Me enamoré de ti.
Y llegamos al inicio de "Tu regreso ya no duele". El mini-fic que me inspiró a escribir mi próximo fanfic llamado "Secrets. Ladybug and Chat Noir". Habrá shipp LadyNoir al inicio, pero el oficial será Adrigami, así que si hay alguien que no le guste el shipp, solo disfruta del escrito, no insultes. Por favor.
La vida no es fácil, esa es una frase que me inculcó mi madre desde pequeño; y que yo debo conseguir por mis propios méritos lo que quiero lograr.
Cuando conocí a Ladybug se me hizo la chica más hermosa que haya visto, y sé que no vi su rostro completamente al tener una máscara que protege nuestra identidad, lo digo por que ella ha demostrado que al improvisar pueden surgir cosas maravillosas y que no me debo dejar caer por una derrota o por qué no hice algo bien, si no debería estar feliz por qué lo intenté.
Bien, pues yo intenté conquistar el corazón de aquella bichita roja, pero en cada intento fallaba al ella rechazarme por qué nuestra misión era proteger París y solo ser compañeros de equipo.
Al inicio fue difícil, no lo voy a negar, cada que decía que no o rechazaba cosas que le quería regalar, dolía.
Dolía ser rechazado. Pero dolía más seguir intentando.
Era tan terco para no entender que ella no quería nada serio conmigo.
Hasta que me dí por vencido.
Me pregunté aquella vez en que pensé eso ¿Esto es lo correcto? ¿Esto es algo que celebraría mi madre? Obvio no. Pero por primera vez en mi vida era débil.
El amor que tenía por Ladybug me hacía débil.
Pero entonces, un rayo de luz surgió de la oscuridad.
Empecé a ver qué Ladybug se hacía más cercana a mí, contándome sus problemas, y yo estaba emocionado por qué ella empezaba a confiar en mí; aunque fuera como un amigo.
Si para ella ser su amigo era especial, yo quedaría conforme con eso.
Y después empezamos a frecuentarnos ya fuera en la punta de la torre Eiffel o en la torre Montparnasse, siempre hablábamos.
Y cada vez, el decir que Ladybug no significaba nada para mí se hacía cada vez más difícil.
Pero hubo un día en que todo cambió.
Ella me confesó sus sentimientos hacia mí por medio de una carta:
Mi querido Minino...
Te preguntarás ¿Por qué está carta?
Desde hace meses me siento nerviosa a tu lado y si esto te lo digo frente a frente no sería capaz de hacerlo.
Cuando estoy cerca de ti, mi cuerpo no responde, siento como si el tiempo no avanzara y cada día anhelo más nuestros encuentros.
Para eso hay una respuesta: Me Enamoré de Ti.
Es algo ilógico ya que yo te había dicho que entre nosotros no iba a existir algo más que relación de amigos y de superhéroes que protegen a la ciudad.
Y no sabes cuánto me arrepiento de eso.
Ahora se lo que sientes, ahora sé cómo se siente ocultar todos estos sentimientos, ser yo quien te rechazaba cada que me dabas a demostrar tus sentimientos era para mí algo que necesitaba hacer, pero ahora me pongo en tu lugar y aunque no te lo dije como tú siempre lo hacías, cuando decías que yo era una amiga o ya no escuchar aquel "mi lady" era como un rechazo que recibía.
Eres fuerte, fuerte en el ámbito de que; apresar de hacerte sufrir seguías para mí, seguías siendo mi amigo y confidente.
Me pregunto ¿Qué tendré yo, para que te enamoraras de mi? Tal vez no sepa la respuesta, pero yo sí se la respuesta hacia mis sentimientos.
Tu siempre me proteges, siempre dejas tu seguridad por la mía, siempre soy yo antes que tú.
No digo que con está carta carta consigas algo, pues tal vez ya te olvidaste de todos aquellos dolorosos y hermosos sentimientos, pero yo... Para mí se hará muy difícil olvidarlos.
¿Me darías una oportunidad para demostrarte que esto que siento es real? ¿Para qué me perdones por todo el daño que te hice? ¿Para que ya no haya un tu y yo, si no, un nosotros?
No importa si decides ya no darte una oportunidad conmigo, al fin te entenderé pues te hice sufrir mucho, pero te pediré una cosa...
Si decides decir no, no te alejes de mí, no me dejes sola, pues al final de cuentas eras y serás mi amigo y no quiero perderte, pero entiendo que necesites un tiempo... Y yo igual lo necesitaré.
Te ama.
Ladybug.
Tu lady.
Entonces, era el gato más feliz del mundo entero.
¡Mi Lady me correspondía! No podía con la sensación en mi pecho que hasta quería gritar de felicidad, se me salieron las lágrimas de saber que por un momento, por un momento podía ser feliz.
Corrí.
Corrí por todo París, hasta que la encontré sentada en la orilla del río Sena, se veía como si fuera una delicada figura de porcelana, dejando que la luz de la luna que se reflejaba sobre el agua le diera directo en el rostro. Era la perfección en persona.
—¡Ladybug! —grité llamando su atención rompiendo por un segundo el silencio del lugar.
—¿Chat? —preguntó en susurro, pero yo logré escucharlo gracias al poder de mi miraculous.
—My Lady, me hiciste el gato más feliz del universo.
—¿L-leiste la carta?
—Si, y no sabes cuanta emoción tengo en mi pecho.
Ella se lanzó a mí, capturando mis labios entre los suyos.
Encajando perfectamente haciendo movimientos seductores.
¡Nos estábamos dando nuestro primer beso! Sin intervención de akumas u otra cosa que nos hiciera hacerlo en contra de nuestra voluntad.
Sentí el cielo.
