"Podrías probar a ponerlo celoso."
Esa frase sacó de sus pensamientos a Kohaku. Levanto su rostro para ver directamente a su acompañante sentado frente a ella, una sonrisa juguetona en sus labios.
"No creo que sea una buena idea Gen." Se niega la rubia, sabiendo que sería un mal plan. "Si a Senku no le importa nada del romance, siento que es imposible ponerlo celoso."
La sonrisa de Gen pareció decaer un poco, pero siguió insistiendo. "Vaya vaya, y yo que creía que lo había visto enojado cada que hablabas muy animada con Ryusui." Agregó con una pequeña risa.
Era una mentira, Gen está seguro al 10,000 millones porciento que nunca ha visto una gota de celos en el rostro del científico, a veces se preguntaba si él algún día podría llegar a tener sentimientos relacionados con el romance, no específicamente hacia Kohaku, sino a cualquier persona. "¿Y si es gay?" Llegó a pensar el mentalista miles de veces. "No, si lo fuera ya se habría avergonzado con todos los hombres sin camisa que llegamos a tener en el reino científico." Descartó la idea de que al científico le gustaran los hombres.
"¡¿En serio?!" La sorpresa de Kohaku era palpable en el ambiente.
Gen se sintió mal de haberle mentido, pero decidió seguir con su plan. "Al menos pondré a prueba mi teoría de que es asexual."
"Claro que lo digo en serio." Responde Gen. "Y aprovechando eso, podrías intentar salir con alguien y poner celoso a Senku." Su sonrisa era forzada y sus manos jugueteaban en el aire. "Él se pondrá celoso, sacará su lado posesivo, ¡y te reclamará como suya!" Agregó lanzando pétalos de rosas al aire que siempre tiene guardados para sus trucos de magia.
La rubia lo pensó por un momento, sus rasgos de batalla haciéndola pensar en lo que podría suceder. "Bueno, lo peor que podría pasar es que no le preste atención a eso. Si eso pasa, puedo simplemente romper con el chico que estoy saliendo y listo." Kohaku pensó. Había más beneficios que riesgos, así que decidió darle una oportunidad.
Estuvo a punto de aceptar cuando se dio cuenta de otra cosa.
"¿Y quién va a ser mi supuesta pareja?" Le pregunta la rubia.
La sonrisa de Gen se hizo más grande. "Tengo a la persona perfecta."
"Esto es una mala idea y tú misma lo sabes."
"¡Vamos Chrome!" Se emociona Kohaku. "Estoy segura al 10,000 millones porciento que va a funcionar."
Chrome simplemente suspiró y se llevó la mano a la cara, ¿quién le había dado semejante idea a la leona? "Ese maldito mentalista." Pensó, Gen era el único que daba ideas tan locas.
Ambos se encontraban en la choza de Kohaku, sentados uno frente al otro. Chrome sabía que tenía algo en mente desde que la vio salir del observatorio del reino científico, dirigiéndose directa hacia él. Cuando lo llamó y le dijo que la viera en un rato en su hogar sabía que tenía algo en mente, aunque se esperaba de todo menos esto.
"Y yo estoy seguro al 10,000 millones porciento de que es una idea pésima." Sigue negándose el chico.
"¡Vamos Chrome!" Kohaku sigue insistiendo. "También puede servir para que Ruri se ponga celosa."
Esta frase hizo que el chico se detuviera a penar. ¿Podría Ruri ponerse celosa de que otra chica anduviera con él? Él ya le había dado suficientes pistas (según él) a ella, ahora era turno de Ruri de tomar la iniciativa. "¿Qué es lo peor que podría pasar?" Pensó el chico.
"Está bien." Se resignó con un suspiro. "Pero solo unos días, si no hay movimiento de ellos, rompemos inmediatamente, no me gustaría que me vieran con una leona varios días."
Y con un golpe por parte de la rubia, decidieron poner en marcha su plan.
"¡Atención ciudadanos del reino científico!"
El grito de Ryusui fue escuchado en toda la aldea, haciendo que todos los habitantes salieran de sus casas y se dirigieran a la zona científica fuera de la aldea, era muy común que tuvieran que dar anuncios generales así que ninguno se preguntó nada más cuando empezaron a llegar.
Este grito también fue suficiente para sacar a Senku de sus pensamientos y salir del laboratorio para mirar extrañado al capitán, al no haber dado ninguna orden para que llamaran a la aldea se molestó un poco. "¿Qué hacen Kohaku y Chrome con él? Y… ¡¿agarrados de la mano?!" Esto último sorprendió a Senku.
