Los personajes de Rama no me pertenecen, son propiedad de Rumiko Takahashi. La historia aquí presentada es con fin de entretenimiento, NO de lucro.

Contemplar el amanecer nunca le pareció tan interesante y satisfactorio, con la salida del sol podía finalmente decir que el peor día de su vida había terminado. Después de presenciar como arruinaban su boda decidió alejarse de casa para despejar su mente, a fin de cuentas la atención de los invitados no estuvo centrada en ella si no en el barril que deseaban poseer o en acaparar la atención de su prometido.

Cuando todos salieron del dojo, pudo observar a detalle el terrible desastre que lis invitados dejaron a su paso, el esfuerzo de la familia por lograr el acontecimiento más esperado había sido en vano.

Paso la noche entera frente al río tratando de aclarar su mente y corazón, miles de emociones la embargaban; sentía una enorme culpa por no haberle dicho a Ranma sobre la existencia del barril que curaría su maldición, por otra parte la tristeza la acompañaba al ver su boda frustrada y finalmente lo que más dolía era que su prometido se retractó de lo que había dicho en Jusenkio.

A pesar de que el compromiso fue arreglado por los patriarcas de ambas familias Akane se enamoró profundamente del chico de la trenza a tal grado de arriesgar su vida por salvar la de Ranma y al escuchar decirle que la amaba despejo su temor de ser rechazada. Pero no imagino que toda la seguridad que sentía se esfumaría en cuestión de segundos. Desahogo su tristeza derramando lágrimas cargadas de amargura, lloro hasta que pudo sentir un poco de alivio en lo más profundo de su ser.

Era momento de regresar a casa y demostrar que Akane Tendo no estaba derrumbada a pesar de sentir el corazón hecho añicos , el orgullo le impedía mostrar debilidad ante la situación y encerrarse a llorar no estaba dentro de sus planes, en el fondo sentía alivio de no haberse casado tan solo por complacer los deceos de su padre y sobre todo por no unir su vida a la de un hombre que no era lo suficientemente maduro para aceptar sus sentimientos hacia ella.

Decidió escabullirse por la ventana, de esa forma nadie notaría que salió por la noche. Al ingresar a la habitación se llevó una gran sorpresa al notar la inesperada presencia de su hermana en el lugar.

–¿Dónde estabas? – cuestionó sin rodeos la mediana de las Tendo.

–Necesitaba despejarme un poco – contesto sin más y se dirigió a su clóset para guardar el hermoso vestido de novia que hace unas horas usó.

–No debiste salir sin avisar Akane, si mi papá y Kasumi sé enteran….

–¿Cuánto me va a costar tu silenció? – interrumpió bruscamente.

Nabiki no daba crédito a la actitud de Akane, pero ¿qué más se podía esperar?. Era obvio que su pequeña hermana se sentía herida por no haberse casado con el hombre que amaba y ella especialmente tenía un tanto de culpa en todo aquello.

–Oye, no le des el gusto a esos locos de verte triste por arruinar tu boda. – dijo en tono conciliador.

–Mira quien lo dice, la que no perdió oportunidad en vender las invitaciones. – reprocho la artista marcial.

–Deberías estarme agradecida – Nabiki cruzó los brazos y giró el rostro indignada.

Akane ofendida por el cinismo de su hermana azotó con fuerza la puerta del clóset, se dirigió furiosa hasta quedar frente a ella e inhaló un par de segundos para calmar su irá.

–¿Estás bromeando verdad? – mascullo entre dientes.

–¡Por supuesto que no! – Enfrentó Nabiki – ¿Acaso no te das cuenta? ¡Te salve de ser infeliz por el resto de tu vida!

–¡¿De qué demonio estás hablando?! – Finalmente perdió la calma.

–¡Por favor Akane! ¡Eres tan ingenua para reconocer que Ranma no te merece! – Grito furiosa y observó como la mirada de su pequeña hermana se tornaba triste, le tomo ambas manos y dulcifico la voz – Escuché cuando le preguntabas si te amaba y el muy idiota dijo que no.

El recuerdo de aquel momento seguía latente, dolía en lo más profundo de su corazón, lo único que podía hacer era agachar la cabeza para que Nabiki no pudieran ver el reflejo de su dolor y así evitar ser objeto de sus burlas.

–Te mereces más que eso – con ternura levanto el rostro de Akane y limpió una pequeña lágrima que escapaba de sus ojos. – No te conformes con un tipo que papá te impuso, es tan cobarde que no define la situación con las locas autoproclamadas y peor aún que no acepta sus propios sentimientos.

