Preparen sus plumas y teclados Semana IchiRuki 2021
La Semana IchiRuki 2021 de Seireitei Discord Server será del 16 al 22 de mayo. #irweek2021
Día 3: Poción de amor.
Sinopsis: Orihime desea conseguir el amor de Ichigo con la ayuda de los ingredientes que consiguió de un muy sospechoso comerciante, (AU universitario/mágico).
— ¿Está segura de que eso es lo que quiere llevar, Yousei-ojou?— Preguntó el hombre con el feo sombrero de rayas a la hada frente .
— Sí, la N° 8 es la que me recomendaron— Dijo una chica pelirroja. Su nombre era Inoue Orihime. Estudiante de la carrera de Gastronomía de la prestigiosa Universidad 'K' y yousei de hibiscos.
Ella se encontraba en la tienda y botánica 'Urahara', un negocio medio clandestino que se encontraba en la trastienda de la dulcería del mismo nombre. La recomendación se la dio una de sus sempais de gastronomía, Rangiku-san, una nekomimi, después de tanto hablarle de los infructuosos avances con unos de sus compañeros del club juegos de Rol, aunque no le gustaba jugar Calabozos y Dragones, los tiempos arcanos no eran lo suyo. Rangiku-san dijo que el dueño era esposo de Shihouin-sensei, una nekomata de importante linaje y su maestra de Administración gastronómica mágica.
— Yousei-ojou-san, esa cosa puede ser peligrosa— Trató de advertir el tendero que trituraba unas especies en el mortero que después virtió en un vaso de precipitado que se encontraba sobre el mechero de bunsen.
— No importa, quiero que Kurosaki-sempai por fin tenga el valor de expresar sus sentimientos por mí.
— Ah, quiere llamar la atención de un chico en particular— Dijo Urahara que volteó y rebuscó en el estante detrás de él—, entonces lo que usted necesita es otra cosa.
— ¿Otra cosa?— Ella no estaba tan segura— No creo, yo vine por ...— Su voz se perdió en un hilillo inentendible de lo quedita que se volvió su voz a causa de la pena que sentía al ser incapaz de hacer que su compañero le expresara cuán atraído estaba por ella.
— Sí, pero usted busca atraer a una persona en particular, ¿no?— Orihime asintió cuando el hombre se volteó y puso una botellita rosa sobre la mesa— Entonces lo que usted necesita es la N°10. La N°8 es para personas que no tienen líneas de amor en su destino.
— ¡Ah, ya veo!— Dijo sorprendida.
Una vez dentro de la seguridad de su apartamento, Orihime se permitió soltar una risita traviesa. Después de tanta pena y esfuerzo de conseguir que su sensei le diera el contacto con el hechicero fabricante de pociones, una profesión que cada vez ha entrado más y más en la clandestinidad por lo complicado de obtener los permisos para fabricar las pociones, en particular las más solicitadas, y por la escasez de ciertos ingredientes.
— ¡Por fin, por fin la tengo!— Celebró con brinquitos circulares en su lugar— ¡Tengo una posición de amor! Kurosaki-sempai se fijará en mí y seremos felices y, y, y...
Se tomó unos minutos para calmarse y revisar las instrucciones de uso que le dio Urahara-san cuando acordaron un precio justo por la poción... o lo que se pudo permitir pagar por las costosísimas tres gotas púrpuras.
— Muy bien, veamos qué es lo que me falta por conseguir...
Y revisó la lista de ingredientes y pasos que debía de seguir para utilizar la poción correctamente.
— ¡Genial, tengo casi todos los ingredientes!
— ¡Eso no se hace, Ichigo!— Le gritó una de sus compañeras de escuadrón, en cuanto salieron de los vestidores del cuartel y se pusieron sus ropas de civil,
— Tal vez así no lo hacen los paladines, pero los berserker sí lo hacemos, Rukia— Respondió tranquilo el aprendiz de caballero, clase berserker, a la chica, también aprendiz de caballero, aunque de la clase paladín.
