Edward Newgate nunca se imaginó que llegaría al cielo, en especial después de todo el caos que causo en sus días con Rocks y sus peleas con la Marina, Gol D. Roger, Charlotte Lin Lin, Kaido, Sir Crocodile, Shanks y… ¡Vaya! ¡Había tenido muchos enemigos y peleas! Pero ahora que estaba muerto eso no importaba, todo lo que importaba era ver de nuevo a Ace, Thach y sus seres queridos que ya habían muerto.

Los primeros días en su estancia celestial habían sido literalmente un paraíso, pasando el tiempo con Ace, Thatch y todos los hijos que había perdido con el transcurso del tiempo. En el paraíso el ya no se encontraba enfermo así que podía darse el lujo de comer comida deliciosa y beber alcohol a todas horas sin problemas. Así mismo tuvo algunos combates contra Gol D. Roger, quien también se encontraba en ese sitio.

- ¡Bueno, pero al menos yo si soy el padre de Ace! -gritaba cada uno de los dos en caso de perder aquellos combates.

Sin embargo, uno de aquellos días de felicidad celestial, súbitamente un hombre saltó por su espalda. Newgate lo reconocio en seguida: Kozuki Oden.

-¡Blanquito chan! ¡Que bueno que llegaste! Digo, no que sea bueno que hayas muerto, solo digo que bueno que te vuelvo a ver aquí. - dijo Oden con su usual sonrisa y actitud aventurera de siempre.

- ¿Por qué hueles tanto como un pedazo de pollo frito? – preguntó Newgate sintiéndose algo desconcertado por el extraño, pero delicioso olor que emanaba el samurái.

- ¡Porque fui freído vivo al ser ejecutado! – exclamó Oden.

- ¿Qué? ¡Ahhh! ¡Cuando encuentre a los que te hicieron eso descargaré toda mi ira con ellos! – gritó Barbablanca furioso y sediento de venganza. Si había algo que le gustaba a Barbablanca era vengarse de la gente que hería a sus amigos.

- ¡Hey, tranquilo, solo era una broma! En realidad, huelo así porque mi esposa y yo hemos cocinado pollo frito esta mañana – explicó Oden.

- ¿Entonces no te frieron vivo?

- Bueno, si, pero eso fue hace varios años. – dijo Oden tratando de no recordar ese evento que acabó con su vida.

- ¡Esos hijos de…! ¡Los voy a hacer picadillo en cuanto lleguen a este sitio!

- Sin ofender Blanquito, pero no creo que lleguen aquí nunca. Cuando les toque su hora se irán a otro lado. – contestó Oden apuntando el suelo.

- Bueno, en ese caso, supongo que es un gusto encontrarnos otra vez.

- Por cierto, acabó de conocer a el hijo de Roger.

- ¡Tonterías! ¡Portgas D. Ace es mi hijo!

- Pfff… Ace dijo lo mismo cuando me lo encontré por primera vez. – contestó Oden sin dejarse impresionar por Barbablanca.

- ¿Y que opinas de el?

- Es un buen chico. Me ha hablado mucho de ti, la tripulación y su hermano menor Luffy. Aunque por alguna razón Ace siempre esta buscando a un tal Sabo. Dice que es su otro hermano. ¿De casualidad no fue miembro de tu tripulación? -preguntó Oden a Barbablanca.

- No. Pero Ace me habló de el hace tiempo. Sabo era junto a Luffy amigos muy cercanos de Ace al grado que se hicieron hermanos por un juramento. Tristemente Sabo fue asesinado por unos de esos malditos nobles mundiales cuando era el apenas un niño. – explicó Barbablanca.

- Ya veo. – dijo el Kozuki ligeramente triste, pensando en el pobre Luffy que había perdido a dos hermanos y que quizá aquel Sabo del que le hablaba Ace ahora estaba ardiendo en el infierno. Aunque a Oden no le hacía sentido que un niño estuviera en el infierno y menos tras haber tenido tan horrible muerte. ¿Eso significaba que estaba vivo?

- Y bien Oden. ¿Cómo te ha tratado la muerte?- preguntó el pirata tratando de sacarle conversación Oden.

- He visto a varios habitantes de mi país últimamente. Wano se ha vuelto una tiranía. Sin embargo, ni mis hijos ni ninguno de los Vainas Rojas ha llegado a este sitio, por lo que creo que aún hay esperanza. ¿Y qué cuenta el hermano de Kiku? ¿Disfrutando la vida en altamar?

