UN ENCUENTRO INESPERADO.

-¡Vamos Aome, no es tan empinado!- gritó una chica de cabellos rizados mientras subía la gran montaña.

Aome suspiró cansada, ¿cómo se le había ocurrido ir allí con sus amigas? Este lugar te recuerda a la época antigua se dijo Aome haciéndole caso a Ayumi que la esperaba.

Habían pasado cinco años, no había podido volver y no había un solo día en que no pensará en sus amigos ¿Qué habrá sido de ellos?

Ella estaba en la universidad y tenía una vida relativamente normal, hasta ese día en que se le ocurrió acompañar a los chicos a la excursión. Eri y su novio, Hiroshi, conocían completamente el pueblo que estaba cerca y decían que esas montañas raramente eran escaladas porque allí "vivían monstruos que asesinaban a los viajeros", una tontería, era imposible que existieran dichos monstruos porque los yokais no existían, ¿o sí?.

Aome suspiró con alivio cuando comentaron que podían acampar allí, el lugar era hermoso, había una hermosa vista a las montañas y a un lago, decidió acampar en ese lugar.

La noche cayó, sus amigos seguían molestando, a veces hacían bromas sobre su vida sentimental, a ella le dolía un poco, su vida sentimental podía resumirse a una palabra: Inuyasha.

Inuyasha que ya no estaba.

-¿Aome, estás bien?- preguntó Haku, el hermano menor de Hiroshi.

-Sí- mintió ella y se dirigió a su tienda, observó el cielo estrellado y recordó la época antigua, no se dio cuenta cuando se durmió.

Un ligero viento la hizo abrir los ojos, el cielo apenas clareaba, sus amigos dormían y ella ni siquiera se había dormido en su tienda. Por un segundo sintió que estaba con Sango, Shippo, Miroku e Inuyasha, pero todo era un juego de su mente. Decidió buscar en los arboles cercanos algún fruto, pero el único que encontró estaba muy alto, sus pies se resbalaron en un hueco y sintió como caía hacía el vacío del risco junto al que había dormido, dejo escapar un grito y apretó los ojos pero jamás cayó, una fuerte y fría mano la sostenía y la haló demasiado rápido hacia arriba, sintió algo filoso en sus brazos.

-Humana estúpida- dijo una fría voz que ella hubiera reconocido en cualquier lado, una voz que la asustaba un poco pero no quería abrir los ojos para saber que estaba soñando- ¿Cómo no se da cuenta que hay un risco allá abajo? Para ser sacerdotisa es idiota.

-Se-Sesshomaru- murmuro casi en pregunto antes de abrir los ojos.

~ooo~

Sesshomaru observo divertido como aun los sirvientes de su madre no lo encontraban, se había escapado de nuevo y eso lo hacía feliz, estaba harto de tener que actuar como lo que no era, él era el gran Sesshomaru y los humanos le debían temer y respetar no tratarlo como un igual, si no fuera por ese estúpido tratado…

Bufó y se instaló en una cueva, para su suerte ese lugar estaba habitado por yokais y monstruos, no había rastro humano.

-Sesshomaru- dijo una voz grave a sus espaldas- Sabes que tendrás que ir tarde o temprano.

-Cállate Shippo- dijo el yokai de cabellos platinados- ¿Por qué no vas tú y le ayudas a madre?

-¡Es tú mamá no la mía!- reprocho el zorro sentándose junto al hermano del que había sido su amigo- ¿Cuánto tiempo estarás aquí?

-Lo necesario- respondió Sesshomaru con la frialdad que le caracterizaba- ¿Por qué sigues aquí?

-Costumbre- suspiro el zorro dejándose caer en la tierra.

Sesshomaru lo observo dormirse No ha cambiado nada pensó mientras salía de la cueva Es obvio que aún es muy joven

Sesshomaru dio una vuelta por el lago y empezó a caminar mientras el cielo se aclaraba, percibió un olor conocido que le sorprendió Tonterías, los humanos no son inmortales. La niña que acompañaba a el idiota de mi hermano no puede estar viva Aun así él podía sentir los poderes de la miko, corrió un poco más y saltó al lugar donde estaba el olor, sintió como se helaba, allí frente a él estaba la estúpida humana con un pantalón y camisa azul bastante ligeros. Imposible se dijo a sí mismo, la humana no había notado su presencia, la humana camino hacía un lugar peligroso y entonces resbaló, Sesshomaru no se explicó que lo hizo ir en su ayuda, la tomo del brazo y la haló hacía si para luego sostenerla en sus brazos.