–Pero yo….

–Lo se Akane, yo sé que lo amas, hay que ser idiota para no darse cuenta. – ambas sonrieron de medio lado. – Pero antes de amar a otra persona con toda el alma, debes amarte a ti misma. Saotome es un estúpido que nunca estará preparado para el matrimonio, no vale la pena que bases tu felicidad en él. Sabes hermanita, nunca te apegues demasiado alguien, porque los apegos generan expectativas y las expectativas conducen a la decepción.

Los primeros días en el instituto no fueron para nada fáciles, la noticia se divulgo rápidamente, todo Furinkan se enteró del "trágico intento de boda", incluso podría decirse que la ciudad entera lo sabía. No pensó en tomarle tanta importancia pero los murmullos no cedían a su paso y lo peor de todo eran aquellas miradas cargadas de compasión que le dirigían a la peliazul.

A pesar de armarse de valor para enfrentar la situación por dentro la frustración la albergaba. ¿Cómo podían tratarla de esa forma? ¿Acaso no conocían la empatía?¿Era tan difícil entender que con su actitud tan solo la hacían sentir más miserable de lo que ya era? Y lo peor de todo es que toda aquella lástima era dirigida solo para ella porque Ranma estaba como si nada hubiera pasado.

–Canalla insensible – mascullo entre dientes.

Agradeció infinitamente que las clases terminarán, de camino a casa escucho un fuerte estruendo, la curiosidad se apoderó de su cuerpo y sin quererlo ya se había acercado demasiado al lugar, era de esperar que un escándalo así solo podrían provocarlo tres locas en particular y en el centro del alboroto se encontraba Ranma cómo siempre. Hastiada por la escena se dispuso a retomar su camino pero escuchar su nombre llamo por completo su atención.

–¡Explícate de una vez Ranma chan! ¿Por qué Ryoga me dijo que en Jusenkio le dijiste a Akane que la amabas? – gritó la cocinera mientras le apuntaba con su enorme espátula.

–¡Que! Espera no…. – era obvio que no estaba listo para hablar de sus sentimientos. –¡Maldito Ryoga lo voy a matar!

–Estoy segura que esa es una calumnia, ¿Verdad Ranma mi amor? – estuvo a punto de quitarle la respiración al sujetar su cuello con una cinta – ¡Tú no puedes amar a esa plebeya!

–Airen seguramente golpearse durante la batalla con Zafron y por eso desvariar – la amazona lanzo sin compasión sus bomborines directo al rostro del azabache, quien estuvo a punto de no lograr esquivarlos.

–Su… Suéltenme – arto de los reclamos sin sentido y con un movimiento brusco logró liberarse de la amenaza de las tres chicas. –¡No tengo porque darles explicaciones!

–¡¿Admites que la amas?! – gritaron al unísono Ukyo y Kodachi, Shampoo tan solo se dedico a escuchar.

–¡Por su puesto que no! ¡¿Quién podría amar a esa chiquilla torpe, tosca y poco agradable?! – respondió con fastidio.

–¡Airen estar dispuesto a casarte con Akane! – reclamó la china – ¿Qué explicación dar a eso?

–¡Mis padres me obligaron!. El señor Tendo uso el barril de Nannichuan para condicionarme. Desde que llegué a Nerima su principal propósito ha sido que me casé con Akane para poder continuar con el estilo de artes marciales y dirigir su dojo. – realmente le dolió enterarse de la jugada del patriarca.

–¿Nannichu… qué? – pregunto Kodachi.

–No lo entenderías – explico Ukyo.

–Airen si tú estar dispuesto a casarte con Shampoo, nosotros regresar a China de inmediato.

–No puedo Shampoo lo siento, aún debo cumplir con el compromiso.

–¿Aun te empeñas en ser el prometido de Akane?¿Después de lo que paso en la boda? – Ukyo desconcertada comenzaba a creer lo que Ryoga le había dicho.

–Ella salvo mi vida – explico Ranma, le vinieron a la memoria los recuerdos de la batalla, nunca sintió tanto miedo que cuando creyó perderla. – Por la misma razón les pido que no le hagan dañó ni se atrevan a desafiarla.

–Eso es absurdo Ranma mi amor, ese compromiso está más que dañado, no puede ser que realmente la ames. – la rosa negra sollozaba dramáticamente.

–Si Akane quererte, ella luchar, Shampoo estar dispuesta a pelear asta la muerte por ti airen. – la amazona se sentía altiva, pues sabía que en combate podría ganarle.

