vamos a tener algún progreso.

Hestia: ¿Qué pasó con el plan, Hermes?

Hermes: No había contado su fuerza, solo pensaba en su agilidad y resistencia. Lo único que tenemos que recurrir es el Arcanum de Artemisa.

Hestia notaba su preocupación y observa a los aventueros y Artemisa peleando y varios de ellos ya tenían heridas moderadas a pesar del poco tiempo de pelea.

Welf: ¡Maldición! ¡Debemos debilitar en alguna parte a esa cosa!

Bell: ¡Recuerdo que así no conseguimos nada!

Liliruca: Lamentablemente esa arma no lo tienes, ¿Verdad?

Bell: No.

Bell y los demás siguen peleando con el monstruo sin posibilidad de generar un punto débil en Antares.

Artemisa está en la misma condición de los demás, pero al escuchar acerca del arma se detuvo a pensar un poco acerca de ello por un momento y luego pasó a preguntar a Bell.

Artemisa: ¿De qué arma hablan?

Bell: A simple vista se ve como una lanza, pero en realidad es una flecha.

Artemisa: ¿Una flecha?

Bell: Sí.

Artemisa: ¿Y quién te otorgó la flecha?

Bell y Liliruca se miraron el uno a otro para que luego la hobbit asintiera para que el peliblanco dirigiera su mirada hacia la diosa y le de la respuesta esperada por ella.

Bell: Usted, Artemisa-sama.

Artemisa: ¿Eh? ¿Cómo?

Bell: En un evento donde una parte está cubierta de hielo y que el elegido es el que lo rompe intentando sacar la flecha.

Después de oír las palabras del peliblanco, a la diosa se le vino un recuerdo donde ocurrió el evento de la flecha que está siendo conducido por Hermes, del cual llamó a varios aventueros para sacar la flecha del hielo, pero ninguno lo consiguió hasta que Bell entró en la escena y logró remover del hielo por donde estaba atascado, pero con unas palabras del cual el muchacho se sorprendió debido a que fue él quien las escuchó, dichas palabras fueron: "Te encontré".

Él era el elegido para cumplir con la misión del cual era una amenaza para Orario, pero...

¿Por qué se realizó ese evento?

Esa era la pregunta que Artemisa se hacía, pero inmediatamente se dio cuenta la razón de ello del cual consistió en la muerte de las chicas a las que debió proteger.

Flashback

Antares y varios monstruos fueron por cada una de las hijas de Artemisa mientras que ella se quedó viéndolas morir llorando de impotencia culpándose a sí misma por no hacer nada al respecto.

Fin del Flashback

Artemisa dejó caer su arco como acto repentino y se agarra la cabeza empezando a sentir sus recuerdos como si fueran una pesadilla. Acto siguiente, fue obligada a arrodillarse con su cuerpo temblando por completo con un gran temor y con su moral casi nula.

Artemisa: No... NO... Mis niñas...

Bell: ¿Artemisa-sama?

Liliruca: Bell-sama... Ella está muy sentida...

Bell: ¿Es por lo de sus hijas?

Tras el asentimiento de la castaña, Bell se acerca hacia la diosa buscando una manera de animarla, pero ambos no se dieron cuenta que Antares los avistó y se lanzó a atacarlos, siendo visto por la hobbit.

Liliruca: ¡Bell-sama, corra!

Ante al grito de su amiga, Bell notó que iban a ser golpeados por el monstruo y se llevó a Artemisa y su arco hacia otro lado fuera de la vista de Antares y Liliruca también hizo lo mismo para no ser alcanzada por el monstruo.

Bell dejó a Artemisa en el suelo mientras que ella está sumida en su pesadilla, también dejó el arco a su lado. Muy preocupado, trata de hablar con ella para calmarla, no obstante, no consigue algún resultado.

Bell: No responde...

Hermes: ¡ARTEMISA!

Bell voltea su cabeza para ver a Hermes y a Hestia acercarse a los dos y al ver a la diosa peliazul, ambos dioses quedan atónitos a su condición actual.

Hestia: Bell-kun, ¿Qué le sucede a Artemisa?

Bell: Recuerda la escena donde vio morir a sus hijas.

Hermes: Maldición... *pone una de sus manos en su cabeza mostrando frustración* Requiero que Artemisa use su Arcanum para acabar con Antares, es la única manera de hacerlo.