-Se-Sesshomaru- murmuro la chica de largos cabellos negros antes de abrir los ojos, parecía confundida, asustada- Me lastimas.

-hum- soltó él alejándose de ella, olía como ella, sabía su nombre, era imposible- ¿Cuál es tú nombre, humana?

- Aome – dijo ella casi en pregunta, Sesshomaru recordaba perfectamente a su hermano gritar ese nombre a esa chica- ¿Cómo es que estás aquí?

- Vaya pregunta estúpida- dijo el yokai cruzándose de brazos- Soy inmortal, la pregunta es ¿Qué hace una humana como tú aquí?

-¡Yo vivo en esta época! – dijo ella enojada- Además se supone que ya no hay Youkais.

- No me digas- se burló Sesshomaru con una sonrisa macabra en los labios- Una raza tan superior como nosotros no desaparece fácilmente, niña.

Ella guardo silencio y lo observo, parecía aliviada Humana estúpida pensó Sesshomaru.

-Gracias por salvarme- murmuro la chica sonrojada- Es sólo que creí que jamás volvería a verlos…

-Hum- bufó Sesshomaru- Aun puedo asesinarte. Y si esperas que mi hermano te salve, está muerto.

-¡¿Qué?!- casi grito ella notoriamente confundida dando un paso hacia atrás. Sesshomaru bufó y la tomo de la cintura pegándola a él- ¿Qué haces?

-Humana tonta, no te salvare de nuevo- dijo el youkai halándola hasta una tienda de campaña- En cuanto a mi hermano, sí está muerto. Su debilidad por los humanos lo mató.

Sesshomaru observo a la humana sentarse notoriamente nerviosa y entristecida, él estaba seguro que iba a llorar pero no lo hizo, se acomodó y lo observo con preocupación.

-¿Porque no sentí tu presencia?- dijo ella clavándole los azules ojos en los suyos.

Porque eres una humana inútil pensó Sesshomaru divertido.

-Eres la miko más débil que he conocido en mi existencia- respondió con frialdad, ella parecía sorprendida y molesta.

-¡Y porque me salvaste!- dijo la sacerdotisa. Excelente pregunta

-Humm- murmuro Sesshomaru mirando a otro sitio- ¿Por qué un grupo de débiles humanos viene a las montañas con más youkais y monstruos?

-Quieren divertirse- dijo ella con los ojos en blanco, Sesshomaru podía notar que ella no lo aprobaba- ¿Qué hace un youkai como tú en un sitio como este?

-Me gusta- respondió con desinterés – En un sitio como este hace mucho tiempo conocí a Rin.

Bravo, Sesshomaru, muestra tu debilidad a la miko inútil se reprendió internamente.

-¿La extrañas mucho?- dijo Aome en un tono que Sesshomaru jamás había oído- Yo también los extraño.

-Tuvieron una buena vida- dijo el youkai comprendiendo a la humana, después de todo ella había desaparecido y como él había perdido a sus amigos- ¿Cómo es que desapareciste hace tantos siglos y ahora vives?

- ¡Sólo han sido cinco años! – dijo Aome sorprendida pero entonces pareció comprender – El pozo no me dejo volver cuando vencimos a Naraku y nos deshicimos de la perla…

- Ya veo- murmuro Sesshomaru y la miro con indiferencia- Hace cinco años volviste de la época en que yo tenía a Rin, aun así eso fue hace mucho tiempo niña.

Aome observo a Sesshomaru por un rato, él observaba al vacío, tenía un kimono vino tinto y el mismo peinado de siempre, aunque parecía más atractivo. ¿en qué estoy pensando? Se regañó a sí misma y sacó uno de los bentos con comida que había traído.

-¿Quieres comer Sesshomaru?- pregunto Aome colocándose en pie, el yokai no la miro.

-Después- murmuro aun con la mirada fija en algún lugar- ¿Por qué elegiste un lugar notoriamente más alejado que el de tus iguales?

-Me recordaba a la época antigua- dijo con sinceridad la chica de ojos azules en un suspiro, Sesshomaru le envió una mirada curiosa.

-Tú estuviste aquí mismo hace siglos, miko- dijo el yokai observando la cara llena de sorpresa de la chica- Te mostraré.

Antes de que Aome dijera algo Sesshomaru ya la había tomado por la cintura y había saltado con ella al vació.

Aome quiso gritar, no de miedo, sino de sorpresa, por alguna razón se sintió segura. Una vez Sesshomaru la soltó, ella pudo observar un enorme lago con mucha zona verde al lado…sí, ella conocía ese lugar.

