Este fic es un one shot que escribí para el "Karaoke event" del grupo "Yo también estoy esperando un capítulo nuevo de Muérdago y Mortifagos".
Originalmente se iba a quedar como post de facebook, pero decidí mudarlo a este espacio.
El fic contiene parte de letras de canciones (como lo sugería el evento en facebook ) mismas que aparecerán tras este signo : (###)
Gracias por leer.
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–Te apuesto 100. No, ¡200 galeones! a que no lo hace–dijo Blaise muy seguro de sí. Hermione rodó la mirada y elevó su copa de champagne con elegancia.
Draco, a su lado, solo sonrió y la acercó a sí, colocando una mano en su cintura.
–¡Oh, vamos, Drake! Tú estás de mi lado, ¿no? Estamos hablando de Nott. A él y a ti los conozco como a la palma de mi mano–refutó el moreno y guiñó el ojo hacia Hermione con coquetería–. Convéncete, Granger y enmarca mis palabras– dijo, señalando con un dedo el jardín de Nott Manor donde estaban, ataviado para el enlace Nott–Lovegood–. "Esto" es lo máximo que obtendrá tu amiga Loony de Theo. El tipo juró sobre la tumba de su madre que jamás continuaría el legado de los Nott y helo aquí, a menos de media hora de dar el primer paso para incumplir su promesa.
– Solo dije que sería romántico si sucediera, como con Draco y yo. No dije que fueran a hacerlo–dijo Hermione, tomando un sorbo con calma.
–Bueno, Draco es Draco y Theo es Theo.
–¿Qué se supone que significa eso?
Draco carraspeó.
–Lo siento, Granger. Pero Blaise tiene razón.
–¿Es en serio, Draco?
–Hermione, ¿Recuerdas lo que me dijiste la vez que rompimos y nos reconciliamos el mismo día?–Le preguntó él. Ella asintió.
–Dije que en ocasiones era muy difícil tratar contigo o adivinar lo que pensabas porque simplemente no lo expresabas...– recitó ella de memoria y luego entornó los ojos–. Okay, los Slytherins no son tan expresivos como los Gryffindor, pero lo hacías a tu manera y en nuestra boda te luciste.
–Porque es Draco–dijo Blaise–. Mira, te lo pongo así: Lucius Malfoy podrá ser un cabronazo; pero no como Thaddeus Nott. Draco al menos tuvo a su madre para equilibrar el nivel de mierda y sinsentidos con el que fue criado. Narcissa es la responsable de lo mejor que tiene y por lo cual, en lugar de castrarlo, te casaste con él.
–¡Hey!–protestó Draco. Blaise lo ignoró.
–Draco tuvo a Narcissa–continuó–. Theo no tuvo a nadie más que a un sádico hijo de puta que por obra y gracia de Merlín no lo mató mientras crecía. Aunque ganas e intentos no le faltaron.
Hermione bajó la mirada un poco y luego besó y acarició la mejilla de su marido a modo de consuelo.
–¿Ahora entiendes lo que "Esto", estar aquí, significa? Para que los Weasley, consumados traidores a la sangre, o hasta nacidos de Muggle pueden respirar sin morir dentro de estos terrenos, Theo tuvo que contratar a toda una brigada de rompedores de maldiciones, algo que no hizo ni siquiera cuando su padre murió y solo porque Loony quería una boda en el jardín rodeada de sus queridos amigos. Eso es algo que ni Draco ni yo imaginamos nunca, no de Theo Nott. Así que si esperas a que, encima de todo, él "personalice" sus votos matrimoniales hoy, estarías pidiéndole peras al olmo. Con el "Sí, acepto" al tipo se le irá media alma.
–Bueno, nunca lo vi desde ese punto– dijo Hermione–. Supongo que cualquier promesa es valedera si se dice de corazón. Solo espero que Luna no haya preparado algún discurso, porque si no, el "Sí, acepto" de Theo le rompería el corazón.
Blaise dio un sorbo a su champagne.
–Ya debió discutirlo con él, no me preocuparía tanto– respondió, soltando una breve risita después–. Oh, rayos, tienes mucha suerte de que sea un caballero. ¡Esos habrían sido los galeones ganados más fácilmente de la historia!
–¿Siempre te tienes tanta Fe?
–Es un don.
–De acuerdo, recordemos que estamos en una boda–sugirió Draco–. Dejemos de hablar del pasado y de apuestas. ¿Les parece?
–¿Alguien dijo "Apuesta"?– una tercera voz se les unió. Ginny Weasley–. Lo siento, vengo del área de los novios y escuché sin querer. ¿Qué están apostando?
–Nada, Gin. Solo hablábamos–explicó Hermione–. Yo dije que sería romántico que los novios personalizaran sus votos y Blaise apostó a que eso no sucedería, no al menos de parte de Theo.
