Miraculous No me pertenece.
Regalo para el usuario majocami2003, quien averiguo el huevo de pascua de mi historia Rabbit Hole.
Nine Moments
Félix puede contar nueve momentos exactos donde su vida fue tocada por Marinette Dupaing Cheng. Por ejemplo el primero es cuando la conoce. Algo que tienen que saber sobre él es que su padre muere cuando es joven para recordarlo y siempre tiene la imagen de su madre Amelie en su mente, esta quien fue compañera de un hombre llamado Tom en secundaria, lo ha llevado con ella para una cita de juegos con su hija de su misma edad. Los niños de apenas cinco años parecen confundidos cuando ambos padres parecen emocionados por que estén juntos, pero Félix no está nada impresionado con la niña de coletas azuladas y ojos celestes.
No está seguro quien inicia la pelea, pero supone que fue Marinette harta de su mal temperamento. Los padres de la niña y su madre parecen alarmados cuando luego de dejarles unos minutos a solas, terminan en el suelo peleando con puños y dientes, que para sorpresa de Félix, la niña parece tener más carácter de lo que le dio inicialmente.
No llora cuando él le muerde y en su lugar le pega un buen derechazo que lo deja tumbado en el suelo.
Su orgullo como niño fue herido.
Entonces los adultos se hacen presentes y ambos son obligados a disculparse con el otro, claramente sin ninguna cita de juegos para el futuro. Aun, así como faltan algunas horas para el atardecer, son obligados a jugar juntos para que al menos sean conocidos.
No funciona.
Nuevamente terminan discutiendo y con muchos más rasguños que el inicio del día. Pero en algún momento cuando traen comida, algún comentario de una caricatura que curiosamente ambos ven en el televisor y comentarios sobre video juegos, ambos terminan teniendo al menos una conversación decente.
Cuando se marchan de la panadería, incluso con el dolor en su cuerpo, Marinette le regala una sonrisa emocionada al despedirse.
—Nos vemos Félix—dice la niña con mirada brillante.
Las mejillas de Félix se sonrojan involuntariamente.
Su madre se burla los siguientes años sobre el tema.
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El segundo momento ocurre algún tiempo después de ese primer encuentro.
El primer año de clases en la escuela pública, Félix se topa con Marinette como compañera, ambos hacen una mueca coordinada cuando el maestro del salón piensa que es buena idea que ambos tomen asiento al lado del otro. El pobre hombre no tiene idea de que ha hecho un grave error, cuando el resto del día ambos comienzan a discutir por cualquier cosa, hasta el punto de involucrarse con puños en el receso escolar. Desde el primer día para el salón de clases, se dan cuenta que entre ambos hay un ambiente del cual no deben interponerse o se verán arrastrados por el remolino de ambos.
Es curioso, porque Félix en realidad es alguien que odia el contacto con otros o involucrarse en discusiones, pero hay algo en esa niña que le hace crisparse en su interior.
Molesta.
Es su primer pensamiento al verla, tan optimista y sonriente a su lado, que le hacen querer molestarla para que deje de verse como una tarjeta de felicitaciones.
Pero entre todas las cosas curiosas, hay una que descubren ese primer día, la única cosa en común que ambos pueden tener. Cuando Chloe anuncia frente al salón de clases que es la hija del alcalde y que todos deberían obedecerla. Marinette y Félix comparten una mirada de disgusto ante la chica rubia, sorprendiéndose de que ambos tengan algo en común, aparte de los golpes que se han dado durante el día.
Cerca de finalizar la clase, el profesor pone como última actividad del día hacer un regalo para tu compañero de banca.
Marinette retira la pulsera roja con piedras de su mano derecha, que para alivio de Félix no es tan infantil o rosada como pudo ser, en su lugar tiene algunas piedras muy grandes para su gusto en contraste con su pequeña mano. La niña le explica que es un regalo de su padre, que le dará buena suerte y que ella quiere darle.
Algo retado por su regalo y para qué negarlo, tocado sentimentalmente, le da un pequeño gato negro que tiene de adorno en su bolso y que su madre le ha dado el día anterior. Realmente le gusta mucho ese gato negro, pero ya que la niña le ha dado algo que ella considera importante, es justo.