–¡Dije que no! – enfurecido Ranma las miro con rudeza – debo mantenerla a salvo, tengo que pagar mi deuda con ella de alguna forma y no quiero que ninguna de ustedes se entrometa.

–Pero… – dijeron la tres al unísono.

–¡Entiendan que ya estoy fastidiado de todo esto, de proteger a esa chiquilla de cualquier peligro, fue una obligación que me impusieron su padre y el mío, yo ni si quiera quería venir a Japón, mi único sueño es ser el mejor artista marcial, pero tuve la desgracia de tener a un vividor como padre que negocio a mis costillas cuántas veces quiso!

Aquellas palabras retumbaron en la cabeza de Akane y pudo sentir como pequeñas espinas se le clavan en el corazón cada vez más y más profundo. ¿A quién quería engañar? Estaba enamorada de un chico que no sentía nada por ella. Era un dolor agudo dentro del pecho, un vacío que no podía llenarse con nada, como si te faltara el aire para respirar y tratar de obtenerlo dolía.

Se apresuró por llegar a casa por más que quería parar de llorar, las lágrimas salían el doble. Sentía el aire faltar en los pulmones, la impotencia de no poder hacer nada para cambiar sus sentimientos ¿Era esto tener el corazón roto? Al llegar se encerró en la seguridad de su habitación a desahogarse y lloro hasta sentirse vacía por dentro. Ahora todo estaba claro, en Jusenkio Ranma no le dijo que la amaba, tanto era el anhelo de ser correspondida que creyó escucharlo, era más que obvio que el azabache no sentía nada por ella, a intuir por sus palabras era más un obstáculo que Ranma hubiera deseado jamás conocer.

Lo peor de todo aquello es que a pesar de tanto tiempo juntos compartiendo mil y una aventuras, de luchar a su lado en incontables ocasiones, incluso de arriesgar su vida para salvarlo el artista marcial jamás reconocería sus virtudes, sin en cambio la consideraba torpe y débil, dudaba de sus capacidades combativas. ¿De que valía esforzarse cada día para agradarle? La realidad es que de nada, pero hasta ahora no se había dado cuenta que ese era el problema; tratar de agradarle. Cuánta razón tenía su hermana, la felicidad no tenía el nombre ni cara de alguna persona, tenía que buscarla y dejar de desperdiciar su tiempo y amor en un chico que no la merecía.

¿Qué hombre en su sano juicio no se sentiría orgulloso de ser su prometido? ¿Acaso no era ella la chica más deseada y admirada de todo Furinkan? Incluso Shinosuke llegó a declararle su amor. Quizá ella era la cursi que mal interpretó las veces que Ranma la defendió y cuidó del peligro. Era una tonta por haberle querido sin mirar lo que era en realidad su relación; un contrato.

Era momento de cambiar el rumbo y darle un sentido más significativo a su vida, debía defender su honor y hacerse respetar, demostrar que aunque el mundo entero intenté derrumbarla, Akane Tendo no se dejará vencer.

Una semana transcurrió después de la terrible conversación que cambiaría su existencia y tal como se imagino el dolor que sentía paso desapercibido por el azabache, era de esperarse, el muy tonto nunca se imagino que Akane escucho todo, sin en cambio comenzó a poner distancia entre ellos. La menor de las Tendo ya no acudía a despertarlo, incluso salía mas temprano de casa para llegar a la escuela, ni si quiera en clases le dirigía la palabra, si la ocasión lo requería Akane solo le contestaba con monosílabos.

Ranma se sentía desconcertado, lo más raro de su actitud fue haberla visto salir en repetidas ocasiones con Nabiki y eso no le olía nada bien. Incluso había cambiado su aspecto, ya no usaba esa ropa tan infantil, ahora sus prendas eran más cortas y ceñidas al cuerpo sin pasar a lo vulgar, además ahora usaba un maquillaje sutil que realzaba lo hermoso de sus ojos y sus labios color durazno ¡Vaya que lucían apetecibles!.

Akane ya no era la misma y todo aquello de alguna manera lo intimidaba pues no sentía la confianza de ir a tocarle a la ventana de su habitación, para ser sincero tenía miedo de quedar como un idiota frente a ella pues estaba seguro de que su belleza lo hechizaría o quizá su cambio se debía a que ella aún se encontraba dolida por lo de la boda y sobre todo por lo que su cobarde actitud lo hizo hacer, tal vez con el tiempo las cosas volverían a ser como antes.

