Los personajes de Saint Seiya son propiedad de Masami Kurumada, Chimaki Kuori y Toei Animation.
Si era muy riguroso, él la conoció primero.
Era primavera, primavera lluviosa, cuando un Kanon de doce años se escapó de su casa de nuevo y terminó cerca de una tienda tratando de refugiarse del agua.
Su ojos estaba húmedos, pero el agua alcanzaba a disfrazar eso un poco, por eso no se había ocultado tan bien de la lluvia; estaba al lado de la tienda, pero aún alejado, lo suficiente como para seguir mojándose y llorando sin que se dieran cuenta. Había peleado de nuevo con Saga y sus padres, como siempre, le habían dado la razón a su gemelo.
Comenzaba a sentir frío cuando una sombrilla se posó sobre su cabeza; él, asustado, levantó la cabeza y sin saberlo se encontró con su perdición.
Frente a él estaba la niña más bonita que había visto en toda su vida, sosteniendo su sombrilla, mientras con sus ojos verdes le preguntaba que le pasaba.
— Bueno, ¿vas a tomarla? — le preguntó la niña moviendo el mango de la sombrilla de un lado a otro — ¿qué te pasa? ¿Entiendes lo que digo?
Lo entendía, pero no alcanzaba a comprenderlo, estaba asombrado por ella, enmudecido, con el corazón acelerado.
— ¡Katya!
El llamado de un niño que salía de la tienda y se paraba al lado de ellos los asustó, ella agarró la mano de Kanon y le dio el paraguas antes de internarse de nuevo en el local.
Se quedó de pie en ese lugar cerca de media hora, cuando el agua había bajado de intensidad, dejando una leve llovizna. Nadie se dio cuenta de que había desaparecido esa tarde, a pesar de la pelea, Saga siempre lo encubría.
Nunca entendió que fue lo que le sucedió ese día para enmudecer así, tampoco entendió por qué después de eso nació en él la voluntad de siempre hacer los pedidos de su madre, ir de compras, siempre al lugar de dónde había salido la niña.
A veces le atendía el niño rubio que aparentaba su edad, Hyoga supo más tarde que se llamaba, a veces lo saludaba, una vez le preguntó si le gustaban los Thundercats, cuando vio que el chico usaba una playera con el logo de la caricatura. La gran mayoría de las veces le atendía ella, siempre sonriéndole y tratando de hacer plática, aunque nunca resultó, Kanon se mantenía mudo, tímido ante ella.
Fue siempre que pudo, siempre que había que comprar algo, hasta que Saga sospechó, tardó poco más de dos años, pero lo hizo. Preguntó y Kanon supo que no podría regresar.
Saga era el mayor, ejercía su protección de hermano mayor quitándole a Kanon, buscando lo mejor para el menor.
Tenía miedo, no le avergonzó reconocerlo. Era gemelos, todo era compartido, para ambos, pero Kanon quería algo para él, sólo de él, quería ser egoísta.
Pero tenía mucho miedo y el miedo lo paralizó, le ganó.
Comentarios:
Como de costumbre, gracias por leer.
Este iba a ser una especie de one shot con varios cortes en la narración, de hecho hasta tenía otro título, pero cuando lo terminé me di cuenta de que era largo, muy largo, así que lo dividí en los fragmentos originales porque lo consideré de mejor manejo y se me antojó. Como originalmente era un sólo capítulo por decirlo de algún modo, no creo que valga la pena publicar cada semana, así que el próximo capítulo vendrá pronto, en seis horas para ser exactos.
Eso sí, todos los capítulos son cortos, cortos para el promedio de mi escritura, quien me ha leído antes sabrá a qué me refiero.
De nuevo, ¡gracias por leer!