Ginny enarcó una ceja y miró a cada uno, deteniéndose en Blaise.
–Te doblo lo que apostaste–dijo con desparpajo. Blaise se atragantó con su champagne.
–Gin, solo fue parte de una charla, en realidad no apostamos.
–Blaise lo hizo–dijo Draco–. Doscientos galeones a que Theo no personalizaba sus votos.
–Así que, cuatrocientos entonces–dijo Ginny haciendo un gesto de conformidad.
–¿No tendrías que estar arrepintiéndote de apostar toda tu cuenta de Gringotts, Weaselette?–la picó Blaise. Ginny le miró con altivez.
–Me conmueve tu preocupación, señor Simpático; pero ahórratela. Si quiero podría triplicar tu apuesta así–le respondió, tronando sus dedos.
–Oh, ¿segura?
–Chicos, no creo que...–intentó decir Hermione; pero Ginny avanzó hasta estar frente a frente con Blaise.
–Triplico tu apuesta–lo retó la pelirroja–. Yo que tú no me entusiasmaría tanto con el champagne, Zabinni. La recepción acabará temprano y no creo que quieras caerte de borracho en Gringotts. Querré mi dinero hoy mismo.
Blaise sonrió entre cautivador y astuto.
–Créeeme, quien irá a Gringotts hoy serás tú–le dijo, acercándose peligrosamente a su rostro–. Y si en caso ocurriera el milagro de que ganaras, descuida, pelirroja. Tengo todos los galeones que necesito en mi mansión. Hasta te dejaré escoltarme.
– Sigue soñando–Le dijo Ginny y luego le dio la espalda, volviendo su atención a Hermione y Draco–. Será mejor que todos ocupemos nuestros lugares. Theo y Luna vendrán en cualquier momento. Anda, Herms, tenemos que ir al cortejo de la novia.
–Nosotros al altar–agregó Draco, besando la mano de su esposa con afecto–. Te veo ahí, señora Malfoy.
–Esta vez seré la de azul– le dijo Hermione, dedicándole un guiño
–Sí, sí, sí, ella la de azul, yo la de rojo, Padma y Parvati de verde y amarillo y así hasta completar el arco iris. Bendita sea Luna y sus ideas. ¡Adiós!
–Yo solo agradezco que no se le ocurriera inventar un traje inspirado en Nargles– rió Hermione, dejándose llevar por su amiga.
–¿Blaise?– llamó Draco cuando su amigo no se movió junto con él.
–¿Soy yo o Weaselette dijo "Theo" en lugar de "Nott"?
Draco rodó la mirada y fue a tomarlo del hombro.
–Concéntrate y camina, eres uno de los padrinos, no lo olvides.
Pero a Blaise la idea no lo dejó en paz por largo rato y cuando logró pensar en otra cosa, la ceremonia comenzó y la miradita odiosamente astuta que le dirigió Ginny Weasley lo regresó de cabeza a la duda.
Theodore Nott odiaba que cualquier extraño le llamara "Theo". Prácticamente solo él y Draco tenían el derecho de hacerlo, por antigüedad de amistad. Hermione apenas y había accedido al privilegio tras su matrimonio con Draco y Luna Lovegood venía a ser la excepción pura número tres.
¿Por qué esa pelirroja del demonio lo había dicho con tanta confianza?
–Los anillos.
–¿Qué?
–Los anillos–repitió Draco, carraspeando.
Blaise le miró, asombrado. ¿A qué hora habían llegado a la parte del intercambio de anillos?
"Quizá mientras mirabas sin parpadear a Weaselette", se dijo y ante un nuevo carraspeó de Draco y la mirada asesina de Theo, tosió incomodo y le alcanzó las argollas.
Era la hora de la verdad.
–Ahora, ambos tómense de las manos. Luna, repite después de mí–dijo Kingsley, quien como Ministro de Magia, oficiaba el enlace–. Yo, Luna Lovegood...
–Yo, Luna Lovegood–dijo ella, risueña en su vestido de novia volátil y las mejillas tan suavemente sonrojadas como las flores en su largo cabello rubio.
–Te tomo a ti, Theodore Nott...
–Te tomo a ti, Theodore Nott...– repitió ella acariciando cada letra y regalándole una sonrisa.
–Como mi legítimo y amado esposo...
–Como mi legítimo y amado esposo–dijo Luna, esperando a la voz de Kingsley para continuar–. Y prometo serte fiel, en lo próspero y lo adverso, en la salud y la enfermedad. Y prometo también amarte y respetarte todos los días de mi vida.
No lejos se pudo escuchar un llanto contenido. Hermione vio a Molly Weasley palmeando el hombro de Xenophilius Lovegood; pero Luna no quitó su suave mirada de los ojos de Theo.