Juro que sentí el cielo cuando su lengua rozó mis labios para darle permiso a entrar en mi cavidad bucal. Me mostré sumiso ante ella y dejé que ella hiciera conmigo lo que sea.
Pero de pronto, sentí agua.
Pensé que ya empezaba la lluvia, pues todo éste día estuvo nublado amenazando con llover en cualquier momento, pero no.
Ladybug se separó de mi apoyando su cabeza en mi pecho, estaba llorando; no entendía el por qué pero lo único que hice fue consolarla, decirle que yo estaba con ella para lo que sea y que todo estaba bien.
Nunca digas, todo está bien. Esa es una frase que escuché de la boca de mi madre un día que yo estaba espiando en la oficina de mi padre en la casa.
Y yo la dije sin saber lo que iba a pasar.
—Chat, me gustas mucho y ya no quiero ocultarlo.
—No lo ocultes, me gustas mucho y no sabes lo Feliz que me encuentro.
—Tengo miedo.
—Ladybug, nunca temas a tus sentimientos.
—¿No estás enojado por todo lo que hice en el pasado?
—Lady, nunca me enojaría contigo.
—Perdóname.
—¿Por qué?
—Por decirte mis sentimientos.
—Nunca pidas perdón por eso.
—Debo hacerlo, si no, no me lo perdonaré nunca.
—¿Por qué?
—Ya no habrá más superhéroes
—¿Qué?— me congelé.
—Me iré a China con los guardianes a entrenar... Por 5 años.
—¿Desde cuándo lo sabes?
— Desde hace un mes...
—¿Y no me habías dicho nada? Ladybug, somos un equipo y se me hace injusto no saberlo.
—¿Ves? Por eso no te lo quería decir
—¿No ibas a decirme? Y entonces que hubiera pasado si un día cualquiera te busco y tú ya no estas.
—¡Estaba entre la espada y la pared! Chat, decirte era lo más difícil y se que somos un equipo, pero te juro que cada vez me hacía más mierda al imaginarme esto y tú me odiabas así como lo estás haciendo ahora.
—Yo no te odio Ladybug, nunca lo voy hacer, pero no se me hace justo que me ilusiones a lo pendejo y de pronto te vas.
—¿Y crees que a mí se me hizo fácil? Cada día que pasaba me odiaba a mi misma pero sabía que tenía que decirlo para irme tranquila.
Ya no quería seguir discutiendo con ella, en cambio la jalé nuevamente hacia mí para besarla pero ella desvío su rostro para no hacerlo.
Retrocedí confundido, tal vez ella pensaba que era apresurado otro beso y eso era algo que iba a respetar, me alejé delicadamente de ella y la ví a los ojos.
—Chat, te amo, y se que quieres intentar — suspiró pesadamente — pero sinceramente yo no quiero hacerlo, tal vez te lo dije en aquella carta pero... Solo quise fantasear con algo, algo que nunca va a suceder.
—¿Cuando te vas? —pregunté molesto.
—El lunes en la tarde.
Ese día era viernes, viernes en la noche. Bien se podría pasar aquella como una bonita noche de declara de amor.
Pero no, era una confesión que no tendría futuro...
—Te irás, y apenas me dices, ¿Esa es la confianza que dices tenerme?
—Lo siento Chat.
Y sin contestar o hacer alguna otra cosa, se fue con ayuda de su yo-yo; tuve el instinto de perseguirla, de correr tras ella y decirle cuánto la amaba y rogarle para que no se fuera. Hacer de todo para evitar su viaje... Pero ya no.
Aposté todo por aquella carta que perdí todo lo que tenía, ya no tenía fuerzas para seguir, para hacer nada.
El destino se había encaprichado conmigo por qué después se fueron alejando personas importantes para mí.
Marinette, se fue a Italia, por cosas personales que involucraban a si abuela.
Alya y Nino se fueron a New York por el trabajo que le ofrecieron a la morena y por supuesto que Nino se iba con ella hasta el fin del mundo.
Mi padre y Nathalie en la cárcel, pues antes de que pasara aquella situación con Ladybug ya lo habíamos derrotado, y después lo perdoné y lo iba a visitar cada que podía.
La única que estuvo conmigo durante aquellos años fue Kagami, ella se acercó y confíe en ella, pues ella no quería que me metiera completamente con el trabajo.
Ahora, han pasado 5 años.
5 años desde que mi padre fue encarcelado al saberse que el junto con Nathalie eran Hokw Moth y Mayura.
5 años desde que Marinette se fue, a veces en el tiempo en que ella tenía hablaba con ella. Era algo que me alegraba.
3 años desde que Alya y Nino se fueron a New York.
3 años desde que mi mejor amiga Chloe se fue igualmente a New York con su madre para cumplir su sueño de modelar.
2 años desde que me comprometí con Kagami.
Si, le pedí matrimonio a Kagami, al estar cerca de ella todos los días, me fue enamorando poco a poco, a veces agradezco que haya pasado esto para que al final haya terminado con Kagami, aunque también deseaba que hubiera pasado todo de forma distinta, pero que siempre terminara con Kagami a mi lado.
Kagami fue aquella luz en toda la puta oscuridad, aquel hombro en el que llorar, aquellas aventuras arriesgadas que se convirtieron en anécdotas, aquellas discusiones que nos ayudan a crecer como pareja y sobre todo, aquella mujer que durante el camino se enamoró de mi como yo de ella.
Pero también, pasaron 5 años desde que Ladybug rechazó a Chat Noir.
Sufrí, realmente sufrí, me incliné hacia el alcohol muy joven, al trabajo por igual. No entendí el por qué ella me había dejado mi miraculous por que esperaba que ella me citara para tomar la joya, pero no lo hizo.
Agradezco eso, por qué sinceramente no hubiera aguantado sin mi querido Kwami.