Bell: No sé cómo la va a convencer, pero adelante...

Bell está de acuerdo con la afirmación de Hermes acerca del poder de la diosa de la caza. En tanto, el dios mensajero se acerca hacia Artemisa para convencerla.

Hermes: Artemisa, sé que esto te sonará un poco problemático, pero debes usar tu Arcanum.

Artemisa, al escuchar "Arcanum" miró a Hermes totalmente sorprendida mientras que él le sigue hablando

Hermes: Requerimos de tu poder divino mara acabar con Antares. Así como la flecha que usó Bell para destruir a la réplica hace meses.

Artemisa: *hablando de forma lenta* N-No...

Hermes: Sabemos que es complicado, y que gracias a él tus niñas perdieron la vida, pero debes hacer un esfuerzo para acabar con esto y que puedas redimirte haciendo algo por ellas.

Artemisa: ¿Por ellas, dices?

Bell: Hermes-sama tiene razón, Artemisa-sama. Si pudiera hacer algo a pesar de mi condición, lo haría. ¿Qué es lo dirían ellas en este caso?

Artemisa empezaría a pensar en lo que dijo Bell acerca de sus hijas, desea saber la opinión de cada una de sus hijas.

Mente de Artemisa

?: ¿Artemisa-sama?

Artemisa: ¿Eh?

?: Soy yo, Lante.

Artemisa: ¿Lante?

Lante: Sí.

Artemisa mira fijamente a la chica y se acerca a ella.

Lante: Estoy por parte de las chicas.

Artemisa: ¿Sabes de la situación actual?

Lante: Sí. Vine a decirle que apoyes a los demás como si ellos fuéramos nosotras.

Artemisa: ¿Eh?

Lante: Imagina a ellos como nosotras peleando con el monstruo. ¿Qué harías tú para ayudarnos?

A primera instancia pensaba en responder su Arcanum, pero dudaba si decirlo debido a que para ella no era lo correcto, y por ello pagó la consecuencia con la muerte de sus hijas.

Lante: No te preocupes, puedes responder cualquier cosa.

Artemisa: ¿Sin importar nada?

Lante: No.

Artemisa: Entonces... Sería usar mi Arcanum...

Lante: ¿De verdad? Ves que no es tan difícil decirlo.

La diosa reconoce a que no siempre se tiene que estar adyacente a las leyes en casos como este. En sí, las batallas que no son organizadas por autoridades nunca han sido justas.

Artemisa: Es verdad. *toma aire con profundidad* Tendré que recurrir a eso. *empieza a sonreír* Deséame lo mejor, algún día nos veremos y en especial a ti, Lante.

Lante: *con sorpresa* ¿A qué viene eso?

Artemisa: En lo que me habías dicho en el amor, encontré a alguien muy especial y daré todo por él.

Eso marcó una felicidad en su antigua hija con lo que desaparece lentamente diciendo que se volverán a ver.

Fuera de la mente de Artemisa

Artemisa observó la situación mientras que Hermes sigue hablando sobre usar su Arcanum, luego mira a Hestia y a Bell preocupados, luego escucha a varios aventueros adoloridos mientras que otros pelean.

Asfi: ¡Hermes-sama! ¡Si seguimos así no duraremos por mucho tiempo!

Artemisa, después de analizar la situación actual del cual su enfoque ha sido reducido por un horrible recuerdo, cogió su arco para luego ponerse de pie y responda al dios rubio.

Artemisa: Lo haré. Necesito que me den un poco de tiempo.

Hermes: Excelente... Bell-kun, dile a Asfi sobre esto y que no hagan que Antares note a Artemisa.

Bell: Por supuesto.

Bell corre hacia Asfi para decirle que Artemisa usará su Arcanum y por ello requiere que lo distraigan para que cargue sin problemas. La peliceleste asintió e hizo que los aventureros disponibles en combatir adopten esa doctrina mientras que los demás descansan.

En tanto, ya con su arco listo, Artemisa conversa pide a ambos dioses que se alejen si no desean ser avistados por el monstruo, ambos asintieron y fueron alejándose lo suficiente para poder presenciar el combate.

Hestia: ¿Tú crees que funcione?

