Era impresionante lo que el veneno proveniente de un pez pudiera ser tan tóxico para el ser humano y por eso solo los valientes se atrevían a probar semejante manjar.
Valientes e idiotas. Idiotas como el muchacho que iba saliendo en una bolsa negra seguramente rumbo a la morgue, él simplemente aceleró la muerte del desgraciado cambiando la receta por la que le pidió su amigo.
—Está hecho, ya no molestarán a tu mayordomo .- soltó su cabello dejando que este volviera a su forma originalmente extraña, hablaba con desinterés, no era la primera vez que tenía que hacerle este tipo de favores a su amigo.
—¡Já! No me des los detalles camarada, te debo una grande, ese desgraciado no dejaba de molestar a mi Francois .-escucho una carcajada al otro lado de la línea, seguramente el maldito tendría una feliz noche, sin ningún resentimiento en su memoria.
—Si si. Ahora necesito saber que me ayudarás a pasar libre con eso .-rodó los ojos mientras rascaba su oído con su dedo meñique, detuvo sus pasos frente a un edificio de varios pisos viendo hacia un punto en especial-. Lo digo en serio Ryusui.
—¿Cuándo te he decepcionado amigo mío? .-escucho el sonar de unos dedos, con eso ya tenía su respuesta y simplemente cortó la llamada.
Siguió viendo por un rato más hacia la ventana iluminada de aquel edificio, ya eran las diez de la noche así que supuso que encontraría a la dueña de aquel departamento en camino a dormirse y automáticamente sus pies se movieron hacia la entrada del edificio, quizás estar con ella lo distraerá de pensar en lo que acababa de hacer.
Espero paciente a que el ascensor se detuviera y camino hacia la puerta del departamento en donde se leía "Yamaha Kohaku", sonrío maliciosamente antes de entrar, tenía las llaves hace mucho tiempo puesto que la misma dueña se las dio después de cumplir 6 meses de noviazgo, no le dio importancia... Ya había sacado una copia a los 2 meses de conocerla.
—¿Senku?... ¿Eres tú? .-sintió un escalofrío al escuchar la pregunta, pero se recompuso apenas la vio en con una de sus camisas y sin pantalones. Una imagen digna de admirar.
—¿Esperabas a alguien más Leona? .-se quitó el polerón tirándolo sobre el sillón de la sala caminando hacia ella sonriendo de lado, si tan solo supiera lo que acababa de hacer hace unos minutos ¿Lo seguiría viendo con ese amor con que lo estaba viendo ahora? No, seguramente no.
—Idiota .-Kohaku sonrió ampliamente mientras abrazaba al albino por el cuello, lo había visto en la mañana, pero esa visita sorpresa era lindo-. Creí que tenías que hacer cosas hoy.
—Ah, sí. Las termine temprano y le dije al viejo que me quedaría aquí hoy .-abrazó la cintura de la rubia atrayéndola hacia él mientras besaba su mejilla y olía un poco de su aroma, ese aroma que lo volvía loco-. ¿Qué hacías despierta? Generalmente duermes a esta hora leona.
—Oh, tarea. Tengo un trabajo en parejas con un chico llamado Titán de mi clase de inglés, creí que te lo dije. Estaba hablando por video llamada con él para terminar algunos temas, sinceramente es un poco lento y me molesta que no se lo tome en serio, pero ya acabamos .-su cara pasó de una sonriente a tener el ceño levemente fruncido. La verdad sea dicha, le costó mucho trabajar con aquel tipo, pues sentía que se le estaba insinuando cada cierto tiempo.
—Ya veo, por lo menos ya acabaron .-acaricio su cintura suavemente mientras la pegaba más a él, no le gustaba para nada la idea de pensar que aquel desgraciado la hubiera visto vestida solo con aquella prenda, subió su mano lentamente por su espalda delineando su columna y se dio cuenta de un detalle que lo hizo fruncir el ceño e alzar la ceja-. ¿Por qué no traes sostén?
