ADVERTENCIA: MINI HISTORIA QUE SE ACTUALIZA CADA VEZ QUE LA AUTORA TENGA INSPIRACION LEMON xD

Escritorio.

¿Acaso ella quiere matarlo?

Debe ser, porque no se le ocurre otro motivo por el cual se haya sentado en su escritorio con esa endemoniada falda.

Bueno, si a eso quiere jugar, se lo cumplirá con creces.

—Inoue.

Bueno, siempre le ha dado libertad de hacer lo que quiere en su cuarto.

—¿Hm?

Pero desde que han empezado, la ha notado más osada.

La cara de Orihime se tiñe a rojo vivo por tener a Ichigo a punto de tocarse, con las manos apoyadas en el escritorio, atrapándola. A pesar de la vergüenza, no despega sus ojos de él desde que, sin moverse, busca algo en un cajón.

—¿Por qué no simplemente me lo pides en vez de provocarme? — Dice al momento que le enseña un condón en su paquete.

Ella se muerde los labios ligeramente, aumentando su inocente belleza.

Pero no hay que engañarse, Ichigo ha descubierto que es una diablilla disfrazada de angelito.

—Es más divertido. — Susurra.

—¿Encuentras divertido jugar con mi cordura?

—Las caras que pones son graciosas. — Admite con voz risueña a pesar del sonrojo en su cara.

¿Cómo terminaron en ese juego? Se supone que son amigos y de un momento a otro, a principio del último año escolar, terminaron exactamente igual que ahora: Orihime recargada en el escritorio, él con la cordura perdida por ver demasiado en esa falda y sus lenguas en una danza por mantener el control de aquel beso hambriento. ¿Serían lo que llaman amigos con derecho? Porque nunca han hablado de ello, continúan tratándose como los amigos de siempre, solo… que a veces, en su casa o en la de ella, eran amigos que se quitaban la ropa y jugaban con condones. Por eso, Ichigo no tiene el valor ni el derecho de impedir que un idiota se le acerque a pesar de las grandes ganas que tiene en estamparle un puñetazo en la boca y romperle la mitad de sus dientes.

La sienta en el escritorio y cortan el beso por la falta de aire. Orihime le quita el condón y rompe el envase ella misma; Ichigo se quita el cinturón y baja el cierre sin quitarle a ella los ojos de encima. El pantalón cae, le sigue los bóxers y la mujer se queda mirando aquel pene largo y grueso al mismo tiempo que le pone el condón, sintiendo el aliento de Ichigo en su cuello por sus jadeos.

—Orihime… — Se le eriza la piel al oírlo decir su nombre. Solo se hablan con sus nombres durante el sexo.

Sexo… eso es todo lo que tiene de él. Se muerde el labio, sabe que es su culpa, que ella fue la que le dio permiso aun sabiendo que su amigo preciado quería evitarlo; también sabe que deberían hablarlo, pero cada vez que Ichigo abre su boca, le entra el pánico y lo esquiva con uno de sus comentarios tontos sin sentido. Tenía miedo de perder la amistad frágil entre ellos.

No quería oírle decir que todo es un error (que lo es) y perderlo.

—Ichigo… — Susurra ella, anhelante, antes de rodearle el cuello con los brazos y traerlo para otro beso.

Ichigo sin dejar de besarla se posiciona entre sus piernas, mueve la tela de sus bragas un poco y de una estocada introduce su pene al coño de Orihime, grabando nuevamente para sus fantasías el hermoso aullido que hace su… su…

¡Maldita sea!

Enojado y excitado se afirma en el escritorio con una mano y con la otra la tiene bien sujeta de su trasero izquierdo, consiguiendo meterse más profundo y llegando al punto sensible que provoca que Orihime abra su boca de asombro y se le escape un quejido.

—¡Ichigo…! — Entierra su cara en la unión del hombro y cuello de su compañero.

—Shh… te recuerdo… Yuzu abajo…

Él le dice eso pero es tan difícil si él mantiene esa velocidad y golpeando lo más profundo de ella que no le sorprendería si se quedasen pegados. Además, sería un milagro que la hermana de Ichigo no escuche la relinchada que hace las patas del escritorio. No confiando en su boca, termina mordiendo el cuello del pelinaranja y lo apega más a su cuerpo con los brazos y piernas.

