Todo bien, todo correcto y yo que me alegro.
Esta historia es un spin off, aunque con temática distinta ya que ahora será enfocado en dos personajes, pero de ahí, solo lean para que se den cuenta de que pasa aquí. Eso sí, más parejas aparecerán de fondo.
Por cierto, díganme que tal la imagen, la dibujé hace poco y me costó mucho trabajo hacerla. Joan en la izquierda usando la camiseta de México y una chaqueta celeste, aparte de llevar un poco de vello facial, aunque no se le note mucho. Esperanza por su lado lleva la camiseta de España y su falda rosa, créanme, su cabello lo tuve que colorear así ya que no tenía en mis colores el indicado y mi firma en la esquina inferior derecha. Espero que sea de su agrado.
Sin más, comencemos…
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Desde hace siglos, los españoles llegaron a tierras americanas en las que se establecieron, conquistaron, exterminaron a muchas razas indígenas, aunque no fue nada comparado al exterminio inglés, aunque al final de todo, los españoles lograron incluso casarse con los nativos en los que salieron los mestizos a lo que al día de hoy siguió.
Al día de hoy, el territorio de la Nueva España se independizó de tierra europea y de ahí surgieron varios países en los que habitarían los latinos.
Entre estos países, se encontraba un joven oriundo del estado de Culiacán en el norte de México de nombre Joan Carlos Fábregas Díaz de ojos cafés, cabello castaño y piel blanca el cual se había mudado junto con su padre y su hermana a Japón, esto porque su progenitor había conseguido un trabajo como maestro en la Academia Satogahama.
Los latinos en el extranjero a veces eran muy criticados, normalmente por el simple hecho de venir de otro país o las costumbres de estos, sin embargo, para el mexicano no fue nada malo ya que se adaptó bastante bien y se hizo amigo de varios chicos.
Aunque las chicas le llovieron, Joan no estaba interesado o no le atraía alguna chica de Japón, aunque este las consideraba bastantes lindas.
Después de 1 año de vivir ahí, pasó a su segundo año en Satogahama y el primer día ya estaba llegando por lo que se encontró con varios chicos con los que se consideraba mejores amigos.
- ¿Listos para el nuevo año chicos? – preguntó Yasmina mirando a los demás.
- Esperemos que sea igual de genial que el otro – dijo Kudo al lado.
- Lo dices porque Tsubasa-san aceptó ser tu novia – dijo Hibiki mirando a su mejor amigo.
- Igual te digo eso, Tomoe-san aceptó salir contigo a pesar de lo serio que eres.
- De suerte todos tenemos pareja – Souta miró a su hermano mayor, Akira, Yasmina, Kudo, Hibiki y Shinji – aunque Joan, ¿Por qué tú no tienes pareja?
- ¿Por qué? – el mexicano se quedó pensando – es que la verdad no tengo interés en alguna chica.
- Pero si varias chicas te tienen a la vista, es más, una de las más populares como lo es Honjou-Senpai te está tirando el rollo desde que comenzaste aquí en Satogahama.
- ¿Acaso no te atrae? – preguntó Shinzuke.
- Más o menos, simplemente no me llama la atención.
- ¿Y la amiga de Yoshimi-Senpai y Aoi-Senpai? – preguntó Yasmina mirando al mexicano.
- Oh sí, Tsukumo-san ¿verdad?
- Es linda y todo, pero intenté ligar con ella porque tengo que admitir que, si me atrajo un poco, pero al final creo que no es lo que buscaba.
- Ya veo – con eso, los demás solo iban caminando, aunque antes de que llegaran a la Academia, una chica iba corriendo y sin más, terminó chocando con el mexicano el cual iba un poco adelante de los demás y ambos terminaron cayendo al suelo.
- Santo putazo que te metiste – dijo el peli rosa y los demás fueron a ayudar a ambos chicos los cuales seguían en el suelo.
- ¿Están bien los dos?
- Que hostiazo me pegué – dijo la chica la cual con ayuda del mexicano se levantó – gracias… digo, perdón.
- ¿Hablaste español?
- ¿Me puedes entender? – la chica miró al castaño y esta se quedó mirándolo por bastante rato - ¿te conozco?
- Que yo recuerde creo que no – dijo Joan mirando fijo a la chica la cual poseía la piel ligeramente morena, cabello verde y ojos amarillos, cosa que llamó la atención del joven.