-Está intacto- dijo sorprendida- ¿Por eso te gusta?

-Por supuesto- Sesshomaru dijo con la misma frialdad de siempre acercándose al agua- Muy cerca de aquí conocí a Rin…

-¿Qué paso con ella?- preguntó Aome acercándose suavemente al yokai de cabellos plateados.

-Creció, se casó con un exterminador y tuvo hijos- informo Sesshomaru con más ternura de la que quiso mostrar.

-La querías como a una hija ¿verdad?- murmuro Aome pero no espero respuesta ya que era demasiado claro- ¿Conociste a sus hijos?

-Sí- murmuro Sesshomaru y observo a la miko que estaba a su lado- Eran hermosos, lamentablemente no todos como su madre.

-¿A qué te refieres?- pregunto Aome sintiendo el agua fría acariciar sus pies- ¿No les caías bien?

Sesshomaru la observo con indiferencia y se sentó frente al lago, Aome le siguió preguntándose cómo era posible que Sesshomaru estuviera allí.

-El exterminador no era muy amigable, los hijos de Rin: Koji y Harumi eran preciosos. Con el tiempo hubo una guerra, Koji y el esposo de Rin fueron al combate, Harumi y Rin huyeron, ella se casó con un emperador. Cuando Harumi y Koji tuvieron hijos y los conocí pero luego de la muerte de Rin…-murmuraba demasiado rápido Sesshomaru, Aome podía notar que le dolía- …La descendencia de Rin se perdió completamente para mí, por más que los busque para cuidar de ellos…

La princesa Harumi pensó Aome, ella había oído algo en sus clases sobre la dinastía de esa chica. Aome miro a Sesshomaru quien parecía intentar ocultar su dolor.

-Sesshomaru- llamó ella con toda la suavidad que pudo- Yo puedo buscarlos…

-No necesito tu ayuda, humana- dijo el perro demonio colocándose en pie con tal brusquedad que Aome supo que eso en realidad estaba pasando, ese era el Sesshomaru que ella conocía.

-¿Puedes decirme sobre Inuyasha y los demás…?- preguntó la miko abrazándose a sí misma. Sesshomaru la miró con frialdad.

-¡Sesshomaru!- gritó una voz grave a unos metros de distancia, Aome dio un respingo y volteo a ver, hacía ella corría un yokai joven, de espalda ancha y cuerpo bien formado, llevaba un kimono verde y un largo cabello castaño que se le hacía levemente familiar- ¡Sesshomaru! ¿Dónde te metiste? ¡¿Aome?!

-En carne y hueso- dijo con indiferencia Sesshomaru mirando al yokai y luego a Aome- ¿Qué quieres, Shippo?

Aome no pudo respirar más, ¿Shippo? ¡Pero sí Shippo era un niño! Pensó ella mientras observaba al joven junto a Sesshomaru quien parecía tan sorprendido como ella.

-¿Aome? ¿Eres tú en serio?- dijo el yokai acercándose a ella mientras se colocaba en pie- ¡Aome te extrañe tanto!- sollozo el joven mientras la abrazaba, pero ella aun no podía reaccionar- ¡Han pasado tantas cosas! ¡Sango y Miroku murieron! ¡La anciana Kaede! ¡Los hijos de Sango y Miroku…nunca los volví a ver! ¡tantas guerras! ¡Inuyasha murió en una…! ¡Y conocí a Sesshomaru! ¡Aome, él no es tan mala persona! Pero… ¿Por qué no regresaste?

Aome intento respirar y lo abrazo asintiendo, intentando asimilar toda esa información.

-El pozo- murmuro la chica con lágrimas en los ojos- No me dejo regresar, creí que jamás los volvería a ver. ¡Estás tan cambiado!

Shippo asintió y seco las lágrimas de la mujer que había sido una madre para él.

-Así que no pudiste volver- respiro Shippo sabiendo que era obvio- Han pasado muchos años, Aome, tuve que pelear para sobrevivir…aun así ¿cómo es que terminaste en el valle de los yokais? Se supone que ningún humano viene aquí y si lo hace nunca regresa…

-Se cayó del peñasco- dijo Sesshomaru con frialdad mirando la escena

-¿La salvaste?- preguntó sorprendido Shippo- ¡Sesshomaru eso agradará tanto a los guardianes!

-Cállate- dijo el demonio perro cruzándose de brazos- Lo hice por curiosidad.