Hermes: Antares puede ser rápido y fuerte, pero somos muchos y podemos provocarlo a pesar de su astucia.

Hestia: Entonces, ¿Hay chances de ganar? *con emoción*

Hermes: Calma, Hestia. Sabes que todo irá bien, ¿Qué te va a preocupar?

Hestia: Obviamente mi Bell-kun.

Hermes: Oye, ¿Y Artemisa?

Hestia: Bueno, tambien. Oero mi prioridad es el bienestar de Bell-kun.

La diosa pelinegra solo tenía énfasis en su único hijo de su familia. No obstante, no solo pensaría en él en este caso.

En tanto, los aventureros hacen lo posible para mantener distraído al Antares. Artemisa otorga su poder en la flecha esperando el tiempo para destruir al monstruo en un solo tiro.

Artemisa: (Resistan... Esperen... No se rindan...)

Ella espera que los aventureros no paren de distraer a Antares para alistar su flecha por completo y dar en el blanco.

Ryuu: Cranel-san, ¿La diosa Artemisa ya alistó la flecha?

Bell: Al parecer falta poco.

Ambas personas están lado a lado usando sus habilidades de pelea evitando que se mueva hacia la posición que se encuentra la diosa. Mientras siguen con el plan actual, una luz azul proviene de la posición mencionada y, al pasar de los segundos, la luz toma más fuerza de lo normal.

Bell/Ryuu: Eso es...

Ambos piensan lo mismo, el brillo se trata de la flecha que Artemisa eligió para lanzar al monstruo ya cargada con su poder lista para dar en el blanco.

Artemisa: Perdón por la demora. Dejen que el monstruo vaya a por mí.

Cuando Artemisa está por apuntar, el monstruo notó su presencia y se desplazó lo más rápido posible para evitar que esa flecha sea disparada.

Los aventureros intentan obstaculizar un poco para que Artemisa cometa el ataque satisfactoriamente. Para fortuna de ellos, lograron reducirle su velocidad lo suficiente para que cuando Antares esté muy cerca a la diosa, este reciba el ataque y que de una vez desaparezca de este mundo.

Antares ya se encuentra muy cerca a la ubicación deseada de Artemisa y está listo para atacar con su aguijón, pero Artemisa estaba preparada. Al ver que el aguijón estaba por alcanzarla, saltó hacia atrás manteniendo la flecha en el arco. Una vez que aterrizó y vio que estaba levantando el aguijón, volvió a apuntar para centrar su objetivo buscando un punto para destruirlo en una sola chance, algunos de los aventureros recuerdan el hecho donde Bell lanzara la flecha que Artemisa le había dado.

Artemisa: Esto es por mis chicas... No causarás daño a alguien más... No amenazarás este mundo... ¡DESAPARECE!

La diosa lanzó la flecha fortalecida con su poder del cual el punto final sería la zona que divide entre su cuerpo y su cola. Gracias al poder conferido por Artemisa, se originó una explosión. Antes de disparar, todos los aventureros se alejaron del área para no ser consumados por dicha explosión. Artemisa hizo lo mismo y se alejó lo suficiente para presenciar dicha explosión. Hermes y Hestia tuvieron que cubrir sus vistas usando sus brazos.

Después de la explosión, todos se acercaron y esperaron a que el humo se disipara para que al final logran ver a Antares, aún vivo, pero se puede ver la punta superior del cristal, además se menciona que solo posee sus patas y una de las dos pinzas.

Artemisa: Pensé que había logrado desaparecerlo por completo...

Hermes: ¡Oigan!

Todos escucharon la voz del dios mensajero acercándose junto con Hestia.

Hermes: Solo basta un corte en el cristal y ganamos. *mira a Bell* Bell-kun, ¿Nos darías el honor?

Bell no tenía una respuesta inmediata, miró a sus amigos del cual no dijeron nada. Luego, miró a la diosa peliazul, en este caso, asintió con la cabeza haciéndole saber que tendría que aceptar el pedido.

Bell: Está bien, Hermes-sama.

Hestia: Termina esto y tenemos una fiesta con croquetas, ¿Te parece bien?

Bell: Bueno...

El peliblanco, sin interrupción, se acerca hacia Antares, pero no sabe en dónde clavar su daga, tener que clavarla en la parte superior, de frente, no le genera confianza, es probable que la daga resbale cuando se intenta dar el golpe final. De repente, cierta elfa lo llama por una sola cosa.

