CAPÍTULO UNO
KATSURAGI
SECCIÓN PRIMERA: ALETEOS DE MARIPOSA
Nadie ha encendido todavía la luz, a pesar de la hora. Los ventanales del pasillo en la UCI Primera de NERV dejan pasar un resplandor crepuscular, muy rojo, que empapa el ambiente confiriéndole un disfraz tétrico.
De ese color son las palabras sobre la puerta de la habitación 303.
"LANGLEY SORYU, A."
Dentro, todo es diferente. Una perfecta iluminación blanca dibuja la gran estancia de paredes y suelo azulado, con los aparatos médicos impecablemente ordenados. La vista contempla la figura solitaria que se alza al fondo, con los hombros hundidos, junto a la cama.
El panorama frente a Shinji no es agradable. La depresiva Asuka, acurrucada entre las sábanas dándole la espalda, daría la impresión de estar dormida de no ser por los finos tubos que salen de su brazo.
"No encuentro a nadie, Asuka. Ayúdame, por favor."
La reacción ante las palabras del chico es el silencio. Aunque no hay verdadero silencio en esa habitación: el pitido regular típico de la monitorización hospitalaria está siempre presente.
"Ayúdame. Ayúdame, Asuka, por favor."
No parece soportar Shinji ningún pitido más, y termina agarrando el hombro de la joven y zarandeando su cuerpo.
"¡Vamos, llámame idiota, como haces siempre! ¡Venga!"
Entonces aquello que se espera ocurre: el torso de Asuka se voltea, el camisón holgado se resbala, y sus pechos quedan al descubierto.
Los ojos de Shinji se abren fugazmente. El cuerpo semidesnudo de Asuka ha quedado como un peso muerto bajo su sombra.
Al instante el cerrojo de la puerta rota hacia el color rojo. El joven apoya pesadamente la espalda en la pared junto al umbral, y se arrastra levemente hacia abajo. Su mirada se eleva hacia la cama.
Mientras suenan los jadeos, la vista no sabe dónde meterse: mira hacia el suero naranja que alimenta a Asuka, su ritmo cardíaco a 92 en el monitor, unas zapatillas de hospital tan blancas que no parecen haberse usado nunca.
Cuando Shinji termina, poco queda que esconder. Ante él su mano impregnada de semen se recorta sobre las azuladas baldosas, y su voz, ya de vuelta a la realidad, contiene un infinito desprecio.
"Soy una mierda."
Con las espaldas arqueadas, Makoto Hyuga, Maya Ibuki y Shigeru Aoba discuten sobre su futuro en la sala de control de NERV.
"¿Qué va a pasar ahora con la sede y los EVAs? Ya hemos terminado con todos los ángeles."
"Me parece que su intención es cerrar NERV. Y si eso es así, no sé qué va a pasar con nosotros."
Misato Katsuragi se apoya sobre el volante de su coche en un anochecer lleno de moscas.
"Si nos imaginamos al hombre como un colectivo de individuos defectuosos sin esperanza, el Plan de Complementación Humana tiene como objetivo que la humanidad evolucione de forma artificial hacia una vida perfecta en comunidad. Es su visión del paraíso en la Tierra."
SEELE está reunido con Gendo y Fuyutsuki.
"Ha llegado la hora prometida. Con la lanza de Longinos perdida, Lilith no puede realizar la Complementación. Así que nuestras esperanzas están puestas ahora en la Unidad 01, el alter ego de Lilith."
Gendo sigue sin expresar emoción alguna durante la conversación sobre el Plan de Complementación Humana.
"Ahora la humanidad debe avanzar a un mundo nuevo. Y la serie de EVAs conseguirá que lo logremos."
Ya es totalmente de noche cuando Misato aparece, cansada y cabizbaja, en la cocina de su apartamento. Suspira profundamente. A su lado, la cabina-habitación de Pen Pen está vacía y oscura. Parece que busca fuerzas para continuar de pie, apoyada en la mesa. El pelo caído oculta su expresión.
La habitación de Shinji también está vacía; ella descansa su cuerpo sobre el marco de la puerta.
Soy una tutora horrible…
Antes de que sus pensamientos continúen, Misato cierra los ojos durante un breve segundo.
No, no. He sido… una madre horrible. Y sería una madre horrible si tuviera mis propios hijos.
Su mirada huye a un punto más alejado de la habitación.
¿Fue mi madre así conmigo? No, mi madre se preocupaba mucho por mí… Mi madre me cuidaba. Aunque… no paraba de llorar cuando no estaba mi padre. Eso era demasiado común.
Una sombra de enojo cruza su rostro entristecido.
De hecho, era yo la que tenía que ser una niña buena para ayudar a mamá. Una maldita niña buena. Y yo lo odiaba. Mi madre era demasiado débil. Quizá yo sea tan mala madre porque así lo fue ella. ¿O no fue ella así conmigo?
Tras una breve vacilación, Misato se acerca a contemplar la cama desierta de Asuka, ahora mostrando una expresión dura.
