Fic

La Boda de mi mejor Amiga

Por Mayra Exitosa

Capitulo UNO

Ella es genial

- No Albert, he tomado mucho. - Yo también he tomado mucho, no podré manejar, así que quedémonos aquí. - Esta bien, vamos a ver dónde nos podemos dormir. - ¿Tienes sueño, Candy? - No, menos cuando estoy contigo. Los dos se vieron al rostro y él sin poderlo evitar, tomo su boca en un beso efusivo y ardoroso, a lo que ella también le correspondió, las prendas salieron, el descontrol se aprovecho de ambos, habían tomado en la fiesta de la boda y se habían pasado de copas, ahora estaban muy desinhibidos y la entrega de ambos fue la mejor que habían vivido y repitieron hacerlo aun estando ebrios, los dos reían por todo, pero sobre la situación que más los atraía ahí se dieron cuenta que ambos lo hacían, pues el jamás se lo había dicho, eran amigos de mucho tiempo, pero entregarse y quedarse desnudos en una habitación de aquella casona que fuera exclusiva para el evento de la boda de la hermana de Albert, y que ella había organizado algunas cosas y ayudado en todo a que se llevara acabo fue algo que los hizo apreciarse en más ámbitos de los que siempre hacían,

- ¡Eres genial preciosa! - mmm

Los dos desnudos amanecieron en una habitación con telas donde se habían quedado a pasar la noche, el amanecer los despertaba con jaqueca y viendo lo que habían hecho, una entrega apasionada y desenfrenada, William estaba asustado porque jamás se había propasado con ella, más Candy no se podía creer lo que ambos por fin decidieron hacer. Pero las cosas salieron de mal en peor. La llegada de Gloria fue una burla para Candy.

- ¿Ya te disté el gusto de llevártela a la cama, William? Se notaba que estabas desesperado por tirártela, nunca me imagine que después de todo tu amiguita tuviera esos alcances y te abriera las piernas por fin. Gloria también estaba bebida, Albert vio cuando Candy cambiaba el dolor de cabeza por un rostro pálido al escuchar sus declaraciones, sin esperar, se fue por los bosques, alejándose del salón, Candy estaba muy decepcionada, Albert nunca le había dicho que solo deseaba tenerla como a otras y como dicen por ahí, los niños y los borrachos siempre dicen la verdad, la suerte de que Gloria estuviera ahí todavía tomada y diciendo eso, fue tan grotesco. Albert la buscaba para darle una explicación, pero el dolor de cabeza le hacía zumbar los oídos y ver a Gloria bebida, lo dejaba con una responsabilidad extra a la de entregar el salón ese mismo día.

- Eres una malvada, ella es la mejor mujer del mundo y como te atreves a hablar de esa forma.

- ¿Y qué? No dijo Niel que ella se iba con cualquiera que lo tuviera firme.

- Jamás se ha metido con nadie, ni siquiera estuvo conmigo, eres una mujer sin escrúpulos, mal interpretaste todo.

- ¡Perdón!

Albert adoraba a Candy y cada día se fue metiendo en su corazón paso a paso, fueron amigos, luego mejores amigos, esa noche ebrios le había arrebatado su primera vez, aunque estaba pasado de copas y ella también, no dejaría que esa tonta de Gloria, quien era amiga de su hermana, la cual se había casado la noche antes en ese salón de fiestas, fuera divulgando que Candy y él se habían entregado.

Candy se había alejado analizando esas palabras, ella no midió las consecuencias de sus actos, y si, se había entregado a Albert, pero escuchar a Gloria le hizo sentir basura, para colmo William no la defendió, no tenía caso, tantos años de conocerse para que al final solo fuera una más en la lista de a quien levarse a la cama. El llanto fue solo el comienzo, luego la salida del trabajo y el traslado a otra ciudad fue después.

William la buscaba, pero parecía esconderse de él y la comprendía, solo deseaba no haberla dejado embarazada, porque él no se había protegido, aunque era la primera vez de Candy, él la adoraba desde que la había conocido, todos sus amigos sabían lo mucho que quería a Candy, Gloria incluso estaba enamorada de él y jamás la había aceptado siquiera estar cerca, mucho menos después de esa ocasión que finalizó su amistad por estar ebria e insultar con falsedad a su mejor amiga.

Candy por su parte, cambio de ambiente, recordaba en ocasiones como se habían besado, en otras como se habían entregado y había sido muy dulce con ella, más saberla como una meta a vencer, una rayita a cruzar era algo que la había decepcionado. Con el tiempo, ella vencería esa situación, trabajaba en un hospital en Pennsylvania y no había vuelto a ver a Albert en mucho tiempo.

William por su parte, después de la boda de su hermana mayor, las cosas cambiaron y el trabajo se incrementaba, más no olvidaba a Candy y esa ocasión que juntos se entregaron el ese lugar, aun bebidos se amaron y recordaba palabras de ella como música para sus oídos "Oh Albert, no solo eres el mejor amigo que tengo, eres a quien he admirado y amado en mis sueños" - ¡Candy!

Tres años después…

El vuelo de una avioneta la hacía reír, él le declaraba su amor en el cielo y ella apenada porque todos los médicos y enfermeras del hospital se enteraban. Se ponía ruborizada, ya conocían a Stear y su efusividad para con ella, en flores y regalos que siempre los hacían reír por alguna cosa extraña que traían y hacían algo extra a lo inesperado de un regalo romántico.

- Candy que emoción, tu novio quiere casarse contigo. - Si. Una amiga que le había acompañado en todo momento, la miraba con cierta tristeza y Candy lo notaba, ella apreciaba a Stear y este era su novio desde que tenía ya casi un año con él, ella se sentía atendida y atraída por Stear, más él amaba a Candy y ahora que le declaraba que se casaran, se sentía un poco triste por ella, ya que había guardado ilusiones con Stear. Ella hizo un esfuerzo y se acercó a Candy,

- Te deseo lo mejor, Candy. El es un gran chico, te lo mereces. Paty se iba triste y ya no giraba a verla, más ella se quedaba en espera a que Stear aterrizara y fuera a buscarla, para que hablaran, su noviazgo ya tenía un año, más no pensó que se casarían tan pronto, por lo que nerviosa esperaba verlo y saber que era lo que había planeado.

Stear estaba ilusionado, quería mucho a Candy desde que se habían hecho novios y era la única persona que lo amaba sin condiciones, no le ponía pegas a nada y ambos se llevaban de maravilla, por lo que declararse fue lo mejor, comenzar a un matrimonio, era lo indicado, ya no se podía continuar en espera y Candy se merecía un marido que la amara y el sería al adecuado, solo esperaba que ella le respondiera y es anoche la llevaría a cenar y le daría su anillo de compromiso.

Continuará…


Gracias por darle una oportunidad a esta pequeña historia, deseando sea de su agrado

Continuamos con más Historias de Albert y Candy

Un abrazo a la Distancia

Mayra Exitosa