Nota: Benditas las manos de quien dibujó una versión masculina de Makima, gracias, te amo.


Makima no conoce de sentimiento afectivos –porque nunca le fueron dados o permitidos–. Y sin embargo, Makima no puede evitar sentir.

No es miedo.

No es repulsión.

No es molestia.

Es más como… Curiosidad (aunque esto esté enteramente reservado para el Chainsaw Man) y diversión. Sonriendo un poco más, pero de una forma un poquito más genuina.

Pues… La chica que recogió, le parece curiosa, un poquito interesante pero también, linda. Tan linda como un perro, de los muchos que tiene en casa aguardando por él cada que el trabajo termina.

Es tan linda y tierna como un perro. Siempre escucha sus órdenes y las cumple sin rechistar, ella viene cuando la llama, tan dócil.

(Y tan fácil de controlar).

Y aunque el Chainsaw Man sea todo lo único que le importa en esta vida a él, Makima. A veces, adoptar otro perro para mimar y domesticar, nunca está demás.

(Pero, oh sorpresa Makima.

La perrita te mordió la mano y ahora sangras-mueres por ingenuidad).