No sé dónde está Shinji. Sé dónde está Asuka, y casi es peor. ¿Cómo demonios hemos llegado a esto? ¿Acaso yo no me preocupo por ellos? Pero... es que no sé cómo ayudarles. Soy una torpe, siempre lo estropeo todo aún más. Una idiota. Débil como mi madre.
Misato cambia el peso a la otra pierna, y la cruz de su cuello resplandece pálidamente.
Y Shinji… ¿debería ir a buscarle? ¿Y qué podría decirle? No, es mejor que no lo empeore aún más. Está destrozado por la muerte de ese chico… bueno, de ese ángel. ¡Aquel chico era un maldito ángel! No es necesario ser un lince para darse cuenta de que ese chaval le mintió cuando le dijo que le gustaba. Sólo quería acercarse a Adán y destruirnos. Pero Shinji… Nunca le había visto así. También le afectó la muerte de Rei. Joder, o su vuelta a la vida… Y la pobre Asuka…
Menea la cabeza.
Necesito una cerveza.
El fondo negro termina iluminándose por la bombilla del frigorífico, cuya puerta se abre y se aleja de la vista. Se pueden discernir dos latas de café y dos de cerveza; no parece que haya mucha comida más en las baldas. El cuerpo de Misato se delinea al fondo cuando ella alarga el brazo y agarra una de las cervezas.
Con la lata ya abierta, Misato mira con el ceño fruncido hacia la mesa.
Mierda, ahora tengo cosas más importantes en las que pensar. El Comité quiere implementar la Complementación Humana, el considerado paraíso que lo cambiará todo y a todos.
Se sienta en el borde de una de las sillas y posa la lata sobre la mesa.
No me trago nada de eso. Seguro que esos vejestorios traman algo para su propio beneficio. Y no creo que los humanos sean seres sin esperanza. Que unos pocos no la tengan no significa que haya que meter a todos en el mismo saco.
Silencio.
¿Es que yo tengo esperanza? Bah, ¿esperanza en qué? Si todo esto termina… ¿qué me quedará? ¿Otro trabajo? Yo no quiero otro trabajo más que este. Quiero destruir a esos cabrones.
Baja su mirada como evitando otra.
No sé que lo que me quedará si sobrevivo. Una cosa es segura, estaré sola.
En un momentáneo estado de calma, Misato acaricia su cruz con la mirada perdida.
Quizá lo mejor llegado ese punto sea…
Su cabeza se sacude violentamente.
¡No! ¡No!
Su mano derecha empieza a temblar.
No tengo que pensar en eso ahora. Tengo que hacer cosas. Todavía me quedan cosas que hacer. Yo…
Otro pensamiento enfurecido atraviesa su cabeza como un perro rabioso.
¡Te equivocas! ¿No quieres pensar en el futuro? ¡Después de NERV no te quedará nada! ¡Si continúas viviendo después de esto, nada tendrás! Y sabes que te lo mereces. ¡Tu vida ya está destruida, nadie la destruyó sino tú! ¡Abre los ojos!
En lugar de eso, Misato aprieta los dientes.
Yo… es cierto…
Su respiración se acelera.
Ahora sólo tengo… ¡una puñetera casa vacía! Lo peor… es que siempre seré igual de horrible. No tengo ningún remedio. Pero no quiero ser así… no quiero…
Misato aprieta ahora sus puños encima de la mesa, y abre los ojos con rabia.
Siempre he odiado lo que amaba. Y siempre lo he terminado destruyendo. Yo no puedo ser feliz. ¡Yo no debo ser feliz! ¡Soy una desgracia! ¡Una insensible, como dijo Shinji! ¡Me merezco sufrir! ¡Me lo merezco!
Misato eleva su brazo derecho hacia el cielo. Sus labios se separan como queriendo hablar, pero no emiten ningún sonido.
¡Y por eso no pienso aceptar ese maldito paraíso de mierda!
El sonido del golpe sobre la mesa retumba en la cocina. La lata de cerveza se tambalea de manera peligrosa, pero se mantiene admirablemente estable. Tras unos instantes, su mano se relaja: la parte que ha hecho contacto con la madera tiene un marcado color rojo.
Estira su brazo derecho despacio, sin separarlo de la mesa, y deja caer su cabeza ladeada suavemente sobre él. Así, recostada, se queda quieta. La vista se aleja de ella contagiando al resto de la estancia de esa calma tan absoluta.
Los labios de Misato vuelven a abrirse, esta vez sí producen un susurro.
"Kaji…"
Sus ojos están sorprendentemente secos, ausentes de todo brillo.
"Kaji, ¿por qué me has abandonado?"
Después del largo silencio como respuesta, Misato se remueve lentamente. Cruza los brazos sobre la mesa y hunde la cabeza en ellos. La lata de cerveza continúa a su lado sobre la mesa. En realidad, está prácticamente entera.
Rei abandona su sucio apartamento iluminado por la luna. Tras ella quedan unas gafas rotas en el suelo.
Misato continúa recostada sobre la mesa. Cuando al fin levanta la cabeza, el morado le cubre los ojos.
El agua se oye correr con violencia a través de la puerta translúcida del baño. Luego su mano agarra una lata de café.