Kohaku se estremeció en su lugar, la voz de su novio había sonado bastante enojada y cuando vio sus ojos, aquellos rojos rubí levemente oscurecidos supo que estaba molesto.
—La verdad me acabo de cambiar para dormir... .-era verdad, pero su voz no sonó tan convencida por lo nerviosa que la ponía aquella mirada, la cual ahora mismo la estaba viendo de arriba a abajo y eso sumado a que Senku no dejaba de acariciar su espalda-. Como creí que no te vería hoy me coloque la camisa que dejaste aquí para dormir...
Senku recorría con su vista el cuerpo de su novia, desde sus hermoso ojos aguamarina hasta sus piernas perfectamente tonificadas debido a todos los deportes y actividades físicas realizadas por la chica, la respuesta de ella no lo convenció del todo, pero decidió jugar con la última parte y acercó sus dedos a los botones de la prenda blanca.
—Pues ahora estoy aquí Leona .-susurro contra sus labios mientras desabrochaba de apoco los botones, deteniéndose solo para tomar su mentón-. Así que ya no la necesitas...
Y la besó con furia, poseyendo su boca mientras la pegaba aún más si es que se podía, sinceramente verla con su camisa solo le provocó pensamientos indecentes.
Pensamientos que logró realizar mientras la hacía suya, porque Kohaku solo era suya y nadie se interpondría entre ellos.
El laboratorio de la universidad le provenía de químicos y materiales extremadamente peligrosos, pero el siendo uno de los mejores alumnos podía utilizarlos sin ningún reproche, puesto que los maestros estaban acostumbrados a verlo trabajar en sus propios experimentos, aun siendo fuera del horario de clases.
Aunque por supuesto, él no era el único que ocupaba el laboratorio, la mayoría del alumnado tenía clases allí, así que simplemente tuvo que descubrir que se repasaría en la clase de la próxima escoria a eliminar
Mozu Yagami, miembro activo del club de artes marciales de la universidad y el maldito acosador de su Leona. Le mando advertencias leves, demasiado leves para lo que estaba acostumbrado, la verdad era que no veía la hora de deshacerse del nombrado. Averiguo con la ayuda de uno de sus amigos, Asagiri Gen, quien compartía clase de química junto al bastardo. Descubrió que tendrían un repaso de las propiedades del Ácido Sulfúrico... ¿No podía ser más fácil?
Obviamente se tomaron las precauciones dentro de la clase, así que fue paciente y esperó a que se hiciera tarde, Kohaku le había dicho que hoy la práctica se iba a prolongar hasta más allá de las ocho de la noche, pero como está debía de estudiar para inglés avanzado se saltaría la practica.
Cuando dieron las ocho con tres vio a su objetivo salir en compañía una chica que reconoció como Kirisame, al parecer Kohaku no era la única a quien acosaba y eso le hizo hacer una mueca de asco, ¿Qué clase de hombre era aquel tipo? La verdad no le importaba, espero a que este se dispusiera a caminar hacia su auto y entonces se acercó sigilosamente a sus espaldas para llamarlo.
—Hey, Mozu.
El nombrado dio un pequeño salto, casi imperceptible, pero Senku lo noto, y sonrió ladinamente mientras lo veía por fin a los ojos.
—Oh, el flacucho novio de Kohaku-chan .-el castaño sonrió con soberbia mientras abría las puertas de su auto-. ¿Cómo está la bella Kohaku? Hoy no vino a la práctica.
—¿No? Creí que sí, la esperé todo este tiempo.-suspiró dramáticamente-. Bueno, me iré. Nos vemos Mozu .-comenzó a caminar hasta el otro lado del estacionamiento, se detuvo unos segundos y giró la cabeza hacía el castaño viéndolo amenazante-. Por cierto, aléjate de Kohaku. Ya me está comenzando a molestar tus acosos hacia la leona .-reanudó su caminata cuando escucho una risa a su espalda.