Ryuu: Cranel-san.

Bell: ¿Eh?

Ryuu: Aquí. Por la parte de atras está más descubierto el cristal.

Bell: ¿De verdad?

El muchacho se acerca a Ryuu para que le muestre si es verdad de lo que dice, pero no solo fue cierto, sino que estaba totalmente descubierto.

Ryuu: La diosa Artemisa sí dio en el blanco. Ve... Acábalo.

Bell hizo caso y se subió por la parte trasera para finiquitar la misión. Ya estando en su destino, tomó un aire profundo y sacó su daga.

Bell: Menos mal que esto se va a acabar...

Bell logra incrustar la punta de la daga en el cristal, un poco abajo del límite superior de la misma, pero, al llegar ahí, su daga fue agarrada por la pinza sobrante del monstruo deteniendo la penetración de la daga.

Bell: ¡¿Pero qué?!

Además de que su daga esté "atascada", el cristal emitió un brillo causando una sorpresa para todos los presentes.

Hestia: ¡¿Qué está pasando?!

Hermes: ¡No tengo idea, ni siquiera sabía de esto!

Bell: ¡AYUDA...!

Para mal de los aventureros, la luz saliente del cristal empieza a absorber al peliblanco. Fue una gran sorpresa para todos ellos y empiezan a preocuparse y atacar al monstruo para salvar a su amigo. Antes que uno de ellos logra darle un golpe, Antares empieza a desplazarse con dirección aleatoria mientras intenta absorber a Bell.

Artemisa: ¡Deténganse! ¡Lo más probable es que también le hagan daño a él!

Los aventureros, al escuchar a la diosa, detienen el ataque, pero no dudan en perseguirlo en caso en que se escape.

Artemisa: (No entiendo... ¿Cómo fue capaz de hacer esto?)

A pesar de advertir a los aventureros acerca del daño que le podría ocasionar, la diosa también está en shock por lo acontecido recientemente.

Bell: ¡Deténganlo, por favor!

El peliblanco mostraba su preocupación mientras él sigue siendo absorbido poco a poco por el cristal.

Ante las quejas del peliblanco, su diosa dijo a Hermes sobre una manera de pararlo, Hermes pensaba en atacar a sus patas para no desplazarse, a pesar que no era una buena idea, tampoco tenía tiempo para pensar en otra por la condición actual de Bell.

Hermes, sin pensarlo por un segundo más, ordenó a todos que ataquen a las patas de Antares. Todos hicieron su esfuerzo en destruir las patas mientras se movían raudamente. Aplicaron sus magias, ataques muy fuertes y más forma de obstaculizar el paso. Bell aún se mantiene preocupado y mientras el tiempo avanza, el cristal lo absorbe aún más.

Finalmente, se logró que el Antares no avanzara un metro más. Inmediatamente fueron a ver a Bell por dónde está la absorción. Para sorpresa de ellos, un cuarto del cuerpo de Bell se encuentra absorbido, gracias a la daga en la que se sujeta, no fue absorbido por completo. Lastimosamente se requiere un ataque muy poderoso para destruir lo que queda de Antares, pero Bell también recibe este daño.

Hermes: Lamentablemente no tenemos más opción que destruir el cristal...

La declaración del dios causó causó sorpresa y molestia en varios de los presentes. La más indignada sería Hestia porque Bell es su único miembro en la familia, pero, en realidad, resulta ser Artemisa.

Artemisa: *muy molesta* ¡¿Qué disparates estás diciendo?!

Hermes: No tenemos opción. Mientras discutimos, Bell-kun está siendo absorbido. *suspira con molestia y tristeza* Artemisa, dispara una flecha hacia el cristal.

Artemisa/Hestia: ¡NI LOCA HARÍA ESO!

El grito de ambas diosas muestra no solamente furia e indignación, sino una pesadilla debido a que la flecha también tendría que darle a Bell.

Los demás aventureros no tenían ninguna palabra para decir. Asfi notaba el temor de Hermes por recurrir a esta decisión. Liliruca y Welf tendrían un periodo oscuro por perder a su amigo. Ryuu, en caso en que Bell tendría que morir junto a Antares, no podrá juntar palabras suficientes para explicar a Syr de ello, ni siquiera se atrevería a verle la cara por haberle fallado en proteger a la persona a la que ella le gusta.