Sobre el paisaje de lo que queda de TOKIO-3 se escucha el zumbido de la puerta del apartamento. Una fina línea blanquecina sobre el oscuro horizonte indica el comienzo de un nuevo día.
Shinji, inexpresivo, está tumbado en uno de los bancos al final del pasillo del hospital de NERV. La habitación 303 está unas puertas más allá. Tiene los cascos puestos, pero a su reproductor de canciones no le queda batería. En lugar de música, se escuchan unos pasos.
La primera claridad del día, sumamente débil, perfila la figura de Rei frente a él.
Shinji mantiene los ojos cerrados y no se mueve. Extrañamente, Rei es la primera en hablar.
"¿Cuál es la diferencia entre un ángel y un ser humano?"
Shinji tarda en removerse. Abre lentamente los ojos sin mirar a Rei, y sus palabras se arrastran como serpientes en hojarasca.
"¿Qué es lo que quieres?"
El rostro de Rei no cambia su semblante pasivo, aunque ahora baja un poco los ojos.
"No lo sé."
La luz del día ya es solamente débil, y la sombra de Rei empieza a formarse en la pared del pasillo. Por su parte, Shinji se encuentra todavía enteramente en la penumbra. La voz de Shinji termina por romper el silencio, sonando con rabia contenida.
"No sé quién eres."
Un pequeñísimo reflejo aclara por un segundo una de las pupilas de Rei.
¿Quién soy yo? Yo… soy la tercera. ¿Soy Rei Ayanami? Eso es sólo un nombre. Aquel ángel, Kaworu, dijo que yo era como él. Pero yo me siento como un ser humano. ¿O no es así? Aunque no he nacido. He sido creada para un fin. Pero a veces veo… figuras. Imágenes que no puedo haber vivido. ¿Es eso lo que se llama soñar? ¿O son recuerdos? ¿Recuerdos de otra?
¿Ikari, quién soy yo?
El silencio sigue empapando el pasillo como miel pringosa. Finalmente, Shinji vuelve a hablar.
"Tú no eres ella… ella era mi amiga. Pero ni siquiera fui capaz de llorar cuando murió. No me merezco nada. Ya no tengo nada más."
Entonces la vista forma una imagen distinta: la de un chico borroso, apoyado en la puerta de una cápsula de EVA.
"¡Ayanami!"
Está hablándole a ella, enfundado en un traje de piloto blanco y azul.
"Por favor, no vuelvas… no vuelvas a decir nunca que no tienes nada más. Eso no es verdad."
Él ahora está sollozando. Ella, desde el asiento de la Unidad 00, se dirige a Ikari.
"¿Por qué estás llorando?"
Pero Ikari ya no llora, ahora está hecho un ovillo en un banco de hospital.
¿Por qué él lloraba? Las personas tienen secretos, pero yo no conozco los míos. Sólo sé que quiero volver. Es lo único que veo claro en mi corazón. Quizá… esté vacío. O desee cosas que no puede conseguir.
Rei se fija ahora en la cara de Ikari. Sus facciones, todavía sumergidas en la sombra, reflejan una enorme tristeza. No parecería que Rei Ayanami está carcomida por las dudas si ahora se la escuchara hablar.
"Eso no es verdad. Nunca digas que no tienes nada más."
El cuerpo de Shinji se encoge.
"¡Tú no puedes ayudarme!"
Ayanami parece titubear levemente.
"No... Ahora no puedo ayudarte, Ikari."
Shinji sigue acurrucado con los ojos cerrados, y Rei se da la vuelta. Se aleja por el pasillo con paso calmado. Entonces se escuchan unas últimas palabras en el pasillo.
"Perdóname, Ayanami, perdóname… por no haber podido salvarte."
Por primera vez, el ojo derecho de Rei se abre con asombro, pero su paso no se detiene. Sigue alejándose con la misma cadencia que antes.
Misato se encuentra agazapada en el interior de una profunda base de datos de NERV, frente a la pantalla de un portátil. Algo capta su atención en los datos y hace que su expresión se endurezca todavía más.
Súbitamente la pantalla cambia. Ella se levanta de inmediato y agarra su pistola. Continúa en silencio, alerta. Entonces la luz del angosto pasaje falla.
"Mierda, MAGI está siendo atacado."
El ritmo en la sala de control de NERV es frenético.
"¡Están intentando hackear a MAGI!"
"Esos ancianos están ansiosos."
La puerta de la celda de Ritsuko se abre.
"Ese hombre utiliza una mujer despechada sólo cuando le hace falta. Cómo puede ser tan egoísta."
Algo después Misato llega al centro de control, y es informada de la liberación de la doctora Akagi.
"¿Ritsuko?"
Ritsuko se encuentra ya en las entrañas de MAGI. Repentinamente, los gráficos de GASPAR, MELCHOR y BALTASAR recuperan con un pitido su color habitual.
"¡Se ha detenido el hackeo!"
El interior del superordenador está lleno de las desordenadas notas de Naoko Akagi. Una luz al fondo indica que Ritsuko todavía está allí. Su voz se escucha inesperadamente afligida.
"¿Qué debo hacer ahora, madre?"
