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Los días en Teikoku pasaban tranquilos, y la unión entre los miembros del equipo se hacía notorio. Kazemaru estaba muy orgulloso de eso, siempre pensó que Teikoku serían fríos, pero al igual que en Raimon, tenían su lado cálido. Incluso algunos tenían un lado muy competitivo, supuso que era por la forma en que eran educados todos ellos, aunque tampoco le desagradaba.
- ¿En qué piensas Kazemaru?- preguntó Genda, quien le vio detenido observando a los demás.
- Nada importante.- respondió Kazemaru claramente avergonzado por quedarse mirando como los chicos reían, conversaban, mientras tomaban ese pequeño descanso antes de seguir con el entrenamiento.
Ambos se sonrieron, intercambiaron unas palabras y volvieron a la cancha, al reanudarse el entrenamiento.
Como siempre corrían por el campo con el esférico, utilizando sus mejores técnicas para que el balón no fuera robado por su adversario. Algunos fallaban, otros salían victoriosos, como también otros tropezaban.
- ¡Ah!
- ¿Estás bien Kazemaru?- preguntó Sakuma, al notar que había caído al suelo, ya que Fudou hoy estaba jugando demasiado brusco. Era la segunda vez que hacía caer a Kazemaru solo en este día de entrenamiento.
- Estoy bien, no te preocupes.- no dudó en responder con seguridad casi de inmediato, no había sido una caída tan dura después de todo, al menos eso opinaba él.
Akio sonrió un poco.- Vamos, vamos, que el entrenamiento no termina.- Kazemaru frunció el ceño al verlo, mientras se levantaba. Sakuma se acercó y le ofreció su mano para ayudarlo a levantarse, el de coleta aceptó sonriente.
- Fudou, deja hacer eso, y comienza a jugar como corresponde.- le regaño Sakuma, una vez Kazemaru estaba de pie.
Akio arqueo una ceja y sonrió burlándose.- Solo juego con todo mi potencial, no deberías ir fácil solo porque es un entrenamiento.
Sakuma iba a replicar pero Kazemaru le detuvo.- Está bien, Sakuma. No pasó nada. Además, Fudou tiene razón, debemos tomar en serio el entrenamiento.- Akio sonrió triunfante, pero Sakuma solo tenía ganas de romperle la cara.
- Ya escuchaste a nuestro miembro del comité de reforzamiento.- Akio se acercó a ellos, sólo para caminar a un lado y chocar su hombro contra Kazemaru, quien no pudo esquivarlo, pero fue solo un golpe leve. Fudou ni volteó a mirarlos después de eso.
- Oi, Kazemaru.- Sakuma llamó su atención.- No dejes que Fudou te trate así.- el de coleta sonrió.
- Está bien, no te preocupes. Lo sé.
- Parece un niño que quiere llamar la atención.- exclamó Sakuma, claramente no lo decía en serio, ya que no creía que fuera por eso.- Continuemos el entrenamiento.- indicó finalmente Jirou, Kazemaru asintió y siguieron entrenando.
Por ese día no hubo más complicaciones.
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Al día siguiente, Genda y Kazemaru estaban conversando en el almuerzo, dado que iban en el mismo salón, también iban juntos a la cafetería, por lo que no era raro verlos juntos.
- Ah, que bien, un espacio libre.- En una de las largas mesas que tenía Teikoku, donde Kazemaru y Genda estaban sentados, Fudou se invitó el sólo y se sentó frente a ellos, específicamente frente a Kazemaru, sonriendo con suficiencia.
Kazemaru suspiro.- Queremos almorzar tranquilos, Fudou.- le dijo simplemente.
- Vamos, solo quiero compañía, somos compañeros de equipo, ¿no?- Fudou le observó de manera traviesa, mientras Kazemaru solo estaba serio.
- Bien, pero-
Tuvo que interrumpirse, cuando Fudou le salpicó un poco de puré de papa en su cara.- Fudou.- regañó Kazemaru, mientras Genda le entregaba una servilleta para que se limpiara.
- Fudou compórtate al menos.- le pidió Genda.
