Poner de fondo la canción "preso de Jose jose"
Preso
Inuyasha Taisho con 26 años de edad estaba mas que listo para lo que su nueva vida le deparaba ya que dentro de unas horas dejaria su vida de soltero para unirse ala mujer que ama.
Se miro al espejo y con ternura recordo ese hermoso nombre.
—Kikyou— dijo en un susurro.
Su mente le arrojo aquellos preciados recuerdos cuando decidió confesar sus sentimientos el apenas tenia 17 años.
Solo faltaban 6 meses para terminar la preparatoria e inscribirse a la universidad.
«Es ahora o nunca» se animaba mentalmente pues desde primero de prepa estaba enamorado de Kikyou su compañera de clases desde que iba en la primaria.
Ellos eran muy buenos amigos y el no quería arruinar eso, pero algo dentro de el anhelaba mas.
La miro platicando con unas amigas en receso, se acero y pidió hablar algo en privado. Ella acepto y se fueron a unas mesas de la escuela, el confeso sus sentimientos, pero ella le dijo que apreciaba su amistad y que las cosas eran mejor quedar asi.
Aunque obtuvo esa respuesta no se rendiría tan fácilmente el notaba que Kikyou gustaba de el, que solo se negaba por que no quería arruinar su amistad.
Días después hizo de todo para llamar su atención y que ella aceptara una cita con el.
Desde tapizar su locker de la escuela con notas adhesivas con la frase "Sal conmigo"
Le llevaba diario una rosa.
Y el día de su cumpleaños un gran oso de peluche con globos de felicitación.
«El que persevera alcanza» se repetía el.
Por su parte Kikyou se dejaba cortejar por el.
Y termino cediendo pues aunque se lo negara hasta a ella misma estaba muy enamorada de Inuyasha.
Su primeracita fue extraordinaria, las platicas iban y venian sobre familia, música y vida familiar.
El estaba cautivo pues Kikyou era una chica sumamente madura y centrada en muchos sentidos.
Después de 5 citas el se le volvio a declarar y esta ves obtuvo una respuesta afirmativa.
Los primeros dos meses pasaron y el se sentía que volaba en las nubes el había sido un noviero de primera, pero nada se comparaba con esta relación.
Termino su lapso en la preparatoria y estaban listos para el siguiente paso la universidad.
Tenían conflictos de pareja como todos, que celos por aqui que problemas por aca.
—Eres un inmaduro Inuyasha es solo un compañero de la escuela— decía la azabache en una de sus tantas discusiones.
—Si claro, y yo nací ayer... Mmm ¡entiende a ese tipo le gustas y no lo voy a permitir!— decia un malhumorado peliplata.
—De nuevo con la misma cantaleta, ¡ya madura! que importa eso yo estoy contigo.
—¡No quiero que se te acerca!
—Eres imposible mañana hablamos, bye— decia la chica mientras se iba del lugar, ella estaba enamorada de Inuyasha, claro pero no por eso iba permitir esas escenas de celos.
Su novio era un inmaduro de primera y eso era algo que ya no le estaba gustando.
«Yo lo voy a cambiar» se repetía asi misma.
Inuyasha solo veía como la chica se iba dejándolo ahí, eso era tan común de Kikyou dejarlo con la palabra en la boca en momentos asi.
El solo tomo el camino contrario y se sumergió en sus pensamientos el amaba a Kikyou era un amor que lo hacia sentir preso.
Dos años pasaron...
Entre celos, promesas, rupturas y reconciliaciones, la Azabache ya estaba harta ya no quería seguir asi
Aprovecharía la cena que tenían esa noche para dar por terminada esa relación, por mas que le doliera ella no era él centro de rehabilitación de un hombre.
— Inuyasha, tengo algo que decir, necesitó que nos demos un tiempo— soltó sin rodeos.
— ¿Hay alguien mas? — dijo mientras la miraba con coraje.
—¡Aqui vamos de nuevo con la misma estúpida canción!— rodo los ojos.
— Entonces dime, tiraremos todo esto ala basura asi sin mas.
—Yo ya lo tengo decidido— dijo mientras lo veía a los ojos, le dolía claro que le dolía pero era lo mejor.
—perfecto, me voy.— el peliplata se levantaba de asiento y se dirigía ala salida del lugar.
Kikyou solo lo veía irse, soltó unas lágrimas pero al final supo que había tomado la mejor decisión.
Ala semana Inuyasha la busco, ella solo se negaba a aceptar que lo volvieran a intentar.
—Seré lo que quieras que sea con tal de que no me dejes— decía un desesperado peliplata mientras unas pequeñas lágrimas salían de sus dorados ojos.
—No, Inuyasha... Yo necesito un hombre de verdad, y es algo que tu nunca serás, solo eres un inmaduro, de verdad esto ya término.—decia la azabache con determinación pero algo de melancolía.
Inuyasha tomo los pedazos destrozados de su corazón y se fue de ahí.