Sábado por la mañana

Oyó los inconfundibles gritos de batalla de su prometida, se acercó silenciosamente al dojo encontrándose a la chica totalmente concentrada, en posición de batalla, con la respiración pausada y profunda. Comenzó a atacar a un oponente inexistente, sus movimientos eran rápidos y precisos, su fuerza brusca lograba que lanzara golpes que asustaría a cualquiera.

Ranma se sentía fascinado al verla, nunca lo había reconocido pero la faceta que más amaba de esa chica era la dedicación y empeño que daba en sus entrenamientos, le regocijaba poder ser el único que pudiera de esa forma. Lástima que su ego le impedía admitir aquella verdad.

–No están en guardia – Tan absorto se encontraba en sus pensamientos que no se percató del momento en que Akane se acercó a él. – Entrena conmigo.

–De acuerdo – aceptó él, era una buena oportunidad para acercarse a ella y saber la razón de su distanciamiento.

Con la determinación que caracterizaba a la chica inicio a atacarlo lanzando patadas y golpes que Ranma bloqueaba con facilidad. La adrenalina le corrió por el cuerpo olvidando por unos segundos que era un encuentro amistoso, en un momento de descuidó le asestó dos golpes certeros en la costilla izquierda tan fuertes que lo doblegó, de inmediato se agachó intentando revisar el golpe – Perdóname – exclamó con culpa.

–Estoy bien – respondió el artista marcial para no hacerse problemas, aunque el golpe le hubiera dolido en serio. – Has mejorado mucho – la halagó mirando directamente a sus ojos.

–Gracias – la chica sonrío amablemente y por un momento se sintió hipnotizada por la mirada del azabache.

–Oye Akane, yo quería ….

–¡Akane! – Nabiki entro al dojo inesperadamente, aquella escena no le gustaba nada. – ¡Apresúrate o vamos a llegar tarde!

–¡Si, ya voy! – Akane tomó su toalla y siguió a su hermana, dejando a Ranma con las palabras en la boca.

Cada día que pasaba la situación se complicaba, Akane no había cambiado la actitud hacia Ranma y todos en casa lo notaron. Los patriarcas preocupados por el distanciamiento entre sus hijos tramaron una salida para dejar solos a los prometidos, tenían esperanzas de que en su ausencia los chicos pudieran solucionar sus diferencias.

El plan era infalible, anunciaron a los chicos que visitarían a un viejo amigo fuera de la ciudad, Kasumi se ofreció a acompañar al doctor Tofú a casa de su madre pues la señora se encontraba enferma de gravedad, en cuanto a Nabiki hubo que pagarle la estancia en un famoso spa en las montañas.

A pesar de la ausencia de la familia, la situación no mejoró, Akane salía temprano a su carrera matutina y a su regreso se apresuraba en arreglarse para desayunar y salir, llegaba a casa por la tarde y se encerraba en su habitación por el resto de del día. A pesar de los intentos de Ranma por abordarla y hacerle plática la chica se portaba esquiva y cortante.

Pero no contaban con que el destino conspiraria en contra de ambos chicos ya que la comida que Kasumi dejó preparada se termino. A pesar de la actitud tan fría de la peliazul, la enorme nobleza que la caracterizaba le impedía hacerse ajena a la ocasión, además sería un buen pretexto para mostrarle un poco de la nueva Akane.

–Ranma – el chico sorprendido acudió a su llamado de inmediato.

–Dime.

–La comida se acabó, ¿Podrías ir a comprar algunas cosas para que prepare algo? – un extraño escalofrío recorrió el cuerpo del artista marcial.

–¿Que necesitas? – a pesar del temor a enfermarse no desperdiciaría la ocasión para hacer las paces con Akane.

De regreso a casa entregó todo lo que la menor de las Tendo pidió y se dirigió al dojo para practicar, sin en cambió no pudo concentrarse pues sus pensamientos estaban ocupados tratando de buscar las palabras adecuadas para preguntarle a Akane sobre su actitud.

–La comida está lista – se dirigió al comedor aún con un poco de temor.

La sorpresa de Ranma fue enorme al notar sobre la mesa arroz, sopa de miso, encurtidos y mariscos con salsa de soya y wasabi. Todos los platillos tenían un aspecto apetitoso y ni que decir del aroma, aún así el sabor lo tenía un tanto preocupado.

–Si no quieres comer no lo hagas – la mirada temerosa del artista marcial no paso desapercibido para Akane. –Es más puedes ir a comer con Ukyo, Shampoo o Kodachi.

