Preparen sus plumas y teclados Semana IchiRuki 2021

La Semana IchiRuki 2021 de Seireitei Discord Server será del 16 al 22 de mayo. #irweek2021

Día 1: Me juré a mí mismo solo un beso... solo una vez.

Sinopsis: Un beso, me juré que sería sólo un beso. A veces las promesas rotas son las mejores. Secuela de "En el umbral donde habitan los dioses".


— Tienes que... irte— Dijo Ichigo sofocado—, Rukia.

— Tú eres quién... ah... no me deja ir, Ichigo— Ella gemía al sentirlo entrar y salir de ella lentamente.

— Primero, ah... dame un beso— Comenzó a besar su delicado cuello dejando marcas por donde pasaban sus labios.

— ¿Sólo uno?— Ella acarició su espalda hasta llegar a uno de sus glúteos y apretó un poco más contra ella.

— Tal vez, más de uno...— Dijo antes de unos sus labios con los de ella.

Tum Tum

Se escuchó el golpe contra la puerta de la recamara de Ichigo, pero ellos prefirieron ignorarlo y concentrarse en seguir haciendo el amor.

— ¿Kurosaki-sama?— Era uno de los sirvientes de Unohana-no-Mikami que sonaba apenado por los gemidos que la pareja no hizo el más mínimo intento de ocultarlos— Disculpe que lo moleste, pero no encontramos a O-Gekko-sama...

Ni Ichigo ni Rukia respondieron y las flores que se formaron debajo de ellos se volvieron más coloridas y abundantes.

— Ahhh...— Se orgasmearon al mismo tiempo e Ichigo volvió a besar a Rukia, rompiendo la promesa de darle sólo UN beso, quién sabe por cuantas veces.

— ¿Me escuchó, Kurosaki-sama?— Volvió a preguntar a gritos el sirviente.

—... No, no la he visto— Bromeó Ichigo con Rukia, que le dió un pequeño golpe en el pecho— ¿Por qué?

— Unohana-no-Mikami me pidió que le informara que Matsumoto-no-Mikami estaba por llegar al palacio— Dijo el sirviente con voz temblorosa por la pena, aunque se notaba que sabía que ella se encontraba en habitación.

— ¡Haha-ue!— Gritó Rukia y salió corriendo de la cama, de la que flores formaron una separación para permitirle el paso.

— ¿Qué dijiste, Rukia? Creí que no sabías quién era tu madre— Le preguntó mientras la veía recoger y vestirse su camisón de dormir, que era casi transparente, apurada.

— Luego te explico, es complicado— Le dio un beso que Ichigo intentó volver apasionado antes de que Rukia lo alejara.

— Ahora no, Ichigo— Dijo Rukia algo falta de aire, aunque no alejó su zona genital de la de él—, tengo años de no ver a Haha-ue, no desde que Aizen...

Ichigo la calló con un beso para sacar a ese monstruo de sus pensamientos.

— Vete, no tienes que explicar más— Dijo Ichigo.

Rukia sonrió y salió corriendo para irse a arreglar a su habitación para recibir a Matsumoto-no-Mikami.

— Je, je, je...— Soltó una risita Ichigo al recordar la noche anterior.


¿Rukia, qué haces aquí?— Dijo sorprendido al ver a su 'prometida' en su habitación en la madrugada cuando debería de estar descansando para la ceremonia oficial de su matrimonio.

Vine a desearte buenas noches— Dijo Rukia con las mejillas de un carmín precioso y con ese camisón que la hacía lucir más deliciosa al no ocultarle nada de su figura.

Ichigo también se puso rojo, estaba desnudo bajo las sábanas y con una erección que iba a atender inspirándose en la memoria de ella.

Yo...— Ella se acercó a la cama y se sentó junto a él, dejándolo sin habla— ¿juras que sólo es eso?

¡Lo juro!— Dijo Rukia, aunque había posó su mano sobre su muslo.

Ichigo pegó su frente con la de Rukia y frotaron sus narices. Era una forma de saludarse y despedirse entre ellos sin tener que caer en la tentación de buscar la superficie plana más cercana.

Buenas noches— Dijeron los dos.

¡Rukia, espera!— Ichigo la detuvo cuando ella se iba a levantar de la cama— ¿P-p-puedo darte un beso de buenas noches?

Juro que será sólo uno— Dijo Ichigo mientras subía y bajaba sus dedos por el antebrazo de Rukia.

Eso dijiste la última vez y tuvimos que retrasar la boda— Sus mejillas estaban rojas pero no lucía molesta, y su mano se acercó más a su zona genital, acariciando su verga con la punta de sus dedos por encima de la sabana.

Fuiste tú la que me pidió otro beso— Dijo Ichigo mientras la sentaba sobre su regazo con las piernas abiertas para que pudiera sentir el enorme deseo que sentía por ella y sujetarle el culo lascivamente.

Mentiroso— Dijo Rukia antes de pasar sus brazos detrás del cuello de Ichigo y recibir el beso exigente de Ichigo. El beso fue embriagador, sus lenguas jugaban a masajearse la una a la otra hasta que los dos se quedaron sin aire y se obligaron a romper el beso para no asfixiarse.

Huf huf— Respiraba Ichigo con dificultad y la ansiedad sexual acumulada en su vientre—, es hora de que te vayas a descansar— Aunque no la soltaba, al contrario, el agarre que tenía en los glúteos de Rukia se había vuelto un masaje.