Agradece su idea de morderlo o no habría manera de pasar por algo el grito que se le habría escapado en cuando obtuvo por fin su orgasmo. Sus uñas se clavan en la piel de su… de Ichigo mientras lloriquea bajito de placer y lo escucha gruñir por la manera en que sus paredes internas presionan el pene, succionándolo como si lo invitase a quedarse… o quitándole la fuerza de voluntad, consiguiendo que se corra.

Agacha la mirada y ven lo mojado que ha quedado el borde del mueble y como caen en gotas los fluidos al suelo. Ya un poco recompuesto, Ichigo se quita despacio de la vagina y se saca el condón, lo enrolla y tira al basurero.

—Te ayudo a limpiar. — Dice entre jadeos, aun recuperándose.

—Después. — Dice él enseñando otro condón.

Mordiéndose el labio de aquella manera que tanto enloquece al hombre, ella asiente.

Están a dos milímetros de besarse y acabar desnudos en la cama cuando tocan la puerta.

—Ichi-nii, la cena estará lista en breve y debes ayudar. — La cantarina voz de Yuzu interrumpe la lujuria. — ¿Orihime-chan se quedara a cenar?

—¡Mierda! — Se pasa las manos por la cara y se revuelve el pelo.

—¡Ese vocabulario hermano! ¡Y más encima tienes la puerta con seguro! — Eso despierta la curiosidad de Orihime. — Apresúrate que papá, mamá y Karin llegaran en cualquier momento.

—Ya bajamos, ya bajamos. — Dice malhumorado ya con el bóxer arriba (aguantando el dolor al estar medio duro) y subiéndose los pantalones.

—¿Y Orihime-chan se quedara a cenar?

—Sí. — Responde antes de darle oportunidad a su compañera de clases en negarse.

—¡Fantástico! — Y la escuchan bajar las escaleras.

Primero limpian el desastre que habían dejado en absoluto silencio, uno incómodo a causa de la interrupción. Siempre era igual, no sabían qué hacer o decir luego.

—¿De verdad quieres que me quede a cenar?

—Lo dices cómo si no quisiera en realidad.

—No, no. — Mueve sus manos en negación. — Solo no quiero molestar.

—Eres bienvenida Inoue… además, ya sabes que mis hermanas y mi madre están locas contigo.


—Gracias por ayudar. — Dice Masaki apenas deja Orihime los platos al lado de ella.

—Es un placer luego de invitarme a comer.

—Ichigo, ¿Acompañaras a Orihime de vuelta a su casa? — Pregunta una vez lo ve entrar también en la cocina.

—¡Más le vale o le pego! — Se escucha la voz de Isshin de fondo.

—¡Cállate viejo! — El chico se cabrea con su padre y trata de controlarse antes de hablar con su madre. — Obvio que sí, ya es tarde, mamá.

—Trata de no meterte en alguna pelea al menos que sea necesario… y Orihime, protégelo si algún Hollow se acerca ahora que ya no tiene poderes.

—Si no tengo poderes, ellos no se me acercaran, sino a Inoue. — Reprocha molesto.

Apenas terminaron de ayudar con los platos y limpiar, Orihime fue por sus cosas mientras Ichigo busca su chamarra. La adolescente deja que Yuzu la abrace efusivamente y Karin le promete llamarla por "el asunto que habían hablado antes" y Masaki le deja una nota con la receta de la cena que hizo Yuzu hoy ya que tanto le había gustado.

—¿Qué era eso que hablaste con Karin? — Cuestiona Ichigo mientras caminan por la calle.

—No puedo decirte, es secreto.

—Ya lo sospechaba.

—¿Tú puedes decirme por qué tu puerta tenía seguro?

—Porque nunca tengo privacidad.

—No la tienes cuando Isshin-san está en casa y sólo estaba Yuzu.

Ichigo se sonroja un poco y desvía la mirada antes de responder:

—Esperaba que ocurriese algo.

El corazón de Orihime late rápido al mismo tiempo que se sonroja a punto de quedar como un tomate. Eso significa algo bueno, ¿Verdad? ¿O lo dice solo en el área sexual? Dios… debería dejar de ser una cobarde y enfrentar al toro por los cuernos de una vez.

Pero…

Pero…

Si lo único que puede obtener de su Kurosaki-kun es…

—¿Y quieres que ocurra más en mi casa? — Pregunta al mismo tiempo que se atreve a mirarlo fijo en los ojos.

—Sí. — Admite sin tapujos.

Si solo puede obtener sexo, entonces… que así sea.