— ¡¿Qué no entiendes que te puedes matar, idiota?!— Gritó la chica, que hizo un movimiento con su mano que acentuó los kenseikan que estaban en el lateral izquierdo, demostrando su alto rango social— Los hollow no se atacan imprudentemente.
— ¡No me digas idota, enana orejona!— Le respondió el chico, por fin molesto— ¡Y si no lo hubiera hecho el hollow te hubiera herido!
— ¡No me digas orejona! ¡Y sabes perfectamente que soy capaz de defenderme!
— Claro que te digo orejona, miralas, todas puntiagudas!— Le puntualizó a la elfa del bosque negro al poner su dedo en la punto de la oreja.
— No es lo que dijiste anoche, mientras las mordías— contraatacó ella con voz seductora al recordarle al medio elfo de luz sus actividades nocturnas.
— Ya tórtolos dejen de pelear a menos de que quieran de que se enteren otros de sus enredos nocturnos— Les recordó su amigo pelirrojo, Abarai Renji, aprendiz de caballero, clase tanque—. No querrás que se entere tu padre, Ichigo, o terminarás comprometido antes de que puedas darte cuenta— Le dijo a su amigo y anterior rival de amores—. O tú, Rukia, ¿no ha querido el Capitán que te transfieran a la orden sacerdotal porque no le parece que vivas en la casa comunal?— Le recordó a su amiga de la infancia, que se puso algo pálida ante esa posibilidad.
Todos sabían que Kurosaki 'Shiba' Isshin, un elfo descarriado que se casó con una humana miembro de un antiguo clan de arqueros, tenía la obsesión de casar a su hijo desde que era un adolescente, especialmente cuando Ichigo llevó a su amiga a hacer una tarea del bachillerato; al hombre le fascinaría la idea de emparentar su clan con el de la pequeña elfa. Por el otro lado, el Capitán Byakuya Kuchiki, hermano mayor de Rukia, tenía una obsesión por cuidar a su hermana que a veces rayaba en la obsesión; incluso, una vez, la amenazó con meterla a un convento para que no le pasara nada.
Fue difícil creer, para ambos, cuando obtuvieron permiso, y dinero, de sus respectivos tutores para mudarse a la casa comunal del escuadrón en la que viven los aprendices de caballero, que es el nombre de burla que le dan al servicio militar que deben de tomar todos los varones del reino. Aunque también las hijas de casas nobles se les obliga, aunque no por ley, a prestar el servicio militar como una forma de demostrar su estatus social. El servicio militar es, por lo general, de dos años, pero se puede extender si la persona desea aprovechar los beneficios económicos y académicos que vienen con el servicio.
— ¡No te metas, Renji!— Le dijeron los dos, muy rojos y apenados.
— Además, ¿que no tienes clase de Derecho penal con Zaraki-sensei en diez minutos?— Dijo Rukia.
— Y creo que ya vas tarde— Dijo Ichigo viendo el reloj de bolsillo que le regaló Rukia en su cumpleaños.
— ¡¿Qué?! ¿Ya es tan tarde?— Salió corriendo porque la facultad de derecho se encontraba al otro lado del campus.
— Bobo...— Dijeron los dos, Renji había vuelto a caer en la broma.
— Se lo merece por burlarse de nosotros— Dijo Ichigo.
— Nosotros sí tenemos que irnos, Ichigo, tenemos clase de redacción legal con Ukitake-sensei y creo que lo va a sustituir Kaien-sempai otra vez.
— Ugh— Hizo un gesto de molestia del rubio, no quería recibir las bromas de parte de su primo acerca de cuándo se le iba a declarar a Rukia o escucharlo proferir su amor a su esposa, Miyako.
— No es para tanto— Dijo Rukia, que lo tomó de la mano cuando él le quitó su mochila y se la pasó por el hombro.
— Es fácil para ti decirlo— Entrecruzó sus dedos con los de Rukia y emprendieron el camino al salón-biblioteca de Ukitake-sensei—, no es tu primo el que se burla de tu 'soltería'...
