Disclaimer: Los personajes de Demon Slayer no me pertenecen, ellos son de Koyoharu Gotōge.


Capítulo Único: Cortejo.


Inosuke no lo nota al principio, después de todo está concentrado en su entrenamiento para ser el más fuerte de todos. El más fuerte de los Cazadores, más fuerte que cualquier demonio existente.

Y al tratar de ser el más fuerte, simplemente no nota como Tanjiro lo alimenta, poniendo comida entre sus manos aún cuando no deja de correr largos kilómetros o dando flexiones una detrás de otra. Simplemente no nota como Tanjiro lo acuesta en una suave cama y lo abriga durante la noche cuando cae derrotado por el esfuerzo. Simplemente no nota cuando Tanjiro lo alienta y alaba su progreso día con día cuando se supera a sí mismo.

Simplemente no lo nota.

Claro, hasta que lo hace.

A veces, Inosuke ve como Tanjiro camina hasta él con una suave sonrisa y ojos cálidos, entre sus manos hay un cuenco con sopa que huele delicioso; sus tripas rugen con el hambre recién descubierto. El otro Cazador se inclina sobre él y le ofrece la comida humeante: Come, por favor. Has tenido un pesado día ¿Verdad, Inosuke?; dice Tanjiro, obligándolo a sostener el cuenco de sopa.

Inosuke lo ignora, bajo la cabeza de jabalí sabe que sus mejillas se han sonrojado ante el atrevimiento de Tanjiro ¿Acaso cree que no puede alimentarse él solo? Ignorando una vocecita en su cabeza, no duda en comer.

Aunque claro, esa no fue lo único que nota.

También está el detalle de Tanjiro sobre él ahora mismo, vendando sus heridas después de una dura batalla contra un persistente demonio en forma de escorpión. Los cortes molestan y ha perdido sangre, pero a pesar de los maltratados que han quedado todos, Tanjiro cuida cada herida con sumo cuidado y atención. Inosuke resopla y se queja, pero su amigo hace oídos sordos a sus protestas.

Inosuke observa las propias heridas de Tanjiro, aquellas que ha recibido por cubrirle la espalda y protegiéndolo cuando el demonio escorpión fue más rápido que él.

Entonces, es allí cuando lo nota.

Los cuidados, la atención y la camaradería: Tanjiro lo está cortejando.

La revelación no hace más que poner su rostro rojo, chillando por la sorpresa. Después de todo Tanjiro no ha hecho nada más que demostrar que es fuerte, lo suficiente como para pelear a su lado. Ha demostrado que es dedicado, curando de él cuando está herido, y es atento para demostrar que es capaz de proveer alimento para su compañero.

Inosuke se pone de pie con exaltación ante tal revelación, asustando a Tanjiro en su asalto y logrando derribarlo al suelo.

– ¿Qué… qué sucede? –pregunta Kamado, dándole una breve mirada a Zenitsu quien se ve igual de extrañado.

Pero Inosuke lo ignora, y solo se mantiene recto mientras apunta con un dedo al Cazador en el suelo.

– ¡Kompachiro! –ruge con voz firme y segura. Zenitsu resopla ante el nombre mal pronunciado.

– ¿S-si, Inosuke? –pregunta Tanjiro con ligera extrañeza.

– ¡Acepto tu cortejo! –exclama, mientras Zenitsu chilla demasiado fuerte– ¡Por favor, se buena esposa!

Zenitsu no deja de gritar mientras Tanjiro, en cambio, inclina la cabeza.

– ¿Eh?