Todos se quedan sumergidos en sus propios pensamientos hasta que una voz conocida, especialmente para Hestia y Artemisa, si hizo presente en este entorno.

Bell: ¡Artemisa-sama!

Artemisa: ¿Bell?

Bell: Por favor, dispare la flecha.

Todos quedaron atónitos por la petición del peliblanco, muchos pensarían que él estaba loco o que, gracias a su situación actual, está desesperado por lo que solo se limitó a aceptar la decisión de Hermes. No obstante, veían que Bell ya parece decidido, haciendo que la petición sea totalmente firme.

Hestia: ¡¿En qué diablos estás pensando, Bell-kun?!

Artemisa: ¿¡Por qué pides eso?!

Bell: No queda mucho tiempo. Si planean hacer algo por mucho tiempo, seré totalmente absorbido y es posible que Orario esté en peligro.

Liliruca: Bell-sama tiene razón. Orario estaría en problemas si no hacemos algo rápido. Pero... ¿Por qué de esa forma?

Hermes: Eso nos tomó por sorpresa. Pero recuerden que una vez Artemisa se quedó en el cristal y tuvimos que hacer un sacrificio.

Artemisa, al escuchar eso, empieza a recordar que, cuando sus hijas han muerto y ella se había rendido ante la réplica de Antares, ella fue absorbida por este sin mostrar resistencia alguna. Al ver a Bell, ve la diferencia entre lo que ha ocurrido con ambos. La diosa aceptó su derrota cuando aceptó ser absorbida, pero, en el lado de Bell, él no deseaba ser absorbido, no mostraba ese comportamiento de rendirse hacia el enemigo y acepta ser sacrificado por el bienestar de todos.

Hermes: También, al ser absorbida, el monstruo utilizó sus poderes generándonos un problema mayor. Ahora piensen si logra absorber a Bell-kun.

Para temor de Hestia, la habilidad de Bell, Antares se volverá más fuerte. Hestia, para su desgracia, termina aceptando la petición de Bell y dirige su mirada hacia su amiga.

Hestia: Artemisa.

La mencionada escucha la voz de Hestia llamándola y presta atención a su amiga.

Hestia: *empieza a derramar lágrimas* Acepta la petición de Bell-kun.

Artemisa: ¡¿Qué?!

Hestia: Tal como lo oyes, por descuido por parte nuestra, solo podemos llegar a esta decisión.

Artemisa siente temor por tener que acudir a la petición.

Hestia: Sabes, Bell tuvo que hacer algo que le disgustaba demasiado, pero fue forzado a hacerlo.

Artemisa: ¿Qué cosa?

Hestia: Él tuvo que romper el cristal donde estabas recluida, insertando la daga en tu cuerpo también.

Artemisa: ¿Eh?

La sorpresa de Artemisa fue notoria. Ella buscaba a los demás para confirmar que si era cierto, la respuesta fue un sí de forma unánime. Desde ahí, tomó unos segundos para tomar una decisión definitiva. Para su malestar, ella aceptó y se preparó para apuntar.

Bell observa que Artemisa está desplazándose hacia la posición ideal para invocar una flecha y aplique un poco de poder.

Bell: Así que ya lo decidió, Artemisa-sama.

Artemisa no dijo absolutamente nada y procedió a apuntar. Llegando a tal momento, Bell sintió miedo al sentir el dolor que sufrirá dentro de un momento, pero ese miedo lo ocultó con una sonrisa aceptando el acontecimiento que está por suceder.

Al ver la sonrisa, la diosa peliazul, por más que intente no hacerlo, empieza a derramar lágrimas. Había recordado lo acontecido desde el evento de la flecha hasta su partida del este mundo.

Lo que siente desde el momento del baile es amor, sin embargo, no lo mostraba por la misión. Ahora, dicho sentimiento la está invadiendo por dentro, pero también entiende que será un problema si no termina con esto inmediatamente.

Hestia: (Desde que te conocí, siempre fuiste especial para mí, a diferencia de los demás, no te fuiste de mi lado ni por una vez en estos tiempos. Fue de agrado de estar contigo... ¡Siempre te amarè, Bell-kun!)