Todos ingresaban a la sala del club de juegos, listos para una tarde de diversión después de haber tenido una semana muy larga y ardua de estudios, mezclado con su servicio militar.
— ¡Chicos, traje los bocadillos!— Dijo Orihime, emocionada por el resultado de su arduo trabajo en el horno. En la mesa donde siempre ponían los bocadillos, acomodó la caja de sus muffins, junto a las papitas y las sodas— Estoy probando una receta nueva, así que espero escuchar sus opiniones.
Todos los presentes pusieron cara de terror, siempre que Orihime probaba una receta nueva algo no salía bien. O lucía horrible, o sabía horrible por los cambios innecesarios que le hacía a la receta.
— ¿De quién es la receta?— Preguntó Uryuu Ishisa, arquero en el servicio y estudiante de diseño de modas.
— Mía, ¿por qué?
— Por curiosidad, Inoue-san— Se puso algo verde, pero nunca había tenido el corazón para rechazar la comida. No le gustaba ver llorosos los hermosos ojos grises de su amiga.
— Les hice un cupcake a cada uno— Dijo con voz alegre y cantarina.
— ¿Hiciste diez recetas diferentes?— Preguntó Rukia, extrañada por el excesivo esfuerzo.
— Oh, no, lo diferente está en el glaseado, tiene propiedades diferentes pensadas en sus razas.
— Ah— Suspiraron todos aliviados, no sería tan peligroso el experimento de su amiga.
— ¡Yo te ayudo a repartirlos!— Gritó Tatsuki, la mejor amiga de Orihime, que sacaba provecho de su lejana ascendencia de enana para hacerlos probar los locos experimentos de su amiga.
— Kurosaki-sempai, Kuchiki-sempai— Con mejillas sonrojadas les pasó a cada uno un cupcake, especialmente cuando uno de sus dedos rozaron con la mano de Ichigo.
— Gracias— Dijeron Ichigo y Rukia al recibir sus respectivos cupcakes con glaseados de fresa y durazno, respectivamente, con chispas naranjas y moradas.
— Está rico— Dijo Ichigo a Rukia una vez que Inoue se había alejado.
— ¿En serio? El mío también— E intercambiaron sus cupcakes, como solían hacer siempre con su comida.
— ¡A jugar, señoras y señores,— Dijo Ikkaku, que sería el Dungeon Master de la noche— que después tengo tarea Penal!
Pasaron los días, siete para ser más exactos, en los que la poción tardaría en empezar a surtir su efecto.
— ¿Viste a Inoue-san?— Preguntó en un susurro una alumna a su compañera de cocina.
— Cómo que se ve diferente últimamente, ¿no?— Respondió la otra también susurrando.
Las dos interrumpieron su conversación al ver a la susodicha entrar al laboratorio de cocina. Ella lucía diferente, caminaba diferente. Más segura y se había vuelto el centro de atención de la mitad de la universidad. Ella siempre había sido considerada bonita, no sólo por lo etéreo de su naturaleza como yousei, todas era las yousei eran muy atractivas, sino porque de repente su actitud se había vuelto más asertiva.
— ¡Hola, chicas!— Dijo alegre.
— ¡Hola, Inoue-san!— Dijeron las chicas que habían estado chismeando sobre su compañera y se sonrojaron al verla con esa falda corta y la blusa a juego que favorecían su belleza y que acentuaban las prominentes curvas de su cuerpo, sin mencionar los zapatos de tacón que alargaban sus piernas.
— Orihime-chan, mírate, ¡qué bien te ves!, ¿cuál es el motivo?— La saludó Matsumoto Rangiku.
— ¡Tengo una cita después de esta clase!— Dijo emocionada, muy emocionada, sus mejillas estaban sonrojadas y parecía que manifestó translúcidas alas porque comenzó a flotar ligeramente del suelo.
— ¿¡Qué!?— Gritó impresionada, haciendo que su amiga volviera al piso del susto— ¿¡Conseguiste una cita con...!?