Cuando su madre le pregunta cómo le fue durante el día horas más tarde, dice que no estuvo tan mal.
Coloca la pulsera en la mesa junto a su cama, la mira un poco antes de dormirse es noche.
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Los siguientes años pasan un poco apresurados, pero el tercer momento se presenta cuando tienen 9 años. Parece que ambos tienen una extraña unión, que provoca que los siguientes años estén en el mismo salón de clases, para tormento de sus profesores. En realidad, es bueno que estén unidos de alguna forma, Félix y Marinette compiten por cualquier cosa desde el primer día de clases, Félix suele ganar cada competencia académica y Marinette destaca en todo lo artístico, así que ambos son el complemento del otro, para que se esfuerce en sus debilidades. Lo cual provoca que ambos compitan con los primeros lugares de sus clases constantemente.
Pero esas competencias terminan provocando el tercer momento que destaca en su relación.
—Deberían competir algo en lo que no sean buenos—comento Nino durante un receso, luego de que la tabla de victorias volviera a llegar a un marcador igual.
Félix no le gusta involucrarse con nadie en su salón, especialmente Chloe, pero de alguna forma ha terminado ganando un poco de amistad con Nino y siempre está discutiendo/hablando con Marinette. El resto del salón parece enamorado de Marinette, por ser una chica bastante amable y risueña, lo que los lleva a interactuar con él, porque él interactúa con ella.
Complicado.
Pero bueno, eso no es una competencia y tampoco le importa.
La idea de Nino logra detener la discusión de Marinette y Félix sobre cuál podría ser la siguiente competencia, haciendo que ambos niños de 9 años se miren con curiosidad.
Nadie sabe cómo han terminado eligiendo patinaje como competencia, pero algo es seguro, ambos son bastante malos en la actividad. Así que no es muy extraño que una hora después de la actividad, ambos estén en el mismo hospital con un yeso en alguna de sus extremidades, Félix en su mano derecha y Marinette en su pie izquierdo.
Los padres de ambos les reprenden, aunque Amelie suelta una risa divertida de verlo en ese estado y Sabine suspira ante la competitividad del otro.
Antes de salir del hospital Marinette firma primero su yeso con una mariquita, mientras que él resignado hace la silueta de un gato negro en el de la niña. Ambos podrían defenderse a firmar el yeso del otro por el aburrimiento, ya que sus padres han tenido que llenar formularios para poder salir de alta.
Ninguno comenta nada de esto el día siguiente en clases.
Las competencias se posponen hasta que ambos estén nuevamente en condiciones.
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El cuarto momento es, irónicamente, la primera vez que ve a Marinette llorar de verdad. La niña nunca llora, siempre sonríe de forma optimista y nunca se deja amedrentar por la dureza de sus palabras. Pero con once años ve por primera vez lágrimas de frustración de sus ojos, al igual que muchos mechones azulados de su cabello por el suelo. Fue un accidente, Félix no había tenido la intención de ir al salón de artes esa tarde, pero uno de sus profesores ocupaba un instrumento en específico y fue el elegido por tener el trabajo más adelantado. Había visto a Chloe salir momentos antes del lugar con una sonrisa de victoria, que le había dado mala espina.
Ahora entiende por qué.
Puede ver que uno de los mechones en el suelo tiene pegamento, que no ocupa ver dos veces para entender que fue del cabello de Marinette.
La niña había llegado el día anterior con el cabello suelto, que ahora llegaba por su cintura y parecía emocionada de mostrarlo. Esta había comentado que había visto una fotografía de su madre joven con el cabello largo y se sentía emocionada de que ahora ambas se parecieran. Félix claramente le ignoro sin darle importancia, aunque admitió que el pelo largo era bastante brillante y bonito, jamás diría eso en voz alta. En su lugar el niño noto la mirada molesta de Chloe, cuando varios niños alabaron el cabello de Marinette.
Esa, esa chica, esa chica había hecho esto.
Quiso tocar el hombro de Marinette, pero esta se encogió llorando para que no le alcanzara. Algo dentro de él rugió en molestia e ira, pero se contuvo caminando fuera del salón, hablando con un profesor sobre lo sucedido y este corrió al salón para buscar a la niña.