¿Estás seguro...— Preguntó Rukia, mientras se quitaba el delgado camisón y lo aventaba para mostrar su desnuda figura—... de que no quieres otro beso?


— ¿Acaso, ustedes, no entienden?— Ambos estaban sentados frente a Unohana-no-Mikami, diosa, entre muchas cosas, de la salud, protectora de los enfermos y, dicen, antes de escoger esposos, de la guerra, pero ese sólo era un rumor que nadie quería confirmar— Es la tercera vez que tenemos que posponer la oficialización de su matrimonio porque no son capaces de respetar el periodo de celibato— Aunque la voz de la diosa era suave, hasta amable, el brillo oscuro y asesino en sus ojos hacía que escalofríos les recorrieran las espaldas.

— Lo sentimos mucho, su Divinidad— Dijo la pareja que estaba con sus cabezas contra el suelo en reverencia.

— Retsu, ya deja de regañarlos— Dijo una voz femenina que entraba en la sala del trono, que curiosamente estaba llena de armas, de la diosa de la curación. Era Matsumoto-no-Mikami, diosa del amor.

— Rangiku, no te metas en esto, tengo que reprender a estos.

— ¡Haha-ue!— Gritó Rukia que corrió a abrazar a la diosa que la recibió con sus brazos abiertos.

— ¿Por qué no lo haría si estás regañando a uno de mis niños?

— Yo soy la diosa que observa el pacto entre los planos en ausencia de Jushiro— Se refería a su segundo esposo, Ukitake-no-Mikoto, el justo y diplomático dios del conocimiento, que sufría de fiebres constantes que lo mantenían en cama. Aunque se sabe que la diosa disfruta mucho de ayudarle a recobrar la salud.

— Y yo la crié hasta que Gin se la entregó a Aizen a mis espaldas— Reclamó, todavía molesta porque el consejo de divino le negó el derecho a rescatarla del reino del agua y la lluvia—. Además ya están vinculados por el hilo rojo.

— ¿Y si les consigo una anuencia?— Preguntó Rangiku que seguía sin soltar a Rukia, tenía más cien años sin ver a su hija— Además es mi culpa que ellos no puedan resistir mucho.

— ¿Qué quieres decir, Rangiku?— El peinado que sujetaba el cabello de la diosa se estaba deshaciendo por el aura de ira a su alrededor— ¿Qué hiciste?

—... Bueno, es que...— Matsumoto les hizo una señal a Ichigo y Rukia para que huyeran de la sala—... cuando me pediste que terminara de gestar a O-Gekko en mi vientre— Hizo un gesto circular sobre su vientre para indicar un embarazo— no pude resistir la idea de que viviera poco, como la mayoría de las ninfas de las flores comunes

— ¡Quinientos años no es poco tiempo!— La interrumpió Unohana exasperada.

— ¡Pues para mí sí!

— Bueno, ¿pero ya dime que hiciste?

— Invertí su ciclo reproductivo— Dijo emocionada.

— ¿Eh?

— Sí— Comenzó emocionada su explicación—, hice que en lugar de periodos cortos en los que puede quedar embarazada y tiene un aumento exponencial de su apetito sexual hasta quedar embarazadas, estos fueran largos y considerando que la vida de las ninfas se mide en el número de periodos fértiles que tienen... aunque también disminuye en gran medida la posibilidad de quedar embarazada.

— Y es contagioso a su pareja.

— Bueno, eso es un efecto secundario inesperado, je, je, je— Se rascó la cabeza nerviosa y apenada—. Lo importante es que mi bebé va a vivir muchos, mucho años, ¿no crees?

Unohana-no-Mika sólo se le quedó viendo, con una vena de su frente palpitando visiblemente, tratando de contener su furia a la alteración del intrincado trabajo que había hecho hace trescientos años.


Después de que lograron calmar a la diosa, que no fue fácil, esta les ofreció la anuencia del requisito. Especialmente cuando arribaron las comitivas para atestiguar el matrimonio.

La boda oficial era el evento más esperado del año, especialmente por los múltiples retrasos por culpa de los novios. Cientos de dioses y semidioses se presentaron a dar sus respetos a los novios. También muchos aprovecharon el evento para intercambiar chismes o formar alianzas.

La novia recorrió el pasillo con la mayor de las elegancias, al final del pasillo la esperaba Ichigo, vestido con las ropas más finas y de colores que complementaran a la novia. Si bien todos los dioses estaban invitados, algo que se hizo notar fue la ausencia de Gin-no-Mikoto, la lanza guerrera y que, en teoría, debería de ser el que acompañara a Rukia, al ser el 'padre' de la novia, hasta el altar. Si no hubiera embarazado al avatar humano de la diosa tal vez ahora gozaría de los favores de su esposa. Aunque el pequeño Toshiro estaba muy feliz de vivir con los Kurosaki e ignorante de su verdadero origen.

— Te ves hermosa— Ichigo la tomó de la mano cuando ella llegó junto a él, aún en contra del protocolo.

— Te ves muy guapo— Ella susurró y recargó su cabeza sobre su hombro, alegre de que por fin sean de marido y mujer de manera oficial.

— Jum, jum— Tosió Genryusai Yamamoto-no-Shigekuni, el juez que oficiará la ceremonia—, ¿podemos empezar?

La pareja se enderezó de repente, la mirada del anciano de barba larga ardía en llamas. Era la quinta vez que interrumpía sus actividades para intentar casar a esos dos.