Kimetsu no Yaiba No me pertenece

Hilo

Tsuyuri Kanao es vendida cuando tiene 6 años de edad, lo cual simplemente es una parte de su vida que es tan mala como las demás. No es que le importe mucho, todos sus hilos con la realidad parecen rotos y sinceramente, sigue con vida sin ninguna esperanza o deseo de nada. Su dueño la trata muy similar a un animal al cual disfruta golpear en ocasiones, no es que le importe, solo sigue las ordenes de otros, incluso si está cubierta de sus propios desechos, no hace nada que no se le indique, porque no tiene sentido. Muchas veces Kanao deseo morirse, dejar este mundo, pero tampoco tiene certeza de que hay después, no es que le importe.

Nada importa.

Todo ha dejado de importar.

Solamente mueve su cuerpo, porque otros se lo indican, hace mucho ha perdido la voluntad de hacer algo por su cuenta, porque nunca funciono de nada.

Sus padres nunca fueron buenos con ella o sus hermanos, así que ser vendida no es algo que le sorprenda o le importe.

Los siguientes dos años de su vida pasa de persona en persona, vendida como un objeto de pago donde la mayoría parece abusar físicamente de ella con golpes y puños, como suele hacerlo su padre, otros la tocan un poco sobre su ropa y parecen decepcionados de su falta de reacción ya que nunca hicieron nada más, antes de usarla como moneda de otro pago, hasta que termina a manos de una anciana llamada Ume. No es que a Kanao le importe mucho quien es su dueño, solo se queda sentada hasta que le digan que haga algo, casi siempre deseando que nadie le diga nada y que termine por morir de una vez por todas.

Es entonces cuando lo ve por primera vez, sentada en la casa en una esquina cual muñeca rota, un niño que parece un poco más joven que ella, le está viendo atentamente desde la entrada de la casa, tomado de la mano de una mujer. El pequeño de ojos rojo oscuro con el cabello algo rojizo también, parece verla fijamente y le comenta algo a la mujer a su lado desesperadamente, quien parece también verle con ojos preocupados.

Su dueña Ume parece afligida mientras habla con ellos, cosas que no le importan a Kanao, en su lugar mira al pequeño que parece tener ojos llenos de vida que reflejan su cuerpo casi desnutrido y desechado de la humanidad. No recuerda alguna vez que ella estuviera así, llena de vida y emociones, nunca pareció ser digna. Incluso si su actual dueña no disfruta de torturarla físicamente o romperle los dedos, no es que espere nada de nadie, el mundo le enseño a que nada debe importarle.

Entonces cuando su dueña le guía a la entrada de la casa, diciendo que ahora ira a vivir con la familia Kamado, Kanao solo sigue a la mujer y al niño sintiendo indiferencia. Estos eran sus dueños número 9, por lo cual no espera nada de nadie. Sus pies descalzos caminan por el barro siguiéndolos colina arriba en la montaña. El pequeño niño sigue al lado de su madre viéndole de reojo muchas veces, incluso cuando Kanao se tropieza con una piedra, este se apresura a ofrecerle una mano para ayudarle a levantarse.

No entiende porque hace ese acto, no entiende que quiere de ella, pero ahora son sus dueños, entonces acepta la mano del niño que no le suelta el resto del camino.

Es raro, piensa Kanao al ver al niño frente a ella sujetando su mano, es la primera vez desde que tiene memoria, que una mano es cálida ante su tacto.

.

.

Tanjuro Kamado es un hombre de aspecto delicado que es el dueño de la casa donde ha sido vendida o al menos eso supone. Cuando el hombre los ve llegar, le lanza una mirada curiosa a la mujer que parece cansada, antes de dejar que el niño que ahora sabe se llama Tanjiro, le lleve a otra habitación donde hay otros niños que parecen curiosos de verle. Incluso cuando no debe hablar al menos que se lo indiquen, decide tomar nota de los nombres de los que parecen ser sus dueños. La niña que parece mayor llamada Nezuko se presentó diciendo que tiene 6 años, emocionada por ese hecho, el siguiente niño dijo que era Takeo y tiene 4 años, los otros los presento Tanjiro ya que eran muy pequeños. Hanako de 3 años y Shigeru de 2, también comento que su madre estaba embarazada nuevamente y esperaba a otro hermano para agregar a la familia.

Muchas bocas que alimentar, piensa Kanao curiosa de terminar en esta familia como sus dueños, ya que en general era vendida a hombres o mujeres solitarios, que gustaban de golpearle por diversión. Aunque probablemente solo deba esperar un poco antes de recibir su primera reprimenda, es cuestión de tiempo, siempre es cuestión de tiempo, no debe tener esperanza, esta debe morir siempre.

Es la lección que más ha aprendido en su vida.

La esperanza no sirve de nada.

Ella no merece ser amada.

Cuando Nezuko pregunta por su nombre, ella se queda en silencio unos momentos antes de adivinar que le han hecho una pregunta y es su deber contestar. La última vez que hablo fue hace tres meses cuando paso a manos de Ume, la anciana que fue la primera de sus dueños en no pegarle y tratarle relativamente decente comparado a los demás, pero que siempre le miro desde lejos y nunca quiso acercarse a ella.

—Kanao—dice con voz rasposa y falta de practica a la petición de sus dueños.

Debe contestar.

Su segundo dueño le enseño que, si no contestaba, recibiría latigazos en su espalda, el cuarto dueño le había quemado con un cuchillo al fuego vivo en su vientre cuando no contesto. Incluso cuando nunca grito o lloro, para frustración de estos, sabe que debe contestar cuando se lo indican. Debe obedecer a otros, porque no tiene un destino en su vida, no tiene un propósito, no es nadie.

—Kanao es un nombre bonito—dice el niño llamado Tanjiro con una sonrisa.

No se mueve o hace ninguna indicación ya que no se le ha pedido nada más, haciendo que la mayoría de niños parezca confundidos a su alrededor. Si es sincera con ella misma, Kanao se siente algo incomoda de tantos niños a su alrededor, porque trae recuerdos de sus hermanos antes de ser vendida, de sus cuerpos fríos fuera de su anterior hogar y como después de eso nada importo más.

La mujer llamada Kie, entra en la habitación diciendo que ella necesita un baño. Es curioso, ya que no recuerda la última vez que tuvo un baño de este tipo, donde esta le ayudo a enjabonar su cuerpo, sin tallar fuerte su espalda llena de cicatrices e incluso peinando parte de su cabello. En general cuando alguien decía baño en su dirección, recibía un balde de agua fría sobre ella, antes de ser enviada a una esquina. Cuando el baño termino la mujer se limpió unas lágrimas que salían de sus ojos, antes de envolverla en un viejo kimono que comento le perteneció hace muchos años.

Esta le acaricio la mejilla, pero Kanao no sintió nada.

El recuerdo de la mano cálida de Tanjiro hace algunas horas bailo por su mente, antes de caminar en dirección de la habitación de Tanjuro que sigue en la misma posición que lo vio hace algunas horas. Cuando quedo arrodillada frente a este, simplemente espero alguna paliza o indicación que seguir, que este pusiera una mano sobre su cabeza, le hizo voltear algo confundida en su dirección.

