Ya supongo que sabes lo esencial.
Está historia no pertenece al canon de cualquier obra oficial de "Hilda the series" No soy dueño de los personajes y de su mundo, todo el crédito es para Luke Pearson.
Es lo de siempre, aparentemente. Un nuevo día, un nuevo inicio de semana.
Ya la gran luz natural venía abarcando cada calle de la ciudad, y en sus ciudadanos iban saliendo para gastar sus ideas y habilidades en oficios.
Muchas personas iban caminando entre calles llenas de plantas afuera de departamentos. Rutinas se notaban ahí en acciones primerizas de una mañana.
Por ahí en una casa, había salido de ella una niña preparada para comenzar este inicio, Frida motivada con una mirada no tan fastidiada se despidió de su familia para ir a su camino hacia la casa de sus amigos.
Salió de su zona hogar, ahora iba con planes sobre cuales trabajar por hoy. Incluyendo una gran noticia.
Ella alzó por segundos la mirada hacia el cielo, una vista para ver como el día no se veía tan nublado como el día anterior. Por ello, no le faltó mucho para apresurar el paso.
El viento que no se notaba por estar tan tranquilo iba por cada lugar, sin ninguna molestia iba a visitar tantos lugares al mismo tiempo. Como era la casa de Frida, como también lejos de ahí.
Entró libre por una ventana, tan silencioso que en esa habitación no había ningún sonido.
Ninguno era audible, era un momento tranquilo.
Hasta que un sonido parecido a una explosión salió del tiempo contado.
La niña que estaba justo al lado de esa explosión dejó de tener su cabeza derrumbada de la mesa, respirando sobresaltada por la sorpresa.
Hilda miró como el pan tostado había salido de la tostadora.
Sus ojos atentos en milisegundos volvieron a ser unos ojos cansados.
Sabiendo que no había mucho tiempo para meditar, retomó el control de su brazo, tomando el alimento y colocándolo en su plato.
Sus actos y movimientos lentos eran causa de la noche anterior. Donde su última aventura fue quedarse en observación durante un largo rato.
"Hilda, no debes quedarte dormida en el desayuno" Dijo una voz que se acercaba hacia la mesa.
"Lo… Siento, normalmente no me pasa esto, Pero estoy bien, sino entonces no estaría preparada" Hilda respondió mientras masticaba.
"Está bien, mientras no vuelvas a llegar después de las diez de la noche"
La dueña de la voz se acercó con su plato de comida, Johanna aún veía como su hija se tambaleaba de un lado a otro, moviéndose casi impredeciblemente pues aún tenía sueño.
"Será mejor que te duermas más temprano a partir de hoy" Mencionó Johanna.
"Lo sé, ahora… Debo ir a la escuela" Hilda se levantó de la mesa. "Según Frida, hoy habrá nuevas noticias sobre algo bueno, como un posible inicio de algo sorprendente"
"¿Qué noticias crees que serán?" Johanna mostraba una ligera nueva actitud ante eso.
"Pueden ser cosas grandes o cosas pequeñas, pero de seguro serán importantes" Hilda se aseguraba de no tener ramas o hojas en su ropa.
Como si fuera una respuesta sin palabras, el timbre sonó.
"Ahí debe de estar" Hilda mostró un poco de emoción por creer quien había venido.
Ya tomando sus cosas, la niña se encaminó hacia la puerta, abriéndose y encontrando a su mejor amiga.
"Buenos días Hilda, como estas…" Frida se detuvo por ver la rara apariencia de Hilda.
"¿Qué?" Cambió su expresión al notar ese alto. "¿Acaso tengo algo en la cara?" Creyendo eso, toco su rostro para asegurarse.
"No… No, no, solo me sorprendiste. Ya te afectó el llegar tan tarde" Frida retomó su actitud anterior.
"Bien" Hilda se detuvo en seco, un poco mostrando descontento por el simple descuido. "Pues adelante" Concluyó sin algún problema.
"Hilda, espera" Johanna alzó la voz.
Las dos niñas se detuvieron, mirándose confusas.
"Creo que tal vez tienes que cuidarte más" Las palabras de Johanna mostraban un lado desconfiado. "Puede que necesites actuar tranquila"
"Tranquila mamá, estaré bien" La confianza se mostraba en Hilda. "Puede que esté algo descuidada, pero seguiré siendo tan cautelosa como siempre"
"Puedo confiar en eso, pero aún tengo esta preocupación" Johanna seguía mirando los rasgos malos de Hilda, pero trato de dejar esa impresión al ver que ella se veía tranquila. "Ten cuidado"
"Claro, como siempre así seré" Hilda terminó su frase con un rápido abrazo dirigido a su madre.
Las dos unidas por ese movimiento afectuoso quedaron tranquilas en lo que duró. Parecía que la abundante prisa no les llegó.
Johanna respirando con calma fue alejado a su hija de ella.
"No te metas en grandes problemas" Johanna acomodó el flequillo azul descolocado de Hilda.
"Claro que no" Dijo Hilda en pequeñas risas.
Habiendo asegurado de nuevo una confianza entre sí, Johanna se fue alejando hacia su escritorio al mismo tiempo que Hilda regresaba con su amiga.
Las dos amigas salieron del mini departamento, cada una mostrando algo, Hilda tratando de llevar un paso normal y Frida viéndose alegre.