—¡Pero si el flacucho tiene agallas! .-río mientras entraba en su auto-. En cualquier minuto la hermosa Kohaku-chan se dará cuenta de lo que se pierde por estar contigo y yo le enseñaré de eso... Tanto en la cama como en otros lados .-soltó una risa mientras encendía el auto y se iba de la universidad a gran velocidad.
Senku gruño mientras reanudaba su camino hacia casa, según sus cálculos de probabilidades, sabía que la botella de ácido sulfúrico se abriría en unos quince minutos cuando Mozu pasará sobre el bache en dos esquinas más, e instantáneamente al olerlo... Pues sería historia.
A la mañana siguiente todos en la universidad comentaban el grave "accidente" automovilístico de Mozu, quien se había quedado dormido mientras iba conduciendo, provocando un choque en donde su auto había quedado destruido y el cuerpo de este había salido prácticamente volando por el parabrisas, descuidado puesto que no usó cinturón.
Quiso reír cuando su mejor amigo Taiju le contó de la noticia, pero simplemente se hizo el desentendido y argumentó que un accidente le podía pasar a cualquiera.
Mientras se encaminaba hacia el laboratorio recibió la llamada que tanto esperaba.
—¿Ácido sulfúrico? ¿Es en serio Senku?.-escuchó un suspiro-. Cada vez me sorprendes más colega, no sabes lo odioso que fue sobornar al de la morgue.
—¿Todo bien? .-Sabía que Ryusui no le fallaría.
—Si, de hecho, es el mismo de hace un año, solo se volvió más caro el maldito.
—Bien, gracias Ryusui .-se disponía a cortar cuando vio a Kohaku, al otro lado del pasillo junto a sus compañeros de clases, en especial uno le llamó la atención-. Creo que me tendrás que hacer otro favor antes de tiempo.
—Mierda, necesitas terapia... .-escuchó una sonora carcajada-. Bueno, si tú necesitas una terapia está claro que yo igual, tu dime cuando.
—Ajá sí, adiós .-cortó la llamada sin despegar la vista de su novia.
Kohaku se veía claramente insegura y disgustada ante el abrazo de aquel muchacho, no era muy alto y el su cabello estaba muy despeinado, abrazo a su novia efusivamente mientras la levantaba, se sorprendió que la rubia no lo haya empujado en aquel momento, pero estaba seguro que vio el disgusto en su cara y más que disgusto incomodidad... Aún así cuando lo vio su expresión se relajó y quitó el brazo de aquel tipo mientras caminaba hacia él con una sonrisa, esa sonrisa que hacía que su cerebro libere una cantidad estúpida de oxitocina y demás hormonas.
—¡Hey! .-Kohaku sonrío mientras le ponía enfrente el examen de física-. Nota perfecta.
—Vaya Leona, diez billones de puntos para ti por lograrlo .-se rasco el oído mientras entraba al laboratorio siendo seguido por su novia.
—No me digas Leona .-infló las mejillas mientras se sentaba sobre una de las mesas del lugar-. Oye... ¿Escuchaste lo de Mozu?... Aún no lo puedo creer, digo siempre presumía que era un buen conductor y demás.
—Seh, la verdad no lo hablé mucho con él .-alzó los hombros mientras se colocaba la bata de laboratorio-. Pero bueno, un accidente le puede pasar a cualquiera.
—Si tienes razón... .-vio su reloj, aún le quedaban quince minutos antes de su siguiente clase-. ¿Puedo ir a tu casa hoy? Hace tiempo no veo a tu hermana.
—Puedes ir. Suika no deja de preguntarme por ti, pero llegaré un poco más tarde .-se sentó frente a su computadora en donde tenía los análisis de las muestras que estaba probando.
—¿Te quedarás otra vez hasta tarde en el laboratorio? Si quieres te espero .-sonrío mientras se acercaba a masajear los hombros de su novio, lo notaba tenso y estaba segura de que era por su nuevo proyecto.