Ellos tres esperaron a que todos llegaran para dar un anuncio, la roca sobre la que estaban parados dándoles altura para que todos pudieran verlos. "Espero que esto funcione mentalista." Pensó Ryusui. "El trabajo que me va a poner a hacer Senku por interrumpir el día de trabajo va a ser un infierno. Todo sea por el romance." Sonríe un poco el capitán. El científico no hizo ademán de acercarse más a ellos, desde el marco de la entrada del laboratorio podía escuchar y ver todo perfectamente.
"Supongo que será algo muy importante para tener que interrumpir a todos, eh." Dijo una voz tranquila como un suspiro detrás de Senku que pudo reconocer inmediatamente.
"Si diera yo el anuncio sí sería importante." Dijo Senku un poco molesto. "Conociendo al idiota, ya no sé qué esperarme."
Ruri decidió no agregar nada más y se asentó a un lado de Senku, apoyando su espalda en la pared exterior del laboratorio, viendo como Taiju y Yuzuriha llegaban juntos a escuchar el anuncio, Ukyo sentado en un árbol como siempre y Francoise debajo de la piedra, pero de lado de Ryusui. Ruri ya no pudo identificar a nadie más porque empezó a hablar el capitán.
"¡El día de hoy estoy honrado de anunciar a una nueva parejita en esta aldea!" Gritó con emoción, agarrando las manos unidas de Chrome y Kohaku. "¡Chrome y Kohaku son novios!" El silencio que le siguió fue muy pesado, todos los de la aldea preguntándose cómo había pasado esto.
"¿Ehhh? ¿A Chrome no le gustaba Ruri?" Pensó Yuzuriha.
Poco a poco la aldea empezó a hablar en susurros. "¿En serio?", "No me lo esperaba.", "Pensé que la sacerdotisa iba a andar con Chrome.". Es lo que se podía escuchar entre las voces de los pueblerinos.
Pasaron varios minutos hasta que Ryusui decidió volver a hablar. "¡Eso fue todo, gracias por escucharme!"
Antes de bajar de la piedra, Kohaku y Chrome intercambiaron una mirada y decidieron buscar a Senku y Ruri con la mirada. Voltearon hacia el laboratorio y se sorprendieron al ver que ya no había nadie ahí. "¿No estaban ahí hace un momento?" Pasaba por la mente de ambos. Decidieron no prestarle atención y poner en marcha la siguiente fase de su plan, ponerse cariñosos enfrente de ellos para seguir dándoles celos.
¿Por qué?
Era la única cosa que pasaba por la mente de Ruri al ver a Ryusui levantar las manos de Chrome y su hermana.
¿Qué no Chrome le había dado tantas señales de que le gustaba? ¿Acaso él no entendía las que ella le daba? ¿Dónde estaba aquel chico que de pequeño le prometió tantas veces que la iba a curar? ¿Había olvidado todo eso? Ruri salió de sus pensamientos para observar a su acompañante. "¿Sentirá algo por Kohaku?" Se preguntó.
Senku, a su lado, simplemente bufó.
"¿En serio ese era el anuncio importante? ¿Gastamos tiempo valioso para que anuncien eso? Cuando vea a ese capitán pensará que está en el mismísimo infierno al ver el trabajo que le voy a poner." Dijo Senku en voz alta para nadie en general. Estuvo a punto de seguir quejándose y volver a trabajar cuando notó el rostro de Ruri, lágrimas amenazaban con salir de su rostro.
Contrario a lo que muchos piensan, Senku se preocupa mucho por sus amigos, y Ruri no era la excepción, era una de las pocas personas que nunca lo molestaban y siempre estaba dispuesta a ayudar, el científico la apreciaba mucho por eso, aunque no lo demostrara tanto. El chico decide hacer lo único que se le ocurre para animarla un poco. "Oye Ruri, tengo que recoger un poco de agua del río, ¿puedes ayudarme?" A Ruri le sorprendió un poco el tono suave que estaba usando con ella, pero decidió no comentar sobre eso.
"Claro me gustaría." Le responde con una pequeña sonrisa, quería alejarse de ahí lo más pronto posible. Senku entra al laboratorio por unas pequeñas cubetas para recoger agua, señalando a Ruri que lo siga.