Cuando llego al salón de clases, el profesor estuvo confundido cuando comento que no había el material que le había pedido. Nadie dijo nada ya que estaban ocupados, pero Félix le lanzo una mirada mortal a Chloe, que la hizo encogerse en su lugar luciendo perturbada.
Pero no diría nada.
No ahora.
Espero a que terminaran las clases, para acorralar a la niña en un pasillo vacío. Marinette se había marchado, nunca la vio y en su lugar, un profesor vino a comentar a su profesor guía sobre que la niña se había retirado con sus padres minutos antes. No le dijo a nadie que fue Chloe, nadie le haría nada tomando en cuenta quien era su padre, pero eso no le molesto a él, no, él quería dejarle algo en claro.
—No eres mi amiga Chloe—comento con frialdad, haciendo que el sonrojo de la niña por estar a solas se evaporara, parece que ya entendió que esto no es algo íntimo, todo lo contrario—nunca lo has sido y no lo serás, no te tengo miedo y no puedes intimidarme…no la vuelvas a tocar si no quieres verme enojado de verdad—lo último lo dice con expresión de mortal seriedad, dejando la amenaza en el aire.
Una advertencia.
Chloe parece asustada en el momento, antes de soltarse furiosa y comenzar a caminar con el rostro humillado.
Esa noche le comenta a su madre de forma casual que Chloe le ha hecho algo malo, haciendo que su madre llame molesta al alcalde de Francia exigiendo una disculpa. Cuando horas más tardes puede ver el rostro completamente humillado de Chloe, cuando debe disculparse con él por algo que no hizo, porque su padre se lo ha ordenado, le lanza una mirada despectiva que hace a la niña sentirse furiosa.
Bueno, es divertido verla así, pero no es suficiente.
Cuando los adultos no los ven le recuerda a la niña que, de ambos, él es más inteligente y que ella debe aprender su lugar.
Esta parece indignada, pero él solo sonríe como un gato que atrapa a una rata molesta.
Marinette que es buena gente, probablemente no apreciaría sus formas de resolver conflictos, así que no le dice nada. No es que Marinette le importe, es solo la niña tonta que es su compañera de banco y que suele competir con él, aun así, no dejara que Chloe ponga una mano sobre algo que le pertenece, ya que esa niña no es su amiga o alguien importante, pero es suya.
El día siguiente cuando Marinette llega al salón con el cabello corto y luciendo algo desanimada, espera hasta que ambos estén sentados al lado del otro. Todos le han dicho que se ve bien, pero ella sigue deprimida y soltando suspiros en ocasiones.
Chasquea la lengua atrayendo su atención, pero le ignora.
—Te ves bien—admite a regañadientes, ganando una mirada sorprendida de la niña.
Entonces, las miradas de ambos se conectan, haciendo que ambos se sonrojen levemente avergonzados.
Durante el día es incómodo, pero discuten por tonterías como de costumbre cada que alguien les lanza una mirada confundida por su actitud.
Curiosamente después de eso, dejan de llamarse por apodos y suelen usar el nombre correctamente del otro, si alguien nota el cambio, nadie les comenta nada.
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El quinto instante es para Félix una sorpresa, en realidad fue gracias a que logra descubrir que Marinette está obsesionada con el trabajo de su tío Gabriel que vive en Londres. Con tan solo 13 años parece que la niña parece decidida a convertirse en una diseñadora, no es algo que realmente le importe, para Félix la vida de diseñador es bastante aburrida. Su tío es un gran diseñador, pero su primo Adrien (que es terroríficamente similar a él) es un modelo que parece quejarse de eso, así que no le parece interesante. La idea de vivir bajo las cámaras o en la mirada de los demás, es algo que no le agrada, ya tiene suficiente con sus compañeros de clases como para agregar algo más a la lista.
Aun así, su molestia comienza por la chiquilla llamada Alya, que se ha integrado ese año a su salón, quien parece acaparar la atención de Marinette de forma inmediata.
Son mejores amigas al final de su primer día.
Una molestia.
—Creo que estarías mejor con un chico como Adrien—comenta la morena una tarde en el receso, cuando luego de hablar sobre los diseños nuevos de Gabriel para el verano, ha pasado a videos de Adrien.