—Ah, no gracias. Ve y nos vemos allá, me pidieron que haga una tutoría .-se relajó al sentir el toque de Kohaku, siempre lo relajaba-. Luna, la chica de intercambio me pidió que la ayudará con matemáticas.
Kohaku se tensó levemente en su lugar, pero no dejo de masajear la espalda de Senku. Luna estaba claramente enamorada del futuro científico, incluso declarándose a este más de una vez, pero siendo rechazada por Senku todas estas puesto que él argumentaba que ya tenía novia, pero aún así la pelirrosa no se detuvo. Se sintió un poco celosa, pero confiaba en su novio, sabía que nunca se fijaría en aquella muchacha puesto que era, en las palabras de él, "Demasiado superficial y estereotipo estadounidense".
—Está bien .-se fijó que no hubiera nadie a la vista y se acercó a robarle un beso-. Nos vemos en la noche Ishigami-sensei .-río mientras caminaba hacia la salida para ir a su siguiente clase, mientras tecleaba rápidamente un mensaje.
Cuando Kohaku se fue, rápidamente se dispuso a entrar a la página del alumnado de la universidad y así descubrir quién era el maldito que abrazaba con tanta efusividad a su leona.
Titan Kamijou, estudiante de segundo año de ingeniería naval, estudiante regular y si bien había escuchado hace unas noches atrás, compañero de Kohaku en inglés, sonrío perversamente al darse cuenta de que el pobre diablo tendría una advertencia mañana mismo en la puerta de su casa.
Tecleo rápidamente un mensaje a Ryusui mientras volvía a lo suyo con su otro amor, la ciencia.
Nanami Ryusui se encontraba relajado en la piscina de su mansión, bebiendo uno de los tragos exquisitos hecho por su mayordomo y amada Francois
—Ryusui-sama .-hablando del ángel esta se encontraba frente a él entregando su celular-. Le han llegado dos mensajes en los últimos minutos, uno de Kohaku-sama y otro de Senku-sama
—Ah, la parejita .-río mientras salía de la piscina y se recostaba en la silla de playa.- Francois, ¿Podrías traerme otro de estos? .-tomo el celular acariciando las manos de aquella dama, lo volvía loco su seriedad, pero vio un leve sonrojo en sus mejillas y alzó el vaso mientras le sonreía-. Eres la mejor preparando estas cosas
—Como ordene Ryusui-sama .-la mayordomo hizo una reverencia y se retiró a paso rápido, sintiendo su corazón latir, pero negó rápidamente.
Lo que sentía no estaba bien así que por eso aceptó la cita del jardinero la otra noche, se la había pasado bien tanto que la repetirían, pero lamentablemente el chico falleció al ingerir una cantidad enorme de veneno de pez globo, una lástima.
Ryusui se carcajeo por la rapidez con la que se iba aquella bella mujer. Muy pronto le iría a revelar sus sentimientos hacia ella, pero mientras alejaría a todo idiota que se dispusiera a cortejarla y lo haría con la ayuda de la mente brillante de su amigo Senku, ambos estaban babeando hasta el suelo por sus respectivas enamoradas, pero el albino ya se había deshecho de cinco de los pretendientes de Kohaku y solo dos de los de Francois.
Río al recordar cómo el pobre diablo de Magma les gritaba a ambos que se irían al infierno, lo harían seguramente, pero por mientras disfrutarían de su vida al lado de sus preciosas mujeres, y nadie podría arrebatarles aquella felicidad que les causaba estar cerca de ellas.