-¿Los guardianes?- pregunto Aome confundida

-Hay tanto que tienes que saber- dijo Shippo abrazando a su amiga y entonces notó el bento- ¡Aome! ¿Eso es de lo que nos llevabas, cierto?

-Sí- sonrió ella abriendo el bento

-¡Genial! ¡Sesshomaru vamos a la cueva a comer!- dijo Shippo tomando de la muñeca con fuerza a Aome y halando de ella.

Sesshomaru respiro hondo y los siguió, quería pensar que salvar a esa niña no era mala idea.

En la cueva que estaba cerca al lago descansaba Jaken con Ah-Un y Kirara, esta última saltó feliz a los brazos de Aome apenas la sintió. Shippo encendió una fogata y esperó a que Aome abriera el bento.

-Entonces, Shippo, ¿Qué pasó cuando me fui?- pregunto curiosa Aome cuando el chico empezó a comer.

-Bueno…todos esperamos que volvieras, el tiempo paso y Sango y Miroku se casaron, tuvieron tres hijos- Shippo suspiró y negó con la cabeza- Inuyasha…él vivió sólo cien años más…él, bueno, hubo una guerra y quiso ayudar a la descendencia de Sango y Miroku pero… fueron más fuertes que él…Yo no sabía nada y salí herido, ambos fuimos bastante imprudentes, Sesshomaru me ayudo y me uní a él, al principio iba a ser por un tiempo pero nos volvimos aliados, supe que Koga se emparejo con Ayame.

-Lo lamento mucho- dijo Aome con tristeza, sus amigos habían muerto.

-Sesshomaru me enseñó a pelear…ha habido tantas guerras- murmuro el zorro demonio en un suspiro- ¿Sesshomaru, seguro que no quieres? ¡Aome esto está delicioso!

Sesshomaru comió a regañadientes, odiaba que le recordaran el pasado, ese pasado lleno de sangre.

-Gracias Shippo- sonrió Aome con dulzura- Así que ahora viajas con el hermano de Inuyasha.

Shippo asintió.

-Sí, bueno, luego de varios años algunos humanos y yokais hicieron varios acuerdos, todo iba bien hasta hace veinte años…- dijo Shippo en un suspiró- No hay conformidad, parece que habrá otra guerra, algunos clanes de exterminadores no están de acuerdo y algunos yokais están hartos de muchas cosas…La madre de Sesshomaru es una de las que firmó el tratado y están intentando que la guerra no explote…

-No tiene que saberlo, zorrillo- gruño Sesshomaru con los ojos cerrados recostado en la piedra- Esa inútil humana no debe enterarse.

-¿Cómo que zorrillo?- grito Shippo

-¿Cuál inútil humana?- dijo indignada Aome, Sesshomaru sonrió.

-Es un tonto- bufó Shippo y observo los azules ojos de su amiga- Es un amargado, hace siglos que está en edad de emparejarse y no quiere hacerlo porque se cree mucho.

-Cállate mocoso precoz- bufó Sesshomaru observándolo con una mirada helada.

-¡¿Precoz?!- casi grito Shippo- ¡Al menos yo tengo una prometida que me ama!

-¡Eres muy niño para emparejarte aun, zorrillo!- dijo un poco más alto Sesshomaru, Shippo le miró lleno de enojo.

-¿Cómo que tienes una prometida, Shippo?- preguntó Aome quien apenas lograba recordar que el youkai ya no tenía cinco años, Shippo se sonrojo un poco y observo a Aome- ¿Y en serio eres muy joven o Sesshomaru está en broma?

Shippo abrió la boca para responder pero no pudo, el aire que entraba por la cueva le trajo el olor a ella, esa chica que había conocido hace tres décadas, ella estaba ahí.

-¡¿Shippo?!- grito una suave y melodiosa voz antes de que alguien apareciera ante ellos- ¡Sesshomaru! ¡Tu madre está enojada contigo…! ¿Quién es la humana? ¡No tendrán pensado hacer alguna brutalidad! ¡Los mataré a ambos!

Sesshomaru suspiró pesadamente y observo a la chica de cabellos plateados y ojos azules que les miraba enojada, llevaba una camisa negra y unos jeans claros.

-Hola, princesa del norte- dijo Sesshomaru indiferente- No veré a mi madre y esa humana es amiga de tu prometido.

-Shippo- dijo la chica en tono fuerte- ¿Quién es esa humana?

Shippo termino de pasar sus alimentos y sonrió a su novia.