–Voy a comer – el chico de la trenza tragó saliva nervioso, no perdería está oportunidad de obtener una tregua.

Se armo de valor y bajo la atenta mirada de la chica probó el primer bocado. Al instante abrió los ojos con exageración estaba impresionado por el delicioso sabor de la sopa de miso, lleno de regocijo devoro ansioso la porción de su tazón, cuando termino miro a Akane incrédulo. ¿Realmente ella había cocinado tan exquisito manjar?

–¿Qué? – Akane indiferente a su sorpresa degustaba tranquilamente sus alimentos.

–¡¡Esta delicioso!! ¿Cuándo aprendiste a cocinar? – interrogó intrigado, mientras comía el siguiente platillo.

–Tomo clases por las tardes desde hace tiempo, incluso ayudo Kasumi en la cocina.

–Ya veo, así que a eso se debía tu ausencia en casa. – Ranma se sentía tranquilo por al fin conocer el lugar al que asistía diariamente.

–¿Lo notaste?.

–Por supuesto.

Ambos se miraron fijamente, hablar sin inhibiciones nunca les resultó fácil. Sin embargo Akane observo detenidamente al chico buscando en él algún atisbo de mentira que no pudo encontrar y eso la alegro enormemente.

–Por cierto, desde hace tiempo te notó muy distinta, ¿Qué ocurre Akane?.

–¿A qué te refieres?

–Bueno, a decir verdad, desde el desastre de la boda, te has portado indiferente conmigo. De hecho te debo disculpas por haber arruinando todo. –avergonzado, el artista marcial bajo el rostro.

–No es nada – sonrío la chica – sólo que me sentí mal por ver el esfuerzo de la familia tirado a la basura, necesitaba ocupar mi mente en algo positivo de otra forma no se que hubiera pasado.

–Escucha Akane, ese día en Jusenkio… – el corazón de la peliazul se aceleró, no quería recordar lo que sucedió aquella vez. –Yo la verdad…

–Hay que olvidarlo ¿Si? – Ranma no estaba seguro de querer hacerlo. – ¿Que te parece si partir de hoy hacemos borrón y cuenta nueva?

–Esta bien – cedió el chico.

–¿Qué tal una tragó para celebrar un nuevo comienzo? – susurró Akane.

– De acuerdo – a pesar de que beber no era de su agrado no era capaz de negarle nada a la menor de las Tendo.

La noche los sorprendió platicado y riendo amenamente, ambos se sentían aturdidos por el sake que habían consumido. Al parecer el plan de la familia había dado resultado, conforme pasaban las horas los chicos sentían restablecer la confianza.

Pasada la media noche el azabache decidió ayudar a subir a la menor de las Tendo a su habitación para que pudiera descansar, si bien no estaba completamente ebria pero si mareada. La cargo en sus brazos y Akane lo rodeo del cuello, al llegar a la recámara la depósito en su cama y la cobijó con una manta.

Ranma se detuvo a admirarla por unos instantes, le parecía tan hermosa con el sonrojo que el licor le había provocado que no pudo contenerse a acariciar su rostro.

–Eres… tan bonita.

–Ranma …quédate a dormir conmigo.– rogó la chica, sin pensarlo dos veces Ranma se acostó a su lado, era un sueño hecho realidad.

Al sentir su calor Akane lo abrazo fuertemente y el chico correspondió su acción, por esta noche no tenían que reprimirse. Por un instante se miraron fijamente no se necesitaron palabras para saber lo que ambos deseaban, sus labios se unieron en un beso ansioso y poco a poco los movimientos se sincronizaron.

Pronto perdieron la cordura, solo se limitaban a disfrutar de aquella sensación tan nueva, desconocida y extrañamente placentera que lograba quemarles las entrañas y los elevaba al nivel más osado de las caricias.

Dejaron los temores de lado, la ropa pronto les estorbo, las manos explotaban con más valor, los dientes mordían y dejaban marcas a su paso y la chica clavaba las uñas en la espalda del azabache.

Ranma tomo la iniciativa y Akane se dejó guiar al sentir la abrumante sensación de deseo. Lo acarició con el mismo amor que él brindaba en esos momentos. El ímpetu aumentó la velocidad que los llevó a unirse en una danza de calor y suspiros. Más que con palabras esa noche se demostraron cuánto se amaban.