- Muy bien, comenzaré a ser amable.- tanto Genda como Kazemaru le miraron con desconfianza, pero estuvieron aliviados al notar que Fudou se comportaba mucho mejor después de eso. Aunque Kazemaru, no bajó la guardia en ningún momento.
Claro que para Sakuma, quien estaba sentado en otra de las largas mesas de Teikoku, junto con Banjou, no pasó desapercibido ningún movimiento, ni la actitud de Fudou. Desde que entró al comedor le había notado, imposible no hacerlo ya que había entrado justo después de él. Así fue como notó, que Fudou buscaba algo con la mirada, y al encontrarlo no lo perdía de vista. Al principio no creyó que fuera Kazemaru, pero cuando vio que Fudou se dirigía hasta donde estaban Genda y Kazemaru, después de buscar su bandeja de comida, confirmó que Fudou mantenía un ojo sobre Kazemaru.
Le pareció demasiado sospechoso, además que no era la primera vez que Fudou hacía eso, por lo que algo hizo click en su cabeza ¿Acaso sería posible…?
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Un nuevo entrenamiento comenzaba ese día, luego de las clases rutinarias, el equipo de fútbol se reunía en el campo, tenían mucho que mejorar así que estaban muy entusiasmados.
- Solo espero que esta vez te controles.- Sakuma a un lado de Fudou, le dirigió la palabra. Ambos estaban un poco apartados de los demás, quienes comenzaban ya a calentar.
- ¿ah? ¿Qué quieres decir?- preguntó bastante irritado, ya que estaba concentrado en sus propios asuntos antes de que Jirou llegara.
- De que tu enamoramiento por Kazemaru, no interrumpa los entrenamientos.- Sakuma no tuvo ningún arrebato en decírselo, se lo dijo de la forma más calmada posible, como cuando alguien dice "buenos días". Fudou pareció que dejó de respirar por unos segundos, incluso demoró en reaccionar.
- ¡¿D-de qué estás hablando?!
El grito de Fudou, llamó la atención de los demás, imposible no oírlo si había gritado.
- ¿Otra vez están peleando?- preguntó Narukami, que había comenzado a correr junto con Doumen. Ambos detuvieron su trote al escucharlo y se miraron preocupados. Henmi, paso por su lado, y solo les dijo que lo ignoraran y siguieran.
- Solo quiero que sea un entrenamiento tranquilo.- murmuró el pequeño a su lado, sin creer que Henmi pudiera hacer como si nada pasara, aunque no era la primera vez que peleaban.
Mientras Sakuma observaba sorprendido a Fudou.- ¿Qué? ¿Me equivoqué?
- ¡Claro que te equivocas! No pienses en cosas tan ridículas, capitán idiota.- Fudou se dio la vuelta sumamente enojado, nervioso y alterado, y se alejó de él.
- ¿Idiota?- Sakuma estaba ofendido, pero no tenía ganas de seguirlo, además el entrenamiento debía comenzar, pensaba encargarse de él en otro momento.
Aliviados que no hubiera pelea o discusión, comenzó el entrenamiento del equipo.
Como siempre, luego de calentar, comenzaron un corto partido para medir sus habilidades. Los pases iban y venían entre ellos, el balón no paraba de moverse, así como ninguno de los miembros del equipo. Los tiros en la portería eran detenidos por Genda, además de otro portero suplente en la portería contraria.
El equipo estaba tratando de hacer una nueva táctica, para poder llevar el balón a la portería rápidamente, táctica que necesitaba de Sakuma, Jimon, Kazemaru y Henmi. Claro que aún no estaba completada, así que era obvio que habían errores y falta de coordinación, pero no tenían duda que mejorarían. Intentaron hacerlo un par de veces, pero aún les faltaba, repetían aquello cada vez que podían, pero en una de esas repeticiones, Sakuma cayó al piso bruscamente.
- Debe tener cuidado, capitán.- él causante de su caída, se mofó de él.
Sakuma había caído de cara al suelo, hasta incluso había algo de pasto en su boca. Demás está decir que estaba furioso. Levantó su cara, escupió algo de pasto y miró de manera asesina a Fudou.- ¡Fudou, maldito, QUIEN TE CREES QUE ERES!