- Siento que te he visto a un lado, no te lo tomes a mal.
- Oye Joan, llegaremos tarde – dijo Kudo llamando la atención del castaño el cual solo asintió.
- Bien, bueno, creo que me voy, aunque miro por tu uniforme que vas a Satogahama ¿verdad?
- S-Sí, me transferí hace poco y la verdad es que es mi primer día – sonrió la peli verde – oye, si no es mucha molestia, ¿te puedo acompañar?
- No veo el problema, después de todo vamos a la misma academia – con eso, la peli verde solo caminó al lado de Joan, aunque los demás chicos no tuvieron ningún problema con eso.
- ¿Eres una Senpai verdad? – preguntó Hibiki a la peli verde.
- ¿Sen… pai? ¿Qué es eso?
- ¿No sabes que es un Senpai? – preguntó Souta a lo que la chica negó – son los alumnos que van un grado más arriba que uno.
- Sí, por tu corbata que es roja, da a indicar que eres de tercer año, por lo que eres nuestra Senpai – dijo Shinji.
- Ya veo.
- Por cierto, soy Joan Carlos Fábregas – dijo el chico en el que la peli verde quedó callada mientras se quedaba pensando en lo que el joven dijo - ¿pasó algo?
- ¿Carlos? – la joven mencionó esto y Joan se quedó pensativo por eso - ¿eres tu Carlos?
- ¿Por qué me llamas por mi segundo nombre? Que yo recuerde, solo mi hermana me llama por mi segundo nombre.
- ¿Te refieres a Claudia? – cuando la morena mencionó eso, Joan abrió grande los ojos ya que sus amigos eran los únicos que conocían a la hermana de este.
- ¿C-Como conoces a mi hermana? – antes de que el castaño siguiera, alguien venía de atrás de los demás.
- ¡Carlos, espérame! – la hermana mayor del mexicano estaba llegando – lo siento, pero es que me quedé dormida, me quedé mirando el maratón de Dragon Ball Z Kai y realmente es una mierda y…
- ¡Claudia! – la peli verde miró a la peli negra la cual se quedó pensando un poco hasta que se dio cuenta de quién era.
- ¿Esperanza? – la peli verde asintió - ¡no me lo creo amiga! ¡Realmente eres Esperanza!
- ¡Sí! – con eso, ambas chicas se abrazaron bastante fuerte lo que causó más impresión en todos los presentes.
- ¿E-Esperanza? – la mente de Joan trató de hacer conexión hasta que finalmente recordó a la chica - ¡no me lo creo Esperanza! ¡no te recordaba!
- Que mente tan vaga Carlos, pensé que recordarías a tu amiga de hace años, es más, me alegré mucho al verte.
- Oigan, ¿Qué demonios pasa? – preguntó Hibiki mirando al trio los cuales se siguen saludando.
- Lo siento chicos, es que la verdad no me acordaba de ella – el joven castaño les presentó a la peli verde – amigos, ella es vieja amiga Esperanza Cortés del Rio, perdón si no te reconocí, es que han pasado años desde que nos vimos.
- Sí, ¿Cuánto ha pasado?
- Unos 5 años, creo que fue más cuando te fuiste a Estados Unidos con tu papá si no me equivoco ¿verdad?
- Sí – con eso, los demás solo se fueron a la academia en la que unos minutos después, las clases iniciaron en su primer año.
Luego de los protocolos de inicio, la ceremonia de inauguración y la presentación, todos fueron a sus distintas sulas para iniciar clases, eso sí, siempre había varios alumnos nuevos. En el caso de Joan, en su aula llegó un estudiante de Honduras de nombre Ramón Antonio Maldonado con el cual congeniaron bastante bien con solo iniciarse.
En el aula de Claudia, Esperanza fue la alumna nueva proveniente de otro lado, aunque se sorprendieron bastante cuando dijeron que era de España y Honjou no estaba nada feliz cuando de solo ver eso, ya que no le gustaban bastante los españoles, cosa que correspondió Esperanza ya que odiaba a los ingleses.
Las clases iniciales fueron normales, aunque cuando llegó la hora del almuerzo, todos se reunieron como siempre, esta vez en la cafetería de la academia, aunque con las dos nuevas implementaciones al grupo como lo era el hondureño y la española.
- A ver, déjame ver si entendí – decía el peli negro japonés – tú y ella son amigos de infancia junto con tu hermana.