Sentada frente al escritorio bebía una enorme tasa de café humeante, esperando paciente a qué el hombre que aún dormía en su cama despertara. No podía dejar de pensar en lo maravillosa noche que pasó a su lado, aun así no cedería en la decisión que había tomado. A pesar del tiempo nunca olvidaría esa noche, su única noche de amor.

Pronto el chico comenzó a moverse y a despertar, Akane respiro profundamente el momento de la revelación por fin había llegado.

–¿Dormiste bien? – pregunto la chica mientras le acercaba una camisa.

–Me duele mucho la cabeza.

–Toma esto – la peliazul le acercó tres pastillas y un vaso de agua. – Te ayudará para la resaca.

Ranma estiró los brazos para desperezarse y se sentó en la orilla de la cama y bebió lo que Akane le ofrecía. Al mirar a la chica a su lado notó un objeto que le llamo mucho la atención.

–Akane … ¿Por qué tienes una maleta de viaje? – pregunto curioso.

–Porque hoy me voy de Nerima. –respondió tranquilamente, mientras tomaba los últimos sorbos de su bebida.

–¡¿Qué?! ¡¿Pero porqué?! ¡¿De que estás hablando?! –grito confundido, de pronto se sintió mareado e incapaz de sostenerse en pie. Akane al notarlo se acercó a él para ayudarlo a sentarse.

–Hace tiempo te escuché hablar con Ukyo, Shampoo y Kodachi, desde ese día decidí demostrarte que puedo tener las mismas cualidades que ellas. – cada minuto que pasaba el azabache sentía perder sus energías. – aprendí a verme bonita, a cocinar y a jugar sucio.

–¿Qué... me sucede?

– Estás sufriendo los efectos de pastillas paralizantes, por cierto, aumente un poco la dosis.

–¿Porqué…. Porqué me haces esto…Akane?

–¿No era lo que querías? Ser libre. Librarte del compromiso que te impusieron para regresar a China, a partir de hoy ya no tienes que proteger a "la chiquilla torpe y poco femenina". – dijo con . – Si me quedé hasta ahora fue solo para demostrarte que yo también puedo ser una mujer capaz. A final de cuentas soy mejor que cualquiera de ellas tres, porque ninguna logrará obtener lo que tengo yo; tu primera noche.

Al notar que el azabache ya no se movía por completo, tomó su maleta y se dirigió a la puerta. No quedaba otra opción Ranma era un idiota que nunca estaría preparado para el matrimonio.

A Ranma parecía caerle una gran roca dentro de la garganta, que amenazaba con ahogarlo, sintió el abismo abrirse bajo suyo dispuesto a arrastrarlo en la infinita oscuridad y nada podía hacer para evitarlo.

–No… no lo hagas Akane…. yo…¡ Yo te amo! – Grito con todas sus fuerzas, y la peliazul se detuvo por un instante.

–Vaya, eso fue…. Inesperado, lástima, ya es tarde para eso . – giro el rostro para mirarlo y le dedico sus últimas palabras antes de retirarse. – A final de cuentas me sobras tú.

Salió de la habitación, dejando a su paso los gritos desesperados de Ranma. En ningún momento miro atrás y desterró desde el fondo de su ser el cariño que le tuvo a su ex prometido, finalmente consiguió su libertad y partir de ahora su destino lo escribiría ella.

"Tomé valor y me arranqué ese ese hilo rojo del que todos hablan, ese hilo que supuestamente te conecta 'con aquella persona que entrara en tu vida'. Pero yo no quiero más de todo eso, no quiero más de lo mismo, por eso le encontré un mejor uso a ese jodido hilo rojo…

Comencé a reparar un corazón ya bastante maltrecho y lastimado, un corazón tan tonto que siempre se entrega completo creyendo en cuentos de hadas, deja do que el 'destino' haga siempre de las suyas.

Por eso a partir de ahora quién me quiera en su vida, será así, con mis demonios y mis días malos y con todo lo irracional que pueda llegar a ser, no quiero más amores a medias o de esos amores de ratos; se que estoy llena de defectos heridas y cicatrices, pero también se amar bonito, puedo ser la niña más dulce, la mujer más entregada y la amante más apasionada.

Pero jamás volveré a ser aquella tonta que tanto han lastimado.

Cuando el amor no es recíproco, recoge tu dignidad, empaca tus sentimientos y sigue tu camino."

* Hola *

Que tal amigos, aquí les dejo este one –shot que espero sea de su agrado, con un final fuera de lo común, espero no me condenen por eso. Nos leemos pronto. Les envío un beso.

Blodrayne