Félix suspira desde su lugar lejos de ellas, ha escuchado gracias a su buena audición, no es que este especialmente prestando atención.
El comercial que ha grabado su primo le ha subido más a la fama, algo que parece molestar a Adrien, aunque también es molesto para Félix.
Si una persona más lo confunde con su primo, está seguro que tomará un bate de béisbol y no se hará responsable.
—Incluso aunque se parece a Félix se nota que es un chico mucho más agradable, sin duda sería una gran pareja para mi querida Marinette—dice Alya con cierto grado de maldad viéndolo de reojo, él le lanza una mirada fulminante.
Desde el primer día a quedado claro que ambos no se llevaran bien, parece que Alya piensa que es una molestia por competir con Marinette, sin saber que de eso trata su rutina diaria.
Si es sincero, Félix llego primero, así que no debería quejarse de nada.
—Me agrada Félix, es mi amigo, o algo por el estilo—habla Marinette sin verlo y encarando a Alya, que parece algo confundida por su respuesta—no deberías compararlos, no es agradable—le reprende con suavidad, haciendo que la morena tenga la decencia de parecer avergonzada.
Cuando ambas se van por el camino, Félix sigue viendo la dirección que tomaron y cuando Nino lo llama para el siguiente bloque de lecciones, este señala que su rostro esta sonrojado.
Por suerte nadie sabe porque, tampoco es algo que importe.
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El sexto momento no es el mejor en su vida, en realidad Félix no sabe cuánto puede odiar a una persona hasta que conoce a Luka Couffaine. Sinceramente Félix no se siente cómodo con la mayoría de personas, pero incluso eliminando a molestias como Chloe o Lila, Luka se lleva el lugar a la persona más molesta que conoce. No es una mala persona, para su desgracia es una buena persona, que incluso sabe cómo llegar hablar con personas como él, que no son sociables fácilmente, de hecho, es alguien difícil de odiar, pero lo hace.
¿El motivo?
Fácil.
Marinette.
Suele ser el motivo de las peores y mejores cosas de su vida.
Luka está interesado en Marinette, es tan evidente y obvio que le enferma, porque al ver la forma en que las mejillas de la chica se sonrojan a su alrededor, le causan malestar en su interior.
Pero lo peor era que…
—Sabes, podrías perderla si no haces algún movimiento—dice Alya distraídamente a su lado, ahora que todos están en el parque en una clase al aire libre.
Luka había estado esperando a su hermana, aprovechando la oportunidad para hablar con Marinette, cosa que le hizo erizarse como un gato.
Ese desgraciado.
—Cierra el pico Césaire, nadie ha pedido su opinión—habla sin importar herirla, la única persona que trata levemente como humano es a Marinette, incluso aunque ella es su mejor amiga, a él no podría importarle menos.
Tampoco estaba de buen humor.
La risa de Marinette cerca de ellos, hizo que apretara con fuerza los puños y no intentara ocultar su mal humor, Nino quien estaba llegando parece querer retroceder.
Chico listo.
—Solo estas molesto porque no te ponen atención, eres como un niño—continua Alya quien el tiempo la ha hecho más imprudente a la hora de tratar con él.
Con un aura de evidente mal humor, fulmina con la mirada a Alya, quiere golpearla, pero no es algo que un caballero deba hacer. Ignora los recuerdos de niño cuando ha peleado con Marinette a puño cerrado, ya que eso era hace mucho tiempo y no puede evitar lo que hizo su yo de pasado.
—Como si me importara lo que esa idiota hace por su cuenta, por mi Marinette puede besar a un perro que no me extrañaría—señala de forma distraída, quiere largarse de ahí.
Un extraño frio recorre su espalda y gira el rostro tenso, no sorprendiéndose de ver a Marinette detrás de él de brazos cruzados y sonrisa tensa. Luka le da un leve saludo que ignora, porque no quiere ser amigo de este, en su lugar prefiere ver con preocupación el brillo oscuro de los ojos de la chica de coletas.
—Hablar de otros a sus espaldas no es muy amable Félix—comenta Marinette con letalidad que le hacen sentir algo de miedo.
