Primero que nada, les mando un saludo con todo el cariño del mundo. Es momento de darle un poquito más de cuerda a los fanfics de Sono Hanabira, pero antes de continuar les invito a pasarse por mi perfil, donde tengo ahora mismo una encuesta en la que hay una lista de fanfics a hacer en el futuro, y pueden participar eligiendo la opción que saldrá ganadora. Y sí, hay opciones para SonoHana y otras opciones, en caso de que se interesen por otras series. Y de no poder votar por allí directamente, también pueden hacerlo a través de sus comentarios. Y ahora sí, empecemos.
Cosa de genes
A mitad de la plaza, disfrutando de unas deliciosas crepas pagadas por la rubia, estaban Mai y Reo. Ambas contemplaban entretenidas lo que transcurría a su alrededor. Siendo un día bastante común y sin nada extraordinario que pase por allí, cualquiera podría aburrirse al no encontrar nada especialmente entretenido, pero Mai conseguía darle vuelta a la cosa con un buen toque de imaginación que a Reo venía agarrando desprevenida de tanto en tanto, pero igual Reo no protestaba mucho debido a que al menos así también se sentía entretenida. En resumen, Mai andaba inventando historias que enganchaban a su novia.
─ Y mira a esos perros de ahí ─ Mai señala con la mano.
─ ¿Eh?
Eran dos perros, al parecer callejeros, pues ninguno llevaba collar, ni había nadie que les estuviera prestando mucha atención fuera de ellas. Ambos se olisqueaban un rato y jadeaban mientras movían la cola. Reo no le veía gran cosa a eso, si eso era lo que normalmente hacían los perros callejeros.
─ ¿Quieres saber qué están haciendo? ─ dice Mai haciéndose la interesante?
─ ¿Qué historia especial pueden protagonizar dos perros callejeros cualquiera que ni siquiera estamos viendo en un anime, Mai?
─ ¿O sea que no quieres saber?
─ Sí, claro que quiero saber ─ Reo baja un poco sus defensas, y es que realmente quería escuchar lo que tenía Mai para contar.
─ "Oh, perrita-chan, creo que me he enamorado de ti" ─ dice Mai poniendo voz masculina ─. "Yo también creo que me enamoré de ti, perro-kun" ─ interpreta ahora con una voz más femenina de la usual.
─ ¿Qué estás haciendo, Mai? ─ Reo no entendía qué estaba haciendo su novia.
─ ¿Acaso no es obvio? Estoy traduciendo lo que esos dos perros se están diciendo.
─ ¿Eso se puede? ─ Reo se acerca todavía más a Mai y la mira con ojos brillosos ─ Creí que relataría la historia de otra forma... ¿Y qué más se están diciendo?
─ Jeje. Bueno, entonces voy a complacerte, Reo ─ Mai se aclara la garganta para hacer la voz del perro macho ─: "¿Quieres vivir conmigo? Tengo un espacio bastante cómodo en donde podríamos estar, cerca del parque. Podríamos ver juntos el río".
─ Vaya. Para ser callejero es un perro aventajado ─ opina Reo.
─ "Oh, eso suena tan romántico, perro-kun. Sí me gustaría estar contigo..." ─ en eso se acerca otra perra, la cual se limitaba a olisquear el pasto, pero Mai aprovecha la cercanía a los otros dos ─. "Ten cuidado, perro-kun. Perrita-chan es malvada".
─ ¿Qué? ─ Reo se sobresalta por la sorpresa.
─ Sí. Míralos nomás ─ Mai se aguantaba las ganas de reír mientras señalaba nuevamente a los perros ─. "¿De qué estás hablando, intrusa? No le hagas caso, perro-kun. Llévame contigo y vivamos felices juntos". "Debes hacerme caso, perro-kun. Perrita-chan sólo te quiere por tus genes".
─ ¿Sólo por eso? Perrita-chan es malvada, entonces ─ Reo estaba a punto de levantarse de la banca, y entonces Mai no lo resiste más y se echa a reír ─ ¿Qué es tan gracioso, Mai?
─ Creo que te metiste más en la interpretación que yo. Es todo ─ Mai hace un esfuerzo por dejar de reír, se limpia los ojos y mira otra vez a los perros ─. Oh, mira. Están siendo correteados por esos niños.
─ ¿Pero esos perros estaban o no peleando por ver si los dos primeros se hacían pareja? ─ exige saber Reo confundida, casi dejando caer su crepa.
─ Nah. Yo creo que ya lo eran, o tal vez no. Quizás lo sabríamos si nos ponemos a averiguar, aunque eso tomaría tooodo el día. Y no te preocupes por ese "interés genético" de perrita-chan. Es más común de lo que parece.
─ ¿De verdad?
