Minific
Reto BERTFANS
Festival de Mayo 2021
Alguien
Por Mayra Exitosa
Candy viajaba en un auto, meditaba lo que había hecho, pero ella no podía hacerlo, no así, obligada con alguien que no le era agradable, tenía que hablar con él, decirle, explicarle y si acaso era necesario implorarle, recordaba haber solicitado hacía meses que le repudiara y que no era merecedora de su apellido, ahora que le hicieran eso, había sido lo peor que tenía que enfrentar, por eso había escapado y fue a buscar el único camino que conocía, tenía que pedirle al Sr. Johnson que la llevara con el Tío Abuelo William, no podía quedarse en ese festejo de compromiso, por el simple hecho de que no iba a aceptar tal atrocidad, nunca en toda su vida se hubiese imaginado que Nie, precisamente él, le obligara a contraer nupcias, cuando le era completamente desagradable, de solo imaginarlo le daba cierta sensación de tranquilidad haber escapado.
Sabía que le debía todo lo que era, el conocer a Anthony, Archie y Stear, había sido algo que jamás olvidaría y agradecería eternamente, pero que le diera la orden de casarse con él, no podía hacerlo, antes tenía que decirle que su corazón ya le pertenecía a otro, que su vida no era la misma desde que él se había ido del departamento y la había dejado solo con una simple nota, ella no se cansaría de buscarlo, había ido a buscarlo tan lejos y resultó que ahí se encontraba Terry actuando, más no era a él a quien realmente buscaba, y verlo actuar ebrio fue triste, pero el ya había elegido su camino y el suyo estaba junto a Albert, cuando lo encontrara se iría con él, no había duda.
Ahora iba con el señor Johnson rumbo a Lakewood, para que la llevara a hablar con el Tío abuelo William y que no la obligara a cumplir ese compromiso que no le era para nada agradable, tenía que decirle todo acerca de cómo Niel y ella jamás serían una pareja, porque Niel no la amaba y mucho menos ella a él, no podía ni querría amar a Niel, porque Albert ya estaba en su corazón, ahora tenía que decirle que no deseaba ensuciar su apellido y que le había enviado una carta que tal vez no recibió donde le aseguraba que podía repudiarla y así poder vivir con Albert que aunque en aquel momento no tenía memoria, ya la había recuperado y ahora solo tenía que buscarlo, el era su amigo, su confidente, el hombre que siempre había estado a su lado, tenía que decirle al Tío abuelo William, que hacía poco se había dado cuenta que su corazón pertenecía a Albert y no sabía desde cuándo, pero el solo hecho de haberlo perdido, la hacía sentir miserable y no podía seguir sin saber donde se encontraba y si estaba bien, solo saberlo sano y feliz, la haría sentir tranquila.
- Señorita Candice, hemos llegado.
- Gracias señor Johnson, es usted muy amable, iré a hablar con él, verá que le explico que ese compromiso no es lo adecuado para mi y estoy segura de que él lo entenderá.
- Si señorita. Sé que él la entenderá, aun no comprendo como es que se dio ese compromiso.
- Gracias Señor Johnson. Cuídese mucho.
Candy corría por las escaleras rumbo a la mansión en Lakewood, tocaba la puerta del estudio, donde le habían asegurado que él se encontraba. Su corazón martillaba con tal celeridad que ella misma no podía creerlo, tantas veces que deseo verlo y hoy por fin ahí estaba, él se encontraba ahí, tocar su pueta y que su sonido de voz hiciera eco en la habitación, fue algo extraño, más abrió la puerta y vio a… ¡Albert!
La incredulidad de verse ahí fue muy extraña, no podía creerlo, insistía en que escapara y que saliera de ahí, que ella iba a ver a su padre adoptivo y que no quería que le llamaran la atención por estar en ese lugar, más verlo trajeado y bien, le daba una calma dentro de su ser, pero eso no quería decir que no le fueran a dar una buena llamada de atención, por sentarse tras el escritorio del Tío abuelo William.