En el camino al río, ninguno de los dos articuló palabra alguna, Ruri demasiado sometida en sus pensamientos y Senku respetando su silencio. El científico realmente quería decir algo para animarla, pero era pésimo para consolar a alguien, siempre le dejaba ese trabajo a los demás, bueno, ahora le tocaba a él.
A punto de llegar al río, Senku decidió hablar. "Supongo que a ninguno de los dos nos fue bien en el amor, eh." Intentó bromear un poco.
Para su sorpresa, Ruri rio un un poco. "No sabía que te gustaba Kohaku, Senku." Le dijo con una pequeña sonrisa.
"A decir verdad, no lo sé." Se rasca su oreja. "Nunca he sentido nada relacionado con el amor o con que me guste alguien. Todo lo que sé es de unas novelas que me ha prestado Yuzuriha y que leí simplemente por aburrimiento." Termina soplando su dedo meñique.
Ruri tarda un poco en volver a hablar. "He visto la forma en que la tratas, lo haces como nadie más." Acomoda un poco el cubo en sus manos. "Hace rato en el anuncio, no te enojaste solo por el tiempo perdido, ¿verdad?"
"10,000 millones de puntos para ti." El científico ríe un poco. "Es la primera vez que siento algo más que amistad por alguien, aunque estaba muy seguro que iba a salir mal, según una encuesta del antiguo mundo, el 84% de los primeros amores no son correspondidos. A veces sí pensaba que podría gustarle a ella, pero nunca esperaba nada." Era la primera vez que Senku se abría con alguien sobre su vida amorosa, y se sentía bien.
"Wow, no pensé que serías tan abierto conmigo Senku, gracias." La sonrisa de Ruri se hace un poco más grande.
"Junto con Yuzuriha, eres una de las pocas personas con las que puedo hablar de prácticamente todo y sé que me van a escuchar sin burlarse." Para sorpresa de la rubia, Senku le sonríe de forma sincera. "Tal vez Chrome también me escuche, pero es muy idiota con esto de los sentimientos." A la mención del castaño, la sonrisa de Ruri desaparece, los recuerdos de hace unos momentos frescos en su mente.
Senku al darse cuenta, se agarra la cara. "Demonios, lo siento, no lo hice a propósito."
"No te preocupes, sé que no lo hiciste." Después de esa frase, ambos vuelven a un silencio, el ambiente pesado entre los dos, pensando si deberían volver a hablar o seguir en silencio.
Llegaron al río y recogieron el agua. Ruri estaba a punto de regresar cuando se da cuenta de que Senku se sentó en una roca, sus pies casi tocando el río, cubeta olvidada a un lado.
La cabeza de Senku era todo un lío, sabía que un cerebro enamorado era el problema más ilógico. Aún así eso no evitó el sentimiento de tristeza y enojo que lo había invadido desde que vio a Kohaku agarrada de la mano de su compañero científico. "Debí haber evitado enamorarme." Murmuró en voz baja mirando hacia el río. Se sorprendió cuando escuchó una respuesta.
"Nadie puede evitar enamorarse." Le dijo Ruri sentándose a su lado, hombros prácticamente tocándose. "Al corazón no se le manda."
"¿Eso está en tu mitología de sacerdotisa?" Senku bromea un poco.
"La número trece de las cien historias." Responde Ruri. "Tampoco podemos decidir de quién nos enamoramos."
"Es posible, pero es difícil." Explica el científico. "Solo tenemos que hacer que nuestro cerebro genere dopamina, noradrenalina, endorfinas y feniletilamina cuando vemos a alguien."
"Entonces si dominas todas tus inas, ¿puedes decidir de quién enamorarte?" Ruri estaba verdaderamente curiosa.
"Es difícil, pero supongo que se puede intentar."
"Si tú pudieras decidir de quién enamorarte, ¿a quién elegirías?" Le preguntó. La sacerdotisa nunca imaginó estar hablando sobre amor y romance con la misma persona que veía el enamorarse como algo ilógico. Ruri no esperaba respuesta alguna, volvió su mirada hacia el río, preguntándose su fue prudente haberle hecho esa pregunta.
"A ti."
"Oh."
"…"
"…"
"…"
"…"
Le tomó un rato para procesar lo que había dicho Senku.
"¡¿Ehhh?!" Ruri prácticamente saltó sentada al darse cuenta de lo que había dicho su compañero, que la miraba con una pequeña sonrisa. "¡¿Por qué yo?!"