Este sonrió cálidamente.

—Bienvenida a la familia Kanao—dice con voz amable, pero Kanao no siente nada.

Solo asiente, aunque no sabe qué hacer ahora, solo espera que alguien le indique que hacer. Cuando Kie le dice que dormirá al lado de los otros niños, se deja llevar por Nezuko y Tanjiro que le toman de las manos y acuestan en el medio de todos.

Es raro, piensa Kanao, muy extraño.

Pero duerme, porque eso fue lo que le han indicado.

.

.

Los siguientes dos meses para Kanao son bastante extraños, la familia Kamado ha asegurado muchas veces que no son sus dueños, cuando ella los llama como tal, así que como una orden de ellos (aunque ellos han asegurado que no es una orden) los llama por su nombre como se le ha indicado. Hace los trabajos que le indican, que son ayudar en la cocina o con el carbón, ayuda a cultivar vegetales en la montaña y le enseñan cómo debe reparar la ropa rota. Come cuando le indican, toma un baño con Nezuko y Hanako también cuando le indican, ayuda a limpiar cuando le dicen que lo haga. Duerme todas las noches con los otros niños y nunca le golpean, a pesar que a veces ve el brazo moverse en su dirección, nunca es lastimada.

Hay muchos abrazos en realidad, de parte de los pequeños, manos en su cabeza de parte de Tanjuro y caricias de parte de Kie.

No son molestas, pero tampoco son agradables, son extrañas, no son comunes, no entiende que debería sentir o si debería sentir algo.

—Vamos a jugar Kanao—es la voz alegre y amable de Tanjiro, quien ha terminado de ayudar en casa como ella y ahora tiene algo de tiempo libre.

Lo sigue menos confundida que la primera vez que escucho el término "jugar", fue bastante difícil para Nezuko y Tanjiro enseñarle el concepto de juego a ambos, pero al final con mucho esfuerzo logran integrarla a la mayoría de juegos. No entiende el sentido de correr detrás de ellos y tocarle la espalda, para luego salir corriendo al lado contrario evitando ser tocada, tampoco entiende la idea de patear el objeto redondo llamado "bola" o bailar con los niños. Pero eso es lo que ellos quieren hacer y es su deber como esclava hacerles caso a sus dueños.

Kie insiste en que no es esclava y que son familia, pero no entiende el concepto de familia, no entiende el concepto de no ser esclavo.

Entonces prefiere seguir obedeciendo órdenes, porque eso es lo único que sabe hacer.

Deja que Shigeru se suba a su espalda, porque es el más pequeño de todos y no puede jugar sin ayuda de los demás. Cuando es el turno de ella de perseguir a los niños, toma aire antes de aumentar su velocidad y tocar a cada uno de estos con una velocidad sobre la de ellos, quienes se ríen divertidos diciendo que nunca podrían alcanzarla. Cuando Hanako pregunta tímidamente porque es tan rápida, no sabe que contestar, no sabe cómo explicar que su 7 dueño era conocido por haber sido un cazador de demonios en el pasado y le había enseñado la respiración especial que este había desempeñado.

Kanao piensa que le enseño esto para que pudiera trabajar mucho más tiempo sin la necesidad de descansar y haciendo los deberes con mucha mayor rapidez. No fue algo difícil de aprender para ella, ese hombre solo le indico que lo aprendiera y esa orden fue tomada por ella.

Los niños a su alrededor comenzaron a preguntar por las cosas a su alrededor, parecidos acostumbrados a su mayor sentido de la visión. Tanjiro a su lado indico que tiene buen olfato y que entre ambos sin duda harían un buen equipo, lo cual hizo a los pequeños negar que ambos estuvieran nunca en el mismo equipo a la hora de jugar.

El llamado de Kie hizo que todos dejaran de jugar para ir a comer.

Horas más tarde para proteger a uno de sus hermanos, Tanjiro recibe una quemadura en su frente que le hace tener una venda los siguientes días. Todos en casa parecen preocupados, pero Kanao no siente preocupación, no siente nada, y nadie le recrimina por eso.

.

.

La danza del dios del fuego, es la primera vez que Kanao la ve y no puede evitar sentir algo extraño en su interior al verla. Han pasado 5 meses desde que vive con la familia Kamado y es hora de dar las gracias al dios del fuego por permitirles un año más de vida. Al menos eso explica Kie, quien le explica mientras todos ven la danza esa noche, con el nuevo integrante de la familia Rokuta. A su lado se encuentra Tanjiro que no parece más que impresionado ante el baile de su padre, mientras que otros como Nezuko prefieren sentarse a su lado y hablar con Hanako.

Es un baile singular, que nunca ha visto antes.

Kanao no sabe que sentir, solo que se siente interesada por primera vez en algo en toda su vida, ante el movimiento y la constancia de los pasos de Tanjuro.

La nieve cae sobre ellos, pero el hombre sigue moviéndose fluidamente entre los pequeños copos que siguen cayendo.

—Algún día yo hare la danza como mi padre, Kanao tiene que estar a mi lado para verme—dice Tanjiro emocionado tomando su mano con ojos brillantes.

Asiente confundida, porque no sabe que debe hacer, antes que ambos niños giren el rostro para seguir viendo la danza que seguirá por horas. Ese día algo dentro de Kanao martillea diferente, algo intrigada y al mismo tiempo sin saberlo, fascinada.

.

.

Kanao es la mayor de todos los niños, así que es la que más ayuda con el carbón en casa, a pesar que Tanjiro se molesta de querer ayudar, así que ambos terminan en un trabajo en equipo, a veces Nezuko los ayuda. Ha pasado poco más de un año desde que esta con la familia Kamado y desde entonces nadie ha abusado de ella, pero tampoco nadie ha podido abrir su coraza. Tanjiro alguna vez comento de forma inocente, que tal vez lo que sucedía era que la voz de su corazón era muy baja, a lo cual Kanao asiente, porque no es como si ella tuviera una razón para vivir. Todos en la casa han notado que ella no toma elecciones, así que suelen dejarla siempre con alguien para ayudarle de ser necesario.

Incluso el pequeño Shigeru, ahora con 3 años, es quien siempre le recuerda que debe comer o ir al baño cuando siente ganas.

Es tedioso, lo sabe porque anteriormente sus dueños le habían reprendido por eso. Muchos de ellos habían preferido tenerla sobre sus desechos, antes de darle la orden de ir al baño, solamente porque sentían que lo merecía. Pero ahora si no es Nezuko o Hanako, Kie suele recordárselo todo el tiempo.

Generalmente quien pasa más tiempo con ella es Tanjiro, el niño siempre parece seguirla con una sonrisa y tomándola de la mano para ayudarle con cualquier cosa. Al principio Nezuko se había sentido algo celosa, pero entonces comenzó a imitar a su hermano y seguirles a todos lados para ayudarle. La niña decía que era como su hermana mayor, así que todos comenzaron a llamarle de esa forma, menos Tanjiro. Una tarde Takeo había preguntado por ese detalle al niño, haciendo que este se sonrojara, mientras Kie se reía levemente con su esposo.