Genda rápidamente corrió y detuvo a Sakuma desde atrás, sosteniendo sus brazos, ya que el del parche se había levantado con la sola intención de golpear a Fudou. Este último sonrió con orgullo, ya que sabía que no lo golpearía de verdad.
- Otra vez Fudou.- murmuró Sakiyama.
- ¿Es que acaso no se cansa de romper las pelo-
- ¡No digas palabras feas, Jimon!- le detuvo Banjou.
Ninguno se quiso acercar por el momento, excepto uno de ellos.
- Tranquilos ustedes dos.- Kazemaru fue el primero en ponerse en medio de ellos.- Fudou, se que te estás tomando esto en serio, pero lo que hiciste fue claramente una falta.- el de ojos esmeraldas rodó los ojos.
- No me regañes, no eres mi madre.- Kazemaru frunció el ceño, pero trato de mantenerse tranquilo.
- Simplemente no lo vuelvas hacer, estás interrumpiendo el entrenamiento. Por si no lo recuerdas también formas parte del equipo, y quieras o no, la victoria depende de todos, incluyéndote.- Akio solo chasqueo la lengua ya molesto.
- Eres tan molesto, ya lo sé, como sea.- contestó cortante. Kazemaru se relajó y volteó a ver a Sakuma.
- Gracias Kazemaru.- Jirou aún se notaba molesto, pero al menos ya no estaba alterado y Genda lo había soltado.
- Quizás debamos descansar.- propuso el portero, observando con preocupación a su capitán.- ¿No estás lastimado?
- No, estoy bien.- respondió Sakuma.- Sigamos y tomemos el descanso después.- añadió para luego dirigirse al equipo.- ¡Continuemos con el entrenamiento!- los demás solo siguieron la orden de Sakuma en ese momento, esperando que ese incidente no se volviera a repetir.
- Hiciste muy buen trabajo, Kazemaru.- Genda elogió a Kazemaru, quien se sintió algo avergonzado por ser elogiado tan repentinamente.
- No hice nada.
Kazemaru parecía incómodo, pero Genda se veía completamente sincero.- Claro que sí, creo que ya sabes controlar bien a Fudou.
- ¿eh? No digas esas cosas, suena raro.- le indicó Kazemaru, aunque no dudó en soltar una leve risa, Genda hizo lo mismo.
Tanto Genda como Kazemaru se dirigían a sus posiciones para continuar con el entrenamiento, entre risas y sonrisas. Sin saber que cierto castaño de mohicano, les veía con seriedad, no podía escuchar lo que decían desde donde estaba, pero sí podía notar lo muy bien que se llevaban.
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Luego de tanto drama, finalmente un momento de descanso para el equipo, antes de continuar con el entrenamiento. Los chicos estaban dispersos por el campo, algunos acostados en el pasto agitados, como Banjou y Doumen por ejemplo. Sakiyama y Henmi estaban sentados, pero estirando un poco. Narukami se quitaba el sudor con su toalla, mientras se quejaba del calor que sentía. Oono conversaba con Jimon, al mismo tiempo bebían su agua, y así cada uno estaba en algún lado del campo, con una botella de agua y toalla en mano.
Kazemaru estaba junto con Genda en la portería, al parecer hablando de cosas de porteros, ya que el de coleta parecía estar indicándole algo, después de todo, Kazemaru había pasado mucho tiempo con Endou, así que sabía mucho acerca de porteros. Genda escuchaba tranquilamente, incluso imitaba lo que intentaba explicarle Kazemaru. Lo que no sabían, es que alguien les estaba mirando con mucha molestia.
Pasó un tiempo, el descanso terminó. Sakuma les pidió que volvieran a entrenar, y los chicos con energías renovadas entraron al campo. Jirou estaba apunto de hacer lo mismo, pero se dio cuenta de algo: a Fudou con un balón, muy concentrado, apunto de golpearlo para lanzarlo, era obvio que intentaba meter un gol, o algo parecido. Sonrió travieso, y se acercó a Fudou por detrás, sin que lo notara. Apenas estuvo detrás de él, con rapidez tocó sus costados para hacerle cosquillas y le gritó un "¡buuu!" para asustarlo ¿Surtió efecto? Claro que sí, había lanzado la pelota, pero la lanzó sumamente mal.