Hestia observa cada segundo de la acción de Artemisa, no había duda en que iba a perder su único niño de su familia. En tanto, Artemisa ya está dispuesta para disparar. Antes de realizarlo, ella solo diría dos palabras antes de lanzar la flecha.

Artemisa: *con tristeza y sus lágrimas saliendo* ¡Perdóname, Bell!

La flecha fue lanzada con dirección hacia el cristal, pero antes de colisionar y perforar el cristal, tuvo que pasar por Bell causando una herida muy grave en su pecho.

Al recibir la flecha, Bell quedó en shock y soltó un sonido de dolor causando que salga una lágrima en sus ojos, pero cambió su expresión actual a una sonrisa. El cristal empezó a agrietarse para luego romperse haciendo que suelte la daga y, para sorpresa de los presentes, Bell empezó a caer con su cuerpo sin sufrir de amputación alguna. Al caer, Bell recordó esa escena del cual él tenía que sacrificar a Artemisa para asesinar a la réplica de Antares.

Recuerdos de Bell

Bell se encontraba echado en una especie de mundo astral despertándose de un profundo sueño. Al ponerse de pie, observó a Artemisa que lo había esperado.

Bell: ¿Artemisa-sama?

Artemisa: ¿Sabías que incluso los dioses reemcarnan cuando mueren?

Bell: ¿Ah? *se pone muy triste al oír*

Artemisa: Así que sonríe. Quizá nos volvamos a ver.

Bell: *haciendo caso a Artemisa* ¿Cuándo sucederá eso?

Artemisa: ¿Quién sabe? En 100 años. O tal vez en 1 000. Incluso podría ser dentro de 10 000 años. *acercándose a Bell*

Bell: Ya no estaré vivo, entonces.

Artemisa: *pone una de sus manos en la mejilla del peliblanco* Pero quizá tu ser reencarnado viva en este mundo inferior. Yo sé que nos volveremos a ver.

Mientras que Bell intenta no llorar, Artemisa se alija un poco de él para decirle la frase que lo dejó marcado después que ella desaparezca.

Artemisa: Así que, cuando nos encontremos, compartamos 10 000 años de amor, Bell...

Mientras ella sonreía, Bell igual lo hizo. Además, ambos dejaron que sus lágrimas salieran como si se darían un largo adiós.

Fin de los recuerdos

Bell: Heh...

Lo que quedaba de Antares se desvanecía mientras que Bell había tocado el suelo gracias a los aventureros que estaban cerca. Una vez que Bell esté echado en el suelo boca arriba, se alejaron para dar prioridad a los dioses y a sus amigos.

Ellos se acercaron para ver cómo estaba, pero no observan herida alguna. No obstante, Bell poco a poco se debilitaba y eso era una mala señal.

Artemisa: ¡Bell, dinos algo!

Bell: Artemisa-sama... *lo decía de forma lenta* Me alegro... de que... se sienta... bien...

Artemisa: ¡¿Cómo voy a estar bien si estás de esa forma?!

Bell: Lo sé... pero estoy feliz... porque estás... sana y salva... *empieza a mirar a sus amigos* Chicos...

Welf: Bell, amigo.

Liliruca: Bell-sama...

Ryuu: Cranel-san...

Hestia: Bell-kun.

Todos lo observan con preocupación y a algunos, aparte de Hestia, empiezan a soltar lágrimas en sus ojos debido a la condición del peliblanco.

Bell: Gracias... chicos...

Hestia: ¡Resiste, Bell-kun!

Hermes: No creo que sea posible...

Liliruca: ¿Por qué?

Hermes: La flecha le había perforado por donde estaba su corazón. Aparte que, un ataque divino es más letal que uno propio de un mortal.

Las chances en que Bell lograría estar a salvo son prácticamente nulas, ni siquiera podría una magia curativa en darle vuelta a la situación.

Hermes: Bell-kun. En serio, perdóname.

Al dios rubio, sus lágrimas empiezan a salir por su fracaso en cuidarlo. Sabe bien que Bell era el nieto de Zeus y que si le pasara algo como esto, no se lo perdonaría a pesar que usualmente le genera bromas de mal gusto.

Bell: No hay nada... que perdonar... Hermes-sama...

Acto consiguiente, Bell soltó una pequeña risa para luego mirar a Artemisa.