— Matsumoto, silencio— Entró Shihouin-sensei al salón de clases—, continuemos con lo que nos quedamos la clase pasada...
Dos días más tarde, en la zona de apartamentos universitarios.
— ¡Orihime— Entró Tatsuki, con la que compartía apartamento—, ya llegué!
Tatsuki venía de su clase de Pedagogía, venía algo cansada ya que la clase había sido más pesada de lo que esperaba. Su amiga no le respondió pero no le dio importancia, podía escucharla en la sala haciendo algo ya que el sofá estaba chirriando y con el sonido tan alto de la televisión tal vez no la escuchó.
Ojalá no esté amasando en la mesa del comedor— Recordó que la última vez que lo hizo se tuvo que ir a estudiar a la biblioteca.
Soltó un suspiro de alivio cuando logró quitarse los zapatos, fueron muchas horas de caminos con ellos puestos. Se masajeó un poco los pies antes de levantarse y ponerse las pantuflas.
— Chad, va a venir a cenar, vamos a estu...— Se interrumpió al ver cuál era el verdadero motivo del chirrido del sofá.
Orihime estaba follando con alguien que permanecía oculto gracias al respaldo, aunque debía de ser alto porque sus pies sobresalían por un lado. Ella parecía estar dominando la situación porque estaba arriba y decía cosas que Tatsuki no quería escuchar. También debía de disfrutarlo mucho porque se podía ver la sombra dorada de sus alas, algo que no es común entre su especie a menos de que tomen su forma diminuta.
La impresión fue tanta que decidió salir, lo más sigilosamente que pudo, del departamento y llamó a Chad para decirle que se vieran en otro lado. El Gigante enano respondió con un monosílabo y no preguntó el motivo que la tenía tan agitada, él podría correr a Keigo y Mizuiro. No le molestaba repetir turno de usar el apartamento para tener para tener sexo con su no-novia.
— Oye, Abarai— Comenzó Ikkaku—, Kurosaki y Kuchiki han estado actuando algo raro últimamente, ¿no te parece?— Preguntó mientras se secaba el cuerpo en los vestidores, aprovechando que Ichigo se acababa de ir con prisas a su siguiente clase.
— Yo lo he notado especialmente en Kuchiki— Comentó Yumichika, que salía de las regaderas—, que está pasando entre ellos.
—... — Renji soltó un suspiro— No estoy seguro, aunque los he visto pelear mucho últimamente.
— Siempre están peleando— Dijo Ikkaku—, no tiene nada de raro, es su forma de coquetearse.
— No de este modo— Dijo Yumichika—, ahora sí se ven agresivos y molestos.
— Es cierto, he visto a Ichigo dormir en el sofá— Dijo Renji que compartía alojamiento con ellos.
— ¿¡Corrió a Ichigo del dormitorio!?— Ikkaku no lo podía creer, esos parecían ser el uno para el otro.
— Bueno, fue sólo una vez la que lo vi en el sofá...
Casi tres semanas más tarde, se llevó a cabo el festival escolar nocturno de verano, que sería durante la luna llena, uno de los factores que sellaban y se volvían irreversibles los efectos de cualquier hechizo.
— ¡Shihouin-Sensei, venga, quiero mostrarle el puesto que pusimos!— Orihime casi arrastraba a su maestra.
— Inoue, más despacio, ¿cómo es que estás flotando?— Le pedía la mujer a su estudiante que flotaba unos cinco centímetros sobre el suelo— ¿Y de dónde sacaste esa ropa?
— ¡Venga, venga, Sensei, nuestro puesto es el mejor— La chica estaba muy emocionada y vestía una especie de yukata rosa cuya falda a partir de medio muslo estaba hecha de una tela translúcida y las mangas parecían alas de hada de la misma tela translúcida— ¡Quiero que conozca a mi nuevo novio! ¿Puedo presentarlos?
La mujer se dejó arrastrar, Orihime era una de sus alumnas favoritas y le ayudó a conseguir la beca con la que había podido acceder, por supuesto que le encantaría conocer al novio de su alumna. No vaya a ser un gañán que se quiera aprovechar de ella.