- ¡Idiota! - grito Fudou, rojo de la ira en ese momento. Sakuma solo se aguantó la risa.
- … capitán…- llamó Narukami.
- Fudou, no seas llorón.
- Eres un idiota.
- Ca-capitán…
- Interrumpiste mi tiro.- la verdad es que no era un tiro, Fudou quería asustar un poco a Genda, en realidad quería darle un balonazo, uno bien fuerte.
- ¡Capitán!
- ¿Qué ocurre Narukami?- Sakuma finalmente volteó a verlo, solo para notar como el pobre chico estaba pálido. Sakuma volteo a mirar hacia donde él miraba, recién se dio cuenta que la mayoría se reunió en la portería. Sakuma tragó saliva y no tardó en correr hacia esa dirección.
Fudou se quedó un poco pasmado, pero comenzó a caminar con lentitud hacia donde estaban ellos, a los únicos que no veía entre ellos, era a Kazemaru y a Genda ¿Qué había ocurrido?
- Hay que llevarlo a la enfermería ahora.- pudo escuchar a Sakiyama hablar.
- Pero no lo muevas mucho.- era la voz de Doumen, que se notaba preocupada.- ¿Es sangre lo que está en tu guante, Genda?- apenas escuchar eso, Fudou corrió hacia el grupo. Solo para ver como Genda cargaba a un inconsciente Kazemaru, y se lo llevaba. No pudo decir nada, ni moverse después de verlos, solo se quedó allí de pie, esperando que alguien le dijera que fuera mentira.
«El balón no era para él, era para Genda.» Akio quería morirse en ese mismo instante.
Sakuma estaba igual que él, culpándose por lo ocurrido, si no hubiese interrumpido a Fudou, eso no hubiera pasado. Se había dejado llevar por su molestia por Fudou, solo por vengarse de él.
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Kazemaru había recibido un duro golpe en su cabeza, en realidad dos golpes. Para su terrible suerte, el golpe en la cabeza del balón había sido solo el principio. Dado que justamente estaba cerca de un extremo de la portería. La fuerza del golpe le hizo caer hacia atrás y por lo tanto golpear su cabeza contra la estructura de metal. El ruido había sido muy fuerte y en un instante, Ichirouta estaba inconsciente en el piso, para terror de Genda, quien no pudo hacer nada para detenerlo. Claro que lo había intentado, pero se había alejado de Kazemaru para recoger un balón justo en ese instante. Sí, Koujirou había corrido apenas lo notó, le intentó advertir, pero cuando se dio cuenta de la trayectoria del balón, ya era demasiado tarde.
«No fui lo suficientemente rápido. Soy una vergüenza como portero, ni siquiera puedo proteger a un amigo.»
Genda, Sakiyama, Sakuma y Doumen, estaban en la entrada de la enfermería de Teikoku, no se habían movido de allí, lo único que esperaban eran buenas noticias. Aún estaban con sus uniformes del club, no hubo tiempo para cambiarse. Ya pasaba una hora desde lo ocurrido y tampoco pensaban moverse de allí. Sin embargo, no había señal del médico a cargo, ni de sus ayudantes, y eso los ponía nerviosos.
Fudou apareció poco después, en silencio, nadie tuvo energías de decirle nada en ese instante, ni el mismo Akio preguntó nada al respecto. Solo entro en silencio, cabizbajo y sin energías.
Minutos después, escucharon una ambulancia estacionarse cerca de la entrada del ala médica de Teikoku. Todos se miraron asustados, y aún más lo estaban cuando Kageyama apareció allí. Él no había estado en el entrenamiento, lo usual, así que no sabían que esperar en ese momento.
- Kazemaru será llevado a un hospital, sus padres ya fueron avisados.- anunció, dejando a todos sin aliento.- Vuelvan a cambiarse y vayan a sus habitaciones, mañana tienen clases.- Eso fue lo único que les informó Kageyama, antes de marcharse.
- ¿Eso es todo?- llamó Sakuma esperando que le diera más detalles, pero el comandante ni siquiera volteo a verle, simplemente siguió su camino.