Continúa escribiendo en MAGI a través de su teclado un poco más. Luego se arrastra lentamente hacia la salida de MAGI, pasando junto a unas destacadas palabras de Naoko.
"¡Ikari, vete al infierno!"
Ritsuko sonríe satisfecha. Pero su gesto se queda congelado un instante después. Su expresión se va desvaneciendo poco a poco.
"Pero… el infierno… y esa imbécil de Misato…"
Tras una breve vacilación, Ritsuko se da la vuelta con dificultad y serpentea de nuevo hacia el interior de MAGI.
Los monolitos de SEELE vuelven a reunirse tras el fracaso del hackeo.
"Queríamos hacerlo por las buenas, pero no nos queda otro remedio que hacerlo por las malas."
Los efectivos de las JSSDF* (Japan Strategic Self Defense Force, o Fuerzas de Autodefensa Estratégica de Japón) se levantan en un mar de hierba junto al lago del GeoFront. Los tanques abren fuego y el ataque a NERV comienza.
Fuyutsuki, junto a Gendo, no pierde la compostura.
"Tal y como sospechaba, los enemigos son compañeros nuestros del ejército."
Uno de los defensores de NERV escucha las bombas con desconcierto. Sigilosamente, un miembro del ejército le apuñala por la espalda, y el suelo se tiñe de sangre.
Varios efectivos de NERV se agrupan junto a una furgoneta militar para informarse de la situación. Súbitamente dos boquetes aparecen en el vehículo, y el vehículo explota. Las fuerzas especiales de las JSSDF ya se adentran en NERV.
Ante el caos inicial, Misato ordena que los pilotos sean introducidos en los EVAs y sean expulsados al GeoFront.
"Si dejamos a Asuka en esa habitación de hospital acabarán matándola."
La pelirroja y Shinji parecen estar localizados, pero no Rei. Ella, sola consigo misma, se encuentra en la profundidad del cementerio de EVAs. A la vez el EVA2 es elevado al GeoFront e introducido en el lago.
Pero, ante la sorpresa de Misato, Shinji no está dentro del EVA1.
"¡¿Qué?! No puede ser…"
Gendo y Fuyutsuki son entonces informados del rápido avance del ejército. La voz de Fuyutsuki es clara y serena.
"Parece que van a conseguir su propósito."
"Fuyutsuki, ¿puedes quedarte al mando?"
"Por supuesto."
Gendo se aleja de la vista. Tras unos segundos de silencio, la voz de Fuyutsuki resuena fuerte para alcanzar la figura de su jefe.
"¡Salude a Yui de mi parte!"
Mientras las llamas consumen secciones enteras de NERV, la expresión de Misato en el centro de control es de impotencia y de rabia. En su mirada de infinito odio sólo se interponen algunas lágrimas inmóviles.
"Así que el precio a pagar por un paraíso es la devastación y la muerte."
En un corredor, el cuerpo malherido de un trabajador de NERV es arrastrado por una compañera en un vano intento de conseguir ayuda. Un soldado del ejército corriendo por un pasillo aledaño se percata, y ambos son acribillados.
Ante la sucesiva pérdida de posiciones, Misato ordena la inyección de baquelita roja en las galerías de NERV.
"Esto los detendrá un tiempo."
Dicho bloqueo de baquelita ha afectado al rescate de Shinji. Misato comprueba el cargador de su pistola, y habla con gravedad.
"Luchamos contra profesionales. ¡Cualquiera que no logre ponerse a salvo en el Dogma, que se rinda!"
Apoya su brazo sobre la silla de Hyuga y acerca su boca al oído del técnico.
"Lo siento. Ahora te quedas al mando."
Hyuga asiente sin rechistar.
"¡Sí!"
La pistola de Misato resplandece cuando ella se aleja. Pero su paso se detiene antes de abandonar la plataforma, girando la cabeza para mirar de reojo. Hyuga continúa tecleando frenéticamente y gritando órdenes mudas. La expresión del rostro de Misato al observarle sería difícil de describir. Dos segundos después, ya ha abandonado la plataforma.
Tras la marcha de su jefa, Hyuga se dirige a Aoba.
"Este lugar no está preparado para una intrusión de tropas armadas."
"Quizás esa fue la verdadera razón por la que recortaron nuestro presupuesto anti intrusos. Ahora lo veo claro."
Cuando las tropas de las JSDDF irrumpen en los bajos de la sala de control, Aoba intenta desesperadamente que Ibuki coja una pistola.
"¡Despierta! ¡Si no disparas, mueres!"
Rei continúa en la calma del cementerio de EVAs, pero esa no es la sensación que transmite su cara. La voz profunda de Gendo la saca de su ensimismamiento.
"Rei."
Ella se gira lentamente hacia la figura entre las sombras.
"Rei, imaginaba que estarías aquí. Aunque la verdad es que estaba preocupado por ti."
Progresivamente, la mirada de Rei adquiere un matiz que se confunde con su inexpresividad habitual: la frialdad. Al contrario que su hijo, Gendo sí sale de la penumbra: ahora está justo delante de ella.
"Es hora de irse, Rei. La hora prometida ha llegado. Venga, vamos."