Ella es la única que puede intimidarlo con palabras, ya que sabe que esas palabras pueden venir acompañadas de puños si no se concentra.
—Bueno si hablamos de amabilidad, puedo recordar quien me empujo a los 8 años contra mi pastel de cumpleaños—señala con diversión causando que esta se sonrojara abochornada.
—Tú me empujaste un mes antes por las escaleras—
—No fui yo, eres torpe, fuiste tú misma, de hecho, yo tuve que llevarte a la enfermería porque me obligaste—
—Eres un desgraciado, tú fuiste quien me empujo al estanque cuando teníamos 10 años—
—Habla la mocosa que me tiño el pelo de rosado hace unos meses—
—Me diste esos confites asquerosos que salen en Harry Potter—
—Solo una idiota como tú no sabe que eran las grageas y tomas la de huevo podrido—
Podrían seguir por horas en esa discusión, ambos lo saben, por eso Marinette gruñe sabiendo que debe hacer algo y Félix admite mentalmente, que es algo adorable por la forma en que su rostro hace un puchero. Nunca diría esa clase de pensamientos en voz alta, pero pensarlo para sí mismo no está mal.
—Hace mucho no tenemos una competencia Félix, debes estar intimidado que tenga el record ahora a mi favor—habla con las manos en sus caderas y mentón en alto.
Ha crecido, hace algún tiempo ambos eran de la misma altura, pero ahora Félix es más alto y disfruta de ver a la chica bajo él.
—Por favor, un mísero punto que está a punto de regresar la competencia a mi favor—exclama con arrogancia algo emocionado, porque la atención de Marinette ahora está en él, no en Luka.
Así tienen que ser las cosas.
El salón pronto se reúne alrededor de ellos, interesados por una nueva apuesta que resulta un simple juego de vencidas, que Félix gana sin mucha dificultad haciendo gimotear a Marinette frustrada. El premio en esta ocasión es que el otro invite algo que quiera el ganador de postre, así que hace a la chica ir a una heladería cercana para que lo invite a un helado sabor café. Marinette gruñe de que ha pedido ir a la heladería más cara, llorando por su billetera y que no ha podido salir con sus amigos.
Rueda los ojos antes de pedirle a la encargada un helado de fresa para la chica, diciéndole que dejara de llorar y que él pagaría.
Parece confundida, pero no tanto como para negar el helado que termina devorando con una sonrisa en su rostro. Sonríe levemente al verla tan feliz e incluso cuando tropieza minutos después en la salida (aunque el suelo parece despejado de objetos, excepto por sus pies) le sostiene del codo para que no se caiga, como pudo haber sucedido.
Ambos caminan hasta llegar al cruce donde deben separarse, está listo para regresar y estudiar un poco, cuando se detiene al ver a Marinette verlo con las manos detrás de su espalda y una mirada curiosa.
—Gracias por la salida de hoy, a pesar que fue parte del reto, me encanto salir contigo—admite la chica con las mejillas levemente sonrojadas.
Es el momento, piensa Félix, debe decir algo, debe demostrarle que es importante para él de alguna forma que no entiende y no quiere. Pero en su lugar queda congelado en su lugar, diciéndole que debe regresar a casa porque tiene mucho que hacer. Es la respuesta incorrecta, lo ve en la decepción de los ojos de la chica, que desaparece antes de irse y despedirse con una sonrisa.
Años después Félix se preguntaría, si hubiera dicho algo en ese momento, tal vez las cosas pudieron ser diferentes.
Pero no pudo hacerlo.
Porque Félix tuvo miedo de actuar, porque no sabe si hubiera querido saber la respuesta de algo que apenas estaba aceptando.
Solo fue un cobarde.
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El séptimo momento sucede cuando tiene 15 años, un poco mayor ha descubierto con algo de molestia, que tal vez si está enamorado de Marinette Dupaing Cheng. No tiene una explicación para sus emociones, además de que de alguna forma el conocerla de toda la vida, ha logrado que su personalidad animada y optimista, termine por colarse bajo su piel. Aunque Félix jamas se ha categorizado como una persona lenta o estúpida, admite que no fue muy inteligente de su parte descubrir sus sentimientos por la chica, cuando esta obtiene otra pareja.