- ¿A-al hospital?- murmuró Fudou, sin poder creerlo ¿Acaso estaba tan mal? Se preguntó Akio. Para la sorpresa de todos, Genda se levantó abruptamente y corrió en dirección hacia el club, Fudou lo siguió casi enseguida.
- ¿Qué hacemos nosotros, capitán?- preguntó Doumen.
- Iré a ver a Kazemaru.- exclamó Sakuma.- Quédense, avísenle a los demás, les llamaré para informarles.- Sakiyama y Doumen asintieron ante sus ordenes.
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Tanto Genda, como Sakuma y Fudou, habían tenido la misma idea. Se supone que no debían salir del instituto durante la semana, pero Genda tenía influencias y Sakuma también, además era una emergencia, al final Fudou también se auto invitó con ellos. Ahora los tres, que apresurados se pusieron su chándal verde de Teikoku antes de salir, estaban en el hospital, querían saber cómo estaba Kazemaru.
Sakuma estaba en su teléfono intercambiando mensajes con el equipo, en el chat grupal todos estaban preocupados por Kazemaru, así que había mucha actividad. Hasta el momento, ninguno de los tres presentes, había dicho palabra alguna, solo cuando se pusieron de acuerdo para ir al hospital, habían intercambiado palabras, pero después de eso, todo fue silencio.
- Es la mamá de Kazemaru.- habló Genda, levantando su mirada, para notar a una mujer muy bien vestida conversando con el doctor. Al lado de ella un hombre en traje de oficina le acompañaba, por como vestían, al parecer venían de sus trabajos.
Genda fue el primero en acercarse, seguido de Sakuma y Fudou.
La mujer notó enseguida a los chicos, se notaba que era la madre de Kazemaru por su cabello color cerceta, este estaba completamente amarrado, por lo que no podían notar el largo. Vestía con un traje de oficina, de un tono verde oscuro, con la típica blusa blanca y zapatos de tacón.
- Genda.- la mujer reconoció al chico enseguida, y también a los compañeros de su hijo, solo por el uniforme que traían.
- Perdón por haber venido.- dijo Koujirou bastante apenado.
- También me disculpo, soy Sakuma Jirou compañero de Kazemaru. Aunque como capitán del equipo de fútbol, es mi deber estar aquí y preocuparme por los miembros.
- Aunque agradezco su preocupación por mí hijo ¿No se meterán en problemas muchachos?- ese fue el hombre que acompañaba a la mujer, cuya voz sonó bastante estricta, pero no estaba enojado.- Por lo que tengo entendido, no deben abandonar el edificio hasta el fin de semana.- el morocho les miro preocupados, de su traje oficina de tonos oscuros, lo único que resaltaba, era su corbata color azul.
- No se preocupe.- contestó Jirou.- Tenemos un permiso especial, además es una emergencia, y Kazemaru es alguien importante para nosotros.- Ambos adultos sonrieron ante esa muestra de preocupación.
- Ichiro tiene muy buenos amigos.- sonrió la mujer.
- ¿Cómo está?- por fin hablaba Fudou.- ¿Cómo está, Kazemaru?- los padres del mencionado se miraron, y luego voltearon a ver al doctor, quien estaba allí todavía.
- Supongo que tengo el permiso de sus padres para explicarles.- el médico, mucho mayor que los padres de Kazemaru, acomodó sus anteojos antes de explicar qué ocurría.- El golpe fue bastante fuerte, estamos esperando el resultado de los análisis, pero de todas formas, necesitamos que despierte para estar seguros que no haya un daño severo.
- ¿No ha despertado?- preguntó Sakuma asustado, el médico negó con la cabeza.
- Estamos tan preocupados como ustedes.
Genda y Fudou agacharon la cabeza, bastante preocupados, basta decir que Fudou apretó sus puños con fuerza, sentía que el mundo se le estaba viniendo encima. Se sentía demasiado frustrado en ese momento, todo había sido su culp-
- Es mi culpa.- ambos castaños voltearon a ver a Sakuma, quien se dirigía hacia la madre y padre de Kazemaru, la primera se había sentado en una silla, tratando de contener sus lágrimas.- Por favor, perdónenme. Debí ser más cauteloso, por mis descuidos permití que Kazemaru saliera lastimado, si necesitan castigar a alguien, es a mí.