Orihime la llevó hasta el puesto de su clase que parecía estar inspirado en un restaurante flotante por la forma en que estaba iluminado con lámparas redondas, que le daban un efecto romántico, y la sentó en una mesa pequeña y le dio un menú.
— Regresaré en un momento para tomarle su orden, le traeré una bebida, Sensei.
— ¿Y tú novio, Inoue?
— Viene en camino— Y salió corriendo detrás de la cortina antes de que la mujer pudiera detenerla. Yoruichi, siendo una respetada administradora volteó a ver las condiciones del puesto. Era bueno y estaba concurrido y parecía bien atendido.
— ¿Byakuya-bo, qué haces aquí?— Se sorprendió de ver al noble en un evento universitario. Especialmente por verlo vestido con un traje sastre tan formal.
— Vine a ver a mi hermana, me han informado que no ha estado bien de salud últimamente.
— Ah, la pequeña Rukia-chan, ¿dónde está que no la veo?
— No lo sé, no ha llegado— Dijo serio—, ya tiene diez minutos de retraso— Se veía claramente preocupado.
— ¡Yoruich, Byakuya, también están aquí!— Era la voz de Kurosaki Isshin que vestía de gi, también formal.
— ¡Isshin!— Yoruichi saludo alegre, eran amigos de ya muchos años.
— ¿Shiba— El saludo del elfo fue seco—, qué haces aquí?
— Se supone que vería a mi hijo en el puesto de tiro, pero no llegó, así que decidí dar una vuelta— Respondió rascándose la cabeza, haciendo que sus puntiagudas orejas sobresalieran.
— Si todavía no llegan sus acompañantes, ¿por qué no se sientan conmigo?— Ofreció Yoruichi y señaló su mesa.
— Por mí no hay problema, ya me encontrará el estúpido de mi hijo.
— Paso, Rukia no debe de estar por llegar y...
— Entonces te haremos compañía— Dijeron los dos y lo arrastraron a la mesa que ya tenía Yoruichi, les gustaba molestar al noble desde que era niño.
— Sensei, Inoue-san tuvo que suplir al chef de emergencia, pero nos pidió que la atendiéramos en lo que regresa el chef de turno— Dijo una alumna que se les acercó y les ofreció un menú a cada uno de los presentes. La interrupción hizo que Byakuya se aguantara las ganas de irse porque no querría parecer maleducado cuando la chica les sirvió una jarra de té helado.
— ¿Cómo te trata la vida, Byakuya-bo, y dónde está la hermosa Hisana?— Preguntó Yoruichi después de un rato de silencio y se dio cuenta de que Lady Hisana, elfa de los bosques bajos, no lo acompañaba.
— Bien, acabamos de recibir la noticia de que por fin tendrémos una niña y mi madre insistió en llevarla todo el fin de semana a las aguas termales.
— Me imagino que está contenta de que será abuela por tercera vez— Dijo Isshin recordando la reacción de su propia familia y de de Masaki. Los Shiba festejaron por tres días y los Kurosaki, por su parte... digamos que el bisabuelo Yhwach no es la persona más abierta de mente.
— Mucho...— Dijo secamente, aunque en sus ojos se podía ver la emoción de ser padre.
— ¿Y tú, Isshin, cómo te está yendo?
— Pues, sigo esperando que Ichigo acepte comprometerse en matrimonio o al menos me dé nietos— Dijo chillón, porque, por alguna razón, a los Shiba les obsesionaba la idea ampliar su clan por medios matrimoniales.
— Sigo sin entender porque dejaste de ser un Shiba si los Kurosaki siguen sin aprobar su relación— Dijo Byakuyam que también tuvo que atravesar su serie de rechazos familiares cuando escogió como esposa a una elfa de ascendencia mestiza, eso es a lo que refiere el epónimo de bajo de la pequeña elfa de los bosques—. Masaki-dono parece más cómoda con tu familia.