Maldice mentalmente a Luka por tomar la oportunidad que claramente él no tomo.
Tal vez el resentimiento le guio a salir con Kagami algunas semanas después, su compañera de esgrima que era bastante seria y perfeccionista. Aunque claro no duraron más de unas pocas semanas, hasta que la chica le reclamara salir con ella cuando no le amaba, conociendo ahora que estaba interesado por Marinette. No la culpa, pero tampoco le da explicaciones, porque no le ha parecido importante.
Gana una marca roja el día que terminan.
Mientras camina fuera del colegio donde ha terminado con Kagami, no puede evitar pensar que nunca ha hecho algo más complicado que enamorarse de Marinette. Siempre ha sido alguien bastante metódico y lineal, que sigue solo decisiones que saben serán acertadas, no dejándose llevar por sentimientos u otras vanidades. Pero para él es imposible no pensar en la chica en ocasiones en el día, su sonrisa y la forma en como la extraña cuando sus competencias han disminuido desde que tiene novio.
Su mayor decepción ha llegado a ser el día hace dos años, donde en lugar de decirle que también la ha pasado bien, ignora a la chica las siguientes semanas avergonzado. Pero cuando intento hablar con ella después, había un muro, algo había cambiado por su culpa y se odio por eso.
Extrañaba cuando era un niño ajeno a esta clase de sentimientos. Incluso entonces había estado emocionado y expectante cuando se encontraba a Marinette, algo extraño en él que se alejaba de los demás, parecía interesado en las estúpidas competencias con la niña de coletas.
Le enfermaba pensar la gravedad y lejanía de sus sentimientos.
Fue un niño distraído en ese sentido.
Detiene sus pensamientos cuando al pasar por el parque, la chica de sus pensamientos parece pensativa en una banca, con un cuaderno de dibujo en sus manos y pareciendo algo pensativa mientras hace trazos en la hoja. Toma asiento a su lado, haciendo que esta pase unos minutos antes de percatarse de su presencia. Es cuando ella ve su mejilla hinchada, que parece alarmada y comienza a preguntar qué sucede.
—Termine con Kagami—es su explicación bastante vaga.
Marinette le da "esa" mirada, la cual claramente indica que quiere saber más.
Es débil ante la mirada de la chica, nuevamente, no piensa admitirlo en voz alta.
Termina comentando un poco más abiertamente, de lo que haría con cualquier otro, los motivos de la ruptura, excepto la parte que es por ella. No le gusta la idea de culpar a la chica, por algo que es su propia culpa, debería controlar mejor sus sentimientos. Así que solo señala que Kagami ha señalado que él está interesado en otras cosas, pero cuando Marinette pregunta si fue por una chica, tampoco es como que pueda negarlo.
No es buen mentiroso, una de sus pocas debilidades, así que prefiere omitir información.
Aun así, ella parece leerlo bien.
—¿Quién es la persona que te gusta? —pregunta esta inocentemente al verlo, como si no pudiera creer que hubiera alguien más que Kagami en su vida.
Eran buenos amigos, pero era tan…fría. No es que este mal ser frio, él mismo no es una persona cálida, pero por lo mismo no le gusta alguien tan similar a él.
Ve los ojos inocentes de esta, sabe que no puede mentirle.
Gira para ver al suelo de forma pensativa, sabe que, si se va sin decir nada, esta será una situación de la cual se arrepentirá en el futuro. Queriendo evitarle problemas a su futuro yo, termina levantando una mano donde está la pulsera que esta le ha regalado cuando eran niños.
Ninguno dice nada.
De reojo Félix puede notar la mirada incrédula de la chica en la pulsera, antes de verlo a los ojos con muchas preguntas, que no quiere responder, no es que sirvan de nada.
Se pone sobre sus pies con las manos en los bolsillos, antes de irse del parque sin decir nada. Se despide con la mano que sabe esta la estúpida pulsera, pensando que tal vez es hora de guardarla.
Debe dejar sus sentimientos.
No lo hace.
Marinette termina con Luka una semana después.