- No Sakuma.- Genda se adelantó enseguida.- Es mi culpa, yo estaba cerca de la portería, debí ser más rápido y detener el balón, debí notarlo, no debí estar jugando.- luego observó a los padres de su compañero.- Si alguien merece recibir un castigo, ese soy yo.
- No lo entiendes Genda, fue por mis descuidos y mi poca paciencia, que Kazemaru término así.- le indico Jirou.- Si no hubiese interrumpido ese tiro, no estaríamos aquí.
- Chicos…- la madre de Kazemaru les observaba enternecida por su sinceridad.
- Yo fui quien lanzó el balón.- Fudou se había mantenido callado todo ese momento, pero finalmente había abierto la boca.- Yo soy el único culpable.- parecía que había perdido toda esa picardía en su voz, incluso su actitud se había esfumado, se veía derrotado, casi enfermo, avergonzado.- Yo lance ese balón, es mi culpa que Kazemaru este ahora en esta situación. Por favor, discúlpenme. Si deben odiar a alguien, que sea a mí.- Sakuma y Genda estaban sorprendidos, no solo por la dolorosa y sincera disculpa, si no porque Fudou hizo una reverencia ante los padres de su amigo.
No pasó tiempo para que el padre de Kazemaru reaccionara, se acercó a Fudou y puso una mano sobre el hombro del chico.- Dejen de culparse, ninguno tuvo la culpa, le pudo pasar a cualquiera de sus compañeros. Ichirouta y nosotros, sabíamos que se podía lesionar jugando.- Fudou levantó la mirada, solo para encontrarse con los ojos ambarinos, bastante cálidos y comprensivos, del padre de su compañero. Intentó decir algo, pero el adulto habló primero.- Agradecemos su preocupación, pero será mejor que regresen a su instituto, ya oscurece, pasaron muchas cosas y deben descansar. Les avisaremos si hay algún cambio.- esta vez habló un poco más duro. Estaba claro que estaban molestando un poco, siendo insistentes con el tema y complicando más la situación.
Los tres decidieron irse, al menos Genda y Sakuma, porque Fudou quería quedarse con Kazemaru, pero sabía que por el momento no era bienvenido.
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Al día siguiente, los miembros del club tenían la opción libre de usar el campo para entrenar o no usarlo, debido a lo que ocurrió ayer.
Fudou se tomó el día, y apenas terminó sus clases, pidió un permiso por su cuenta para salir, cosa que se lo concedieron debido a los sucesos del día anterior. El rumor sobre que Kazemaru, el chico de apoyo para el club, estaba en el hospital, había corrido rápidamente durante aquella mañana, y era de lo único que se hablaba. Fudou tuvo que soportar todos los chismes y rumores, aunque los ignoró con facilidad ya que su mente estaba ocupada sólo por la escena de Kazemaru inconsciente y sangrando.
Así que allí estaba, solo frente al hospital, con un regalo en sus manos. Le había pedido a su madre de favor, que comprara unas flores, obviamente tuvo que contarle que sucedió, se iba a enterar de una manera u otra, siempre lo hacía. Basta decir que su madre no estaba para nada contenta, estaba muy consternada por la situación, y preocupada porque su hijo fuera expulsado por lo que había hecho. Estaba muy ocupada con su trabajo, pero le dijo que iría a disculparse con los padres de Kazemaru cuando tuviera tiempo, aunque él no lo creía necesario. De todas formas, fue a buscar las flores que su madre ya había dejado pedidas, para luego ir al hospital. Ahora caminaba por el lugar, un poco avergonzado por llevar esas flores consigo.
- Eres tú otra vez- la voz de una mujer llamó su atención, y detuvo su caminata por los pasillos del hospital. Justo frente a él, estaba la madre de Kazemaru, esta vez su cabello lo llevaba suelto, notando que era muy largo, fino y sedoso. Vestía bastante cómoda, con zapatillas, pantalones de tela, y una blusa color rosa.- Esas son las flores favoritas de Ichirouta.- parecía sorprendida
- S-sí, me dijo que eran sus favoritas.- Akio se sonrojo un poco, la mamá de Kazemaru era demasiado bonita, podía notar de dónde había heredado eso Kazemaru.