—Me gusta el nombre de Kanao, eso es todo—dice claramente avergonzado, haciendo reír a los demás niños, pero Kanao no entiende.

Nunca entiende, no es que a ella le importa como otros le llamen.

No importa nada.

O al menos eso pensaba ella hasta que ocurrió un evento en específico. Habían ido a jugar todos juntos cerca de la casa, no es que Kanao quisiera jugar, pero Kie le indico que siguiera a los niños y por ese motivo tuvo que obedecer. Como de costumbre Shigeru quiere estar a su lado (el pequeño se ha unido a ella bastante este último año) pero al ver como Hanako también quiere, es deber de Nezuko y Takeo hacerla retroceder para jugar algo.

La falta de Tanjiro cuando termina el juego, parece preocupar un poco a Nezuko, que le pide por favor que lo busque con su mirada.

Nezuko insiste que no es una orden, Kanao realmente no entiende la diferencia.

Busca fijamente por todos lados ante la mirada de los niños, algo ilusionados porque ella parece poder verlo todo. Es cuando lo ve, su cabello es algo coloridos y sus ropas también son fáciles de detectar en la nieve de la montaña. Pero algo está mal, sus ojos se abren levemente al notar al niño sobre la nieve pareciendo herido, al tiempo que una sombra gigante parece estar detrás de él. Todo su interior se llena de alarmas, sus pies parecen temblar indecisos al igual que sus manos, porque no tiene una orden de ir tras de él.

Quiere decirle a Nezuko rápidamente que ha visto, para que ella le indique que hacer, cuando ve a Tanjiro moverse en el suelo pareciendo adolorido.

Escucha a Shigeru susurrar su nombre, antes de ignorar por primera vez su instinto de obedecer a otros y lanzarse hacia adelante con la respiración de concentración en su cuerpo. Su mano se guía rápidamente a su cadera, donde hay un hacha que Tanjuro le ha dado para que corte leña desde hace algunos meses. Kanao había pensado que ningún otro de sus dueños nunca le dio un arma, porque ellos temieran que ella pudiera revelarse y matarlos, pero Tanjuro parecía confiar en ella.

Todos parecen confiar en ella.

Incluso cuando ella jamás confió en ella o tuvo algún sentimiento por su propia persona.

Llega en unos segundos al pequeño claro del bosque, con el hacha en su mano e ignorando que es un enorme oso quien se cierne sobre ella. Kie alguna vez le explico que, en pocos casos, los osos se despiertan durante su hibernación y que deben tener cuidado por estos, buscando comida desesperadamente, este motivo siempre provoco que Kie no quisiera que se fueran muy lejos. Pero todos habían ido un poco más lejos de costumbre, Tanjiro había tenido mala suerte de alejarse un poco durante las escondidas y topándose con este oso.

Aunque viéndolo de cerca, pudo notar que no tiene alguna herida grave y solo parece sujetar su mano izquierda magullada, no sangre o extremidades faltantes.

Su segundo dueño, el que alguna vez la toco sobre su ropa, disfrutaba de torturar animales. Una vez le había torturado con agujas en todas sus piernas, pero también al parecer aburrido de su falta de reacción, comenzó a explotar que ella siempre obedecía hacer lo que le indicaran. Entonces más de una vez le había ordenado que matara pequeños animales que llevaba a su casa. Kanao no sentía nada al rebanar los conejos o aves pequeñas, pero incluso cuando este indicaba que debería sentir placer, Kanao solía hacerlo demasiado rápido y provocaba que este le pateara. Incluso aunque no sintiera emociones, tampoco disfrutaba el dolor ajeno, no disfrutaba que otros sufrieran incluso cuando ella lo hizo cada día.

No alargaría el sufrimiento a la muerte de otros.

Tal vez, fue la única cosa rebelde que siempre guardo en su interior.

Claro que este no era un conejo o un ave, era un oso adulto que era mucho más alto y fuerte que ambos niños, pero eso no intimido a Kanao que con un giro rápido corto parte del torso del animal haciéndolo soltar un gruñido aterrador. Parece que su ataque solamente le había enojado, pero ella intentaba recordar desesperadamente a su anterior dueño de los cazadores, sobre alguna de sus técnicas, pero aparte de la respiración, no había ninguna en su mente ya que ese hombre solo fue un borracho que disfrutaba tirarle botellas.

El oso con una sola de sus patas, le lanzo sin piedad a un costado, causándole rasguños en su brazo.

—¡KANAO! —chillo Tanjiro levantándose asustado, atrayendo la atención del oso.

Kanao ignoro el dolor de su cuerpo, levantándose nuevamente y corriendo directo al oso que parecía a punto de abalanzarse nuevamente sobre Tanjiro. Con un salto hizo nuevos cortes en la espalda del animal, quien siguió gruñendo antes de voltear el hocico demasiado rápido y atrapar su pierna. El dolor atravesó por un momento su columna vertebral, pero le ignoro antes de golpear el hacha contra el rostro del oso e incrustándolo en su ojo.

Fue liberada contra el suelo, siente mareo en su cuerpo proveniente de la falta de sangre por la herida de su pierna y brazo.

Se podría desmayar.

Si se desmaya nadie podría proteger a Tanjiro y los niños.

El oso parece mucho más furioso ahora, levantándose sobre sus patas traseras, listo para acabarle en el siguiente movimiento. Durante un segundo, la imagen de Tanjuro llega a su mente, como este nunca parece cansado y permanece bailando en lo que parece una eternidad. Los giros que le habían hecho sentir algo por primera vez en su vida, parecen repetirse de forma constante en su mente. Tanjiro y ella lo habían visto toda la noche, ambos embelesados por la danza.

Una danza que parecía tan llamativa y letal.

Su cuerpo vuelve a moverse por puro instinto, haciendo el mismo giro que recuerda de Tanjuro y bailando entre las patas del oso, llegando a su cuello. Con un giro y un grito de su parte, logra cortar parte de la yugular del enorme animal, que suelta un último gimoteo antes de caer al suelo. Kanao por otro lado al caer de forma poco grácil, siente que algo atraviesa sus pulmones de forma dolorosa, el llamado desesperado de Tanjiro es lo último que recuerda antes de caer inconsciente.

Vuelve a despertar 4 días después del incidente, con los niños llorando a su alrededor y Kiel abrazándola desesperadamente. Todos parecían aterrados que algo le hubiera pasado o que no despertara nunca más, su pierna y brazo estaban vendados. Luego de pasar algunos minutos entre abrazos y llantos de infantes, donde el que más parece estar a su alrededor es Tanjiro, es el padre de ellos quien le llama para hablar en privado.

—Tanjiro me conto que usaste la danza del Dios del fuego—comenta este de forma curiosa, luego de expresas alegría por su despertar.

Lo hizo, piensa Kanao incrédula, además de que fue la primera vez que su cuerpo se movió sin la indicación de nadie.

Fue extraño, piensa viendo sus manos con dudas en su mente.