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El octavo momento, irónicamente, no es exactamente cuando un año después se hace por fin pareja de Marinette, incluso cuando es un momento que guarda con cariño en su mente (nuevamente no está diciendo esto en voz alta a nadie) el evento se volvió mucho más tedioso cuando pocos minutos después, todo su salón los acorrala para averiguar que ha pasado. Marinette parece resignada cuando en voz alta comenta que ahora son pareja, ganando una mirada de sorpresa de parte de todo el salón. Feliz intenta ignorar las miradas burlonas de Nino, quien ha estado a su lado la mayor parte del tiempo y sabe lo difícil que le ha costado pedirle salir.
Ha destruido su orgullo, pero ha valido la pena.
Aun así, no está listo para la lluvia de frases de sus compañeros.
—Creo que son muy románticos—habla Rose con mirada soñadora.
—…—Juleka ha dicho algo, pero nadie le ha escuchado, incluso Félix con su oído no sabe que dice.
—Eran unos ciegos, pero tenía que suceder algún día—comenta Alix extendiendo su mano a Kim, quien gimotea colocando dinero.
—Debiste ser más rápido Félix—masculla el deportista viéndolo molesto.
—Según mis cálculos estaba por suceder en cualquier momento—Max era…Max.
—Ambos son un fastidio—dice Chloe seguida de Sabrina quien asiente.
—Es maravilloso, estoy tan feliz por ambos—dice Mylene al lado de Iván, este asiente con aprobación a su novia.
—Espero te vaya muy bien Marinette—comenta Nathaniel con sinceridad.
—Son el uno para el otro—habla Nino con diversión.
—Me alegra ver el orgullo de Félix por los suelos, esta es mi niña—declara Alya para su eterno fastidio.
Félix quiere largarse, pero no lo hace porque sabe que los amigos de Marinette son importantes para ella, entonces debe tragarse su molestia. Pero para sorpresa de todos, es Marinette quien detiene las burlas, con una mirada seria y expresión firme. Al verla de esa forma, Félix teme que se ha vuelto a enamorar, haciendo que se sonroje levemente cuando esta toma de su mano para llevarlo a otro lado.
Su sonrisa es amable.
Entonces se permite sonreír a su lado.
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El último momento es el más reciente, piensa Félix con una sonrisa de medio lado, viendo de reojo como Marinette parece deleitarse de felicidad viendo su mano. Han pasado muchos años desde que están juntos (4 para ser precisos) y cada uno de ellos ha tenido sus momentos especiales, pero este ha sido uno muy interesante. Hace unas horas han hecho una simple apuesta con un juego de damas chinas, donde ha aplastado sin piedad a Marinette, quien parece indignada de que hubieran apostado de quien ganara, aceptaría la petición del otro sin dudarlo.
Esta parece verlo resentida, comentando en voz alta que era un pervertido que probablemente le hiciera vestir algún traje raro en la cama.
Lo cual no ha pasado, pero nuevamente, Marinette es así de mal pensada, cosa que le destaca haciéndola sonrojar.
Antes que una pelea iniciara entre ambos, esta se congela cuando saca una caja del bolsillo de su pantalón. Solo hay que sumar 2 + 2, para hacer a la chica comenzar a sollozar de la emoción, haciéndola sonreír y decir que no ocupaba una apuesta para aceptar casarse con él.
Félix admite que su sonrisa cuando ella lo besa, es mucho más grande de lo normal.
—Te amo—le dice el chico a la chica, unas palabras que, aunque sienta, no las dice muy a menudo.
Haciendo la situación mucho más especial.
Marinette parece irradiar mucha más luz que de costumbre, antes de abrazarlo con fuerza.
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4 meses después hay una boda.
Fin
Espero les gustara.
Nunca escribí antes un Félix Marinette, pero me sentí feliz de hacerlo :3
El huevo de pascua de la historia era que los capítulos de Rabbit Hole tienen los mismos nombres que la historia de Alicia en el Pais de las maravillas.
Nota:
Por si no lo saben en mi perfil tengo un link de mi página en Facebook donde publico mis actualizaciones y donde chateo con los chicos sobre temas de anime, manga, juegos, libros, series…etc por si alguno quiere comunicarse conmigo o visitar un rato para conocerme mejor.
Sayonara sexys lectores.