En algún lugar de NERV, Shinji sigue encogido debajo de una escalera. Tres soldados del ejército lo han localizado, y tiene una pistola apuntando a su cabeza.
"No es nada personal, chaval."
Los disparos de Misato acaban por sustituir ese golpe fatal. Se deshace con relativa facilidad de los tres inexpertos soldados, pero se muestra dubitativa a la hora de rematar al último. Finalmente lo hace en silencio.
Sus hombros respiran agitadamente tras la lucha. Continúa mirando el cuerpo del último hombre durante un tiempo, hasta que menea la cabeza. Su voz quiere ser decidida.
"Vamos hacia la Unidad 01."
En el aparcamiento de NERV, Misato escucha por radio las posiciones de las JSDDF. Shinji sigue igual de retraído cuando ella termina sus comprobaciones y se gira hacia él.
"¡Shinji! Tienes que decidir si quieres huir ahora o entrar en la Unidad 01. ¡Pero si te quedas ahí parado, morirás!"
Apenas es audible el balbuceo del chico.
"Asuka… ayúdame…"
Entonces Misato se incorpora como por acto reflejo.
"¡¿Pero qué coño haces pidiendo ayuda a Asuka?! ¡Intentar escapar de la realidad es lo peor que puedes hacer ahora!"
Se acerca rápidamente a Shinji y le agarra por el brazo.
"¡Venga, ponte de pie!"
Pero ha cogido un peso muerto.
"¡Que te levantes!"
"No quiero. No quiero hacer nada. Me quiero morir."
En ese momento, Misato abre los ojos como si acabaran de abofetearla. Sin embargo, es ella la que se agacha rápidamente y sujeta la cara de Shinji con ambas manos.
El sonido de la bofetada es agudo y cortante, muy diferente al de una mariposa aleteando al otro lado del mundo. Después, el aparente tono calmado de Misato recuerda al de una madre que está a punto de explotar.
"La próxima vez que digas que quieres morir, te mataré yo misma de otra bofetada."
Alza ahora su cabeza con rabia.
"¡Gilipollas! ¡¿Quién demonios te crees que eres?!"
Los ojos de Shinji han recuperado algo de brillo y la observan ahora con pavor. Por su parte, los de Misato nunca habían demostrado tanta determinación, aun estando acostumbrados a ello.
"Ahora, ¡levántate!"
SECCIÓN SEGUNDA: LA LÁGRIMA SOLITARIA
Mientras Fuyutsuki intenta gestionar la defensa del Dogma Terminal, Aoba y Hyuga disparan a las fuerzas del ejército.
"Intentan asegurarse de que MAGI sufra el menor daño posible."
"Estamos encerrados aquí."
"¿Y si llegasen a usar bombas N2?"
Un misil balístico reduce su velocidad hasta situarse sobre el centro del lago. Durante un segundo, se mantiene totalmente calmado sobre el cielo.
Una luz blanca invade la vista, también el lago y después el GeoFront entero. La pirámide de NERV cruje y se abomba ante la extrema presión. Nuevas bombas, de menor potencia pero continuas, empiezan a caer a través del agujero abierto. Las sacudidas ya no se detienen.
"¡Para qué abrirás la boca!"
Shinji está sentado en el asiento de copiloto mientras Misato conduce su Renault Alpine azul por el interior de NERV.
"Quieren provocar el Tercer Impacto usando la serie de EVAs en vez de un ángel."
El chico sigue con la cabeza hundida e indiferente a sus palabras.
"Shinji, escúchame, nosotros venimos de la fuente de la vida llamada Lilith. Somos el decimoctavo ángel. Los otros ángeles eran simplemente otras formas humanas posibles, pero desafortunadamente no podíamos coexistir. Ahora que ellos ya no están, sólo quedamos nosotros. Y nos quieren hacer desaparecer."
Sus manos aprietan todavía más el volante.
"Tienes que ganar. Sólo así podremos sobrevivir."
El rostro inerte de Asuka se encuentra boca abajo en el fondo del lago cuando entreabre los ojos.
"¿Sigo viva?"
El ejército suelta varias bombas que detonan junto a su EVA, y la cabina retumba. Asuka se lleva las manos a la cabeza y grita. Acurrucada, lejos de todo, empieza a repetir una sola frase una y otra vez.
"No quiero morir."
El tono es cada vez más desesperado.
"No quiero morir. No quiero morir."
Un último alarido resuena en su cabina.
"¡No quiero morir!"
Entonces Kyoko Soryu surge de un intenso resplandor. Asuka abre mucho los ojos, y le da la mano emocionada. Su expresión ha recuperado la vida.
"Mamá, ¡estabas aquí! ¡Mamá!"
El EVA2 se activa al instante. Una gigantesca cruz verde y brillante aparece encima del lago.
Cual tiburón con una pequeña barca, el EVA emerge del agua justo debajo de un buque de guerra, al que sujeta y levanta hacia el cielo. Las baterías situadas en la orilla abren fuego. Asuka lanza el enorme destructor contra ellas; tras impactar, parece que el barco se partirá en tres. La explosión que sigue vuelve a cubrir de blanco a la vista.