La mano de Tanjuro se posa sobre su cabeza, ella gira el rostro confundida.

—Aunque creo que fue bastante imprudente lo que hiciste, te agradezco por salvar la vida de Tanjiro—dice con una sinceridad en sus ojos, que algo dentro de Kanao parece incomodo—siempre pensé que Tanjiro como mi primogénito tendría que traspasar el baile a la siguiente generación, pero me alegra que tú también lo hagas, después de todo también eres parte de la familia y otra de nuestros hijos—comenta sujetando la mano de Kiel a su lado.

Sus palabras no deberían significar nada.

Pero de alguna forma lo hacen.

Sus ojos brillan levemente, sintiéndose extrañamente inquietos y algo húmedos cuando Kiel la atrae a un abrazo. Su interior parece pesado, pero Kanao no sabe que puede significar eso. Fue la primera vez que un abrazo, que no fuera de Tanjiro, se sintió cálido.

Familia.

Tal vez sea por eso.

No deja de obedecer las órdenes de los demás, no hace nada por sí misma, pero después de ese día, siente que algo cambio dentro de ella.

.

La siguiente ceremonia de año nuevo, para sorpresa de todos, Kanao apareció al lado de Tanjuro con ropas similares a las suyas. Todos parecían sorprendidos que, con cuestión de unas pocas semanas, realmente Kanao hubiera estado a la altura para acompañar a Tanjuro en la danza del Dios del fuego, en especial Tanjiro que había estado practicando con ambos, pero fallando en algunas partes. Para Kanao fue una sensación indescriptible, el pasar el resto de la noche en medio de lo que parece una danza eterna. Fue el único momento en su vida, donde todas las cosas que no importaban, fueron tan diminutas, lo único que parecía importar era el siguiente movimiento.

Uno tras otro, un movimiento que parece hipnótico.

—Cuando sea mayor vamos a bailar juntos—es lo que dice Tanjiro al día siguiente, no pareciendo celoso o molesto porque ella bailara con su padre.

Ladea la cabeza asintiendo, aunque no sabe si es una orden o no, no le molesta hacer esa promesa.

El niño parece tener ojos brillantes, antes de declarar que practicara mucho en sus días para dominar la danza junto con ella.

—Yo creo que Kanao-nee se veía muy hermosa—declara Nezuko emocionada, al lado de Hanako quien asiente al mismo tiempo que Shigeru.

Otros como Rokuta solamente aplauden emocionados.

—Bueno creo que Nii-chan últimamente ve mucho a Kanao-nee—dice Takeo con sonrisa algo maliciosa, haciendo que todos giren a ver a Tanjiro que se ha vuelto rojo de un momento a otro.

Parece muy nervioso.

—No la veo mucho, bueno si la veo, pero no la veo tanto, solo que Kanao es bonita, pero no lo digo de manera extraña—parece mucho más nervioso a la hora de hablar, al punto de parecer torpe.

Kanao ladea la cabeza sin entender cuando a su lado Nezuko suelta una risa divertida.

—Supongo que ya está en esa edad—dice la niña fingiendo ser un adulto, provocando que Tanjiro luzca incluso más mortificado.

Kie entra a la habitación deteniendo las burlas al hermano mayor de la familia, Kanao solo asiente cuando esta le pide ayuda para la cocina. Curiosamente esa tarde cuando estaban cortando la comida, ha cortado levemente su mano y ha soltado una exclamación de dolor, que nadie escucha, pero la sorprende a ella misma. Es la primera vez que, en mucho tiempo, algo tan insignificante le ha dolido como si fuera alguien normal.

Es raro.

Kanao piensa que tal vez hay algo mal en ella, ya que no puede sentir o entender cosas como los demás, pero de alguna forma con forme pasa más tiempo en este lugar, parece sentirse más como un humano. También hay algo con la familia Kamado, que nunca pareció asustado de ella, incluso cuando mato a un oso muchas veces más grande que ella o como no pudo hacer nada por su cuenta, aceptándola de igual forma.

Nadie la ve como un monstruo.

Incluso cuando Kanao sabe que lo es.

—¡Kanao! —chilla Tanjiro alarmado corriendo donde ella, tomando un poco de tela cerca de la cocina, para vendar su mano que está llena de sangre.

No hace nada y se queda viendo la mano que Tanjiro está vendando apresuradamente, para evitar el sangrado.

—Duele—dice sin que nadie le indique hablar y sin saber porque lo hace, Tanjiro parece igual de confundido que ella y la ve fijamente sorprendido, antes de sonreír levemente.

—Por supuesto que duele, eres humano, pero no te preocupes oka-san te va a curar—toma su otra mano y le guía para que entre al pasillo y llama a su madre.

Humano.

¿Kanao es un humano?

Siempre pensó que no.

Esa noche cuando todos están dormidos, ella se queda un rato más viendo la mano ahora vendada que no sangra. No dice nada cuando a su lado Tanjiro se ha despertado, viéndola fijamente con curiosidad antes de tomar su mano sana entre la suya y sonriendo levemente. Tanjiro siempre ha sido muy alegre, optimista y amable, alguien que merece ser feliz y protegido del mundo oscuro. Pero esos son pensamientos que no tuvo en un inicio, son los pensamientos que Kanao ha comenzado a forjar de esta familia.

Demasiado pura y buena para el mundo.

Incluso cuando siempre se le ha negado la felicidad, Kanao tiene un deseo egoísta de protegerlos.

Sujeta levemente la mano de Tanjiro contra la suya, sintiéndolo cálido, aunque no lo dice en voz alta, quiere esa calidez a su lado, aunque sea egoísta y ella nunca ha podido serlo.

Shigeru a su espalda se acurruca un poco hacia su calor y puede jurar que siente la mano de Honoka sobre el cuerpo de Shigeru, casi como si quisiera sentirla.

Cuando todos, incluso Tanjiro duermen, aunque no hay razón, Kanao siente que quiere llorar.

Pero no lo hace.

.

.

Con 11 años y 3 viviendo con la familia Kamado, Kanao ha comenzado a ser la mayor fuerza en la fabricación de carbón, dado que Tanjuro ya no puede moverse del todo de la cama donde esta postrado. Si bien Kie parece angustiada que una niña tan pequeña se haga cargo, en realidad Kanao es bastante fuerte y ha comenzado a implementar la respiración de concentración casi todo el día (menos cuando duerme), para poder trabajar de forma eficiente. La familia nunca ha querido darle ordenes, sabe que Tanjuro comento que ella podría trabajar en la mina, sin pensar que fuera una orden, pero ella lo toma como tal.

Tanjiro a pesar de tener solo 10 años también le ayuda todo el tiempo, ambos convirtiéndose en el sustento de la familia. Nezuko ayuda a cultivar vegetales y ayuda en las labores de costura o todo lo que tenga que ver con ropas en casa. Takeo quiere ayudar con el carbón, pero es pequeño, entonces lo dejan a este y Hanako al cuidado principal de Shigeru y Rokuta, quienes, si bien son buenos niños, hay que vigilarlos.

Kanao comienza a bajar la montaña para vender carbón con Tanjiro, este cargando un paquete de menor tamaño en su espalda y quejándose por eso.