- ¡Guraguragura! Bastante. De hecho, siempre me habla maravillas de Kiku, aunque por supuesto se preocupa mucho por ella. No ha tenido ninguna noticia de ella en veinte años.

- Tranquilo. Kiku esta bien. No la he visto aquí así que supongo que esta viva y mientras este viva hay esperanza. ¿Y qué hay de Marco?

- Bueno, es el mejor médico que pudo haber tenido mi tripulación. Y el mejor comandante de la Primera División que pude haber tenido. –contestó.

- ¡Que maravilla! Por cierto. ¿Sabes como esta ese gordito de Teach? – preguntó Oden con curiosidad.

- ¡Ese cobarde engreído, espectro del infierno sin un gramo de moral! – gruñó Barbablanca furioso al oír aquel nombre, haciendo que Oden se desconcertara por completo, pues el no entendía como un muchacho tan bueno como Teach podía ameritar aquellos insultos.

- ¿Qué hizo? – preguntó Oden bastante preocupado.

- ¡Que no hizo ese pedazo de escoria humana! ¡Mató a Thatch para robar su fruta del diablo!

- ¿Qué? ¿En verdad mató a ese cocinero? – preguntó Oden con expresión horrorizada, recordando a Thatch, el joven cocinero que se les unió en uno de sus recorridos de puerto en puerto.

- ¡Y eso no es todo! ¡El entregó a Ace a la marina, provocando así su muerte! ¡Y una vez muerto Ace, se dignó a venir a mi junto a una bola de rufianes mal nacidos y entre todos ellos se atrevieron a atacarme! ¡Teach me mató! ¡A mi y a no se cuanto más! – gritó Barbablanca cargado de furia.

- ¿Cómo pudo pasar eso? ¡Teach era un buen chico! - chillo Oden sorprendido de las fechorías de Teach.

- No se ni me interesa. Solo espero que pronto alguien acabe con esa lacra antes que destruya el mundo entero. ¡Cuantas tragedias hubiera evitado si no hubiera dejado a ese mocoso a bordo! – dijo Edward Newgate con resignación e ira.

Oden se quedó varios minutos en completo silencio, sin poder procesar completamente aquella información. Lo que le había ocurrido a Barbablanca hubiera sido el equivalente a que uno de los miembros de las vainas rojas hubiera decidido apuñalarlo por la espalda.

- ¿Oden? – preguntó Barbablanca.

- ¿Si?

- ¿Crees que aporté algo bueno al mundo mientras estuve vivo?

- Claro. Tu fuiste el padre de muchos hombres y niños, además me permitiste conocer el mundo. ¿Por qué preguntas?

- A veces me cuesta trabajo admitir mis errores del pasado. Mis relaciones con mi vieja tripulación, no haber ayudado a Wano, dejar que Teach se uniera a nosotros… ¡Por Oda! ¡Empoderé a un psicópata y dejé a mi tripulación sin capitán ni barco! ¿Qué será de mis territorios y habitantes? – se lamentó Barbablanca, llorando.

- Blanquito, yo también cometí errores. Por culpa de mis viajes, permití que Kaido y uno de los sirvientes de mi familia se apoderaran de mi país y lo dejaran en la ruina. Pasé poco tiempo con Momosuke y Hiyori por conocer el mundo. Siempre pensé que tendría más tiempo con ellos, sin embargo, al final los dejé a su suerte. Tampoco soy un hombre perfecto. – dijo Oden solemnemente.

- Nadie lo es.

- Bueno, supongo que mientras tu tripulación y nuestras vainas rojas sigan vivos hay esperanza.

- Quizá no nos fuimos de la mejor manera. Pero, creo que no podíamos irnos de otra.

- ¡Lo importante fue que vivimos con orgullo!

- ¡Y morimos de la misma forma! – concluyó Barbablanca sonriéndole a Oden.

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Dedicado a mis seguidoras Monnies y Rosslie. Espero que les haya gustado este One Shot. Llevaba rato sin escribir en el fandom de One Piece y la verdad mi creatividad no me ha dado para seguir mis fanfics largos de OP, así que me puse a hacer este One Shot a ver si fluían ideas. Comentarios y críticas constructivas son más que bienvenidas. UwU