Ahora la mirada de Asuka rebosa confianza, y su media sonrisa también. El ejército sigue atacándola sin cuartel, pero ella les despacha con facilidad.
"¡Mamá! ¡Mamá! ¡Ahora lo entiendo! Ya sé lo que es el campo TA. ¡Tú solo me estabas protegiendo! ¡Sólo me estabas cuidando!"
Dos misiles de gran carga explosiva son lanzados hacia la Unidad 02. Uno impacta en su cabeza, el otro es parado con su mano; tras un instante de quietud, las dos gigantescas detonaciones parecen consumir al EVA. Sin embargo, sale impoluto. Ni siquiera el cable de energía está dañado.
"Siempre… siempre has estado conmigo. ¡Mamá!"
Misato escucha la excitada voz de Ibuki por la radio de su Renault.
"¡El EVA2 se ha activado! ¡Asuka está bien, sigue viva!"
Al oír esto, Shinji levanta un poco la cabeza hundida. Misato responde a Ibuki, temblorosa.
"¿Asuka?"
Los tanques no han dejado de disparar contra la Unidad 02, y el ejército consigue por fin cortar su cable umbilical. Con un pitido, el contador de energía restante empieza a bajar. Cinco minutos.
Pero Asuka no pierde el ánimo. Grita en alemán. Usa el campo TA para destruir unos enemigos a distancia.
"¡Tengo a mi mamá!"
Sigue destrozando helicópteros de última generación como si fueran apáticos insectos.
"¡No pienso dejarme derrotar!"
Los monolitos de SEELE hablan en este punto de Gendo.
"¿Cómo se atreve a interponerse una vez más en nuestro camino? No vamos a tener más remedio que hacer que los demonios se encuentren."
Nueve bombarderos B-2 Advanced Spirit surcan el cielo sobre TOKIO-3, con nueve blancos seres anclados a sus bodegas. Una cápsula de inteligencia artificial con el nombre de "Kaworu" se introduce en cada uno: son los EVAS de producción en masa, o MP EVAs.
No tardan en planear hacia NERV por sí solos, con ayuda de unas enormes alas. Sus cuerpos están recubiertos por blancas armaduras escamadas, y su perfil general corresponde al de un ser humano, no al de una bestia. Un casco redondo, sin adornos, les cubre la cabeza y la parte superior del rostro. Sí tienen, como guerreros medievales, dos ranuras rectangulares para los ojos. Sólo la boca queda a la vista, quizá demasiado grande. Parece que no ha sido ya una prioridad para SEELE ocultar la naturaleza biológica, humana, de estos seres.
Asuka los ve acercarse, y la preocupación y el asombro se abren paso en su rostro. Los nuevos EVAs se mantienen sobrevolando el GeoFront dibujando círculos sobre ella.
También es un poema la cara de Fuyutsuki.
"¿Piensan utilizar los nueve EVAs con su dispositivo S-2? Están jugando fuerte."
Los nueve se posan en el suelo, aplastando a varios soldados en el proceso, y sus alas se esconden. En sus manos llevan unas gruesas lanzas, muy extrañas.
Han tenido un pinchazo. Ahora el coche está empotrado contra uno de los túneles de NERV. Misato habla por teléfono con Hyuga, que les ha despejado una ruta para alcanzar la Unidad 01, y su voz confía en la victoria de Asuka. En sus ojos sin embargo se distingue la duda.
Shinji se encuentra inerte sobre el suelo. Misato se acerca por detrás sin vacilar, le levanta y le lleva a rastras con ella.
Asuka está rodeada. Ante dicho desafío, sin embargo, ella recobra la voluntad, y también la media sonrisa.
"Misato, te has pasado, acabo de salir de la UVI."
Le quedan tres minutos y medio de autonomía. Pero el primer enemigo le dura pocos segundos: acaba ahogado en un chorro de sangre. Parece que la confianza de Asuka no tiene límites.
"¡Erste!"
La pasarela que les llevará al ascensor se extiende frente a ellos. Al acercarse a la puerta de la sala de acceso, Misato se vuelve hacia Shinji sin detenerse.
"Es aquí."
Esa última palabra es ahogada por varios disparos. Ella cubre a Shinji de inmediato, y recorre en un abrir y cerrar de ojos los pocos metros que les separan de la puerta.
Los soldados se ocultaban en el piso de abajo.
"Señor, ¿vamos tras ellos?"
"Negativo. Haremos volar toda la zona. Evacuad ya."
Shinji ya no tiene los ojos entrecerrados, sino que observa a Misato con cara de espanto. Ella está sentada, la espalda y la cabeza apoyadas contra la pared, sus piernas se estremecen. Intenta taparse la herida bajo el hombro con la mano derecha. Al hablar, le cuesta un mundo pronunciar cada palabra.
"Quizá... tengamos un poco más de tiempo…"
Su respiración es agitada. Entonces gira su cabeza y mira a Shinji. Algo se ilumina en su expresión cuando se encuentra con el rostro angustiado del chico. Angustiado por ella. Durante unos momentos, ella solamente contempla la cara de Shinji sin decir nada, con una genuina sonrisa exhausta. Su tono de voz se reduce a casi un murmullo, pero ahora ya no tiembla.