Bell: Artemisa-sama...

Artemisa: ¿Bell?

Bell: Finalmente...

Artemisa: ¿Finalmente?

Bell: Finalmente... logré... que estés... viva...

Artemisa: ¿Eh?

Bell: Prometí... salvarte... la vez... pasada... pero... fallé...

Artemisa: Bell...

Bell: *sonríe* Ahora te... veo... sin un... rasguño... Los planes... salieron... bien... después de... todo...

Bell empieza a debilitarse aún más de lo que está. Él se da cuenta de ello y aprovecha su muy corto tiempo para decir sus últimas palabras.

Bell: Gracias... chicos... por todo... por la... ayuda que... me otorgaron...

Liliruca: ¡Bell-sama, no se vaya!

Welf: Ya es tarde, pequeña Lili, déjalo terminar.

Welf también se siente muy mal al ver a su amigo de esa manera.

Bell: Todos fueron... buenos... conmigo...

Ryuu: Cranel-san, por favor, debe resistir.

Bell: Ya es... muy... tarde... Ryuu-san... No creo... que podré... hacerlo...

El temor de Ryuu aumentó al escuchar eso, ahora tendría más problemas en hablar con su amiga sobre Bell. Lastimosamente, ella se llevará un mal resultado al conocer el estado final en la que estará su amor platónico.

Bell: Por lo tanto... deseo hablar... con Artemisa-sama...

Los demás se alejan un poco para que Artemisa agarre la cabeza de Bell y lo coloque encima de sus muslos.

Artemisa: Estoy aquí... Bell.

Bell: *sonriente* Artemisa-sama... sé que... no me queda... tiempo... pero estoy... más agradecido... por conocerte...

Artemisa: *entre lágrimas* Bell...

Bell: Sé también... que usted... ha pasado... por mucho... sus hijas... su familia... su reencarnación... los momentos entre nosotros... usted con Kami-sama...

Artemisa: Lo sé... gracias a Hestia, a una de mis hijas y, especialmente, gracias a ti, he cambiado. Tuve una clase se pensamientos, pero luego fueron cambiados a unos diferentes.

Bell suelta una risa pequeña estando contento por el cambio por el cual Artemisa realizó antes que su familia fuera asesinada.

Bell: Espero... que... logre... su felicidad...

Artemisa: ¿Cómo voy a lograr mi felicidad si ya no la voy a tener?

Bell: ("Ya no la voy a tener"... Entiendo...)

Artemisa: ¡Mi felicidad es estar contigo porque yo te-!

Bell: Lo sé... desde nuestra... expedición pasada... yo también... pero... no me queda... tiempo... Además... recuerdo esa promesa...

Artemisa: ¿Promesa?

Bell: Sí... Cuando... nos volvamos a encontrar... tengamos 10 000... años de amor... pero... este reencuentro... no cuenta... por su pérdida... de memoria...

Esa fue una declaración muy fuerte para los oídos de los aventureros y de los dioses, especialmente para Artemisa, 10 000 años de romance era un periodo muy extenso, pero no reaccionaba mal.

Artemisa: Entonces, estaré dispuesta a esperar. Tardará mucho, pero sé totalmente que nos volveremos a reencontrar... *mostrando una sonrisa mientras sus lágrimas siguen cayendo*

Bell: Gracias... Artemisa-sama... la estaré... esperando...

Después de terminar esa palabra, los ojos de Bell perdieron brillo y su cuerpo pierde su calor. Artemisa levantó su cuerpo, ahora siendo un cadáver, para abrazarlo por detrás, y, no aguantando más, rompió en llanto abrazándolo con fuerza.

Sus amigos y varios de los aventureros se acercaron para acompañar el dolor de Artemisa.

En tanto, Hermes baja su sombrero hablando a sí mismo su fracaso de convertir a Bell en un gran aventurero. El dolor duró una hora aproximadamente para estar más calmados y salir de las ruinas.

Al salir, procedieron a enterrar a Bell cerca de la estatua de Artemisa. Hestia iba a poner su daga en la tumba, pero Artemisa quiso conservarla, por lo que Hestia le entregó dicha daga. Después, todos alistaron todas sus cosas para el viaje de regreso, pero antes de partir, hicieron un minuto de silencio en honor a Bell.