Byakuya tampoco era extraño a esa necesidad, su clan, al igual que el Shiba, estaban pasando una etapa de decadencia numérica y si no hubiera embarazado a Hisana nunca les hubieran permitido casarse. La visión de repoblación de los Shiba y Kuchiki difería mucho en sus aproximaciones.
— Tal vez, pero ella quería mantener un lazo, aunque fuera pequeño, con sus difuntos padres— Dijo Isshin, recordando que su primer año de matrimonio fue un martirio en la casa de Quincy Yhwach, y que no terminó hasta que Masaki perdió al que pudo ser el primer hijo de ambos que decidieron irse a vivir a la casa familiar de los Shiba.
— ¡Oyaji!— Se escuchó la voz de Ichigo que corría sobre el pasillo que pasaba cerca del puesto. Venía a gran velocidad y no se dio cuenta de que pasó junto a ellos— ¡Tenemos que hablar! ¿Dónde estás?
— Te buscan, Isshin— Se burló Yoruichi al ver a Ichigo volver por donde vino sin darse cuenta de que pasó junto a su padre.
— Si me disculpan, tengo que averiguar que es lo que quiere mi estúpido hijo— Se levantó tranquilamente, dejó dinero sobre la mesa para pagar la jarra de té y salió corriendo detrás de Ichigo— ¡Estúpido, hijo, aquí estoy!
— ¿Qué fue eso?— Se preguntaron Byakuya y Yoruichi.
— Nii-sama...— Era la voz de Rukia, que apareció de repente, aunque sonaba algo débil.
— ¿Rukia?— Se voltearon al lugar dónde estaba la chica. Ella se veía pálida y su mirada estaba muy seria, además de muy sudada y su ropa desaliñada. Como si hubiera estado corriendo recientemente.
— Tenemos que hablar...
— Rukia, siéntate— Byakuya reaccionó, la hizo sentarse y le sirvió del té helado que ella bebió de un solo trago—, ¿estás bien?, ¿por qué luces tan desarreglada?
— No es momento para eso, Nii-sama.
Yoruichi no sabía qué hacer, la atmósfera la sentía tan tensa que sabía que se tenía que ir, pero no sabía cómo hacerlo, se sentía clavada en su silla.
— ¿Bien, de qué querías hablar?
— Pienso dejar el clan Kuchiki y me iré a vivir lejos.
— ¿¡Qué!?— Byakuya saltó de su asiento y comenzó a hablar a gritos— ¿Por qué? ¿Acaso te han hecho algo los ancianos del clan?
— No, sólamente he decidido que es lo mejor para...
— Disculpen la molestia, una pequeña entrada de parte de Inoue-san, Shihouin-sensei, para usted y sus acompañantes— Llegó la mesera de repente y dejó un plato muy oloroso de pescado frito cubierto de una salsa que olía muy bien, pero que hizo que Rukia se pusiera más pálida.
— ¿Rukia, estás bien?— Preguntó Byakuya preocupado.
— ¡Rukia-chan, amada tercera hija, Ichigo ya me lo dijo todo!— Regresó Isshin, acelerado y con lágrimas bufonescas corriendo de sus ojos, y se abalanzó sobre Rukia, a la que cargó y le dio varias vueltas, lo que la hizo ponerse aún más pálida, parecía que en cualquier momento se desmayaría— ¡No puedo esperar a que vayan a vivir en la casa Shiba!
— ¿Kurosaki?— Dijo Byakuya confundido de que mencionaran— ¿¡Vivir en tu casa!?
Para ese momento ya todos habían olvidado que Yoruchi estaba presente observando todo en silencio. Confundida y con menos posibilidad de irse.
— Rukia, vámonos a vivir lejos, no permitiré que tu hermano intente obligarnos a deshacernos del bebé— Llegó Ichigo, corriendo, aún más agotado que antes, y tomándola entre sus brazos.
— ¿Qué bebé? ¿Qué está pasando?— Él susodicho se estaba confundiendo de que no le contaran lo que sucedía.
— ¡Que Rukia-chan, me hará abuelo, Byakuya!— Anunció Isshin contento.