Escuchar atenta que él le explicaba que ya no podía escapar de sus responsabilidades y que ese era su lugar, fue algo que al comienzo se le hizo muy desconcertante, más sus palabras le fueron explicando lentamente todo lo que ella creía y lo que realmente era, Albert era el tío abuelo William, el tío de Anthony, era hermano de su madre, le llevaba pocos años y su hermana no solo era mayor, sino muy joven cuando contrajo matrimonio y tuvo la dicha de ser madre, el parecido de Anthony y de él había sido algo que ahora comprendía, eran familia y cuando eran pequeños ambos se parecían aún más.
Salir a cabalgar juntos, le hizo recapacitar y seguir escuchando con tranquilidad todas las cosas que él por fin le explicaba, incluso como había estado ahí en su propiedad y los guardias del bosque no sabían quién era él. La partida de Stear lo hizo sentir muy triste y él estuvo ahí a la distancia de todos, manteniéndose separado, por así permitírselo. Más eso no menoraba la pérdida de sus sentimientos para quienes formaban parte de su familia y ahora habían partido.
- ¡Albert! Todavía no pudo creer que seas tu precisamente el Tío abuelo William, yo… tantas cartas que envié…
- Todas las leí Candy, y en mi ausencia, George se hizo cargo de ver por ti, más esa carta de que te repudiara, yo… Candy se ruborizaba, le explicaba que ella viviría con el hombre que estaba y que con él se quedaría. Albert notaba su turbación y ya no continuaba con ese tema, sin embargo, ella finalmente le comentaba,
- Vine porque… porque yo no pudo creer que quieras que me case con Niel.
- ¡Qué! ¿Quién dice eso?
- Me dijo la Tía abuela que era una orden del Tío abuelo William y yo, no podía negarme, puesto que era mi tutor legal.
- ¡Candy! Yo no di ninguna orden, tranquila. Ella estaba angustiada y él como siempre la abrazaba y se aferraba a ella meditando porque habían hecho algo en su nombre, cuando era una mentira, cuantas cosas estaría haciendo su Tía abuela para tomar decisiones así, tan mal estaban las cosas.
Candy y Albert habían visitado la cabaña y algunos animales se encontraban ahí, ambos caminaban y acariciaban a los pequeños seres que atraídos por lo que Albert siempre hacía al atenderlos, esperaban ver que les haría ahora, más ella continuaba seria y analizando que él no le había dado esa ordene, por lo que estaban tomándose atribuciones que no eran ciertas y para colmo la iban a obligar aceptar a Niel, cuando eso no era realmente orden del Tío abuelo William.
Candy se recargaba suspirando a lo que tenía que irse a enfrentar, decirles que no era orden de él y que,
- Candy, no te preocupes por nada, arreglaré eso, te aseguro que pudo ir y decirles que no di esa orden,
- Pero Albert, tu no debes dejar verte, no creo que sea necesario, yo puedo…
- Candy, si algo sé, es que te conozco bastante bien y sé que tienes el valor de hacerte respetar, confío plenamente en eso, más si se utilizó mi nombre y con ello te estaban obligando a aceptar una situación tan vergonzosa como esa…
- ¡Albert! Ahora que se quien eres, tengo más fe en que puedo enfrentarme a ellos…
Albert tomo sus manos y ella lo abrazo de manera efusiva de su cintura y él hizo lo mismo aspirando su cabello, recordando esa ultima carta en la que le decía que la repudiara porque desde hacía tiempo vivía con un hombre al que apreciaba mucho y se quedaría con él. Eso le daba la esperanza de lo que creía haber perdido, más todavía saber que la envío a encontrarse con Terry y no se quedo con él, sino que regresó para seguirlo buscando y al no encontrarlo se topo con su familia, la cual al pensarla sola, y que no estuviera él, ellos debían tener un plan para con Candy, siendo su hija adoptiva y él sin aparecer, podía ser la heredera universal de él y ahora lo entendía, Candy en eso abrazada fuertemente suspiraba y el sonreía, se separaba un poco y bajaba su rostro acercándose a ella y notando como se ruborizaba por lo que hacía, valientemente le daba un beso en su nariz y ella le regalaba una sonrisa radiante arrojándose con los brazos en su cuello, eso le hizo fácil elevarla y girar con ella, entre esos giros terminaron sus rostros más unidos y tomo sus labios con apremio, fue un imán que no pudo evitar, su beso fue correspondido y ambos continuaron así unidos por algunos minutos, brindándose lo que los dos deseaban desde hacía tiempo y que se habían negado por el respeto mutuo que se tenían, más eso no evitaba que ellos ahora estando solos disfrutaran de tenerse y porque no, demostrarse lo que ya en palabras no podían decir, pero en hecho podían ampliamente disfrutar.