Fue un retorno un poco silencioso, nadie hablaba absolutamente nada a menos que ocurra algo con los objetos que portan.

La noticia acerca de Bell ha volado rápidamente en toda la ciudad incluyendo a las familias más poderosas.

Muchos reaccionaron de distintas formas.

En la Anfitriona de la Fertilidad, Ryuu fue la encargada de contar lo sucedido, mama Mía fue sorprendida al enterarse de la muerte de Bell; las chicas del local se entristecen por la noticia que, al parecer, no perdieron ánimo por hoy; en tanto, Syr se ha desmayado haciendo que Ryuu y las demás vayan a ayudarla mientras que la elfa pedía perdón por no cuidarlo.

En el gremio, Hermes anunció el deceso de Little Rookie por medio de un sacrificio, por el cual causó una sorpresa a los empleados, especialmente a una semielfa de pelo color castaño, quien se acercaba a Hermes y reclamaba si era mentira lo que había dicho, lastimosamente, ese hecho era verdadero. Ella decidió aguantar su dolor hasta el final del día y ya, en su casa, romper en llanto por su muerte.

En la Mansión Crepúsculo, las opiniones acerca de su muerte son separadas por un lado la tristeza entre algunos miembros y los ejecutivos a excepción de cierto hombre lobo que se mantuvo neutral, en otro lado, varios miembros se encuentran felices por ellos, pero si alguno expresara de esa forma, tendría problemas con los ejecutivos. En tanto, Ais se sentía muy mal, ella sentía que no pudo protegerlo y que debía ir junto con él a esa misión a pesar de la oposición mayormente por su diosa Loki en caso de haber ido.

Así, muchas reacciones distintas ocurrieron en Orario, incluyendo sobre la discusión entre Ouranos y Fels acerca de ello; además del intento de suicidio de Freya, pero fue detenida por el capitán de su familia, Ottar, lo cual, la diosa solo lloraba de impotencia, primero por enterarse de la muerte de Bell; segundo, el fallo del intento de suicidio; y tercero, la negación de intentar una guerra contra Hestia, Artemisa y los demás que estuvieron con su amado peliblanco por parte del mismo capitán.

Toda esa tristeza no duraría para siempre, sino que podría crear un cambio en las personas involucradas.

Hestia sigue trabajando en el puesto de croquetas, pero creó una receta en base a lo que Bell le gustaba comer, generando más ingresos y que le ayudaba para ahorrar para pagar todas las deudas a Hephaestus. La diosa pelinegra aún no consigue un miembro nuevo hasta la llegada de Liliruca.

Liliruca seguía siendo miembro de la familia Soma, ella fue a entrevistarse con él para salir de ella, el dios aceptó su salida, pero a cambio de una deuda que, dentro de un año gracias a su arduo trabajo, logró pagarla para luego unirse a Hestia ya que Bell quiso que ella esuviera ahí.

Welf sigue trabajando en su fragua, no hubo muchos cambios en él. A menudo, en su descanso, creaba una copia de la armadura de Bell que lo puso en su fragua como si fuera una especie de colección.

Los dioses Miach, Takemikazuchi y Hephaestus visitan a Hestia para ver su estado o que si tenía los recursos básicos. Hephaestus pregunta a Hestia sobre la daga, Hestia respondió que Artemisa la conserva como un tesoro. La diosa pelirroja no dice algo más y deja ese tema para hablar de otro, además de cobrar parte de la deuda a Hestia.

Así como ellos, cada persona dedica parte de su tiempo para recordar a Bell.

Muchos se preguntan dónde está Artemisa. Algunos dicen que está encerrada en la Iglesia Abandonada siendo cuidada por Hestia, otros dicen que había desaparecido sin tener rumbo alguno o que ya dejó este mundo.

Sin embargo, en realidad, gracias al permiso de Ganesha, ella se encuentra en las ruinas de Elsus visitando la tumba de Bell. Ella se sienta al costado de la lápida recordando los momentos juntos sean buenos o malos, hablando como si él estaría con ella acerca de eso y sonriendo como agradecimiento por estar presente en ella.

"Gracias... Artemisa-sama... la estaré... esperando..."

Ella abraza la daga de Hestia como si fuera Bell y, con lágrimas, habló con una sonrisa.

Artemisa: Yo también te estaré esperando...

Fin