"Tranquilo, estoy bien. Mejor de lo que parece."
Cuando intenta incorporarse, el dolor vuelve sin embargo a su rostro. Consigue a duras penas llegar a activar el panel de control del ascensor, la luz se enciende.
"Bien, seguimos teniendo energía…"
Súbitamente, dando un tirón, envuelve con su cuerpo a Shinji y lo empuja bruscamente contra la rejilla del ascensor. Sus manos ensangrentadas agarran con fuerza el alambre cortante.
A pesar de la sacudida, Shinji no ha apartado en ningún momento su afligida mirada de la de Misato. Los ojos bajo el pelo morado son ahora, contra todo pronóstico, muy normales en ella: sin alegría, pero con decisión.
"Shinji, tienes que luchar."
Cualquiera que la oyese hablar aseguraría que no tiene un tiro en las costillas.
"Sólo así conseguirás hacer algo con tu vida. Y sólo así conseguirás salvarnos hoy. A mí y a Asuka. A todos."
Ella se inclina un poco más sobre él.
"Ahora estarás solo. Has sufrido mucho, lo sé. Pero puedes encontrar la motivación que necesitas para luchar en todo ese dolor. O en todo ese odio. No me importa. Sube ahí arriba y mándales a la mierda."
Shinji baja por vez primera la mirada, apartándola hacia un lado.
"Hazlo, Shinji, o te arrepentirás."
Shinji cierra los ojos con fuerza y da una repentina patada en el suelo. Sus palabras son ladridos.
"¡No! ¡No puedo! ¡Misato, para ti es muy fácil decirlo! ¡Siempre estás pidiéndome sacrificios! ¡Yo solo soy un crío, Misato, no lo entiendes!"
La mira lleno de rabia.
"¡Ya me arrepiento, de haber pilotado el EVA! ¡De haber hecho tanto mal!"
Ya no puede mirar a Misato a la cara. Su voz se va calmando, y el desconsuelo la va inundando poco a poco.
"He hecho daño a tanta gente… He matado a gente. Pensé… que tenía que pilotar el EVA. Pero sólo me estaba engañando. No tengo por qué seguir…"
Traga saliva y se resbala un poco hacia abajo.
"Y Asuka… he hecho algo horrible con ella. Soy culpable… Todos deben huir de mí. Condené a Toji. Maté a Kaworu. Soy un fraude y un cobarde…. Por eso es mejor que no haga nada, no valgo para nada, ¡no tengo nada!"
Si Shinji hubiera estado mirando a Misato cuando pronunciaba esa última frase, habría captado el pinchazo de amargura en su mirada. Pero ella aprieta los dientes, y cuando habla ya expresa únicamente frialdad.
"No me das ninguna pena. ¿Es que no ves nada positivo en todo lo que has hecho? ¡Has salvado a mucha gente de la muerte, y más de una vez! ¡Abre los ojos de una maldita vez!"
Busca la mirada de Shinji ladeando la cabeza.
"¡Me salvaste a mí cuando aquel ángel entró en NERV! ¿Es que eso no te importa? Eres demasiado exigente contigo mismo. Y eso sólo te traerá más dolor."
Casi toda la exigua luz de la estancia se concentra sobre ellos dos, la vista se ha alejado. La voz de Misato adquiere un cariz diferente en esa lejanía.
"Yo he matado hoy por primera vez. Era necesario, eras tú o ellos. ¿Crees que estoy contenta con eso? Seguro… que alguno de esos imbéciles tenía familia… hijos. Llevo esa carga ahora conmigo, y la llevaré siempre. Pero no me arrepiento."
Misato entonces zarandea la valla metálica; sólo el sudor que le cae por la sien indicaría que está herida.
"¡Me da igual lo que le hayas hecho a Asuka! ¡Ve y arréglalo! ¡Ahora ella está luchando, ayúdala! Así es cómo se superan los errores, compensando a las personas a las que hemos fallado."
Shinji se revuelve como una anguila.
"¡Pero Misato…! ¡Kaworu está muerto! ¡Era mi amigo! ¡No es lo mismo! ¡¿Cómo demonios le voy a compensar?! ¡Tú no sabes lo que he hecho! No sabes nada de mí... Tú eres una extraña. ¡No eres mi madre!"
El silencio llega, la airada reacción de Misato no. Han acabado las dudas y la pena por instalarse en sus ojos. Aun así, no se queda callada.
"¿Te crees que a mí a veces… no me gustaría morir? ¿Quién me queda, Shinji? ¿Quién me queda después de que hasta tú me consideres una extraña?"
A primera vista esas palabras parecen un bálsamo para Shinji, que deja súbitamente de estremecerse. No obstante, el perfil de su rostro está lejos del sosiego; ha pasado de la cólera a la conmoción más absoluta. Misato continúa hablando.
"Asuka y tú sois… no sé lo que sois para mí, pero… no sois unos extraños. He sacado fuerzas, Shinji, no sé de dónde. Y aun así os he fallado."