Aunque ambos saben que ella es la más fuerte.

Todos en la aldea saludan animados a Tanjiro, quien con su olfato suele ayudar a todos en el pueblo con sus problemas. Algunos se acercan a ella para pedirle ayuda con su visión, Tanjiro es quien le impulsa con un asentimiento a que les ayude, haciendo que ella lo haga sin dudarlo. Se sorprende cuando escucha algunos comentar sobre la muerte de Ume, su anterior dueño, pero no siente nada similar a la tristeza u alegría ante tal noticia.

Un muerto más, piensa cuando pasa por su casa esperando vender algo de carbón a los vecinos.

Se detiene cuando una chica aparece frente a ella, una chica de larga cabellera y ojos rosados, que viste un extraño traje y una espada en su cadera. Ladea el rostro porque no parece alguien de la aldea, pero no es que le importe, aun así, esta le bloquea el paso y no puede evitar pensar que quiere hablar con ella.

—Eres la niña—dice una chica a su lado, de menor tamaño con el cabello algo más corto y de tonalidades moradas como sus ojos.

¿La niña?

En este momento Kanao piensa que fue muy mala suerte separarse de Tanjiro, ya que él es una mejor persona para relacionarse con desconocidos que ella. Para su fortuna hay una mujer "Chiyo" quien conoce parte de su historia y es amable con todos en la familia Kamado, que parece estar a su lado conociendo que no hablara al menos que se lo indiquen.

—Oh eres la sobrina de Ume, esta pequeña niña es Kanao, la mayor de los Kamado, es tan linda y siempre ayuda a la familia—dice Chiyo guiñándole un ojo de forma conspiradora, como si supiera que necesitaba ayuda.

Kanao ve a la chica parecer contrariada de verle, antes de asentir.

—Mi nombre es Kaede Kocho, esta es mi hermana Shinobu—se presenta la chica con una leve sonrisa, señalando a la otra que parece mucho menos agradable.

Ladea el rostro a Chiyo, que parece entender su sorpresa.

—Ambas han venido por las cosas de Ume-san, esta era una amiga de ambas y las trato como su familia, ellas han estado preguntando por ti ya que Ume-san comento algo a ambas—explico Chiyo y ahora comprendía porque esta había parecido buscarla minutos antes.

—Te vimos—fue lo que dijo Shinobu de brazos cruzados, atrayendo la atención de Kanao—hace algunos años, te vimos a lo lejos, ibas con un tipo calvo y bastante dudoso, pero cuando fuimos a buscarte este comento que te había vendido, ese bastardo—gruño está haciendo que Chiyo pareciera sorprendida de su lenguaje.

Recuerdos de su segundo amo y los que vinieron, hicieron que Kanao se sintiera de repente bastante incomoda y con un malestar en su estómago. Desde el último año ha comenzado poco a poco a sentir cosas, no eran muchas y aun ocupa de otro para mantenerse con vida (la semana pasada Nezuko tuvo que correr con ella cuando nadie le dijo que fuera al baño), pero en general hay cosas que siente, que definitivamente antes no sentía.

Siente el tacto de Tanjuro cuando coloca la mano en su cabeza, se pregunta si alguna vez su padre biológico lo hizo, pero no cree.

Siente los abrazos de Kie y como esta le toca el rostro diciendo que es una niña hermosa.

Siente las manos de Nezuko cuando toma las suyas, llevándola por todos lados con una sonrisa.

Siente las risas de Takeo cuando ambos tienen que ir a recoger leña, haciendo bromas que no entiende, pero sin lucir incómodo.

Siente las miradas felices de Hanako cuando se sienta a su lado y hace prensas de flores para su cabeza.

Siente los abrazos de Shigeru quien siempre se sube a su espalda, siendo el más unido a ella porque siempre jugaban juntos de niños.

Siente como Rokuta comienza a seguirla y tomar su mano tímidamente para caminar a su lado.

Siente la amabilidad de Tanjiro a su lado, siempre trabajando juntos para ayudar a los más pequeños, incluso cuando nadie se lo pide, es lo que tiene claro.

Siente que debe proteger a esa familia.

También siente otras cosas, sentimientos cálidos cuando come con los demás (aunque la comida no le sabe a nada), siente algo embulle en su pecho cuando juega con los pequeños (aunque no puede sentir cansancio), siente energías cuando los pequeños le piden ayuda y ella puede hacerlo. Hay algo especial en su pecho cuando después de un día trabajando con Tanjiro, ambos llegan a la casa, que se siente cálida con todos en ella.

Familia.

Sabe que no lo tuvo antes, pero incluso cuando le cuesta aceptar que debe hacer cosas por sí sola, sabe que ellos son su familia.

Es lo único que tiene y siente que debe protegerlo desesperadamente.

—Puedes venir con nosotras—habla Kanae, atrayendo la atención de Shinobu, Chiyo y la suya, pero esta sigue sonriendo—Ume-san quería que alguien te cuidara, sé que ahora vives con la familia Kamado, pero hemos escuchado que tienes buenas habilidades físicas, si gustas puedes venir con nosotros y cuidaremos bien de ti—habla la chica aplaudiendo emocionada por la idea.

Shinobu parece escéptica.

—Sé que antes querías cuidarla Nee-san, pero ella ya tiene una familia—dice Shinobu de forma algo tensa, intentando hacerla entrar en razón.

—Estoy consciente de eso Shinobu, pero escuche que también son muchos niños, si Kanao viene con nosotros podríamos cuidarla mejor, además ocupamos un tsuguko y si lo que dicen es cierto, ella podría heredar la respiración de flor—explico con un dedo en alto como si todo tuviera sentido.

No lo tiene.

Por primera vez en mucho tiempo, Kanao experimenta algo similar al pánico, al saber que Tanjuro y Kie podrían venderla, incluso si han dicho que son familia, eso no significa que la familia lo esté pasando bien, una ayuda económica es bien recibida y estas parecen tener dinero por las ropas que visten. Una pequeña voz en su mente, le dice que la familia Kamado no lo haría, pero otra mucho mayor, acostumbrada a perder la esperanza, le dice que debe prepararse para nuevos amos.

La van abandonar nuevamente.

Como siempre.

Su cuerpo comienza a temblar y lucir aterrada, casi sintiendo ganas de huir.

—¿Kanao-chan? —pregunta Chiyo notando su estado de pánico.

—¿Qué están haciéndole a Kanao? —es una voz mortalmente fría detrás de las hermanas, que hace que la respiración de Kanao se corte al ver a Tanjiro luciendo una mirada, extrañamente seria.

Algo dentro de ella parpadea, se mueve antes que alguien se lo indique corriendo detrás del niño. Es raro, piensa Kanao, ya que es ella quien suele protegerlo y este a su lado, pero no duda en ocultarse detrás de este con la esperanza que no la vendan.

No quiere irse.

Por fin tiene algo que es suyo.