Senku solo rio un poco. "Si lo piensas es lo más lógico." Ahí iba otra vez con una explicación para el romance. "Eres la chica más cercana a mí que no tiene pareja, lo más lógico sería que me enamorara de ti."
"B-bueno tienes razón." Dice Ruri sonrojada jugueteando con sus dedos, mirando hacia el río. "¿S-solo por eso te enamorarías de mí?"
Senku volteó a ver a Ruri como si ella estuviera loca. "Claro que no." Niega inmediatamente. "También porque eres hermosa, tienes un buen carácter, me caes muy bien, por muchas razones me enamoraría de ti." Le dice como si fuera lo más normal del mundo. Si era posible, ella se puso más roja, no entendía cómo el científico le podía decir eso completamente serio, él nunca paraba de sorprenderla.
"¿Tú de quién te enamorarías?" Pregunta el científico regresando su mirada al río, algunos peces pasando por ahí, inadvertidos de lo que ocurría en el mundo exterior.
Ruri pasó un rato pensando la respuesta, no había parado de juguetear con sus dedos en ningún momento. Mirada fija al río, ella estaba segura que si volteaba a ver a su compañero, volvería a ruborizarse. Senku esperó por su respuesta pacientemente, la corriente del agua apaciguando sus pensamientos, el canto de las aves como una melodía de fondo, y un atardecer que acompañaba la escena de estos dos adolescentes.
La rubia seguía inmersa en su mente, pensando en las posibles respuestas que darle al científico. "¿Ryusui? No, es demasiado ruidoso para mí igual que con Gen. ¿Tsukasa? Es un buen tipo, pero es demasiado para mí. ¿Ukyo? No lo conozco bien, preferiría alguien que conozca. Chrome y Taiju ni pensarlo." Esos y varios nombres más pasaron por la mente de Ruri, hasta que se decidió por alguien.
"Supongo que serías tú."
"Entonces queremos enamorarnos uno del otro eh." Dice el científico riéndose. "Podríamos intentarlo."
La cara de Ruri ya estaba por estallar, la sacerdotisa estaba segura que se estaba sonrojando hasta los pies si era posible. Volteó a ver a Senku y se sorprendió al ver un pequeño color rojo en las orejas de él. "Entonces tú también te sonrojas." Pensó Ruri con una pequeña sonrisa.
Pasaron unos segundos cuando ella decidió bromear un poco. "Supongo que podríamos volver a casarnos."
"Oye, oye, tranquila." También bromea Senku. "Dame un beso primero."
A ella le sorprendió este lado bromista y pícaro del científico, pero no le molestó, le parecía lindo.
"Y yo que creía que era el hombre que tomaba la iniciativ- ¡hmph!"
Ruri calló al sentir algo en sus labios, por lo poco que podía pensar, identifico que era la boca del científico que decidió posarse sobre ella, también pudo sentir unas manos que se acomodaban en su cintura, al procesar eso su mente se apagó y decidió simplemente seguir la corriente, respondiendo al beso de Senku y pasando sus brazos por el cuello del científico, que sonrió en pleno beso al sentirla mover sus labios.
Siguieron besándose por unos segundos más, segundos que ninguno pudo contar por tener su mente puesta completamente en los labios del otro, decidiendo saborear lo más que pudieran de este corto pero inolvidable beso.
Fue Senku el que se separó primero, posando sus manos en sus hombros, mirando a la rubia con una sonrisa orgullosa, como si acabara de terminar uno de sus proyectos científicos. Ella se quedó con la mirada perdida por un momento, su mente olvidando todo lo ocurrido en el día, y enfocada en la persona que tenía enfrente.
Minutos de silencio pasaron hasta que la chica volvió a sus cinco sentidos, procesando todo lo que acababa de ocurrir, un rubor empezando a salir en sus mejillas, aunque con una pequeña sonrisa.
"Ruri." La llama suavemente Senku.
"¿Sí?" Fue lo único que pudo articular.
"Cásate conmigo."
"…Querrás decir que deshagamos el divorcio." Le responde sonriendo.
"Lo que se te haga mejor." Ahora la sonrisa de Senku era sincera y de felicidad pura.
El científico se separó más de ella para levantarse, tendiéndole una mano para ayudarla a pararse, mano que ninguno soltó de camino al laboratorio, tanta era su felicidad que olvidaron las cubetas en el río, pero no les importaba, solamente una frase pasaba por sus mentes.
"Tremenda sorpresa que se llevarán Chrome y Kohaku."