— ¡Estás embarazada!— Se le subieron los colores al rostro.
— No quería decírtelo, Nii-sama, pero no voy a permitir que me separes de Ichigo mi de mi bebé— Su voz no sonaba tan fuerte por falta de energía físicas, pero estaba serie y segura de ella misma, en una postura recia—... espera— Se volteo a ver a Ichigo con furia en sus ojos—, ¿le dijiste a tu padre? Creí que no te querías comprometer formalmente, por eso te dije que nos debíamos de fugar.
— ¿De qué hablas? Tú eras la que no se quería comprometer por tu hermano y los ancianos, además, tú eras la que no se quería casar mientras seguimos en la universidad.
— Sabía que debía de haberte mandado al convento— Masculló Byakuya mientras se apretaba el puente de la nariz para impedir que le llegara la migraña que se le estaba formando—, me hubiera evitado todo este drama.
— Byakuya, si no aceptas nuestra relación, estoy dispuesto a robarmela— Amenazó Ichigo, viendo al hombre, por fin—. No me importa si Rukia no quería que supieras acerca de nosotros.
— Yo...
— ¡No, Ni-sama, no quiero que lo lastimes, renunciaré al clan de ser necesario!— Rukia interrumpió a su hermano desde los brazos de Ichigo.
— ¡Shihouin-sensei, disculpe la tardanza!— Era Orihime, que llegó de la mano con un muchacho pelinegro, delgado y alto— Pero Uryuu-kun aún no llegaba de su trabajo.
Yoruichi aprovechó esa excusa y se fue con su alumna, ya después averiguaría qué sería de esos clanes, el chisme era bueno, pero la estaban estresando con ese aroma a pimienta de jamaica tan fuerte que exudaban Ichigo y Rukia. Ella le presentó a Ishida Uryuu, hijo un primo lejano de Kurosaki Masaki, si recordaba bien y le comentó que se mudaría a vivir con él al inicio del siguiente ciclo escolar.
— Sensei, también quería pedirle— Dijo cuando ya se estaban despidiendo— que le agradeciera a su esposo por la poción que me vendió, nunca antes me había sentido tan bien— Le dio un paquete mediano con un pastel de chocolate alemán y también le dio la oportunidad de darse cuenta de que ella también olía a pimienta de jamaica—. Escuché que este es su favorito.
— ¿Un pastel para Kisuke? Y ahora que lo pienso, ¿por qué esos tres olían a pimienta de jamaica?— Se fue rumiando esas preguntas cuando y, ya estando cerca de su casa y recordando los hechos de esa noche, ya que las actitudes de los tres jóvenes le habían parecido inusuales (rebeldes en comparación de su personalidad y actitud promedio), se dio cuenta de qué era lo que estaba pasando— ¡Kisuke!
— ¡Yoruichi-chan, que bueno que ya regresaste!
Shihouin Yoruichi entró a la oficina de su marido, estaba algo cansada, pero eso no la iba a distraer de discutir con su marido su última travesura. Su caminar era duro y sensual, justo como a él le gustaba. Esas sólo las tiene permitido en la cama.
— En este momento dime qué fue lo que hiciste porque una de mis alumnas está actuando diferente y la hermana de Byakuya se acaba de revelar.
— ¿Eh? Yo nada, yo sólo soy un simple vendedor de dulces— Se cubrió la boca con su abanico favorito.
— ¡Volviste a vender pociones!— Le gritó enojada, siempre que él hacía eso era porque trataba de hacerse el interesante— ¿Es por eso que no quisiste ir conmigo al festival escolar?
— Sólo fue una pequeña pocioncita de amor propio, tres gotitas, nada más— Lo dijo como si no fuera nada grave vender la poción de amor más prohibida por sus posibles efectos nocivos en caso de consumirse en exceso, como trastorno de personalidad narcisista.
— ¡Kisuke!
Esa noche Yoruichi sacaría el látigo, para beneplácito del tendero.
Ahora tengo que recordar cuál era nuestra palabra clave— Pensó Urahara listo para ser castigado.