- Así es, hace tiempo que no nos veíamos con Esperanza – dijo Claudia – recuerdo que te fuiste del barrio y eso realmente me puso triste porque creí que no volvería a ver a mi mejor amiga.
- Fue difícil honestamente – dijo la peli verde – cuando volvimos a España realmente fue difícil adaptarme de nuevo ya que como sabes pasé muchos años en México, pero que bueno que coincidimos en la academia.
- Entonces ustedes son amigos de infancia – preguntó Tsubasa a lo que los 3 asintieron – y pensar que no son del mismo país.
- Lo que pasa es que cuando tenía 4 años me mudé a Culiacán con mis padres y como éramos vecinos con Carlos y Claudia, nos llevamos bastante bien desde entonces, sin embargo, estuvimos juntos hasta que Carlos se fue con su padre a Estados Unidos cuando cumplió 12.
- Eso fue porque mi padre había conseguido un trabajo en Nueva York y no lo quería dejar ir solo, además de que quería aprender inglés – explicó el castaño.
- Resulta que a los dos meses que se fue Carlos, mis padres fueron contactados por su empresa en la que trabajaban para volver a la sucursal en España, cosa que nos obligó a irnos de regresó a pesar de que ya tenía la nacionalidad mexicana por haber pasado más de 5 años allí.
- Lloramos mucho cuando nos despedimos – dijo la Fábregas mayor recordando ese triste momento – aunque si hubiéramos tenido celular creo que hubiésemos cambiado números.
- Intenté llamarlos varias veces, pero no tuve éxito.
- Es que a los meses hubo un fallo en las instalaciones telefónicas y cambiaron todos los números de la zona por lo que nuestro antiguo teléfono quedó descontinuado.
- Aun así, me alegra bastante que nos volviéramos a encontrar – dijo la española – realmente me gustó bastante.
- Igual a mí, por fin puedo volver a ver a mi mejor amiga después de muchos años – sonrió Claudia chocando las manos con la chica de cabello verde.
- Es una buena historia, realmente es bastante bueno – dijo Ramón al lado de Joan – se ve que estás muy emocionado.
- Hostia tío, ¿hablas español también? – preguntó Esperanza al hondureño el cual asintió – vaya, pero ¿de dónde eres tío?
- De Honduras, recién me mudé aquí y bueno, aun no tengo ni idea de lo que se hace en Japón, he escuchado sobre los nombres, pero de igual forma apenas estoy aprendiendo.
- No sabía que había otro extranjero aquí – dijo Nakano la cual sacó su libreta y solo miró al moreno – ¿vienen del mismo continente que Joan-san?
- Sí, venimos de Latinoamérica, solo que yo vengo de más abajo, vengo del centro.
- Desde que se te ven los rasgos faciales uno se da cuenta que no son japoneses.
- Aunque debo admitir que ella es muy linda – Yasmina miro a Esperanza, aunque se enfocó mucho a los pechos de la peli verde.
- ¿Qué miras Daisuke-kun? – dijo Aoi mirando al peli rosa mientras era envuelta en un aura negra.
- ¡N-No, no miro nada, lo juro!
- Haces alguna cosa con ella y te castro.
- S-Sí, lo prometo Aoi-Senpai.
- Por cierto, ¿tienen pareja? – preguntó la española a los chicos los cuales la mayoría asintió – vaya.
- Aquí están sus novias – Joan señaló a Tsubasa, Tomoe, Akane, Aoi, Yoshimi, Waka y Nozaki las cuales se sonrojaron un poco.
- ¿Y ustedes? – Esperanza miró a Nakano, Shinonome, Kurashiki y Tsukumo las cuales solo pensaron un poco la respuesta.
- No me interesa eso – fue la única respuesta la peli roja.
- Lo mismo digo, no estamos en edad de eso – dijo Shinonome.
- Por eso sigues soltera – respondió la peli mostaza a lo que la peli azul se molestó por eso, pero se aguantó a no decir nada.
- La verdad es que tengo bastante trabajo en el Consejo, así que no creo que sea tiempo para eso – Tsukumo fue la siguiente en hablar y solo puso algo incómodo a Joan el cual recordó cuando quería ligar con la peli negra de expresión monótona, la cual al final no pareció interesarse en el chico y este terminó rindiéndose.
- Por el momento me he concentrado en el periodismo, por lo que creo que no he tenido tiempo de conocer a algún chico – la peli verde fue la siguiente en hablar.