Pero la voz en su mente no deja de gritar que es una muñeca inútil, que sería mucho más útil al ser vendida, que no vale nada. Las voces de sus anteriores amos gritan cosas malas a su cabeza, que le hace sentir un dolor en todo su ser, mientras se aferra fuertemente a la mano de Tanjiro. Este le da una mirada de reojo, antes de parecer mucho más molesto viendo a las dos chicas frente a ellos.

—Esto es una confusión Tanjiro-kun—intenta calmar Chiyo, pero Kanao sabe que no funciona por la mirada molesta de Tanjiro.

—Las escuche—revela Tanjiro, haciendo que Kanao se aterrorice ya que esperaba que nadie lo descubriera, no quiere que la vendan—Kanao es familia, no dejare que nadie se lleve a mi familia—señala este con molestia haciendo que Shinobu parezca ofendida.

—Oye mi hermana no lo dijo con esa intensión—intenta proteger a su hermana mayor, pero Tanjiro de alguna forma hace lo mismo.

—No quiero ser grosero, pero Kanao no está a la venta, es parte de mi familia, así como usted no le daría su hermana a otra persona, yo tampoco lo haría, fue un placer conocerlas y adiós—sabe que lo último Tanjiro solamente lo ha dicho por pura educación y costumbre, no porque lo sienta, porque toma su mano antes de empezar a correr con ella a su espalda.

Sabe que Chiyo parece decirles a ambas hermanas algo sobre su familia, pero ambas parecen sorprendidas. Kanae le despide con la mano, pero ella le ignora para sujetar más con fuerza la mano de Tanjiro. Cerca de la montaña, pero algo lejos del pueblo, es cuando este se detiene luciendo aun molesto.

Ella tiene miedo.

¿Kie y Tanjuro pensaran igual?

Tiene miedo.

Miedo que la vendan.

Miedo de dormir sola.

Miedo de no tener niños a su alrededor.

Miedo de perder algo que ella considero podría ser suyo.

—Kanao—la voz de Tanjiro a su lado, le hace levantar la vista algo asustada con temblores en sus manos, que desaparecen un poco ante la mirada cálida del chico—no vamos a dejarte, eres familia, la familia permanece unida—le explica con paciencia el chico, aunque se lo ha dicho miles de veces.

—¿Estaremos juntos? —musita por iniciativa ella, algo que ha comenzado hacer, pero no muy a menudo, como siempre que lo hace Tanjiro sonríe emocionado.

—Siempre estaremos juntos—asegura este emocionado.

Ambos caminan de regreso a casa tomados de la mano, Kie quien parece sorprendida que no vendieran todo el carbón, parece pasmada cuando Tanjiro le cuenta lo sucedido. Incluso aunque Kanao quiere ser fuerte, un pequeño temor aparece en ella, aunque desaparece cuando Kie luce alarmada sobre que jamás dejaran a su familia. Los niños se abalanzan sobre ella pidiendo que no se vaya, al tiempo que Tanjuro luce bastante molesto y de brazos cruzados, diciendo que la familia no se separa.

Kanao siente calidez cuando esa noche Nezuko le abraza para dormir, aunque es menor que ella, no deja de abrazarla diciendo que jamás las podrán separar. Rápidamente Hanako y Shigeru le siguen en el abrazo. A diferencia del inicio, la calidez de los niños se siente en su interior mientras cae dormida.

No vuelve a escuchar de ambas hermanas, aunque el siguiente día hay una carta de disculpas para Kanao con una gran suma de dinero que no duda en darle a Kie. La familia parece sorprendida por eso, aunque al menos ese año hay ropas nuevas para el invierno y medicina para Tanjuro.

Kanao no puede decir que las hermanas le caen bien, pero gracias a ese acto tampoco puede decir que las odia.

.

.

Kanao se hace rápidamente en una hábil cazadora del bosque, han adquirido un arco y flechas de un comerciante, por lo cual la mitad del día se la pasa en el bosque cazando mientras ahora Tanjiro es el principal trabajador de carbón de la familia con ayuda de Nezuko. Esto es debido a la muerte de Tanjuro, que ha devastado a la familia y los ha obligado a buscar otros medios de supervivencia, aunque si era mortalmente sincera, desde los últimos años Tanjuro era más una carga que un proveedor de dinero. Esto último, sin embargo, no ha ayudado a Kanao a mitigar el dolor de la perdida, que es la primera perdida que tiene al comenzar a sentir.

Es devastador y solitario, caminar por la habitación donde alguna vez Tanjuro le había saludado con una sonrisa y viendo el vacío de su presencia.

Kanao es la mayor, Kanao debe sustentar, Kanao debe proteger.

Cazar animales del bosque ayuda a la familia, la carne se vende bien y siempre es importante algo de piel para el invierno. Esto ha provocado un aumento en el ingreso monetario de la familia, lo cual es bueno porque ocupan dinero con tantas bocas que alimentar. Para Kanao el bosque se transforma en su entorno y lo logra dominar con apenas algunos meses, gracias a su visión mejorada. No es algo que los demás puedan hacer los pequeños después de todo, ha intentado llevar a Tanjiro y Nezuko de caza, pero ambos han demostrado horror ante la idea de matar animales.

No los culpa, ambos son inocentes del mundo y Kanao quiere mantenerlos así de ser posible.

Nadie le ha obligado a cazar, es algo que nace por voluntad propia que hace sentir inquieta a Kie. La mujer parece preocupada que este abierta a este mundo peligroso, pero luego de verle llegar una tarde con un oso arrastras que acaba de cazar, esta parece un poco más relajada.

La piel de oso y venado es bastante solicitada como su carne, aunque el primero es mucho más problemático de cazar que el segundo.

Pero ahora es mayor, más rápida, más fuerte y con mejor visión, los animales del bosque aprenden a verla como un líder natural y ella no caza al menos que sea necesario.

—Quisiera ser tan fuerte como Kanao, me has quitado el papel de hermano mayor—dice Tanjiro de forma cansada una tarde luego de vender carbón en el pueblo.

Kanao está afilando su hacha como un cuchillo (que ha comprado hace poco para matar animales), además de un conteo de flechas. Generalmente no pierde flechas que no pueda recuperar, usando solamente una o dos para derribar en órganos vitales, pero no está de más asegurarse que tiene flechas para cualquier emergencia.

¿Cuál emergencia?

Nunca se está demasiado prevenido.

—Te necesitan—declara en voz baja atrayendo la mirada de Tanjiro, este siempre está atento cuando habla incluso cuando ahora es más común que antes—me cuesta sentir cosas, eres el corazón de la familia, desde la muerte de Tanjuro te necesitan más que nunca—añade sin sentir pena por decir el nombre de alguien muerto, pero sintiendo algo en su interior doler al ver la mirada triste en los ojos de Tanjiro.

Hay un silencio entre ellos, del cual están acostumbrados por tanto tiempo juntos.

4 años desde que llego a este hogar por primera vez y ha cambiado mucho.

Una vez Kie comento que se había cerrado por todas sus experiencias, pero con amor podría volver a ser como antes, eso fue cuando ella tenía apenas unas semanas aquí, pensó que era mentira y que no tenía esperanza. No es que ahora se viera como un ser humano del todo, sentía que le faltaban muchas cosas, pero esta familia le había brindado amor a pesar de no sentirse merecedora.

