He escrito más de diez cartas de despedida y de suicidio, ninguna me gusta algunas parecen desesperadas por atención y otras son demasiado tristes. Pero desde que Edward se fue no sé qué hacer con mi vida, se supone que uno debe seguir viviendo luego de terminar una relación, pero Edward para mí es mi mundo entero.

Llevaba meses semanas esperando una señal de los Cullen pero nada, ni siquiera Alice a la cual le escribía todos los días, me relajaba escribirle era como un diario de vida.

Jacob me invitaba a salir todos los días pero nunca aceptaba la invitación.

Cuando ya iba en la carta número once Charlie entró a mi cuarto, yo escondí la carta bajo un cuaderno.

-Bella debo hablar contigo, ya no puedes seguir así, te vas con tu madre, no es que me quiera deshacer de ti, pero no sé cómo arreglar el problema de los Cullen para ti.

-Papá estoy bien, solo un poco deprimida ya se me quitará en algún momento, solo no me mandes con mi madre, ella no lo entendería al igual que tú.

¿Qué hace tan especial a Edward, bella? – Preguntó. Yo solo lo quedé mirando ¿Qué lo hacía tan especial?

Me lo pregunté, no obtuve respuesta en mi mente.

Solo era Edward, un vampiro creo que eso lo hacía especial pero… ¿Qué más? Si me amaba no me hubiese dejado sola en el bosque llorando.

-Bella ¿Estas bien? – Preguntó – Te quedaste callada de un momento a otro.

-Nada lo hace especial papá, yo solo lo amo o amaba o solo es una obsesión no lo sé ¿Puedes dejarme sola, por favor?

Y se fue

En ese instante me puse a llorar el no merecía mis lágrimas, no merecía nada del amor que le tenía, debía olvidarlo, así que tomé algunas cosas, boté la carta que estaba escribiendo y cuando Charlie se fue fui al baño.

Tomé unas tijeras y comencé a cortar mi cabello, porque dicen que así empieza la vida nueva, lo dejé tipo melena, no era experta pero mal no había quedado.

Me cambié ropa y salí donde Jacob. El al principio no me reconoció, hasta que me vio más de cerca.

-Bella te ves hermosa – Me dijo lo cual hizo que me sonrojara.

-Gracias, pero vengo a pedirte algunos favores, claro si no te molesta – Dije

-Ningún problema, hasta ahora primero dime y luego veo – Dijo con una sonrisa.

-Necesito que me ayudes a decolorar mi cabello y teñirlo, no me atrevo hacerlo sola, y lo otro, quiero un tatuaje tus amigos tienen, podrían recomendarme un lugar.

-No hay problema para eso están los amigos – Y me abrazó algo que yo necesitaba hace mucho.

Fuimos a comprar y elegí un azul, y luego de eso fuimos a lo del tatuaje.

Cuando entramos estaba un amigo de Jacob que no conocía. Me preguntó qué era lo que quería.

-¿Qué duele más, un tatuaje o un piercing? – Pregunté

-Un tatuaje – Respondió el tatuador. Yo asentí a lo que él me preguntó – ¿Tienes idea de lo que quieres hacerte?

-¿Tenía idea de lo que quería hacerme? La verdad es que no, pero no me importó, recordé una frase que me gustaba mucho así que sería eso.

-Si "Aspira a inspirar" lo quiero en un lugar que duela, ¿Dónde duele más? – El tatuador me quedó mirando – En la clavícula – Dijo yo acepté

Jacob solo me miraba como con un signo de interrogación en la cabeza, yo me senté para que lo hicieran.

-¿Estas segura Isabella? – Preguntó Jacob – Luego no podrás arrepentirte.

-Estoy segura, así que comencemos – Dije nerviosa igual.

El dolor era un poco soportable, pero me recordaba al dolor que sentía por Edward, me gustaba la sensación, cerré los ojos y me puse a pensar.

-Listo - Dijo el tatuador

-Yo lo vi y era hermoso, era lo que quería, me dieron las indicaciones necesarias para que no se me infectara y todo eso. Le pague y di las gracias, luego abracé a Jacob.

-Vamos por ese azul ahora. – Y sonreí

Fuimos a mi casa, y pasamos al baño de inmediato, me decoloró el cabello, yo solo reía con todo eso, yo le decoloré una parte de su pelo también, la estábamos pasando bien, cuando tenía que retirar el decolorante me ayudo también, y luego me ayudo a pintar mi cabello.

Luego de cuarenta minutos de risas me di cuenta que Jacob era un gran amigo, una persona espectacular que no me dejaría por nada, y me puse a llorar recordando a Edward.

Cuando me calmé fui a bañarme y el pelo me había quedado bien, me gustaba esta Isabella, hasta que sonó mi teléfono.

Cuando fui a ver quién llamaba quedé mal, era Edward.

No quise contestar, no arruinaría mi día con Jacob, así que dejé que sonara, Jacob me preguntó quién era y yo sin pensarlo lo besé.

El me siguió el ritmo, hasta que caímos en mi cama, el celular seguía sonando y a mí no me importaba o bueno, si no hacia pero no mucho.

Esa tarde tuve sexo con Jacob.

Luego de eso me sentí mal por ello, no es que esté utilizando a Jacob, yo lo adoro, pero no era la misma adoración que le tenía a Edward, esta era más de amigos, me levanté y Charlie aún no había llegado, así que solo baje a buscar algo al refrigerador. Cuando de repente sentí a alguien observándome desde la sala de estar, al prender la luz me asusté

Era Edward

-¿Sabes que tú eres mía cierto? –Dijo molesto - ¡Como mierda me hiciste eso Isabella! Yo te amo y tu acostándote con otros como si fueras una… No dejé que terminara la palabra.

-¡Tú me dejaste Edward, tu sabias que te amaba y aún así lo hiciste! No te debo una explicación.

-Lo estás utilizando, además que mierda te hiciste ¿Qué diablos pasa contigo Bella? Esto se acaba ahora.

Y subió a mi cuarto, él era más veloz que yo, me apresuré lo que más pude, hasta que escuché un grito de dolor.

Había mordido a Jacob y no lo soltaba, yo le tiraba cosas he incluso me subí arriba de su espalda para pararlo, me tomo y lanzó por mi cuarto.

Quedé mareada un par de minutos, Jacob ya no gritaba y Edward lo había soltado, tenía una sonrisa macabra.

Había matado a Jacob.

-Si no estás conmigo no lo estarás con nadie. – Dijo calmado. Yo tenía miedo, por mi vida… Y Jacob comencé a llorar, él se acercó para abrazarme a lo que me corrí.

-¡Eres un monstruo! – Le grité llorando

- Del principio sabias que lo era, por eso me fui bella, para que tuvieras una vida normal, pero cuando Alice me contó que estabas con Jacob me volvió loco, tu eres mía y te lo demostraré.

Antes de que pudiera decir algo o hacer algo, me tomó a la fuerza y me llevó a la cama al lado del cuerpo de Jacob, yo luchaba para que me soltara, pero él era más fuerte que yo, pensé muchas cosas que él podría hacer pero hizo algo que le pedí hace mucho tiempo.

Me mordió, me sentía mareada, pero paró, yo estaba mareada y con sueño, lo último que escuché fue

-Bienvenida a tu nueva vida Bella