Al salir del edificio, fijaron su camino hacia la casa de David.
Entre el camino, Frida vio una posible oportunidad.
"Oye Hilda. ¿Sabes en qué tiempo estamos?" Frida llevaba más emoción por decir la pregunta.
"¿En la mañana? ¿O ya es de tarde?" Hilda vio hacia el cielo, notando que el sol no se había puesto.
"No hablo de eso, ya sabes, ha pasado un tiempo desde que sucedió lo del perro negro, con ello, algo que antes no lograste hacer está siendo retomado" Frida respondió ansiosa de que Hilda lo captara.
"¿Viene el examen de Matemáticas?" Hilda esperaba que esa no fuera la respuesta.
"No, es mucho mejor. La nueva temporada de medallas de los exploradores va a iniciar muy pronto, de hecho, en pocas horas" Frida vio en primeras la cara de alivio de Hilda.
"¡Oh!. Así que inició en tan poco tiempo. Ahora lo veo, es como una chispa única de una fogata" Los ojos cansados de Hilda tomaron otra vez vida.
"Entonces. ¿Tienes pensado conseguir medallas en esta temporada?" Frida preguntó.
"Esta vez no fallare, puede que consiga al menos una esta ocasión" Hilda pensaba despierta sobre las posibilidades. "No, muchas, muchas"
"Eso es, no habrá dificultades ahora, David y yo te ayudaremos en todo lo que podamos" Frida estaba segura de no involucrarse en más aventuras desviadas.
"Tienes razón, esta puede ser la buena, una de muchas" Hilda confiada apresuró el paso. "No quiero presumir, solo creo que-"
Y como otra prueba de estado desubicado de Hilda, cayó al suelo por una grieta del suelo.
"¡Hilda!. ¿Estás bien?" Frida pronto recurrió a ayudarla.
"Estoy perfectamente bien, no ha ocurrido nada. Y sí, estoy bien porque no pienso volver a caer de manera tan imprevista" Hilda limpiaba la tierra de su ropa, no queriendo mostrar un alto disgusto por eso.
"Lo que nos espera…" Murmullo Frida ante esto.
Ambas continuaron su camino, con Frida fijándose de vez en cuando que Hilda no caiga de nuevo al suelo, así de esa manera un poco lenta fueron a la casa de David.
"Menos mal que esperaron" Dijo David al salir de su casa.
"¿Es tarde?" Preguntó Hilda mirando otra vez al cielo.
"Que no, Hilda. David. ¿Estás preparado para lo que pasará?" Frida esperaba una buena confirmación.
"Claro, iré a cualquier trabajo para ganar medallas, y a las aventuras peligrosas también" David no mostró temor por las dos cosas.
"En ese caso tendremos que esforzarnos mucho más, y ayudar también a Hilda para que tenga sus medallas" Respondió Frida.
"Por cierto. ¿Hay algunos objetivos un poco difíciles?" Hilda sabía que casi todos eran complicados.
"Pues no hay dificultades, solo gente sin habilidad" Frida contestó con cierta sonrisa oculta.
"Muchas gracias, señorita perfecta" Hilda no lo captó muy bien. "¿Entonces si las hay?"
"Tal vez sean diferentes en esta ocasión, o algunas se reciclaran" Frida se dirigió a David "¿Recuerdas la medalla del servicio social?"
"Como no olvidarla, esos tipos me persiguieron todo el día" Esa pregunta le dolió un poco a David, miraba su mano izquierda.
"Sí… Después de eso no la volvimos a retomar" Pareció que también le había dolido a Frida "En fin, puede que tengas más oportunidades, Hilda" o al parecer no.
"Confío en ello, podré tener muchas" Andando hacia el rumbo correcto, Hilda esta vez hacia a un lado su visible cansancio.
"¿Ahora iremos o tendremos otra aventura?. Puede que otra cosa nos distraiga de lo que ahora buscamos" Mencionó David.
"Conociendo a Hilda, creo que otra cosa la hará cambiar de objetivo" Concluyó Frida.
"¡Escuche eso!" Afirmó Hilda desde lejos.
Llegando hacia su primera ruta, los tres llegaron a tiempo. Entraron a su salón de clase, el distintivo grupo preparaba su atención.
"Buena mañana alumnos. Hoy tenemos una nueva incorporación, saludamos a su nuevo compañero" La maestra siendo la única en mostrar emoción, presentó al nuevo chico.
Si no fuera por otra manera, el grupo de la clase miró al nuevo.
Este chico al sentir que todos lo miraban mostró un visible cambio, mostraba signos de agonía, temblaba por montones y sus ojos querían mirar a cualquier lugar en vez de las miradas.
"M-m-m-m" Eso era apenas audible, venía del chico.
"Matt Nicholson. Ese el nombre de su compañero" Acudió la profesora, salvando de alguna manera.
Ella esperaba que Matt siguiera con lo típico de una presentación, pero solo siguió en su mismo estado de inquietud.
"Está bien, Matt, puedes tomar asiento"
Acabó la lenta escena, con ello. El nuevo hizo lo ordenado. Matt parecía que a cada paso sus ganas de salir corriendo iban aumentado.
"Pssss... ¿Deberíamos presentarnos?" Susurro un estudiante.
"No creo, solo es el nuevo, no tiene nada de especial" Respondió discretamente su colega.