-Oyuki ¿Por qué no te sientas?- pidió pero ella hizo caso omiso- Bien, ¿recuerdas la sacerdotisa que cruzo el pozo hace tantos años?- Aome observo a la hermosa chica asentir con los brazos cruzados- Bueno, te la presento, Sesshomaru la salvo de caer a un precipicio…

-¡¿Qué?!- gritó la youkai sorprendida y miro a Sesshomaru quien parecía indiferente al alboroto- ¿Es cierto? ¡Felicidades!

-Tonterías- gruño el demonio perro- Yo odio a los humanos.

-Ella es Aome- dijo Shippo ignorando la interrupción- Aome, está es Oyuki, mi prometida.

-Hola- dijo Aome admirando la belleza de la chica y preguntándose porque vestía así, Oyuki por su parte observo la situación por un segundo y luego se lanzó a los brazos de Aome- ¿Qué haces?

-¡No sabes cuantas veces he escuchado la historia de la perla! ¡Siempre he querido conocerte! ¡Pensar en todo lo que ha pasado mi querido kitsune lejos de sus amigos me entristece tanto!- decía la chica enfrente de Aome mientras tomaba sus manos- ¡por kami! ¡Tenemos que ser muy buenas amigas! ¿Quieres?

-P-por supuesto- murmuro Aome apenas respirando.

Sesshomaru se rio bajito, sabía que esa iba a ser una mala decisión para la miko, después de todo Oyuki era la mujer más intensa que podía haber en el mundo.

-¡Pero cuéntanos, Aome! ¿Qué ha sido de tu vida en estos años?- dijo Oyuki curiosa.

-Pues…no ha pasado mucho, estoy estudiando…-murmuro Aome observando a la chica de ondulado cabello blanco.

-¿Qué estudias?- se apresuró a preguntar curiosa.

-Historia- murmuro Aome sintiéndose un poco cohibida.

-Ya veo- dijo la chica pensativa.

-Aome- murmuro Shippo acercándose a su prometida y a su amiga- ¿Y has tenido…pareja?

-No- dijo ella entre risa vaya pregunta pensó- Prefiero dedicarme a mis estudios. ¿Cómo es eso que se van a emparejar?

-Bueno, llevamos tres décadas juntos- dijo Oyuki alzándose de hombros- No queremos compartir la vida con nadie más…aunque mi padre aun no nos da permiso, ¿sabes? Es la tradición, si no hay permiso de los padres…

Aome asintió comprendiendo, Shippo y Oyuki parecían muy tristes por eso. Sesshomaru abrió los ojos para ver porque se habían quedado en silencio y como si la hubiera llamado, la chica de cabellos plateados le miro acusadoramente.

-Irasue esta enojadísima contigo, Sesshomaru- dijo Oyuki cruzándose de brazos molesta- No cumples con tus deberes, no te quieres emparejar y aun no has llevado a la sacerdotisa.

-Es porque no he encontrado una…- empezó a decir Sesshomaru y luego observo a Aome- Bueno, tal vez ya encontré a la sacerdotisa, ¿Qué dices humana?

-¿Qué?- dijo ella confundida mirándolos a todos

-Bueno, se supone que cada guardián que firmó el tratado debía llevar representantes, pero el monje que nos representaba falleció hace unos meses…Y desde entonces Sesshomaru debía buscar al suplente- explico Shippo.

-¿Y qué tengo que ver yo?- pregunto Aome

-Bueno, humana, tú eres una sacerdotisa- dijo con obviedad Sesshomaru- ¿Quieres hacer parte del consejo de representantes?

-¿El qué? – Aome intento comprender e hizo una mueca.

-¡Aome di que sí!- rogó Shippo- ¡Estarás con nosotros y los humanos dicen que la paga es buena…además los gastos de los viajes son gratis!

Sesshomaru observo a la miko, parecía realmente confundida, su poder es aún muy débil, me pregunto si no importara pensó, si ella decía que sí sería un problema menos para él.

-Bueno…- la escucho decir pensativa- Yo creo que sí…

-Hecho- soltó el perro demonio antes que ella dijera otra cosa- Iré a decírselo a los guardianes, Shippo pídele un correo o algo, nos vemos luego.

Sesshomaru se colocó de pie y salió de la cueva.

-¡Amo bonito!- grito Jaken corriendo mientras Ah-Un le seguía.

-Aome, dame tu número- dijo Oyuki sacando un celular de un pequeño bolso- el tonto de Sessh no sabe usar esto, pero yo sí, yo te mantendré informada.

Aome suspiró y le dio el número y luego el correo.

-Me alegra que estés de vuelta, Aome- dijo Shippo casi emocionado y abrazo a su amiga.