- Entonces deben ser muy cercanos.- sonrió ella. Eso era medio cierto, ya que el comentario había salido de casualidad un día en el jardín botánico de Teikoku, para una tarea que tenían sus clases de ciencias. Le pareció un dato estúpido, pero la verdad es que le gustaba saberlo.
- ¿Cómo está?- preguntó él, la mujer negó con la cabeza.
- ¿Quieres verlo?
- ¿eh? S-sí.
- Eso me alivia, justo iba a comprar algo, así no se quedará solo. Coloca las flores cerca de Ichirouta, se que le gustarán.- se despidió, dejándole solo.
Akio respiró profundamente cuando se fue, sentía que algo aplastaba sus pulmones y su corazón, pero continuó. Busco la habitación de Kazemaru y al encontrarla, se detuvo un poco nervioso. Estaba aliviado que ni Genda, ni Sakuma estaban con él, para ver su terrible estado y notar el miedo que desprendía. Es mas, no habían hablado desde que abandonaron el hospital ayer, así que no sabía que estaban haciendo ahora.
Se armó de valor, deslizó la puerta y entró. Ya adentro, pudo ver la solitaria habitación, solo ocupada por algunos muebles, una cama y a Kazemaru dormido en ella. Se quedó un buen momento en la puerta, antes de cerrar y acercarse al durmiente Kazemaru.
Suspiró.
- Cuando despiertes, vas a estar muy molesto, por haber perdido una clase.- le indicó, como para hacerse el gracioso, mientras dejaba el florero a un lado, aunque sabía que no escucharía.
La sonrisa burlona que tenía se borró al instante, y sin querer acarició una mejilla de Kazemaru, aunque la quitó casi inmediatamente al notar lo que hacía. Luego volteo a todos lados, para ver si alguien lo había visto, pero estaba solo, con excepción de Kazemaru, claro.
Dejó escapar otro suspiro más, pero de alivio. Decidió concentrarse en las flores, colocó bien el florero, ordenó las flores y las contempló un momento. Se giró hacia Kazemaru y le observó un instante.- Los girasoles son tus favoritos ¿no?- le dijo, de nuevo una pausa mucho más larga. No pudo evitar apretar sus puños con fuerza de solo recordar las circunstancias que trajeron a Kazemaru a este lugar.- De verdad, será mejor que despiertes, están todos preocupados… incluso yo. Así que, no nos des más sustos y despierta.- le indicó como si lo estuviera regañando, pero al final su rostro se llenó de arrepentimiento y tristeza otra vez.
Se alejó entonces de la cama, con la intención de irse, pero un ruido llamó su atención. Escucho un quejido, la respiración profunda de alguien más y luego una tos.
- ¿Kazemaru?- Fudou se acercó a la cama enseguida con el corazón latiendo a mil por hora y sudando frío.
Finalmente Ichirouta abría los ojos, y Akio estaba realmente feliz, incluso pensó que estaba soñando o que su mente le jugaba una mala broma. Pero sabía que era real. Sus miradas se cruzaron, y rápidamente Fudou reaccionó; debía llamar a un enfermero o algo, vio el botón de pánico y lo encendió.
- Por fin despiertas.- le dijo, el de coleta apenas si enfocaba su visión, y cuando lo hizo, solo le miro extrañado.- Ya viene alguien a verte, no te muevas, Kazemaru.- le ordenó, parecía que había vuelto a ser el mismo Fudou de siempre.- De seguro debe desagradarte mucho, que sea yo, la primera persona que ves.- se mofó él.
- ...
- ¿no vas a decir algo?
- … uhm…
- ¿eh?
- ¿Q-quién eres?
- ...
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Continuara
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No tengo planeado que este fic tenga muchos capítulos, máximo dos capítulos. Con suerte serán tres, pero lo dudo.
Espero que le guste este corto y que ese capítulo haya sido de su agrado, pronto traeré el otro.