"Quiero que envíes a dos estúpidos simios a darle una paliza a este tipo, mañana enfrente de su casa de preferencia"
El mensaje de Senku adjuntaba la foto de un chico, nombre y dirección, siempre eran las amenazas de ese tipo primero, luego un par de juegos mentales por parte de Gen quien solo los ayudaba para tener material para sus libros y después venía la muerte por parte de Senku con algún tóxico raro de su laboratorio, río mientras tecleaba la respuesta, y se dispuso a abrir el mensaje de Kohaku
"Quiero que esta perra vuelva a su país con los peces"
Sutil y tal para cual el par. No era la primera vez que hacía lo mismo por Kohaku y Senku ni se enteraba.
Recordaba cuando descubrió a Kohaku amenazando a una pelinegra bajita, Ruby se llamaba, al parecer había estado coqueteando de más con el científico y justo en el momento en que este iba a intervenir para darle consejos, la rubia simplemente le cortó la garganta, allí en pleno estacionamiento. No podía creer lo que había visto, pero en vez de alterarse o asustarse se carcajeo y aplaudió, definitivamente esa leona como Senku la llamaba era el alma gemela de su amigo.
—Oh, bella señorita Kohaku, se ha manchado .-se acercó aun riendo mientras le ofrecía un pañuelo a la rubia-. Y vaya desastre hay que limpiar aquí.
—¿Ryusui? .-vio que cierto temor en sus ojos, seguramente por haber sido descubierta-. Y-yo... Ella y yo... So-solo...
Chasqueo los dedos negando mientras limpiaba las manos de su amiga y le quitaba la navaja para guardarla en uno de sus bolsillos
—Shh, seguramente se lo merecía ¿o no?
El labio de Kohaku temblaba al pensar seguramente que la iban a descubrir y demás tonterías.
—Escucha, Kohaku somos amigos, deja que yo limpie el desastre ¿Sí? Confía en mí.-sonrío con sinceridad, definitivamente lo había sorprendido, pero más que nada era por pensar que la chica era la pareja ideal para su amigo.
—Ryusui... .-lo vio con ojos llorosos mientras daba un golpe al suelo-. Es-es que... ¡Ella no dejaba a Senku tranquilo! Y- y hoy la encontré a punto de besarlo... Pe-pero Senku la apartó de un empujón y-y e-él dijo que me tenía a mi... ¡Pe-pero ella le sonrío mientras le decía que pronto caería!
Ryusui hizo un par de llamadas mientras se llevaba a Kohaku de allí, la calmó y le explico que él se encargaría de todo, pero sobre todo aseguro que si necesitaba disponer de esos mismos favores no dudará en llamarle.
Suspiró al terminar de recordar aquel incidente, el cual simplemente fue el primero, al parecer las hermanas de aquella chica igual trataron de meterse en los pantalones de Senku, sufriendo el mismo destino de su hermana. Aunque los desastres de Kohaku eran mucho más difíciles de limpiar que los de su amigo pues estos involucran una brutalidad ilógica, aunque no tenía nada que reparar, la vez que se encargó junto a Senku de Magma igual fue un desastre, pero con los siguientes ya fue mucho más ... ¿Elegantes?... Rio al pensar en aquella palabra, pero si eran más elegantes al deshacerse de los parásitos con el tiempo.
Tecleo a la rubia de su amiga que podría disponer del almacén en el puerto de su familia para encargarse la chica que la molestaba, seguramente después le contaría que hizo para merecer aquel destino.
Vio como Francois caminaba hacia él y sonrío, pero su sonrisa se borró rápidamente cuando el nuevo jardinero se le acercaba nervioso para pedirle una cita... ¿Es en serio? ¿Que tenían los tipos que contrataba para cuidar su jardín por su chica? Gruño mientras le tecleaba Senku diciéndole que volvería a necesitar de su maravillosa mente para quitar de en medio aquella molesta piedra en su camino.
Si, la trinidad entre Senku, Kohaku y él estaba cargada de toxicidad, pero eran sus amigos y los amigos eran la única familia que se elige, las familias eran tóxicas, no todas, pero lo eran. Y mientras él pudiera ayudar a sus amigos y estos lo ayudarán a él no tendría problema con que está fuera así.
...