Habían roto sus murallas.

Habían entrado a su corazón.

La hicieron sentirse como una persona.

—Nos necesitan—rectifica Tanjiro atrayendo su atención con una sonrisa leve—Kanao también es una hermana mayor para ellos, así que también te necesitan como a mí, somos los hermanos mayores—

—Pensé que no me veías como hermana mayor—

—Bueno no lo hago, no es que te quiera menos por eso, pero verte como hermana parece…no correcto—

—…—

—Sé que suena raro, pero te prometo que eres de las personas más importantes en mi vida—

Kanao mira fijamente a Tanjiro que luce inocente y honesto a la hora de hablar, así que, aunque no entiende que como este le ve, tampoco es que quiera ahondar mucho en el tema. Cuando ella vino aquí no pensó en ellos como familia y en su lugar los vio como amos, es ahora años después que ha logrado hacer un cambio en su forma de ver el mundo.

Tal vez Tanjiro necesite tiempo.

Eso no evito sentir un extraño aleteo en su interior.

—Kanao-nee—chilla Shigeru saltando a su espalda, al mismo tiempo que Rokuta pide a Tanjiro que lo alce entre sus brazos.

Ambos mayores se ven con sonrisas, la de Kanao mucho más leve que la de Tanjiro, aprovechando que tenían algo de tiempo libre, comenzaron a jugar con los menores.

.

.

Con 13 años Kanao se hace cargo de la danza del Dios del fuego este año, pasando horas y horas en medio de la nieve haciendo el baile ceremonial sin ayuda de nadie. Se siente solitario, piensa con nostalgia al hacer los movimientos que se le han enseñado. Al llegar el amanecer y detenerse de la danza, Kanao siente un dolor en todo su cuerpo que ignora, antes de caminar al lado del resto de la familia, sus ojos se sienten pesados, pero aun así no hay lágrimas. Mientras todos caminan en un extraño silencio a la casa, después de la primera danza sin la aparición de Tanjuro, Kanao ve de reojo los aretes en las orejas de Tanjiro, que son un recordatorio de la falta de alguien.

—Espero el otro año pueda estar contigo en la danza—comenta Tanjiro de forma triste.

No lo culpa.

Kanao le ha comenzado a enseñar la respiración de concentración, aunque este conoce lo básico y también sabe los pasos de la Danza del Dios del fuego, no puede unirlos y eso le sería imposible de realizar la ceremonia. Pero, aunque fueran unos pocos minutos, ha comenzado a usar la respiración, así que eso en realidad es un éxito.

Tal vez el siguiente año, cuando todos estén juntos, Tanjiro pueda hacer la danza con ella.

Sonaba bien.

—Lo haremos—le dice con un asentimiento algo decidido, que logra cambiar el semblante oscuro de Tanjiro por una sonrisa brillante.

Se siente bien verle sonreír, piensa levemente antes de ser llamados por Takeo sobre algo de "par de enamorados". Kanao no entiende a que se refiere, pero Tanjiro termina rojo como un tomate luciendo extrañamente timido.

.

.

El frágil mundo que Kanao había logrado crear, se destroza una mañana de invierno a sus 14 años. Dado que la mayoría de animales están invernando y la caza no ha sido productiva las últimas semanas (como si algo estuviera asustando a los animales) ha decidido bajar a la montaña para ayudar a Tanjiro a vender carbón, además de algunas pieles que aún tienen en casa. Ambos miran fijamente un kimono que podría funcionar para Nezuko, a pesar que esta se queja que es mejor comprar comida y cosas para los menores, ella realmente ocupa un kimono. Deciden comprarlo para sorprenderla, pero antes de darse cuenta la noche ha caído.

Pero poco antes de empezar a subir la montaña, uno de los lugareños (Saburo es su nombre) les ha advertido de que sería peligroso. Para Kanao eso le daba igual, sabe que su visión es suficiente para protegerse y es fuerte para enfrentarse a cualquier cosa, pero Tanjiro parece dudar sobre si seguir o no. Al final el hombre mayor parece demasiado firme para ambos, por lo que terminan durmiendo esa noche en su choza.

Es solitario, piensa Kanao acostumbrada a dormir con todos los niños a su alrededor.

—El señor Saburo es muy solitario, deberíamos venir con los niños otro día para alegrarle un poco—dice Tanjiro en voz baja en medio de la noche.

Podría funcionar.

Había pensado Kanao, su familia en realidad tiene ese don para meterse bajo la piel, así que no duda que podrían hacerlo con el señor Saburo con un poco de exposición.

No bien salido el sol, ambos comienzan el rumbo a la casa algo apresurados, con el temor de preocuparlos. Algo está mal, piensa Kanao cuando ve a Tanjiro detenerse alarmado con una expresión de desconcierto en su rostro. Algo se agita dentro de ella, antes de comenzar a correr a una mayor velocidad que Tanjiro, con el corazón palpitando hasta su garganta.

Sus pasos se detienen mucho antes de llegar a la estructura, ya que sus ojos le han enseñado la imagen dentro de esta, paralizándola por completo. Incluso cuando Tanjiro pasa a su lado, luciendo una misma expresión de horror, ella no puede moverse. Solamente puede ver sangre por todos lados, su rostro se contorsiona de incredulidad y dolor, dejando que Tanjiro llame a cada miembro de la familia, sin recibir respuesta.

Muertos.

Kanao recuerda cuando ha matado un animal para comer, no siente nada a la hora de cortar el cuello de su víctima, ya que es por necesidad. Desde que Tanjuro murió, este acto ha cambiado un poco, hace una pequeña oración por la víctima, con el deseo que tenga un buen descanso de esta vida.

Todo lo que nace muere.

Es algo que había entendido, pero no le prestó atención.

Todo lo que esta con vida debe perecer.

Una mano se guía a su boca, sintiendo la bilis subir por su garganta, ante la imagen penetrante de todos los miembros de la familia Kamado muertos. ¿Dónde estaban ellos? ¿Qué estaba haciendo ella? ¿No había jurado protegerlos? . las preguntas viajan a una velocidad alarmante en su cabeza, cruzando recuerdos de cada uno de ellos con vida, junto a la imagen de los cadáveres frente a ella.

El olor a sangre jamás fue tan presente en su vida.

Sus rodillas quieren ceder, pero Tanjiro ha llegado con Nezuko en su espalda gritando que esta con vida, que aun siente calor en ella.

Muévete.

Se grita mentalmente, antes de obligarse a seguir a Tanjiro de forma mareada, dejando atrás una pila de cadáveres que le hacen querer vomitar.

¿Por qué?

Fue la pregunta que no parecía tener respuesta.

Kanao sabe que ella debería llevar a Nezuko en la espalda, sabe que podría llegar más rápido a la aldea y buscar un doctor, pero su cuerpo parece moverse por inercia en el mareo de emociones. Imágenes del día anterior despidiéndose de todos como de costumbre, la hacen tambalearse contra el suelo. Tanjiro no le presta atención por su deseo de correr, pero Kanao puede ver cuando el cuerpo de Nezuko comienza a moverse sobre la espalda de su hermano, antes que caigan al vacío.