Sus bocas se entregaban mientras aún permanecían con sus ojos cerrados, como no queriendo ver lo que hacían más sentirse correspondidos, les daba la oportunidad de decir lo que sus corazones contenían, un amor limpio, puro y que ya no tenía razón para ser ocultado por más tiempo, Candy estaba completamente en sus brazos, ella aferrada a su cuello y él la sostenía de su cintura, más eso los mantenía unidos sin quererse separar ni un solo instante, no siempre podían regalarse la honestidad de sus sentimientos y ahora que lo hacían parecía desbordarse en ese cariño que ella le demostraba al permitirle besarla y corresponder cada uno de sus besos, era tan bella y una mujer valiosa infinitamente, le debía su recuperación y por nada del mundo permitiría que alguien le obligara a estar en un matrimonio que el jamás le hubiera pasado por su mente.
Candy suspiraba despegándose lentamente de su boca, más no le soltaba su abrazo y él tampoco lo hacía, sus miradas se regalaban brillantes y anhelosamente la luz que de ellos reflejaba, él la quería y eso que acababa de ocurrir le respondía a todas aquellas cosas que él le hacía sentir, con él despertaron emociones que nunca antes se había permitido imaginar, no era un sueño, era real y su suave sonrisa le hacía agitar en esos instantes más aun su ya acelerado corazón, mismo que al estar tan estrechamente unidos, se sentía entre ellos, un corazón con otro latiendo emocionados por encontrarse al fin.
La cabaña fue testigo de ese amor que por fin brotaba a raudales, ya no había dudas, no había temores, todo estaba dicho, ellos se querían y no podían continuar escondiéndose uno del otro, siempre fueron libres, se guiaron por el mundo de distintas formas, más cuando se encontraron se supieron seguros unidos uno al otro, y estar ahí, era comprobar todas aquellas ocasiones que su amor se fue mostrando una y otra vez hasta el instante en que ya no lo dejaron dentro de si y salió inesperadamente y a la vez desbordando por sus rostros, sus cuerpos y todo su ser, habían salido a cabalgar y horas después los sorprendió la obscuridad de la noche, más ellos se iluminaban al sentirse por fin correspondidos, no necesitaban palabras solo se sentían algunos suspiros, no se soltaban las manos, luego de dejar los caballos, pero eso solo fue el comienzo de enfrentar juntos un futuro en el que ya nadie jamás podría separarlos.
FIN
Reto grupo BERTFANS para el Festival Mayo 2021
Inspirada en la historia original de Candy Candy, en los videos tan hermosamente diseñados por algunas amigas
y sobre todo en el romance que deseamos transmitir a quienes nos leen y sabe que tener un amor así
no solo roba suspiros sino nos hace soñar e imaginar un mundo donde el amor prevalece y sobresale de toda situación,
por muy difícil que parezca, con sincero aprecio y valioso respeto a todas aquellas que hacemos videos, imágenes y escritos
tan hermosos que se quedan en los recuerdos de cada una de nosotras aun a pesar de los años
y de que ya no los veamos, seguirán en nuestros pensamientos,
Un abrazo a la Distancia
Mayra Exitosa