Notas:
Administración gastronómica mágica: (Materia ficticia) Estudio y aplicación de la administración de un restaurante y sus recursos para atender o ser atendido por una población mayormente mágica.
Yousei (hada): 妖精, en la historia las hadas sólo pueden manifestar sus alas si reducen su tamaño, por lo que son prácticamente iguales a humanos normales.
Nekomata (猫又, literalmente gato bifurcado) es un gato de habilidades sobrenaturales perteneciente al folclore japonés. El nekomata es una variación del bakeneko (化け猫), que surge cuando a un gato doméstico se le comienza a bifurcar la cola.
Nekomimi (猫耳 lit. Orejas de gato?) Es un personaje normalmente femenino que presenta características de un gato, tales como orejas, cola o algún otro rasgo felino en un cuerpo humano.
Paladines son una clase híbrida entre Guerrero y Sacerdote que puede ser denominada como 'Guerrero Sagrado', dentro del juego de World of Warcraft. Son tan versátiles que según la distribución de sus árboles de habilidades pueden llegar a ser considerados Sanadores si eligen la rama Sagrado, Tanques si eligen la rama Protección o Daño si eligen la rama Reprensión. Pueden hacer uso de auras que les proporcionarán unos beneficios temporales que aumentarán sus habilidades tanto para él como para el resto de compañeros de grupo mientras que pueden llevar equipado una armadura de Placas que le proporciona la mejor protección posible a los golpes.
Berserker (también ulfhednar) eran guerreros vikingos que combatían semidesnudos, cubiertos de pieles. Entraban en combate bajo cierto trance de perfil psicótico, casi insensibles al dolor, fuertes como osos o toros, y llegaban a morder sus escudos y no había fuego ni acero que los detuviera.
Elfos: Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica. Originalmente se trataba de una deidad menor de la fertilidad y representados como hombres y mujeres jóvenes, de gran belleza, que viven en bosques, cuevas o fuentes. Se los consideraba como seres de larga vida o inmortales y con poderes mágicos.
Para la historia los hay de dos tipos, bosque negro y luz. Los primeros tienen cabello negro o castaño, los segundos rubio o rojo. Aunque esa distinción sólo aplica en el cabello y no tiene propiedades mágicas particulares con respecto a otro tipo, un elfo del bosque oscuro puede tener un hijo elfo de luz y visceversa por la mezcla de sangres que hicieron a lo largo de la historia. Es que los elfos son medio mamones en ese aspecto. Ichigo, al ser medio elfo, perdió las características orejas, pero poseé el resto de la cualidades importantes de la raza (básicamente belleza, atractivo físico y gran destreza física), aunque no pesa lo mismo que una pluma (Rukia, sí). La vida de los elfos, en promedio, es sólo de 10 a 15 años más extensa que la de un ser humano. Los elfos mestizos o ascendencia mestiza también se les conoce como elfos de los bosques bajos o crepusculares, dependiendo del color de su cabello.
Servicio militar/aprendiz de caballero: Es una etapa de prestación de servicios a la nación, no se hace por condiciones de guerra sino por conflictos con monstruos o criaturas con los que no se puede razonar, o para ayudar a atender a la población en caso desastre, Por ejemplo, ayudar a controlar a los jabalíes gigantes que se salen de su hábitat, o controlar espectros malignos y sus energías residuales. Aunque muchas personas que hacen el servicio militar, terminan uniéndose a la armada.
Algunos personajes que están haciendo el servicio militar: Ichigo, Rukia, Renji, Tatsuki...
Algunos personajes que no están haciendo el servicio militar: Orihime, Uryuu, Chad...
La poción de amor que Urahara le vendió a Orihime, la más cara de todas las pociones de amor, la N°10, es la del amor propio. No está pensada para enamorar a nadie, su función es hacer que una persona se auto valore a sí misma. Tomar demasiada N°10 puede producir trastorno de personalidad narcisista, por eso Urahara sólo le dio tres gotas a Orihime.