─ Reo, hemos recibido clases sobre biología que nos explicaban del tema una y otra vez, y al menos una vez debes haber visto algún documental sobre los animales y su reproducción ─ dice Mai con tono serio, aunque su gesto aún luchaba con el ataque de risa anterior ─. Ese interés es bastante normal, e incluso beneficioso. Es la manera en que las criaturas sortean adecuadamente la selección natural. Una hembra cualquiera elegirá a una pareja que sea fuerte, ágil, dominante, grande o hábil, pues así se asegura que su descendencia se verá beneficiada con los mejores genes. Es algo de lo que los propios animales no son realmente conscientes, pero igual los rige, y para su supervivencia resulta bastante necesario y justo.
─ Grr... Esa clase la olvidé completamente ─ Reo baja la mirada y se encoje en su asiento.
─ Eso lo puedo ver ─ Mai rodea con un brazo a su novia ─. Pero no te preocupes. No pasa nada.
─ Claro que pasa ─ responde Reo haciendo pucheros y se termina su crepa de dos mordidas ─. Si a eso vamos, no te estoy haciendo ningún favor con mi compañía. Soy tonta, frágil, muy dependiente de ti, debilucha, y ni siquiera se me da bien socializar, a pesar de todo lo que has hecho por mí para superar esa barrera para que hable con otras personas. Si por beneficio fuera, estarías mucho mejor con casi cualquier otra persona.
─ Yo no creo que seas ningún paso atrás en ese sentido, Reo, ni en ningún otro ─ Mai estrecha su abrazo y también se termina su crepa ─. Y no creas en ningún momento que nuestros hijos no sacarán nada bueno de ti, todo lo contrario, si no me veo sacando mejores resultados en el futuro con nadie más. Con mis habilidades y mi físico, sumado a su cabello, tus ojos y tu actitud tsundere, ten por seguro que nuestra descendencia dará el paso evolutivo que dé origen al ser humano definitivo.
─ ¿Por qué tenías que llamarme tsundere para decir todas esas tonterías? ─ Reo infla los cachetes con molestia, aunque sus brazos no hacen sino corresponder al abrazo de Mai.
─ Tan solo imagínate los niños que podríamos tener, con esa combinación tan genial... ─ es la manera en que Mai evade las quejas.
─ ¿Y si la cosa no sale como esperas? ¿Qué pasaría si sale con mi cuerpo y con tu forma de ser despistada?
─ Igual saldría adorable al mil por ciento. Reo, con las cualidades que tenemos las dos, una conjunción de nuestras características a buena ley nos saldría bastante bien. Es como te acabo de decir, la selección nos juega a favor, que ese interés genético que había explicado nos funciona bastante bien.
Reo suspira. Lo cierto es que con Mai era casi imposible discutir, más que nada porque casi siempre es quien hace de voz de la razón entre ambas, es quien da el optimismo cuando a Reo le flaquean los ánimos o ve las cosas de forma pesimista, y justo ahora era otra más de esas ocasiones. La verdad es que sí, a Reo le parecía genial tener un bebé con Mai, aunque preferiría que sacase más cosas de Mai que de ella. Así sí veía que sería un resultado lo bastante bueno.
─ ¿Quieres ir a otro lado, Reo?
─ Ahora mismo estoy cansada. Caminamos bastante por el centro comercial, aparte que me puse a correr bastante cuando visitamos ese criadero de pollitos, y ahora mis pies me están matando.
─ Bueno, igual no hay razón para sentirse mal, ojou-sama. Puedo llevarte cargando, sin ningún problema.
─ ¡Olvídalo, Mai! De ninguna manera haría algo tan vergonzoso aquí ─ Reo nuevamente muestra sus defensas altas.
─ Vamos, Reo. Piensa que si vamos ahora mismo a casa, aparte que podré hacer una exquisita cena también tendré tiempo suficiente para que nos pongamos a jugar a la lotería.
─ ¿A la lotería? ─ Reo estaba confundida.
─ Sí. Lotería genética ─ completa Mai con una sonrisa traviesa, y Reo se pone colorada.
─ B-bu... bueno... Pero sé rápida, que no me gusta que me vean siendo cargada ─ completa Reo con un hilo de voz.
─ ¡Pues no se diga más! ─ dice Mai antes de poner su espalda para que Reo se abrazara a ella y así pudiera llevarla ─ Sostente bien, Reo. Viajes Sawaguchi empieza su marcha justo ahora.
─ Serás tonta, pero creatividad no te falta ─ suelta Reo con un suspiro.
Fin
Y así se acaba esta historia cortita. Fue algo casual, principalmente porque me inspiré precisamente de un detalle casual que me pasó: Mi perro acercándose a una perra desconocida, y yo que casi le digo que no se acerque a esa criatura, que sólo lo quería por los genes xD. Ahí tienen de dónde lo saqué. Y ahora sí, me despido.
Hasta otra