–Excelente–dijo Kingsley, dirigiéndose esta vez al novio–. Ahora tú, Theodore, repite después de mí. Yo, Theodore Nott...
Blaise se inclinó a oír por instinto.
–Yo, Theodore Nott...
Blaise respiró tranquilo.
– Te tomo a tí, Luna Lovegood–dijo Kingsley.
–...
–Te tomo a tí, Luna Lovegood– repitió Kingsley, creyendo que Theo no había oído; sin embargo el joven se quedó igualmente mudo.
Un murmullo de asombro se esparció entre los invitados.
–Tranquilo, es normal estar nervioso–dijo Kingsley con gentileza–. Intentemos de nuevo. Yo, Theodore Nott.
–Yo, Theodore Nott–repitió Theo.
–Te tomo a tí, Luna Lovegood.
Una vez más, Theo se quedó callado.
–Amigo, ¿estás bien?–preguntó Draco. Blaise evaluaba la situación. ¿Acaso Theo iba a arrepentirse?
–¿Theo?– preguntó Luna, sus manos todavía sujetas a las de él; pero su expresión risueña un tanto consternada.
Él bajó la mirada. Su respiración se tornó turbia. Sus labios temblaron.
–Perdóname– le dijo. Luna se estremeció y dejó caer las manos a sus costados.
–Oh, Merlín– susurró Hermione, angustiada.
–No es así como se supone que debe de ser–continuó Theo y miró al Ministro–. Lo siento, señor; pero continuaré sin usted.
Entonces, ante la sorpresa de todos volvió a tomar las manos de su novia entre las suyas.
–Sé que discutimos esto y sé que accediste a hacerlo simple; pero... Luna, tú no eres simple–le dijo–. Eres extraordinaria y no mereces solo gestos de mi parte; sino que lo mereces todo de mí. No puedo casarme bajo el discurso que cientos de personas repiten, yo...
La mirada de Theo se enfocó por segundos en Ginny Weasley.
– Yo quiero decirte, aquí y ahora, frente a todos lo que significas para mí.
Draco dejó caer la mandíbula, Hermione se cubrió los labios y mientras Ginny sonreía de oreja a oreja, Blaise Zabinni palidecía mortalmente.
Theo continuó. (###)
–¿Sabes?... nunca había creído en los planes; pero te conocí. Nunca había sentido por nadie lo que por ti sentí– dijo, apretando sus manos como única señal de nerviosismo, aunque su voz sonara firme y decidida–. Creí que nada saldría bien al final. Estaba tan roto y ya nadie me iba a curar. Creía que tal vez lo mío era quedarme así, solo...
Hermione comenzó a llorar muy bajito.
– Y de pronto, como estrella, justo en medio de este mar, me curaste el corazón, me enamoraste. Sin explicación, llegaste así, cuando el amor ya no sería para mí.
Al llanto de Hermione se le sumó el de Xenophillius, solo que el de él fue más que notorio.
Luna en cambio parecía estar viviendo el más dulce de sus sueños. (###)
–Me enamoré de tus labios, de tu tierna sonrisa, tan dulce, sincera, tan bella y divina, no hago más que pensar en ti. No sé qué haría sin tu amor– continuó Theo–. Mi mundo eres tú, la mujer que soñé, llegaste a mi vida y volví a nacer. Tú eres el sol que alumbra mi ser. Doy gracias al cielo porque te encontré.
–Oh, Theo–suspiró Luna, afianzando su sonrisa y reteniendo sus lágrimas, pues no quería empañar ese hermoso momento.
–Te amo. Y te amaré cada día de mi vida. Como mi esposa, mi amiga, mi confidente, mi refugio–continuó Theo–. Esa es mi promesa para ti, Luna Lovegood. Mi hermosa señora Nott.
Otro llanto ahogado tuvo lugar.
–Ya, hombre, ya, sosiégate–dijo Molly Weasley. Xenophillius alzó la mirada.
– Esta vez no fui yo.
El llantito se repitió, más ahogado aún y las miradas de todos se dirigieron al altar, donde Kingsley se frotaba los ojos.
El ministro carraspeó.
–Perdón– dijo, teniendo que carraspear de nuevo para que su voz no sonara chillona–. Ejem... bueno, hechos los votos, por el poder investido en mí, me honro en declararlos marido y mujer. Amigos todos, ¡El señor y la señora Nott!–exclamó, iniciando el aplauso que todos no tardaron en imitar mientras los recién casados avanzaban camino a su recepción entre una lluvia de pétalos de flores silvestres, arco iris y encantamientos que dibujaron en el aire un montón de criaturas curiosas, muchas de ellas seguramente sacadas de "Animales fantásticos y dónde encontrarlos", de Newt Scamander.
–¡Eh chicas! ¿Qué les parece un afterwedding en el mejor club de Londres? ¡Yo invito!– exclamó Ginny, recibiendo vítores de las damas de honor.