- ¿Y tú Claudia? – Esperanza miró a su mejor amiga – déjame adivinar, tus noviazgos han sido fracasos.
- E-Es que… - Claudia no tenía una repuesta que darle y es que las relaciones que quiso tener terminaron mal, aunque esto era más por parte de ella la cual era bastante desconsiderada en ese término ya que olvidaba citas, se levantaba bastante tarde y a veces era algo toxica, por lo que sus relaciones no terminaban nada bien.
- ¿Y tú Carlos?
- N-No, sigo soltero por el momento – cuando el castaño dijo eso, parecía que Esperanza se ponía bastante feliz, aunque no lo mostró.
Después de todas las presentaciones, el receso terminó y sin más volvieron a clases en lo que pasaron varias horas hasta que salieron.
Los chicos iban con su respectiva pareja, las chicas que no tenían una se fueron por su lugar. Ramón se fue a su apartamento luego de ese día mientras que los hermanos Fábregas y Esperanza iban juntos caminando juntos.
La casa de la española quedaba en otra dirección, por lo que antes de separarse, esta solo se despidió de ellos y eso sí, cambiaron números para hablar por teléfono.
Cuando ambos hermanos llegaron a su hogar, los dos se fueron a sus habitaciones. Como el padre de ambos tardaría en llegar, entonces aprovecharon a hablar un poco con varios de los chicos que conocieron, aunque el castaño estaba hablando un poco con la española.
Joan. Por cierto, ¿Cómo te has sentido desde que llegaste a Japón?
Esperanza. Bastante bien, aunque me daba cosa no conocer a nadie jeje.
Joan. Solo tenía a mi hermana conmigo, pero de igual forma hemos formado varias amistades, todos son bastante amables.
Esperanza. Por cierto, Carlos… ¿no tienes a alguien que te guste?
Joan. ¿Alguien que me guste?
Esperanza. Sí.
Joan. No… me atrajo alguien, pero al final no pasó nada, ni siquiera entramos en detalle. De igual forma, lo superé y ahora estoy feliz, pero quien sabe, a lo mejor no encuentre a una mujer que me guste aquí en Japón.
Esperanza. A lo mejor la persona de la que te enamoras está más cerca de ti, yo tampoco he tenido a alguien, de hecho, la persona de la que he estado enamorada no sabe de mis sentimientos por él.
Joan. Deberías decirle, a lo mejor te corresponde.
Esperanza. Lo pensaré, de igual forma me alegró volver a ponerme en contacto con él, así que creo que esperaré un poco más
Joan. Bien, espero que tengas suerte.
- ¡Carlos, tengo hambre! – exclamó Claudia la cual se asomó por el cuarto del castaño.
- ¿Por qué no te haces algo de comer? – en eso, Joan miró como su hermana se puso azul - ¿Claud?
- S-Sabes que no puedo cocinar y toda mi comida se quema… por favor Carlos, moriré de hambre.
- Lo dice la tipa que se comió el otro día en una sola cena 6 hamburguesas normales, 2 Big Mac, junto a ello dos órdenes de papas, un sándwich de jamón, dos burritos, una orden entera de alitas de pollo y una Coca Cola grande de 1.5 litros. Y recuerda que llegando a casa compraste un cupcake de chocolate como postre.
- Carlos – la morena se acercó a él con lágrimas en los ojos – tengo mucha hambre, por favor, hazme una orden de tacos o unas enchiladas, por favor.
- Bien, lo haré.
- ¡Gracias!
- Oye, lo haré, pero solo para mí, tu deberás hacer tu comida, ya tienes 17 años – con eso, el castaño se fue de su cuarto dejando a Claudia boquiabierta.
- ¡Pero Carlos, tengo hambre y no sé cocinar! – la chica fue tras el joven el cual solo fue a la cocina a hacer su comida escuchando los ruegos de su hermana.
Mientras que, en la casa de la española, esta estaba mirando el techo de su habitación y solo se le vino a la mente Joan.
- ¿Quién diría que me volvería a encontrar contigo Carlos? – la peli verde solo sonrió mientras ponía sus manos en la zona del corazón – ojalá… puedas corresponder mis sentimientos.
Con eso, iniciaría la historia entre ambos chicos los cuales, sin saber, podrían comenzar algo más que solo amistad.
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Continuará…