Grita aterrada antes de comenzar a bajar la colina ahora más desesperada que antes.

Los va perder también.

No puede.

Ellos no.

Los cadáveres de la familia Kamado parecen llegar a su mente, uniéndose a imágenes borrosas de su primera familia, donde sus hermanos de sangre, habían estado congelados en la nieve. Todo parece jugar en su contra, ya que el día también esta nubloso y nevado, recuerdos que no quiere se atoran en su cabeza. Pero cuando logra llegar a la parte por donde ambos hermanos caen, admira con incredulidad que Tanjiro ahora está sobre Nezuko, como si quisiera protegerla de un extraño espadachín, que apunta a Nezuko.

¿Es Nezuko?

Sus ojos parecen diferentes, sus garras, su cabello, todo en ella parece desprender un aura diferente y puede ver cada pequeño detalle de esta. Como un pestañeo, ahora el espadachín tiene a Nezuko entre sus manos y eso la hace alterarse, sujeta el cuchillo que tiene en su cadera y se coloca al lado de Tanjiro que ha agachado la cabeza pidiendo por la vida de su hermana.

Eso molesta al espadachín, probablemente en otro tiempo, Kanao hubiera hecho lo mismo que Tanjiro.

Pero no ahora.

—Kanao—chilla Tanjiro alarmado cuando se abalanza a gran velocidad contra el espadachín.

Recuerda las palabras del señor Saburo, sobre demonios y seres sobrenaturales, que para su desconcierto encajan con lo que ve en Nezuko. No tiene sentido, ya que la chica siempre fue humana, ha vivido con ellos durante tanto tiempo, que sabe que es humana. Pero este sujeto quiere lastimarla y Kanao debe proteger desesperadamente lo único que queda de ellos.

El espadachín esquiva sus ataques con una ceja alzada, es mucho más rápido y hábil que ella, pero su visión es mejor, eso lo nota cuando logra hacerle un leve corte en la mejilla.

No es como Tanjiro.

Ella no es amable.

Kanao está dispuesta a matar con tal de proteger a su familia, pero este chico es bueno ya que pronto esta volando contra el suelo, chocando su espalda con fuerza. Su instinto hace que se mueva rápidamente con ahora el hacha en su otra mano, sorprendiendo un poco al espadachín, antes que este se distraiga con Tanjiro.

Un golpe en su vientre y rostro, hace que quede inconsciente.

Sueña.

Por primera vez en toda su vida.

Tiene un sueño donde la familia Kamado le recibe con sonrisas amables dentro de su hogar, donde la calidez y la felicidad son algo nuevo para ella, pero algo que se acostumbra al lado de estos. La imagen de todos muertos, en especial la de Shigeru, hacen que su pecho arda en su interior.

Cuando vuelve abrir los ojos y descubrir que todo ha sucedido, que no es una pesadilla, que están todos muertos, Kanao siente lágrimas en sus ojos.

Llora por primera vez en su vida.

.

.

Para Kanao existen dos momentos después de ese día, que son sumamente dolorosos. El primero fue enterrar a la familia Kamado en silencio con Tanjiro, al parecer el espadachín llamado Giyuu se ha apiadado de ellos y tiene algo similar a la esperanza, ya que no ha matado a Nezuko. Esta quien parece haber perdido alguna conciencia, solamente los sigue a todos lados pareciendo somnolienta, ya que no derrama lágrimas cuando entierran a sus familiares. Abraza una última vez el cuerpo frio de Shigeru, derramando más lagrimas antes de colocar tierra sobre su pequeño cuerpo.

Tanjiro le ofrece una mano para caminar, pero ella no le acepta, prefiere caminar sola y sentir el ardor en su interior.

¿Estos son sentimientos?

Una parte egoísta de ella hubiera preferido jamás sentir, si sería así de doloroso.

El viaje para buscar al hombre llamado Urokodaki, termina con otro demonio asesinado y con Nezuko viajando en la espalda de Tanjiro. La primera parte del reto es bastante simple para ella, quien prefiere correr sin detenerse a pensar que ha sucedido, prefiere desgastar sus músculos hasta el cansancio. Pero cuando llegan a la cabaña de este, se sorprenden cuando Urokodaki declara que solamente tendrá un alumno.

—Toma esta carta y viaja al este, a la mansión mariposa, tienen una técnica que se acoplara a tu visión mejorada—informa el señor de la máscara para terror de ambos chicos.

—No voy a entrenar si no es con Kanao, Nezuko y ella son todo lo que me queda—había dicho Tanjiro alarmado, pero Kanao mira la carta con seriedad.

Parece que había estimado esto cuando el otro espadachín lo contacto.

No quiere irse.

No quiere alejarse de Tanjiro y Nezuko.

Son todo lo que le queda.

—Si ambos logran dominar las técnicas, se volverán a ver en el futuro, pero la técnica del agua no es compatible con esta niña—declara Urokodaki sin ninguna anestesia.

Tanjiro parece llegar al punto del pánico.

—Está bien—habla con decisión, ganando una mirada incrédula de Tanjiro.

Una hora más tarde, es cuando Kanao tiene su maleta lista para el viaje. Se ha despedido de Nezuko quien parece encantada en un sueño, Urokodaki es suficientemente amable para dejar que Tanjiro se despida, antes de tener que iniciar su entrenamiento en la cima de la montaña. Este no parece feliz con su elección, si es sincera con ella misma, Kanao esta aterrada de viajar sola con lo que han visto las últimas horas.

Pero no hay tiempo.

Es mejor que Urokodaki se enfoque en Tanjiro, ella viajara para tener su propio estilo.

Deben encontrar la cura para Nezuko, lo cual los llevara a enfrentar a enemigos poderosos.

—Nos volveremos a ver—declara ahora Tanjiro casi al borde del llanto al despedirla.

Kanao siente desolación, también siente aun la tristeza de perder a su familia y el dolor de la muerte en su espalda, si tan solo hubiera ido a casa esa noche, ella pudo protegerlos.

Pero ahora, incluso aunque se odie, solamente puede seguir adelante.

Ella tendrá su venganza.

—Porque hay un hilo que nos une—dice Tanjiro sacándola de su ensoñación, para verle confundida, sobre todo cuando este sonríe tristemente—no mueras—siente la súplica cuando este le da un último abrazo, que le hace suspirar mientras se lo regresa.

—Tu tampoco—le dice de regreso, antes que ambos se den una última mirada con emociones similares.

Algunas que no entienden y otras negativas que los seguirán de ahora en adelante.

Kanao se despide una última vez de la mano, sin ser consiente que por los siguientes 2 años no sabrá nada de él. Hasta que se vuelvan a ver para la selección final de cazadores de demonios, antes que inicien sus viajes para luchar contra los demonios y conocer a los pilares.

Pero eso…eso es otra historia.

En los interminables hilos que unen la tela del destino.

Fin

Espero les gustara.

Nota:

Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.

Sayonara sexys lectores.