–No puedo creer que tuvieras tanta suerte– le dijo Hermione–. Mira a Blaise, parece que hubiera visto un Dementor.
Ginny sonrió e hizo una floritura elegante con la mano.
–Nada de suerte–dijo–. Sucede que sabía que iba a ganar.
–¿Qué?
–El pobre Theo, por cierto ahora soy su recién adquirida amiga. En fin. estaba muerto de nervios pensando en no equivocarse en los votos. Yo entré a buscar a Luna y me equivoqué de habitación, por eso lo oí y le dije que debería estar contento de no tener que decir votos propios. Él me dijo que Luna había accedido a los formales y entonces yo le dije sin querer que ella había escrito sus votos desde que él le propuso matrimonio– le contó Ginny–. El pobrecito casi se muere. Platicamos un rato y le metí en la cabeza que sería lindo que pudiera intentar decir lo que sentía, que posiblemente Luna jamás lo olvidaría si lo hiciera y que sería la mujer más feliz del mundo. Él no dijo nada; pero conozco a los hombres cuando realmente piensan sus acciones. Ese pastel de calabaza ya estaba hecho y a punto de servirse.
–¿Entonces lo supiste desde el principio?
–Sip, pero no le digas a Zabinni. Quiero que sufra un poco más–dijo Ginny y ambas miraron al moreno y a Draco quien intentaba hacerle reaccionar–. ¡Oye Zabinni, recuerda que son 600 galeones junto a tu dignidad y los quiero para hoy!
–A veces pienso que debiste ser una Slytherin– le dijo Hermione, riendo bajito y cómplice.
–Uhm, quizás. Me hubiera visto despampanante de verde– dijo Ginny y tras un guiño hacia su amiga y una sonrisa burlona hacía Zabinni, se marchó hacia la recepción.
Hermione por su parte se acercó a su marido.
–Diablos, Blaise, o dices algo o te golpeo.
–Vamos, Blaise, no es para tanto.
–Lo mismo le vengo diciendo desde que Theo se fue; pero él simplemente no reacciona–dijo Draco–. Aunque aquí entre nos, Theo me superó por completo.
–Oh, amor, tus votos fueron preciosos.
– Lo sé; pero... es que es Theo. En serio, no imaginé jamás que dijera nada parecido, ni siquiera con amortentia de por medio. ¡Ni con el Imperius! ¿Quién diría que tendría tanto guardado en el corazón y que sería Luna Lovegood quien abriría el cofre?
– Oh, Merlín – Blaise parpadeó, todavía aturdido, como si una Blugder le hubiera pegado en la cabeza.
–Eso ya es un avance–dijo Hermione. Draco asintió y ella casi se sintió culpable por no decirle que Ginny había jugado una carta segura en la apuesta.
–Ya, Blaise, ni que 600 galeones fueran mucho para ti– dijo Draco.
Blaise lo miró de mala gana.
–¡Es insultante! ¡Odioso! ¡Inaceptable! ¡Inaudito!
– Si no los tienes en efectivo, puedo pedirle a Dillia que lo traiga de Malfoy Manor– Draco ofreció la ayuda de su elfina–. Ya me lo pagas luego.
–¡Eso no!
–¿Entonces que te pasa?
Blaise apretó los dientes.
–¡Qué me ganó una Weasley! ¡Y no cualquier Weasley! ¡Weaselette! –exclamó Blaise–. Ah, pero esto no se queda así, ahora mismo va a conocer quién es Blaise Zabinni. ¡Exijo la revancha! ¡Doble o nada a que Theo se va a negar a dar una primicia al Quisquilloso!
Y dicho eso salió corriendo a la recepción.
–Weaselette le volverá a ganar, ¿no?– preguntó Draco luego de ver a su mujer sonriendo casi con compasión.
–Blaise no sabrá qué le pegó.
Draco emitió un ligero suspiro y rio por lo bajo.
–Bueno, algún día tenía que toparse con la horma de su zapato–dijo y le brindó su brazo–. ¿Nos unimos al resto, señora Malfoy?
–Será un placer, señor Malfoy– dijo Hermione dándole un suave beso en los labios antes de caminar tranquilamente de su brazo rumbo a la peculiar y única recepción Nott-Lovegood.
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FIN
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Como ya he mencionado antes, he escrito una novela original que se encuentra disponible para la venta en Amazon, en sus diversas plataformas, de descarga gratuita para Amazon KDP. Les invito a darle una oportunidad y ayudarme a crecer.
Muchas gracias de antemano a quienes lo hagan.
Nombre: "Un segundo de felicidad", de Paola Alarsil.
TAMBIÉN, si gustan, pueden seguirme en mis Facebook. Me encuentran como Paola Alarsil-Escritora.
Mil gracias.
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