Hola, mis amigo. Soy Yuzu
Una vez más les traigo un corto pero azucarado Madohomu, creo que subiré unos cuantos shots de esta hermosa pareja y quizás del Kyosaya la cual se ganó un lugar en mi corazón. Eso lo hago con motivo del tráiler de la nueva película que sacarán aparte de que me tiene intrigada la situación entre Madoka y Homura, ¿Por fín habrá una batalla final entre ambas? ¿Qué será del mundo? ¿El Kyosaya persistirá? ¿Madoka se convertirá en bruja para luchar contra una omnipotente Homura?
Por ahora debemos tragarnos las dudas hasta que se tenga más datos sobre la nueva peli pero para evitarnos la presión e incertidumbre es mejor refrescarnos con lo que nos gusta: Un rato de romance entre nuestras chicas.
Muy bien comencemos con esto
Yuzu y fuera
.
.
.
Homura la besa suavemente, como un soplo de aire o una de las flechas carmesí de Madoka que pasan silbando por su mejilla cuando solían luchar por el bien común, antes de retirarse. Hay un rubor de sorpresa que recorre el rostro de la pequeña pelirrosa y un tartamudeo mientras intenta forzar sus palabras.
-H-Homura-chan, ¿Por qué...?- Ella se aleja levantando los dedos para rozar los suaves bordes rosados de sus labios.
-Yo solo...- Es simplemente que ella cree que la forma en que la luz del sol moribunda se posa en el rostro de Madoka es la cosa más hermosa de este mundo. La pelinegra está asustada de repente y se siente como la niña que era cuando esto comenzó. Esa misma joven que simplemente vio cómo el cielo se arruinaba.
Sé fuerte, se recuerda a sí misma, si no es por su propio bien, entonces protege a esta chica fuerte y su frágil sonrisa. ¿Qué tiene que perder, pero todo una y otra vez?
-Kaname Madoka…- dice la viajera del tiempo, poniéndose un poco más alta y extendiendo su mano para que su pequeña diosa la tome- Estoy enamorada de ti
El rubor de la aludida gana en prominencia y sus dedos están húmedos donde se curvan contra los callos desgastados por la batalla de Homura, pero el rápido roce de sus labios contra los de la más alta es firme y verdadero.
-Lo siento, Homura-chan. No sé si te amo todavía, o incluso si puedo. Pero puedo intentarlo si me lo permites
Homura nunca ha podido resistir esa sonrisa.
Ella entrelaza sus dedos en una telaraña apretada y aleja a Madoka del mundo de su dura ciudad y la lleva a casa a través de bloques que se oscurecen. Duermen acurrucados una contra la otra, la respiración se mezcla en las sombras, y cuando la pequeña pelirrosa todavía está allí, llega el amanecer, la viajera del tiempo no sabe el tiempo para reír o llorar y simplemente la acerca más.
Homura la besa sabiendo que la mañana traerá el fin del mundo y quizás en la siguiente iteración, Homura se enamora aún más y Madoka ni siquiera puede recordar su nombre.