Shinji alza por fin la cabeza para mirarla con expresión atormentada. Este movimiento coincide casualmente con otro de Misato, que sujeta la cara de Shinji entre sus manos. Las palabras de Misato siegan las de Shinji.
"Perdóname… por no haber podido ayudarte."
Las lágrimas llevan sus ojos hacia abajo. Por un segundo parece que la vista tampoco quiere mirar y hace lo mismo: las botas de Misato están más abiertas, las zapatillas de Shinji, más juntas.
"Pero seguiré intentándolo… hasta que muera. Hasta que muera…"
La expresión de Shinji ya muestra una imposible mezcla de desesperación, vergüenza e ímpetu. Ahora es él quien busca sin éxito los ojos de ella.
"Misato, yo…"
Ella le vuelve a cortar, casi echándose encima de él. Sus miradas se encuentran de nuevo, y sus desesperaciones también.
"¡Escúchame, Shinji! ¡Tienes todo un futuro por delante! ¡Muchas experiencias que vivir! Por favor, no te condenes ahora. Llegará un momento en que esto sólo lo recordarás como un mal sueño. ¡Pero todo eso pasa por subir a ese EVA y luchar! No tienes la culpa de todo lo que has sufrido, Shinji. ¡No tienes la culpa, por mucho que creas lo contrario! ¡Escúchame! Eres una buena persona. Y eso no va a cambiar porque pilotes un EVA. Ya no eres un crío, Shinji, es tu decisión, sé que es sólo tuya, pero… por favor, no nos abandones. No abandones a Asuka. ¡Sube a la Unidad 01! ¡Por favor! Prométeme que lo intentarás. Por favor, Shinji… por favor…"
Al final su voz es casi un sollozo. Él hace ademán de responder, todavía con la cabeza entre sus manos. Sin embargo, su húmeda mirada capta algo y se desvía de la de ella. La mano de Misato lleva varios minutos sin apretar su costado: su chaqueta roja ha camuflado la sangre durante un tiempo, pero ahora ya toda su pierna izquierda está impregnada. Gotas rojas caen desde la chaqueta al suelo, y se empieza a formar una peligrosa acumulación.
Shinji parpadea en un inútil intento de aprisionar las lágrimas.
"Misato, estás…"
De improvisto, ella acerca su desconsolada expresión, y tapa los labios de él con los suyos. La vista no pierde detalle: en la mejilla de Misato dos lágrimas descienden y se juntan en una sola. Esta, al llegar a los labios de ambos, se funde a su vez con otra lágrima solitaria de Shinji.
Es ella quien finalmente rompe el embrujo. Y en el desconcierto de Shinji, Misato aprovecha para quitarse apresuradamente la cruz de su cuello. La posa sobre la palma derecha de Shinji, se la cierra suavemente y acompaña su mano hasta colocarla sobre el pecho del chico.
Ella ya no está llorando. Su expresión ya no está sumida en la desesperación.
"Shinji, no renuncies a caminar hacia delante. Y no renuncies hoy."
Ahora sonríe, como lo hubiera hecho al recordar un momento feliz tras un día muy cansado.
"En realidad, seguiré queriéndote lo mismo cuando vuelvas. Hagas lo que hagas."
La reja del ascensor se abre sin previo aviso, y Misato aprovecha su mano sobre el pecho para empujarle hacia el interior. Él trastabilla hacia atrás, sus ojos anhelando infinitamente saltar hacia delante. Pero sus piernas no son tan rápidas.
Lo último que ve antes de que la compuerta se cierre es a Misato sonriendo en todo su esplendor.
Una vez el acceso se ha sellado, la fachada de Misato se desploma tan rápido como su cuerpo. Posa sus manos rojas sobre la fría puerta, y se resbala hacia abajo lentamente. El desolador grito en la lejanía termina por perderse, entrelazado al ya tenue zumbido del ascensor.
"¡No! ¡Misato! …"
El panel luminoso de la sala escucha al cuerpo de Misato contactar con el suelo. Ya ha dejado atrás el ascensor casi una decena de plantas.
Sobre el cuerpo se cierne amenazadoramente la inscripción "R-20" de la puerta, carmesí como las dos líneas de sangre que la rajan de arriba abajo. Pero el silencio no ha llegado todavía. Las palabras de Misato se arrastran ya como sólo pueden hacerlo en ciertos momentos de la vida.
"Solo espero… que no me odies."
Se escucha una violenta tos. Un esputo rojo sale de la boca de Misato. Después, inhala con necesidad, exhala débilmente. A cada palabra que pronuncia, su hablar se difumina más y más.
"Tendría que haber cambiado aquella alfombra, como dijo Asuka... ¿A que sí… Pen Pen?"
Su rostro hace un último esfuerzo. Abre un poco los ojos, mira hacia arriba.
"Kaji… he hecho lo correcto… ¿verdad?"
Pero nadie aparece junto a ella.
"He hecho… lo…"
Sus palabras se quedan flotando en el aire. Exactamente tres segundos después, el suelo se abre bajo Misato. Una luz radiante la envuelve, y su cuerpo se parte en dos.
